INTERESES MARITIMOS, FLUVIALES, PESQUEROS Y PORTUARIOS
Comisión PermanenteOf. Administrativa: Piso P02 Oficina 219
Jefe SR. RODRIGUEZ JUAN MANUEL
Martes 17.30hs
Of. Administrativa: (054-11) 6075-2367 Internos 2367/2449/2356
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PROYECTO DE RESOLUCION
Expediente: 8905-D-2014
Sumario: REGLAMENTO DE LA H. CAMARA. MODIFICACION DEL ARTICULO 61 E INCORPORACION DEL ARTICULO 101 - SEPTIES -, SOBRE CREACION Y COMPETENCIA DE LA COMISION PERMANENTE DE ASESORAMIENTO DE DESARROLLO SUSTENTABLE DEL DELTA DEL RIO PARANA.
Fecha: 11/11/2014
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 163
Artículo 1º.- Incorporar al
artículo 61 del Reglamento de la Honorable Cámara de Diputados de la
Nación la Comisión Permanente de asesoramiento de Desarrollo
Sustentable del Delta del Río Paraná.
Artículo 2°.- Incorporar como
artículo 101 (septies) del Reglamento de la Honorable Cámara de
Diputados de la Nación, el siguiente:
"Artículo 101 (septies)
Compete a la Comisión
Permanente de Desarrollo Sustentable del Delta del Río Paraná
dictaminar sobre todo asunto concerniente a la potencialidad productiva y
ambiental del Delta del Río Paraná, la realización de obras de
infraestructura en dicha área, su impacto ambiental y prevención de
inundaciones, la conservación, dragado, navegabilidad y aprovechamiento
del recurso hídrico, la producción forestal y su industrialización,
inversiones, normalización de tierras fiscales, y sobre todo otro asunto que
directa o indirectamente involucre a la región, sus pobladores, seguridad,
calidad de vida, turismo y producción".
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Cuando ya nadie se acuerda de
las inundaciones del litoral ocurridas por las lluvias de junio pasado, más
de un millón de hectáreas siguen inundadas en el delta de Entre Ríos, con
pronósticos de más precipitaciones, tal como las caídas en la última
semana del mes de octubre.
Se trata de la destrucción y
contaminación del más importante reservorio de agua dulce que tiene el
país, que abastece de ese vital elemento a casi veinte millones de personas
en Santa Fe, Buenos Aires, Entre Ríos y la Capital Federal, y con inmensa
potencialidad productiva representa a casi el 50% de la población
argentina.
Las razones de este verdadero
desastre se encuentran, primero, en la ignorancia de la potencialidad
productiva y ambiental del Delta. Tienen como correlato la realización de
obras por parte del mismo gobierno sin medir el impacto negativo que las
mismas causan.
Angustia escuchar a
funcionarios de los organismos creados para controlar este tipo de
construcciones decir que ellos no pueden controlar ni siquiera las
denuncias, aunque estén en presencia de casos que destruyen el equilibrio
del sistema, como cortes de arroyos, trasvasamiento de cuencas, cierre de
alcantarillas en las rutas, caminos que actúan a manera de barrera para el
agua y todas las irregularidades que uno pueda imaginarse.
Por presión de los productores,
la Dirección de Hidráulica tuvo que decir que va a realizar tres o cuatro
obras menores que faciliten el drenaje de las aguas, pero el dinero del que
dispone, del orden de los trescientos mil pesos por obra, es tan escaso que
pocos serán los beneficios que se obtendrían si efectivamente llegaran a
realizarse y respondieran a un plan global de manejo.
Sin embargo, dispone de
treinta y cinco millones de pesos para hacer el dragado de un arroyo -el
Sagastume Grande-, que no tiene sustento por donde quiera mirárselo:
está proyectado con datos de más de dos décadas atrás. No es prioritario,
beneficia sólo a un par de frentistas, inundará a los vecinos que están
aguas abajo, desequilibrará la cuenca y todo el sistema de desagüe hacia
el río Uruguay. Además es injusto con el resto de la comunidad. Por lo
injustificable, pareciera que tiene más de corrupción que de técnicas
hidráulica y ambiental.
Durante el gobierno
desarrollista del doctor Arturo Frondizi, el doctor Raúl Uranga -
sobresaliente gobernador de Entre Ríos- ya en 1958 preveía el futuro del
Delta como base para el desarrollo de la industria del aserrín, la celulosa y
el papel, y que hoy, por falta de esas fábricas, el país importa anualmente
más de mil millones de dólares en madera y derivados.
La Argentina tiene los más
altos índices de crecimiento forestal del mundo y la provincia de Entre Ríos
es la tercera en superficie forestada, lo que hace aún más notorio el sesgo
antiindustrialista del gobierno nacional, que no fue capaz de instalar más
fábricas, abrir la competencia con las ya instaladas y lograr el
autoabastecimiento celulósico papelero. Han sido funcionales a los
intereses de la importación en detrimento de la producción nacional y del
equilibrio ambiental.
Previo al conflicto por las
"pasteras" con Uruguay, en vez de priorizar la instalación de industrias y
el desarrollo sustentable, no se generaron las condiciones para que
nuestro país fuera destinatario de las inversiones (Fuente: Carlos Cadoppi
"El delta está afectado por la ignorancia", diario La Nación, 1 de noviembre
de 2014).
El Delta del Paraná está
delimitado naturalmente por las barrancas o taludes naturales que definen
el valle del Río Paraná. Como límite norte se considera la línea imaginaria
que une las ciudades de Diamante (en Entre Ríos) y de Puerto Gaboto (en
Santa Fe). Aunque una pequeña parte se encuentra en el este de Santa Fe,
el Delta del Paraná como tal, se comienza a desarrollar a partir de la
ciudad de Diamante.
En la Provincia de Entre Ríos
se ubica la mayor parte del mismo, mientras que la Provincia de Buenos
Aires posee la principal porción de su desembocadura al Río de la Plata.
En síntesis, el llamado Delta del Paraná se ubica mayormente al Sur-oeste
de la Provincia de Entre Ríos y noreste de la Provincia de Buenos Aires.
En Entre Ríos ocupa la porción
sur-oeste de los Dptos. Diamante y Victoria, y la porción sur del Dpto.
Gualeguay y la totalidad del Dpto. Islas del Ibicuy. En Buenos Aires ocupa
la porción noreste de los Partidos de San Pedro, Baradero, Zárate,
Campana, Escobar y Tigre, y la totalidad del Pdo. de San Fernando.
Superficie y dimensiones:
14.000 km2 (1.400.000 ha) Posee una longitud de 320 km y un ancho
muy variable, que va desde 18 km frente a Baradero hasta más de 60
entre los Ríos Luján (Buenos Aires) y Gutiérrez (Entre Ríos).
El Río Paraná, que discurre a lo
largo de una amplia falla de magnitud continental, alcanza una longitud
de 2.570 kilómetros y constituye uno de los ejes colectores de la gigantesca
Cuenca del Plata, cuya superficie total es de 1.500.000 km2.
A partir de la ciudad de
Diamante, en su tramo inferior, el Paraná ofrece un magnífico motivo de
asombro: un delta vivo de 14.000 km2, originado por la deposición de
sedimentos provenientes de toda la Cuenca del Plata.
La carga de sedimentos en
suspensión sorprende por su magnitud: 200 millones de toneladas por
año, que son en su mayor parte (100 millones de toneladas) aportadas por
el Río Bermejo. Este rasgo determina el permanente "avance" del Delta,
que se estima entre 70 a 90 metros por año. Los sedimentos son
depositados sobre el Río de la Plata, lo que le da al Delta del Paraná su
singularidad a nivel mundial, siendo el único delta que no está en contacto
el mar, sino con otro río.
Luego de recorrer 320
kilómetros , en un terreno de suave pendiente, las aguas se vuelcan a
través de catorce bocas, entre las que se destacan, de norte a sur: Río
Paranacito, Arroyo Martínez, Arroyo de La Tinta , Arroyo Brazo Largo, Río
Gutiérrez, Río Paraná Bravo, Río Sauce, Río Paraná Guazú, Río Barca
Grande, Río Paraná Miní, Río Paraná de las Palmas y Río Luján. La
compleja red hídrica definida por el Delta, está sometida a periódicas
inundaciones, de mayor o menor magnitud, que tienen a veces graves
consecuencias para la población, pero que funcionan como reguladores
naturales de la vida silvestre (transportando nutrientes, semillas, plantas y
animales) y como agente modelador del paisaje.
El Delta del Paraná, desde
Diamante hasta su desembocadura se divide en tres grandes regiones: el
Delta Superior (desde Diamante, Entre Ríos, hasta Villa Constitución,
Santa Fe), el Delta Medio (desde Villa Constitución hasta Ibicuy, Entre
Ríos) y el Delta Inferior o en formación (desde Ibicuy hasta la
desembocadura). Cada una de estas regiones presenta diferencias basadas
en su historia y evolución geológica, que van a verse reflejadas también en
el tipo de vegetación que cada una sustenta. De esta manera, las islas del
Delta Inferior son las más altas y poseen la forma de una "palangana" o
"plato hondo", con los márgenes elevados (los albardones) cubiertos de
bosques, sólo alcanzado por las grandes y breves crecidas, y con un
interior bajo, pantanoso, con aguas estancadas, ocupado mayormente por
el pajonal.
En el Delta Medio y Superior,
las islas son distintas, más planas y surcadas por madrejones, lagunas,
albardones y médanos fijos, que tienen un sentido paralelo a los grandes
cursos de agua. La mayor elevación de las islas del Delta Inferior, que las
deja a salvo de las inundaciones, ha permitido una significativa ocupación
humana. Debido a ello, su paisaje original sufrió grandes modificaciones.
El efecto moderador de las temperaturas invernales, producido por las
grandes masas de agua que conforman el Delta, permite el
establecimiento, en latitudes templadas, de especies animales y vegetales
de origen subtropical.
La singularidad de la flora del
Delta del Paraná está dada sin duda, por la conjunción de especies de
diversos orígenes: subtropical, chaqueño, uruguayense y pampeano.
Es fácil a primera vista,
apreciar el carácter subtropical de la flora deltaica, ya que existe un
estrecha conexión con las selvas de Misiones y el sur de Brasil, gracias a la
acción transportadora de las aguas. En el Delta Superior existe una
penetración de elementos chaqueños, desarrollados principalmente sobre
las barrancas que rodean al sistema de islas. El Río Uruguay aporta
especies que se instalan en los albardones de las islas del Delta Inferior.
La Estepa o Pradera Pampeana,
en contacto con el Delta hacia el sud-oeste, penetra principalmente en las
islas altas del Delta Superior y Medio.
En el Delta, el permanente
proceso de construcción y destrucción de islas realizados por lasaguas,
genera una gran variedad de ambientes, cada uno con tipos particulares
de vegetales, que van cambiando a lo largo del tiempo. Las plantas
predominantes en el Delta son las acuáticas y palustres.
Las comunidades vegetales se
inician en bancos y orillas, donde las aguas cargadas de sedimentos
poseen poca corriente. Es suficiente cualquier obstáculo (un barco
hundido, troncos y camalotales varados, etc.) para que el proceso empiece.
Allí comienzan a colonizar las especies "pioneras" como el Junco. Con sus
rizomas y raíces, junto a la acumulación de materia vegetal, va
contribuyendo paulatinamente a la elevación del terreno, que dará origen a
una isla.
El sector más alto de las islas,
el albardón, está ocupado por bosques húmedos. En el Delta Superior y
Medio, sobre islas de gran superficie y antiguas, se encuentra al Sauce
Criollo, Aliso de Río, Curupí, Laurel, Timbó Blanco y Ceibo. Se trata de un
bosque pobre en epífitas y lianas, formado por árboles de madera blanda y
rápido crecimiento. En el Delta Inferior, se desarrolla una verdadera selva,
denominada "Monte Blanco". Posee baja altura, abundan las lianas y
epífitas y alberga una gran diversidad de especies arbóreas como: Laurel,
Ingá, Higuerón, Canelón, Anacahuita, Mataojo, Espina de Bañado,
etc.
De tanto en tanto sobresalen
del dosel selvático las elegantes Palmeras Pindó, que le han dado el
nombre al Paraná de las Palmas. Hacia el interior de las islas se van
sucediendo comunidades vegetales como el Cardazal, formado por Cardas
y Serruchetas, los matorrales de Chilca y Acacia Mansa, y finalmente los
Pajonales que ocupan el sector central más bajo e inundable.
La vegetación acuática,
flotante, sumergida y arraigada, presenta una enorme riqueza de especies.
Camalotes, Carrizos, Canutillos, Espadañas, Totoras, Pajas Bravas,
cubren las orillas de riachos, arroyos y lagunas, creando un mosaico de
gran belleza.
Los famosos Camalotales,
verdaderas "balsas verdes", no sólo transportan a numerosas especies que
enriquecen y renuevan la vida silvestre del Delta, sino que contribuyen a
atenuar la velocidad de las corrientes, iniciando así el proceso de
formación de las islas del Delta. La flora introducida, ya sea en forma
voluntaria o involuntaria, representa un serio problema para el ecosistema
deltaico, desplazando a la flora nativa y colonizando los ambientes
naturales. Arboles como la Ligustrina , el Arce, la Mora , varias especies de
Sauces exóticos, arbustos como el Ligustro, enredaderas como la
Madreselva y la Zarzamora , ocupan los albardones de las islas, mientras
que las zonas bajas inundables son invadidas por el Lirio Amarillo y la
Vara de Ámbar .
La fauna del Delta, al igual que
la flora, está conformada por especies provenientes de diversos biomas. Su
estratégica ubicación geográfica lo convierte en receptor de todas las
especies animales que se dispersan a través de los ríos Paraná y Uruguay.
Las aves se distribuyen, desde luego, con mayor facilidad, siguiendo, por
ejemplo, los bosques en galería que se presentan a todo lo largo de los
grandes ríos, en forma casi ininterrumpida, desde Misiones hasta las
márgenes del Río de la Plata. Los mamíferos, anfibios y reptiles han
aprovechado para alcanzar estas latitudes, un medio de transporte
natural: los "camalotales".
Estas verdaderas islas
vegetales flotantes provenientes del norte, han acarreado desde los
orígenes del Delta, una gran cantidad de animales que paulatinamente
colonizaron y poblaron las islas, conformando así su actual composición
faunística.
Las grandes inundaciones del
Paraná se encargan de arrancar con la fuerza de sus aguas, camalotales
de mayor o menor extensión provenientes en su mayor parte de los esteros
del Chaco Húmedo. Sobre estas plataformas se han encontrado una
infinidad de insectos, ranas, sapos, culebras, serpientes venenosas,
Yacarés, Carpinchos, Monos Aulladores, y en los camalotales de gran
tamaño, hasta Yaguaretés.
Gracias a esta característica, el
Delta constituye el punto más austral de dispersión de numerosas
especies animales de origen subtropical. Entre los vertebrados, el grupo de
los Peces es uno de los más variados en el Delta, habiéndose detectado
para la región unas 223 especies.
Entre las de importancia
comercial figura el Sábalo (que forma enormes cardúmenes); el legendario
Dorado, el Pacú y los Surubíes (el Manchado y el Atigrado) son las más
buscadas por los pescadores deportivos. Bagres de diversos tipos,
Anguilas, Tarariras, y otras numerosas especies conforman el elenco
ictícola. Una gran variedad de sapos y ranas, algunas de las cuales son
exclusivas del Delta, como la Rana de las Cardas y la Ranita Isleña,
habitan los ambientes acuáticos junto a Culebras y Tortugas, como la
Pintada y la de Laguna.
El Yacaré Overo o Ñato parece
ser una visita ocasional que aprovecha las grandes crecientes para llegar
al Delta. Las aves acuáticas dominan ampliamente en la región. Las
lagunas y bañados del centro de las islas reúnen aves como los Macáes,
varias especies de Patos, Garzas, Gallaretas, Chajáes, Burritos que se
ocultan entre la densa vegetación, Caraus, etc.
Una curiosa rapaz, el
Caracolero, posee un ganchudo pico que es un eficaz instrumento para
extraer a los caracoles de sus valvas. Los arroyos y riachos son el hábitat
ideal para especies pescadoras como el Biguá Común, el Biguá Víbora y los
Martines Pescadores. El bosque de albardón posee una mayor diversidad
faunística que el resto de los ambientes deltaicos. La gran cantidad de
estratos de vegetación que posee, provee de numerosos hábitats para los
animales silvestres. Allí encontramos a la Pava de Monte, que posee en el
Delta su límite austral de distribución, el Juan Chiviro, el Chiví, el vistoso
Cardenal Azul, entre muchas otras aves. Los mamíferos más comunes son
también los de hábitos acuáticos, como el Carpincho y el Coipo. El Lobito
de Río, suele verse todavía en los arroyos y pequeños ríos, aunque sus
escasas poblaciones han llevado a considerarlo en peligro de extinción. El
Ciervo de los Pantanos, el mayor ciervo autóctono sudamericano, tiene en
el Delta una de sus dos poblaciones más importantes de Argentina.
Adaptado a los ambientes anegadizos, se refugia en los pajonales del
centro de las islas. Marsupiales como la Comadreja Overa, de hábitos
arborícolas y la Comadreja colorada que habita los pajonales y zonas
bajas, son todavía fáciles de hallar.
El mayor carnívoro del Delta, el
Yaguareté o Tigre, ya forma parte del recuerdo, quedando de la especie
sólo los nombres en la geografía deltaica: ciudad y partido de Tigre,
Arroyos Los Tigres y Los Tigrecitos, etc.. Presencia habitual de la zona
hasta bien entrado el siglo XX, sufrió una encarnizada persecución por su
cuero y por el temor que producía su presencia. Se supone que la
desaparición definitiva del Tigre en el Delta se produjo entre los años
1920-1930
Las islas comprendidas entre
Puerto Ibicuy (Entre Ríos) y San Isidro (Buenos Aires), entre las costas del
Río de la Plata hacia el norte y la ribera del Río Uruguay, hasta el Arroyo
Ñancay, concentran la mayor parte de la infraestructura turística del
Delta.
Esto vale principalmente para
la primera sección del delta bonaerense, incluida en el Partido de Tigre, y
delimitada por el Río Luján, el Canal Arias, el Paraná de las Palmas y el
Río de la Plata. Aquí se desenvuelven las actividades náuticas de gran
cantidad de Clubes deportivos.
Sobre las riberas se encuentran
llamativas residencias testimonio de un pasado lujoso y próspero para la
zona, hosterías, hoteles y recreos. En esta zona las islas han sido
desprovistas de su vegetación natural y fueron cultivadas con una gran
variedad de plantas ornamentales de vistosas flores, aprovechando el fértil
suelo isleño. Hermosas pérgolas con Hortensias, Rosas, Jazmines,
adornan los jardines de las viviendas, junto a añosos Sauces Llorones,
enormes Casuarinas y Pinos cubren las riberas. El llamado Delta Inferior,
por ser el más poblado cuenta con radioteléfono, escuelas, salas de
primeros auxilios, destacamentos policiales y de Prefectura Naval
Argentina, una completa red de surtidores de combustibles, almacenes y
proveedores que recorren los arroyos ofreciendo puerta a puerta sus
mercaderías.
Estas comodidades permiten al
visitante acceder a prácticamente todos los rincones del Delta. La vía de
comunicación más importante del Delta Inferior es el formado por los ríos
Capitán y Sarmiento. En el Río Luján nace el Sarmiento y luego del Río
San Antonio cambia su nombre por el de Capitán. En las orillas se
encuentran numerosas instalaciones para el turista, y es una de las zonas
más frecuentemente recorridas por las lanchas colectivas que parten de la
Estación Fluvial de Tigre. Esta Estación, ubicada sobre el Río Tigre a corta
distancia de su desembocadura en el Río Luján, es el centro de
comunicación más destacado para toda la porción austral del Delta. Las
lanchas de pasajeros cumplen diariamente itinerarios fijos con una
amplia variedad de horarios. También existen servicios de lanchas
exclusivamente turísticas, que recorren sitios de particular interés y otras
más veloces que funcionan con taxímetro.
Tigre no es el único lugar de
acceso al gran Delta del Paraná. También es posible llegar desde
cualquiera de los puertos situados sobre los ríos de la Plata, Luján o
Paraná. El Puerto de Tigre, sin duda es el que atrae a la mayor parte de los
turistas, que concurren durante los fines de semana o días festivos,
dirigiéndose a las quintas, recreo, hosterías, al famoso Mercado de Frutos
donde pueden adquirir artículos artesanales, o bien toman las lanchas
colectivas que realizan paseos predeterminados .
En los meses estivales los ríos,
riachos y arroyos se pueblan de multitudes de embarcaciones: yates,
lanchas de motor y botes de remo, inscriptas su mayoría en los clubes o
guarderías náuticas de la zona. El Paraná-Miní también posee en sus
pobladas márgenes muchas comodidades para el turista. La zona
comprendida entre los Canales Nicolás Ambrosoni y De la Serna, el Miní,
el Paraná de las Palmas y el río de la Plata, encierra una red de arroyos de
escasa profundidad y corriente, con aguas calmas ideales para la
navegación y la pesca. El sector de la desembocadura del Río Barca
Grande en el Río de la Plata posee hermosas playas arenosas. La buena
accesibilidad del Delta lo ha convertido en uno de los sitios más populares
del país para la realización de todo tipo de deporte náutico.
En el siglo pasado dominaban
las aguas las embarcaciones de remo y vela, sumándose en la actualidad
el esquí acuático, la motonáutica, el windsurf y muchas otras disciplinas.
El windsurf suele practicarse frente a las islas Sarandí, Santa Mónica, en
la desembocadura del Canal del Este y en los Bajos del Temor, ubicados al
norte de la Isla Lucha y en la desembocadura del Aguaje del Durazno. Para
el esquí acuático se recomienda el sector entre las islas Lucha y Zárate, el
Canal del Este y el Río San Antonio. La pesca es sin duda una de las
actividades que mayor cantidad de turistas atrae, y puede realizarse en
toda la zona.
La Reserva de Biosfera, se trata
de una vasta superficie en el extremo sudeste del Delta del Paraná, en el
Municipio de San Fernando que por sus características naturales y
sociales mereció la categoría internacional de reserva de la Biosfera que
otorga la UNESCO, a través del Programa el Hombre y el Medio Ambiente
(MAB). El área está constituida por un gran mosaico de ambientes
naturales, diseminados por muchas islas que forman este delta. Hay zonas
modificadas por el hombre y paisajes autóctonos, el objetivo de esta área
protegida, es hacer compatible la conservación y el uso de los
recursos.
El Delta del Paraná es la
principal fuente suministradora de madera de Buenos Aires y se ubica en
la confluencia de los ríos Paraná, Uruguay y Río de la Plata. Los objetivos
del Delta combinan el impulso industrial con las políticas públicas y se
busca dar valor agregado en origen, para la generación de empleo local,
ingresos extra regionales y por lo tanto, mayor calidad de vida de la
población local.
Actualmente la superficie
forestada bajo manejo con Salicáceas se estima en 58.000 hectáreas para
la región: 38.500 hectáreas en Buenos Aires y 19.500 hectáreas en Entre
Ríos.Los principales productos elaborados con maderas implantadas en el
Delta, es decir con Salicáceas (álamos y sauces), son: tablas, listones,
tablillas para cajones de frutas, de pollo, verduras, etc., laminas a través
del debobinado para hacer "bins". Con tablas de álamo se hacen tableros
para carpintería, mesas, muebles, puertas, se realizan tableros con
uniones "fingerjoint" zócalos, vigas laminadas. Hay una amplia diversidad
de productos, así como la parte no aserrable, que se tritura, se la destina a
la fabricación de pasta de papel (Papel Prensa S.A.) o para tableros
aglomerados (Faplac S.A.)
El delta del Paraná se está
convirtiendo en un laberinto infranqueable que crea una suerte de tapón
fluvial, inundando a las islas y costas desprotegidas a causa de los
"endicamientos", albardones y canales artificiales en un total de 1,7
millones de hectáreas. Preocupa la falta de regulaciones, controles y de un
plan integral del manejo del agua. Así, las islas pierden esa suerte de
efecto "esponja", de su capacidad regulatoria, a costa de esos verdaderos
murallones levantados para emprendimientos inmobiliarios o agrarios:
antes hubiese sido impensado sembrar soja en medio de un humedal.
Se estima que la soja ya cubre
casi unas 50.000 hectáreas de esas tierras, con un 25 por ciento de
canales artificiales. Las aguas corren río abajo y las crecientes suben. Que
el agua corra por la pendiente es natural, pero que el flujo se vuelva
indomable pasa por otro lugar. De Santa Fe a Rosario, de allí al delta
entrerriano. Río abajo a otras islas de la cuenca del Paraná y por toda la
ribera costera de Zárate, Escobar, Tigre y hasta la misma Capital.
Las inundaciones de esa
cuenca del Plata suelen llegar en otoño, después que el fluido arranque
con furia, a más de 20 metros de la cota media de Misiones, lo que suele
suceder unos tres meses atrás. Y eso es lo que es un delta, un humedal de
pastos, de agua que se "baña y escurre" cuando tiene que pasar. Pero, esos
desarrollos y los polders para hacer agricultura ya cubrirían un 30 por
ciento del delta entrerriano.
El doctor Rubén Quintana,
presidente de la Fundación Humedales, explica que "este sistema está
formado por un mosaico de humedales fluvial-costeros, de diversidad
biológica y ambiental cuyos procesos biogeoquímicos depende de los
procesos o pulsos de inundación-sequía".
Quintana resume los servicios
ecológicos del humedal: "Tiene la capacidad de regular los excedentes
hídricos amortiguando inundaciones de grandes ciudades e industrias a la
vera del Paraná ante la fuerza de semejante volumen de agua. Es que
cerca del 96 por ciento de la superficie del Delta tiene una cobertura
vegetal herbácea, alta, densa y continua (juncales, pajonales, pastizales y
praderas de hierbas hidrófilas), con tallos y hojas flexibles que minimizan
la presión del agua sobre las plantas y reducen el flujo dentro del
humedal. Así se retarda la descarga de agua dulce al mar y disminuye su
impacto sobre las costas".
"El Delta -agrega Quintana- se
encuentra en una posición más baja que las regiones circundantes y las
sudestadas del Río de la Plata han formado una suerte de tapón deltaico,
dejando una zona deprimida central. A su vez, las islas, en forma de
cuenco y sus centros deprimidos, facilitan el almacenamiento de
agua."
Por eso todas las obras de
infraestructura que modifiquen esta dinámica afectan la amortiguación de
las inundaciones. Coincide con Quintana, Pedro del Piero, presidente de la
Fundación Metropolitana.
"Nuestra mayor preocupación
es que se convierta al Delta en continente y por eso insistimos en que no
se debe violentar su condición de territorio insular. Se debe permitir que el
agua fluya, suba y baje con mareas, crecientes y bajantes.
"Si se impidiera esta vida, si se
rellenan los corazones de islas y se levantan los bordes (albardones) para
que el agua no entre se mata el humedal y toda la biodiversidad."
El mejor antecedente es el que
se tomó en el Tigre: "Se debe dotar a ese territorio de un adecuado plan de
manejo como hizo Tigre, que disponga cómo debe comportarse el hombre
para convivir en el humedal. Cómo se usa el suelo, cómo se construye, se
navega, se draga, se respeta la flora y la fauna y, se disfruta la naturaleza.
Las cíclicas crecientes que tiene el Paraná deben respetarse y no pretender
frenarlas. Para convivir con ellas hay que construir sobre palafitos, no hay
otra. Desde la Fundación Metropolitana no sólo creemos que es posible
generar un debate sino además acción y compromiso, tanto con los isleños
como con los visitantes y los operadores económicos que bregan por el
desarrollo sustentable del Delta."
Si hay alguien que convive
junto a esas islas, es la gente de Ibicuy, al sur de Entre Ríos. El presidente
de la Sociedad Rural de esa localidad, licenciado Armando Cadoppi,
recuerda que el Delta del Paraná "es un humedal que aporta bienes y
servicios ambientales imprescindibles para las comunidades ubicadas a lo
largo de los ríos. Es un ecosistema sumamente frágil con una red hídrica
sensible a las interacciones que están sucediéndose."
Para Cadoppi, se trata de
implementar un desarrollo ordenado y consensuado: "Desde hace varios
lustros se está viviendo un desarrollo importante, y ahora nos
encontramos en el umbral de lo que puede ser una transformación
irreversible. En el intento de desarrollar la infraestructura de caminos,
hacer crecer los centros habitacionales y los sistemas productivos, tanto el
Estado como los privados están realizando obras de defensa de
inundaciones que están afectando al Delta". Desde la Sociedad Rural de
Islas del Ibicuy ven con optimismo los distintos proyectos de inversión y la
posibilidad de generar nuevos puestos de trabajo y la retención de los
pobladores isleños. Por este motivo, "la falta de un plan hídrico integral
contrapone y superpone las obras realizadas por el Estado como por los
privados, las que se afectan entre sí y producen una gasto ineficiente de
ambos recursos".
"Se trata de no seguir el camino
de convertir a todo el país en una gran pampa seca sembrada sólo de soja
y comunidades cerradas".
Los principales objetivos de los
habitantes del Delta son:
a) Que se realicen o programen
en el tiempo un número anual y continuo mínimo de limpiezas y dragados
de vías navegables, cosa que no se viene haciendo desde hace más de 26
años. Esto implica que en el caso particular mío, como el de otros
productores, en días de bajante estemos incomunicados. El río es, en
algunas partes del Delta, por el momento la única forma para conectarse
con un medio de transporte (lanchas almaceneras, escolar, ambulancia,
etc.) y además extraer la producción;
b) Normalización de las tierras
fiscales con quienes tienen promesa de entrega, la están trabajando,
forestando y al que no estar definido el tema jurídico, crea inseguridad
sobre quienes la poseen;
c) Otros de los temas es lo
relacionado con el quehacer de la singular problemática de la región.
Siendo lo que más nos preocupa que los funcionarios en general tengan
decisiones acertadas, evitar decisiones desastrosas, así como también
insistir emlas acciones que pueden generar un crecimiento sustentable en
el tiempo.
Por todo lo expuesto, resulta
necesaria la creación de una Comisión de asesoramiento permanente para
abordar la temática planteada a lo largo del presente proyecto y es por ello,
que solicito la aprobación de éste proyecto de resolución.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
ASSEFF, ALBERTO | BUENOS AIRES | UNIR |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
PETICIONES, PODERES Y REGLAMENTO (Primera Competencia) |
INTERESES MARITIMOS, FLUVIALES, PESQUEROS Y PORTUARIOS |
PRESUPUESTO Y HACIENDA |