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INTERESES MARITIMOS, FLUVIALES, PESQUEROS Y PORTUARIOS

Comisión Permanente

Of. Administrativa: Piso P02 Oficina 219

Jefe SR. RODRIGUEZ JUAN MANUEL

Martes 17.30hs

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PROYECTO DE RESOLUCION

Expediente: 8905-D-2014

Sumario: REGLAMENTO DE LA H. CAMARA. MODIFICACION DEL ARTICULO 61 E INCORPORACION DEL ARTICULO 101 - SEPTIES -, SOBRE CREACION Y COMPETENCIA DE LA COMISION PERMANENTE DE ASESORAMIENTO DE DESARROLLO SUSTENTABLE DEL DELTA DEL RIO PARANA.

Fecha: 11/11/2014

Publicado en: Trámite Parlamentario N° 163

Proyecto
Artículo 1º.- Incorporar al artículo 61 del Reglamento de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación la Comisión Permanente de asesoramiento de Desarrollo Sustentable del Delta del Río Paraná.
Artículo 2°.- Incorporar como artículo 101 (septies) del Reglamento de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, el siguiente:
"Artículo 101 (septies)
Compete a la Comisión Permanente de Desarrollo Sustentable del Delta del Río Paraná dictaminar sobre todo asunto concerniente a la potencialidad productiva y ambiental del Delta del Río Paraná, la realización de obras de infraestructura en dicha área, su impacto ambiental y prevención de inundaciones, la conservación, dragado, navegabilidad y aprovechamiento del recurso hídrico, la producción forestal y su industrialización, inversiones, normalización de tierras fiscales, y sobre todo otro asunto que directa o indirectamente involucre a la región, sus pobladores, seguridad, calidad de vida, turismo y producción".

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Cuando ya nadie se acuerda de las inundaciones del litoral ocurridas por las lluvias de junio pasado, más de un millón de hectáreas siguen inundadas en el delta de Entre Ríos, con pronósticos de más precipitaciones, tal como las caídas en la última semana del mes de octubre.
Se trata de la destrucción y contaminación del más importante reservorio de agua dulce que tiene el país, que abastece de ese vital elemento a casi veinte millones de personas en Santa Fe, Buenos Aires, Entre Ríos y la Capital Federal, y con inmensa potencialidad productiva representa a casi el 50% de la población argentina.
Las razones de este verdadero desastre se encuentran, primero, en la ignorancia de la potencialidad productiva y ambiental del Delta. Tienen como correlato la realización de obras por parte del mismo gobierno sin medir el impacto negativo que las mismas causan.
Angustia escuchar a funcionarios de los organismos creados para controlar este tipo de construcciones decir que ellos no pueden controlar ni siquiera las denuncias, aunque estén en presencia de casos que destruyen el equilibrio del sistema, como cortes de arroyos, trasvasamiento de cuencas, cierre de alcantarillas en las rutas, caminos que actúan a manera de barrera para el agua y todas las irregularidades que uno pueda imaginarse.
Por presión de los productores, la Dirección de Hidráulica tuvo que decir que va a realizar tres o cuatro obras menores que faciliten el drenaje de las aguas, pero el dinero del que dispone, del orden de los trescientos mil pesos por obra, es tan escaso que pocos serán los beneficios que se obtendrían si efectivamente llegaran a realizarse y respondieran a un plan global de manejo.
Sin embargo, dispone de treinta y cinco millones de pesos para hacer el dragado de un arroyo -el Sagastume Grande-, que no tiene sustento por donde quiera mirárselo: está proyectado con datos de más de dos décadas atrás. No es prioritario, beneficia sólo a un par de frentistas, inundará a los vecinos que están aguas abajo, desequilibrará la cuenca y todo el sistema de desagüe hacia el río Uruguay. Además es injusto con el resto de la comunidad. Por lo injustificable, pareciera que tiene más de corrupción que de técnicas hidráulica y ambiental.
Durante el gobierno desarrollista del doctor Arturo Frondizi, el doctor Raúl Uranga - sobresaliente gobernador de Entre Ríos- ya en 1958 preveía el futuro del Delta como base para el desarrollo de la industria del aserrín, la celulosa y el papel, y que hoy, por falta de esas fábricas, el país importa anualmente más de mil millones de dólares en madera y derivados.
La Argentina tiene los más altos índices de crecimiento forestal del mundo y la provincia de Entre Ríos es la tercera en superficie forestada, lo que hace aún más notorio el sesgo antiindustrialista del gobierno nacional, que no fue capaz de instalar más fábricas, abrir la competencia con las ya instaladas y lograr el autoabastecimiento celulósico papelero. Han sido funcionales a los intereses de la importación en detrimento de la producción nacional y del equilibrio ambiental.
Previo al conflicto por las "pasteras" con Uruguay, en vez de priorizar la instalación de industrias y el desarrollo sustentable, no se generaron las condiciones para que nuestro país fuera destinatario de las inversiones (Fuente: Carlos Cadoppi "El delta está afectado por la ignorancia", diario La Nación, 1 de noviembre de 2014).
El Delta del Paraná está delimitado naturalmente por las barrancas o taludes naturales que definen el valle del Río Paraná. Como límite norte se considera la línea imaginaria que une las ciudades de Diamante (en Entre Ríos) y de Puerto Gaboto (en Santa Fe). Aunque una pequeña parte se encuentra en el este de Santa Fe, el Delta del Paraná como tal, se comienza a desarrollar a partir de la ciudad de Diamante.
En la Provincia de Entre Ríos se ubica la mayor parte del mismo, mientras que la Provincia de Buenos Aires posee la principal porción de su desembocadura al Río de la Plata. En síntesis, el llamado Delta del Paraná se ubica mayormente al Sur-oeste de la Provincia de Entre Ríos y noreste de la Provincia de Buenos Aires.
En Entre Ríos ocupa la porción sur-oeste de los Dptos. Diamante y Victoria, y la porción sur del Dpto. Gualeguay y la totalidad del Dpto. Islas del Ibicuy. En Buenos Aires ocupa la porción noreste de los Partidos de San Pedro, Baradero, Zárate, Campana, Escobar y Tigre, y la totalidad del Pdo. de San Fernando.
Superficie y dimensiones: 14.000 km2 (1.400.000 ha) Posee una longitud de 320 km y un ancho muy variable, que va desde 18 km frente a Baradero hasta más de 60 entre los Ríos Luján (Buenos Aires) y Gutiérrez (Entre Ríos).
El Río Paraná, que discurre a lo largo de una amplia falla de magnitud continental, alcanza una longitud de 2.570 kilómetros y constituye uno de los ejes colectores de la gigantesca Cuenca del Plata, cuya superficie total es de 1.500.000 km2.
A partir de la ciudad de Diamante, en su tramo inferior, el Paraná ofrece un magnífico motivo de asombro: un delta vivo de 14.000 km2, originado por la deposición de sedimentos provenientes de toda la Cuenca del Plata.
La carga de sedimentos en suspensión sorprende por su magnitud: 200 millones de toneladas por año, que son en su mayor parte (100 millones de toneladas) aportadas por el Río Bermejo. Este rasgo determina el permanente "avance" del Delta, que se estima entre 70 a 90 metros por año. Los sedimentos son depositados sobre el Río de la Plata, lo que le da al Delta del Paraná su singularidad a nivel mundial, siendo el único delta que no está en contacto el mar, sino con otro río.
Luego de recorrer 320 kilómetros , en un terreno de suave pendiente, las aguas se vuelcan a través de catorce bocas, entre las que se destacan, de norte a sur: Río Paranacito, Arroyo Martínez, Arroyo de La Tinta , Arroyo Brazo Largo, Río Gutiérrez, Río Paraná Bravo, Río Sauce, Río Paraná Guazú, Río Barca Grande, Río Paraná Miní, Río Paraná de las Palmas y Río Luján. La compleja red hídrica definida por el Delta, está sometida a periódicas inundaciones, de mayor o menor magnitud, que tienen a veces graves consecuencias para la población, pero que funcionan como reguladores naturales de la vida silvestre (transportando nutrientes, semillas, plantas y animales) y como agente modelador del paisaje.
El Delta del Paraná, desde Diamante hasta su desembocadura se divide en tres grandes regiones: el Delta Superior (desde Diamante, Entre Ríos, hasta Villa Constitución, Santa Fe), el Delta Medio (desde Villa Constitución hasta Ibicuy, Entre Ríos) y el Delta Inferior o en formación (desde Ibicuy hasta la desembocadura). Cada una de estas regiones presenta diferencias basadas en su historia y evolución geológica, que van a verse reflejadas también en el tipo de vegetación que cada una sustenta. De esta manera, las islas del Delta Inferior son las más altas y poseen la forma de una "palangana" o "plato hondo", con los márgenes elevados (los albardones) cubiertos de bosques, sólo alcanzado por las grandes y breves crecidas, y con un interior bajo, pantanoso, con aguas estancadas, ocupado mayormente por el pajonal.
En el Delta Medio y Superior, las islas son distintas, más planas y surcadas por madrejones, lagunas, albardones y médanos fijos, que tienen un sentido paralelo a los grandes cursos de agua. La mayor elevación de las islas del Delta Inferior, que las deja a salvo de las inundaciones, ha permitido una significativa ocupación humana. Debido a ello, su paisaje original sufrió grandes modificaciones. El efecto moderador de las temperaturas invernales, producido por las grandes masas de agua que conforman el Delta, permite el establecimiento, en latitudes templadas, de especies animales y vegetales de origen subtropical.
La singularidad de la flora del Delta del Paraná está dada sin duda, por la conjunción de especies de diversos orígenes: subtropical, chaqueño, uruguayense y pampeano.
Es fácil a primera vista, apreciar el carácter subtropical de la flora deltaica, ya que existe un estrecha conexión con las selvas de Misiones y el sur de Brasil, gracias a la acción transportadora de las aguas. En el Delta Superior existe una penetración de elementos chaqueños, desarrollados principalmente sobre las barrancas que rodean al sistema de islas. El Río Uruguay aporta especies que se instalan en los albardones de las islas del Delta Inferior.
La Estepa o Pradera Pampeana, en contacto con el Delta hacia el sud-oeste, penetra principalmente en las islas altas del Delta Superior y Medio.
En el Delta, el permanente proceso de construcción y destrucción de islas realizados por lasaguas, genera una gran variedad de ambientes, cada uno con tipos particulares de vegetales, que van cambiando a lo largo del tiempo. Las plantas predominantes en el Delta son las acuáticas y palustres.
Las comunidades vegetales se inician en bancos y orillas, donde las aguas cargadas de sedimentos poseen poca corriente. Es suficiente cualquier obstáculo (un barco hundido, troncos y camalotales varados, etc.) para que el proceso empiece. Allí comienzan a colonizar las especies "pioneras" como el Junco. Con sus rizomas y raíces, junto a la acumulación de materia vegetal, va contribuyendo paulatinamente a la elevación del terreno, que dará origen a una isla.
El sector más alto de las islas, el albardón, está ocupado por bosques húmedos. En el Delta Superior y Medio, sobre islas de gran superficie y antiguas, se encuentra al Sauce Criollo, Aliso de Río, Curupí, Laurel, Timbó Blanco y Ceibo. Se trata de un bosque pobre en epífitas y lianas, formado por árboles de madera blanda y rápido crecimiento. En el Delta Inferior, se desarrolla una verdadera selva, denominada "Monte Blanco". Posee baja altura, abundan las lianas y epífitas y alberga una gran diversidad de especies arbóreas como: Laurel, Ingá, Higuerón, Canelón, Anacahuita, Mataojo, Espina de Bañado, etc.
De tanto en tanto sobresalen del dosel selvático las elegantes Palmeras Pindó, que le han dado el nombre al Paraná de las Palmas. Hacia el interior de las islas se van sucediendo comunidades vegetales como el Cardazal, formado por Cardas y Serruchetas, los matorrales de Chilca y Acacia Mansa, y finalmente los Pajonales que ocupan el sector central más bajo e inundable.
La vegetación acuática, flotante, sumergida y arraigada, presenta una enorme riqueza de especies. Camalotes, Carrizos, Canutillos, Espadañas, Totoras, Pajas Bravas, cubren las orillas de riachos, arroyos y lagunas, creando un mosaico de gran belleza.
Los famosos Camalotales, verdaderas "balsas verdes", no sólo transportan a numerosas especies que enriquecen y renuevan la vida silvestre del Delta, sino que contribuyen a atenuar la velocidad de las corrientes, iniciando así el proceso de formación de las islas del Delta. La flora introducida, ya sea en forma voluntaria o involuntaria, representa un serio problema para el ecosistema deltaico, desplazando a la flora nativa y colonizando los ambientes naturales. Arboles como la Ligustrina , el Arce, la Mora , varias especies de Sauces exóticos, arbustos como el Ligustro, enredaderas como la Madreselva y la Zarzamora , ocupan los albardones de las islas, mientras que las zonas bajas inundables son invadidas por el Lirio Amarillo y la Vara de Ámbar .
La fauna del Delta, al igual que la flora, está conformada por especies provenientes de diversos biomas. Su estratégica ubicación geográfica lo convierte en receptor de todas las especies animales que se dispersan a través de los ríos Paraná y Uruguay. Las aves se distribuyen, desde luego, con mayor facilidad, siguiendo, por ejemplo, los bosques en galería que se presentan a todo lo largo de los grandes ríos, en forma casi ininterrumpida, desde Misiones hasta las márgenes del Río de la Plata. Los mamíferos, anfibios y reptiles han aprovechado para alcanzar estas latitudes, un medio de transporte natural: los "camalotales".
Estas verdaderas islas vegetales flotantes provenientes del norte, han acarreado desde los orígenes del Delta, una gran cantidad de animales que paulatinamente colonizaron y poblaron las islas, conformando así su actual composición faunística.
Las grandes inundaciones del Paraná se encargan de arrancar con la fuerza de sus aguas, camalotales de mayor o menor extensión provenientes en su mayor parte de los esteros del Chaco Húmedo. Sobre estas plataformas se han encontrado una infinidad de insectos, ranas, sapos, culebras, serpientes venenosas, Yacarés, Carpinchos, Monos Aulladores, y en los camalotales de gran tamaño, hasta Yaguaretés.
Gracias a esta característica, el Delta constituye el punto más austral de dispersión de numerosas especies animales de origen subtropical. Entre los vertebrados, el grupo de los Peces es uno de los más variados en el Delta, habiéndose detectado para la región unas 223 especies.
Entre las de importancia comercial figura el Sábalo (que forma enormes cardúmenes); el legendario Dorado, el Pacú y los Surubíes (el Manchado y el Atigrado) son las más buscadas por los pescadores deportivos. Bagres de diversos tipos, Anguilas, Tarariras, y otras numerosas especies conforman el elenco ictícola. Una gran variedad de sapos y ranas, algunas de las cuales son exclusivas del Delta, como la Rana de las Cardas y la Ranita Isleña, habitan los ambientes acuáticos junto a Culebras y Tortugas, como la Pintada y la de Laguna.
El Yacaré Overo o Ñato parece ser una visita ocasional que aprovecha las grandes crecientes para llegar al Delta. Las aves acuáticas dominan ampliamente en la región. Las lagunas y bañados del centro de las islas reúnen aves como los Macáes, varias especies de Patos, Garzas, Gallaretas, Chajáes, Burritos que se ocultan entre la densa vegetación, Caraus, etc.
Una curiosa rapaz, el Caracolero, posee un ganchudo pico que es un eficaz instrumento para extraer a los caracoles de sus valvas. Los arroyos y riachos son el hábitat ideal para especies pescadoras como el Biguá Común, el Biguá Víbora y los Martines Pescadores. El bosque de albardón posee una mayor diversidad faunística que el resto de los ambientes deltaicos. La gran cantidad de estratos de vegetación que posee, provee de numerosos hábitats para los animales silvestres. Allí encontramos a la Pava de Monte, que posee en el Delta su límite austral de distribución, el Juan Chiviro, el Chiví, el vistoso Cardenal Azul, entre muchas otras aves. Los mamíferos más comunes son también los de hábitos acuáticos, como el Carpincho y el Coipo. El Lobito de Río, suele verse todavía en los arroyos y pequeños ríos, aunque sus escasas poblaciones han llevado a considerarlo en peligro de extinción. El Ciervo de los Pantanos, el mayor ciervo autóctono sudamericano, tiene en el Delta una de sus dos poblaciones más importantes de Argentina. Adaptado a los ambientes anegadizos, se refugia en los pajonales del centro de las islas. Marsupiales como la Comadreja Overa, de hábitos arborícolas y la Comadreja colorada que habita los pajonales y zonas bajas, son todavía fáciles de hallar.
El mayor carnívoro del Delta, el Yaguareté o Tigre, ya forma parte del recuerdo, quedando de la especie sólo los nombres en la geografía deltaica: ciudad y partido de Tigre, Arroyos Los Tigres y Los Tigrecitos, etc.. Presencia habitual de la zona hasta bien entrado el siglo XX, sufrió una encarnizada persecución por su cuero y por el temor que producía su presencia. Se supone que la desaparición definitiva del Tigre en el Delta se produjo entre los años 1920-1930
Las islas comprendidas entre Puerto Ibicuy (Entre Ríos) y San Isidro (Buenos Aires), entre las costas del Río de la Plata hacia el norte y la ribera del Río Uruguay, hasta el Arroyo Ñancay, concentran la mayor parte de la infraestructura turística del Delta.
Esto vale principalmente para la primera sección del delta bonaerense, incluida en el Partido de Tigre, y delimitada por el Río Luján, el Canal Arias, el Paraná de las Palmas y el Río de la Plata. Aquí se desenvuelven las actividades náuticas de gran cantidad de Clubes deportivos.
Sobre las riberas se encuentran llamativas residencias testimonio de un pasado lujoso y próspero para la zona, hosterías, hoteles y recreos. En esta zona las islas han sido desprovistas de su vegetación natural y fueron cultivadas con una gran variedad de plantas ornamentales de vistosas flores, aprovechando el fértil suelo isleño. Hermosas pérgolas con Hortensias, Rosas, Jazmines, adornan los jardines de las viviendas, junto a añosos Sauces Llorones, enormes Casuarinas y Pinos cubren las riberas. El llamado Delta Inferior, por ser el más poblado cuenta con radioteléfono, escuelas, salas de primeros auxilios, destacamentos policiales y de Prefectura Naval Argentina, una completa red de surtidores de combustibles, almacenes y proveedores que recorren los arroyos ofreciendo puerta a puerta sus mercaderías.
Estas comodidades permiten al visitante acceder a prácticamente todos los rincones del Delta. La vía de comunicación más importante del Delta Inferior es el formado por los ríos Capitán y Sarmiento. En el Río Luján nace el Sarmiento y luego del Río San Antonio cambia su nombre por el de Capitán. En las orillas se encuentran numerosas instalaciones para el turista, y es una de las zonas más frecuentemente recorridas por las lanchas colectivas que parten de la Estación Fluvial de Tigre. Esta Estación, ubicada sobre el Río Tigre a corta distancia de su desembocadura en el Río Luján, es el centro de comunicación más destacado para toda la porción austral del Delta. Las lanchas de pasajeros cumplen diariamente itinerarios fijos con una amplia variedad de horarios. También existen servicios de lanchas exclusivamente turísticas, que recorren sitios de particular interés y otras más veloces que funcionan con taxímetro.
Tigre no es el único lugar de acceso al gran Delta del Paraná. También es posible llegar desde cualquiera de los puertos situados sobre los ríos de la Plata, Luján o Paraná. El Puerto de Tigre, sin duda es el que atrae a la mayor parte de los turistas, que concurren durante los fines de semana o días festivos, dirigiéndose a las quintas, recreo, hosterías, al famoso Mercado de Frutos donde pueden adquirir artículos artesanales, o bien toman las lanchas colectivas que realizan paseos predeterminados .
En los meses estivales los ríos, riachos y arroyos se pueblan de multitudes de embarcaciones: yates, lanchas de motor y botes de remo, inscriptas su mayoría en los clubes o guarderías náuticas de la zona. El Paraná-Miní también posee en sus pobladas márgenes muchas comodidades para el turista. La zona comprendida entre los Canales Nicolás Ambrosoni y De la Serna, el Miní, el Paraná de las Palmas y el río de la Plata, encierra una red de arroyos de escasa profundidad y corriente, con aguas calmas ideales para la navegación y la pesca. El sector de la desembocadura del Río Barca Grande en el Río de la Plata posee hermosas playas arenosas. La buena accesibilidad del Delta lo ha convertido en uno de los sitios más populares del país para la realización de todo tipo de deporte náutico.
En el siglo pasado dominaban las aguas las embarcaciones de remo y vela, sumándose en la actualidad el esquí acuático, la motonáutica, el windsurf y muchas otras disciplinas. El windsurf suele practicarse frente a las islas Sarandí, Santa Mónica, en la desembocadura del Canal del Este y en los Bajos del Temor, ubicados al norte de la Isla Lucha y en la desembocadura del Aguaje del Durazno. Para el esquí acuático se recomienda el sector entre las islas Lucha y Zárate, el Canal del Este y el Río San Antonio. La pesca es sin duda una de las actividades que mayor cantidad de turistas atrae, y puede realizarse en toda la zona.
La Reserva de Biosfera, se trata de una vasta superficie en el extremo sudeste del Delta del Paraná, en el Municipio de San Fernando que por sus características naturales y sociales mereció la categoría internacional de reserva de la Biosfera que otorga la UNESCO, a través del Programa el Hombre y el Medio Ambiente (MAB). El área está constituida por un gran mosaico de ambientes naturales, diseminados por muchas islas que forman este delta. Hay zonas modificadas por el hombre y paisajes autóctonos, el objetivo de esta área protegida, es hacer compatible la conservación y el uso de los recursos.
El Delta del Paraná es la principal fuente suministradora de madera de Buenos Aires y se ubica en la confluencia de los ríos Paraná, Uruguay y Río de la Plata. Los objetivos del Delta combinan el impulso industrial con las políticas públicas y se busca dar valor agregado en origen, para la generación de empleo local, ingresos extra regionales y por lo tanto, mayor calidad de vida de la población local.
Actualmente la superficie forestada bajo manejo con Salicáceas se estima en 58.000 hectáreas para la región: 38.500 hectáreas en Buenos Aires y 19.500 hectáreas en Entre Ríos.Los principales productos elaborados con maderas implantadas en el Delta, es decir con Salicáceas (álamos y sauces), son: tablas, listones, tablillas para cajones de frutas, de pollo, verduras, etc., laminas a través del debobinado para hacer "bins". Con tablas de álamo se hacen tableros para carpintería, mesas, muebles, puertas, se realizan tableros con uniones "fingerjoint" zócalos, vigas laminadas. Hay una amplia diversidad de productos, así como la parte no aserrable, que se tritura, se la destina a la fabricación de pasta de papel (Papel Prensa S.A.) o para tableros aglomerados (Faplac S.A.)
El delta del Paraná se está convirtiendo en un laberinto infranqueable que crea una suerte de tapón fluvial, inundando a las islas y costas desprotegidas a causa de los "endicamientos", albardones y canales artificiales en un total de 1,7 millones de hectáreas. Preocupa la falta de regulaciones, controles y de un plan integral del manejo del agua. Así, las islas pierden esa suerte de efecto "esponja", de su capacidad regulatoria, a costa de esos verdaderos murallones levantados para emprendimientos inmobiliarios o agrarios: antes hubiese sido impensado sembrar soja en medio de un humedal.
Se estima que la soja ya cubre casi unas 50.000 hectáreas de esas tierras, con un 25 por ciento de canales artificiales. Las aguas corren río abajo y las crecientes suben. Que el agua corra por la pendiente es natural, pero que el flujo se vuelva indomable pasa por otro lugar. De Santa Fe a Rosario, de allí al delta entrerriano. Río abajo a otras islas de la cuenca del Paraná y por toda la ribera costera de Zárate, Escobar, Tigre y hasta la misma Capital.
Las inundaciones de esa cuenca del Plata suelen llegar en otoño, después que el fluido arranque con furia, a más de 20 metros de la cota media de Misiones, lo que suele suceder unos tres meses atrás. Y eso es lo que es un delta, un humedal de pastos, de agua que se "baña y escurre" cuando tiene que pasar. Pero, esos desarrollos y los polders para hacer agricultura ya cubrirían un 30 por ciento del delta entrerriano.
El doctor Rubén Quintana, presidente de la Fundación Humedales, explica que "este sistema está formado por un mosaico de humedales fluvial-costeros, de diversidad biológica y ambiental cuyos procesos biogeoquímicos depende de los procesos o pulsos de inundación-sequía".
Quintana resume los servicios ecológicos del humedal: "Tiene la capacidad de regular los excedentes hídricos amortiguando inundaciones de grandes ciudades e industrias a la vera del Paraná ante la fuerza de semejante volumen de agua. Es que cerca del 96 por ciento de la superficie del Delta tiene una cobertura vegetal herbácea, alta, densa y continua (juncales, pajonales, pastizales y praderas de hierbas hidrófilas), con tallos y hojas flexibles que minimizan la presión del agua sobre las plantas y reducen el flujo dentro del humedal. Así se retarda la descarga de agua dulce al mar y disminuye su impacto sobre las costas".
"El Delta -agrega Quintana- se encuentra en una posición más baja que las regiones circundantes y las sudestadas del Río de la Plata han formado una suerte de tapón deltaico, dejando una zona deprimida central. A su vez, las islas, en forma de cuenco y sus centros deprimidos, facilitan el almacenamiento de agua."
Por eso todas las obras de infraestructura que modifiquen esta dinámica afectan la amortiguación de las inundaciones. Coincide con Quintana, Pedro del Piero, presidente de la Fundación Metropolitana.
"Nuestra mayor preocupación es que se convierta al Delta en continente y por eso insistimos en que no se debe violentar su condición de territorio insular. Se debe permitir que el agua fluya, suba y baje con mareas, crecientes y bajantes.
"Si se impidiera esta vida, si se rellenan los corazones de islas y se levantan los bordes (albardones) para que el agua no entre se mata el humedal y toda la biodiversidad."
El mejor antecedente es el que se tomó en el Tigre: "Se debe dotar a ese territorio de un adecuado plan de manejo como hizo Tigre, que disponga cómo debe comportarse el hombre para convivir en el humedal. Cómo se usa el suelo, cómo se construye, se navega, se draga, se respeta la flora y la fauna y, se disfruta la naturaleza. Las cíclicas crecientes que tiene el Paraná deben respetarse y no pretender frenarlas. Para convivir con ellas hay que construir sobre palafitos, no hay otra. Desde la Fundación Metropolitana no sólo creemos que es posible generar un debate sino además acción y compromiso, tanto con los isleños como con los visitantes y los operadores económicos que bregan por el desarrollo sustentable del Delta."
Si hay alguien que convive junto a esas islas, es la gente de Ibicuy, al sur de Entre Ríos. El presidente de la Sociedad Rural de esa localidad, licenciado Armando Cadoppi, recuerda que el Delta del Paraná "es un humedal que aporta bienes y servicios ambientales imprescindibles para las comunidades ubicadas a lo largo de los ríos. Es un ecosistema sumamente frágil con una red hídrica sensible a las interacciones que están sucediéndose."
Para Cadoppi, se trata de implementar un desarrollo ordenado y consensuado: "Desde hace varios lustros se está viviendo un desarrollo importante, y ahora nos encontramos en el umbral de lo que puede ser una transformación irreversible. En el intento de desarrollar la infraestructura de caminos, hacer crecer los centros habitacionales y los sistemas productivos, tanto el Estado como los privados están realizando obras de defensa de inundaciones que están afectando al Delta". Desde la Sociedad Rural de Islas del Ibicuy ven con optimismo los distintos proyectos de inversión y la posibilidad de generar nuevos puestos de trabajo y la retención de los pobladores isleños. Por este motivo, "la falta de un plan hídrico integral contrapone y superpone las obras realizadas por el Estado como por los privados, las que se afectan entre sí y producen una gasto ineficiente de ambos recursos".
"Se trata de no seguir el camino de convertir a todo el país en una gran pampa seca sembrada sólo de soja y comunidades cerradas".
Los principales objetivos de los habitantes del Delta son:
a) Que se realicen o programen en el tiempo un número anual y continuo mínimo de limpiezas y dragados de vías navegables, cosa que no se viene haciendo desde hace más de 26 años. Esto implica que en el caso particular mío, como el de otros productores, en días de bajante estemos incomunicados. El río es, en algunas partes del Delta, por el momento la única forma para conectarse con un medio de transporte (lanchas almaceneras, escolar, ambulancia, etc.) y además extraer la producción;
b) Normalización de las tierras fiscales con quienes tienen promesa de entrega, la están trabajando, forestando y al que no estar definido el tema jurídico, crea inseguridad sobre quienes la poseen;
c) Otros de los temas es lo relacionado con el quehacer de la singular problemática de la región. Siendo lo que más nos preocupa que los funcionarios en general tengan decisiones acertadas, evitar decisiones desastrosas, así como también insistir emlas acciones que pueden generar un crecimiento sustentable en el tiempo.
Por todo lo expuesto, resulta necesaria la creación de una Comisión de asesoramiento permanente para abordar la temática planteada a lo largo del presente proyecto y es por ello, que solicito la aprobación de éste proyecto de resolución.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
ASSEFF, ALBERTO BUENOS AIRES UNIR
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
PETICIONES, PODERES Y REGLAMENTO (Primera Competencia)
INTERESES MARITIMOS, FLUVIALES, PESQUEROS Y PORTUARIOS
PRESUPUESTO Y HACIENDA