Dirigirse al Poder Ejecutivo Nacional en los términos del art. 100 inciso 11 de la C.N. para que por intermedio de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Prefectura Naval Argentina y demás organismos competentes en la materia informen a esta Cámara de Diputados de la Nación acerca de los siguientes puntos vinculados a amenazas a la fauna marina.

1.- Establecer cuáles son las normas y medidas de seguridad que se aplican al transporte náutico de personas para el avistaje de la ballena franca austral.

2.- Especificar cómo se controla durante el año calendario, toda actividad, sin autorización de los órganos competentes (incluido el uso de cuatriciclos y motos) de acercamiento y/o persecución, navegación, natación y buceo, de aproximación a cualquier especie de mamífero marinos y sus crías, en las costas y el mar.

3.- Precisar cuáles son las normas de protección de fauna que deben observar los tripulantes de kayaks o veleros sin motor.

4.- Cómo considera la autoridad de aplicación a los kayaks: artefacto de playa o embarcación de recreo, indicando si los tripulantes de los mismos deben contar con alguna clase de autorización o permiso.

Señor presidente:

Varios incidentes registrados en distintos puntos del país desnudan la laxitud de las legislaciones y la escasa protección de animales y reservas naturales. Y también un preocupante alto grado de ausencia de conciencia sobre la protección de la fauna.

Durante este año, han existido varios incidentes relacionados con la fauna en la Patagonia. Recientemente un kayak, con dos personas a bordo, fue levantado por una ballena mientras navegaba cerca de la costa de Puerto Madryn. El video del hecho, grabado por una de esas dos personas, muestra cómo el enorme cetáceo se acerca y se coloca por debajo del kayak, lo levanta con su cuerpo y luego se aleja.

Afortunadamente, no hubo que lamentar ningún daño, pero el hecho motivó críticas, porque las autoridades destacan de modo habitual que la gente que navega en la zona en este tipo de embarcaciones debe evitar acercarse a las ballenas por razones de seguridad. Incluso la legislación local establece la prohibición de toda actividad de acercamiento o persecución, navegación, natación y buceo -salvo con autorización expresamente concedida- a cualquier especie de mamíferos marinos y sus crías, en las costas y el mar de jurisdicción provincial durante todo el año calendario. Para el caso de incumplimiento de estas premisas, las normas prevén multas duras, que lamentablemente casi nunca se aplican.

Desde ya que, en cuanto a la protección de la fauna, un kayak o un velero sin motor no resultan especialmente agresivos, ya que no tienen hélices. Sin embargo, una aproximación excesiva a una colonia de lobos, con cualquier embarcación, por ejemplo en tiempo de parición, puede causar un problema grave para los cachorros recién nacidos, ya que eso suele ocasionar una suerte de "estampida" de los ejemplares mayores hacia el mar, circunstancia que puede ocasionar daños a las crías.

En abril pasado, se presentó una grave denuncia ante la Secretaría de Turismo y Áreas Naturales Protegidas del Chubut por graves disturbios a la fauna, ocasionados por el tránsito sin control de cuatriciclos en inmediaciones del Área Natural Protegida Punta León.

En esa oportunidad, la denuncia resaltaba que dos presuntos pescadores deportivos transitaban en esos vehículos por la costa espantando deliberadamente hacia el mar a los lobos marinos. Al meterse aterrorizados en el mar, se encontraban con un grupo de orcas que aprovechaban la situación para atacarlos. Una filmación testimonial fue difundida por las redes sociales.

La Reserva Provincial de Punta León es un pequeño enclave de extraordinario valor natural. Allí anidan más de 10.000 parejas de aves marinas, hay diversos asentamientos de cría de lobos marinos y algunos harenes de elefantes marinos. Se trata de un área que, pese a tener protección legal absoluta, con el grado de reserva estricta desde 1985, carece de implementación.

No podemos soslayar el impacto de los cuatriciclos y motos en áreas frágiles: aceleran los procesos de erosión, desertificación y degradación de hábitats silvestres, generando huellas o caminos alternativos que retraen la flora autóctona, provocando disturbios en la fauna costera, amenazando no sólo la seguridad de los visitantes, sino la conservación de sitios sensibles, muchas veces con riqueza arqueológica y palenteológica.

En todos los casos, se trata de hechos indignantes -que rozan la crueldad - que no hacen sino desvalorizar esos sitios, que requieren un mayor compromiso de las autoridades para evitar su degradación

Por lo expuesto, solicito el acompañamiento de mis pares a fin de aprobar este pedido de informes.