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INTERESES MARITIMOS, FLUVIALES, PESQUEROS Y PORTUARIOS

Comisión Permanente

Of. Administrativa: Piso P02 Oficina 219

Jefe SR. RODRIGUEZ JUAN MANUEL

Martes 17.30hs

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PROYECTO DE LEY

Expediente: 7454-D-2014

Sumario: "COMISION NACIONAL DE RIEGO - CNR -". CREACION.

Fecha: 22/09/2014

Publicado en: Trámite Parlamentario N° 129

Proyecto
ARTÍCULO 1º.- Créase la Comisión Nacional de Riego (CNR).
ARTÍCULO 2º.- Los objetivos de la CNR son:
a) Aumentar la superficie de riego y el control de la seguridad y eficiencia del uso del recurso hídrico en todo el territorio
b) Promover el ?mejoramiento de la superficie regada del país mediante la formulación de políticas, estudios, programas y proyectos que aporten al mejoramiento de la competitividad de los agricultores.
c) Promover la investigación de los acuíferos subterráneos y superficiales, las características de las cuencas hídricas, napas y suelos para su explotación
d) Investigar las consecuencias del impacto del cambio climático que incida sobre los recursos hídricos
e) Emitir informes a pedido de las autoridades provinciales o del Defensor del Pueblo, acerca del impacto ambiental sobre el uso de recursos hídricos producto del desarrollo de actividades agropecuarias, industriales o mineras
f) Promover la búsqueda de nuevas fuentes de recursos hídricos, optimización de su consumo y proveer normas para regular la interacción con los diferentes actores.
g) Desarrollar estudios económicos y el fomento de las inversiones en sistemas de riego para explotaciones agrícolas en zonas áridas y semiáridas
h) Incentivar la inversión en sistemas de extracción, captación, transporte, almacenamiento, distribución, calidad y cuidado del recurso hídrico a través de beneficios fiscales e impositivos y programas permanentes de Aportes No Reembolsables (ANR) para pequeños y medianos productores
i) Planificar, estudiar y elaborar proyectos integrales de riego
j) Celebrar convenios con instituciones educativas públicas o privadas, empresas, asociaciones u organismos nacionales o extranjeros para estudios o proyectos de riego
k) Elaborar y ejecutar programas de capacitación
l) Brindar asesoramiento y prestar servicios técnicos a los entes privados o públicos, municipales o provinciales o nacionales.
ARTÍCULO 3º.- Créase un mapa de recursos hídricos de todo el territorio y su potencial explotación
ARTÍCULO 4º.- La CNR está compuesta por un Consejo integrado por los directivos de las asociaciones o entidades nacionales que representen al sector agropecuario, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Instituto Nacional del Agua (INA), el Ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios y el Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, quien será la autoridad que presidirá el Consejo.
ARTÍCULO 5º.- Son funciones del Consejo:
1) Elaborar y aprobar un plan de inversiones para aumentar la superficie de riego y la seguridad y eficiencia del uso del recurso hídrico en todo el territorio
2) Fiscalizar la inversión de los recursos que el Presupuesto Nacional destine para fomentar sistemas de riego y de los créditos otorgados con ese objeto, sean ellos de origen nacional o extranjero.
3) Elaborar en forma anual un plan que alcance los propósitos dispuestos en el Art. 2 de la presente ley.
4) Destinar y distribuir a las provincias fondos para Aportes No Reembolsables (ANR) reservada para la inversión en sistemas de riego para pequeños y medianos productores agrícolas.
5) Administrar los recursos económicos y técnicos para coordinar con las provincias la elaboración de los informes previstos en los objetivos propuestos en el Art. 2 de la presente ley
ARTÍCULO 6º.- Destínese fondos especiales dictaminados por el Congreso de la Nación, para la creación y funcionamiento de la Comisión Nacional de Riego (CNR).
ARTÍCULO 7º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


En la Argentina no existe un organismo nacional destinado a fomentar el aumento de la superficie de riego con control de la seguridad y eficiencia del uso del recurso hídrico en todo el territorio. Sin embargo, a tales fines, otros países como Chile o México ya cuentan con comisiones especiales, entendiendo que el agua es un recurso fundamental para la producción, la expansión agropecuaria y para la vida.
Un informe de las Naciones Unidas determinó que en el mundo "En la mayoría de las regiones, el problema no es la falta de agua dulce potable sino, más bien, la mala gestión y distribución de los recursos hídricos y los métodos y sistemas dispendiosos. La mayor parte del agua dulce -el 70% y hasta el 90% en el trópico seco- se utiliza para la agricultura, mientras que una cantidad sustancial se pierde en el proceso de riego. La mayoría de los sistemas de riego funcionan de manera ineficiente, por lo que pierden aproximadamente el 60% del agua que extraen, que se evapora o vuelve al cauce de los ríos o a los acuíferos subterráneos".
Desde la década de 1950, la superficie agrícola mundial bajo riego ha aumentado de 100 a 250 millones de hectáreas. En gran parte, esta expansión fue posible debido a los avances tecnológicos como el riego por goteo, que permitieron cultivos en zonas más áridas. En la Argentina, la superficie regada ha aumentado más que 60% en los últimos 40 años (FAO 2010), y en la actualidad se riegan áreas donde el uso de agua por la agricultura fue tradicionalmente mínimo, o muy bajo.
Según el Ing. Agr. Daniel Tomasini, profesor responsable de Economía de los Recursos Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), nuestro país ocupa más del 80% de su territorio con actividades agrícolas, ganaderas y forestales, generando un impacto importante en la base de sus recursos naturales.
En la publicación titulada "La Desertificación: un problema ambiental, social y económico de creciente importancia" de 2004, se advierte que las regiones áridas del país disponen sólo del 12 % de los recursos hídricos superficiales (2.600 m3/seg), los que junto a la dotación de aguas subterráneas, permiten el riego en más de 1.250.000 hectáreas en los llamados oasis de riego. Pero deficiencias en la infraestructura de riego, la inadecuada sistematización del terreno, el mal manejo del agua y déficits en la asistencia técnica al productor, llevaron que cerca del 40 % de la superficie presente problemas de salinización y/o revenimiento freático.
En la Argentina, más de dos tercios del territorio están comprendidos por regiones áridas, semiáridas o subhúmedas secas, las que están sujetas a procesos de desertificación, donde la pérdida de productividad se traduce en el consiguiente deterioro de las condiciones de vida, estimulando los procesos migratorios. La población urbana y rural establecida en la región árida/semiárida representa aproximadamente el 30 % del total nacional (9 millones de habitantes) y presentan ingresos per cápita promedio inferiores a la media nacional, y los porcentajes de hogares con necesidades básicas insatisfechas duplican la media nacional.
Los cambios climáticos, sumada a la mayor demanda de recursos hídricos por parte de las industrias y la utilización del agua para la generación de energía han limitado el acceso destinado a la producción agropecuaria.
En provincias áridas como San Juan, en la actualidad se requiere de una urgente asistencia para acceder al agua. Los chacareros demandan que se declare la Emergencia Hídrica y dependen del Departamento de Hidráulica de la provincia quien determina la época de cortes del suministro para riego o para generación de energía -en un año que estará marcado por la sequía-. Hasta la fecha, se estima que no se ha regado ni el 5% de la superficie cultivada.
Debido a la escasez de precipitaciones níveas en la cordillera, y el cambio climático vivido en los últimos meses en la provincia, provocó falta de humedad en el suelo cultivado y la brotación anticipada de vides que ha despertado una fuerte preocupación de viñateros y productores que piden la reactivación de pozos en forma urgente para extraer agua subterránea. Esos pozos fueron construidos en la década del 60 con dinero aportado, en parte, por los propios productores, con la finalidad de activarlos principalmente en momentos de sequía como la que se vive actualmente.
Otro ejemplo que grafica la gravedad de la falta de acceso al agua es la situación que atraviesa la "Escuela de Fruticultura y Enología" creada por Domingo F. Sarmiento como escuela agroindustrial pionera en la provincia, inaugurada en el año 1862 y declarada "Patrimonio Cultural y Natural, Material e Inmaterial de la Provincia de San Juan". Hoy la falta de suministro de agua de riego trajo aparejado la pérdida de los cultivos, y los alumnos ya no pueden realizar sus prácticas de campo indispensables para la orientación académica, y a su vez, la falta de producción, hace que los cursos de Industria carezcan de materias primas para la elaboración de vinos, aceites, mermeladas y demás productos. Además, se lamentó la pérdida de olivos centenarios, y para reactivar la producción de nuevos plantines se requieren unos 5 años, con lo cual se encuentra afectada una generación entera de alumnos.
En cuanto a los sistemas de riego, fundamental para la producción agrícola en zonas áridas como San Juan, hasta la década del noventa predominaba totalmente el sistema "tradicional" al manto para el cultivo de vid y por surco en cultivos hortícolas. A partir de la década del noventa y coincidiendo con los diferimientos impositivos, se comienzan a incorporar sistemas modernos de riego por microaspersión y por goteo, con lo cual demuestra la necesidad de la intervención del Estado en materia de beneficios impositivos, fiscales o de Aportes No Reembolsables para el desenvolvimiento de la actividad.
Cuando se aplicaron las leyes de diferimiento impositivo, la superficie agrícola bajo riego aumentó de forma marcada. En estas nuevas áreas agrícolas promocionadas por la ley, se generó mayor proporción de la superficie plantada con olivo, que pasó de 30 a más de 90000 ha (SAGPyA 2008). En la actualidad, las plantaciones de olivo representan cerca de 70% de la superficie agrícola de las provincias de Catamarca y La Rioja.
El estudio titulado "El consumo del agua por el cultivo de olivo (Olea europaea L.) en el noroeste de Argentina: una comparación con la Cuenca Mediterránea" firmado por Peter S Searles, Martín Agüero Alcarás & María C Rousseaux (CRILAR-CONICET), señala que "las fincas de olivo hoy en día consumen cerca de siete veces más agua que la población humana en las provincias de Catamarca y La Rioja, y alrededor de tres a cuatro veces más en San Juan", y alerta que "Bajo condiciones óptimas de riego, el olivo puede consumir más de 50000 L/ha diarios durante el verano, y cada árbol puede transpirar más de 100 L/día. En las provincias de Catamarca y La Rioja, donde la industria olivícola utiliza una cantidad de agua considerable para el procesamiento de aceitunas de mesa, es probable que las actividades (i.e., campo+fábrica) del sector olivícola representen 80-90% del uso del agua provincial".
Los resultados experimentales de Aimogasta (La Rioja) "confirman la suposición que el consumo de agua por el cultivo es mayor en el NOA (1100-1200 mm/año) que en el Mediterráneo (900- 1000 mm/año). Además, en muchas zonas, el riego necesario en el NOA es más que el doble por la falta de precipitación.
La combinación de temperaturas altas en la primavera y de riego desmedido puede resultar en un crecimiento vegetativo excesivo que no se traduce en un aumento del rendimiento del cultivo, como encontramos experimentalmente en Aimogasta (Correa-Tedesco et al. 2010). El desarrollo de estrategias de riego deficitario controlado (RDC) en la primavera podría permitir ahorrar agua y mejorar la relación entre crecimiento vegetativo y reproductivo. Además, el RDC podría ser utilizado en varios momentos del año. Resultados preliminares de un ensayo de riego deficitario controlado en post-cosecha indican que varios parámetros fisiológicos se recuperan rápidamente de estrés hídrico.
Considerando que la olivicultura representa 80-90% del agua dulce utilizada en las provincias de Catamarca y La Rioja, un mejor conocimiento de la ecofisiología del cultivo y su respuesta bajo las condiciones ambientales del NOA es crítico para reducir el agua regada. Eso podría repercutir fuertemente en el balance de agua de la región y tendría consecuencias sobre la sustentabilidad del agrosistema".
Es por ello que considero necesaria la creación de la Comisión Nacional de Riego (CNR) que tenga como objetivo principal aumentar la superficie de riego, pero con la seguridad y eficiencia del uso del recurso hídrico en todo el territorio.
Por todo lo expuesto es que solicito a mis pares el pronto tratamiento y acompañamiento del presente proyecto.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
CACERES, EDUARDO AUGUSTO SAN JUAN UNION PRO
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
INTERESES MARITIMOS, FLUVIALES, PESQUEROS Y PORTUARIOS (Primera Competencia)
AGRICULTURA Y GANADERIA
PRESUPUESTO Y HACIENDA