Solicitar al Poder Ejecutivo que, a través del Ministerio de Producción de la Nación, arbitre las medidas pertinentes - presupuestarias, subsidios no reintegrables, líneas de crédito, entre otras- a los efectos de propiciar la reconversión de la flota pesquera artesanal con asiento en los Puertos de Ingeniero White y Coronel Rosales, Provincia de Buenos Aires.-

Señor presidente:

La pesca artesanal en la ría de Bahía Blanca atraviesa en la actualidad una profunda crisis debido a la escasez del recurso pesquero. Entre las principales causas de tal situación se encuentran los cambios en la ría y la pesca fuera del estuario.

De acuerdo a las reglamentaciones vigentes, la ría es considerada una zona de agua interior, delimitada por una línea de base que simula la continuación de la costa desde Punta Pehuen-Có hasta Punta Laberinto. A partir de este límite, las primeras 12 millas náuticas son de jurisdicción provincial. Por lo tanto, para pescar dentro de la ría y fuera de ella hasta las 12 millas, se necesita permiso de pesca de la Provincia de Buenos Aires. De las 12 a las 200 millas la jurisdicción es nacional, y el permiso para operar en esta zona es otorgado por la Dirección Nacional de Pesca y Acuicultura.

Los pescadores de los Puertos de Ingeniero White y Coronel Rosales insisten en reclamar la ampliación de la jurisdicción de la zona de pesca que les es permitida ante la falta de recurso pesquero disponible en las millas náuticas autorizadas a la actividad de la pesca artesanal.

En la actualidad, la flota de lanchas consideradas artesanales tienen permitiendo la pesca sólo dentro del sector del estuario, sin poder pasar de la zona de Punta Laberinto, frente al sector denominado Baterías. A esto se agrega que también se limita el área de pesca a partir de la zonificación realizada para la Reserva Provincial Bahía Blanca, Falsa y Verde, y con la prohibición para la pesca artesanal en Riacho Azul. Por lo que se observa, se cierran las posibilidades de hacer de ésta una actividad productiva que permita cubrir las necesidades económicas de las más 200 familias que viven de la pesca artesanal.

Asimismo, la Provincia de Buenos Aires no realiza los controles apropiados para evitar una pesca excesiva en la zona de entrada al estuario, donde embarcaciones de diferente origen llegan para ejercer una importante presión sobre el recurso pesquero, que luego no llega a entrar a las aguas de la ría, lo que también impacta en la flota de pesca artesanal local.

Desde hace unos años la pesca en toda la zona interna de la ría de Bahía Blanca ha venido decreciendo, llegando al punto de contabilizar en los últimos ocho meses la menor pesca en años, siendo en los últimos dos meses nula.

El sector se encuentra inmerso en una profunda crisis. Las capturas han caído enormemente respecto a fines de la década de 1970, la flota se ha deteriorado, numerosos puestos de trabajo se han perdido desde hace algunos años y los ingresos provenientes de esta actividad han disminuido.

En los registros de la Delegación Bahía Blanca de la Subsecretaría de Pesca de la Provincia de Buenos Aires se encuentran registradas 128 embarcaciones dedicadas a la pesca artesanal. La primera observación que se puede hacer a la composición de dicho número hace foco en la gran cantidad de canoas de menos de 7 metros de eslora - algunas con remos y otras con motores fuera de borda- en relación a las lanchas amarillas de tipo comercial.

Las artes de pesca habitualmente usadas dentro de la ría son: tapadura de canal, vuelo por costa, red de enmalle, red de fondeo y red de pescadilla. La pesca con redes de arrastre no está permitida dentro de la ría ni hasta las 3 millas. Sin embargo, como se explicará más adelante, cuando se declaró la Emergencia Pesquera en la Ría de Bahía Blanca la Subsecretaría de Pesca de la Provincia de Buenos Aires autorizó a algunas embarcaciones a realizarla.

Algunos aseguran que la causa principal de la escasez del recurso pesquero es el mal manejo que se está haciendo fuera del estuario de la Ría de Bahía Blanca, dado que la presión sobre el recurso aumentó y provocó que ingresara a la ría un volumen menor. Esto sucedió a mediados de la década de 1980, cuando la flota artesanal marplatense se reconvierte a costeros cercanos y lejanos y empieza a pescar más al sur, comenzando a declinar la pesca en la ría. En esa zona de pesca (Claromecó, Monte Hermoso) se produce el desove de muchas especies, lo que impactó sobre la evolución del recurso.

Desde hace algunos años, la paulatina agudización de la crisis del sector pesquero artesanal derivó en un problema de rentabilidad para las unidades económicas. Cuando los márgenes obtenidos son buenos, los resultados de una temporada permiten, en épocas de baja producción, acondicionar las embarcaciones y eventualmente realizar mejoras en ellas.

Pero la escasa rentabilidad obtenida en estos tiempos no permitió que los pescadores se reconviertan por sí solos. Entonces, las lanchas no se mantienen como debieran y se deterioran. Esto les anula la posibilidad de que puedan elegir lugares de pesca más alejados, ya que Prefectura Naval Argentina no las autoriza a salir más allá de determinado millaje.

En efecto, una vez obtenido el permiso de pesca correspondiente Prefectura Naval Argentina autoriza a las embarcaciones a salir hasta determinada distancia. Por lo tanto, aunque la flota local tenga un permiso para operar hasta las 12 millas, no necesariamente todas las lanchas pueden ir hasta esa distancia. Esto depende fundamentalmente de la autonomía y del estado de la embarcación. Actualmente, ninguna embarcación de pesca artesanal radicada en Bahía Blanca puede salir de la línea de base que delimita las aguas interiores de la ría. Inclusive dentro de la ría, según el tipo de embarcación, las mismas pueden llegar sólo hasta determinados lugares.

Se constituye así un círculo vicioso que en el mediano plazo hace peligrar la continuidad de la actividad. Según los mismos pescadores, los lugares donde más se concentra la pesca requieren un esfuerzo extra, tanto en combustible como en tiempo.

Sin duda, y como punto de partida para iniciar un proceso de recuperación, es vital encarar un estudio integral del recurso para poder desarrollar una pesca sustentable. Pero además es fundamental reconocer las debilidades actuales de la flota y actuar sobre ellas. Si el recurso no entra en la ría, para mantener el volumen de pesca y los puestos de trabajo, no queda otra alternativa que ir a buscarlo a las zonas de mayor concentración. Esto implica un aumento en el esfuerzo particular de cada pescador: mayores distancias acarrean mayores costos en tiempo y dinero. Por eso, la reconversión de la flota menor hacia embarcaciones costeras de mayor capacidad y con posibilidades de acceder a zonas fuera del estuario se convierte en una posibilidad concreta para que resurja el perfil pesquero de nuestro puerto. Por el contrario, la gran cantidad de embarcaciones de menos de 10 metros de eslora se traduce en bajos rendimientos y escasos ingresos.

Por todo esto que venimos describiendo, es que se necesita, en carácter de urgente, establecer acciones concretas desde el Ministerio de Producción a los efectos de acompañar la reconversión de la flota pesquera artesanal y permitir continuar con esta actividad productiva que identifica a la comunidad de Ingeniero White.

Por todo lo expuesto, solicito a las Sras. Diputadas y Sres. Diputados acompañen el presente Proyecto de Resolución.-