Expresar su pesar por el hundimiento del buque pesquero "Carlos Álvarez", que dejó un saldo de dos muertos, ocurrido el día 11 de Agosto de 2006, a unos 60 kilómetros del Puerto de Caleta Paula, Provincia de Santa Cruz.

Señor presidente:

Bien se sabe que los adelantos tecnológicos de los últimos tiempos han cooperado con el desarrollo de la sociedad moderna. Sin embargo, si bien se hicieron grandes avances en medicina, investigación, navegación, vuelo, entre otras cosas, el esfuerzo del hombre no es suficiente para evitar los desperfectos técnicos ni las tragedias que derivan de los efectos causados por la naturaleza.

El pasado 11 de Agosto de 2006, el buque pesquero "Carlos Álvarez", de la firma CONARPESA (Continental Armadores de Pesca) se hundió a unos 60 kilómetros del puerto de Caleta Paula, luego de tres horas de arduo trabajo por parte del Guardacostas "Fique", de la Prefectura Naval Argentina y del buque pesquero "Antonio Álvarez", perteneciente a la misma firma. La tragedia dejó un saldo de dos muertos y, al menos, cinco heridos.

La embarcación había partido de Puerto Madryn, Provincia del Chubut, el 27 de Julio; había capturado hasta el 31 del mismo mes un total de 285.618 kilogramos de langostinos cuando, según las autoridades de Prefectura, se produjo un incendio que, aparentemente, tuvo origen en la sala de máquinas.

Al iniciarse el incendio, el "Carlos Álvarez" se encontraba a 83 millas (160 kilómetros) de la costa y en un punto cercano al paralelo 46, límite de Chubut y Santa Cruz. El llamado de auxilio fue recibido por el buque "Antonio Álvarez", el cual, al arribar al lugar del incendio, rescató a los tripulantes, junto con dos guardacostas, un helicóptero y un avión de la Prefectura Naval Argentina. Acto seguido, la nave con apoyo del Guardacostas Fique iniciaron el remolque del barco incendiado hacia Caleta Paula, pero este escoró sobre una de sus bandas en forma considerable, y ante la eventualidad de un hundimiento se interrumpió el remolque.

El buque se fue a pique llevándose a las profundidades los cuerpos de dos tripulantes, Sergio Araya y Gustavo Vitale, ambos oriundos de Mendoza pero con residencia en Puerto Madryn.

Así pues, como representantes del pueblo argentino, considero que es nuestro deber expresar nuestras condolencias a estas familias por tan triste pérdida y ofrecer una oración por las almas de estos dos marineros quienes trágicamente perdieron su vida en las frías aguas del sur.

Por todo lo antes expuesto, solicito a mis pares que me acompañen con la aprobación del presente Proyecto de Declaración.