Solicitar al Poder Ejecutivo informe, a través de los organismos oficiales correspondientes, de respuestas al siguiente pedido de informes sobre los siguientes puntos:

1. Situación actual de la administración del agua en las empresas binacionales Yacyretá e ltaipú.

2.- Cuáles serían las regulaciones, los mecanismos y el ámbito de aplicación para que el Estado Nacional conozca, controle y pueda incidir en la administración del agua por las grandes obras hídricas.-

FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

Señor presidente:

Es de público conocimiento el impacto que se produce en la naturaleza cuando se altera su natural desarrollo. Tal es el caso de la instalación de construcciones que si bien son soluciones para determinados problemas de la población, las mismas deberían ser hechas teniendo en cuenta la protección del ecosistema circundante.

En el caso de las represas, las mismas alteran los pulsos hidrológicos impidiendo las migraciones de los peces, entre muchos otros daños.

Puntualmente, en el caso del Río Paraná se debería estudiar el impacto que se producen dichas construcciones sobre la pesquería y a partir de ello reconocer un criterio de control y reglamentación para la administración del agua, recurso sumamente necesario para la vida.

En el caso del Río Paraná, la marcada bajante que sufre actualmente ha motivado que desde diferentes instituciones y asociaciones regionales se haya solicitado información sobre el manejo de los caudales de agua que realizan las grandes represas binacionales Yacyretá e ltaipú para conocer cuáles son los criterios que se utilizan para hacerlo.

Yacyretá es una gran represa administrada por un organismo argentino- paraguayo, la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), mientras que ltaipú es otra enorme represa binacional regulada por Paraguay y Brasil, cuyo embalse -de 170 Km. de largo-, se extiende sobre el Paraná a sólo 14 Km. al norte de la frontera con la Argentina.

Ambas represas estarían provocando ya un fuerte impacto en las pesquerías y los humedales fluviales, haciendo sentir su efecto negativo en centenares de kilómetros aguas abajo.

Este impacto se reflejaría particularmente en la merma poblacional y de tallas de los grandes peces migradores, precisamente los de mayor valor económico, alimentario, deportivo y turístico.

Con respecto al párrafo anterior, pescadores del norte de Santa Fe y de las provincias de Chaco y Corrientes, ya estarían informando sobre el desecamiento de lagunas, riachos y arroyos de la planicie de inundación del río Paraná a raíz de la extrema bajante y la merma de los caudales por debajo de los promedios históricos. Según las informaciones suministradas, miles de peces atrapados se asfixiaban y morían, incluidos surubíes, dorados y paties, entre otras especies.

El Director General de la Fundación PROTEGER (1), sr. Jorge Cappato, expresaría lo siguiente: "es de conocimiento público que el Río Paraná registre una de las mayores bajantes de las últimas décadas. La altura hidrométrica promedio en Corrientes ha sido de 4.05 m en 2007 y 3.38 m en 2008, mientras que en enero/febrero de este año promedia 2.54 m". Y continúa: "...Es precisamente en períodos de escasez de agua cuando las grandes represas retienen en sus embalses buena parte del caudal del río en desmedro de las poblaciones ribereñas que viven aguas abajo y cuya economía, alimentación y subsistencia dependen en gran medida del buen estado de las pesquerías del Paraná. Investigaciones han demostrado que Yacyretá e ltaipú, en conjunto, destruyeron el 44% del área reproductiva de las especies de surubí".

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Por su parte, expertos del CONICET (2) agregaron: "Según los especialistas, las represas no sólo impiden las migraciones de los peces aguas arriba, sino que -al retener el agua cuando los peces realizan migraciones transversales en la planicie inundable-, impiden que se completen los ciclos de desarrollo y reproductivos. Por otra parte, los embalses alteran irreversiblemente el hábitat acuático".

Con estos argumentos, se denota que no sólo la pesquería se encontraría afectada, también existirían otros impactos económicos y sociales altamente negativos de estas represas.

La marcada falta de caudales en el Paraná obligaría a suspender la navegación en algunos sectores y a disminuir la carga de las embarcaciones.

Asimismo, el acceso a los puertos y sobre todo a pequeños muelles utilizados por poblaciones a lo largo de la costa del río se verían afectados.

Muchos turistas cancelaron viajes ligados a navegaciones por el Paraná. También se clausuraron balnearios y, como en Rosario, hubo que tomar medidas y gastar en equipamiento para asegurar la captación y el bombeo de agua hacia las plantas de potabilización.

Por estos motivos es que considero necesario dirigirse al Poder Ejecutivo para que, a través de los organismos correspondientes, evalúe la factibilidad del caso a fin de iniciar urgentes acciones tendientes a conocer y contemplar las necesidades que surgen, estudiar niveles hidrométricos mínimos para los ciclos de migración, reproducción y alimentación de los peces del Paraná tendientes a recuperar las disminuidas poblaciones de los mismos y, eventualmente, disponer de manuales de operación que incluyan el manejo de los caudales de agua por parte de las represas ubicadas en el río Paraná, especialmente Yacyretá e Itaipú, en beneficio de la calidad de vida de las poblaciones y de las economías regionales del NEA-Litoral.

Lo enunciado demuestra los peligros que implicarían decisiones inapropiadas que pudieran tomarse con respecto a este tema debido al impacto ambiental en un área de alta fragilidad ecológica como lo es esta zona.

Y por todo lo expuesto anteriormente solicito a los señores Diputados que se sirvan acompañar el presente Proyecto de Resolución.-