Solicitar al Poder Ejecutivo la creación de la Comisión Nacional de Planeamiento y Coordinación de Intereses Marítimos y Fluviales de la Nación, a efectos de definir, mantener y actualizar las áreas de competencia e interés de los mismos.

Señor presidente:

La República Argentina tiene una localización geográfica semi-insular, que le otorga una clara identidad a los fines de su proyección estratégica.

Tanto el mar, como nuestros ríos, configuran un conjunto de intereses marítimos y fluviales que podemos identificar y mensurar señalando que nuestra Zona Económica Exclusiva (Z.E.E.) tiene una extensión superior al territorio continental, albergando una diversidad de recursos tanto naturales, como potenciales y generadores de desarrollos científico- tecnológicos, económicos, culturales, de trabajo e inserción soberana entre Naciones con perfil vinculante.

Nuestro país posee casi 4.500 kilómetros de costas, con variados rasgos físicos, geológicos y biológicos, con algo más de 3.500 kilómetros de vías navegables fluviales que conducen al océano, a través de la cuenca del Río de la Plata, conectando grandes rutas comerciales internacionales, sirven de complemento a proyecciones bioceánicas continentales, completando el cuadro geográfico político que apoya a uno de los ejes estratégicos más importantes y sin alternativa para las esperanzas de desarrollo y bienestar de la República, como son las políticas integrativas, en trámite de consenso político, con países de América Latina.

Cualquier Nación debería sentirse beneficiada y esperanzada de tal bonanza geográfica.

Hoy más del 85% de nuestro comercio exterior se transporta por agua, desde y hacia los principales centros mundiales, a distancias que oscilan entre los 10.000 y 15.000 kilómetros. Tal situación nos define cuanto menos geográficamente, como un país marítimo.

Los intereses marítimos son un conjunto heterogéneo de asuntos propios del ámbito marítimo-fluvial que tocan básicamente al transporte por agua, a la explotación de recursos naturales del mar, los ríos, y las aguas interiores, con todo lo que les es conexo; y que coinciden preponderantemente en aspectos políticos, económicos, de relaciones exteriores, comercio interno e internacional, el orden laboral, la soberanía, la defensa y la seguridad nacional, la industria, los puertos, las vías navegables, la ciencia y la tecnología, la formación y capacitación de los recursos humanos en múltiples facetas.

Este último aspecto, nunca bien definido en la comprensión de nuestra sociedad, materializa, para los ciudadanos con vocación, que el país prepara para ocupar, custodiar, defender y ejercer soberanía coordinada en su proyección regional, dentro del territorio marítimo con el alcance de las fronteras que definan las estrategias nacionales.

Señor Presidente, detrás de cada uno de los aspectos señalados, existen válidos intereses, pero no es menos cierto que la dispersión de jurisdicciones administrativas y las producciones independientes de cada área vinculada a los mismos, si bien tienen alto valor de rendimiento individual y la necesaria libertad de creación y decisión, también producen un serio deterioro a esos intereses en su consideración integral, al no contar con un marco normativo que planifique y coordine las grandes áreas en sus alcances y sus límites, para lograr el máximo avance y coherencia en la explotación de estos bienes naturales que se nos presentan.

Se cambiaría de este modo una crónica postergación de soluciones de fondo en un marco político-económico más amplio, liberando el desarrollo coordinado de las industrias relacionadas dentro del encuadramiento de un organismo, instalado en el nivel adecuado del Estado, con aptitud de fijar los límites de las partes para lograr el máximo beneficio del conjunto.

Entendemos que los aspectos de desarrollo y beneficios económicos serán el resultado final, de dar una atención centralizada y coordinada a los Intereses Marítimos-Fluviales a nivel nacional y global.

Se configuran también intereses transnacionales en ejercicio dentro de las políticas económicas y de Relaciones Exteriores que tienden a apoyar la proyección de la inserción Argentina dentro de un planeta con fuertes desequilibrios de coherencia sustentable y de poder. Esta dimensión debería ser entendida por esta Comisión, en coordinación con aquellos organismos que deban participar en la producción de áreas de trabajo de los Intereses Marítimos y Fluviales.

El actual sistema ha motivado, y así lo expresan los sectores que participan en las actividades relacionadas, la necesidad de un organismo de jerarquía acorde con la importancia del área de interés nacional de que se trata, y con el peso político que garantice su capacidad de convocatoria de las áreas que conforman los Intereses Marítimos de la Nación. Cada una de las áreas debe continuar independiente en su objetivo principal, prestando atención a los aspectos que se interrelacionan con cada una de las otras áreas de los intereses, esta atención será el espacio de la Comisión Nacional de Planeamiento y Coordinación de los Intereses Marítimos y Fluviales de la Nación a semejanza de otras Comisiones Nacionales existentes en la estructura del Estado.

Se pretende, como parte del espíritu de esta Comisión, el Planeamiento integral con rigor de Política de Estado, que sin interferir las actividades de cada área de los intereses, en particular, planifique y oriente la coordinación de todos en conjunto. Esto asegurará una única dirección estratégica sustentable para el sector, económicamente un mayor rendimiento y coherencia con los objetivos y capacidades nacionales.

El presente proyecto aspira además, alcanzar una de las más antiguas y necesarias ambiciones de los ciudadanos del mar, tanto navegantes como operadores terrestres, materializar y mantener una Identidad Marítima Nacional que integre y defina las fronteras nacionales en la percepción de nuestra sociedad, las áreas marítimas y fluviales como parte de la cultura argentina.

Se procura, definir, mantener y actualizar las áreas de Intereses Marítimos-Fluviales como una Política de Estado, y coordinar en los espacios de relación de cada sector; Producción, Fuentes de Trabajo, Investigación, Tecnología, Recursos Humanos y orientación presupuestaria; en forma coherente con los intereses de un Polo de Desarrollo Nacional Integral.

Esta resolución, materializa una solicitud al Poder Ejecutivo Nacional, como única parte del Estado con capacidad de diseñar, desarrollar e impulsar esta iniciativa que creemos sumamente necesaria, particularmente en estas circunstancias de inflexión política, y rumbo cierto a una política de desarrollo y producción de necesaria y urgente atención hacia la evolución del trabajo y la tecnología.

Por todo lo expuesto, solicito la aprobación del presente Proyecto de Resolución.