Artículo 1°.- Declárese Bien Histórico Nacional al edificio del "Faro de la Barra del Río Negro", inaugurado el 25 de mayo de 1887, ubicado en el Balneario El Cóndor de la Provincia de Río Negro.

Artículo 2°.- A los fines dispuestos en el artículo 1°, este bien queda amparado por las disposiciones de la Ley N° 12.665 (modificada por la Ley N° 24.252) y Ley N° 25.197.

Artículo 3°.- Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

Señor presidente:

A 30 Km. de la Ciudad de Viedma, capital de la Provincia de Río Negro, se encuentra la Villa Marítima "El Cóndor", también denominada "La Boca" por los habitantes de la zona. Esta última denominación se debe a que está situada en la margen sur de la desembocadura del Río Negro.

En esta Villa Marítima se encuentra el Faro de la Barra del Río Negro. Según la definición del Diccionario del Bureau Hidrográfico Internacional, faro es "una estructura distintiva sobre una costa o alejada de la misma que presenta una luz principal destinada a servir de ayuda a la navegación". Más precisamente, una construcción costera que posee una señal luminosa característica cuya función es orientar al navegante. Generalmente ubicado en puntos destacados del litoral, en lugares altos, notables, ya sean artificiales o naturales. El diseño y los materiales para su construcción están directamente relacionados con el sitio de emplazamiento. Por ello, es primordial que la torre sea un soporte sólido y que su altura sea considerable sobre el nivel del mar. De su elevación dependerá el alcance que se quiera dar a la luz.

El faro referido en el presente proyecto toma el nombre del río homónimo y es el más antiguo de los faros del país en servicio que mantiene señal y personal de custodia. Fue inaugurado por el General Lorenzo Winter en el año 1887.

Cuando se fundó el Fuerte del Río Negro, el 22 de abril de 1779, la frontera interior de nuestro país estaba en la margen izquierda del río Salado, es decir, casi todo el territorio de la actual provincia de Buenos Aires estaba en poder del indígena. Así entre el nuevo fuerte y la capital virreinal se extendía una inmensa región de mil kilómetros de soledad. Este espacio era recorrido por las tribus en busca de caballos y vacunos y en el vivían toda clase de aves, felinos y animales. Por esto, tan solo por mar eran posibles las comunicaciones. Esto demuestra la importante actividad marítima de aquellos años y el motivo de su construcción que fue darle un punto de referencia a los barcos que se aproximaban a la desembocadura del río para tomar puerto. Durante la noche su luz era una ayuda muy útil para sortear los barcos de arena existentes en la zona.

Cuando se inauguró, el equipo luminoso era una lámpara de mecha alimentada por aceite, luego fue reemplazado por un equipo alimentado por gas de querosén, posteriormente se incorporó otro a gas acetileno, finalmente se libró a servicio eléctrico a destellos con lámpara de 1000w de red urbana y óptico concentrador de luz. En su interior guarda una vasta gama de recuerdos de los navegantes que pasaron por nuestras costas marítimas

Es una estructura octogonal, de más de 13 metros de altura, compuesta de una torre de 9 metros, y funciona con energía eléctrica. Su altura sobre el nivel del mar es de 45,62 mts., e indica el inicio del acantilado que distingue a la costa Patagónica. Su situación geográfica es la siguiente: Latitud 41º03'23'' S y Longitud 62º48'10'' W, y su señal es divisada a una distancia de 16.5 millas náuticas de la costa (aproximadamente 30 kilómetros).

El 25 de mayo de 2007, se cumplieron 120 años de su inauguración. Este aniversario fue declarado de interés municipal por el Consejo Deliberante de la Municipalidad de Viedma, con Ordenanza Nº 6.122, del 6 de Junio de 2007. También la Legislatura de la Provincia de Río Negro declara su aniversario, de interés social y educativo, a través de la Declaración Nº 31/2007; y Monumento Histórico Provincial a través de la Ley N° 4.210.

El Faro del Río Negro es un orgullo para nuestra provincia. Este proyecto pretende declararlo Bien Histórico Nacional porque en el se conjugan valores históricos, testimoniales o simbólicos y estéticos, convirtiéndolo en un documento excepcional de nuestra memoria histórica.

Por las razones antes expuestas solicito a mis pares la aprobación de la presente iniciativa