INTERESES MARITIMOS, FLUVIALES, PESQUEROS Y PORTUARIOS
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PROYECTO DE RESOLUCION
Expediente: 0396-D-2007
Sumario: PEDIDO DE INFORMES AL PODER EJECUTIVO SOBRE EL CUMPLIMIENTO DE LO ESTABLECIDO EN EL REGIMEN FEDERAL DE PESCA.
Fecha: 09/03/2007
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 7
Dirigirse al
Poder Ejecutivo Nacional para que por donde corresponda
informe:
1. - Si se da
cumplimiento estricto en lo establecido en el del Régimen
Federal de Pesca, el cual establece un marco normativo para
dicha actividad y que aún no ha sido implementado.
2. - Si tiene
conocimiento de la difícil situación que atraviesa este sector al
no haber una clara reglamentación al respecto.
3. - Si tiene en
conocimiento la gran cantidad de buques pesqueros que
realizan la actividad de forma ilegal, siendo en su mayoría
extranjeros.
4. - Si tiene en
cuenta la importancia de este sector para la economía y la
sociedad.
5. - Que
políticas tiene pensadas al respecto y en favor de este
sector.
6. - Como
piensa administrar sus recursos naturales.
7. - Como
piensa cuidar los objetivos de pesca en peligro de extinción,
los cuales son productos nacionales típicos.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
La situación
actual del sector pesquero nos confronta hoy con la Argentina
que queremos dejar de ser: aquella que deja librada al
arbitrio de un funcionario circunstancial la suerte de sus
recursos más importantes, en lugar de establecer reglas de
juego claras que garanticen la sustentabilidad de ese mismo
recurso en el mediano y el largo plazo. No debe olvidarse que
cuando se trata de alimentos -cómo es el caso de la pesca-, al
interés nacional se suma el interés de la comunidad
internacional en asegurar una administración racional de los
recursos.
Hoy en día
científicos estadounidense han alertado sobre los peligros
ambientales que surgirán a futuro a partir del no interés por
estos temas.
Argentina
teniendo un recurso tan amplio en sus costas no puede
regalar sus riquezas y a su vez dejar a la deriva una industria
potencialmente líder tanto en el mercado nacional como en el
mundial en épocas que el hambre es una triste característica
mundial.
Si bien no es
una industria pesada como necesita nuestro país a futuro para
no estar tan atada a los precios de las materias primas, es un
eslabón estratégico que sufre los constantes embates de la
ilegalidad nacional como foránea poniendo en jaque las
especies y los puestos de trabajo.
Lamentablemente, no siempre somos conscientes del
significado que tiene la pesca para el presente y el futuro de
los argentinos. Inmersos en una fuerte tradición
agroganadera, perdemos de vista sectores como el pesquero,
que supera a muchos otros productos en valores de
exportación. Cuando la opinión pública desconoce la
importancia de un sector, cuando el pueblo está
deficientemente informado, falla el control ciudadano y se
corre el riesgo de caer en conductas irresponsables desde la
administración pública.
Obviamente,
lejos del "efecto linterna" de los medios de comunicación este
sector se ve cada vez más perjudicado y deteriorado.
En 1997 el
Congreso sancionó el Régimen Federal de Pesca, por el cual
se estableció un ordenamiento normativo que -bien aplicado-
garantizaría la sustentabilidad del recurso. Pero esa ley no ha
sido todavía implementada. Y, como resultado de esta
dejadez, hoy se encuentran en grave peligro especies como la
merluza hubbsi, la más significativa de nuestro mercado.
No hace falta
ser un experto en el tema para entender cómo se llegó a esa
situación. El otorgamiento de los permisos de pesca se hizo,
en los ´90, al margen de las pautas establecidas en la ley
mencionada. Es decir, se hizo a través del viejo vicio de la
duplicación de los permisos pesqueros, que permite el ingreso
de buques que supuestamente reemplazan a otros
inexistentes o que admite que aquellos que deben dejar de
pescar continúen haciéndolo, continuando de esta manera la
depredación de las riquezas de nuestras aguas por buques
autorizados dudosamente de los cuales muchos no eran
nacionales si quiera, afectando los puestos de trabajo, el
medio ambiente, las inversiones, la industria en su conjunto,
etc. Y al no estar reflejada en los medios, ni al haber
encontrado respuesta a los reclamos, quedó este sector de la
misma manera viéndose estancado.
No se
respetaron las recomendaciones técnicas del Instituto
Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep), que
por ley es el referente técnico y científico de la administración
pesquera nacional. Tampoco se tuvo en cuenta al Consejo
Federal Pesquero ni a los otros institutos de investigación.
Estos organismos se encargan de establecer la captura
máxima permisible en cada caso, fijando los límites de
explotación de la especie. Al no tomarse en cuenta esos
límites, se llegó al extremo de duplicar, en los hechos, los
niveles recomendados por las instituciones.
El Régimen
Federal de pesca intentó acabar con esa falta de control,
llevando el esfuerzo o capacidad de pesca hacia otras
especies, pero sin mayor éxito. Quizás el fracaso sea
consecuencia de la sistemática rotación de funcionarios en la
subsecretaría de Pesca: diecisiete subsecretarios distintos se
sucedieron desde 1989 hasta hoy. Con ese marco de
inestabilidad, no resulta fácil adoptar medidas que miren más
allá de una visión estrecha y cortoplacista. Es necesario hacer
notar el abuso en que incurre el poder administrador cuando,
violentando un principio republicano básico, desconoce la
existencia de una norma sancionada por los representantes
del pueblo.
Así mismo el
apuntalamiento de distintas industrias, sobre todo en el área
alimenticia, posiciona a la Argentina fuertemente en el
mercado mundial ya que si se dan las tristes predicciones de
los científicos estadounidenses, los alimentos pasarán a ser
productos determinantes pudiendo el país sacar provecho en
el mercado. Desde otro punto de vista, es otra industria que
el país puede desarrollar absorbiendo mano de obra y
colaborando con la reactivación económica.
Por otro lado, el
funcionario que tiene en sus manos la capacidad de
determinar quién pesca y cuánto, puede verse tentado a
hacer un uso poco transparente de ese poder, dejando de
lado las leyes que velan por los intereses de todos los
argentinos. Un ejemplo del uso que se le dio a los permisos
de pesca fue la campaña de publicidad de la década del 90:
se inundó la ciudad de Buenos Aires con carteles que
promocionaban como un logro importante él haber llegado a
pescar un millón de toneladas de merluza, con un eslogan que
decía: "Argentina, de un país con pesca a un país pesquero".
En realidad, se estaba depredando el recurso y poniéndolo en
un grave riesgo de colapso. Todo eso a pesar de las
reiteradas y enérgicas protestas de organizaciones no
gubernamentales especializadas y de científicos de prestigio
nacional e internacional. La situación no está todavía resuelta
y sigue afectando los recursos argentinos y a todos los
sectores que viven de la pesca.
La ley le pone
un freno al oportunismo a través de un sistema de cuotas,
que son otorgadas por el Consejo Federal de Pesca sobre la
base de las recomendaciones que surgen de los estudios del
Inidep. Este sistema es el mismo que se aplica en países
como los Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. No se
trata de innovar, sino de hacer cumplir una ley sancionada
hace más de cinco años en la Argentina y de eficacia probada
en países desarrollados, de reconocida seriedad en la
administración de recursos sustentables.
Respetar el
Régimen Federal de Pesca significa reafirmar el principio de la
legalidad republicana, consolidar las competencias de cada
una de sus instituciones y evitar abusos y arbitrariedades en
el ejercicio del poder administrador. Al mismo tiempo, esa
legitimidad otorga previsibilidad a la industria y permite
planificar inversiones en el largo plazo, en el marco de
seguridad jurídica que debe acompañar necesariamente al
desarrollo económico y social del país.
Esta discusión
sobre la aplicación o el desconocimiento arbitrario del
Régimen Federal de Pesca conduce a un planteo sobre el
modelo de país que queremos construir. Se trata de elegir de
una vez por todas si queremos vivir o no en una sociedad
republicana, donde las instituciones son las que garantizan el
crecimiento. El desarrollo no puede quedar a merced del
ingenio o el acierto mesiánico de un poder administrador
desbordado. La primera opción garantiza la previsibilidad, la
generación de empleo genuino, la riqueza y el desarrollo
sustentable. La otra, en cambio, lleva a la incertidumbre y el
estancamiento. La decisión es nuestra y debemos asumirla
con responsabilidad.
Por eso como
representante del pueblo por la Provincia de Buenos Aires,
pido se tenga en cuenta este proyecto ya que la situación de
la actividad en la provincia, como por ejemplo en Mar del
Plata, es realmente delicada. Sin más, espero se cumpla el
deber nacional de proteger nuestras riquezas y explotarlas
con idoneidad.
Firmante | Distrito | Bloque |
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ATANASOF, ALFREDO NESTOR | BUENOS AIRES | PERONISTA FEDERAL |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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