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PROYECTO DE LEY
Expediente: 5253-D-2006
Sumario: IMPRESION DE UNA MONEDA CON LA IMAGEN DE DON LISANDRO DE LA TORRE POR LA CASA DE LA MONEDA.
Fecha: 08/09/2006
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 127
Artículo 1°. - El Banco
Central de la República Argentina y la Casa de la Moneda dispondrán lo
necesario para la impresión de una moneda con la imagen de Don
Lisandro de la Torre, abogado, productor agropecuario, político, filósofo,
escritor, diputado y senador.
Artículo 2°. - El Poder
Ejecutivo Nacional dispondrá lo necesario y reglamentará esta ley para
la efectivización de lo dispuesto en el artículo anterior.
Artículo 3°. -
Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Don Lisandro de la Torre,
abogado, productor agropecuario, político, filósofo, escritor, diputado,
senador y frustrado candidato a gobernador y presidente de un país
que, insólitamente, supo darse el lujo de enviar al ostracismo histórico a
un verdadero hombre ético, ejemplo de conducta cívica, más allá de la
comunión con su pensamiento e ideario
En la Argentina del siglo
XXI bien vale la pena recordar la historia de un joven abogado, nieto de
vascos, proveniente de la ciudad de Rosario en la provincia de Santa Fe.
En su tiempo le tocó en
suerte ser uno de los máximos referentes de la lucha de este país contra
la corrupción, el autoritarismo, el clericalismo como factor de poder y
los sucios negociados entre los gobiernos de turno y los grupos
económicos internacionales.
Aquel tórrido verano, unido
a la espartana austeridad y decrepitud del viejo departamento
arrendado, había terminado por hacer mella en aquel venerable hombre,
golpeado por los fracasos políticos, sus frustradas revoluciones, los
negociados impunes por él descubiertos, las inequidades que no pudo
vencer, las presiones económicas y el fraude electoral.
Había terminado con la
correspondencia dirigida a sus entrañables colegas y compañeros de
lucha partidaria de su partido Demócrata Progresista: hasta allí reveló
su constante y probada amistad, por una parte, y su finisecular ateísmo
y anticlericalismo que tantos enemigos y disgustos le deparara.
Aquella última carta, sería
sorprendentemente el último acto público y político de su dilatada vida.
Ya se había despedido de dos amigos que lo habían visitado unos
momentos antes: un viejo conocido de Rosario, que abrazó
efusivamente, y el doctor Díaz Arana, con quien intercambió algunas
palabras respecto del último discurso del presidente norteamericano
Roosvelt.
Se suicidó así, en ese
departamento del segundo piso de la calle Esmeralda 22 de Buenos
Aires, uno de los hombres emblemáticos de la democracia argentina que
no pudo ser. Se perdía en la historia la figura del doctor Nic6olás
Lisandro de la Torre, el gran "Fiscal de la Nación", un verdadero
ejemplo de lucha política y cívica, tan en crisis en la Argentina de
principios del siglo XXI, con conductas miserables por parte de una
dirigencia que no termina de tomar conciencia que, sus acciones
individuales amorales, terminan inexorablemente afectando la vida
normal de los ciudadanos y el destino de las generaciones por
venir.
Como en otras
oportunidades, la conjura derrotó a un Lisandro de la Torre. Ya
empezaba a sentirse cansado y vencido de tantas infructuosas luchas
por dotar a su país de lo que consideraba necesario para su progreso y
desarrollo.
Fue el pacto Roca - Ruciman
otra muestra de las presiones del gobierno británico sobre los intereses
de la República Argentina y nuevamente la voz de Lisandro de la Torre
se dejó oír en el Senado, denunciando la virtual entrega del comercio
exterior argentino a los intereses exclusivos de Gran Bretaña.
Negociados con los cupos de exportación de carnes, evasión de
impuestos y cohecho, son puestos en evidencia, llegando a tener que
estar presente en una interpelación el mismo Ministro de Agricultura,
Luis Dahau. Rodeado de toda una bancada que le era adversa, se lo
miraba amenazadoramente en el recinto de debates. Para colmo de
males, su compañero de bancada Pancho Correa, cayó enfermo y su
reemplazo, un joven de futuro promisorio dentro del Partido Demócrata
Progresista, Enzo Bordabehere, no terminaba de recibir el diploma
senatorial, demorado adrede.
El debate estaba en su punto
más álgido. Ante los argumentos irrefutables de senador por Santa Fe, el
Ministro solo atinaba a insultar y amenazar. Ante esa situación, la
presidencia llamó al orden. Parecía que todo volvía a sus carriles
normales cuando, el ministro interpelado, se levantó sorpresivamente
de su pupitre y lanzó una serie de improperios hacia su interlocutor.
Este, si bien había conservado la calma ante situaciones similares, ya no
pudo contenerse. Don Lisandro, de pié y amenazador, cayó
sorpresivamente hacia atrás, tal vez producto del cansancio y los
nervios. Su colega Bordabehere, quien asistía con sumo respeto y
admiración a su maestro a un costado del recinto, se lanzó
inmediatamente en su ayuda cuando sonó un fuerte disparo que
reverberó en la grandiosa cúpula de la Cámara. Al terminar la
confusión, el joven discípulo, a quien tanto estimaba, agonizaba en sus
brazos con un disparo en la espalda, dejándolo en una congoja de la cual
no pudo salir. El responsable era un matón a sueldo, Ramón Valdés
Cora, un ex - policía y guardaespaldas de un importante dirigente
conservador, el cual se desconocía que hacía en el recinto. Lisandro de la
Torre jamás se habría imaginado que aquellos adversarios le temieran
tanto como para llevar esbirros a sueldo al recinto del Congreso de la
Nación.
Años mas tarde, vencido
absolutamente, terminó renunciando de su bancada, sin el apoyo de
ninguna agrupación política o social que escuchara sus denuncias. La
prensa casi no difundió su prédica, acallándola o fraccionando sus
argumentaciones, incluso llevando la voz de la crítica por su actitud de
retiro. Mas tarde se quitaría la vida, silenciando para siempre su
voz.
Quizás, y como ejemplo
hacia las futuras generaciones políticas, queda su ejemplo de
permanente lucha y crítica contra el poder establecido y sus privilegios:
su enfrentamiento contra el roquismo en su máximo esplendor, la
oposición al fuerte y cada vez más influyente clericalismo, su ataque al
radicalismo en medio de su multitudinario apoyo, su violenta y solitaria
acción legislativa contra los grupos extranjeros involucrados en
negociados. Todo un símbolo para una Argentina que quedó en el
imposible y el olvido.
Por todo lo expuesto, y por
las razones que daremos oportunamente en las Comisiones y el recinto
en oportunidad de su tratamiento, solicitamos la aprobación del
presente proyecto de Ley.
Firmante | Distrito | Bloque |
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