Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que, por intermedio de la Jefatura de Gabinete de Ministros, Ministerio de la Producción, Ministerio de Agroindustria y otras áreas que corresponda, informe sobre las siguientes cuestiones atinentes a la importación de vino desde la República de Chile:

1. Informe el stock de vinos tintos, en todas sus variedades, existentes a la fecha.

2. Informe si ese stock implica equilibrio entre la oferta y la demanda del mercado hasta la próxima fecha de liberación de vinos nuevos.

3. Qué cantidades de vino tinto común, en litros, han ingresado a nuestro país desde Chile durante el año 2017.

4. Política arancelaria aplicada a la importación de vinos a granel.

5. Qué cualidades y calidades posee el vino ingresado desde Chile.

6. Que medidas se han adoptado para asegurar la calidad y cualidades del vino ingresado, teniendo en cuenta que el Decreto 29 de 2013 dictado por la República de Chile, que modifica el decreto reglamentario 78 de la ley 18455, permite que durante la vinificación se podrá utilizar agua para lavado de equipos de molienda, disolver aditivos y rehidratar levaduras de fermentación. En este caso, el volumen del mosto no podrá aumentar en más de 5% del volumen inicial. Además, permite que durante la elaboración podrá utilizarse agua para disolver aditivos y productos enológicos, el volumen después de todos los tratamientos no podrá aumentar más del 2% del volumen de vino inicial. De esta manera, el Decreto 29 estaría permitiendo un total de 7% de agua en el volumen de vino inicial.

7. Qué firmas han solicitado y han sido beneficiadas por los permisos de importación de vino durante el 2017.

8. Si el organismo competente de nuestro país ha tomado intervención a fin de garantizar genuinidad y calidad del vino que ingresa desde Chile.

9. Si el consumidor argentino está siendo informado de manera clara y detallada del porcentaje de agua que contiene el vino importado, en los términos que establece nuestra ley de Defensa del Consumidor. En caso afirmativo, como se implementa esa comunicación.

10. Si se ha evaluado el impacto negativo que podría generar en parte o en la totalidad de la cadena de valor vitivinícola del país, especialmente sobre pequeños y medianos productores de uva y bodegueros.

Señor presidente:

En los últimos tiempos se ha observado un crecimiento del volumen de vinos importados desde la República de Chile hacia nuestro país. Ese crecimiento está generando gran preocupación entre nuestros productores vitivinícolas, quienes rechazan el ingreso de vino a granel ya que esta situación provocaría el descenso del precio de la uva y del vino debilitando, especialmente, a los pequeños productores.

En función de ello, el presente proyecto tiene como objetivo principal conocer el stock de vinos tintos, en todas sus variedades, existentes a la fecha y conocer si ese stock alcanzaría para abastecer la demanda del mercado interno. De alcanzar nuestro stock, se torna innecesaria y perjudicial para nuestras economías regionales la importación de vinos chileno. Necesitamos averiguar si la cantidad de litros ingresados rompe el equilibrio entre oferta y demanda de mercado y cuál podría ser el impacto sobre el precio de la uva ante una sobreoferta de vino tinto.

Pero el problema no es solo la importación de vino, sino que además el vino que se importa ha sido cortado con agua, lo que claramente representa una competencia desleal para nuestros productores ya que nuestra legislación no permite ese tipo de práctica y la legislación chilena sí. Desde 2013, a través del Decreto 29 que modificó el decreto reglamentario 78 de la ley 18.455, el gobierno de Chile permite el uso de agua hasta un porcentaje del 7%, permitiendo un 5% a través del uso de agua en el lavado de equipos de molienda, disolución de aditivos y rehidratación de levaduras de fermentación; y otro 2% extra para disolución de productos enológicos.

Resulta claro que el vino chileno resulta ser de menor calidad frente a nuestro producto que no sufre ningún corte durante el proceso. Además, esto genera una distorsión no solo en el precio del vino y la uva sino también en el margen de ganancia que es mucho mayor para los productores chilenos, realmente se trata de competencia desleal.

También se solicita se informe que tipo de medidas está tomando el Órgano Contralor para fiscalizar, acreditar y garantizar la calidad del vino que están llevando a su mesa nuestros consumidores. No informar que ese vino contiene agua estaría infringiendo la ley de Defensa del Consumidor.

Si bien es cierto que existen convenios de reciprocidad con el país trasandino que permite el ingreso de ese tipo de vino, necesitamos conocer cuáles son los controles que se realizan para determinar si se cumplen los límites impuestos en la legislación chilena y cuál será la política arancelaria a aplicar a la importación de vinos.

Se advierte que esta situación que se da con la importación de vino de Chile deteriora seriamente la situación de los productores nacionales, especialmente la de los pequeños y medianos que producen a maquila y que se ven perjudicados porque la importación de vino tinto no solo puede derrumbar el precio del vino sino también el de la uva.

La vitivinicultura en San Juan es una forma de vida de miles de familias. La actividad vitivinícola existe prácticamente desde los orígenes de nuestra provincia, la vid llegó de la mano de los primeros pobladores. Cuenta la historia que en Mendoza y San Juan se implantaron los primeros viñedos entre 1569 y 1589, lo que dio lugar, con el transcurso del tiempo, al desarrollo de una gran industria que transformó la aridez de la zona en verdes y extensos oasis. A lo largo de la historia el producto de nuestros viñedos nos fueron dotando de una identidad hasta conformar lo que hoy conocemos como la Gran Región Vitivinícola Argentina.

Como representantes del pueblo de la Nación en esta Cámara de Diputados, debemos interpelar al gobierno nacional cuando alguna medida económica afecta negativamente a nuestras economías regionales. Nuestro país vive un momento muy complejo, los aumentos de tarifas, de precios en general y el incremento del desempleo impactan negativamente en el bolsillo y en la vida de millones de argentinos y de productores, nos urge encontrar soluciones, pedirlas, es preciso salir a respaldar a los productores que generan puestos de trabajo y que son el sostén de miles de familias.

Por lo expuesto solicito, a mis pares la pronta aprobación del presente proyecto.