Dirigirse al Poder Ejecutivo Nacional a fin que a través de los Organismos que correspondan se sirva informar a esta Honorable Cámara lo siguiente:

1. Qué verosimilitud tiene la información que indica que la República Argentina ha finalizado el año 2015 con un déficit comercial superior a los tres mil millones de dólares (US$ 3.000 millones).

2. Si puede informar acerca de las razones que a su entender generaron esta situación tan preocupante para el presente y futuro de nuestra economía.

3. Cuál ha sido la evolución de la posición de reservas netas del BCRA durante los últimos cuatro años.

4. Si puede realizar una estimación acerca de la evolución del empleo real y potencial de la economía. Esto es, si puede informar acerca de la cantidad de empleos que se habrían perdido en los últimos cinco años como consecuencia de la caída en el nivel de inversión bruta y en las dificultades para el acceso a las importaciones necesarias para sostener el nivel de actividad, inversión y empleo.

5. Si puede confirmar o corregir las cifras expresadas en los fundamentos del presente Proyecto de Resolución acerca de la situación de las economías regionales; y su impacto sobre el nivel de empleo de las mismas.

6. Cuáles son las medidas que se han tomado a fin de recuperar el potencial productivo y exportador de la economía argentina y cuáles son los impactos estimados sobre sus variables más relevantes.

Señor presidente:

El inicio de la actividad legislativa es un buen momento para que los señores Diputados cuenten con toda la información necesaria para su trabajo y para la definición de las propuestas que han de realizar al mismo Congreso y al PEN.

Es por ello que, aplicando la facultad constitucional de control, resulta muy pertinente que se formulen al Ejecutivo aquellos pedidos de informes que nos permitan trabajar con la mayor eficiencia.

La información disponible acerca de la situación económica a diciembre de 2015 genera una enorme preocupación, tanto en temas económicos cuanto sociales. Parece haberse generado un verdadero cataclismo en diversos sectores, que han sido ahogados en su capacidad de producir y dar trabajos.

La caída sistemática de la inversión y el empeoramiento de la posición externa han dado el marco global de ese estrago.

En especial en las economías regionales, el daño parece haber sido enorme. La presión fiscal, el atraso cambiario, las enormes dificultades para poder importar lo necesario para producir y todo tipo de controles han ido golpeando a los productores, hasta el límite gravísimo que muestran las cifras.

Todo ello no podía sino reflejarse en los números agregados del comercio exterior, donde -después de 10 años- la Argentina ha vuelto a caer en el gravísimo camino del déficit comercial, que agrega otro peso adicional al déficit de la balanza de pagos.

Recién hace pocas semanas hemos conocido no sólo que hemos importado más de lo que hemos exportado, sino que además parece haber habido una tarea sistemática de ocultamiento y distorsión de las cifras, con propósitos inconfesables.

Todo ello debe ser clarificado ante esta Honorable Cámara, con la información fidedigna que la confianza pública exige.

Para abundar en los fundamentos de este proyecto de resolución, nos permitimos mencionar algunas de las evidencias surgidas de informaciones oficiales que muestran el tamaño del problema que estamos heredando y cuya resolución debe ser uno de los ejes de nuestro trabajo.

Según un informe reciente del INDEC, el año pasado el saldo negativo fue de tres mil treinta y cinco millones de dólares (US$ 3.035 millones), mientras que en 2014 se había registrado un superávit de tres mil ciento seis millones de dólares (US$ 3.106 millones). Las exportaciones representaron cincuenta y seis mil setecientos cincuenta y dos millones de dólares (U$S 56.752 millones) y las importaciones, cincuenta y nueve mil setecientos ochenta y siete millones de dólares (US$ 59.787 millones), según el ICA. "Durante 2015, las exportaciones se redujeron 17% con respecto a 2014 como consecuencia del descenso de 16% en los precios, acompañado por un descenso del 1% en las cantidades", aclaró el organismo en un comunicado.

Noviembre y diciembre, meses que sufrieron el cepo a las importaciones, y el cupo de dólares y las trabas en el comercio exterior, tuvieron las peores performances del año. El saldo negativo de noviembre fue de setecientos cuarenta millones de dólares (US$ 740 millones); el de diciembre, de un mil ciento diez millones de dólares (US$ 1.110 millones), el peor del año.

Según los datos del organismo, en noviembre las exportaciones fueron de cuatro mil millones de dólares (US$ 4.000 millones) (-18%), mientras que las importaciones cayeron a 4.741 (-1%). En diciembre, las ventas al exterior se desplomaron a tres mil cuatrocientos once millones de dólares (US$ 3.411 millones), mientras que las compras llegaron a 4.521 millones (+1%).

El director técnico del INDEC señaló que en el informe difundido se presentaron los datos de noviembre y diciembre, y que en marzo se publicarán los de enero y febrero. Agregó que se revisaron las series de 2010, 2011, 2012 y 2013, y dijo que se hicieron "importantes correcciones".

La composición de las exportaciones durante el año pasado quedó establecida de la siguiente manera: manufacturas de origen agropecuario (41 por ciento), manufacturas de origen industrial (32 por ciento), productos primarios (23 por ciento), y combustibles y energía (4 por ciento).

Las importaciones, en cambio, mostraron el siguiente registro: bienes intermedios (30 por ciento), pieza y accesorios para bienes de capital (21 por ciento), bienes de capital (20 por ciento), combustibles y lubricantes (12 por ciento), bienes de consumo (11 por ciento) y vehículos automotores de pasajeros (6 por ciento).

Los datos provisorios de diciembre marcaron un déficit de un mil ciento diez millones de dólares (US$ 1.110 millones), mientras que los de noviembre arrojaron un saldo negativo de setecientos cuarenta millones de dólares (US$ 740 millones).

Pero además, las cuentas del INDEC durante los últimos años han mostrado números diversos para el comercio exterior. Por un lado, el organismo difundía mes a mes las estadísticas preliminares del Intercambio Comercial Argentino (ICA), que son de consulta pública. Por el otro, a los usuarios abonados al servicio, les proporcionaba un informe más exhaustivo conocido como “Base Usuaria”. Entre uno y otro hubo diferencias significativas. Por ejemplo, en el primero, las exportaciones sumaron cuarenta y un mil seiscientos cincuenta y dos millones de dólares (US$ 41.652 millones) entre enero y agosto de 2015, mientras que en el segundo el resultado fue de treinta y ocho mil novecientos quince millones de dólares (US$ 38.915 millones). La distancia entre uno y otro cubre la línea que va del superávit comercial –un mil cuatrocientos ochenta y siete millones de dólares (US$1.487 millones) en el primer caso– al déficit –un rojo de un mil doscientos millones de dólares (US$1.200 millones) en el segundo–.

Antes de 2013, las diferencias entre los dos registros eran mínimas. Pero ese año comenzó a haber cambios notorios. La particularidad del año 2015 es que hubo un patrón: cada vez que el saldo comercial iba a dar negativo, se sobrestimaban las exportaciones lo suficiente como para lograr que diera superávit.

Lo anterior, en referencia al manejo de los datos, al que podemos calificar –cuanto menos- de desprolijo.

Pero detrás de estas cifras hay realidades gravísimas en la medida en que analizamos con detalle lo que sucede en las economías regionales.

Según los datos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), que debe certificar la sanidad de los embarques y

entonces registra los volúmenes exportados es evidente que en casi todas las economías regionales se han achicado notablemente los volúmenes de producción y exportación.

En el caso del arroz, cultivo clave en Corrientes y Entre Ríos, los embarques del 2015 se achicaron nada menos que 54%. En el NEA también es importante la actividad forestal, cuyos envíos cayeron 39%. También la producción de pollos, donde los envíos avícolas se achicaron el 28%.

En Río Negro y Neuquén los productores protagonizaron masivos tractorazos a lo largo de todo el año pasado. Y lo mismo sucedió con los vitivinicultores de Mendoza. Una explicación es que en 2015 las exportaciones de manzanas se contrajeron 48% y las de peras el 28%, siempre en volumen.

La industria juguera tampoco resuelve el exceso de oferta que no encuentra salida hacia los mercados externos. Las ventas de jugos de frutas retrocedieron 17%.

Caídas preocupantes se anotan también en las exportaciones lácteas, que provienen sobre todo de Santa Fe y Córdoba. Los envíos de leche retrocedieron en 2015 un 25%. Igual porcentaje de caída mostraron los quesos.

En las provincias norteñas hay mucha preocupación por la baja de los envíos de tabaco, que llegó al 25%. En Misiones complica además un retroceso del 16% en las exportaciones de té y del 13% en yerba mate. Tucumán, líder mundial en limones, anotó en el primer trimestre una caída de las exportaciones de nada menos 85%.

En Mendoza, además de la vid, está complicada la producción de ajo, cuyas exportaciones cayeron 8% en el primer cuarto de 2015. La producción de miel, desparramada por todo el país, también contrajo sus embarques un 21%.

Dirigentes sectoriales agregan el dramatismo que esta situación tiene. “Nuestro sector vive la tormenta perfecta -comentó un dirigente frutihortícola-. Tuvimos que dejar en las plantas 350 millones de kilos de peras y manzanas, porque eso era más conveniente que procesarlas y comercializarlas, ante la caída de rentabilidad que pesa sobre la actividad."

Por el lado de la lechería, no se pintó un panorama mejor. Un dirigente sectorial recordó que en la última década se perdieron 8.000 productores lecheros, y ahora quedan sólo 10.000.

Es por todas estas razones, señor Presidente que es esencial que esta Honorable Cámara apruebe este pedido de informes que nos permita contar con la información fehaciente que oriente nuestro trabajo, de modo que podamos colaborar desde el Congreso a la recuperación de la actividad y las exportaciones, de modo de generar el empleo que nuestro Pueblo necesita.