ENERGIA Y COMBUSTIBLES
Comisión PermanenteOf. Administrativa: Piso P01 Oficina 131
Secretario Administrativo DRA. FERREIRO MARÍA CECILIA
Martes 17.00hs
Of. Administrativa: (054-11) 6075-2119 Internos 2119/18
ceycombust@hcdn.gob.ar
- PRESUPUESTO Y HACIENDA
- ENERGIA Y COMBUSTIBLES
Reunión del día 08/04/2014
- VARIOS
- En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a los ocho días del mes de abril del año 2014, a la hora 12 y 2:
SR. PRESIDENTE METAZA Habiendo quórum, damos inicio a este plenario de las comisiones de Energía y Combustibles y de Presupuesto y Hacienda con el objeto de ratificar el Convenio de Solución Amigable y Avenimiento de Expropiación llevado adelante entre el gobierno de nuestro país y la empresa Repsol.
Hoy expondrán funcionarios del gobierno nacional. En este sentido, se encuentran presentes el ministro de Economía y Finanzas Públicas de la Nación, doctor Axel Kicillof; el secretario de Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación, doctor Carlos Zannini; el integrante del Tribunal de Tasaciones de la Nación, ingeniero Daniel Martín, y el presidente de YPF, ingeniero Miguel Galuccio.
Antes de continuar, quiero agradecer la presencia de los funcionarios del gobierno nacional, quienes asisten una vez más a nuestra Casa para trabajar y colaborar con nosotros, tal cual lo ha hecho la semana pasada el señor jefe de Gabinete en el recinto, el doctor Capitanich.
En primer lugar expondrá el doctor Carlos Zannini, luego el representante del Tribunal de Tasaciones, a continuación el ministro de Economía y finalmente el presidente de YPF. Después de sus alocuciones los diputados y diputadas -que ya se están anotando a través de la Secretaría de la Comisión- podrán hacer uso de la palabra para hacer alguna pregunta o requerimiento a los funcionarios expositores. Por ello, solicito a los señores diputados que, en función del tiempo y del orden, no haya repreguntas y que quien haga uso de la palabra se circunscriba a hacer la pregunta respectiva y no una exposición previa; que sí lo haga para entrar en contexto, pero con todo respeto solicito que se circunscriban a la pregunta, así cada uno de los señores diputados tendrá oportunidad de hacer uso de la palabra.
De acuerdo con lo señalado, tiene la palabra el doctor Carlos Zannini.
Hoy expondrán funcionarios del gobierno nacional. En este sentido, se encuentran presentes el ministro de Economía y Finanzas Públicas de la Nación, doctor Axel Kicillof; el secretario de Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación, doctor Carlos Zannini; el integrante del Tribunal de Tasaciones de la Nación, ingeniero Daniel Martín, y el presidente de YPF, ingeniero Miguel Galuccio.
Antes de continuar, quiero agradecer la presencia de los funcionarios del gobierno nacional, quienes asisten una vez más a nuestra Casa para trabajar y colaborar con nosotros, tal cual lo ha hecho la semana pasada el señor jefe de Gabinete en el recinto, el doctor Capitanich.
En primer lugar expondrá el doctor Carlos Zannini, luego el representante del Tribunal de Tasaciones, a continuación el ministro de Economía y finalmente el presidente de YPF. Después de sus alocuciones los diputados y diputadas -que ya se están anotando a través de la Secretaría de la Comisión- podrán hacer uso de la palabra para hacer alguna pregunta o requerimiento a los funcionarios expositores. Por ello, solicito a los señores diputados que, en función del tiempo y del orden, no haya repreguntas y que quien haga uso de la palabra se circunscriba a hacer la pregunta respectiva y no una exposición previa; que sí lo haga para entrar en contexto, pero con todo respeto solicito que se circunscriban a la pregunta, así cada uno de los señores diputados tendrá oportunidad de hacer uso de la palabra.
De acuerdo con lo señalado, tiene la palabra el doctor Carlos Zannini.
SR. GIUBERGIA Pido la palabra para una cuestión previa.
En cuanto al procedimiento, desde el bloque de la Unión Cívica Radical hemos solicitado que se invite a distintas personalidades. En ese sentido, solicito que nos aclare cómo se va a manejar la solicitud realizada por los distintos bloques sobre la presencia de especialistas en el tema.
En cuanto al procedimiento, desde el bloque de la Unión Cívica Radical hemos solicitado que se invite a distintas personalidades. En ese sentido, solicito que nos aclare cómo se va a manejar la solicitud realizada por los distintos bloques sobre la presencia de especialistas en el tema.
SR. PRESIDENTE METAZA En virtud de la pregunta del señor diputado Giubergia, nosotros tenemos pensado realizar un cuarto intermedio en esta reunión conjunta hasta mañana a las 10 de la mañana -creo que han sido notificados todos los diputados- momento en que harán hacer uso de la palabra aquellos invitados que ha solicitado la oposición en un todo de acuerdo con lo que establecimos en la constitución de la Comisión de Energía y Combustibles, donde habíamos solicitado que las presentaciones se hicieran por escrito a la Presidencia de esta Comisión. De hecho, el señor diputado Lozano, el bloque de la Unión Cívica Radical, el señor diputado Sturzenegger y el señor diputado Zabalza han hecho las presentaciones correspondientes y sus invitados mañana harán uso de la palabra en la reunión.
SR. MARTÍNEZ (J.C.) Señor presidente: quiero preguntar cuánto tiempo van a hablar hoy los funcionarios y cuánto tiempo tendrán mañana nuestros invitados.
SR. PRESIDENTE METAZA Es muy difícil saberlo. En virtud de la cantidad de invitados de mañana, vamos a tratar de establecer un tiempo moderado.
Ahora sí, tiene la palabra el doctor Carlos Zannini.
Ahora sí, tiene la palabra el doctor Carlos Zannini.
NACIÓN Señor presidente de la Cámara de Diputados, señores presidentes de ambas comisiones, señores miembros integrantes de las comisiones, diputados en general: muchísimas gracias por la concurrencia a la reunión y por darnos esta oportunidad de estar aquí.
Venimos al Congreso de la Nación a requerir el apoyo al convenio que se ha firmado con Repsol, la anterior propietaria de YPF, que fue expropiada por mandato del Congreso de la Nación. En cumplimiento de la ley oportunamente sancionada, nosotros comenzamos una tarea de aproximación, una de negociación y una de definición para la firma de esto que hemos dado en llamar Acuerdo Amigable y de Avenimiento de Expropiación.
Vamos a comenzar por aclarar su nombre. Este es un convenio que vive en dos mundos: el de la ley de expropiaciones de la República Argentina, por eso es avenimiento al precio de la expropiación; y también es un acuerdo amigable en los términos del Tratado Bilateral de Inversiones con España, ya que se trata de una empresa radicada en el exterior, que tenía iniciado juicios en el orden internacional.
A este convenio se arribó luego de mucho tiempo, las negociaciones no comenzaron en febrero de este año sino que le ponemos punto inicial después de la toma de posesión, que fue en abril del 2012.
En diciembre de de ese año, en función de que había una fuerte resistencia y un gran esfuerzo mediático por desprestigiar la acción del gobierno por parte de las autoridades de Repsol, el contacto se inició con accionistas de Repsol que nosotros consideramos que podían tener algún perjuicio causado por la mala conducción de esa empresa en sus acciones.
De manera iniciamos contactos a comienzos de diciembre de 2012 y los mantuvimos en reserva en función de que había que buscar además otros adherentes para poder tener una mayoría suficiente en el directorio o en la asamblea para arribar a un convenio con Argentina.
Habíamos comenzado con la idea de lograr que Repsol continuara invirtiendo en Argentina. La primera propuesta fue que con el dinero de la indemnización se asociaran a YPF para la explotación en Vaca Muerta. Pensábamos que con esto llegábamos a un convenio con el acreedor expropiado y, a la vez, teníamos una oportunidad de inversión, lo que pensábamos iba a ser una buena señal para los inversores extranjeros, que iban a preferir seguir invirtiendo más en Argentina, comprendiendo la necesidad de que Argentina tuviera el comando de su política petrolera en el ámbito local.
Eso no fue posible. Esa acción fue bombardeada desde las máximas autoridades de la empresa. Luego, por intercesión del propio presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, y una muy importante participación de Peña Nieto, el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, logramos sentarnos a una mesa de negociación. Es así que desde diciembre de 2013 hasta la fecha de la firma, el 27 de febrero de 2014, se estuvo discutiendo el convenio punto por punto.
En ese sentido, debo rescatar la tarea de los funcionarios públicos que nos asistieron, comenzando por el personal de Economía, como el señor secretario de Finanzas, Pablo López; el titular de la Secretaría Legal y Administrativa, el doctor Federico Thea; el abogado de YPF, el doctor Rodrigo Cuestas y todo el equipo técnico que rodea al ministro de Economía, el doctor Axel Kicillof.
Debo decir que esta discusión no tuvo su punto central en el precio sino en la manera de pago, ya que la Argentina manifestó su imposibilidad de afrontar el pago en efectivo. A partir de ahí comenzaron a darse las distintas conversaciones para ver de qué manera podíamos cerrar este acuerdo.
Aquí debo apuntar que las personas enviadas por Repsol Argentina tuvieron una apertura y una predisposición al acuerdo, lo que permitió que esto tuviera éxito para ellos también, porque el 28 de marzo aprobaron el acuerdo en base a que estaban satisfechos con los términos y las garantías ofrecidas.
Omití mencionar también la participación de gente de la Procuración y el continuo contacto con el Tribunal de Tasaciones de la Nación que se mantenía a través del Ministerio de Economía.
Debo decir que este equipo de abogados, funcionarios del Estado argentino, estuvieron a la altura de las circunstancias, discutieron con abogados que tienen las mejores remuneraciones en el mundo y en Argentina, en particular un equipo multidisciplinario que estaba compuesto por abogados españoles, abogados que se consultaban en Estados Unidos y abogados de un importante estudio argentino.
La discusión fue franca, abierta y arribó a buen puerto. Tal es así que venimos a este Congreso a defender el acuerdo con la idea de que otros sectores políticos también lo acompañen, en función de que entendemos que es bueno para el país. No que es bueno solamente para el gobierno sino también es bueno para el país en sus términos y condiciones.
T.4
APV
EyC
Entonces, en función de las características de la discusión, quedó redactado este convenio. Al respecto, como se temía la existencia de cierta letra chica, decidimos imprimir todo el convenio con la misma letra, porque él no contiene ninguna trampa, ni letra chica.
Básicamente el convenio está constituido alrededor de un objeto, que es el acuerdo con el expropiado respecto del precio y el modo de pago.
El estándar que puso este Congreso de la Nación a las negociaciones y a la propia YPF fue muy alto; hay que reconocerlo. Expropiar el 51 por ciento del paquete accionario de una compañía que no sólo tiene actividad internacional sino que, además, cotiza en bolsas -fundamentalmente en la Bolsa Argentina y en la de Nueva York- era todo un desafío. También lo era el hecho de tener que sujetarnos a la ley de expropiaciones, porque el camino de la expropiación pasa por la tasación y culmina en el depósito del dinero en efectivo. La única posibilidad de que no se pague ese precio en dinero efectivo es que el expropiado esté de acuerdo.
El punto central de este acuerdo es la expresión de conformidad del acreedor con el precio y el medio de pago. Eso se puede observar en la cláusulas primera y segunda, relativas al objeto y la conformidad, mientras que en la cláusula tercera se especifica el medio de pago.
Básicamente, el medio de pago elegido es un menú de bonos de ley argentina, algunos con cotización y otros sin cotización en el mercado. Esto hizo que debiéramos imaginar cláusulas que fueran de salvaguarda.
La primera está referida al precio, que se fijó en 5.000 millones de dólares. El medio de pago es este menú de bonos, que debe cumplir una condición: tiene que tener un valor de mercado a la fecha de su entrega no inferior a 4.760 millones de dólares. Esto obligó a incluir otra cláusula que pusiera un límite a la emisión en 6.000 millones de dólares. De estas tres cláusulas -el precio de 5.000 millones de dólares, la garantía de valor de mercado de 4.760 millones de dólares y el tope en la emisión en 6.000 millones de dólares- se deriva una cuarta, en la que se especifica que por ningún concepto Repsol podrá cobrar más de 5.000 millones de dólares en concepto de capital. Si eso ocurriera tiene que devolver lo que le quede a la República Argentina.
El centro de la discusión, una vez que estuvo acordado el menú, fueron las garantías que se ofrecían. Se ofreció una garantía para los tres primeros pagos, realizada con el Banco Nación y, de las usuales renuncia y desistimiento recíproco, se pasa a un capítulo relativo a las obligaciones posteriores al cierre: el riesgo de reestructuración de deuda, el temor al default posible, el incumplimiento de algunas de las obligaciones, para luego pasar -a partir de la cláusula diecisiete- a regir el tema de la ley aplicable, jurisdicción y la cesión de las acciones.
Esto tiene una característica: tratándose de un acuerdo de partes, la relación entre las partes está regida por el acuerdo, pagándose con un bono que es independiente, que es el bono que se entrega. Ese bono no tiene el mismo valor en manos de un tercero que en manos de Repsol. Por eso se incluyó un párrafo que indica que Repsol conserva todos los derechos que tiene en este convenio hasta el momento en que ceda los bonos. Si esto ocurriera, sólo quedan los bonos.
Esto se ha pactado pro solvendo, de modo que a los fines del cumplimiento del pago se tienen en cuenta solamente los pagos que efectivamente se han realizado sobre el capital hasta llegar a esos 5.000 millones de dólares.
Por eso se dice que es pro solvendo.
Se han comprometido las cláusulas de particularidad. Por la complejidad que tiene el tema de la valoración de los bonos y el sistema que se ha creado para que esos bonos no estén sujetos a una especulación de mercado, sino que tengan un plazo de tres meses y un comportamiento promediado, también se ha pactado cómo arbitrar si no hubiera acuerdo entre las partes.
Asimismo, estuvieron de acuerdo en variar la jurisdicción que reclamaba Repsol, el CIADI, a una jurisdicción de Naciones Unidas, que es el centro de atención de controversias de UNCITRAL.
En función de que debíamos prevenir una pérdida de valor del bono por su comercialización, no se puso una cláusula que, de incluirse, hubiese sido teórica, que es la posibilidad de tener el derecho a recomprar esos bonos. Porque si estamos pagando a crédito es porque no tenemos el efectivo y es muy poco probable que se presente la posibilidad de recuperar con efectivo lo que se ha entregado en bonos. Para evitar que haya una mala venta de los bonos se especificó un derecho de acompañamiento a favor de la Argentina, por el cual si vendieran 200 millones de dólares a una tasa determinada, tienen que darle opción al Estado Argentino a comprar en las mismas condiciones. De modo que si deciden malvender nosotros podemos comprar al mismo precio que esa mala venta. Esa nos pareció una garantía suficiente respecto de los términos que este acuerdo tiene. Pero en los temas de bonos y en los temas técnicos del cálculo del valor de mercado de esos bonos, será el doctor Kicillof quien exponga.
Simplemente quiero decir que el estándar fijado por el Congreso había sido alto, no sólo por el hecho de que haya un expropiado, una indemnización y que haya que pactarla, sino también porque mientras tanto había que mantener la compañía atrayendo inversiones y cotizando en la Bolsa de Nueva York, cosa que está lograda, a ojos vista y lo conoce todo el mundo.
También tenemos que hablar aquí de un nuevo modelo para el desarrollo y la explotación de los hidrocarburos y para conseguir ese autoabastecimiento del que habla la propia ley que este Congreso ha dictado. Es un nuevo modelo que nosotros, con experiencia provincial, concebimos como un modelo federal, a diferencia de los modelos anteriores.
Desde su nacimiento YPF jugó un papel muy importante en favor de la patria. Hay que recordar que nació para solucionar, si se quiere, un problema de logística militar: había que comprar combustibles y Mosconi no quería comprárselo a las empresas extranjeras. Entonces, desde el comienzo las decisiones respecto de YPF involucran a la patria.
Nosotros hemos vivido en la Patagonia distintas vicisitudes con YPF. Hemos vivido el proceso de la privatización, el de la desnacionalización y ahora somos protagonistas del proceso de la recuperación. Lo digo porque por ahí hubo una mala interpretación de cosas que se dijeron en otro ámbito. Como político que ha estado muchos años en el gobierno y que ha integrado el Gobierno de la Municipalidad de Río Gallegos, de la provincia de Santa Cruz y del gobierno nacional desde el 25 de mayo de 2003, debo decir como síntesis que es la primera vez en nuestra historia política que estamos en condiciones de que la estrategia tenga que ver con la táctica.
Lo refiero porque en dos oportunidades históricas anteriores, teniendo divergencias en la estrategia -diferencias, no contradicciones-, y luego teniendo profundas diferencias con la desnacionalización, tuvimos que tomar actitudes tácticas que favorecían a una provincia en particular, cuando veíamos que en el orden nacional se tomaba una decisión que podía perjudicar al conjunto.
Esto merece la explicación que quiero darles en función de la verdad histórica. He escuchado por allí que se le critica a Néstor haber acompañado la privatización o haber sido el privatizador de YPF, cosa que es mentira, porque Néstor Kirchner fue gobernador de la provincia de Santa Cruz desde el 10 de diciembre de 1991 y la primera ley de privatización de YPF fue de mediados de 1992. Lo digo porque esa novedad en el gobierno provincial era en el contexto de ser unos recién llegados al orden nacional.
Algunos lo critican como si Néstor hubiera tenido en 1992 la capacidad de decisión que pudo construir después de 2003. Creo que los análisis no se pueden hacer descontextualizando situaciones. Es necesario verlas y hay que recordar que el proceso de privatización de YPF tiene muchas cosas que son contradictorias entre sí, porque indudablemente hubo una mejora en el funcionamiento y en los números de la empresa. Pero hubo un gran daño social que se vivió sobre todo en la Patagonia y que hoy todavía estamos sufriendo sus coletazos.
No era malo cambiar la estructura societaria de YPF -y el propio Congreso lo ha previsto- porque es indudable que es muy importante preservarla como sociedad anónima, capaz de ser un vehículo que atraiga inversiones. Como empresa estatal no hubiera logrado ese mismo dinamismo.
No quiero hablar de que una vez más había sido una manera de transferir la crisis al interior de la Argentina, veníamos de un momento en donde en el mundo nos estaban embargando activos para que los bancos cobraran sus deudas. En ese marco de apropiación de activos de los países emergentes la Argentina no fue estuvo ausente de eso que actuó como eje del Plan Brady.
En esa situación se ofreció la venta del 49 por ciento de las acciones de YPF para el pago de la deuda contraída por el gobierno de Alfonsín con las provincias y para el pago a los jubilados. El Estado nacional tenía una deuda con el conjunto de provincias por aplicación de la tabla de conversión que acompañó el Plan Austral; esa tabla se aplicó a las regalías. Recordemos también que las provincias ganaron el juicio en la Corte Suprema y el total que las provincias tenían como crédito frente a la Nación era de 3.000 millones de dólares.
Se ofreció a las provincias participar en esa venta del 49 por ciento para que éstas pudieran cobrar sus acreencias. En 1991 la provincia de Santa Cruz, bajo el gobierno de un diputado que ejerció un interinato, el doctor García, firmó un convenio con el orden nacional que le reconocía 480 millones de dólares. La lucha de Néstor consiguió que en 1992 esa suma se ampliara, ya bajo su gobierno, en 150 millones de dólares más en concepto de retribución por las regalías gasíferas a las que se le había aplicado aquella tabla de conversión. De modo que la acreencia general de la provincia de Santa Cruz era de 630 millones de dólares.
Había un proceso de consolidación de deuda Nación-provincias, y a la provincia de Santa Cruz luego de ese proceso, después de pagar deudas como la del Banco de la Provincia de Santa Cruz o por la transferencia de Agua y Energía, de las usinas, se llegó a una cifra definitiva de 525 millones de dólares.
Por eso digo, desde nuestra perspectiva política, que esta es la primera vez que la estrategia y la táctica van juntas. Ante aquella estrategia que tenía salvaguardas pero que no eran totales, y que sobre todo tenía una gran despreocupación por el daño social que produjo la abrupta baja de trabajadores de YPF -alrededor de 35 mil trabajadores- que quedaron con micro emprendimientos, con retiros voluntarios o con distintas indemnizaciones -principalmente los trabajadores del sur, es decir, de Cutral Co, Caleta Olivia y Río Gallegos- participamos en esa privatización cobrando en la misma medida en que cobró el gobierno nacional -que se destinaba a provincia y jubilados- acciones de YPF, efectivo y bonos Brady, bonos Par y bonos Discount.
La estrategia de Santa Cruz primero fue relativa a sus 525 millones de dólares. Mientras otros pensaban cómo gastar y en qué gastar, Néstor estructuró una estrategia para la preservación del recurso, pensando que manteniéndolo como lo habíamos recibido y obteniendo dividendos e intereses por esos fondos podíamos hacer el desarrollo de la provincia de Santa Cruz. En ese sentido debo decir que no nos fue para nada mal, porque al momento de entregar el gobierno había en las arcas de la provincia de Santa Cruz 480 millones de dólares que no se habían tocados. Mientras tanto, se habían construido puertos, aeropuertos, caminos, escuelas y hospitales en toda la provincia.
La estrategia respecto de las acciones de YPF fue...
Venimos al Congreso de la Nación a requerir el apoyo al convenio que se ha firmado con Repsol, la anterior propietaria de YPF, que fue expropiada por mandato del Congreso de la Nación. En cumplimiento de la ley oportunamente sancionada, nosotros comenzamos una tarea de aproximación, una de negociación y una de definición para la firma de esto que hemos dado en llamar Acuerdo Amigable y de Avenimiento de Expropiación.
Vamos a comenzar por aclarar su nombre. Este es un convenio que vive en dos mundos: el de la ley de expropiaciones de la República Argentina, por eso es avenimiento al precio de la expropiación; y también es un acuerdo amigable en los términos del Tratado Bilateral de Inversiones con España, ya que se trata de una empresa radicada en el exterior, que tenía iniciado juicios en el orden internacional.
A este convenio se arribó luego de mucho tiempo, las negociaciones no comenzaron en febrero de este año sino que le ponemos punto inicial después de la toma de posesión, que fue en abril del 2012.
En diciembre de de ese año, en función de que había una fuerte resistencia y un gran esfuerzo mediático por desprestigiar la acción del gobierno por parte de las autoridades de Repsol, el contacto se inició con accionistas de Repsol que nosotros consideramos que podían tener algún perjuicio causado por la mala conducción de esa empresa en sus acciones.
De manera iniciamos contactos a comienzos de diciembre de 2012 y los mantuvimos en reserva en función de que había que buscar además otros adherentes para poder tener una mayoría suficiente en el directorio o en la asamblea para arribar a un convenio con Argentina.
Habíamos comenzado con la idea de lograr que Repsol continuara invirtiendo en Argentina. La primera propuesta fue que con el dinero de la indemnización se asociaran a YPF para la explotación en Vaca Muerta. Pensábamos que con esto llegábamos a un convenio con el acreedor expropiado y, a la vez, teníamos una oportunidad de inversión, lo que pensábamos iba a ser una buena señal para los inversores extranjeros, que iban a preferir seguir invirtiendo más en Argentina, comprendiendo la necesidad de que Argentina tuviera el comando de su política petrolera en el ámbito local.
Eso no fue posible. Esa acción fue bombardeada desde las máximas autoridades de la empresa. Luego, por intercesión del propio presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, y una muy importante participación de Peña Nieto, el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, logramos sentarnos a una mesa de negociación. Es así que desde diciembre de 2013 hasta la fecha de la firma, el 27 de febrero de 2014, se estuvo discutiendo el convenio punto por punto.
En ese sentido, debo rescatar la tarea de los funcionarios públicos que nos asistieron, comenzando por el personal de Economía, como el señor secretario de Finanzas, Pablo López; el titular de la Secretaría Legal y Administrativa, el doctor Federico Thea; el abogado de YPF, el doctor Rodrigo Cuestas y todo el equipo técnico que rodea al ministro de Economía, el doctor Axel Kicillof.
Debo decir que esta discusión no tuvo su punto central en el precio sino en la manera de pago, ya que la Argentina manifestó su imposibilidad de afrontar el pago en efectivo. A partir de ahí comenzaron a darse las distintas conversaciones para ver de qué manera podíamos cerrar este acuerdo.
Aquí debo apuntar que las personas enviadas por Repsol Argentina tuvieron una apertura y una predisposición al acuerdo, lo que permitió que esto tuviera éxito para ellos también, porque el 28 de marzo aprobaron el acuerdo en base a que estaban satisfechos con los términos y las garantías ofrecidas.
Omití mencionar también la participación de gente de la Procuración y el continuo contacto con el Tribunal de Tasaciones de la Nación que se mantenía a través del Ministerio de Economía.
Debo decir que este equipo de abogados, funcionarios del Estado argentino, estuvieron a la altura de las circunstancias, discutieron con abogados que tienen las mejores remuneraciones en el mundo y en Argentina, en particular un equipo multidisciplinario que estaba compuesto por abogados españoles, abogados que se consultaban en Estados Unidos y abogados de un importante estudio argentino.
La discusión fue franca, abierta y arribó a buen puerto. Tal es así que venimos a este Congreso a defender el acuerdo con la idea de que otros sectores políticos también lo acompañen, en función de que entendemos que es bueno para el país. No que es bueno solamente para el gobierno sino también es bueno para el país en sus términos y condiciones.
T.4
APV
EyC
Entonces, en función de las características de la discusión, quedó redactado este convenio. Al respecto, como se temía la existencia de cierta letra chica, decidimos imprimir todo el convenio con la misma letra, porque él no contiene ninguna trampa, ni letra chica.
Básicamente el convenio está constituido alrededor de un objeto, que es el acuerdo con el expropiado respecto del precio y el modo de pago.
El estándar que puso este Congreso de la Nación a las negociaciones y a la propia YPF fue muy alto; hay que reconocerlo. Expropiar el 51 por ciento del paquete accionario de una compañía que no sólo tiene actividad internacional sino que, además, cotiza en bolsas -fundamentalmente en la Bolsa Argentina y en la de Nueva York- era todo un desafío. También lo era el hecho de tener que sujetarnos a la ley de expropiaciones, porque el camino de la expropiación pasa por la tasación y culmina en el depósito del dinero en efectivo. La única posibilidad de que no se pague ese precio en dinero efectivo es que el expropiado esté de acuerdo.
El punto central de este acuerdo es la expresión de conformidad del acreedor con el precio y el medio de pago. Eso se puede observar en la cláusulas primera y segunda, relativas al objeto y la conformidad, mientras que en la cláusula tercera se especifica el medio de pago.
Básicamente, el medio de pago elegido es un menú de bonos de ley argentina, algunos con cotización y otros sin cotización en el mercado. Esto hizo que debiéramos imaginar cláusulas que fueran de salvaguarda.
La primera está referida al precio, que se fijó en 5.000 millones de dólares. El medio de pago es este menú de bonos, que debe cumplir una condición: tiene que tener un valor de mercado a la fecha de su entrega no inferior a 4.760 millones de dólares. Esto obligó a incluir otra cláusula que pusiera un límite a la emisión en 6.000 millones de dólares. De estas tres cláusulas -el precio de 5.000 millones de dólares, la garantía de valor de mercado de 4.760 millones de dólares y el tope en la emisión en 6.000 millones de dólares- se deriva una cuarta, en la que se especifica que por ningún concepto Repsol podrá cobrar más de 5.000 millones de dólares en concepto de capital. Si eso ocurriera tiene que devolver lo que le quede a la República Argentina.
El centro de la discusión, una vez que estuvo acordado el menú, fueron las garantías que se ofrecían. Se ofreció una garantía para los tres primeros pagos, realizada con el Banco Nación y, de las usuales renuncia y desistimiento recíproco, se pasa a un capítulo relativo a las obligaciones posteriores al cierre: el riesgo de reestructuración de deuda, el temor al default posible, el incumplimiento de algunas de las obligaciones, para luego pasar -a partir de la cláusula diecisiete- a regir el tema de la ley aplicable, jurisdicción y la cesión de las acciones.
Esto tiene una característica: tratándose de un acuerdo de partes, la relación entre las partes está regida por el acuerdo, pagándose con un bono que es independiente, que es el bono que se entrega. Ese bono no tiene el mismo valor en manos de un tercero que en manos de Repsol. Por eso se incluyó un párrafo que indica que Repsol conserva todos los derechos que tiene en este convenio hasta el momento en que ceda los bonos. Si esto ocurriera, sólo quedan los bonos.
Esto se ha pactado pro solvendo, de modo que a los fines del cumplimiento del pago se tienen en cuenta solamente los pagos que efectivamente se han realizado sobre el capital hasta llegar a esos 5.000 millones de dólares.
Por eso se dice que es pro solvendo.
Se han comprometido las cláusulas de particularidad. Por la complejidad que tiene el tema de la valoración de los bonos y el sistema que se ha creado para que esos bonos no estén sujetos a una especulación de mercado, sino que tengan un plazo de tres meses y un comportamiento promediado, también se ha pactado cómo arbitrar si no hubiera acuerdo entre las partes.
Asimismo, estuvieron de acuerdo en variar la jurisdicción que reclamaba Repsol, el CIADI, a una jurisdicción de Naciones Unidas, que es el centro de atención de controversias de UNCITRAL.
En función de que debíamos prevenir una pérdida de valor del bono por su comercialización, no se puso una cláusula que, de incluirse, hubiese sido teórica, que es la posibilidad de tener el derecho a recomprar esos bonos. Porque si estamos pagando a crédito es porque no tenemos el efectivo y es muy poco probable que se presente la posibilidad de recuperar con efectivo lo que se ha entregado en bonos. Para evitar que haya una mala venta de los bonos se especificó un derecho de acompañamiento a favor de la Argentina, por el cual si vendieran 200 millones de dólares a una tasa determinada, tienen que darle opción al Estado Argentino a comprar en las mismas condiciones. De modo que si deciden malvender nosotros podemos comprar al mismo precio que esa mala venta. Esa nos pareció una garantía suficiente respecto de los términos que este acuerdo tiene. Pero en los temas de bonos y en los temas técnicos del cálculo del valor de mercado de esos bonos, será el doctor Kicillof quien exponga.
Simplemente quiero decir que el estándar fijado por el Congreso había sido alto, no sólo por el hecho de que haya un expropiado, una indemnización y que haya que pactarla, sino también porque mientras tanto había que mantener la compañía atrayendo inversiones y cotizando en la Bolsa de Nueva York, cosa que está lograda, a ojos vista y lo conoce todo el mundo.
También tenemos que hablar aquí de un nuevo modelo para el desarrollo y la explotación de los hidrocarburos y para conseguir ese autoabastecimiento del que habla la propia ley que este Congreso ha dictado. Es un nuevo modelo que nosotros, con experiencia provincial, concebimos como un modelo federal, a diferencia de los modelos anteriores.
Desde su nacimiento YPF jugó un papel muy importante en favor de la patria. Hay que recordar que nació para solucionar, si se quiere, un problema de logística militar: había que comprar combustibles y Mosconi no quería comprárselo a las empresas extranjeras. Entonces, desde el comienzo las decisiones respecto de YPF involucran a la patria.
Nosotros hemos vivido en la Patagonia distintas vicisitudes con YPF. Hemos vivido el proceso de la privatización, el de la desnacionalización y ahora somos protagonistas del proceso de la recuperación. Lo digo porque por ahí hubo una mala interpretación de cosas que se dijeron en otro ámbito. Como político que ha estado muchos años en el gobierno y que ha integrado el Gobierno de la Municipalidad de Río Gallegos, de la provincia de Santa Cruz y del gobierno nacional desde el 25 de mayo de 2003, debo decir como síntesis que es la primera vez en nuestra historia política que estamos en condiciones de que la estrategia tenga que ver con la táctica.
Lo refiero porque en dos oportunidades históricas anteriores, teniendo divergencias en la estrategia -diferencias, no contradicciones-, y luego teniendo profundas diferencias con la desnacionalización, tuvimos que tomar actitudes tácticas que favorecían a una provincia en particular, cuando veíamos que en el orden nacional se tomaba una decisión que podía perjudicar al conjunto.
Esto merece la explicación que quiero darles en función de la verdad histórica. He escuchado por allí que se le critica a Néstor haber acompañado la privatización o haber sido el privatizador de YPF, cosa que es mentira, porque Néstor Kirchner fue gobernador de la provincia de Santa Cruz desde el 10 de diciembre de 1991 y la primera ley de privatización de YPF fue de mediados de 1992. Lo digo porque esa novedad en el gobierno provincial era en el contexto de ser unos recién llegados al orden nacional.
Algunos lo critican como si Néstor hubiera tenido en 1992 la capacidad de decisión que pudo construir después de 2003. Creo que los análisis no se pueden hacer descontextualizando situaciones. Es necesario verlas y hay que recordar que el proceso de privatización de YPF tiene muchas cosas que son contradictorias entre sí, porque indudablemente hubo una mejora en el funcionamiento y en los números de la empresa. Pero hubo un gran daño social que se vivió sobre todo en la Patagonia y que hoy todavía estamos sufriendo sus coletazos.
No era malo cambiar la estructura societaria de YPF -y el propio Congreso lo ha previsto- porque es indudable que es muy importante preservarla como sociedad anónima, capaz de ser un vehículo que atraiga inversiones. Como empresa estatal no hubiera logrado ese mismo dinamismo.
No quiero hablar de que una vez más había sido una manera de transferir la crisis al interior de la Argentina, veníamos de un momento en donde en el mundo nos estaban embargando activos para que los bancos cobraran sus deudas. En ese marco de apropiación de activos de los países emergentes la Argentina no fue estuvo ausente de eso que actuó como eje del Plan Brady.
En esa situación se ofreció la venta del 49 por ciento de las acciones de YPF para el pago de la deuda contraída por el gobierno de Alfonsín con las provincias y para el pago a los jubilados. El Estado nacional tenía una deuda con el conjunto de provincias por aplicación de la tabla de conversión que acompañó el Plan Austral; esa tabla se aplicó a las regalías. Recordemos también que las provincias ganaron el juicio en la Corte Suprema y el total que las provincias tenían como crédito frente a la Nación era de 3.000 millones de dólares.
Se ofreció a las provincias participar en esa venta del 49 por ciento para que éstas pudieran cobrar sus acreencias. En 1991 la provincia de Santa Cruz, bajo el gobierno de un diputado que ejerció un interinato, el doctor García, firmó un convenio con el orden nacional que le reconocía 480 millones de dólares. La lucha de Néstor consiguió que en 1992 esa suma se ampliara, ya bajo su gobierno, en 150 millones de dólares más en concepto de retribución por las regalías gasíferas a las que se le había aplicado aquella tabla de conversión. De modo que la acreencia general de la provincia de Santa Cruz era de 630 millones de dólares.
Había un proceso de consolidación de deuda Nación-provincias, y a la provincia de Santa Cruz luego de ese proceso, después de pagar deudas como la del Banco de la Provincia de Santa Cruz o por la transferencia de Agua y Energía, de las usinas, se llegó a una cifra definitiva de 525 millones de dólares.
Por eso digo, desde nuestra perspectiva política, que esta es la primera vez que la estrategia y la táctica van juntas. Ante aquella estrategia que tenía salvaguardas pero que no eran totales, y que sobre todo tenía una gran despreocupación por el daño social que produjo la abrupta baja de trabajadores de YPF -alrededor de 35 mil trabajadores- que quedaron con micro emprendimientos, con retiros voluntarios o con distintas indemnizaciones -principalmente los trabajadores del sur, es decir, de Cutral Co, Caleta Olivia y Río Gallegos- participamos en esa privatización cobrando en la misma medida en que cobró el gobierno nacional -que se destinaba a provincia y jubilados- acciones de YPF, efectivo y bonos Brady, bonos Par y bonos Discount.
La estrategia de Santa Cruz primero fue relativa a sus 525 millones de dólares. Mientras otros pensaban cómo gastar y en qué gastar, Néstor estructuró una estrategia para la preservación del recurso, pensando que manteniéndolo como lo habíamos recibido y obteniendo dividendos e intereses por esos fondos podíamos hacer el desarrollo de la provincia de Santa Cruz. En ese sentido debo decir que no nos fue para nada mal, porque al momento de entregar el gobierno había en las arcas de la provincia de Santa Cruz 480 millones de dólares que no se habían tocados. Mientras tanto, se habían construido puertos, aeropuertos, caminos, escuelas y hospitales en toda la provincia.
La estrategia respecto de las acciones de YPF fue...
SR. MARTÍNEZ (J.C) ¿Y lo trajo?
SR. ZANNINI Sí, los tarjo el "Negro" Acevedo. Ya no queda nada pero, el "Negro" Acevedo los trajo apenas asumió su gobierno y lo invirtió muy bien en la cementera Pico Truncado, de la que es expendedor el amigo Costa.
Volviendo a lo que decía. La estrategia consistió en tener en poder de la provincia de Santa Cruz las acciones, e incluso hasta comprar más acciones para participar en la vida y el manejo económico de YPF.
Inicialmente recibimos inicialmente el 3,1 por ciento del paquete accionario, y en 1998 ya teníamos el 4,1 por ciento; le habíamos comprado a Mendoza y a Chubut. La única provincia que conservó acciones de YPF fue la de Santa Cruz. ¿Por qué se desprendió de las acciones la provincia de Santa Cruz? Por la OPA que hizo Repsol.
Aquí, nuevamente estando en desacuerdo con la desnacionalización, tuvimos obligación de vender las acciones con una ganancia para la provincia de Santa Cruz, porque lo que habíamos comprado a 19 dólares, cuando el barril de petróleo estaba a 9 dólares, lo vendimos a 44,78, de modo que se recompusieron parte de las finanzas de Santa Cruz.
Por eso digo que cuando llegamos al orden nacional, la decisión de expropiar YPF fue estratégica, como fue estratégica la decisión de este Congreso de proclamar la necesidad de obtener la soberanía hidrocarburífera. En esa misma ley está establecido que el modelo tiene que ser nuevo, porque la propia norma estableció que de ese 51 por ciento de acciones que se están adquiriendo por este convenio, el 26 por ciento es para la Nación y el 25 por ciento es para las provincias. Se trata de sumar a las provincias como propietaria de los recursos a la conducción de la empresa que los va a explotar.
Eso cambia el paradigma en la política petrolera y creo que a partir de la firma de este acuerdo, a partir del cumplimiento de la ley, van a tener que repensarse muchos aspectos de la relación provincia-Estado nacional para el manejo de la compañía, donde las provincias tengan en YPF una aliada que las ayude a desarrollar todas sus capacidades productivas.
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Es impresionante el impacto que ya está logrando YPF en Neuquén, en la zona norte de la propia provincia de Santa Cruz, e incluso, en Chubut. Pero a eso se va a referir Galuccio cuando terminen estas alocuciones.
Nos sentimos muy alegres por esta oportunidad histórica que nos permite desarrollar la estrategia de preservar YPF para la patria, y la táctica de expropiar YPF y adquirirla van juntas de la mano con un proyecto de país que tiene en su interior a provincias y Nación tratando de lograr juntas un desarrollo importante. (Aplausos.)
Volviendo a lo que decía. La estrategia consistió en tener en poder de la provincia de Santa Cruz las acciones, e incluso hasta comprar más acciones para participar en la vida y el manejo económico de YPF.
Inicialmente recibimos inicialmente el 3,1 por ciento del paquete accionario, y en 1998 ya teníamos el 4,1 por ciento; le habíamos comprado a Mendoza y a Chubut. La única provincia que conservó acciones de YPF fue la de Santa Cruz. ¿Por qué se desprendió de las acciones la provincia de Santa Cruz? Por la OPA que hizo Repsol.
Aquí, nuevamente estando en desacuerdo con la desnacionalización, tuvimos obligación de vender las acciones con una ganancia para la provincia de Santa Cruz, porque lo que habíamos comprado a 19 dólares, cuando el barril de petróleo estaba a 9 dólares, lo vendimos a 44,78, de modo que se recompusieron parte de las finanzas de Santa Cruz.
Por eso digo que cuando llegamos al orden nacional, la decisión de expropiar YPF fue estratégica, como fue estratégica la decisión de este Congreso de proclamar la necesidad de obtener la soberanía hidrocarburífera. En esa misma ley está establecido que el modelo tiene que ser nuevo, porque la propia norma estableció que de ese 51 por ciento de acciones que se están adquiriendo por este convenio, el 26 por ciento es para la Nación y el 25 por ciento es para las provincias. Se trata de sumar a las provincias como propietaria de los recursos a la conducción de la empresa que los va a explotar.
Eso cambia el paradigma en la política petrolera y creo que a partir de la firma de este acuerdo, a partir del cumplimiento de la ley, van a tener que repensarse muchos aspectos de la relación provincia-Estado nacional para el manejo de la compañía, donde las provincias tengan en YPF una aliada que las ayude a desarrollar todas sus capacidades productivas.
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Es impresionante el impacto que ya está logrando YPF en Neuquén, en la zona norte de la propia provincia de Santa Cruz, e incluso, en Chubut. Pero a eso se va a referir Galuccio cuando terminen estas alocuciones.
Nos sentimos muy alegres por esta oportunidad histórica que nos permite desarrollar la estrategia de preservar YPF para la patria, y la táctica de expropiar YPF y adquirirla van juntas de la mano con un proyecto de país que tiene en su interior a provincias y Nación tratando de lograr juntas un desarrollo importante. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE METAZA De acuerdo con lo establecido, a continuación hará uso de la palabra el señor tasador del Tribunal Superior de Tasación de la Nación, Daniel Martín.
SR. MARTÍN Señor presidente, señores diputados, señor ministro, señor secretario: la idea es describir el proceso de tasación que tuvo la obligación de llevar a cabo el Tribunal Superior de Tasación de la Nación a partir de la aplicación de la ley 26.741. Por tal motivo, voy a desarrollar una exposición tratando de explicar los detalles más importantes del proceso de valuación.
La ley impuso como punto fundamental, entre otros aspectos, la tasación del 51 por ciento del patrimonio, y subrayo "del patrimonio" porque es fundamental hacia la forma de valuación de la empresa, representada en igual porcentaje en acciones de clase D que pertenecían a Repsol YPF S.A., sus controladas y en forma directa o indirecta.
La tasación se realizó a la fecha de desposesión, según lo que corresponde al artículo 20 de la ley de expropiaciones, que fue para YPF S.A. el 16 de abril de 2012, y en el caso de YPF Gas, el 18 de abril de 2012.
Para definir un poco todo el proceso de valuación que llevó a cabo el Tribunal, en el caso de YPF se tasaron 79.784 bienes, en el caso de las participadas de YPF, 43.862, de lo que resultó un total de 123.646 entre la propia empresa y sus participadas. En el caso de YPF Gas, se tasaron 5.037.157 -gran cantidad de bienes-, y 71 de las participadas; estos últimos corresponden a tres empresas que tenían pocos bienes, pero que también fueron valuadas porque están dentro del balance YPF Gas como inversiones. El total de YPF Gas ronda los 5.037.000 bienes.
¿Qué resultó de esta valuación? En el caso de YPF fueron 13 expedientes, consistentes en 30 cuerpos y 4.374 fojas; y en el caso de YPF Gas, fueron 4 expedientes, de 6 cuerpos, de 736 fojas. Un total de 5.100 fojas es la tasación del Tribunal.
Lo que se hizo como presentación del Tribunal fue una carpeta de resumen que se le entregó al organismo expropiante, que en este caso es el Ministerio de Economía.
Aclaro que el Tribunal realizó la tasación aplicando las normas nacionales de valuación; no es una valuación técnico-contable definida por el régimen de la decisión administrativa 56/99, que le solicita al Tribunal la valuación de los bienes inmuebles para el registro contable nacional. Esto es una valuación de estas empresas y no está alcanzado dentro de este régimen.
Lo importante es definir cuál fue la metodología, cómo se hizo y cómo se llegó a las conclusiones. Se constituyó una Sala Ad Hoc y ésta considera que el mejor método para la valuación, con las restricciones de la ley de expropiación, es el método sustantivo patrimonial, que permite también conocer la real situación de la empresa. Este es el mismo método que se aplicó en la valuación de Aerolíneas Argentinas y de Austral; no hubo diferencia en la metodología. En aquel momento dio como resultado un valor negativo para la empresa; y en este caso un valor distinto.
Se aplicó el valor sustantivo patrimonial considerando principalmente el valor de mercado de los bienes de uso, calculado con las metodologías que imponen las normas del Tribunal, que son comparativas o de costo de reposición depreciado; y el monto del resto de los activos y del pasivo fue obtenido de los balances de las empresas.
Este es el resumen: valuación de bienes de uso, algunos intangibles y el resto de la información del balance auditado de la empresa.
Respetando las incumbencias profesionales, se solicitó al Ministerio de Economía la contratación de un contador público nacional para confeccionar los informes de los balances. Nosotros le requeríamos informes al contador de los distintos aspectos en los cuales el Tribunal no iba a intervenir ni valuar.
Hay que marcar algunas diferencias respecto de las metodologías que usa el Tribunal y la información de los estados contables. El Tribunal determina el valor actual. Si existen comparables como valor de mercado para algunos bienes, se establece un valor de mercado con las normas comparativas que tenemos, se utilizan once parámetros como mínimo de comparación, y para otro tipo de bienes como bienes muebles se utilizan otros distintos que están explicitados en las normas del Tribunal y que están publicadas en la página web del organismo.
Para aquellos bienes que no son comparables, es decir que no existe un mercado de venta para este tipo de bienes -hay bastante en las dos empresas-, se utiliza otro método, como el de reposición depreciado, que se aplicó al caso de refinería, petroquímica, plantas, baterías, algunos edificios -que son particulares-, los bienes de YPF en las estaciones de servicios, los ductos, las plantas de lubricantes, los tanques, los equipos de perforación, WO -equipos para reparación de pozos-, plataformas, YPF directo y aeroplantas.
La depreciación que se hace -en esto se diferencia con la contabilidad en el tema de la Amortización- es que se lo deprecia por edad y estado. Y en el caso de instalaciones, no solamente por estos dos parámetros sino además por intensidad de uso, obsolescencia técnica o tecnológica y oferta.
En el Tribunal no hablamos de vida útil sino de expectativa de vida, que surge de la inspección, y que con la antigüedad hace a la vida útil total. Los criterios del Tribunal en sus normas dicen que la vida útil total de un edificio está estimada entre 80 y 100 años; en edificios con estructura de acero, que en este caso tenemos bastantes, de 100 a 120 años; en edificios industriales, de 50 a 80 años; viviendas, 20 a 80 años; muebles, según el tipo de características y obsolescencia tecnológica, acá se manejan otros criterios; y en el caso de instalaciones, según la vida útil de diseño de ingeniería. Cada planta industrial tiene un diseño de ingeniería que se toma como base.
El Tribunal no valúa las empresas, ni ésta, ni Aerolíneas ni las otras empresas que ha tasado utilizando las normas de contabilidad, ni las NIIF, ni las NIC, ni la RT17, que responden a otra finalidad, que es la de posición financiera y contable de la empresa, que no son las finalidades del organismo para tasar el patrimonio de YPF.
YPF está compuesta por 10 empresas controladas; 3 empresas con negocios conjuntos, de las cuales no tiene el control; 8 empresas con distintos grados de participación porcentual, o sea el 10, 15 o 20 por ciento, y 9 empresas participadas con información no significativa según el balance. En total son 30 empresas. La fuente de esta información es el anexo I del balance consolidado de YPF, página 83. En ese anexo se detalla particularmente el grado de participación de las empresas y el grado de aporte al balance consolidado.
La estructura de la empresa se divide en dos grandes grupos: por un lado el upstream, unidad de exploración y producción de hidrocarburos, integrada por explotación, servicios de perforación y la exploración de las áreas petroleras concesionadas; luego está el grupo más importante de la empresa con gran cantidad de bienes, que es el downstream, que es la unidad de negocios que se encarga de la refinación, comercialización de productos petrolíferos, químicos, gases licuados y de petróleo. Ahí se encuentra el grueso de los bienes de la empresa, como son las refinerías de La Plata, Luján de Cuyo, Plaza Huincul, la petroquímica de Ensenada, el sector comercial compuesto por estaciones de servicio o retail, YPF Directo, agro e industrias, y otras unidades de logística, GLP, gas y energía, comercio internacional y transporte.
Es importante mencionar el patrimonio de YPF en las tres refinerías y la petroquímica. La refinería de La Plata, que es la más grande, procesa 189.000 barriles diarios de petróleo y tiene un índice de complejidad de 8,2. Este es el grado tecnológico que tiene la refinería y su grado de procesamiento de petróleo, con la particularidad de que tiene una planta de elaboración de base de lubricante, parafina y asfaltos.
La petroquímica que también está en Ensenada, al lado del complejo industrial de La Plata. Es una planta de elaboración de productos petroquímicos que tiene un índice de complejidad de 30,6. El índice de complejidad aquí es más alto porque es una industria petroquímica, con alto contenido tecnológico en todo su proceso industrial.
La refinería del complejo industrial Luján de Cuyo es la de mayor conversión, procesa 105.500 barriles de petróleo por día, pero la conversión es mayor que en la de La Plata, es decir que en el procesamiento del petróleo ingresado hasta lograr el producto final tiene mayor eficiencia. Tiene un índice de Solomon de 10,7, y es una de las más importantes de Latinoamérica, con la mayor cantidad de distinciones y premios recibidos.
Por su parte, el complejo industrial de Plaza Huincul es una refinería que procesa 25.000 barriles diarios y tiene un índice menor porque no procesa todo el petróleo que llega, sino hasta un cierto punto, y después se envía el resto a Bahía Blanca con destino a La Plata. Además, tiene una planta de 400.000 toneladas de metanol, que es un producto básico para biocombustibles y derivados petroquímicos.
Asimismo, existe una gran cantidad de baterías que están distribuidas en las áreas de producción de YPF. Estas baterías se encargan de recolectar el producto que viene directamente de los pozos.
Una vez que lo recolectan lo envían a otros equipos que se llaman "plantas", que tecnológicamente son más importantes. Se hace el proceso de secado del petróleo, se le quita el agua, se le quitan algunos productos que no conviene que sean transportados por ductos y estas plantas derivan el petróleo a la refinería. Eso lo hacen a través del ducto downstream, que son cañerías que están instaladas en todas las áreas de producción.
Aquí el Tribunal se detuvo particularmente por el estado de conservación de estos ductos y lo consideró en su valuación; más adelante me voy a referir a ello.
Después hay plataformas de offshore a la altura del Estrecho de Magallanes, tanques de logística, equipos de perforación, las plantas de YPF Directo y aeroplantas en todos los aeropuertos, otros bienes que están en el inventario, 289 inmuebles de los cuales 89 no poseen mejoras, bienes en estaciones de servicio operados por Opessa -que es la operadora de estaciones de servicio-, bienes que son de YPF en estaciones de servicios de terceros, y la planta de lubricantes de La Plata.
Luego se valuaron bienes informáticos, de comunicaciones, desarrollo y aplicación del software propio que diseñó el personal de informática de YPF, rodados y un avión.
Me voy a detener particularmente en uno de los procesos de tasación que nos llevó bastante tiempo y fue bastante complejo: los pozos en las áreas de producción.
La compañía tiene 29.971 pozos. En su mayoría son propios pero una parte son participados con otras empresas. De los 29.971 pozos, en producción hay 11.267 y otros que son de producción, que son inyectores de agua, 3.064. Hay abandonados 5.661 y a abandonar 1.173. Aquí el Tribunal consideró el proceso de cierre de estos pozos para cuidar el medio ambiente. Por otro lado, hay pozos que están en distintas condiciones que otros y que los que están parados, ya sea por alta relación agua-combustible, porque le falta mantenimiento o porque están en espera de la decisión de pararlos o si sigue en producción.
La valuación de esos pozos es bastante compleja, porque primero hay que considerar la distribución de los pozos en todo el país en noventa y dos áreas de exploración y de explotación.
A su vez, dentro de estas noventa y dos áreas tenemos las licencias otorgadas por las provincias para la explotación. En esta situación tenemos licencias a 25 años donde YPF tiene el cien por ciento, pero también tenemos licencias a 25 años donde YPF tiene el 30, el 50, el 70 o el 98 por ciento de la participación. Es decir que están asociadas con otras compañías.
Además, hay licencias a 35 años, cien por ciento propias y otras a 35 años con el 15, 22,5 o el 27 por ciento. Después tenemos licencias de uno a diez años con distintos porcentajes, licencias de 15 a 45 años al cien por ciento y licencias de 15 a 45 años al 51 por ciento.
Ese es uno de los aspectos que hay que tomar en cuenta. Y el otro aspecto que hay que tomar en cuenta es que al final de la concesión, el pozo se debe cerrar, y el costo de cierre del pozo entra en el valor de la tasación. O sea, le estamos descontando al final de la concesión la obligación de cierre del pozo, que en orden de magnitud es de 124 mil dólares promedio ponderado.
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A su vez hay que considerar la antigüedad de los pozos, que van desde 1977 -hay casos anteriores o sin datos- hasta 2008. La edad del pozo pone un límite con respecto al límite de la licencia. Es decir, ¿cuándo considero la edad del pozo si el límite me lo está dando la licencia? Es una tabla de dos entradas: hay que entrar por el lado de la licencia y por el lado de la antigüedad.
Ahora voy a exponer parte de la base de información y del cálculo que hizo el Tribunal, solamente para un sector muy chico de pozos, para que tengan una idea del trabajo realizado.
Como podemos observar en la parte de arriba del power point están identificadas las áreas de exploración y de explotación: Cañada La Escondida, Cañadón Las Heras, Cañadón Vasco, Cedro Piedra, el Medanito, etcétera, ubicados en distintas provincias. Se los clasificó por antigüedad a cada pozo y se tomó la base de datos general de pozos identificándolos por área de explotación y por antigüedad.
Los números que aparecen en esta planilla son el resultado de ese cómputo que se podría haber realizado en forma informática, pero el proceso fue computado manualmente. Había que ver la información que nos daba YPF de todos sus pozos y cargarla en esta planilla de valuación.
¿Qué se tomó como valor de cada pozo? Nosotros teníamos que los pozos se dividen en cinco etapas, que se las denomina en la industria petrolera: etapa 10, 20, 30, 40 y 50. YPF nos informa cuál es el valor de cada una de estas etapas. La etapa de preparación del pozo vale 103.000 dólares, es decir, tiene un costo de esa magnitud. La etapa de perforación, un promedio de 1.278.000 dólares. La etapa de terminación -que es el cierre del pozo arriba y preparar el cabezal-, 106.000 dólares. Los equipos, que incluye los conductos hasta las baterías, 259.000 dólares. A esto hay que agregarle los gastos administrativos y gastos generales. En total nos da 1.974.000 dólares por cada pozo.
¿Cómo tomó esto el Tribunal? Hay un costo de cierre, que mencioné anteriormente, de 124.000 dólares, con lo cual en el cálculo descontamos el cierre del pozo. De esta forma nos quedó que cada pozo en producción estaba en el orden de 1.851.000 dólares.
Después había pozos inyectores, parados o en otra condición, donde al pozo inyector se le descontaba la cigüeña, es decir, el equipo de extracción, y en el caso de los pozos parados u "otros" también se le hacía el descuento de la terminación.
Con esos datos se incorporó la información a la base de datos que habíamos preparado y -a partir de la aplicación de la fórmula de la norma 17 del Tribunal- se obtuvo el valor actual de cada pozo. Si ese valor lo multiplicamos por la cantidad de pozos en las mismas condiciones, se aplica esta fórmula y obtenemos esta planilla resultante final que arroja un valor de 4.847 millones de dólares por los 29.000 pozos.
Por otra parte, los pozos abandonados están todos en negativo, porque se computó el costo de cierre. Los pozos comienzan a tener valor positivo y luego van teniendo valor negativo en función de su antigüedad y de su intensidad de uso.
Esos son los cuatro o cinco parámetros que toma el Tribunal para la valuación del tipo de instalaciones.
Vamos a dar un ejemplo de otro bien muy importante de la empresa, que son las refinerías. Trajimos como ejemplo la refinería de Plaza Huincul, porque la verdad es que tiene menos componentes y entraba mejor en la planilla; las de Luján de Cuyo y La Plata tienen más equipo y no se vía bien.
Hemos valuado la refinería de Plaza Huincul en un valor final de 161 millones de dólares. El valor de esta reposición, el valor a nuevo de esta refinería si la construyéramos hoy está en el orden de los 600 millones dólares, para ser más exactos, 596 millones de dólares.
El Tribunal tasó la refinería al 27,13 por ciento de su valor a nuevo. Y esto lo aclaramos porque se dijo en algún momento que habíamos sobrevaluado.
El total de las tres refinerías más la petroquímica da un valor a nuevo de 14.000 millones de dólares. El valor de tasación total de las cuatro es de 2.583 millones de dólares, o sea el 18 por ciento del valor a nuevo.
En el caso de las plantas también el valor a nuevo es de 2.300 millones de dólares. Se tasaron en 748 millones de dólares. Y las baterías, que están distribuidas en todas las áreas de explotación, con un monto a nuevo de 2.225 millones de dólares, se tasaron a 416 millones de dólares. Se trata de un 31 por ciento en caso de plantas y el 18 en caso de batería, evidencia de que fuimos muy moderados en la valuación de este tipo de equipamientos dada la antigüedad y el estado de conservación.
Un punto importante es que todas están en funcionamiento; están produciendo. En el caso de una planta que para un criterio puede estar en valor 1 porque tiene una antigüedad mayor de los 25 años, el Tribunal considera que la vida útil de este tipo de planta oscila entre los 40 y los 50 años, el doble de lo que se toma para un registro contable. Pero lo que valuamos como parámetro principal es que está en funcionamiento.
Pasamos al análisis de las reservas. Este es un aspecto puntual en cuanto al grado de dificultad en la valuación, pues hubo cuestiones muy complejas a resolver en las dos empresas.
En el caso de las reservas, enfocamos el criterio del Tribunal en las reservas probadas y desarrolladas, porque éstas indican el grado de inversión de la empresa para producir. A las no desarrolladas, las probables y las posibles todavía les faltan las inversiones y también la aprobación de las provincias para que se empiece a hacer la explotación.
La empresa al 16 de abril de 2012 se presentaba de la siguiente manera: tenía en los recursos y reservas como recursos prospectivos, que son el máximo de los análisis geológicos que se hacen, 12.492 millones de barriles de petróleo. Los contingentes, que son aquellos que ya están preparados pero a los que todavía falta la aprobación de la provincia para empezar la producción, alcanzaban los 2.300 millones.
Pero en relación con las reservas 3P -las famosas reservas probadas, posibles y probables- las probadas, que son las que tienen la mayor incidencia porque son en las que ha aplicado inversión la compañía, están en el orden de los 974 millones de dólares.
Ahora hacemos un análisis de Vaca Muerta, es decir, cómo incide en abril de 2012 con respecto al total de la empresa. Vaca Muerta representaba en recursos prospectivos 11.600 millones de barriles de petróleo, el 92 por ciento. O sea que en la exposición de la empresa se le daba a Vaca Muerta mucha importancia, pero si vamos a las reservas probadas había solamente 32 millones de barriles de petróleo. Es decir que la expectativa era importante pero la inversión era poca, pues 32 millones de barriles de petróleo es el 3 por ciento del total de la producción de YPF. En definitiva, se había invertido en tres pozos a 10 millones de dólares cada pozo, más o menos 30 millones de dólares en los primeros tres pozos que se hicieron en Vaca Muerta.
Si descontamos Vaca Muerta a la información que planteaba YPF en esa época, nos encontramos con que los recursos prospectivos de YPF eran 876 millones de barriles de petróleo y las reservas probadas eran 942 millones de barriles de petróleo. Esto indica que la empresa se manejaba por explotación petrolífera convencional y no por la no convencional en aquel momento. Estamos hablando de 2012; hoy la explotación de Vaca Muerta es distinta.
Estamos mostrando fotos del personal del Tribunal en cada lugar haciendo las tareas valuatorias. Hemos estado en los lugares para hacer la inspección y vimos cómo estaba el equipamiento.
Para la realización de la valuación se recopilaron datos de equipos, unidades, bienes industriales, informáticos y se recibieron informes de las siguientes áreas: Vicepresidencia Ejecutiva de Upstream, Ingeniería, Planificación y Control y Control de Gestión. Recibimos información mediante los inventarios y algunos datos técnicos que necesitamos para hacer la valuación. También recibimos información de la Vicepresidencia Ejecutiva de Upstream, servicios, retail, tal cual como nosotros se la solicitábamos a YPF.
Después de recibir la información se procedió a hacer las inspecciones y a realizar los cálculos para cada tipo de bien aplicando las normas de valuación y los criterios utilizados por el Tribunal como órgano rector. Se muestra en pantalla una fotografía en la cual estamos haciendo la inspección en Loma de La Lata, cerca de Vaca Muerta.
En relación con la tasación, las empresas controladas son Astra Evangelista S.A., Eleran, YPF Servicios Petróleo, OPESSA, YPF Brasil Comercio Derivado de Petróleo. Fueron empresas sobre las que trabajamos particularmente, dada la cantidad de bienes, que fueron valuadas con el mismo procedimiento de YPF e YPF Gas. Del resto de las empresas se obtuvieron informes contables a través del contador contratado, y la situación que tomábamos era la más cercana a la fecha de toma de posesión. Los resultados obtenidos fueron considerados como inversiones para el balance de YPF.
Como resultado de todo este proceso se tasaron terrenos, edificios, bienes de estaciones de servicios de terceros, bienes de estaciones de servicios operados por OPESSA, pozos en producción, refinerías, plantas, baterías, ductos upstream, plantas lubricantes, informática y comunicaciones, tanques y logística, equipos de perforación, plataformas y ductos off-shore, rodados, un avión, YPF directo y aeroplantas. Materiales, perforación, obra en curso y exploraciones en curso se tomaron directamente de lo que figuraba en el balance como gasto incurrido. Hay otros equipos por un total cercano a 13.000 millones de dólares.
Una vez valuado el patrimonio de los bienes de uso, analizamos las distintas informaciones que obtuvimos de la empresa. Una de las informaciones es el pasivo y, dentro de él, las contingencias. Las contingencias legales y fiscales son establecidas por medio de un análisis de especialistas, principalmente estudios de abogados, que determina el grado de certeza y la probabilidad de producirse una sentencia. De esta manera, proponen a la empresa un valor de esa contingencia y con eso se registra el juicio y el valor que se registra en la contabilidad como provisión.
Lo que hizo el Tribunal fue considerar estos valores que estaban provisionados en la contabilidad, porque estaban hechos con el procedimiento que se establecen y a su vez estaban auditados por una consultora bastante importante.
Esa es información sensible de la empresa. Nosotros respetamos aquellos profesionales que le dan información a la empresa y que tienen algún grado de desarrollo técnico para sus conclusiones, y el Tribunal entendió que modificar esto podría poner en riesgo la situación judicial en algunos de los juicios si el Tribunal opinaba una cosa distinta.
El Tribunal tuvo acceso a esa información, pero es confidencial. Fue vista en YPF, pero no tenemos esa información en papel, en resguardo de la seguridad jurídica de la empresa.
La ley impuso como punto fundamental, entre otros aspectos, la tasación del 51 por ciento del patrimonio, y subrayo "del patrimonio" porque es fundamental hacia la forma de valuación de la empresa, representada en igual porcentaje en acciones de clase D que pertenecían a Repsol YPF S.A., sus controladas y en forma directa o indirecta.
La tasación se realizó a la fecha de desposesión, según lo que corresponde al artículo 20 de la ley de expropiaciones, que fue para YPF S.A. el 16 de abril de 2012, y en el caso de YPF Gas, el 18 de abril de 2012.
Para definir un poco todo el proceso de valuación que llevó a cabo el Tribunal, en el caso de YPF se tasaron 79.784 bienes, en el caso de las participadas de YPF, 43.862, de lo que resultó un total de 123.646 entre la propia empresa y sus participadas. En el caso de YPF Gas, se tasaron 5.037.157 -gran cantidad de bienes-, y 71 de las participadas; estos últimos corresponden a tres empresas que tenían pocos bienes, pero que también fueron valuadas porque están dentro del balance YPF Gas como inversiones. El total de YPF Gas ronda los 5.037.000 bienes.
¿Qué resultó de esta valuación? En el caso de YPF fueron 13 expedientes, consistentes en 30 cuerpos y 4.374 fojas; y en el caso de YPF Gas, fueron 4 expedientes, de 6 cuerpos, de 736 fojas. Un total de 5.100 fojas es la tasación del Tribunal.
Lo que se hizo como presentación del Tribunal fue una carpeta de resumen que se le entregó al organismo expropiante, que en este caso es el Ministerio de Economía.
Aclaro que el Tribunal realizó la tasación aplicando las normas nacionales de valuación; no es una valuación técnico-contable definida por el régimen de la decisión administrativa 56/99, que le solicita al Tribunal la valuación de los bienes inmuebles para el registro contable nacional. Esto es una valuación de estas empresas y no está alcanzado dentro de este régimen.
Lo importante es definir cuál fue la metodología, cómo se hizo y cómo se llegó a las conclusiones. Se constituyó una Sala Ad Hoc y ésta considera que el mejor método para la valuación, con las restricciones de la ley de expropiación, es el método sustantivo patrimonial, que permite también conocer la real situación de la empresa. Este es el mismo método que se aplicó en la valuación de Aerolíneas Argentinas y de Austral; no hubo diferencia en la metodología. En aquel momento dio como resultado un valor negativo para la empresa; y en este caso un valor distinto.
Se aplicó el valor sustantivo patrimonial considerando principalmente el valor de mercado de los bienes de uso, calculado con las metodologías que imponen las normas del Tribunal, que son comparativas o de costo de reposición depreciado; y el monto del resto de los activos y del pasivo fue obtenido de los balances de las empresas.
Este es el resumen: valuación de bienes de uso, algunos intangibles y el resto de la información del balance auditado de la empresa.
Respetando las incumbencias profesionales, se solicitó al Ministerio de Economía la contratación de un contador público nacional para confeccionar los informes de los balances. Nosotros le requeríamos informes al contador de los distintos aspectos en los cuales el Tribunal no iba a intervenir ni valuar.
Hay que marcar algunas diferencias respecto de las metodologías que usa el Tribunal y la información de los estados contables. El Tribunal determina el valor actual. Si existen comparables como valor de mercado para algunos bienes, se establece un valor de mercado con las normas comparativas que tenemos, se utilizan once parámetros como mínimo de comparación, y para otro tipo de bienes como bienes muebles se utilizan otros distintos que están explicitados en las normas del Tribunal y que están publicadas en la página web del organismo.
Para aquellos bienes que no son comparables, es decir que no existe un mercado de venta para este tipo de bienes -hay bastante en las dos empresas-, se utiliza otro método, como el de reposición depreciado, que se aplicó al caso de refinería, petroquímica, plantas, baterías, algunos edificios -que son particulares-, los bienes de YPF en las estaciones de servicios, los ductos, las plantas de lubricantes, los tanques, los equipos de perforación, WO -equipos para reparación de pozos-, plataformas, YPF directo y aeroplantas.
La depreciación que se hace -en esto se diferencia con la contabilidad en el tema de la Amortización- es que se lo deprecia por edad y estado. Y en el caso de instalaciones, no solamente por estos dos parámetros sino además por intensidad de uso, obsolescencia técnica o tecnológica y oferta.
En el Tribunal no hablamos de vida útil sino de expectativa de vida, que surge de la inspección, y que con la antigüedad hace a la vida útil total. Los criterios del Tribunal en sus normas dicen que la vida útil total de un edificio está estimada entre 80 y 100 años; en edificios con estructura de acero, que en este caso tenemos bastantes, de 100 a 120 años; en edificios industriales, de 50 a 80 años; viviendas, 20 a 80 años; muebles, según el tipo de características y obsolescencia tecnológica, acá se manejan otros criterios; y en el caso de instalaciones, según la vida útil de diseño de ingeniería. Cada planta industrial tiene un diseño de ingeniería que se toma como base.
El Tribunal no valúa las empresas, ni ésta, ni Aerolíneas ni las otras empresas que ha tasado utilizando las normas de contabilidad, ni las NIIF, ni las NIC, ni la RT17, que responden a otra finalidad, que es la de posición financiera y contable de la empresa, que no son las finalidades del organismo para tasar el patrimonio de YPF.
YPF está compuesta por 10 empresas controladas; 3 empresas con negocios conjuntos, de las cuales no tiene el control; 8 empresas con distintos grados de participación porcentual, o sea el 10, 15 o 20 por ciento, y 9 empresas participadas con información no significativa según el balance. En total son 30 empresas. La fuente de esta información es el anexo I del balance consolidado de YPF, página 83. En ese anexo se detalla particularmente el grado de participación de las empresas y el grado de aporte al balance consolidado.
La estructura de la empresa se divide en dos grandes grupos: por un lado el upstream, unidad de exploración y producción de hidrocarburos, integrada por explotación, servicios de perforación y la exploración de las áreas petroleras concesionadas; luego está el grupo más importante de la empresa con gran cantidad de bienes, que es el downstream, que es la unidad de negocios que se encarga de la refinación, comercialización de productos petrolíferos, químicos, gases licuados y de petróleo. Ahí se encuentra el grueso de los bienes de la empresa, como son las refinerías de La Plata, Luján de Cuyo, Plaza Huincul, la petroquímica de Ensenada, el sector comercial compuesto por estaciones de servicio o retail, YPF Directo, agro e industrias, y otras unidades de logística, GLP, gas y energía, comercio internacional y transporte.
Es importante mencionar el patrimonio de YPF en las tres refinerías y la petroquímica. La refinería de La Plata, que es la más grande, procesa 189.000 barriles diarios de petróleo y tiene un índice de complejidad de 8,2. Este es el grado tecnológico que tiene la refinería y su grado de procesamiento de petróleo, con la particularidad de que tiene una planta de elaboración de base de lubricante, parafina y asfaltos.
La petroquímica que también está en Ensenada, al lado del complejo industrial de La Plata. Es una planta de elaboración de productos petroquímicos que tiene un índice de complejidad de 30,6. El índice de complejidad aquí es más alto porque es una industria petroquímica, con alto contenido tecnológico en todo su proceso industrial.
La refinería del complejo industrial Luján de Cuyo es la de mayor conversión, procesa 105.500 barriles de petróleo por día, pero la conversión es mayor que en la de La Plata, es decir que en el procesamiento del petróleo ingresado hasta lograr el producto final tiene mayor eficiencia. Tiene un índice de Solomon de 10,7, y es una de las más importantes de Latinoamérica, con la mayor cantidad de distinciones y premios recibidos.
Por su parte, el complejo industrial de Plaza Huincul es una refinería que procesa 25.000 barriles diarios y tiene un índice menor porque no procesa todo el petróleo que llega, sino hasta un cierto punto, y después se envía el resto a Bahía Blanca con destino a La Plata. Además, tiene una planta de 400.000 toneladas de metanol, que es un producto básico para biocombustibles y derivados petroquímicos.
Asimismo, existe una gran cantidad de baterías que están distribuidas en las áreas de producción de YPF. Estas baterías se encargan de recolectar el producto que viene directamente de los pozos.
Una vez que lo recolectan lo envían a otros equipos que se llaman "plantas", que tecnológicamente son más importantes. Se hace el proceso de secado del petróleo, se le quita el agua, se le quitan algunos productos que no conviene que sean transportados por ductos y estas plantas derivan el petróleo a la refinería. Eso lo hacen a través del ducto downstream, que son cañerías que están instaladas en todas las áreas de producción.
Aquí el Tribunal se detuvo particularmente por el estado de conservación de estos ductos y lo consideró en su valuación; más adelante me voy a referir a ello.
Después hay plataformas de offshore a la altura del Estrecho de Magallanes, tanques de logística, equipos de perforación, las plantas de YPF Directo y aeroplantas en todos los aeropuertos, otros bienes que están en el inventario, 289 inmuebles de los cuales 89 no poseen mejoras, bienes en estaciones de servicio operados por Opessa -que es la operadora de estaciones de servicio-, bienes que son de YPF en estaciones de servicios de terceros, y la planta de lubricantes de La Plata.
Luego se valuaron bienes informáticos, de comunicaciones, desarrollo y aplicación del software propio que diseñó el personal de informática de YPF, rodados y un avión.
Me voy a detener particularmente en uno de los procesos de tasación que nos llevó bastante tiempo y fue bastante complejo: los pozos en las áreas de producción.
La compañía tiene 29.971 pozos. En su mayoría son propios pero una parte son participados con otras empresas. De los 29.971 pozos, en producción hay 11.267 y otros que son de producción, que son inyectores de agua, 3.064. Hay abandonados 5.661 y a abandonar 1.173. Aquí el Tribunal consideró el proceso de cierre de estos pozos para cuidar el medio ambiente. Por otro lado, hay pozos que están en distintas condiciones que otros y que los que están parados, ya sea por alta relación agua-combustible, porque le falta mantenimiento o porque están en espera de la decisión de pararlos o si sigue en producción.
La valuación de esos pozos es bastante compleja, porque primero hay que considerar la distribución de los pozos en todo el país en noventa y dos áreas de exploración y de explotación.
A su vez, dentro de estas noventa y dos áreas tenemos las licencias otorgadas por las provincias para la explotación. En esta situación tenemos licencias a 25 años donde YPF tiene el cien por ciento, pero también tenemos licencias a 25 años donde YPF tiene el 30, el 50, el 70 o el 98 por ciento de la participación. Es decir que están asociadas con otras compañías.
Además, hay licencias a 35 años, cien por ciento propias y otras a 35 años con el 15, 22,5 o el 27 por ciento. Después tenemos licencias de uno a diez años con distintos porcentajes, licencias de 15 a 45 años al cien por ciento y licencias de 15 a 45 años al 51 por ciento.
Ese es uno de los aspectos que hay que tomar en cuenta. Y el otro aspecto que hay que tomar en cuenta es que al final de la concesión, el pozo se debe cerrar, y el costo de cierre del pozo entra en el valor de la tasación. O sea, le estamos descontando al final de la concesión la obligación de cierre del pozo, que en orden de magnitud es de 124 mil dólares promedio ponderado.
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A su vez hay que considerar la antigüedad de los pozos, que van desde 1977 -hay casos anteriores o sin datos- hasta 2008. La edad del pozo pone un límite con respecto al límite de la licencia. Es decir, ¿cuándo considero la edad del pozo si el límite me lo está dando la licencia? Es una tabla de dos entradas: hay que entrar por el lado de la licencia y por el lado de la antigüedad.
Ahora voy a exponer parte de la base de información y del cálculo que hizo el Tribunal, solamente para un sector muy chico de pozos, para que tengan una idea del trabajo realizado.
Como podemos observar en la parte de arriba del power point están identificadas las áreas de exploración y de explotación: Cañada La Escondida, Cañadón Las Heras, Cañadón Vasco, Cedro Piedra, el Medanito, etcétera, ubicados en distintas provincias. Se los clasificó por antigüedad a cada pozo y se tomó la base de datos general de pozos identificándolos por área de explotación y por antigüedad.
Los números que aparecen en esta planilla son el resultado de ese cómputo que se podría haber realizado en forma informática, pero el proceso fue computado manualmente. Había que ver la información que nos daba YPF de todos sus pozos y cargarla en esta planilla de valuación.
¿Qué se tomó como valor de cada pozo? Nosotros teníamos que los pozos se dividen en cinco etapas, que se las denomina en la industria petrolera: etapa 10, 20, 30, 40 y 50. YPF nos informa cuál es el valor de cada una de estas etapas. La etapa de preparación del pozo vale 103.000 dólares, es decir, tiene un costo de esa magnitud. La etapa de perforación, un promedio de 1.278.000 dólares. La etapa de terminación -que es el cierre del pozo arriba y preparar el cabezal-, 106.000 dólares. Los equipos, que incluye los conductos hasta las baterías, 259.000 dólares. A esto hay que agregarle los gastos administrativos y gastos generales. En total nos da 1.974.000 dólares por cada pozo.
¿Cómo tomó esto el Tribunal? Hay un costo de cierre, que mencioné anteriormente, de 124.000 dólares, con lo cual en el cálculo descontamos el cierre del pozo. De esta forma nos quedó que cada pozo en producción estaba en el orden de 1.851.000 dólares.
Después había pozos inyectores, parados o en otra condición, donde al pozo inyector se le descontaba la cigüeña, es decir, el equipo de extracción, y en el caso de los pozos parados u "otros" también se le hacía el descuento de la terminación.
Con esos datos se incorporó la información a la base de datos que habíamos preparado y -a partir de la aplicación de la fórmula de la norma 17 del Tribunal- se obtuvo el valor actual de cada pozo. Si ese valor lo multiplicamos por la cantidad de pozos en las mismas condiciones, se aplica esta fórmula y obtenemos esta planilla resultante final que arroja un valor de 4.847 millones de dólares por los 29.000 pozos.
Por otra parte, los pozos abandonados están todos en negativo, porque se computó el costo de cierre. Los pozos comienzan a tener valor positivo y luego van teniendo valor negativo en función de su antigüedad y de su intensidad de uso.
Esos son los cuatro o cinco parámetros que toma el Tribunal para la valuación del tipo de instalaciones.
Vamos a dar un ejemplo de otro bien muy importante de la empresa, que son las refinerías. Trajimos como ejemplo la refinería de Plaza Huincul, porque la verdad es que tiene menos componentes y entraba mejor en la planilla; las de Luján de Cuyo y La Plata tienen más equipo y no se vía bien.
Hemos valuado la refinería de Plaza Huincul en un valor final de 161 millones de dólares. El valor de esta reposición, el valor a nuevo de esta refinería si la construyéramos hoy está en el orden de los 600 millones dólares, para ser más exactos, 596 millones de dólares.
El Tribunal tasó la refinería al 27,13 por ciento de su valor a nuevo. Y esto lo aclaramos porque se dijo en algún momento que habíamos sobrevaluado.
El total de las tres refinerías más la petroquímica da un valor a nuevo de 14.000 millones de dólares. El valor de tasación total de las cuatro es de 2.583 millones de dólares, o sea el 18 por ciento del valor a nuevo.
En el caso de las plantas también el valor a nuevo es de 2.300 millones de dólares. Se tasaron en 748 millones de dólares. Y las baterías, que están distribuidas en todas las áreas de explotación, con un monto a nuevo de 2.225 millones de dólares, se tasaron a 416 millones de dólares. Se trata de un 31 por ciento en caso de plantas y el 18 en caso de batería, evidencia de que fuimos muy moderados en la valuación de este tipo de equipamientos dada la antigüedad y el estado de conservación.
Un punto importante es que todas están en funcionamiento; están produciendo. En el caso de una planta que para un criterio puede estar en valor 1 porque tiene una antigüedad mayor de los 25 años, el Tribunal considera que la vida útil de este tipo de planta oscila entre los 40 y los 50 años, el doble de lo que se toma para un registro contable. Pero lo que valuamos como parámetro principal es que está en funcionamiento.
Pasamos al análisis de las reservas. Este es un aspecto puntual en cuanto al grado de dificultad en la valuación, pues hubo cuestiones muy complejas a resolver en las dos empresas.
En el caso de las reservas, enfocamos el criterio del Tribunal en las reservas probadas y desarrolladas, porque éstas indican el grado de inversión de la empresa para producir. A las no desarrolladas, las probables y las posibles todavía les faltan las inversiones y también la aprobación de las provincias para que se empiece a hacer la explotación.
La empresa al 16 de abril de 2012 se presentaba de la siguiente manera: tenía en los recursos y reservas como recursos prospectivos, que son el máximo de los análisis geológicos que se hacen, 12.492 millones de barriles de petróleo. Los contingentes, que son aquellos que ya están preparados pero a los que todavía falta la aprobación de la provincia para empezar la producción, alcanzaban los 2.300 millones.
Pero en relación con las reservas 3P -las famosas reservas probadas, posibles y probables- las probadas, que son las que tienen la mayor incidencia porque son en las que ha aplicado inversión la compañía, están en el orden de los 974 millones de dólares.
Ahora hacemos un análisis de Vaca Muerta, es decir, cómo incide en abril de 2012 con respecto al total de la empresa. Vaca Muerta representaba en recursos prospectivos 11.600 millones de barriles de petróleo, el 92 por ciento. O sea que en la exposición de la empresa se le daba a Vaca Muerta mucha importancia, pero si vamos a las reservas probadas había solamente 32 millones de barriles de petróleo. Es decir que la expectativa era importante pero la inversión era poca, pues 32 millones de barriles de petróleo es el 3 por ciento del total de la producción de YPF. En definitiva, se había invertido en tres pozos a 10 millones de dólares cada pozo, más o menos 30 millones de dólares en los primeros tres pozos que se hicieron en Vaca Muerta.
Si descontamos Vaca Muerta a la información que planteaba YPF en esa época, nos encontramos con que los recursos prospectivos de YPF eran 876 millones de barriles de petróleo y las reservas probadas eran 942 millones de barriles de petróleo. Esto indica que la empresa se manejaba por explotación petrolífera convencional y no por la no convencional en aquel momento. Estamos hablando de 2012; hoy la explotación de Vaca Muerta es distinta.
Estamos mostrando fotos del personal del Tribunal en cada lugar haciendo las tareas valuatorias. Hemos estado en los lugares para hacer la inspección y vimos cómo estaba el equipamiento.
Para la realización de la valuación se recopilaron datos de equipos, unidades, bienes industriales, informáticos y se recibieron informes de las siguientes áreas: Vicepresidencia Ejecutiva de Upstream, Ingeniería, Planificación y Control y Control de Gestión. Recibimos información mediante los inventarios y algunos datos técnicos que necesitamos para hacer la valuación. También recibimos información de la Vicepresidencia Ejecutiva de Upstream, servicios, retail, tal cual como nosotros se la solicitábamos a YPF.
Después de recibir la información se procedió a hacer las inspecciones y a realizar los cálculos para cada tipo de bien aplicando las normas de valuación y los criterios utilizados por el Tribunal como órgano rector. Se muestra en pantalla una fotografía en la cual estamos haciendo la inspección en Loma de La Lata, cerca de Vaca Muerta.
En relación con la tasación, las empresas controladas son Astra Evangelista S.A., Eleran, YPF Servicios Petróleo, OPESSA, YPF Brasil Comercio Derivado de Petróleo. Fueron empresas sobre las que trabajamos particularmente, dada la cantidad de bienes, que fueron valuadas con el mismo procedimiento de YPF e YPF Gas. Del resto de las empresas se obtuvieron informes contables a través del contador contratado, y la situación que tomábamos era la más cercana a la fecha de toma de posesión. Los resultados obtenidos fueron considerados como inversiones para el balance de YPF.
Como resultado de todo este proceso se tasaron terrenos, edificios, bienes de estaciones de servicios de terceros, bienes de estaciones de servicios operados por OPESSA, pozos en producción, refinerías, plantas, baterías, ductos upstream, plantas lubricantes, informática y comunicaciones, tanques y logística, equipos de perforación, plataformas y ductos off-shore, rodados, un avión, YPF directo y aeroplantas. Materiales, perforación, obra en curso y exploraciones en curso se tomaron directamente de lo que figuraba en el balance como gasto incurrido. Hay otros equipos por un total cercano a 13.000 millones de dólares.
Una vez valuado el patrimonio de los bienes de uso, analizamos las distintas informaciones que obtuvimos de la empresa. Una de las informaciones es el pasivo y, dentro de él, las contingencias. Las contingencias legales y fiscales son establecidas por medio de un análisis de especialistas, principalmente estudios de abogados, que determina el grado de certeza y la probabilidad de producirse una sentencia. De esta manera, proponen a la empresa un valor de esa contingencia y con eso se registra el juicio y el valor que se registra en la contabilidad como provisión.
Lo que hizo el Tribunal fue considerar estos valores que estaban provisionados en la contabilidad, porque estaban hechos con el procedimiento que se establecen y a su vez estaban auditados por una consultora bastante importante.
Esa es información sensible de la empresa. Nosotros respetamos aquellos profesionales que le dan información a la empresa y que tienen algún grado de desarrollo técnico para sus conclusiones, y el Tribunal entendió que modificar esto podría poner en riesgo la situación judicial en algunos de los juicios si el Tribunal opinaba una cosa distinta.
El Tribunal tuvo acceso a esa información, pero es confidencial. Fue vista en YPF, pero no tenemos esa información en papel, en resguardo de la seguridad jurídica de la empresa.
SRA. CAMAÑO Señor presidente: es un dato sensible.
SR. PRESIDENTE METAZA Señora diputada: le pido que deje al expositor finalizar su alocución. Después va a tener la posibilidad de hacer uso de la palabra. De manera que, por favor, le pediría que no lo interrumpa.
SRA. CAMAÑO Señor presidente: lo que el funcionario está diciendo es muy importante. Deberíamos hacer secreta esta parte de la reunión para que nos informe.
SR. PRESIDENTE METAZA Por favor, señora diputada, le voy a pedir que respete a quien está en uso de la palabra. Hemos acordado que cuando terminen los funcionarios...
SRA. CAMAÑO Es más importante esto que el uso de la palabra.
SR. PRESIDENTE METAZA Continúa en el uso de la palabra el señor Daniel Martín.
SR. MARTÍN Posteriormente, en el proceso de valuación donde estábamos analizando esta cuenta, como otras que el contador nos estaba informando sobre el resto del pasivo y algunos otros activos, se recibe una notificación de la empresa que decía que se tendría que haber considerado en las provisiones del año 2012 un monto de 307 millones de dólares más, y la sala decidió aumentar el pasivo en ese monto por tres juicios, un arbitraje, unos reclamos de AFIP y un litigios en Nueva Jersey de YPF Holdings.
La sala consideró otra cuestión, que es el impacto negativo en el rubro de inversiones de YPF Holdings y Maxus.
En YPF Holdings se estableció un valor negativo de 154 millones de dólares. ¿Por qué? Porque había una previsión de 151 millones de dólares negativos por un juicio de Maxus por contingencias medioambientales. Este valor de 154 millones de dólares fue deducido del valor de la empresa, pero en el balance figuraba a cero. Este valor de inversión, en el balance, figuraba cero.
Del otro grupo de contingencias había provisiones por juicio y contingencias por 567 millones de dólares, y medioambientales por 279 millones de dólares. Y hay un tercer rubro que se llama "taponamiento de pozo". De lo que estaba en el balance tomamos estos 847 millones de dólares, pero lo relativo al taponamiento de pozos lo dedujimos del pasivo, porque nosotros ya lo habíamos calculado en el valor de los pozos. Entonces, redujimos estos 1.525 millones de dólares del pasivo. Pero resulta que en la tasación, lo que estábamos descontando del valor de los pozos eran 3 mil millones. Es decir, habíamos descontado más el cierre de pozo que lo que decía la contabilidad. Descontamos más que lo que dice la contabilidad, justamente el doble.
Del proceso de valuación resultó que como consecuencia del cálculo y de las cuentas que hacemos según las normas, hubo valores descontados directamente del valor de la empresa. Uno es el rubro de pozos abandonados que ya lo hablamos y son 145 millones de dólares. Pero después hicimos una encuesta en las tres refinerías y en la petroquímica donde le consultamos a los gerentes, a través de los directivos de la empresa, cuáles eran las obras a realizar que necesitaba cada refinería y cada petroquímica.
Como resultado de esa encuesta y de las condiciones técnicas que nos dijeron dio que tenemos 51 millones de dólares en La Plata, 250 en Ensenada, 158 en Luján de Cuyo y 10 millones en Plaza Huincul. Estas son obras a realizar que consideramos que al momento del 2012 se tendrían que haber hecho.
Después hay una parte muy importante que es en los ductos de upstream, donde se descontó casi mil millones de dólares al valor, porque de los 5.700 kilómetros de cañerías, el 57 por ciento estaban en condición 5.5, que quiere decir de alto riesgo de ruptura y alto riesgo de contaminación.
Por lo tanto, el Tribunal, tomó una decisión desde el punto de vista del impacto ambiental directamente sobre la valuación en esos dos rubros, es decir, en el rubro ductos de upstream y en el rubro de pozos a cerrar.
Terminamos el cómputo, la información que nos venía del contador y valuamos 13 mil millones de dólares en bienes y el pasivo era de 6.400, que se ajustó con los 307 millones que mencioné. Entonces, el valor total de la empresa es de 9.152 millones de dólares.
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A esto se sumaron 504 millones de inversiones del otro grupo de treinta empresas que aportan valor a YPF. En total nos da 9.657 millones de dólares por el 100 por ciento de la empresa. El 51 por ciento de las acciones expropiadas alcanzan la cifra de 4.925 millones de dólares, si lo dividimos por los 393 millones de acciones, nos da el valor unitario por acción de 24,55 dólares. Este es el final de la valuación de YPF.
Ahora me voy a referir a YPF Gas, que es la otra empresa expropiada por la ley 26.741, pero la diferencia con la anterior es que se tasaba al 18 de abril, es decir, dos días después de YPF. Se expropió el 51 por ciento del patrimonio de Repsol YPF Gas, representado en un 60 por ciento en acciones clase A.
El 51 por ciento de las acciones YPF Gas resultó ser de 67.364.000 dólares; fíjense en la cantidad de bienes tasados, que 5.037.000, de los cuales el grueso son envases y tanques. Lo menciono por la valuación de esos cinco millones de equipos fue muy compleja.
Luego de finalizada la valuación de las dos empresas, y entregado el informe del Tribunal al Ministerio de Economía, se realizó una consulta por escrito al organismo sobre el Convenio de Solución Amigable y Avenimiento de Expropiación.
Considerando que el artículo 10 de la ley de expropiaciones señala que a partir de la fecha de toma de posesión y hasta el pago de lo expropiado corresponde abonar intereses, los cuales integran la indemnización, el Tribunal hizo la valuación y solamente se expidió sobre el tema valuatorio, es decir, sobre el valor.
El valor tasado de las dos empresas a la fecha de toma de posesión sumaba 4.992 millones de dólares, en el año 2012. A la fecha del Convenio, en 2014, los intereses en dólares representaban el 0,61 por ciento anual -esto fue informado por la Secretaría de Financiamiento-, lo cual representaba un costo adicional de 56 millones de dólares al valor de la expropiación por el transcurso del tiempo.
Entonces, la indemnización total de YPF S.A. y de YPF Gas llegaba a 5.049 millones de dólares; como este valor estaba por encima del valor acordado de 5.000 millones de dólares, el Tribunal opinó que estaba bien y que era justo el valor del acuerdo.
Por último, quería decir que el Tribunal cuenta con setenta y un agentes, entre permanentes y contratados, y posee una amplia experiencia y capacidad profesional para tasar gran cantidad de bienes. En el informe que se le hace todos los años al Congreso figura la estadística del organismo: en el 2008, 176 mil bienes; en el 2009, 236 mil; en el 2011, 168 mil. Esto lo comento desde el punto de vista de que el proceso de valuación llevó mucho trabajo, tenemos un equipo técnico con gran experiencia, somos pocos -es cierto-, pero tenemos una buena Dirección de Informática y pudimos hacerlo.
Además hemos participado dos veces en el CIADI para defender los intereses de la República: en uno tuvimos el orgullo de haber ganado el arbitraje; el otro, todavía está en curso y esperamos tener la misma suerte. (Aplausos.)
La sala consideró otra cuestión, que es el impacto negativo en el rubro de inversiones de YPF Holdings y Maxus.
En YPF Holdings se estableció un valor negativo de 154 millones de dólares. ¿Por qué? Porque había una previsión de 151 millones de dólares negativos por un juicio de Maxus por contingencias medioambientales. Este valor de 154 millones de dólares fue deducido del valor de la empresa, pero en el balance figuraba a cero. Este valor de inversión, en el balance, figuraba cero.
Del otro grupo de contingencias había provisiones por juicio y contingencias por 567 millones de dólares, y medioambientales por 279 millones de dólares. Y hay un tercer rubro que se llama "taponamiento de pozo". De lo que estaba en el balance tomamos estos 847 millones de dólares, pero lo relativo al taponamiento de pozos lo dedujimos del pasivo, porque nosotros ya lo habíamos calculado en el valor de los pozos. Entonces, redujimos estos 1.525 millones de dólares del pasivo. Pero resulta que en la tasación, lo que estábamos descontando del valor de los pozos eran 3 mil millones. Es decir, habíamos descontado más el cierre de pozo que lo que decía la contabilidad. Descontamos más que lo que dice la contabilidad, justamente el doble.
Del proceso de valuación resultó que como consecuencia del cálculo y de las cuentas que hacemos según las normas, hubo valores descontados directamente del valor de la empresa. Uno es el rubro de pozos abandonados que ya lo hablamos y son 145 millones de dólares. Pero después hicimos una encuesta en las tres refinerías y en la petroquímica donde le consultamos a los gerentes, a través de los directivos de la empresa, cuáles eran las obras a realizar que necesitaba cada refinería y cada petroquímica.
Como resultado de esa encuesta y de las condiciones técnicas que nos dijeron dio que tenemos 51 millones de dólares en La Plata, 250 en Ensenada, 158 en Luján de Cuyo y 10 millones en Plaza Huincul. Estas son obras a realizar que consideramos que al momento del 2012 se tendrían que haber hecho.
Después hay una parte muy importante que es en los ductos de upstream, donde se descontó casi mil millones de dólares al valor, porque de los 5.700 kilómetros de cañerías, el 57 por ciento estaban en condición 5.5, que quiere decir de alto riesgo de ruptura y alto riesgo de contaminación.
Por lo tanto, el Tribunal, tomó una decisión desde el punto de vista del impacto ambiental directamente sobre la valuación en esos dos rubros, es decir, en el rubro ductos de upstream y en el rubro de pozos a cerrar.
Terminamos el cómputo, la información que nos venía del contador y valuamos 13 mil millones de dólares en bienes y el pasivo era de 6.400, que se ajustó con los 307 millones que mencioné. Entonces, el valor total de la empresa es de 9.152 millones de dólares.
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A esto se sumaron 504 millones de inversiones del otro grupo de treinta empresas que aportan valor a YPF. En total nos da 9.657 millones de dólares por el 100 por ciento de la empresa. El 51 por ciento de las acciones expropiadas alcanzan la cifra de 4.925 millones de dólares, si lo dividimos por los 393 millones de acciones, nos da el valor unitario por acción de 24,55 dólares. Este es el final de la valuación de YPF.
Ahora me voy a referir a YPF Gas, que es la otra empresa expropiada por la ley 26.741, pero la diferencia con la anterior es que se tasaba al 18 de abril, es decir, dos días después de YPF. Se expropió el 51 por ciento del patrimonio de Repsol YPF Gas, representado en un 60 por ciento en acciones clase A.
El 51 por ciento de las acciones YPF Gas resultó ser de 67.364.000 dólares; fíjense en la cantidad de bienes tasados, que 5.037.000, de los cuales el grueso son envases y tanques. Lo menciono por la valuación de esos cinco millones de equipos fue muy compleja.
Luego de finalizada la valuación de las dos empresas, y entregado el informe del Tribunal al Ministerio de Economía, se realizó una consulta por escrito al organismo sobre el Convenio de Solución Amigable y Avenimiento de Expropiación.
Considerando que el artículo 10 de la ley de expropiaciones señala que a partir de la fecha de toma de posesión y hasta el pago de lo expropiado corresponde abonar intereses, los cuales integran la indemnización, el Tribunal hizo la valuación y solamente se expidió sobre el tema valuatorio, es decir, sobre el valor.
El valor tasado de las dos empresas a la fecha de toma de posesión sumaba 4.992 millones de dólares, en el año 2012. A la fecha del Convenio, en 2014, los intereses en dólares representaban el 0,61 por ciento anual -esto fue informado por la Secretaría de Financiamiento-, lo cual representaba un costo adicional de 56 millones de dólares al valor de la expropiación por el transcurso del tiempo.
Entonces, la indemnización total de YPF S.A. y de YPF Gas llegaba a 5.049 millones de dólares; como este valor estaba por encima del valor acordado de 5.000 millones de dólares, el Tribunal opinó que estaba bien y que era justo el valor del acuerdo.
Por último, quería decir que el Tribunal cuenta con setenta y un agentes, entre permanentes y contratados, y posee una amplia experiencia y capacidad profesional para tasar gran cantidad de bienes. En el informe que se le hace todos los años al Congreso figura la estadística del organismo: en el 2008, 176 mil bienes; en el 2009, 236 mil; en el 2011, 168 mil. Esto lo comento desde el punto de vista de que el proceso de valuación llevó mucho trabajo, tenemos un equipo técnico con gran experiencia, somos pocos -es cierto-, pero tenemos una buena Dirección de Informática y pudimos hacerlo.
Además hemos participado dos veces en el CIADI para defender los intereses de la República: en uno tuvimos el orgullo de haber ganado el arbitraje; el otro, todavía está en curso y esperamos tener la misma suerte. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE METAZA A continuación, hará uso de la palabra el señor ministro de Economía y Finanzas Públicas, doctor Axel Kicillof
SR. MINISTRO DE ECONOMÍA Y FINANZAS PÚBLICAS Señor presidente de la Honorable Cámara, señores presidentes de ambas comisiones, señores diputados: tal como decía el doctor Zannini, hemos venido hoy a explicar, a exponer y a defender el convenio firmado con la empresa Repsol a raíz de la expropiación que este mismo Congreso ordenó de la empresa, siguiendo estrictamente los procedimientos establecidos en la ley de expropiación.
Antes de adentrarme en una exposición que va a tener algunos elementos introductorios -porque, como decía el doctor Zannini, tenemos que considerar la cuestión del precio, la forma de pago, los instrumentos y el plazo, así como las restantes cláusulas jurídicas involucradas en este acuerdo-, quería dejar en claro a los señores diputados que van a dictaminar sobre la conveniencia de este acuerdo para la República, cuál es el camino fijado por la ley 26.741, de soberanía hidrocarburífera, cuando ordena que la expropiación del 51 por ciento del paquete accionario de YPF se haga según la ley de expropiaciones.
El camino establecido por la mencionada ley disponía que el Ministerio de Economía debía solicitar al Tribunal de Tasaciones que realizara todas las tareas vinculadas con la valoración de este activo -en este caso, el patrimonio de YPF-, representado en este 51 por ciento de las acciones.
Esta tarea se acaba de describir con bastante precisión, y digo "bastante" porque, cuando uno observa las 5.000 fojas de los expedientes correspondientes a la tasación, se advierten muchísimos elementos, tanto técnicos como económicos, que se podrían tener en cuenta.
Podemos decir que estamos orgullosos, porque el Tribunal de Tasaciones nos está entregando una valuación de la empresa en marcha más grande de la República Argentina. En efecto, esta empresa, que alcanzaba una facturación de aproximadamente 13 mil millones de dólares anuales al momento de la expropiación, se encuentra a la cabeza del ranking de las sociedades anónimas del país. De manera tal que era indudablemente que el proceso de tasación iba a ser tan complejo como extenso y dificultoso.
También sabemos que el Tribunal de Tasaciones ha recorrido el país, y en algunos casos, ha tenido que presentarse en el extranjero para observar el estado de los bienes.
Después haré algunas breves consideraciones sobre los métodos de tasación empleados por el Tribunal, básicamente para anticiparme a algunas preguntas de los señores diputados, para que se entienda bien a qué se asemeja -y a qué no- el método empleado por dicho organismo.
Como decía, siguiendo el camino establecido por la ley que mandó expropiar el 51 por ciento de la empresa, lo que habría que haber hecho es concluir esta tasación que le fue encomendada al Tribunal, y una vez hecho eso, proceder al depósito en efectivo -en sede judicial- de la cifra a la que el Tribunal arribara.
Hoy conocemos que esta cifra es de aproximadamente 5.050 millones de dólares. Entonces, de haber seguido aquel camino y no el de una solución amistosa y un avenimiento voluntario del expropiado, hubiera tenido que realizarse el depósito en efectivo, que habría sido de libre e inmediata disposición por parte del expropiado, quien hubiera procedido a tomarlo.
Básicamente, el panorama que teníamos, en función de lo resuelto por este Congreso, era que este número se iba a convertir en dólares contantes y sonantes, provenientes de las reservas, que hubieran sido depositados en una cuenta, tomados por el expropiado, y probablemente, sacados del país.
Ese era el escenario desde el punto de vista financiero, y ustedes comprenderán que no era el mejor de todos para este país ni para ningún país emergente, y me animo a decir que tampoco para uno desarrollado. Me refiero a esto de pagar en efectivo el 51 por ciento -por eso trabajo con proporciones- de la empresa más importante del país correspondiente.
Esta es la parte financiera del procedimiento de expropiación, pero también está la parte jurídica. Ya que el Congreso también ha sido protagonista de la expropiación de la empresa Aerolíneas Argentinas, les comento que una vez depositado el monto pertinente, el expropiado puede no estar de acuerdo con el valor dictaminado por el Tribunal de Tasaciones para la expropiación, ante lo cual se inicia un juicio de expropiación, donde no se discute la ley ya aprobada por el Congreso, es decir, la declaración de la empresa como objeto a ser expropiado ni la expropiación efectiva. Es decir -aprovecho para marcar este punto-, no está en juego la propiedad de la compañía, que ya es fehacientemente del Estado nacional.
El problema es que el valor de tasación, de expropiación, y por lo tanto, de la indemnización al expropiado, es materia de discusión en sede judicial, y esa discusión puede tomar mucho tiempo, como ha ocurrido en el caso de Aerolíneas Argentinas. El Tribunal de Tasaciones -en este caso, también una sala ad hoc, encabezada por el ingeniero Martín- tasó la empresa Aerolíneas Argentinas en un valor negativo de 800 millones de dólares. En función de lo que establece la ley, se procedió a hacer un depósito judicial, que como por ley no podía ser negativo, fue de un peso, en moneda argentina.
Ahora bien, el expropiado consideró que esa indemnización no era justa, y por lo tanto, se inició un juicio que, repito, no pone en juego la expropiación, la propiedad ni la gestión, pero sí la terminación definitiva del trámite expropiatorio.
Mientras tanto, las acciones de la compañía no pasan a estar totalmente en poder del expropiante, de forma tal que la compañía queda, desde el punto de vista jurídico, en una especie de compás de espera. No quiero decir que es un limbo, porque está perfectamente marcado por la ley, pero es una situación que genera diferentes dificultades para la gestión.
Recuerdo haber discutido en el Parlamento con algunos legisladores que, en el caso de Aerolíneas, decían "Pero todavía la empresa no es de la Argentina. Es de los españoles." Esto es estrictamente falso, porque no es todavía de aquel que fue expropiado. A partir del dictado de la ley, la empresa no es más del expropiado, sino del expropiante. El problema es que no está culminado el trámite de expropiación, que sigue abierto exclusivamente por la discusión del monto. Cuando el juzgado llega a una determinación, la diferencia en más o en menos es lo que permite finalizar el trámite. Recién ahí está culminado todo el proceso expropiatorio, según nuestra ley de expropiaciones, que lleva el número 21.499.
Entonces, quiero dejar en claro que uno de los problemas que teníamos era que el escenario alternativo a aquel que marcaba la ley consistía en avanzar con la tasación, culminarla, hacer el depósito, y después probablemente -esto lo puedo inferir sobre la base de los reclamos judiciales que Repsol estaba haciendo en otras sedes- la empresa expropiada no iba a prestar su conformidad, y por lo tanto, se iba a iniciar un juicio para discutir el monto.
Ese juicio podía durar cuatro o cinco años, durante los cuales no iba a poder perfeccionarse el proceso expropiatorio, con el consiguiente perjuicio para las operaciones de la empresa, pues tendría pendiente un trámite que pondría en juego ni más ni menos que la terminación de la expropiación.
Entonces, teníamos el problema financiero, en el sentido de resolverlo tal como marca la ley, y también teníamos el problema jurídico y económico de dejar a la empresa desguarnecida y en inferioridad de condiciones con respecto a otras firmas, en un caso tan sensible como el de YPF. Miguel Galuccio no me va a dejar mentir, pues sabe que la compañía es socia -desde la época privada-, en diferentes UTE, con aproximadamente sesenta empresas, muchas de las cuales también son extranjeras. Es decir que YPF tenía una modalidad mixta de explotación, en sociedad con otras compañías, y es propietaria parcial de algunos negocios de exploración y explotación petrolera.
Ese era el camino que teníamos si no seguíamos este alternativo. Por eso creo que podemos estar muy satisfechos con el trabajo realizado, porque la tarea que se desarrolló fue precisamente la de llegar a un acuerdo con el expropiado para terminar definitivamente el proceso de expropiación sobre la base de un avenimiento, que hoy está sometido a la consideración de esta Cámara para convertirse en una ley, culminando así cualquier polémica en torno del precio abonado.
¿Qué ventajas tiene con respecto al otro escenario? En primer lugar que tal como ustedes saben, el pago de la expropiación, es decir la indemnización, no va a ser realizado en efectivo; no se va a realizar en dólares corrientes sino que lo haremos en títulos de la República Argentina, de legislación argentina. Entonces, vamos a tener una primera ventaja clara con esta forma de pago si es que vamos a hacer un pago a través de un instrumento financiero, de un bono o de un título público, que nos va a dar un financiamiento en la indemnización. Es decir, vamos a pagar el bien indemnizado en cuotas. Esas cuotas por supuesto que contienen un interés, como ocurre en las prácticas comerciales corrientes.
Quiero detenerme unos instantes en este punto, porque fue parte del debate público. Entiendo que algunos señores legisladores o algunos actores del mundo de la política pueden no ser economistas y no entender plenamente la diferencia entre el concepto de capital e interés. A pesar de ello entiendo que son seres humanos y argentinos comunes y corrientes y, por lo tanto, conocen la diferencia entre capital e interés. Esto lo sabe cualquiera que compra un bien en cuotas, aunque sea una tostadora. Esto es algo que todos sabemos.
Sin embargo, quiero marcar esto para que no vuelva a ser objeto de controversias, ya que uno de los elementos que se usó para bastardear la operación fue decir que el monto del avenimiento está compuesto por la suma entre el capital y los intereses que se van a pagar. Como vamos a pagar en cuotas, obviamente hay un interés, pero es una operación básica que cualquier persona común y corriente conoce. Cuando uno adquiere un bien en cuotas, hace la suma de las cuotas que va a pagar a lo largo de uno o tres años y encuentra que la suma de las cuotas es mayor que el valor que hubiera pagado si lo adquiría en efectivo, no se cae de espaldas por esto ni acusa al comerciante de estafarlo. Sabe que una cosa es el valor del producto que paga y otra el costo del dinero, el financiamiento o cualquier definición que quieran emplear.
Quiero marcar esta situación porque algunos hicieron algo que desde el punto de vista económico y del sentido común no tiene ningún sentido. Creo que con el objeto de sembrar confusión en torno al valor que se había acordado para el pago, a ese valor le sumaron los intereses por los años en los que se va a ir pagando. Esa cifra daba 10 u 11 mil millones de dólares. Esto, con la paradoja que a mí me tocó señalar en ese momento que si hubiéramos conseguido mejores condiciones de crédito para la República, pagando a cien o doscientos años, la cifra finalmente se iba a volver infinita, porque el monto de los intereses sería cada vez mayor.
Así que hay un error conceptual importante y quiero marcarlo porque esto es parte central del acuerdo: en lugar de pagar en efectivo se va a abonar a través de un instrumento financiero que tiene en cada uno de sus servicios una parte de capital y una parte de intereses perfectamente establecidos.
Antes de adentrarme en una exposición que va a tener algunos elementos introductorios -porque, como decía el doctor Zannini, tenemos que considerar la cuestión del precio, la forma de pago, los instrumentos y el plazo, así como las restantes cláusulas jurídicas involucradas en este acuerdo-, quería dejar en claro a los señores diputados que van a dictaminar sobre la conveniencia de este acuerdo para la República, cuál es el camino fijado por la ley 26.741, de soberanía hidrocarburífera, cuando ordena que la expropiación del 51 por ciento del paquete accionario de YPF se haga según la ley de expropiaciones.
El camino establecido por la mencionada ley disponía que el Ministerio de Economía debía solicitar al Tribunal de Tasaciones que realizara todas las tareas vinculadas con la valoración de este activo -en este caso, el patrimonio de YPF-, representado en este 51 por ciento de las acciones.
Esta tarea se acaba de describir con bastante precisión, y digo "bastante" porque, cuando uno observa las 5.000 fojas de los expedientes correspondientes a la tasación, se advierten muchísimos elementos, tanto técnicos como económicos, que se podrían tener en cuenta.
Podemos decir que estamos orgullosos, porque el Tribunal de Tasaciones nos está entregando una valuación de la empresa en marcha más grande de la República Argentina. En efecto, esta empresa, que alcanzaba una facturación de aproximadamente 13 mil millones de dólares anuales al momento de la expropiación, se encuentra a la cabeza del ranking de las sociedades anónimas del país. De manera tal que era indudablemente que el proceso de tasación iba a ser tan complejo como extenso y dificultoso.
También sabemos que el Tribunal de Tasaciones ha recorrido el país, y en algunos casos, ha tenido que presentarse en el extranjero para observar el estado de los bienes.
Después haré algunas breves consideraciones sobre los métodos de tasación empleados por el Tribunal, básicamente para anticiparme a algunas preguntas de los señores diputados, para que se entienda bien a qué se asemeja -y a qué no- el método empleado por dicho organismo.
Como decía, siguiendo el camino establecido por la ley que mandó expropiar el 51 por ciento de la empresa, lo que habría que haber hecho es concluir esta tasación que le fue encomendada al Tribunal, y una vez hecho eso, proceder al depósito en efectivo -en sede judicial- de la cifra a la que el Tribunal arribara.
Hoy conocemos que esta cifra es de aproximadamente 5.050 millones de dólares. Entonces, de haber seguido aquel camino y no el de una solución amistosa y un avenimiento voluntario del expropiado, hubiera tenido que realizarse el depósito en efectivo, que habría sido de libre e inmediata disposición por parte del expropiado, quien hubiera procedido a tomarlo.
Básicamente, el panorama que teníamos, en función de lo resuelto por este Congreso, era que este número se iba a convertir en dólares contantes y sonantes, provenientes de las reservas, que hubieran sido depositados en una cuenta, tomados por el expropiado, y probablemente, sacados del país.
Ese era el escenario desde el punto de vista financiero, y ustedes comprenderán que no era el mejor de todos para este país ni para ningún país emergente, y me animo a decir que tampoco para uno desarrollado. Me refiero a esto de pagar en efectivo el 51 por ciento -por eso trabajo con proporciones- de la empresa más importante del país correspondiente.
Esta es la parte financiera del procedimiento de expropiación, pero también está la parte jurídica. Ya que el Congreso también ha sido protagonista de la expropiación de la empresa Aerolíneas Argentinas, les comento que una vez depositado el monto pertinente, el expropiado puede no estar de acuerdo con el valor dictaminado por el Tribunal de Tasaciones para la expropiación, ante lo cual se inicia un juicio de expropiación, donde no se discute la ley ya aprobada por el Congreso, es decir, la declaración de la empresa como objeto a ser expropiado ni la expropiación efectiva. Es decir -aprovecho para marcar este punto-, no está en juego la propiedad de la compañía, que ya es fehacientemente del Estado nacional.
El problema es que el valor de tasación, de expropiación, y por lo tanto, de la indemnización al expropiado, es materia de discusión en sede judicial, y esa discusión puede tomar mucho tiempo, como ha ocurrido en el caso de Aerolíneas Argentinas. El Tribunal de Tasaciones -en este caso, también una sala ad hoc, encabezada por el ingeniero Martín- tasó la empresa Aerolíneas Argentinas en un valor negativo de 800 millones de dólares. En función de lo que establece la ley, se procedió a hacer un depósito judicial, que como por ley no podía ser negativo, fue de un peso, en moneda argentina.
Ahora bien, el expropiado consideró que esa indemnización no era justa, y por lo tanto, se inició un juicio que, repito, no pone en juego la expropiación, la propiedad ni la gestión, pero sí la terminación definitiva del trámite expropiatorio.
Mientras tanto, las acciones de la compañía no pasan a estar totalmente en poder del expropiante, de forma tal que la compañía queda, desde el punto de vista jurídico, en una especie de compás de espera. No quiero decir que es un limbo, porque está perfectamente marcado por la ley, pero es una situación que genera diferentes dificultades para la gestión.
Recuerdo haber discutido en el Parlamento con algunos legisladores que, en el caso de Aerolíneas, decían "Pero todavía la empresa no es de la Argentina. Es de los españoles." Esto es estrictamente falso, porque no es todavía de aquel que fue expropiado. A partir del dictado de la ley, la empresa no es más del expropiado, sino del expropiante. El problema es que no está culminado el trámite de expropiación, que sigue abierto exclusivamente por la discusión del monto. Cuando el juzgado llega a una determinación, la diferencia en más o en menos es lo que permite finalizar el trámite. Recién ahí está culminado todo el proceso expropiatorio, según nuestra ley de expropiaciones, que lleva el número 21.499.
Entonces, quiero dejar en claro que uno de los problemas que teníamos era que el escenario alternativo a aquel que marcaba la ley consistía en avanzar con la tasación, culminarla, hacer el depósito, y después probablemente -esto lo puedo inferir sobre la base de los reclamos judiciales que Repsol estaba haciendo en otras sedes- la empresa expropiada no iba a prestar su conformidad, y por lo tanto, se iba a iniciar un juicio para discutir el monto.
Ese juicio podía durar cuatro o cinco años, durante los cuales no iba a poder perfeccionarse el proceso expropiatorio, con el consiguiente perjuicio para las operaciones de la empresa, pues tendría pendiente un trámite que pondría en juego ni más ni menos que la terminación de la expropiación.
Entonces, teníamos el problema financiero, en el sentido de resolverlo tal como marca la ley, y también teníamos el problema jurídico y económico de dejar a la empresa desguarnecida y en inferioridad de condiciones con respecto a otras firmas, en un caso tan sensible como el de YPF. Miguel Galuccio no me va a dejar mentir, pues sabe que la compañía es socia -desde la época privada-, en diferentes UTE, con aproximadamente sesenta empresas, muchas de las cuales también son extranjeras. Es decir que YPF tenía una modalidad mixta de explotación, en sociedad con otras compañías, y es propietaria parcial de algunos negocios de exploración y explotación petrolera.
Ese era el camino que teníamos si no seguíamos este alternativo. Por eso creo que podemos estar muy satisfechos con el trabajo realizado, porque la tarea que se desarrolló fue precisamente la de llegar a un acuerdo con el expropiado para terminar definitivamente el proceso de expropiación sobre la base de un avenimiento, que hoy está sometido a la consideración de esta Cámara para convertirse en una ley, culminando así cualquier polémica en torno del precio abonado.
¿Qué ventajas tiene con respecto al otro escenario? En primer lugar que tal como ustedes saben, el pago de la expropiación, es decir la indemnización, no va a ser realizado en efectivo; no se va a realizar en dólares corrientes sino que lo haremos en títulos de la República Argentina, de legislación argentina. Entonces, vamos a tener una primera ventaja clara con esta forma de pago si es que vamos a hacer un pago a través de un instrumento financiero, de un bono o de un título público, que nos va a dar un financiamiento en la indemnización. Es decir, vamos a pagar el bien indemnizado en cuotas. Esas cuotas por supuesto que contienen un interés, como ocurre en las prácticas comerciales corrientes.
Quiero detenerme unos instantes en este punto, porque fue parte del debate público. Entiendo que algunos señores legisladores o algunos actores del mundo de la política pueden no ser economistas y no entender plenamente la diferencia entre el concepto de capital e interés. A pesar de ello entiendo que son seres humanos y argentinos comunes y corrientes y, por lo tanto, conocen la diferencia entre capital e interés. Esto lo sabe cualquiera que compra un bien en cuotas, aunque sea una tostadora. Esto es algo que todos sabemos.
Sin embargo, quiero marcar esto para que no vuelva a ser objeto de controversias, ya que uno de los elementos que se usó para bastardear la operación fue decir que el monto del avenimiento está compuesto por la suma entre el capital y los intereses que se van a pagar. Como vamos a pagar en cuotas, obviamente hay un interés, pero es una operación básica que cualquier persona común y corriente conoce. Cuando uno adquiere un bien en cuotas, hace la suma de las cuotas que va a pagar a lo largo de uno o tres años y encuentra que la suma de las cuotas es mayor que el valor que hubiera pagado si lo adquiría en efectivo, no se cae de espaldas por esto ni acusa al comerciante de estafarlo. Sabe que una cosa es el valor del producto que paga y otra el costo del dinero, el financiamiento o cualquier definición que quieran emplear.
Quiero marcar esta situación porque algunos hicieron algo que desde el punto de vista económico y del sentido común no tiene ningún sentido. Creo que con el objeto de sembrar confusión en torno al valor que se había acordado para el pago, a ese valor le sumaron los intereses por los años en los que se va a ir pagando. Esa cifra daba 10 u 11 mil millones de dólares. Esto, con la paradoja que a mí me tocó señalar en ese momento que si hubiéramos conseguido mejores condiciones de crédito para la República, pagando a cien o doscientos años, la cifra finalmente se iba a volver infinita, porque el monto de los intereses sería cada vez mayor.
Así que hay un error conceptual importante y quiero marcarlo porque esto es parte central del acuerdo: en lugar de pagar en efectivo se va a abonar a través de un instrumento financiero que tiene en cada uno de sus servicios una parte de capital y una parte de intereses perfectamente establecidos.
Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. MINISTRO DE ECONOMÍA Y FINANZAS PÚBLICAS No sé cuál es la modalidad, señor presidente.
SR. PRESIDENTE METAZA Continúa en el uso de la palabra el señor Kicillof.
Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. PRESIDENTE METAZA La presidencia solicita a los señores diputados que guarden silencio y dejen expresar al señor ministro.
Continúa en el uso de la palabra el señor Kicillof.
Continúa en el uso de la palabra el señor Kicillof.
SR. MINISTRO DE ECONOMÍA Y FINANZAS PÚBLICAS En lo que corresponde a esta distinción que marco claramente -tanto desde el punto de vista fáctico como conceptual- como uno de los aspectos distintivos de este acuerdo, es que en lugar de pagar en efectivo, como dicta la ley, se va a pagar a través de un instrumento financiero a plazo o con una canasta de instrumentos financieros a la que me voy a referir con algún detalle.
T.20
APV
EyC
A continuación, voy a exponer sobre la situación en la que se encontraba YPF al momento de la expropiación, pero no le voy a dedicar demasiado tiempo porque esto ya ha sido objeto de análisis en ambas Cámaras cuando se trató la ley de soberanía hidrocarburífera con la expropiación del 51 por ciento del paquete accionario. Simplemente quiero dejar en claro que la performance de YPF bajo la gestión de Repsol había sido muy negativa desde el punto de vista de dos indicadores básicos.
En ese sentido, voy a tomar para el petróleo el período que va de 1997 a 2011, y para el gas, desde el 2004 al 2011. En estos períodos encontramos ingentes caídas en los volúmenes producidos de millones de metros cúbicos, tanto de petróleo como de gas, bajo la gestión de Repsol. Un 44 por ciento en ese plazo para el caso del petróleo, y un 55 por ciento para el caso del gas.
Marco esto porque otro elemento central del que hablaba recién el ingeniero Martín era la cuestión de las reservas. Las empresas petroleras se miden tanto por su performance en términos de la producción como por su horizonte productivo.
Muchas veces nos han enseñado, incluso en la escuela secundaria, cuántos años le quedan al país en recursos no renovables. Este cálculo es variable porque tiene que ver con los recursos disponibles y con la intensidad de la explotación.
En el caso de Repsol, encontramos que otro elemento central en su gestión de YPF fue la caída del 51 por ciento del volumen de reservas de petróleo, desde 2001 al 2011, y del 55 por ciento en el volumen de reservas de gas.
Esto no quita que YPF -aún en el estado en el que se encontraba en el 2011- seguía siendo la principal empresa del país, aunque la ha llevado sistemáticamente -acá hago una comparación con la situación en la que estaba en 1997- a perder significación en el mercado. Digo esto porque pasó del 42 por ciento en 1997 al 34 por ciento en 2011 en participación en la producción de petróleo. Para el caso de la producción de gas, pasó del 35 por ciento en el 97 al 23 por ciento en el 2011.
Marco estos elementos para dejar en claro que la decisión tomada por la presidenta al enviar ese proyecto, que luego fue convalidado por el Parlamento, fuer para expropiar la porción de las acciones que le dieran al Estado nacional, al gobierno argentino, estrictamente el control de la compañía. No se expropió la totalidad de las acciones; sigue siendo una empresa en marcha -esta es otra de las complejidades de su tasación-, una sociedad abierta que al día de hoy cotiza en bolsa, tanto en Argentina como en el mercado de Nueva York, bajo las leyes argentinas y correspondientes a las leyes de la Comisión de Valores de Estados Unidos, la SEC.
Eso sigue siendo así, porque fue la decisión que tomó el Congreso, lo cual pone todavía más en tensión este proceso expropiatorio, porque la valuación tiene -como mencionó el ingeniero Martín- algunos impactos en sus divergencia con respecto a los balances de la empresa, a las perspectivas, el estado de situación de sus activos, de sus pasivos y de sus contingencias que tienen que ver con la situación actual de la empresa que hoy es patrimonio nacional. Este es otro de los factores centrales involucrados en la dificultad de esta situación.
La empresa es todavía una sociedad anónima, cuya propiedad pertenece a accionistas generales -porque flota en bolsa-, otra parte -aproximadamente un 12 por ciento- a la empresa Repsol -no se le expropió la totalidad de las acciones de sus pertenencias sino estrictamente lo necesario para tomar el control de la compañía- y a otros accionistas que todavía participan, incluso uno de ellos tiene participación en el Directorio por la cantidad de acciones que posee.
Antes de explicar con más detalle cuál fue el modo de financiamiento de la empresa -lo que tiene alguna sofisticación financiera, no solo por los instrumentos, sino por un sistema de techos, pisos y garantías financieros que está involucrado en el convenio-, quería hacer un comentario sobre la cuestión de los métodos de tasación.
Cualquiera que investigue el tema, o que por su formación lo conozca, sabe que el proceso y las técnicas de valuación de empresas en curso, para transacciones privadas -algo que ocurre permanentemente por los procesos de venta, fusión o adquisición de compañías en general, pero particularmente para las empresas de este tamaño-, son variados, muy complejos, y son materia de opinión.
Quiero dejar esto en claro porque, en verdad, desde el punto de vista teórico -y también práctico- es un problema valuar una compañía de la envergadura de YPF, y particularmente también del sector petrolero, donde está la cuestión de los pozos cerrados y no cerrados, las reservas probadas y posibles, las perspectivas, los recursos, lo que ha sido constatado por consultoras, etcétera. Es decir, hay numerosos elementos vinculados a la valuación de las empresas petroleras, y nuestro Tribunal de Tasaciones ha trabajado con muchísima dedicación, empeño y calidad profesional.
Sin embargo, se trata de una materia bastante compleja y opinable. En efecto, para tasar una compañía, cualquier compañía -voy a tomar el caso de una compañía que cotiza en bolsa-, existen diferentes métodos, y en este debate ha habido confusiones en torno del método de tasación.
Hay una forma de tasación -y a esto también se ha referido, aunque lateralmente, el ingeniero Martín- que consiste en tomar el valor de libros de la compañía, básicamente el valor contable, y concretamente, su patrimonio neto. Se toman los activos, se les resta los pasivos, y lo que queda, es decir, el patrimonio neto, es el valor que tiene la compañía.
Ese es un método de tasación, pero como ha dicho recién el ingeniero Martín con mucha propiedad, ese método difiere del que utiliza, por su normativa, el Tribunal de Tasaciones. No se tasa la empresa por patrimonio neto o por valor libro. De la misma manera, ningún privado, cuando compra una empresa total o parcialmente, la adquiere por el valor de su patrimonio neto.
Después haré algunos comentarios -y en todo caso, profundizaré al respecto, si alguien tiene alguna pregunta que formular-, pero ya que estamos discutiendo el precio dado por el Tribunal de Tasaciones, con carácter introductorio mencionaré qué es lo que marca nuestra ley.
Nosotros seguimos el procedimiento establecido en la ley para fijar el valor, pero aun así puede haber controversias en torno del precio de YPF. Y efectivamente las hay, porque hay quienes han tasado a la empresa de otra manera; entre ellos, Repsol, en sus propios balances. En efecto, cuando Repsol era propietario de YPF, también tenía que determinar en su balance cuánto valía ese activo, y utilizó otro método. Digo esto porque al día de la expropiación le dio otro valor. Para ello utilizó otro método y recurrió a asesoramiento externo. Es decir que hay otros métodos, que no los estoy cuestionando como válidos o inválidos. Simplemente quiero decir cuáles son los métodos en general, cuáles usa el sector privado y cuáles usa nuestro Tribunal, para hacer una disquisición de tipo conceptual y permitirnos tener algunos elementos para analizar esta cuestión tan central como es el precio que estamos pagando por la compañía.
Como dije, se puede tasar por el balance, pero también se puede tasar -y se usa en el mundo de los negocios- mediante una cuenta muy sencilla, que nos permite obtener lo que los economistas conocemos como valor de capitalización bursátil. YPF tiene una cantidad de acciones, que representan su patrimonio. Entonces, se puede tomar el valor de la acción en determinado mercado, porque el valor de la acción de YPF, aun medido del mismo modo, cotiza de maneras diferentes en la Bolsa de Nueva York y en la de Buenos Aires. Si tomamos el valor de una acción al precio de mercado del día de hoy y lo multiplicamos por la cantidad total de acciones, nos dará un valor posible -por llamarlo de alguna manera- de la compañía. Ese es el valor de capitalización bursátil. No es un valor real, porque todo el mundo sabe -y en el caso de YPF, esto es estrictamente cierto- que las acciones que se negocian en la bolsa no son todas las acciones de la compañía. De manera que, en realidad, es una hipótesis imposible. Yo no puedo presentarme en la bolsa y pretender con ese dinero comprar toda la compañía. Así que no es cierto que eso sea lo que me permite acceder a la empresa.
También es cierto que si alguien hiciera una oferta por la compra de todas las acciones, probablemente el precio variaría en ese mismo momento. Por lo tanto, tomar la valuación del día anterior tampoco es lícito. Pero es una forma sencilla y práctica de tasar empresas, aunque no es tampoco la que utiliza el Tribunal de Tasaciones.
Yo me permití traer un gráfico que muestra la evolución del valor de una acción de YPF en el mercado de Nueva York, desde junio 1993 hasta marzo de 2014, medido en dólares por acción. Dicho valor pasa de aproximadamente 9 dólares por acción a picos de casi 70 dólares.
Se pueden observar las enormes oscilaciones que presentan esos valores, incluso en intervalos muy pequeños.
Todo el mundo sabe que la compra de una compañía, si se hace por capitalización bursátil, también está sometida a factores vinculados con procesos especulativos y de expectativas que no representan el verdadero valor de la empresa como un instrumento de generación de rentabilidad o como un instrumento productivo. Pero es un método de tasación.
Hay otro método de tasación -y lo recuerdo porque fue uno de los objetos de controversia en el caso de Aerolíneas Argentinas-, que es el de tasar la empresa no por lo que vale en libros, no por lo que valen sus acciones, sino por lo que presuntamente valdrían las ganancias futuras que la compañía espera en los próximos años, descontadas al día de hoy. Es como si yo comprara la empresa por lo que ella me dará en términos de rentabilidad futura, restándole alguna tasa de descuento.
Recuerdo el caso de Aerolíneas Argentinas, porque cuando esa empresa fue expropiada tenía pérdidas del orden de los 800 millones de dólares anuales. Pero yo observé una tasación hecha por un banco, que los expropiados trajeron al tribunal donde se discutía el valor de la compañía. De allí surgía que la compañía costaba 4.000 millones de dólares. ¿Por qué una empresa que tiene patrimonio neto negativo y pierde 800 millones de dólares al año va a costarle al Estado 4.000 millones de dólares? Porque decían que a partir del día siguiente a la expropiación se iba a iniciar un furibundo proceso de inversiones, que permitiría poner en valor a la empresa; que sus 100 aviones -de los cuales volaban solamente 26- iban a ser reemplazados en su totalidad; que se iba a invertir y a hacer un nuevo plan de negocios, y que las ganancias futuras descontadas que iba a obtener esa compañía totalizaban en ese momento unos 4.000 millones de dólares.
Esa es otra forma de tasar una empresa, sobre todo cuando tiene oportunidades. En el caso de YPF, y en general, de las empresas petroleras, esto es importante, aunque debe tenerse presente lo que recién decía el ingeniero Martín. En efecto, en cuanto al caso tan discutido de Vaca Muerta, debo señalar que, en concreto, bajo la gestión de Repsol se hicieron solo tres pozos. Pero como, a pesar de eso, el potencial de Vaca Muerta era muy grande, cuando Repsol acudió a un tribunal internacional llevó una valuación que no correspondía con ninguno de los criterios anteriores. Yo no la he visto, pero probablemente haya dicho que las ganancias futuras que iba a obtener por las inversiones -que nunca había hecho pero sostenía que iba a empezar a hacer- iban a ser formidables. Entonces, la empresa era carísima para quien la tomara.
Nuestra ley dice que no se puede tasar el bien a expropiar por el criterio del lucro cesante, y por extensión, tampoco se puede valuar por el valor esperado de ganancias futuras que no se han producido.
Entonces, hay elementos técnicos, de sentido común y económicos, pero tenemos una ley que explica cómo se ha tasado la empresa, y ese es del valor cierto que tenemos para la compañía.
Si los señores diputados me permiten, voy a hacer una mínima reflexión adicional acerca del valor, que me parece interesante.
Desde el punto de vista de este proceso, es decir, circunscripto y limitado a este proceso expropiatorio, lo que nosotros debemos hacer, tal como hizo el Tribunal de Tasaciones, es valuar los bienes. Lo ha dicho el ingeniero Martín, pero puesto ahora en la perspectiva de lo que acabo de explicar, debo señalar que en el Tribunal no usa el método del balance. Si tomamos un inmueble o un rodado, podemos computarlo a un valor, que puede ser el valor de adquisición, descontándole las amortizaciones anuales en función de su vida útil, que es un elemento completamente convencional, y entonces, el valor de esa casa o rodado en el balance de la compañía, no coincide con lo que nosotros estamos haciendo, que es comprar ese edificio en su situación actual y con su capacidad productiva actual. Por eso es que para la valuación de bienes se utiliza un criterio totalmente distinto al de su valor en balance.
De ahí la necesidad de llevar adelante esa formidable y faraónica tarea de tasar nuevamente todos los bienes de la compañía, absolutamente todos, porque no es el criterio contable, no son las normas contables generalmente aceptadas, no es la RT 17, no es ninguno de los métodos de tasación contable de libro, es otro. Es el que establece nuestra ley de expropiaciones.
Esa tasación ha arrojado un valor y es lo que debemos pagar.
Voy a saltar todos estos gráficos que venía mostrando para tomar simplemente el caso de la producción de petróleo y la de gas. Como ven en el gráfico, esas evoluciones barranca abajo y sin freno que llevaba la compañía la podemos ver en forma gráfica aquí. No lo hago para retacera la información en torno a lo que está haciendo YPF hoy, sino porque contamos acá con la presencia del presidente de YPF que va a dar una explicación de cuál es la situación de la compañía en la actualidad.
Lo que quiero decir es que todas esas tendencias arraigadas y crecientes de declinación, de caída y de achicamiento se revirtieron en estos dos años de gestión bajo control estatal. Al respecto, señalo esto y voy a dejar que después dé las explicaciones del caso al ingeniero Galuccio.
Entonces, como decía, una posibilidad es valuar la compañía tal como se ha hecho, o sea, cuánto vale la refinería, cuánto vale cada pozo de petróleo y cuánto vale cada uno de los edificios, como el edificio hermoso que tiene en Puerto Madero. Todos esos bienes se pueden tasar, se puede sumar el patrimonio, se puede ver su pasivo, los contingentes -tanto los ambientales como los judiciales- y toda esa batería de elementos que hacen a la tasación, tal como ha hecho el Tribunal. Pero también me permito decirles que desde el punto de vista del país -recordemos que esto se va a pagar desde el Tesoro nacional- ya podemos ver, en base a los resultados que ha tenido la compañía en esto dos años, que el valor de YPF como activo estratégico es infinitamente mayor por diversos elementos que debemos tener en consideración.
No voy a rehuir el debate y vamos a discutir hasta la última duda que tengan en torno a las cuestiones del precio y del financiamiento. Simplemente quiero poner la mirada por encima del valor de este activo, que lo estamos tasando como si el que lo comprara fuera un privado.
Lo que hemos visto con el caso YPF es que las consecuencias que ha tenido la gestión de la empresa pueden ser muy buenas para su propietario, pero malas desde el punto de vista de la política energética del país. Quiero dejar en claro esto, porque al momento de la expropiación YPF era una empresa que tenía elevados beneficios, que repartía muchas utilidades, que tenía un patrimonio grande, que facturaba bien y, sin embargo, su plan de negocios, su dirección y su estrategia estaba reñida con las necesidades de Argentina bajo el modelo de desarrollo que pusieron en marcha el doctor Néstor Kirchner y la doctora Cristina Fernández de Kirchner. No bajo otros modelos de desarrollo, porque sabemos muy bien que cuando YPF fue privatizada, la orientación que se le dio a la empresa y al sector fue que sus productos estuvieran tasados a precios internacionales para poder ser vendidos como commodities al extranjero. Entonces, el modelo consistía en convertir a la compañía en estrictamente exportadora de recursos naturales no renovables. Justamente, eso fue lo que se hizo, porque los únicos gasoductos que se construyeron durante la década del 90 no fueron -como estamos discutiendo ahora- para abastecer de gas a las provincias que todavía no reciben gas en domicilio, sino aquellos que resultaban necesarios para llevarse el recurso de la Argentina y ser vendido en Chile o en Uruguay a un precio mayor. De forma tal que era una política de saqueo, seguramente beneficiosa para las arcas de la compañía desde el punto de vista privado, pero claramente perjudicial desde el punto de vista de la política de crecimiento e inclusión social que tiene este gobierno.
Esto es muy importante porque cuando valoramos la empresa tenemos que tener en cuenta estos 5.000 millones de dólares, con qué títulos, etcétera, pero también debemos tener en cuenta cuáles son los beneficios secundarios vinculados al resultado de esta expropiación.
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Esto no hace a lo que estamos discutiendo estrictamente hoy, pero son valores que hay que tener en cuenta, porque la caja es la misma.
Voy a dejarlo en claro y después voy a dar un ejemplo. Cuando YPF se dedicaba, básicamente, a extraer el recurso, sin reponerlo, a una tasa decreciente, los faltantes que se producían tenían que ser cubiertos por alguien. Si esto no ocurría, la falta de energía se iba a constituir en un obstáculo absoluto, en una pared que iba a detener el desarrollo económico del país.
Ahora bien, ¿quién paga por esos recursos? Esta es otra de las discusiones que estamos teniendo estos días. El recurso importado -esto no es un hallazgo; esto es algo que entendió muy bien Néstor Kirchner en el 2003- es más caro que el de producción nacional. A la producción nacional la medimos en términos de su costo de producción en la República Argentina, no del precio internacional.
Uno de los conflictos, tanto con la dirección de esta empresa como con otras, es que la política económica de este gobierno les impedía obtener el valor internacional por los recursos que hubieran conseguido si exportaban al extranjero. De forma tal que hay una tensión básica entre la gestión privada del recurso y las necesidades del país.
Si pensamos que al valor de los recursos energéticos hay que medirlo no solamente por el balance de las compañías, sino específicamente como instrumento de resorte para el desarrollo económico y la distribución del ingreso, vamos a encontrar que la política energética establece que el valor interno de los recursos sea menor que el valor externo. De este modo se genera una tensión o puja para conseguir la exportación del recurso o el incremento al precio doméstico hasta igualarlo al precio internacional, incluso con comportamientos especulativos en el atesoramiento o retaceo del recurso para forzar esos incrementos de precio.
Este no es un error de la política; es un conflicto que tiene quien no siendo propietario, porque tiene una concesión -recordemos que estos recursos son de las provincias argentinas desde la sanción de la Constitución de 1994-, puede manejar el ritmo de su exploración y de su explotación. En este marco lo que buscan es forzar un incremento de precio para llevarlo al valor internacional y así obtener ganancias mayores, al tiempo que llevan a la quiebra a las industrias del país y afectan los bolsillos de los argentinos.
Esa tensión permanente es algo que hay que apreciar en este acuerdo. Desde ya que no es un problema de la tasación de la compañía -tal como lo ha dicho el ingeniero Martín- ni de ninguno de los métodos que hemos discutido. Pero es cierto que para la economía argentina, para la sociedad argentina, el valor de YPF es otro muy distinto al que vamos a pagar ahora.
¿Por qué es un valor muy distinto? Porque, obviamente, la dirección de la empresa encaminada bajo el control mayoritario del Estado argentino establece que los resultados de la compañía -más allá de que beneficie estrictamente a los accionistas, entre los cuales se encuentran el Estado nacional y las provincias- tienen un efecto secundario: que con la producción nacional de recursos se sustituya por importación. Y la importación -no porque estemos equivocados, sino porque estamos en lo cierto- es más cara que la producción nacional.
Ese conflicto es irresoluble con un sector que produce estrictamente desde el interés privado.
También hemos demostrado -este es uno de los hallazgos de la gestión que ha tenido año YPF en este último tiempo- que eso no perjudica económicamente a la compañía, porque al producir más volumen, al vender más, al explorar más y al invertir más, las ganancias no se sepultan, no se reducen, sino que, por el contrario, se pueden incrementar.
Es decir que estamos ante otra política empresaria vinculada a los intereses estratégicos del Estado que beneficia a la sociedad en su conjunto y no perjudica a la compañía considerada como una sociedad anónima en sus balances.
Entonces, desde el punto de vista del Tesoro, tenemos que tener en cuenta que nosotros pagamos 5.000 millones de dólares por la empresa pero dejamos de pagar otras tantas cosas y obtenemos otros tantos beneficios por la operación que se ha hecho.
Les pido a los señores diputados que lo tengan en cuenta, porque esta es la operación completa que estamos cerrando.
Entonces, el valor de la compañía ha sido establecido por el Tribunal de Tasaciones según su criterio, pero para el país, ese valor es mucho mayor y ya lo estamos demostrando, porque cada dólar adicional y cada peso adicional que invierte YPF tienen también un efecto multiplicador en la economía argentina y generan impuestos.
Lo que quiero decir, sencillamente, es que con la gestión que está teniendo YPF, este valor, que es el razonable y el establecido por nuestra normativa, va a ser pagado por el propio resultado de la operación de la empresa bajo estos nuevos criterios. Y no porque la empresa le gire plata al Estado, sino porque éste deja de pagar otras cuentas y recibe otros beneficios secundarios, que tienen que ver con la actividad que desarrolla YPF bajo la nueva gestión.
Pasamos ahora al acuerdo financiero, que voy a tratar de explicar con sencillez. No obstante ello, quedo a disposición para responder con posterioridad las dudas que puedan surgir.
El valor acordado con Repsol fue de 5.000 millones de dólares, que se van a pagar con bonos. ¿Qué bonos? Este es el primer lote o la primera canasta de bonos, es decir, de títulos públicos. La mayor parte de esa cifra se pagará con un bono cuya especie hoy no existe, que será emitido, al que hemos llamado Bonar 2024. En efecto, 3.250 millones de dólares se van a pagar con ese bono nuevo. Todos los bonos son nuevos, en el sentido de que no son bonos que hoy estén en la cartera del Estado. Aunque ya existe la especie, se hará una nueva emisión.
Este bono, el Bonar 2024, hoy no tiene mercado, no tiene cotización, siendo un bono que se ha diseñado para esta operación. Es un bono a diez años, con una tasa de interés del 8,75 por ciento anual; se paga semestralmente y que termina dentro de diez años. Es decir, se va pagando el capital y un interés, con pagos semestrales del interés.
También se va a entregar, en parte de pago, 500 millones de dólares del bono denominado Bonar 10, que vence en 2017 y que tiene una tasa del 7 por ciento anual. Este es un bono de la República Argentina ya existente. Y, además, se utilizará el bono Discount 33, que tiene un valor nominal por 1.250 millones de dólares.
Todo esto, en valor directo nominal, suma 5.000 millones de dólares. Pero hay algo que quiero dejar en claro. Cuando uno decide no pagar en efectivo, o cuando uno lo logra -porque ese era nuestro objetivo- y entrega a cambio determinados instrumentos, estos tienen dos valores. Esto tiene un aspecto técnico, pero que es de sencillísima comprensión.
Quiero hablar principalmente de esos dos valores. Por un lado está el valor nominal, cartular o de lámina, que es el que figura escrito en el título que se emite. Pero por otro lado está el valor de mercado, en el caso de los bonos que se cotizan, y el valor presunto de mercado, en el caso de aquellos bonos que no se cotizan pero que son semejantes -haciendo extrapolaciones financieras bastante conocidas- a bonos existentes. Esto es lo que se llama la curva de Argentina.
El valor de mercado de los bonos es fluctuante; cambia todos los días dependiendo del estado del mercado y de una multiplicidad de factores. Algunos de ustedes se acordarán de cuando se hablaba del "riesgo país", como una comparación entre el valor de los bonos argentinos y el de los bonos norteamericanos. La diferencia se denomina "riesgo país", para decirlo de manera simplificada.
Ahora bien, estos 5.000 millones de dólares tienen hoy un valor de mercado que es inferior a esa cifra. Esto es razonable, porque no estoy pagando en efectivo. Sería raro que esto valiera en el mercado exactamente lo mismo. En definitiva, se trata de un valor fluctuante.
Uno de los elementos que se nos planteó, y que es parte constitutivo de la lógica del acuerdo, es que no se iba a pagar 5.000 millones de dólares en efectivo ni tampoco en bonos que tuvieran un valor de mercado equivalente a 5.000 millones de dólares. En efecto, este lote de 5.000 millones de dólares de valor nominal no vale eso en el mercado, y al respecto voy a dar un ejemplo. En algún momento de la negociación, este lote de bonos valió 3.700 millones de dólares, a valor de mercado.
Por otra parte, este valor de mercado de 5.000 millones de dólares en bonos tampoco es cierto, porque si quien los recibe los quisiera realizar de manera inmediata, es decir, básicamente hacerse de ese monto, aunque el valor estuviera en 5.000 millones de dólares seguramente no obtendría esa suma, ya que una operación de un lote semejante de bonos argentinos seguramente al realizarse deprimiría el precio de esos bonos. De todos modos, son especulaciones. Lo importante es saber que el valor inmediato de realización de esta cantidad determinada de bonos es distinto del valor de mercado.
Lo mismo vale para las acciones de YPF, cuando uno compara la cantidad que cotiza usualmente en el mercado de Nueva York con la totalidad del valor de la compañía.
Tampoco esta canasta vale hoy en el mercado lo que se obtiene de sumar el valor de los bonos multiplicándolo por la cantidad. El caso del Bonar 2024 es más complicado porque hay que extrapolar ese valor con los otros bonos de vencimientos similares, tomando puntos promedios o haciendo algún tipo de operación financiera.
Este valor de mercado es inferior a los 5.000 millones de dólares. Entonces, quien fue expropiado y por la ley de expropiación tenía derecho a recibir 5.000 millones de dólares en efectivo, obviamente iba a plantear que le están dando algo que hoy no vale eso y que además va cambiando todos los días.
En consecuencia, lo que se hizo fue redactar una primera cláusula gatillo, que establece que si el valor de esta cartera de bonos, calculada con métodos que están explicitados en el acuerdo -la parte más voluminosa del acuerdo es la financiera, para encontrar el método objetivo de cálculo del valor de esta cartera-, vale menos de 5.000 millones de dólares, se va a reponer ese valor de mercado con una determinada cantidad de bonos, pero no hasta llegar a los 5.000 millones de dólares, sino hasta llegar a un máximo de 4.670 millones de dólares. O sea, están los bonos por 5.000 millones de dólares, pero que pueden valer 4.700, 4.500 o 3.000 millones de dólares. En ese caso, se completa con una emisión adicional de bonos, pero hasta 4.670 millones de dólares o hasta emitir un máximo de 1.000 millones de dólares de bonos nuevos.
Supongamos que el valor de esa cartera se reduzca muchísimo, como a los precios posteriores al default de 2001, donde los bonos argentinos valían un 30 por ciento de su valor nominal, por poner un número. Entonces, la cartera de 5.000 millones de dólares pasaría a valer, por ejemplo, 1.500 millones de dólares. No es que frente a una situación semejante la República Argentina se obliga a emitir títulos hasta que el valor de esos títulos en el mercado alcance los 5.000 millones de dólares, porque en tal caso le estaríamos pidiendo a este Parlamento que nos aprobara una emisión de bonos que puede ser muy elevada. Entonces, es hasta llegar a los 4.670 millones de dólares -menos que los 5.000 millones de dólares-, pero con un tope de 1.000 millones de dólares de emisión nominal de bonos nuevos. Quiere decir que se van a emitir entre 5.000 y 6.000 millones de dólares, dependiendo de la contingencia de la tasación de la cartera.
Ahora voy a explicar también -porque tiene cierta sofisticación- cómo y cuándo se tasa esta cartera de bonos.
Ese tope de 1.000 millones de dólares está dado también por tres especies de bonos. Por un lado, el Boden 2015, que es otro bono en existencia de la República Argentina, que se emitiría hasta 400 millones de dólares.
Explico de nuevo el mecanismo: si baja el valor de mercado de la cartera, se emite hasta completar un valor de mercado de 4.670 millones de dólares, y primero con Boden 2015, hasta 400 millones de dólares nominales.
Si esto no alcanzara, se emitirían 300 millones de dólares más de Bonar 10 -el que vence en 2017-, también a valor nominal, y si esto no alcanzara, 300 millones de dólares más de Bonar 2024, a valor nominal, que es el bono nuevo a diez años que ya describí.
Como el tope es de 1.000 millones de dólares, si todo esto no alcanza, ya no se emite más. De manera que el tope de emisión es de 6.000 millones de dólares, en las especies indicadas. Pero hoy no sabemos de cuánto va a ser, y al respecto, seguidamente voy a explicar el método de cálculo.
El método de cálculo no pasa por ver cuánto vale la cartera de 5.000 millones de dólares al día en el que se termine de completar el proceso de aprobación de la expropiación y que con eso -y con algunas otras condiciones precedentes- se dé por terminada la preparación del acuerdo. La desventaja de tasar una cartera de bonos en un día determinado es que ese valor puede estar sometido a procesos de especulación espurios. Dicho de otra manera, un interesado podría operar en el mercado para deprimir el valor de los bonos argentinos y generar una emisión mayor. Concretamente, Repsol estaría interesado en que ese día los bonos valgan menos.
Por lo tanto, se adoptó el criterio de tomar el promedio de valor en los noventa días previos -también es un plazo variable- al día en que se perfeccione el proceso expropiatorio. Sobre la base de ese número se calculará la emisión de bonos.
Quiero decir algo más, porque también es importante y tiene que ver con la naturaleza de la operación financiera y los riesgos de pagar con bonos.
Repsol va a tener en su portafolio, en su tenencia, 5.000 millones de la cartera original y un adicional de hasta 1.000 millones de otras especies. Se convierte en un gran tenedor de deuda argentina. Por lo tanto, nosotros teníamos que asegurarnos con esto y con un elemento adicional que ahora voy a señalar, que no malvendiera esos bonos. Para ello hemos puesto una cláusula de acompañamiento que dice que bajo determinadas condiciones, como ventas superiores a los 300 millones de dólares de bonos -que puede mover la aguja del mercado-, Repsol tiene que ofrecerle a la República Argentina la posibilidad de comprar igual suma al mismo precio. Esto quiere decir que si la empresa hiciera un mal negocio nos permite a nosotros rescatar bonos a ese precio. Alguien puede decir: ¡pero no vas a tener toda esa plata! Bueno, pero si fuera un mal negocio, yo puedo tomar los bonos e inmediatamente hacerme la ganancia financiera, incluso vender otros bonos en mercado y hacerme la ganancia financiera. Eso es un desincentivo para que Repsol, el tenedor original, pueda hacer estas operaciones en mercado.
Hay otro elemento que funciona como una salvaguarda para la República Argentina, que también lo mencionó el doctor Zannini: el hecho de un tope o un techo -hable de techo, de pisos y ahora voy a hablar de otro techo- que es lo máximo de lo que Repsol puede cobrar.
Como nosotros hemos puesto un precio en 5.000 millones de dólares, lo más sencillo evidentemente sería pagarlos en efectivo y no hay discusión, pero pagando con bonos Repsol puede obtener hasta más de 1.000 millones de dólares, pero no de intereses sino de capital. ¿Cómo? Por ejemplo si la emisión fuera nominal mayor a 5.000 millones de dólares, esperar hasta el final y si son 6.000 millones de dólares va a cobrar 6.000 millones de dólares de capital, que es más que lo que se fijó como valor de la expropiación. Pero Repsol está obligado -y esto tiene un sistema de monitoreo permanente- de avisarnos las ventas, qué se queda en portafolio y cuánto va cubriendo del precio pactado hasta llegar a los 5.000 millones de dólares. Quiere decir que si Repsol -ya sea porque cobra amortizaciones de los bonos o porque vende bonos en el mercado que había que distinguir entre la parte del precio del bono que corresponde al capital y al interés- va recuperando este valor que nosotros pusimos y cuando llega a los 5.000 millones de dólares se da por cobrado, por finiquitado y tiene que devolver sin costo a la Argentina los instrumentos que se le habían dado por encima de los 5.000 millones de dólares.
Es cierto que Repsol puede desprenderse de estos bonos, pero tiene este límite que es que no puede hacerlo para ganar más de 5.000 millones.
También había un tema -lo ha mencionado el doctor Zannini- con respecto a este bono, que fue el más polémico; me refiero al Bonar 2024, que es un bono especial porque no tiene mercado. Este Bonar 2024 hoy no tiene mercado porque no existe. Solamente va a estar en manos de Repsol cuando lo reciba. Por lo tanto, era un bono que estaba sometido a alguna discusión, porque después de haber decidido el Congreso la expropiación, Repsol se preguntaba -en realidad los abogados y los responsables financieros- si le íbamos a pagar o no este bono. Es por ello que pedían alguna garantía de pago específico de los intereses correspondientes a este bono para que el bono estuviera en funcionamiento, que estuviera -como dicen los economistas- "performing" y que no les ocurriera que tuvieran el bono y no se pagara nunca ni siquiera la primera cuota. Por supuesto, eso es algo que este gobierno no ha hecho porque no ha defaulteado las deudas que tiene. Sin embargo, existe esta preocupación debido a la reputación que tiene nuestro país, que en parte es objetiva y en parte es fogoneada por los mercados internacionales debido a la disputa por las causas de los fondos buitres. Habrán escuchado ustedes las expresiones de que Argentina es defaulteadora serial y otro tipo de cosas, que son expresiones que usa ese grupo denominado ATFA -American Task Force Argentina- que es un grupo de bonista y lobistas. El otro día Tiempo Argentino publicó una interesante nota donde reveló públicamente de qué magnitud habían sido los pagos y las contribuciones a lobistas para operar contra la República Argentina,
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particularmente en el Senado y en la Cámara de Diputados de Estados Unidos, para generar una mala imagen de Argentina y beneficiar a esos fondos "buitres".
Así, se publicó un valor -que según la nota y los especialistas, probablemente sea el doble- de aproximadamente 5 millones de dólares en lobby declarado. Recordemos que según la ley norteamericana hay que blanquear las cifras que se pagan en término de lobby.
Por lo tanto, se ha pagado a diferentes operadores, se han puesto avisos en los diarios, solicitadas, se han realizado conferencias y se a convencido a legisladores para que operen en contra de la República Argentina y perjudicarla en la causa de los holdouts. Esto también afecta el valor de los títulos argentinos en el exterior.
Entonces ha habido, sobre todo con ese bono nuevo que vamos a emitir, una garantía en punto al pago de los primeros tres servicios de intereses del bono que después extingue la garantía.
Como la República Argentina piensa pagar todas esas garantías vinculadas a default o al no pago de algún instrumento en particular, una vez realizadas se volverán abstractas.
Esto hay que tenerlo bien en cuenta porque es la cláusula jurídica de pro solvendo. Se considerará finalizada la operación cuando Repsol haya recibido los 5.000 millones de dólares o lo que haya obtenido por la enajenación de los títulos, si lo hace por menor valor y pierde los títulos. Entonces ahí también hay una cuenta para hacer, es decir, cómo va el ritmo en la proporción ya cobrada y enajenada. Pero una vez cobrado, se extingue.
Mientras tanto, el acuerdo no se ha terminado porque éste se terminaría inmediatamente en caso de pagar en efectivo, pero se extiende la obligación de pago de Argentina a lo largo de todo el proceso de pago de los instrumentos financieros que se van a entregar en lugar del efectivo.
Para concluir, quiero hacer simplemente algunas observaciones de magnitud, estas son opinables, pero son para que los señores diputados las tengan en cuenta. Obviamente podemos hacer observaciones técnicas, de opinión o de sensación acerca de si 5.000 millones de dólares, es decir, el valor tasado por el Tribunal de Tasaciones, es o no lo que valía la participación de Repsol en YPF, ese 51 por ciento, al momento de la expropiación, que es donde había que tasar y después actualizarlo con intereses. Podemos discutirlo y algunos podrán decir -con más o con menos elementos- que la empresa valía más o menos que esto en aquel momento. Alguno podrá decir que valía 3.500 millones porque quiere tasar más o menos la refinería de La Plata o la de Luján de Cuyo, porque no le gusta cómo se tasan los recursos petrolíferos en su reserva, porque no le gusta qué pasivos introdujeron, porque no les gusta el modo en que el Tribunal penalizó a la empresa por inversiones no realizadas.
También en la valuación de los bienes hay criterios de obsolescencia y de estado, como bien nos explicaba el ingeniero Martín. Aunque contablemente una planta puede tener determinado valor, hay que considerar el estado en el que se encuentra. A tal efecto, se ha efectuado una encuesta entre los ingenieros de YPF para ver cuáles son las inversiones necesarias para ponerla en valor. Ese importe ya se le cobró al anterior propietario porque se le descontó del precio. De todas formas, hay contingencias judiciales. Son 30 empresas que estamos expropiando con muchísima complejidad.
Sin embargo, quería señalar algunas magnitudes porque podemos discutir -esto no se va a terminar nunca- si 5.000 millones es mucho o es poco.
Algunos piensan que YPF en ese momento valía menos. Nosotros decimos que es un precio razonable y justo, porque técnicamente hemos estudiado la tasación que nos fue entregada y estamos completamente seguros del método y la idoneidad con que se ha tasado esta compañía. Ha sido un proceso muy prolongado y faraónico porque la cantidad de bienes que posee es realmente extraordinaria.
Los 5.000 millones de dólares constituyen una cifra inasible para el común de los mortales, porque es muy elevada. Pero tengan en cuenta que el doble de eso es el valor de la empresa más grande del país. O sea que también estamos poniendo en proporción, de alguna manera, los capitales que operan en la Argentina. Ese es un elemento importante, porque el valor que nosotros paguemos también está implicando a todas las demás empresas de la Argentina, ya que YPF es la número 1 en todos los rankings empresarios: por venta, por utilidades, etcétera.
Agrego otra cuestión, tal vez desde una perspectiva lateral en esta discusión, que es la del Tesoro nacional. Sencillamente quiero decir que, por una cuestión de proporciones, y para ver su magnitud, esos 5.000 millones de dólares pueden compararse con lo que se ha ahorrado la Argentina haciendo la siguiente cuenta. Suponiendo que la compañía seguía bajo control de sus anteriores dueños y que desarrollaba las mismas políticas en torno de la producción, es decir, suponiendo que seguía declinando la producción de gas y petróleo a la proyección de tasas de los últimos diez años, y comparando con la performance de YPF en estos últimos dos años, podemos decir -y este es un número que simplemente sale de esa extrapolación- que dejamos de importar 1.120 millones de dólares en gas. Esto es así si YPF se hubiera desempeñado como lo venía haciendo, reduciendo la producción de gas, medido contra los ahorros que produjo la gestión estatal, generando más gas e impidiendo aquella declinación.
También podemos hacer otra cuenta, que no es rigurosa y solo tiene fines comparativos. En apenas dos años, tomando la tasa de distribución que llevaba YPF en los últimos años, la empresa dejó de distribuir dividendos por aproximadamente 2.000 millones de dólares. En efecto, durante la gestión de Repsol, YPF distribuyó cantidades extraordinarias de dividendos, porque tenía una política de usar a YPF -vamos a decirlo, porque ya lo hemos afirmado en este mismo Congreso- como palanca para su expansión mundial. Entonces, no solo se llevaba recursos económicos sino que también se llevó, durante toda su época privada, valiosísimos recursos humanos, cuando no activos que vendió a la casa matriz. Todo esto se hizo a valores de mercado justificables, pero son activos que hoy ya no tenemos para explotar los argentinos, después de haber llevado adelante esta valiente y extraordinaria decisión que parte de la presidenta de la Nación, cuando decide expropiar el 51 por ciento de las acciones.
Otro tanto ha ocurrido con el valor de la empresa, que hoy es un patrimonio nacional. En estos dos años, el valor por acción -con todas las salvedades que he hecho- ha crecido en 1.690 millones de dólares, en lo que hace a la tenencia del Estado. Esto es arbitrario, pero simplemente sumo estos números para que vean algunos valores que son de una magnitud tan grande como la de los 5.000 millones de dólares que estamos fijando hoy para el pago de la compañía.
Quiero hacer unos comentarios más sobre valores de YPF, todos a título ilustrativo. Nosotros tenemos una ley que nos marca cuál es el método y la forma de expropiar, e incluso cuál es el organismo técnico que debe hacer la tasación. En este sentido, quiero reivindicar técnicamente al Tribunal de Tasaciones, que fue tremenda, violenta y ferozmente atacado durante estos últimos días, con ignorancia y malicia, con el solo objetivo de tirar abajo un acuerdo que desde nuestro punto de vista es no solo razonable y justo, sino tremendamente beneficioso para la Nación. Se ha hecho un trabajo técnicamente impecable.
Pero quiero tomar otros números para ver cuánto vale ese 51 por ciento de acciones de YPF, según distintos criterios. El primero también es objetivo: ¿a cuánto tenía tasado Repsol, en su balance, auditado por especialistas, ese 51 por ciento de YPF? Lo tenía tasado a 7.053 millones de dólares. Eso es lo que decía el balance de Repsol.
Por eso, una vez firmado el acuerdo, anuncia en la bolsa de Nueva York, donde cotiza, que tiene que recortar y mandar a pérdidas aproximadamente 1.700 millones de dólares, que no ha cobrado en función del valor fallado en la expropiación. Pierde plata porque tiene un activo que vale menos, según lo que la propia Repsol acepta como precio de ese activo.
Así que, en comparación con los 5.000 millones de dólares que ha fallado el Tribunal, lo que Repsol tenía fehacientemente en su balance, y que después corrige, era un valor 41 por ciento mayor.
En la bolsa de Nueva York el valor es caprichoso, pero simplemente tomaré algunos momentos emblemáticos. La evolución del precio de una acción en la bolsa de valores se asemeja a los movimientos de un electrocardiograma. En diciembre de 2010, el 51 por ciento valía 10.000 millones de dólares. Este sería el valor de capitalización bursátil. De nuevo, no voy a defender esta cifra como un valor cierto, porque se refiere solo a en ese momento y porque no es un criterio para tasar empresas. De todos modos, esto era aproximadamente el doble de los 5.000 millones de dólares.
Posteriormente, en diciembre de 2011 -previo a las operaciones que se iniciaron con la participación de las provincias petroleras en la OFEPHI, a esta discusión acerca de la performance o de la actividad de Repsol y la reversión de áreas, que castigó después el precio de la acción-, el 51 por ciento de la compañía valía en bolsa aproximadamente unos 7.000 millones de dólares.
Por otra parte, el precio de venta del 51 por ciento al valor que Repsol había pagado por sus acciones de YPF cuando hizo esa compra a la que se refería el doctor Zannini, en abril de 2011, sería de aproximadamente 8.200 millones de dólares, según la OPA.
Esta cuestión de la OPA es importante, porque en el estatuto de YPF había una cláusula -que yo la llamé cláusula "cerrojo" o cláusula "candado"- tendiente a impedir que otro tomara el control de la compañía. Entonces, si cualquiera compraba más del 15 por ciento de las acciones -que no fuera el que ya las tenía-, debía hacer una oferta hostil por todo el restante volumen de acciones, a un precio estipulado por el estatuto.
Recuerdo que, al principio de la discusión, el anterior management de YPF planteaba este precio y decía que, si querían comprar la empresa, el estatuto disponía que el 51 por ciento había que pagarlo aproximadamente a unos 10.500 millones de dólares.
Repsol ha aceptado ahora esta valuación y ha convenido esta forma de pago.
Pero también tenemos el valor original de compra de Repsol en 1999, que se aproximaba a los 8.000 millones de dólares para el 51 por ciento.
Todas estas son cifras de alguna manera comparables, que no establecen cuál es el verdadero precio de la compañía. Podemos estar discutiendo siglos sobre cuál es el valor de una empresa petrolera en marcha de la envergadura de YPF.
Por eso, yo no me voy a ensañar con aquellos que honestamente piensen que valía más ni con aquellos que honestamente piensen que valía menos.
Lo que quiero decir es que está tasado a un valor que es comparable con estos valores, y no hay otros dando vueltas. Y es comparable también -permítanme decirlo- con lo que Repsol reclamó judicialmente ante el CIADI. No sólo con aquello que los expropiados declamaban inicialmente, porque hubo una declaración de Brufau diciendo: "No vamos a pagar lo que ellos piden", a la cual yo tuve que responder. En ese momento, Brufau había pedido 18 mil millones de dólares. Esto es lo que había declarado. Después lo corrigió levemente y lo descendió a 15 mil millones de dólares, el 51 por ciento. Además, tomaba en cuenta otros elementos vinculados.
A continuación, quiero expresar dos comentarios muy breves. Muchas veces, cuando se vende una empresa en marcha, se utiliza otro método. Este tema también lo hemos hablado con otros tasadores argentinos de mucho prestigio. El método consiste en saber a cuánto se ha vendido la última empresa de similares características. Se usa mucho porque es una referencia cierta y tiene un premio, que es el control, lo cual es un castigo para el que compra. Como ustedes saben, puedo comprar diez acciones a ese precio, pero si me compro el 51 por ciento, tendría que pagar un adicional por tomar el control de la compañía. Todos estos elementos se utilizan en la tasación. Es decir, valores comparables y premios por el acceso al control de las empresas.
Todos estos elementos están dando vueltas, así como también esa demanda que inició Repsol ante el CIADI por 10.500 millones de dólares, es decir, por este mismo activo que hoy estamos expropiando.
Conociendo al CIADI, sabíamos que era factible que al cabo de cierto tiempo que requiriera ese proceso, terminara fallando por una cifra de esas características, que se iba a convertir -por los tratados firmados en la época de los 90- en una deuda de la República Argentina. Estos son todos los valores que hay en danza.
Por supuesto que podemos discutir sobre el método, pero deberíamos dividir la biblioteca en más de dos mitades para hablar de métodos de tasación, porque hay muchísimas escuelas de tasación de empresas en marcha. Generalmente se contrata a tasadores especializados que sepan del negocio, porque ningún valor arrojado por un lego -hay muy pocos especialista internacionales- será aceptado por quienes tienen que hacer la venta.
Entonces, hoy tenemos un precio, que es 5.000 millones, tenemos una forma de pago y tenemos un convenio. Por último, cada dólar que invierte en Neuquén, en Chubut, en Santa Cruz, en Río Negro, en Salta, en Formosa o en las tantas provincias donde el plan de inversiones de YPF estatal difiere con el plan de inversiones de YPF bajo la gestión de REPSOL, para nosotros tiene un valor adicional como hombres de la política, desde el punto de vista económico y social.
Cualquiera que haya recorrido el sur sabe que YPF fue un segundo Estado en la Patagonia, que hizo las instalaciones, creó pueblos y puertos, hizo las rutas, dio de comer a la gente e hizo nacer pueblos enteros, dando vida a nuestra Patagonia petrolera, así como a tantas otras provincias que también tienen estos recursos.
También sabemos, con dolor, que desde la privatización se había abandonado esa función social que tenía YPF. Esa función económica había dejado de existir. Por el contrario, y más allá de los balances de la compañía, la dirección que había tomado YPF podía ser rentable para un privado, podía darles beneficios a sus accionistas, pero era perjudicial -como estamos demostrando- para el pueblo y la Nación Argentina.
Esto da por finalizado, le pone un moño, un punto final y una terminación a un proceso de expropiación que, si se aprueba en la Cámara de Diputados, a partir de hoy no va a ser cuestionable y dejará a la empresa limpia de todo litigio, porque son diecinueve causas las que había comenzado la gestión de Repsol para dañar y obstaculizar el accionar de YPF, ya sea contra el Estado, contra la compañía o contra terceros. Todo esto se da por terminado y tenemos una YPF con un 51 por ciento estatal, monto del cual el 25 por ciento se distribuye entre las provincias que producen en la actualidad hidrocarburos. Entonces, tenemos hoy una YPF limpia de polvo y paja, no como ha sido una página de nuestro pasado, de las privatizaciones, del desmantelamiento y del achicamiento. Por el contrario, se encuentra en capacidad de convertirse en un motor para el desarrollo del país, para la distribución del ingreso y para el crecimiento con equidad. Muchas gracias.(Aplausos.)
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A continuación, voy a exponer sobre la situación en la que se encontraba YPF al momento de la expropiación, pero no le voy a dedicar demasiado tiempo porque esto ya ha sido objeto de análisis en ambas Cámaras cuando se trató la ley de soberanía hidrocarburífera con la expropiación del 51 por ciento del paquete accionario. Simplemente quiero dejar en claro que la performance de YPF bajo la gestión de Repsol había sido muy negativa desde el punto de vista de dos indicadores básicos.
En ese sentido, voy a tomar para el petróleo el período que va de 1997 a 2011, y para el gas, desde el 2004 al 2011. En estos períodos encontramos ingentes caídas en los volúmenes producidos de millones de metros cúbicos, tanto de petróleo como de gas, bajo la gestión de Repsol. Un 44 por ciento en ese plazo para el caso del petróleo, y un 55 por ciento para el caso del gas.
Marco esto porque otro elemento central del que hablaba recién el ingeniero Martín era la cuestión de las reservas. Las empresas petroleras se miden tanto por su performance en términos de la producción como por su horizonte productivo.
Muchas veces nos han enseñado, incluso en la escuela secundaria, cuántos años le quedan al país en recursos no renovables. Este cálculo es variable porque tiene que ver con los recursos disponibles y con la intensidad de la explotación.
En el caso de Repsol, encontramos que otro elemento central en su gestión de YPF fue la caída del 51 por ciento del volumen de reservas de petróleo, desde 2001 al 2011, y del 55 por ciento en el volumen de reservas de gas.
Esto no quita que YPF -aún en el estado en el que se encontraba en el 2011- seguía siendo la principal empresa del país, aunque la ha llevado sistemáticamente -acá hago una comparación con la situación en la que estaba en 1997- a perder significación en el mercado. Digo esto porque pasó del 42 por ciento en 1997 al 34 por ciento en 2011 en participación en la producción de petróleo. Para el caso de la producción de gas, pasó del 35 por ciento en el 97 al 23 por ciento en el 2011.
Marco estos elementos para dejar en claro que la decisión tomada por la presidenta al enviar ese proyecto, que luego fue convalidado por el Parlamento, fuer para expropiar la porción de las acciones que le dieran al Estado nacional, al gobierno argentino, estrictamente el control de la compañía. No se expropió la totalidad de las acciones; sigue siendo una empresa en marcha -esta es otra de las complejidades de su tasación-, una sociedad abierta que al día de hoy cotiza en bolsa, tanto en Argentina como en el mercado de Nueva York, bajo las leyes argentinas y correspondientes a las leyes de la Comisión de Valores de Estados Unidos, la SEC.
Eso sigue siendo así, porque fue la decisión que tomó el Congreso, lo cual pone todavía más en tensión este proceso expropiatorio, porque la valuación tiene -como mencionó el ingeniero Martín- algunos impactos en sus divergencia con respecto a los balances de la empresa, a las perspectivas, el estado de situación de sus activos, de sus pasivos y de sus contingencias que tienen que ver con la situación actual de la empresa que hoy es patrimonio nacional. Este es otro de los factores centrales involucrados en la dificultad de esta situación.
La empresa es todavía una sociedad anónima, cuya propiedad pertenece a accionistas generales -porque flota en bolsa-, otra parte -aproximadamente un 12 por ciento- a la empresa Repsol -no se le expropió la totalidad de las acciones de sus pertenencias sino estrictamente lo necesario para tomar el control de la compañía- y a otros accionistas que todavía participan, incluso uno de ellos tiene participación en el Directorio por la cantidad de acciones que posee.
Antes de explicar con más detalle cuál fue el modo de financiamiento de la empresa -lo que tiene alguna sofisticación financiera, no solo por los instrumentos, sino por un sistema de techos, pisos y garantías financieros que está involucrado en el convenio-, quería hacer un comentario sobre la cuestión de los métodos de tasación.
Cualquiera que investigue el tema, o que por su formación lo conozca, sabe que el proceso y las técnicas de valuación de empresas en curso, para transacciones privadas -algo que ocurre permanentemente por los procesos de venta, fusión o adquisición de compañías en general, pero particularmente para las empresas de este tamaño-, son variados, muy complejos, y son materia de opinión.
Quiero dejar esto en claro porque, en verdad, desde el punto de vista teórico -y también práctico- es un problema valuar una compañía de la envergadura de YPF, y particularmente también del sector petrolero, donde está la cuestión de los pozos cerrados y no cerrados, las reservas probadas y posibles, las perspectivas, los recursos, lo que ha sido constatado por consultoras, etcétera. Es decir, hay numerosos elementos vinculados a la valuación de las empresas petroleras, y nuestro Tribunal de Tasaciones ha trabajado con muchísima dedicación, empeño y calidad profesional.
Sin embargo, se trata de una materia bastante compleja y opinable. En efecto, para tasar una compañía, cualquier compañía -voy a tomar el caso de una compañía que cotiza en bolsa-, existen diferentes métodos, y en este debate ha habido confusiones en torno del método de tasación.
Hay una forma de tasación -y a esto también se ha referido, aunque lateralmente, el ingeniero Martín- que consiste en tomar el valor de libros de la compañía, básicamente el valor contable, y concretamente, su patrimonio neto. Se toman los activos, se les resta los pasivos, y lo que queda, es decir, el patrimonio neto, es el valor que tiene la compañía.
Ese es un método de tasación, pero como ha dicho recién el ingeniero Martín con mucha propiedad, ese método difiere del que utiliza, por su normativa, el Tribunal de Tasaciones. No se tasa la empresa por patrimonio neto o por valor libro. De la misma manera, ningún privado, cuando compra una empresa total o parcialmente, la adquiere por el valor de su patrimonio neto.
Después haré algunos comentarios -y en todo caso, profundizaré al respecto, si alguien tiene alguna pregunta que formular-, pero ya que estamos discutiendo el precio dado por el Tribunal de Tasaciones, con carácter introductorio mencionaré qué es lo que marca nuestra ley.
Nosotros seguimos el procedimiento establecido en la ley para fijar el valor, pero aun así puede haber controversias en torno del precio de YPF. Y efectivamente las hay, porque hay quienes han tasado a la empresa de otra manera; entre ellos, Repsol, en sus propios balances. En efecto, cuando Repsol era propietario de YPF, también tenía que determinar en su balance cuánto valía ese activo, y utilizó otro método. Digo esto porque al día de la expropiación le dio otro valor. Para ello utilizó otro método y recurrió a asesoramiento externo. Es decir que hay otros métodos, que no los estoy cuestionando como válidos o inválidos. Simplemente quiero decir cuáles son los métodos en general, cuáles usa el sector privado y cuáles usa nuestro Tribunal, para hacer una disquisición de tipo conceptual y permitirnos tener algunos elementos para analizar esta cuestión tan central como es el precio que estamos pagando por la compañía.
Como dije, se puede tasar por el balance, pero también se puede tasar -y se usa en el mundo de los negocios- mediante una cuenta muy sencilla, que nos permite obtener lo que los economistas conocemos como valor de capitalización bursátil. YPF tiene una cantidad de acciones, que representan su patrimonio. Entonces, se puede tomar el valor de la acción en determinado mercado, porque el valor de la acción de YPF, aun medido del mismo modo, cotiza de maneras diferentes en la Bolsa de Nueva York y en la de Buenos Aires. Si tomamos el valor de una acción al precio de mercado del día de hoy y lo multiplicamos por la cantidad total de acciones, nos dará un valor posible -por llamarlo de alguna manera- de la compañía. Ese es el valor de capitalización bursátil. No es un valor real, porque todo el mundo sabe -y en el caso de YPF, esto es estrictamente cierto- que las acciones que se negocian en la bolsa no son todas las acciones de la compañía. De manera que, en realidad, es una hipótesis imposible. Yo no puedo presentarme en la bolsa y pretender con ese dinero comprar toda la compañía. Así que no es cierto que eso sea lo que me permite acceder a la empresa.
También es cierto que si alguien hiciera una oferta por la compra de todas las acciones, probablemente el precio variaría en ese mismo momento. Por lo tanto, tomar la valuación del día anterior tampoco es lícito. Pero es una forma sencilla y práctica de tasar empresas, aunque no es tampoco la que utiliza el Tribunal de Tasaciones.
Yo me permití traer un gráfico que muestra la evolución del valor de una acción de YPF en el mercado de Nueva York, desde junio 1993 hasta marzo de 2014, medido en dólares por acción. Dicho valor pasa de aproximadamente 9 dólares por acción a picos de casi 70 dólares.
Se pueden observar las enormes oscilaciones que presentan esos valores, incluso en intervalos muy pequeños.
Todo el mundo sabe que la compra de una compañía, si se hace por capitalización bursátil, también está sometida a factores vinculados con procesos especulativos y de expectativas que no representan el verdadero valor de la empresa como un instrumento de generación de rentabilidad o como un instrumento productivo. Pero es un método de tasación.
Hay otro método de tasación -y lo recuerdo porque fue uno de los objetos de controversia en el caso de Aerolíneas Argentinas-, que es el de tasar la empresa no por lo que vale en libros, no por lo que valen sus acciones, sino por lo que presuntamente valdrían las ganancias futuras que la compañía espera en los próximos años, descontadas al día de hoy. Es como si yo comprara la empresa por lo que ella me dará en términos de rentabilidad futura, restándole alguna tasa de descuento.
Recuerdo el caso de Aerolíneas Argentinas, porque cuando esa empresa fue expropiada tenía pérdidas del orden de los 800 millones de dólares anuales. Pero yo observé una tasación hecha por un banco, que los expropiados trajeron al tribunal donde se discutía el valor de la compañía. De allí surgía que la compañía costaba 4.000 millones de dólares. ¿Por qué una empresa que tiene patrimonio neto negativo y pierde 800 millones de dólares al año va a costarle al Estado 4.000 millones de dólares? Porque decían que a partir del día siguiente a la expropiación se iba a iniciar un furibundo proceso de inversiones, que permitiría poner en valor a la empresa; que sus 100 aviones -de los cuales volaban solamente 26- iban a ser reemplazados en su totalidad; que se iba a invertir y a hacer un nuevo plan de negocios, y que las ganancias futuras descontadas que iba a obtener esa compañía totalizaban en ese momento unos 4.000 millones de dólares.
Esa es otra forma de tasar una empresa, sobre todo cuando tiene oportunidades. En el caso de YPF, y en general, de las empresas petroleras, esto es importante, aunque debe tenerse presente lo que recién decía el ingeniero Martín. En efecto, en cuanto al caso tan discutido de Vaca Muerta, debo señalar que, en concreto, bajo la gestión de Repsol se hicieron solo tres pozos. Pero como, a pesar de eso, el potencial de Vaca Muerta era muy grande, cuando Repsol acudió a un tribunal internacional llevó una valuación que no correspondía con ninguno de los criterios anteriores. Yo no la he visto, pero probablemente haya dicho que las ganancias futuras que iba a obtener por las inversiones -que nunca había hecho pero sostenía que iba a empezar a hacer- iban a ser formidables. Entonces, la empresa era carísima para quien la tomara.
Nuestra ley dice que no se puede tasar el bien a expropiar por el criterio del lucro cesante, y por extensión, tampoco se puede valuar por el valor esperado de ganancias futuras que no se han producido.
Entonces, hay elementos técnicos, de sentido común y económicos, pero tenemos una ley que explica cómo se ha tasado la empresa, y ese es del valor cierto que tenemos para la compañía.
Si los señores diputados me permiten, voy a hacer una mínima reflexión adicional acerca del valor, que me parece interesante.
Desde el punto de vista de este proceso, es decir, circunscripto y limitado a este proceso expropiatorio, lo que nosotros debemos hacer, tal como hizo el Tribunal de Tasaciones, es valuar los bienes. Lo ha dicho el ingeniero Martín, pero puesto ahora en la perspectiva de lo que acabo de explicar, debo señalar que en el Tribunal no usa el método del balance. Si tomamos un inmueble o un rodado, podemos computarlo a un valor, que puede ser el valor de adquisición, descontándole las amortizaciones anuales en función de su vida útil, que es un elemento completamente convencional, y entonces, el valor de esa casa o rodado en el balance de la compañía, no coincide con lo que nosotros estamos haciendo, que es comprar ese edificio en su situación actual y con su capacidad productiva actual. Por eso es que para la valuación de bienes se utiliza un criterio totalmente distinto al de su valor en balance.
De ahí la necesidad de llevar adelante esa formidable y faraónica tarea de tasar nuevamente todos los bienes de la compañía, absolutamente todos, porque no es el criterio contable, no son las normas contables generalmente aceptadas, no es la RT 17, no es ninguno de los métodos de tasación contable de libro, es otro. Es el que establece nuestra ley de expropiaciones.
Esa tasación ha arrojado un valor y es lo que debemos pagar.
Voy a saltar todos estos gráficos que venía mostrando para tomar simplemente el caso de la producción de petróleo y la de gas. Como ven en el gráfico, esas evoluciones barranca abajo y sin freno que llevaba la compañía la podemos ver en forma gráfica aquí. No lo hago para retacera la información en torno a lo que está haciendo YPF hoy, sino porque contamos acá con la presencia del presidente de YPF que va a dar una explicación de cuál es la situación de la compañía en la actualidad.
Lo que quiero decir es que todas esas tendencias arraigadas y crecientes de declinación, de caída y de achicamiento se revirtieron en estos dos años de gestión bajo control estatal. Al respecto, señalo esto y voy a dejar que después dé las explicaciones del caso al ingeniero Galuccio.
Entonces, como decía, una posibilidad es valuar la compañía tal como se ha hecho, o sea, cuánto vale la refinería, cuánto vale cada pozo de petróleo y cuánto vale cada uno de los edificios, como el edificio hermoso que tiene en Puerto Madero. Todos esos bienes se pueden tasar, se puede sumar el patrimonio, se puede ver su pasivo, los contingentes -tanto los ambientales como los judiciales- y toda esa batería de elementos que hacen a la tasación, tal como ha hecho el Tribunal. Pero también me permito decirles que desde el punto de vista del país -recordemos que esto se va a pagar desde el Tesoro nacional- ya podemos ver, en base a los resultados que ha tenido la compañía en esto dos años, que el valor de YPF como activo estratégico es infinitamente mayor por diversos elementos que debemos tener en consideración.
No voy a rehuir el debate y vamos a discutir hasta la última duda que tengan en torno a las cuestiones del precio y del financiamiento. Simplemente quiero poner la mirada por encima del valor de este activo, que lo estamos tasando como si el que lo comprara fuera un privado.
Lo que hemos visto con el caso YPF es que las consecuencias que ha tenido la gestión de la empresa pueden ser muy buenas para su propietario, pero malas desde el punto de vista de la política energética del país. Quiero dejar en claro esto, porque al momento de la expropiación YPF era una empresa que tenía elevados beneficios, que repartía muchas utilidades, que tenía un patrimonio grande, que facturaba bien y, sin embargo, su plan de negocios, su dirección y su estrategia estaba reñida con las necesidades de Argentina bajo el modelo de desarrollo que pusieron en marcha el doctor Néstor Kirchner y la doctora Cristina Fernández de Kirchner. No bajo otros modelos de desarrollo, porque sabemos muy bien que cuando YPF fue privatizada, la orientación que se le dio a la empresa y al sector fue que sus productos estuvieran tasados a precios internacionales para poder ser vendidos como commodities al extranjero. Entonces, el modelo consistía en convertir a la compañía en estrictamente exportadora de recursos naturales no renovables. Justamente, eso fue lo que se hizo, porque los únicos gasoductos que se construyeron durante la década del 90 no fueron -como estamos discutiendo ahora- para abastecer de gas a las provincias que todavía no reciben gas en domicilio, sino aquellos que resultaban necesarios para llevarse el recurso de la Argentina y ser vendido en Chile o en Uruguay a un precio mayor. De forma tal que era una política de saqueo, seguramente beneficiosa para las arcas de la compañía desde el punto de vista privado, pero claramente perjudicial desde el punto de vista de la política de crecimiento e inclusión social que tiene este gobierno.
Esto es muy importante porque cuando valoramos la empresa tenemos que tener en cuenta estos 5.000 millones de dólares, con qué títulos, etcétera, pero también debemos tener en cuenta cuáles son los beneficios secundarios vinculados al resultado de esta expropiación.
T.24
APV
EyC
Esto no hace a lo que estamos discutiendo estrictamente hoy, pero son valores que hay que tener en cuenta, porque la caja es la misma.
Voy a dejarlo en claro y después voy a dar un ejemplo. Cuando YPF se dedicaba, básicamente, a extraer el recurso, sin reponerlo, a una tasa decreciente, los faltantes que se producían tenían que ser cubiertos por alguien. Si esto no ocurría, la falta de energía se iba a constituir en un obstáculo absoluto, en una pared que iba a detener el desarrollo económico del país.
Ahora bien, ¿quién paga por esos recursos? Esta es otra de las discusiones que estamos teniendo estos días. El recurso importado -esto no es un hallazgo; esto es algo que entendió muy bien Néstor Kirchner en el 2003- es más caro que el de producción nacional. A la producción nacional la medimos en términos de su costo de producción en la República Argentina, no del precio internacional.
Uno de los conflictos, tanto con la dirección de esta empresa como con otras, es que la política económica de este gobierno les impedía obtener el valor internacional por los recursos que hubieran conseguido si exportaban al extranjero. De forma tal que hay una tensión básica entre la gestión privada del recurso y las necesidades del país.
Si pensamos que al valor de los recursos energéticos hay que medirlo no solamente por el balance de las compañías, sino específicamente como instrumento de resorte para el desarrollo económico y la distribución del ingreso, vamos a encontrar que la política energética establece que el valor interno de los recursos sea menor que el valor externo. De este modo se genera una tensión o puja para conseguir la exportación del recurso o el incremento al precio doméstico hasta igualarlo al precio internacional, incluso con comportamientos especulativos en el atesoramiento o retaceo del recurso para forzar esos incrementos de precio.
Este no es un error de la política; es un conflicto que tiene quien no siendo propietario, porque tiene una concesión -recordemos que estos recursos son de las provincias argentinas desde la sanción de la Constitución de 1994-, puede manejar el ritmo de su exploración y de su explotación. En este marco lo que buscan es forzar un incremento de precio para llevarlo al valor internacional y así obtener ganancias mayores, al tiempo que llevan a la quiebra a las industrias del país y afectan los bolsillos de los argentinos.
Esa tensión permanente es algo que hay que apreciar en este acuerdo. Desde ya que no es un problema de la tasación de la compañía -tal como lo ha dicho el ingeniero Martín- ni de ninguno de los métodos que hemos discutido. Pero es cierto que para la economía argentina, para la sociedad argentina, el valor de YPF es otro muy distinto al que vamos a pagar ahora.
¿Por qué es un valor muy distinto? Porque, obviamente, la dirección de la empresa encaminada bajo el control mayoritario del Estado argentino establece que los resultados de la compañía -más allá de que beneficie estrictamente a los accionistas, entre los cuales se encuentran el Estado nacional y las provincias- tienen un efecto secundario: que con la producción nacional de recursos se sustituya por importación. Y la importación -no porque estemos equivocados, sino porque estamos en lo cierto- es más cara que la producción nacional.
Ese conflicto es irresoluble con un sector que produce estrictamente desde el interés privado.
También hemos demostrado -este es uno de los hallazgos de la gestión que ha tenido año YPF en este último tiempo- que eso no perjudica económicamente a la compañía, porque al producir más volumen, al vender más, al explorar más y al invertir más, las ganancias no se sepultan, no se reducen, sino que, por el contrario, se pueden incrementar.
Es decir que estamos ante otra política empresaria vinculada a los intereses estratégicos del Estado que beneficia a la sociedad en su conjunto y no perjudica a la compañía considerada como una sociedad anónima en sus balances.
Entonces, desde el punto de vista del Tesoro, tenemos que tener en cuenta que nosotros pagamos 5.000 millones de dólares por la empresa pero dejamos de pagar otras tantas cosas y obtenemos otros tantos beneficios por la operación que se ha hecho.
Les pido a los señores diputados que lo tengan en cuenta, porque esta es la operación completa que estamos cerrando.
Entonces, el valor de la compañía ha sido establecido por el Tribunal de Tasaciones según su criterio, pero para el país, ese valor es mucho mayor y ya lo estamos demostrando, porque cada dólar adicional y cada peso adicional que invierte YPF tienen también un efecto multiplicador en la economía argentina y generan impuestos.
Lo que quiero decir, sencillamente, es que con la gestión que está teniendo YPF, este valor, que es el razonable y el establecido por nuestra normativa, va a ser pagado por el propio resultado de la operación de la empresa bajo estos nuevos criterios. Y no porque la empresa le gire plata al Estado, sino porque éste deja de pagar otras cuentas y recibe otros beneficios secundarios, que tienen que ver con la actividad que desarrolla YPF bajo la nueva gestión.
Pasamos ahora al acuerdo financiero, que voy a tratar de explicar con sencillez. No obstante ello, quedo a disposición para responder con posterioridad las dudas que puedan surgir.
El valor acordado con Repsol fue de 5.000 millones de dólares, que se van a pagar con bonos. ¿Qué bonos? Este es el primer lote o la primera canasta de bonos, es decir, de títulos públicos. La mayor parte de esa cifra se pagará con un bono cuya especie hoy no existe, que será emitido, al que hemos llamado Bonar 2024. En efecto, 3.250 millones de dólares se van a pagar con ese bono nuevo. Todos los bonos son nuevos, en el sentido de que no son bonos que hoy estén en la cartera del Estado. Aunque ya existe la especie, se hará una nueva emisión.
Este bono, el Bonar 2024, hoy no tiene mercado, no tiene cotización, siendo un bono que se ha diseñado para esta operación. Es un bono a diez años, con una tasa de interés del 8,75 por ciento anual; se paga semestralmente y que termina dentro de diez años. Es decir, se va pagando el capital y un interés, con pagos semestrales del interés.
También se va a entregar, en parte de pago, 500 millones de dólares del bono denominado Bonar 10, que vence en 2017 y que tiene una tasa del 7 por ciento anual. Este es un bono de la República Argentina ya existente. Y, además, se utilizará el bono Discount 33, que tiene un valor nominal por 1.250 millones de dólares.
Todo esto, en valor directo nominal, suma 5.000 millones de dólares. Pero hay algo que quiero dejar en claro. Cuando uno decide no pagar en efectivo, o cuando uno lo logra -porque ese era nuestro objetivo- y entrega a cambio determinados instrumentos, estos tienen dos valores. Esto tiene un aspecto técnico, pero que es de sencillísima comprensión.
Quiero hablar principalmente de esos dos valores. Por un lado está el valor nominal, cartular o de lámina, que es el que figura escrito en el título que se emite. Pero por otro lado está el valor de mercado, en el caso de los bonos que se cotizan, y el valor presunto de mercado, en el caso de aquellos bonos que no se cotizan pero que son semejantes -haciendo extrapolaciones financieras bastante conocidas- a bonos existentes. Esto es lo que se llama la curva de Argentina.
El valor de mercado de los bonos es fluctuante; cambia todos los días dependiendo del estado del mercado y de una multiplicidad de factores. Algunos de ustedes se acordarán de cuando se hablaba del "riesgo país", como una comparación entre el valor de los bonos argentinos y el de los bonos norteamericanos. La diferencia se denomina "riesgo país", para decirlo de manera simplificada.
Ahora bien, estos 5.000 millones de dólares tienen hoy un valor de mercado que es inferior a esa cifra. Esto es razonable, porque no estoy pagando en efectivo. Sería raro que esto valiera en el mercado exactamente lo mismo. En definitiva, se trata de un valor fluctuante.
Uno de los elementos que se nos planteó, y que es parte constitutivo de la lógica del acuerdo, es que no se iba a pagar 5.000 millones de dólares en efectivo ni tampoco en bonos que tuvieran un valor de mercado equivalente a 5.000 millones de dólares. En efecto, este lote de 5.000 millones de dólares de valor nominal no vale eso en el mercado, y al respecto voy a dar un ejemplo. En algún momento de la negociación, este lote de bonos valió 3.700 millones de dólares, a valor de mercado.
Por otra parte, este valor de mercado de 5.000 millones de dólares en bonos tampoco es cierto, porque si quien los recibe los quisiera realizar de manera inmediata, es decir, básicamente hacerse de ese monto, aunque el valor estuviera en 5.000 millones de dólares seguramente no obtendría esa suma, ya que una operación de un lote semejante de bonos argentinos seguramente al realizarse deprimiría el precio de esos bonos. De todos modos, son especulaciones. Lo importante es saber que el valor inmediato de realización de esta cantidad determinada de bonos es distinto del valor de mercado.
Lo mismo vale para las acciones de YPF, cuando uno compara la cantidad que cotiza usualmente en el mercado de Nueva York con la totalidad del valor de la compañía.
Tampoco esta canasta vale hoy en el mercado lo que se obtiene de sumar el valor de los bonos multiplicándolo por la cantidad. El caso del Bonar 2024 es más complicado porque hay que extrapolar ese valor con los otros bonos de vencimientos similares, tomando puntos promedios o haciendo algún tipo de operación financiera.
Este valor de mercado es inferior a los 5.000 millones de dólares. Entonces, quien fue expropiado y por la ley de expropiación tenía derecho a recibir 5.000 millones de dólares en efectivo, obviamente iba a plantear que le están dando algo que hoy no vale eso y que además va cambiando todos los días.
En consecuencia, lo que se hizo fue redactar una primera cláusula gatillo, que establece que si el valor de esta cartera de bonos, calculada con métodos que están explicitados en el acuerdo -la parte más voluminosa del acuerdo es la financiera, para encontrar el método objetivo de cálculo del valor de esta cartera-, vale menos de 5.000 millones de dólares, se va a reponer ese valor de mercado con una determinada cantidad de bonos, pero no hasta llegar a los 5.000 millones de dólares, sino hasta llegar a un máximo de 4.670 millones de dólares. O sea, están los bonos por 5.000 millones de dólares, pero que pueden valer 4.700, 4.500 o 3.000 millones de dólares. En ese caso, se completa con una emisión adicional de bonos, pero hasta 4.670 millones de dólares o hasta emitir un máximo de 1.000 millones de dólares de bonos nuevos.
Supongamos que el valor de esa cartera se reduzca muchísimo, como a los precios posteriores al default de 2001, donde los bonos argentinos valían un 30 por ciento de su valor nominal, por poner un número. Entonces, la cartera de 5.000 millones de dólares pasaría a valer, por ejemplo, 1.500 millones de dólares. No es que frente a una situación semejante la República Argentina se obliga a emitir títulos hasta que el valor de esos títulos en el mercado alcance los 5.000 millones de dólares, porque en tal caso le estaríamos pidiendo a este Parlamento que nos aprobara una emisión de bonos que puede ser muy elevada. Entonces, es hasta llegar a los 4.670 millones de dólares -menos que los 5.000 millones de dólares-, pero con un tope de 1.000 millones de dólares de emisión nominal de bonos nuevos. Quiere decir que se van a emitir entre 5.000 y 6.000 millones de dólares, dependiendo de la contingencia de la tasación de la cartera.
Ahora voy a explicar también -porque tiene cierta sofisticación- cómo y cuándo se tasa esta cartera de bonos.
Ese tope de 1.000 millones de dólares está dado también por tres especies de bonos. Por un lado, el Boden 2015, que es otro bono en existencia de la República Argentina, que se emitiría hasta 400 millones de dólares.
Explico de nuevo el mecanismo: si baja el valor de mercado de la cartera, se emite hasta completar un valor de mercado de 4.670 millones de dólares, y primero con Boden 2015, hasta 400 millones de dólares nominales.
Si esto no alcanzara, se emitirían 300 millones de dólares más de Bonar 10 -el que vence en 2017-, también a valor nominal, y si esto no alcanzara, 300 millones de dólares más de Bonar 2024, a valor nominal, que es el bono nuevo a diez años que ya describí.
Como el tope es de 1.000 millones de dólares, si todo esto no alcanza, ya no se emite más. De manera que el tope de emisión es de 6.000 millones de dólares, en las especies indicadas. Pero hoy no sabemos de cuánto va a ser, y al respecto, seguidamente voy a explicar el método de cálculo.
El método de cálculo no pasa por ver cuánto vale la cartera de 5.000 millones de dólares al día en el que se termine de completar el proceso de aprobación de la expropiación y que con eso -y con algunas otras condiciones precedentes- se dé por terminada la preparación del acuerdo. La desventaja de tasar una cartera de bonos en un día determinado es que ese valor puede estar sometido a procesos de especulación espurios. Dicho de otra manera, un interesado podría operar en el mercado para deprimir el valor de los bonos argentinos y generar una emisión mayor. Concretamente, Repsol estaría interesado en que ese día los bonos valgan menos.
Por lo tanto, se adoptó el criterio de tomar el promedio de valor en los noventa días previos -también es un plazo variable- al día en que se perfeccione el proceso expropiatorio. Sobre la base de ese número se calculará la emisión de bonos.
Quiero decir algo más, porque también es importante y tiene que ver con la naturaleza de la operación financiera y los riesgos de pagar con bonos.
Repsol va a tener en su portafolio, en su tenencia, 5.000 millones de la cartera original y un adicional de hasta 1.000 millones de otras especies. Se convierte en un gran tenedor de deuda argentina. Por lo tanto, nosotros teníamos que asegurarnos con esto y con un elemento adicional que ahora voy a señalar, que no malvendiera esos bonos. Para ello hemos puesto una cláusula de acompañamiento que dice que bajo determinadas condiciones, como ventas superiores a los 300 millones de dólares de bonos -que puede mover la aguja del mercado-, Repsol tiene que ofrecerle a la República Argentina la posibilidad de comprar igual suma al mismo precio. Esto quiere decir que si la empresa hiciera un mal negocio nos permite a nosotros rescatar bonos a ese precio. Alguien puede decir: ¡pero no vas a tener toda esa plata! Bueno, pero si fuera un mal negocio, yo puedo tomar los bonos e inmediatamente hacerme la ganancia financiera, incluso vender otros bonos en mercado y hacerme la ganancia financiera. Eso es un desincentivo para que Repsol, el tenedor original, pueda hacer estas operaciones en mercado.
Hay otro elemento que funciona como una salvaguarda para la República Argentina, que también lo mencionó el doctor Zannini: el hecho de un tope o un techo -hable de techo, de pisos y ahora voy a hablar de otro techo- que es lo máximo de lo que Repsol puede cobrar.
Como nosotros hemos puesto un precio en 5.000 millones de dólares, lo más sencillo evidentemente sería pagarlos en efectivo y no hay discusión, pero pagando con bonos Repsol puede obtener hasta más de 1.000 millones de dólares, pero no de intereses sino de capital. ¿Cómo? Por ejemplo si la emisión fuera nominal mayor a 5.000 millones de dólares, esperar hasta el final y si son 6.000 millones de dólares va a cobrar 6.000 millones de dólares de capital, que es más que lo que se fijó como valor de la expropiación. Pero Repsol está obligado -y esto tiene un sistema de monitoreo permanente- de avisarnos las ventas, qué se queda en portafolio y cuánto va cubriendo del precio pactado hasta llegar a los 5.000 millones de dólares. Quiere decir que si Repsol -ya sea porque cobra amortizaciones de los bonos o porque vende bonos en el mercado que había que distinguir entre la parte del precio del bono que corresponde al capital y al interés- va recuperando este valor que nosotros pusimos y cuando llega a los 5.000 millones de dólares se da por cobrado, por finiquitado y tiene que devolver sin costo a la Argentina los instrumentos que se le habían dado por encima de los 5.000 millones de dólares.
Es cierto que Repsol puede desprenderse de estos bonos, pero tiene este límite que es que no puede hacerlo para ganar más de 5.000 millones.
También había un tema -lo ha mencionado el doctor Zannini- con respecto a este bono, que fue el más polémico; me refiero al Bonar 2024, que es un bono especial porque no tiene mercado. Este Bonar 2024 hoy no tiene mercado porque no existe. Solamente va a estar en manos de Repsol cuando lo reciba. Por lo tanto, era un bono que estaba sometido a alguna discusión, porque después de haber decidido el Congreso la expropiación, Repsol se preguntaba -en realidad los abogados y los responsables financieros- si le íbamos a pagar o no este bono. Es por ello que pedían alguna garantía de pago específico de los intereses correspondientes a este bono para que el bono estuviera en funcionamiento, que estuviera -como dicen los economistas- "performing" y que no les ocurriera que tuvieran el bono y no se pagara nunca ni siquiera la primera cuota. Por supuesto, eso es algo que este gobierno no ha hecho porque no ha defaulteado las deudas que tiene. Sin embargo, existe esta preocupación debido a la reputación que tiene nuestro país, que en parte es objetiva y en parte es fogoneada por los mercados internacionales debido a la disputa por las causas de los fondos buitres. Habrán escuchado ustedes las expresiones de que Argentina es defaulteadora serial y otro tipo de cosas, que son expresiones que usa ese grupo denominado ATFA -American Task Force Argentina- que es un grupo de bonista y lobistas. El otro día Tiempo Argentino publicó una interesante nota donde reveló públicamente de qué magnitud habían sido los pagos y las contribuciones a lobistas para operar contra la República Argentina,
T.28
APV
EyC
particularmente en el Senado y en la Cámara de Diputados de Estados Unidos, para generar una mala imagen de Argentina y beneficiar a esos fondos "buitres".
Así, se publicó un valor -que según la nota y los especialistas, probablemente sea el doble- de aproximadamente 5 millones de dólares en lobby declarado. Recordemos que según la ley norteamericana hay que blanquear las cifras que se pagan en término de lobby.
Por lo tanto, se ha pagado a diferentes operadores, se han puesto avisos en los diarios, solicitadas, se han realizado conferencias y se a convencido a legisladores para que operen en contra de la República Argentina y perjudicarla en la causa de los holdouts. Esto también afecta el valor de los títulos argentinos en el exterior.
Entonces ha habido, sobre todo con ese bono nuevo que vamos a emitir, una garantía en punto al pago de los primeros tres servicios de intereses del bono que después extingue la garantía.
Como la República Argentina piensa pagar todas esas garantías vinculadas a default o al no pago de algún instrumento en particular, una vez realizadas se volverán abstractas.
Esto hay que tenerlo bien en cuenta porque es la cláusula jurídica de pro solvendo. Se considerará finalizada la operación cuando Repsol haya recibido los 5.000 millones de dólares o lo que haya obtenido por la enajenación de los títulos, si lo hace por menor valor y pierde los títulos. Entonces ahí también hay una cuenta para hacer, es decir, cómo va el ritmo en la proporción ya cobrada y enajenada. Pero una vez cobrado, se extingue.
Mientras tanto, el acuerdo no se ha terminado porque éste se terminaría inmediatamente en caso de pagar en efectivo, pero se extiende la obligación de pago de Argentina a lo largo de todo el proceso de pago de los instrumentos financieros que se van a entregar en lugar del efectivo.
Para concluir, quiero hacer simplemente algunas observaciones de magnitud, estas son opinables, pero son para que los señores diputados las tengan en cuenta. Obviamente podemos hacer observaciones técnicas, de opinión o de sensación acerca de si 5.000 millones de dólares, es decir, el valor tasado por el Tribunal de Tasaciones, es o no lo que valía la participación de Repsol en YPF, ese 51 por ciento, al momento de la expropiación, que es donde había que tasar y después actualizarlo con intereses. Podemos discutirlo y algunos podrán decir -con más o con menos elementos- que la empresa valía más o menos que esto en aquel momento. Alguno podrá decir que valía 3.500 millones porque quiere tasar más o menos la refinería de La Plata o la de Luján de Cuyo, porque no le gusta cómo se tasan los recursos petrolíferos en su reserva, porque no le gusta qué pasivos introdujeron, porque no les gusta el modo en que el Tribunal penalizó a la empresa por inversiones no realizadas.
También en la valuación de los bienes hay criterios de obsolescencia y de estado, como bien nos explicaba el ingeniero Martín. Aunque contablemente una planta puede tener determinado valor, hay que considerar el estado en el que se encuentra. A tal efecto, se ha efectuado una encuesta entre los ingenieros de YPF para ver cuáles son las inversiones necesarias para ponerla en valor. Ese importe ya se le cobró al anterior propietario porque se le descontó del precio. De todas formas, hay contingencias judiciales. Son 30 empresas que estamos expropiando con muchísima complejidad.
Sin embargo, quería señalar algunas magnitudes porque podemos discutir -esto no se va a terminar nunca- si 5.000 millones es mucho o es poco.
Algunos piensan que YPF en ese momento valía menos. Nosotros decimos que es un precio razonable y justo, porque técnicamente hemos estudiado la tasación que nos fue entregada y estamos completamente seguros del método y la idoneidad con que se ha tasado esta compañía. Ha sido un proceso muy prolongado y faraónico porque la cantidad de bienes que posee es realmente extraordinaria.
Los 5.000 millones de dólares constituyen una cifra inasible para el común de los mortales, porque es muy elevada. Pero tengan en cuenta que el doble de eso es el valor de la empresa más grande del país. O sea que también estamos poniendo en proporción, de alguna manera, los capitales que operan en la Argentina. Ese es un elemento importante, porque el valor que nosotros paguemos también está implicando a todas las demás empresas de la Argentina, ya que YPF es la número 1 en todos los rankings empresarios: por venta, por utilidades, etcétera.
Agrego otra cuestión, tal vez desde una perspectiva lateral en esta discusión, que es la del Tesoro nacional. Sencillamente quiero decir que, por una cuestión de proporciones, y para ver su magnitud, esos 5.000 millones de dólares pueden compararse con lo que se ha ahorrado la Argentina haciendo la siguiente cuenta. Suponiendo que la compañía seguía bajo control de sus anteriores dueños y que desarrollaba las mismas políticas en torno de la producción, es decir, suponiendo que seguía declinando la producción de gas y petróleo a la proyección de tasas de los últimos diez años, y comparando con la performance de YPF en estos últimos dos años, podemos decir -y este es un número que simplemente sale de esa extrapolación- que dejamos de importar 1.120 millones de dólares en gas. Esto es así si YPF se hubiera desempeñado como lo venía haciendo, reduciendo la producción de gas, medido contra los ahorros que produjo la gestión estatal, generando más gas e impidiendo aquella declinación.
También podemos hacer otra cuenta, que no es rigurosa y solo tiene fines comparativos. En apenas dos años, tomando la tasa de distribución que llevaba YPF en los últimos años, la empresa dejó de distribuir dividendos por aproximadamente 2.000 millones de dólares. En efecto, durante la gestión de Repsol, YPF distribuyó cantidades extraordinarias de dividendos, porque tenía una política de usar a YPF -vamos a decirlo, porque ya lo hemos afirmado en este mismo Congreso- como palanca para su expansión mundial. Entonces, no solo se llevaba recursos económicos sino que también se llevó, durante toda su época privada, valiosísimos recursos humanos, cuando no activos que vendió a la casa matriz. Todo esto se hizo a valores de mercado justificables, pero son activos que hoy ya no tenemos para explotar los argentinos, después de haber llevado adelante esta valiente y extraordinaria decisión que parte de la presidenta de la Nación, cuando decide expropiar el 51 por ciento de las acciones.
Otro tanto ha ocurrido con el valor de la empresa, que hoy es un patrimonio nacional. En estos dos años, el valor por acción -con todas las salvedades que he hecho- ha crecido en 1.690 millones de dólares, en lo que hace a la tenencia del Estado. Esto es arbitrario, pero simplemente sumo estos números para que vean algunos valores que son de una magnitud tan grande como la de los 5.000 millones de dólares que estamos fijando hoy para el pago de la compañía.
Quiero hacer unos comentarios más sobre valores de YPF, todos a título ilustrativo. Nosotros tenemos una ley que nos marca cuál es el método y la forma de expropiar, e incluso cuál es el organismo técnico que debe hacer la tasación. En este sentido, quiero reivindicar técnicamente al Tribunal de Tasaciones, que fue tremenda, violenta y ferozmente atacado durante estos últimos días, con ignorancia y malicia, con el solo objetivo de tirar abajo un acuerdo que desde nuestro punto de vista es no solo razonable y justo, sino tremendamente beneficioso para la Nación. Se ha hecho un trabajo técnicamente impecable.
Pero quiero tomar otros números para ver cuánto vale ese 51 por ciento de acciones de YPF, según distintos criterios. El primero también es objetivo: ¿a cuánto tenía tasado Repsol, en su balance, auditado por especialistas, ese 51 por ciento de YPF? Lo tenía tasado a 7.053 millones de dólares. Eso es lo que decía el balance de Repsol.
Por eso, una vez firmado el acuerdo, anuncia en la bolsa de Nueva York, donde cotiza, que tiene que recortar y mandar a pérdidas aproximadamente 1.700 millones de dólares, que no ha cobrado en función del valor fallado en la expropiación. Pierde plata porque tiene un activo que vale menos, según lo que la propia Repsol acepta como precio de ese activo.
Así que, en comparación con los 5.000 millones de dólares que ha fallado el Tribunal, lo que Repsol tenía fehacientemente en su balance, y que después corrige, era un valor 41 por ciento mayor.
En la bolsa de Nueva York el valor es caprichoso, pero simplemente tomaré algunos momentos emblemáticos. La evolución del precio de una acción en la bolsa de valores se asemeja a los movimientos de un electrocardiograma. En diciembre de 2010, el 51 por ciento valía 10.000 millones de dólares. Este sería el valor de capitalización bursátil. De nuevo, no voy a defender esta cifra como un valor cierto, porque se refiere solo a en ese momento y porque no es un criterio para tasar empresas. De todos modos, esto era aproximadamente el doble de los 5.000 millones de dólares.
Posteriormente, en diciembre de 2011 -previo a las operaciones que se iniciaron con la participación de las provincias petroleras en la OFEPHI, a esta discusión acerca de la performance o de la actividad de Repsol y la reversión de áreas, que castigó después el precio de la acción-, el 51 por ciento de la compañía valía en bolsa aproximadamente unos 7.000 millones de dólares.
Por otra parte, el precio de venta del 51 por ciento al valor que Repsol había pagado por sus acciones de YPF cuando hizo esa compra a la que se refería el doctor Zannini, en abril de 2011, sería de aproximadamente 8.200 millones de dólares, según la OPA.
Esta cuestión de la OPA es importante, porque en el estatuto de YPF había una cláusula -que yo la llamé cláusula "cerrojo" o cláusula "candado"- tendiente a impedir que otro tomara el control de la compañía. Entonces, si cualquiera compraba más del 15 por ciento de las acciones -que no fuera el que ya las tenía-, debía hacer una oferta hostil por todo el restante volumen de acciones, a un precio estipulado por el estatuto.
Recuerdo que, al principio de la discusión, el anterior management de YPF planteaba este precio y decía que, si querían comprar la empresa, el estatuto disponía que el 51 por ciento había que pagarlo aproximadamente a unos 10.500 millones de dólares.
Repsol ha aceptado ahora esta valuación y ha convenido esta forma de pago.
Pero también tenemos el valor original de compra de Repsol en 1999, que se aproximaba a los 8.000 millones de dólares para el 51 por ciento.
Todas estas son cifras de alguna manera comparables, que no establecen cuál es el verdadero precio de la compañía. Podemos estar discutiendo siglos sobre cuál es el valor de una empresa petrolera en marcha de la envergadura de YPF.
Por eso, yo no me voy a ensañar con aquellos que honestamente piensen que valía más ni con aquellos que honestamente piensen que valía menos.
Lo que quiero decir es que está tasado a un valor que es comparable con estos valores, y no hay otros dando vueltas. Y es comparable también -permítanme decirlo- con lo que Repsol reclamó judicialmente ante el CIADI. No sólo con aquello que los expropiados declamaban inicialmente, porque hubo una declaración de Brufau diciendo: "No vamos a pagar lo que ellos piden", a la cual yo tuve que responder. En ese momento, Brufau había pedido 18 mil millones de dólares. Esto es lo que había declarado. Después lo corrigió levemente y lo descendió a 15 mil millones de dólares, el 51 por ciento. Además, tomaba en cuenta otros elementos vinculados.
A continuación, quiero expresar dos comentarios muy breves. Muchas veces, cuando se vende una empresa en marcha, se utiliza otro método. Este tema también lo hemos hablado con otros tasadores argentinos de mucho prestigio. El método consiste en saber a cuánto se ha vendido la última empresa de similares características. Se usa mucho porque es una referencia cierta y tiene un premio, que es el control, lo cual es un castigo para el que compra. Como ustedes saben, puedo comprar diez acciones a ese precio, pero si me compro el 51 por ciento, tendría que pagar un adicional por tomar el control de la compañía. Todos estos elementos se utilizan en la tasación. Es decir, valores comparables y premios por el acceso al control de las empresas.
Todos estos elementos están dando vueltas, así como también esa demanda que inició Repsol ante el CIADI por 10.500 millones de dólares, es decir, por este mismo activo que hoy estamos expropiando.
Conociendo al CIADI, sabíamos que era factible que al cabo de cierto tiempo que requiriera ese proceso, terminara fallando por una cifra de esas características, que se iba a convertir -por los tratados firmados en la época de los 90- en una deuda de la República Argentina. Estos son todos los valores que hay en danza.
Por supuesto que podemos discutir sobre el método, pero deberíamos dividir la biblioteca en más de dos mitades para hablar de métodos de tasación, porque hay muchísimas escuelas de tasación de empresas en marcha. Generalmente se contrata a tasadores especializados que sepan del negocio, porque ningún valor arrojado por un lego -hay muy pocos especialista internacionales- será aceptado por quienes tienen que hacer la venta.
Entonces, hoy tenemos un precio, que es 5.000 millones, tenemos una forma de pago y tenemos un convenio. Por último, cada dólar que invierte en Neuquén, en Chubut, en Santa Cruz, en Río Negro, en Salta, en Formosa o en las tantas provincias donde el plan de inversiones de YPF estatal difiere con el plan de inversiones de YPF bajo la gestión de REPSOL, para nosotros tiene un valor adicional como hombres de la política, desde el punto de vista económico y social.
Cualquiera que haya recorrido el sur sabe que YPF fue un segundo Estado en la Patagonia, que hizo las instalaciones, creó pueblos y puertos, hizo las rutas, dio de comer a la gente e hizo nacer pueblos enteros, dando vida a nuestra Patagonia petrolera, así como a tantas otras provincias que también tienen estos recursos.
También sabemos, con dolor, que desde la privatización se había abandonado esa función social que tenía YPF. Esa función económica había dejado de existir. Por el contrario, y más allá de los balances de la compañía, la dirección que había tomado YPF podía ser rentable para un privado, podía darles beneficios a sus accionistas, pero era perjudicial -como estamos demostrando- para el pueblo y la Nación Argentina.
Esto da por finalizado, le pone un moño, un punto final y una terminación a un proceso de expropiación que, si se aprueba en la Cámara de Diputados, a partir de hoy no va a ser cuestionable y dejará a la empresa limpia de todo litigio, porque son diecinueve causas las que había comenzado la gestión de Repsol para dañar y obstaculizar el accionar de YPF, ya sea contra el Estado, contra la compañía o contra terceros. Todo esto se da por terminado y tenemos una YPF con un 51 por ciento estatal, monto del cual el 25 por ciento se distribuye entre las provincias que producen en la actualidad hidrocarburos. Entonces, tenemos hoy una YPF limpia de polvo y paja, no como ha sido una página de nuestro pasado, de las privatizaciones, del desmantelamiento y del achicamiento. Por el contrario, se encuentra en capacidad de convertirse en un motor para el desarrollo del país, para la distribución del ingreso y para el crecimiento con equidad. Muchas gracias.(Aplausos.)
SR. GALUCCIO Buenas tardes a todos. Primero que nada quiero decirles que para mí es un honor estar hoy acá. Agradezco la invitación. Nunca pensé que en mi carrera profesional iba a tener la oportunidad de exponer en el Senado de la Nación ni en esta Honorable Cámara de Diputados.
Antes de hablar en mi carácter de CEO de YPF, quisiera decir que como argentino hoy me siento orgulloso, en primer lugar, de que se haya recuperado la empresa de bandera argentina YPF en la cual inicié mi carrera profesional; y en segundo término, de que hoy se concluya la expropiación y se cierre un capítulo que es importante -como marcaba Axel Kicillof- para el desenvolvimiento de la empresa en el futuro.
Además, quiero decir que celebro el hecho de que este gobierno haya decidido que el modelo de YPF sea un modelo mixto. Durante muchos años de mi carrera en los que he trabajado en el exterior, he tenido que interactuar con compañías nacionales e internacionales. Creo que el hecho de que YPF sea una compañía mixta es algo que le hace bien al país, a pesar de que no es el modelo más fácil de implementar, porque tiende a alinear los intereses privados con los estatales.
Hay una compañía a la que me gusta referirme, que es Statoil, que creo que es un ejemplo de compañía mixta que alinea los intereses del Estado y los intereses privados.
Statoil tiene el 63 por ciento de participación estatal. El resto de la participación es privada, flota en la bolsa de Oslo. Su directorio posee en su mayoría cuatro representantes de los trabajadores, que no son trabajadores sino que son directores independientes que los trabajadores contratan para representarlos. Además, tiene por estatuto el 40 por ciento de su directorio integrado por mujeres.
Statoil tiene el plan de pensión con mejor rendimiento en el mundo -se llama Fondo Petrolero de Noruega-, y hace tres o cuatro meses acaba de alcanzar un trillón en su fondo. Esa es la manera en que los noruegos distribuyen su riqueza en la sociedad a la que pertenecen.
Por supuesto que nosotros no somos noruegos sino argentinos, y eso significa que somos más complejos. Posiblemente esto nos va a llevar un poco de tiempo y mucha discusión. Pero claramente creo que YPF en los últimos dos años de gestión ha mostrado que está en el curso correcto, y me voy a dedicar a explicar un poco eso.
Antes de entrar en el tema YPF, me gustaría partir mostrando un poco la matriz energética argentina y hacer una comparación simple con algunos países que tienen alguna matriz energética similar o distinta a la nuestra.
La primera reflexión que quiero hacer es que nuestra matriz energética depende en un 80 por ciento del hidrocarburo, de la producción de petróleo y de gas; en un 15 por ciento, de energía nuclear y energía hidráulica, y en un pequeño porcentaje, de energías renovables, particularmente eólica y otras.
Cuando uno mira y compara con el resto de los países, hay dos que me gustaría destacar: Estados Unidos y China. Se trata de dos países que tienen una fuerte dependencia del carbón.
¿Por qué menciono esto? Porque dentro de los debates del desarrollo de energía no convencional hay un tema que aparece siempre, que es el medioambiental. Me gustaría mencionar acá -no como presidente de YPF sino a título personal- que para mí el debate más técnico, científico y real en materia medioambiental pasa por el calentamiento global, que tiene que ver con la emisión de dióxido de carbono que hacen los distintos países, que está muy relacionada con su matriz energética.
Estados Unidos el año pasado logró bajar la emisión de dióxido de carbono en un 3 por ciento gracias al reemplazo de carbón por producción de gas.
Hace diez años se hablaba del reemplazo de hidrocarburos por energías alternativas, pero fue un discurso que duró muy poco porque en muchos países se pensó que se podía reemplazar el hidrocarburo por energías alternativas en el corto plazo.
Si bien eso es algo que puede pensarse y empezarse a construir en el largo plazo, en el mediano plazo la mejor manera de ayudar al medio ambiente parece ser reemplazar carbón por gas, que puede ser -como lo llaman algunos- el (breach) de combustibles que llevaría a los países a que en un momento la energía alternativa pueda reemplazar al hidrocarburo sin hacerlo demagógicamente.
También se puede ver que hay particularmente dos países que van a cambiar la dinámica del hidrocarburo en el mundo, no sólo desde el punto de vista medioambiental sino también del consumo. Esos dos países son India y China, que tendrán una demanda impresionante y creciente de energía: se calcula que en 2014 China va consumir el doble de energía que Estados Unidos.
Los países en la actualidad no sólo se ocupan de su abastecimiento sino que también están preocupados por el precio de la energía ya que es lo que mueve sus industrias.
En ese contexto cabe señalar que Estados Unidos, con el desarrollo del shale, se encuentra avanzando hacia un contexto de energía donde posiblemente tenga una ventaja competitiva respecto del resto de los países; me voy a referir a este punto más adelante.
En este punto quiero decir dos cosas. En primer lugar, quiero comparar a la Argentina con el resto de los países. El nuestro no es un país petrolero como Venezuela, como Arabia Saudí o como aquellos otros países que tienen importantes reservas de petróleo, sino que es un país con petróleo.
La diferencia entre ser un país con petróleo y ser un país petrolero es bastante importante. Los países con petróleo como el nuestro -lo tenemos desde hace mucho tiempo y hemos sido bastante exitosos desarrollándolo- tienen costos de desarrollo que son importantes. La ecuación para desarrollar las reservas y los recursos de una manera económica requiere de condiciones que hacen que la eficiencia sea un paramount para que las compañías realmente puedan mover recursos a reservas y desarrollarlas económicamente.
En este contexto, que también afecta al mundo, el descubrimiento de yacimientos convencionales se hace cada vez más escaso. Si se observa una curva de descubrimiento de yacimientos de más de 500 millones de barriles en los últimos diez o quince años, nos damos cuenta de que cada vez es más difícil o menos frecuente que se encuentren yacimientos gigantes como los que se descubrieron en el pasado; ejemplo de ello son Cantarell en México, Loma de la Lata en Argentina y Camisea en Perú.
Esos yacimientos que se descubrieron en el pasado hoy están alcanzando una etapa de madurez que hace que estén en declinación y que haya que utilizar tecnologías alternativas para pelear contra ella y mantener su producción. Por encima de eso es muy importante entender cómo reemplazar dichos yacimientos y buscar de dónde saldrán los nuevos recursos que nos permitirán mantener la producción de un país o incrementarla.
En la actualidad el mundo tiende a buscar esas reservas en aguas profundas -como es el caso de Brasil y de México- y en recursos no convencionales, como es el caso particularmente de Estados Unidos, Canadá y otros que han entrado en etapas de estudio para ver si tienen un potencial para desarrollar esos recursos económicamente.
Asimismo, se habla del Ártico de manera muy temprana. Particularmente Rusia está poniendo un foco en el Ártico, que puede ser una fuente de recursos que reemplace los yacimientos gigantes o maduros que hoy declinan en el mundo.
Como se puede ver en el gráfico, en la Argentina, más allá de lo que pueda suceder en el futuro, contamos con un potencial importante offshore -o pensamos que lo tenemos- que no va a ser delineado y realmente desarrollado en el corto plazo, sino que necesitará de más tiempo.
Hoy conocemos los yacimientos no convencionales, en particular uno que en la jerga se lo denomina Vaca Muerta, que es la roca generadora que ha cargado la roca reservorio que hemos producido durante mucho tiempo.
Este gráfico muestra, en la columna en azul, los recursos y las reservas de petróleo y de gas que tiene el país y, en la verde, solamente los recursos y muy poco de las reservas que tiene la Argentina hoy en cuanto a recursos no convencionales, tanto de gas como de petróleo. Esto posiciona a la Argentina a nivel mundial en el cuarto lugar en cuanto a recursos de petróleo y en el segundo puesto en cuanto a recursos de gas.
En este contexto, creo que es importante resaltar la relevancia de YPF dentro del sector energético argentino, así como también la importancia de la recuperación de YPF en este modelo mixto para el sector. Pero también hay que decir que YPF es solamente una parte de la industria hidrocarburífera argentina, no es el todo. YPF hoy posee el 37 por ciento de la producción de hidrocarburos del país. Tiene 92 concesiones, 51 bloques exploratorios, refina el 53 por ciento de los productos del país, cuenta una red de estaciones de servicio que tiene un market share del 34 por ciento y abastece al país con el 54 por ciento de las naftas y con el 58 por ciento del gasoil, números que han venido creciendo durante los últimos 2 años.
Si bien me referiré un poco al futuro cuando entremos en el tema de los recursos no convencionales, no vengo a hablar del futuro de YPF, sino a contarles lo que ya hemos hecho. Desde hace dos años, con la decisión del gobierno nacional de profesionalizar YPF -y quiero agregar aquí al modelo de YPF mixto-, el ADN de YPF se puede definir como profesional. En este sentido, hoy me acompaña un grupo de vicepresidentes, muchos de los cuales regresaron al país también para asumir un cargo en YPF, y otros que ya formaban parte o tienen una larga trayectoria en la empresa, desde la YPF nacional.
Entonces, en cuanto a lo que hemos hecho, quiero comentarles que esa YPF profesional hoy tiene dos dimensiones fundamentales. La primera es cuando decimos que YPF es nacional. Esto no quiere decir que los que trabajamos en YPF nos pongamos la bandera al hombro cada vez que vamos a la mañana a trabajar a la torre; que sea nacional quiere decir que estamos alineados con los intereses del país, que queremos producir más, que queremos abastecer y que lo que pasa en la Argentina nos importa porque somos argentinos y porque nos afecta.
En segundo término, es muy importante el hecho de que seamos una empresa mixta que cotiza en la bolsa de Nueva York y que tengamos el 49 por ciento de nuestros accionistas privados. Todo lo que hacemos en YPF tiene una ecuación de generación de valor; todas las actividades que hacemos las llevamos adelante con una mentalidad de generar valor y no creemos que eso sea incompatible con producir más o con abastecer un país.
En 2012 y 2013 hemos logrado los mejores resultados de producción de la compañía de los últimos diez años. Batimos récords de producción históricos en las provincias de Santa Cruz y Chubut.
Luego de quince años recuperamos el acceso a los mercados internacionales porque los capitales tanto locales como internacionales son fundamentales para incrementar la producción y levantar el nivel de actividad física.
Asimismo, hace dos semanas firmamos el acuerdo de inversión privada más importante de los últimos años. Emitimos un bono internacional por mil millones de dólares, que fue sobresuscripto en cinco veces. Tuvo un libro de 5 mil millones de dólares y levantamos mil millones de dólares a una tasa de 8,75 por ciento a diez años porque necesitamos también más deuda de largo plazo.
Asimismo, extendimos las concesiones, garantizando mayor actividad y empleo para las provincias, tanto en Santa Cruz como en Chubut.
Por otra parte, volvimos a explorar -ahora podrán observar los resultados de ello-, y aumentamos nuestras reservas, que son el futuro de la compañía. También hicimos realidad la producción no convencional, tanto de gas como de petróleo.
Los gráficos expuestos muestran porcentualmente la declinación, año tras año, de la producción del petróleo y del gas. Me refiero a los períodos 2008 contra el 2009, 2009 contra el 2010 y 2010 contra el 2011, y así progresivamente.
YPF produce diariamente 500.000 barriles de petróleo equivalente. Cuando decimos que la producción de YPF declinó en un 10 por ciento estamos refiriéndonos a cifras que son extremadamente importantes. Para revertirlas se requiere inversiones, actividad en equipos de perforación y actividades de estudio, que son fundamentales.
Estos gráficos que pueden observar hablan por sí solos. Nos propusimos revertir el declino, algo de lo cual no hablamos más porque hoy nos proponemos crecer y lo estamos haciendo de una manera importante.
Para producir más, se requirió mayor inversión. Desde el año 2011 hasta 2013, duplicamos ampliamente el nivel de inversión, con un incremento del 130 por ciento. Ese incremento de inversión se destinó directamente a nuestros yacimientos en actividad, por ejemplo, a levantar equipos de perforación. Cabe mencionar que, teníamos una planta de veinticinco equipos y hoy tenemos alrededor de sesenta y cinco.
Quiero aclarar -para quienes no son de la industria petrolera- que un equipo de perforación contrata en forma directa entre setenta y cien operarios, y en forma indirecta diez veces esa proporción. Es decir que cada vez que incorporamos un equipo de perforación damos trabajo aproximadamente a mil personas.
Entonces, como les decía, pasamos de veinticinco a sesenta y cinco equipos de perforación. A ello hay que sumarle los equipos de workover o equipos de pulling, que se suman a la actividad y a la inversión que fue volcada a las distintas provincias para producir más.
Con el ingreso de la actividad, si hacíamos las cosas bien, esperábamos detener el declino y nos planteábamos un horizonte de crecimiento. Este es una comparación del último trimestre de 2012 contra el último trimestre del 2013. El aumento de producción es tremendamente significativo. Se trata de un 6,3 por ciento en petróleo y 10,2 por ciento en gas.
Como sabrán, la cuestión del gas es importante para el país, porque hoy importamos alrededor de cien cargas de LNG, y cualquier actividad o esfuerzo que pueda hacer no solamente YPF sino cualquier empresa argentina, es de suma importancia para el país.
El aumento de la producción de gas, que es extremadamente significativo, proviene prácticamente de dos cuestiones muy importantes. En primer lugar, de haber cambiado, optimizado y retecnificado la operación y la producción de Loma de la Lata.
Quiero mencionar que Loma de la Lata es un yacimiento gigante para Latinoamérica que se descubrió. Imagínense una garrafa que tiene presión, que tiene 320 kilos y hoy tiene alrededor de 65 kilos.
El hecho de que hoy Loma de la Lata no esté declinando sino todo lo contrario, indica que estamos acelerando la producción de ese yacimiento. Por lo tanto, estamos produciendo hoy lo que podríamos producir más tarde. Se utiliza una técnica de producción de gas a baja presión.
Por ello, no es que estemos solamente produciendo en Loma de la Lata sino que estamos extrayendo gas para lograr plantarnos en el desarrollo importante que va a ser el shale gas y el tail gas.
La otra parte de la producción de gas es la siguiente. En el año 2011 se perforaron uno o dos pozos de gas, mientras que hoy tenemos catorce equipos de perforación, estando la mayoría prácticamente focalizados en lo que llamamos tail gas. Desde el punto de vista del desarrollo operativo no tiene mucha diferencia con el desarrollo del no convencional, porque son formaciones de muy baja permeabilidad que requieren de estimulación hidráulica y que hoy están aportando gran parte del aumento de producción de gas que estamos viendo en Neuquén.
Por supuesto, cabe señalar que todo esto fue posible a partir de un programa de incentivo a la producción del gas, que fue implementado por la Secretaría de Energía y por la Comisión de Energía -incluidos el Ministerio de Economía y el de Planificación- que da a las compañías petroleras 7,5 dólares por millón de BTU para producir gas incremental o gas nuevo.
El corazón de una empresa petrolera no es solamente la producción, sino que todavía más importantes son las reservas, porque éstas marcan el futuro y la vida que una compañía petrolera tiene por delante.
Las cifras que se observan son cifras oficiales que están auditadas. La última que pueden ver en la filmina es la que fue presentada a la SEC en el cierre de balance de la compañía y también a la Comisión Nacional de Valores de la República Argentina, y básicamente dice que hemos tenido el índice de reemplazo más importante que ha habido en los últimos diez años.
Ese índice de reemplazo -ese 158 por ciento- muestra que cuando producimos un barril en 2013, en ese mismo año incorporamos 1,58 en reservas probadas . O sea que incorporamos más de lo que producimos y agregamos vida y horizontes de reservas a la compañía. Eso es fundamental, porque ustedes ven valores del 11, 52 o del 35 por ciento. Si bien los montos pueden fluctuar año a año, un valor tan importante como éste no sólo muestra que hay detrás un plan exploratorio, sino que hay muchos técnicos estudiando nuestras cuencas para encontrar petróleo en lugares donde antes no se buscaba.
Por supuesto que vivimos de nuestras ventas, y la parte más importante de incrementar nuestra inversión viene del cash flow operativo de la compañía. Con mayor producción tenemos mayores ventas, y con mayores ventas debemos lograr obtener ganancias, si somos eficientes en la relación precio-costo. Esas ganancias en el cash flow operativo hoy son reinvertidas en la producción y en la operación.
Como se señalaba antes, en un programa de crecimiento que tenemos hoy realmente contamos con inversionistas que apuestan al crecimiento del valor de YPF, al crecimiento del equity, y para seguir siendo sustentables debemos seguir siendo rentables. El cash flow operativo en 2013 representó un 80 por ciento de la inversión que hicimos en nuestros yacimientos.
Si ustedes ven estos resultados, no solamente notarán que hemos sido buenos en la parte de producción, sino que también hemos logrado resultados operativos importantes que han dado seguridad o credibilidad a la compañía para que inversores de YPF sigan apostando a la empresa. Ello también hizo que inversores que han suscripto a nuestras obligaciones negociables -tanto en el interior como en el exterior- apuesten a una compañía que es rentable.
Tan importante como producir más y aumentar las reservas, es abastecer al país. Ello, porque somos una empresa competitiva y porque al final del día vivimos de nuestros clientes. La cara hacia nuestros clientes es nuestra red de estaciones de servicio.
En la imagen que se proyecta, en relación con las redes de estaciones de servicio, pueden ver los quiebres anuales, y esto no se los tengo que explicar porque todos ustedes viven y cargan combustible en la Argentina.
Hemos logrado abastecer mejor a nuestras redes de clientes y reducir en forma importante el nivel de quiebres que tienen nuestras estaciones de servicio. Nunca estamos conformes; por supuesto que queremos producir más y tener resultados todavía mejores en cuanto a quiebres, aunque definimos que son óptimos los resultados que hoy tenemos.
Ahora quisiera comentarles el desarrollo de Vaca Muerta. Mucha gente me pregunta cuándo comienza Vaca Muerta.
Es interesante escuchar ese comentario porque Vaca Muerta no comienza sino que ya comenzó.
Cualquiera que haya ido Neuquén y haya tenido la oportunidad de sobrevolar el área podrá advertir que lo que se está viendo es una foto arial, un porcentaje pequeño de un zoom, de lo que se puede ver en el territorio.
Realmente van a ver que hay muchos de estos clusters, con dos equipos de perforación por cluster, que básicamente desarrolla hoy Loma Campana. En otros lugares estamos realizando un desarrollo más incipiente pero aquí estamos en el modelo que denominamos factory drilling.
Los equipos de perforación que pueden ver en la filmina -hay alrededor de diecinueve o veinte en esta área- son un tercio de los equipos que tiene YPF, de modo que el nivel de actividad es realmente increíble.
Tener dos equipos de perforación en una misma locación es una operación de técnica moderna que requiere de simultaneidad y un protocolo en operaciones simultáneas que no es común en el mundo.
Actualmente estamos incorporando veinte equipos de perforación modernos, que se conocen como walking rigs. Son equipos que pueden moverse de una locación a otra sin bajar ese mástil que ven en los equipos de perforación y tener que volver a subirlo. Por supuesto eso agregará eficiencia técnica a nuestra operación.
La foto que pueden observar es un pedacito muy pequeño de lo que es Vaca Muerta. En color azul se observa el área de la formación, 30 mil kilómetros cuadrados; en verde, el petróleo y en rojo, el acuerdo con Chevron en Loma Campana, región que tiene aproximadamente 300 kilómetros cuadrados.
La primera fase de ese acuerdo -que está prácticamente completa- fue la inversión de mil doscientos millones de dólares para aproximadamente ciento veinte o ciento treinta pozos perforados. Para poner en contexto esos 30 mil kilómetros cuadrados, el acuerdo de 300 kilómetros cuadrados -una parte muy pequeña, un uno por ciento- es Loma de la Lata.
Esta primera etapa piloto de ciento veinte pozos, representó una inversión de 1.240 millones de dólares. , Si pudiéramos agrupar los pozos en un área, abarcarían unos 20 kilómetros cuadrados. Eso puede darles una pauta de la cantidad de inversión que se requerirá si somos exitosos como compañía y como industria en el desarrollo de los recursos no convencionales en el país.
Fueron mil doscientos millones de dólares en 20 kilómetros cuadrados y posiblemente este año tengamos que salir a poner otros mil ochocientos millones de dólares con nuestro socio para seguir el desarrollo.
Quiero mencionar el acuerdo con Chevron porque me parece fundamental. Tal como lo dije antes, nuestros yacimientos maduros están declinando, y sabemos que a corto plazo tenemos recursos no convencionales; hemos sido bendecidos con que ellos existan y estén en nuestro país.
La discusión fundamental que debemos dar es si queremos ser dependientes o independientes en materia energética. Esa es una pregunta que debemos hacernos todos desde el lugar que ocupemos, sea como presidente de YPF, como diputado o como ciudadano común, ya que todos vivimos de la energía.
Si queremos ser independientes energéticamente vamos a tener que desarrollar este recurso; es posible que en diez años descubramos otra cosa que sea una alternativa, pero hoy, en el corto y mediano plazo, es este recurso. Desarrollarlo no es fácil y no está dado. Requiere de inversión, tecnología, gente experta y mucha eficiencia.
En primer lugar, requiere de una inversión que no existe en el país: si bien una parte puede provenir del interior, otra vendrá de afuera. Tener a una compañía como Chevron que apuesta a asociarse con YPF en un 50 por ciento, se sienta en el asiento del acompañante, invierte en un promote que fue de 1.200 millones de dólares en este caso y suma a algunos de sus ingenieros en los lugares donde cree que pueden agregar valor, para mí es la forma de desarrollar el recurso no convencional.
Es muy importante que lo hagamos rápido porque va a ser la única manera de poder recuperar nuestra soberanía energética de verdad, ya que la soberanía energética no pasa por importar 100 barcos de GNL todos los años y tener una proyección de importar más.
La producción de gas que ustedes vieron y que tuvo un incremento muy importante, si la cuantificamos, corresponde a 27 barcos de GNL que dejamos de importar o que hubiéramos tenido que importar de más, si no hubiéramos tenido ese aumento de inversión.
Este piloto hoy está produciendo 20 mil barriles de petróleo equivalente -eso vendría a ser el petróleo más el gas- que es prácticamente el 10 por ciento de la producción de YPF en petróleo. O sea que vamos por el buen camino, y por supuesto este año va a ser importante para nosotros también en cuanto a continuar el desarrollo del no convencional.
Para redondear, me parece importante agregar que el no convencional está cambiando la dinámica de la industria petrolera en el mundo y también la dinámica de la economía.
En la Cámara de Senadores alguien mencionó correctamente la gran apuesta que está haciendo Alemania a los recursos no renovables. Escuché hace dos o tres semanas en CERAWeek al presidente de Siemens, preocupado por el valor de la energía en Alemania. Ese país tiene una gran apuesta: lograr que el 50 por ciento de de su energía provenga de recursos renovables para 2030 o 2040.
El año pasado Alemania incrementó su emisión de CO2 debido a que tuvo que importar más carbón y usar más energía que la que tenía que usar, sobre todo por el reemplazo de la energía nuclear. Sin embargo, la mayor preocupación que existe hoy en Europa en general, y en Alemania en particular, es el costo de la energía.
Estados Unidos hoy tiene costos de energía que son la mitad que en Europa, y eso va a cambiar la dinámica de la economía del mundo.
Lo que ustedes están viendo ahora en la pantalla es la producción de Eagle Ford, que es posiblemente en materia de propiedades la cuenca más análoga a Vaca Muerta en la producción de gas y de petróleo. Pueden ver que en una sola cuenca que se comenzó a desarrollar hace diez años, se está produciendo más que lo que produce YPF en su conjunto y casi la producción de la Argentina.
Cuando comparamos lo que Estados Unidos ha alcanzado en diez años con lo que hoy estamos empezando a hacer en la Argentina -es muy temprano para nosotros-, podemos observar que Estados Unidos ha perforado más de 12 mil pozos en el no convencional y nosotros 200; tienen inversiones de alrededor de 85 mil millones de dólares y nosotros 2 mil, y ha generado 2,4 millones de puestos de empleo -las cifras reales con los empleados indirectos es todavía mucho mayor-, cuando nosotros estamos en alrededor de 5 mil.
Con todo esto, no tengo dudas de que este es el camino a seguir en el corto y mediano plazo y que es fundamental para los argentinos que seamos exitosos en el desarrollo de este recurso, que requiere no solamente de YPF, sino de toda la industria, de la Nación, de las provincias, de los trabajadores y del resto de la gente que consume energía todos los días en el país. Muchas gracias. (Aplausos.)
Antes de hablar en mi carácter de CEO de YPF, quisiera decir que como argentino hoy me siento orgulloso, en primer lugar, de que se haya recuperado la empresa de bandera argentina YPF en la cual inicié mi carrera profesional; y en segundo término, de que hoy se concluya la expropiación y se cierre un capítulo que es importante -como marcaba Axel Kicillof- para el desenvolvimiento de la empresa en el futuro.
Además, quiero decir que celebro el hecho de que este gobierno haya decidido que el modelo de YPF sea un modelo mixto. Durante muchos años de mi carrera en los que he trabajado en el exterior, he tenido que interactuar con compañías nacionales e internacionales. Creo que el hecho de que YPF sea una compañía mixta es algo que le hace bien al país, a pesar de que no es el modelo más fácil de implementar, porque tiende a alinear los intereses privados con los estatales.
Hay una compañía a la que me gusta referirme, que es Statoil, que creo que es un ejemplo de compañía mixta que alinea los intereses del Estado y los intereses privados.
Statoil tiene el 63 por ciento de participación estatal. El resto de la participación es privada, flota en la bolsa de Oslo. Su directorio posee en su mayoría cuatro representantes de los trabajadores, que no son trabajadores sino que son directores independientes que los trabajadores contratan para representarlos. Además, tiene por estatuto el 40 por ciento de su directorio integrado por mujeres.
Statoil tiene el plan de pensión con mejor rendimiento en el mundo -se llama Fondo Petrolero de Noruega-, y hace tres o cuatro meses acaba de alcanzar un trillón en su fondo. Esa es la manera en que los noruegos distribuyen su riqueza en la sociedad a la que pertenecen.
Por supuesto que nosotros no somos noruegos sino argentinos, y eso significa que somos más complejos. Posiblemente esto nos va a llevar un poco de tiempo y mucha discusión. Pero claramente creo que YPF en los últimos dos años de gestión ha mostrado que está en el curso correcto, y me voy a dedicar a explicar un poco eso.
Antes de entrar en el tema YPF, me gustaría partir mostrando un poco la matriz energética argentina y hacer una comparación simple con algunos países que tienen alguna matriz energética similar o distinta a la nuestra.
La primera reflexión que quiero hacer es que nuestra matriz energética depende en un 80 por ciento del hidrocarburo, de la producción de petróleo y de gas; en un 15 por ciento, de energía nuclear y energía hidráulica, y en un pequeño porcentaje, de energías renovables, particularmente eólica y otras.
Cuando uno mira y compara con el resto de los países, hay dos que me gustaría destacar: Estados Unidos y China. Se trata de dos países que tienen una fuerte dependencia del carbón.
¿Por qué menciono esto? Porque dentro de los debates del desarrollo de energía no convencional hay un tema que aparece siempre, que es el medioambiental. Me gustaría mencionar acá -no como presidente de YPF sino a título personal- que para mí el debate más técnico, científico y real en materia medioambiental pasa por el calentamiento global, que tiene que ver con la emisión de dióxido de carbono que hacen los distintos países, que está muy relacionada con su matriz energética.
Estados Unidos el año pasado logró bajar la emisión de dióxido de carbono en un 3 por ciento gracias al reemplazo de carbón por producción de gas.
Hace diez años se hablaba del reemplazo de hidrocarburos por energías alternativas, pero fue un discurso que duró muy poco porque en muchos países se pensó que se podía reemplazar el hidrocarburo por energías alternativas en el corto plazo.
Si bien eso es algo que puede pensarse y empezarse a construir en el largo plazo, en el mediano plazo la mejor manera de ayudar al medio ambiente parece ser reemplazar carbón por gas, que puede ser -como lo llaman algunos- el (breach) de combustibles que llevaría a los países a que en un momento la energía alternativa pueda reemplazar al hidrocarburo sin hacerlo demagógicamente.
También se puede ver que hay particularmente dos países que van a cambiar la dinámica del hidrocarburo en el mundo, no sólo desde el punto de vista medioambiental sino también del consumo. Esos dos países son India y China, que tendrán una demanda impresionante y creciente de energía: se calcula que en 2014 China va consumir el doble de energía que Estados Unidos.
Los países en la actualidad no sólo se ocupan de su abastecimiento sino que también están preocupados por el precio de la energía ya que es lo que mueve sus industrias.
En ese contexto cabe señalar que Estados Unidos, con el desarrollo del shale, se encuentra avanzando hacia un contexto de energía donde posiblemente tenga una ventaja competitiva respecto del resto de los países; me voy a referir a este punto más adelante.
En este punto quiero decir dos cosas. En primer lugar, quiero comparar a la Argentina con el resto de los países. El nuestro no es un país petrolero como Venezuela, como Arabia Saudí o como aquellos otros países que tienen importantes reservas de petróleo, sino que es un país con petróleo.
La diferencia entre ser un país con petróleo y ser un país petrolero es bastante importante. Los países con petróleo como el nuestro -lo tenemos desde hace mucho tiempo y hemos sido bastante exitosos desarrollándolo- tienen costos de desarrollo que son importantes. La ecuación para desarrollar las reservas y los recursos de una manera económica requiere de condiciones que hacen que la eficiencia sea un paramount para que las compañías realmente puedan mover recursos a reservas y desarrollarlas económicamente.
En este contexto, que también afecta al mundo, el descubrimiento de yacimientos convencionales se hace cada vez más escaso. Si se observa una curva de descubrimiento de yacimientos de más de 500 millones de barriles en los últimos diez o quince años, nos damos cuenta de que cada vez es más difícil o menos frecuente que se encuentren yacimientos gigantes como los que se descubrieron en el pasado; ejemplo de ello son Cantarell en México, Loma de la Lata en Argentina y Camisea en Perú.
Esos yacimientos que se descubrieron en el pasado hoy están alcanzando una etapa de madurez que hace que estén en declinación y que haya que utilizar tecnologías alternativas para pelear contra ella y mantener su producción. Por encima de eso es muy importante entender cómo reemplazar dichos yacimientos y buscar de dónde saldrán los nuevos recursos que nos permitirán mantener la producción de un país o incrementarla.
En la actualidad el mundo tiende a buscar esas reservas en aguas profundas -como es el caso de Brasil y de México- y en recursos no convencionales, como es el caso particularmente de Estados Unidos, Canadá y otros que han entrado en etapas de estudio para ver si tienen un potencial para desarrollar esos recursos económicamente.
Asimismo, se habla del Ártico de manera muy temprana. Particularmente Rusia está poniendo un foco en el Ártico, que puede ser una fuente de recursos que reemplace los yacimientos gigantes o maduros que hoy declinan en el mundo.
Como se puede ver en el gráfico, en la Argentina, más allá de lo que pueda suceder en el futuro, contamos con un potencial importante offshore -o pensamos que lo tenemos- que no va a ser delineado y realmente desarrollado en el corto plazo, sino que necesitará de más tiempo.
Hoy conocemos los yacimientos no convencionales, en particular uno que en la jerga se lo denomina Vaca Muerta, que es la roca generadora que ha cargado la roca reservorio que hemos producido durante mucho tiempo.
Este gráfico muestra, en la columna en azul, los recursos y las reservas de petróleo y de gas que tiene el país y, en la verde, solamente los recursos y muy poco de las reservas que tiene la Argentina hoy en cuanto a recursos no convencionales, tanto de gas como de petróleo. Esto posiciona a la Argentina a nivel mundial en el cuarto lugar en cuanto a recursos de petróleo y en el segundo puesto en cuanto a recursos de gas.
En este contexto, creo que es importante resaltar la relevancia de YPF dentro del sector energético argentino, así como también la importancia de la recuperación de YPF en este modelo mixto para el sector. Pero también hay que decir que YPF es solamente una parte de la industria hidrocarburífera argentina, no es el todo. YPF hoy posee el 37 por ciento de la producción de hidrocarburos del país. Tiene 92 concesiones, 51 bloques exploratorios, refina el 53 por ciento de los productos del país, cuenta una red de estaciones de servicio que tiene un market share del 34 por ciento y abastece al país con el 54 por ciento de las naftas y con el 58 por ciento del gasoil, números que han venido creciendo durante los últimos 2 años.
Si bien me referiré un poco al futuro cuando entremos en el tema de los recursos no convencionales, no vengo a hablar del futuro de YPF, sino a contarles lo que ya hemos hecho. Desde hace dos años, con la decisión del gobierno nacional de profesionalizar YPF -y quiero agregar aquí al modelo de YPF mixto-, el ADN de YPF se puede definir como profesional. En este sentido, hoy me acompaña un grupo de vicepresidentes, muchos de los cuales regresaron al país también para asumir un cargo en YPF, y otros que ya formaban parte o tienen una larga trayectoria en la empresa, desde la YPF nacional.
Entonces, en cuanto a lo que hemos hecho, quiero comentarles que esa YPF profesional hoy tiene dos dimensiones fundamentales. La primera es cuando decimos que YPF es nacional. Esto no quiere decir que los que trabajamos en YPF nos pongamos la bandera al hombro cada vez que vamos a la mañana a trabajar a la torre; que sea nacional quiere decir que estamos alineados con los intereses del país, que queremos producir más, que queremos abastecer y que lo que pasa en la Argentina nos importa porque somos argentinos y porque nos afecta.
En segundo término, es muy importante el hecho de que seamos una empresa mixta que cotiza en la bolsa de Nueva York y que tengamos el 49 por ciento de nuestros accionistas privados. Todo lo que hacemos en YPF tiene una ecuación de generación de valor; todas las actividades que hacemos las llevamos adelante con una mentalidad de generar valor y no creemos que eso sea incompatible con producir más o con abastecer un país.
En 2012 y 2013 hemos logrado los mejores resultados de producción de la compañía de los últimos diez años. Batimos récords de producción históricos en las provincias de Santa Cruz y Chubut.
Luego de quince años recuperamos el acceso a los mercados internacionales porque los capitales tanto locales como internacionales son fundamentales para incrementar la producción y levantar el nivel de actividad física.
Asimismo, hace dos semanas firmamos el acuerdo de inversión privada más importante de los últimos años. Emitimos un bono internacional por mil millones de dólares, que fue sobresuscripto en cinco veces. Tuvo un libro de 5 mil millones de dólares y levantamos mil millones de dólares a una tasa de 8,75 por ciento a diez años porque necesitamos también más deuda de largo plazo.
Asimismo, extendimos las concesiones, garantizando mayor actividad y empleo para las provincias, tanto en Santa Cruz como en Chubut.
Por otra parte, volvimos a explorar -ahora podrán observar los resultados de ello-, y aumentamos nuestras reservas, que son el futuro de la compañía. También hicimos realidad la producción no convencional, tanto de gas como de petróleo.
Los gráficos expuestos muestran porcentualmente la declinación, año tras año, de la producción del petróleo y del gas. Me refiero a los períodos 2008 contra el 2009, 2009 contra el 2010 y 2010 contra el 2011, y así progresivamente.
YPF produce diariamente 500.000 barriles de petróleo equivalente. Cuando decimos que la producción de YPF declinó en un 10 por ciento estamos refiriéndonos a cifras que son extremadamente importantes. Para revertirlas se requiere inversiones, actividad en equipos de perforación y actividades de estudio, que son fundamentales.
Estos gráficos que pueden observar hablan por sí solos. Nos propusimos revertir el declino, algo de lo cual no hablamos más porque hoy nos proponemos crecer y lo estamos haciendo de una manera importante.
Para producir más, se requirió mayor inversión. Desde el año 2011 hasta 2013, duplicamos ampliamente el nivel de inversión, con un incremento del 130 por ciento. Ese incremento de inversión se destinó directamente a nuestros yacimientos en actividad, por ejemplo, a levantar equipos de perforación. Cabe mencionar que, teníamos una planta de veinticinco equipos y hoy tenemos alrededor de sesenta y cinco.
Quiero aclarar -para quienes no son de la industria petrolera- que un equipo de perforación contrata en forma directa entre setenta y cien operarios, y en forma indirecta diez veces esa proporción. Es decir que cada vez que incorporamos un equipo de perforación damos trabajo aproximadamente a mil personas.
Entonces, como les decía, pasamos de veinticinco a sesenta y cinco equipos de perforación. A ello hay que sumarle los equipos de workover o equipos de pulling, que se suman a la actividad y a la inversión que fue volcada a las distintas provincias para producir más.
Con el ingreso de la actividad, si hacíamos las cosas bien, esperábamos detener el declino y nos planteábamos un horizonte de crecimiento. Este es una comparación del último trimestre de 2012 contra el último trimestre del 2013. El aumento de producción es tremendamente significativo. Se trata de un 6,3 por ciento en petróleo y 10,2 por ciento en gas.
Como sabrán, la cuestión del gas es importante para el país, porque hoy importamos alrededor de cien cargas de LNG, y cualquier actividad o esfuerzo que pueda hacer no solamente YPF sino cualquier empresa argentina, es de suma importancia para el país.
El aumento de la producción de gas, que es extremadamente significativo, proviene prácticamente de dos cuestiones muy importantes. En primer lugar, de haber cambiado, optimizado y retecnificado la operación y la producción de Loma de la Lata.
Quiero mencionar que Loma de la Lata es un yacimiento gigante para Latinoamérica que se descubrió. Imagínense una garrafa que tiene presión, que tiene 320 kilos y hoy tiene alrededor de 65 kilos.
El hecho de que hoy Loma de la Lata no esté declinando sino todo lo contrario, indica que estamos acelerando la producción de ese yacimiento. Por lo tanto, estamos produciendo hoy lo que podríamos producir más tarde. Se utiliza una técnica de producción de gas a baja presión.
Por ello, no es que estemos solamente produciendo en Loma de la Lata sino que estamos extrayendo gas para lograr plantarnos en el desarrollo importante que va a ser el shale gas y el tail gas.
La otra parte de la producción de gas es la siguiente. En el año 2011 se perforaron uno o dos pozos de gas, mientras que hoy tenemos catorce equipos de perforación, estando la mayoría prácticamente focalizados en lo que llamamos tail gas. Desde el punto de vista del desarrollo operativo no tiene mucha diferencia con el desarrollo del no convencional, porque son formaciones de muy baja permeabilidad que requieren de estimulación hidráulica y que hoy están aportando gran parte del aumento de producción de gas que estamos viendo en Neuquén.
Por supuesto, cabe señalar que todo esto fue posible a partir de un programa de incentivo a la producción del gas, que fue implementado por la Secretaría de Energía y por la Comisión de Energía -incluidos el Ministerio de Economía y el de Planificación- que da a las compañías petroleras 7,5 dólares por millón de BTU para producir gas incremental o gas nuevo.
El corazón de una empresa petrolera no es solamente la producción, sino que todavía más importantes son las reservas, porque éstas marcan el futuro y la vida que una compañía petrolera tiene por delante.
Las cifras que se observan son cifras oficiales que están auditadas. La última que pueden ver en la filmina es la que fue presentada a la SEC en el cierre de balance de la compañía y también a la Comisión Nacional de Valores de la República Argentina, y básicamente dice que hemos tenido el índice de reemplazo más importante que ha habido en los últimos diez años.
Ese índice de reemplazo -ese 158 por ciento- muestra que cuando producimos un barril en 2013, en ese mismo año incorporamos 1,58 en reservas probadas . O sea que incorporamos más de lo que producimos y agregamos vida y horizontes de reservas a la compañía. Eso es fundamental, porque ustedes ven valores del 11, 52 o del 35 por ciento. Si bien los montos pueden fluctuar año a año, un valor tan importante como éste no sólo muestra que hay detrás un plan exploratorio, sino que hay muchos técnicos estudiando nuestras cuencas para encontrar petróleo en lugares donde antes no se buscaba.
Por supuesto que vivimos de nuestras ventas, y la parte más importante de incrementar nuestra inversión viene del cash flow operativo de la compañía. Con mayor producción tenemos mayores ventas, y con mayores ventas debemos lograr obtener ganancias, si somos eficientes en la relación precio-costo. Esas ganancias en el cash flow operativo hoy son reinvertidas en la producción y en la operación.
Como se señalaba antes, en un programa de crecimiento que tenemos hoy realmente contamos con inversionistas que apuestan al crecimiento del valor de YPF, al crecimiento del equity, y para seguir siendo sustentables debemos seguir siendo rentables. El cash flow operativo en 2013 representó un 80 por ciento de la inversión que hicimos en nuestros yacimientos.
Si ustedes ven estos resultados, no solamente notarán que hemos sido buenos en la parte de producción, sino que también hemos logrado resultados operativos importantes que han dado seguridad o credibilidad a la compañía para que inversores de YPF sigan apostando a la empresa. Ello también hizo que inversores que han suscripto a nuestras obligaciones negociables -tanto en el interior como en el exterior- apuesten a una compañía que es rentable.
Tan importante como producir más y aumentar las reservas, es abastecer al país. Ello, porque somos una empresa competitiva y porque al final del día vivimos de nuestros clientes. La cara hacia nuestros clientes es nuestra red de estaciones de servicio.
En la imagen que se proyecta, en relación con las redes de estaciones de servicio, pueden ver los quiebres anuales, y esto no se los tengo que explicar porque todos ustedes viven y cargan combustible en la Argentina.
Hemos logrado abastecer mejor a nuestras redes de clientes y reducir en forma importante el nivel de quiebres que tienen nuestras estaciones de servicio. Nunca estamos conformes; por supuesto que queremos producir más y tener resultados todavía mejores en cuanto a quiebres, aunque definimos que son óptimos los resultados que hoy tenemos.
Ahora quisiera comentarles el desarrollo de Vaca Muerta. Mucha gente me pregunta cuándo comienza Vaca Muerta.
Es interesante escuchar ese comentario porque Vaca Muerta no comienza sino que ya comenzó.
Cualquiera que haya ido Neuquén y haya tenido la oportunidad de sobrevolar el área podrá advertir que lo que se está viendo es una foto arial, un porcentaje pequeño de un zoom, de lo que se puede ver en el territorio.
Realmente van a ver que hay muchos de estos clusters, con dos equipos de perforación por cluster, que básicamente desarrolla hoy Loma Campana. En otros lugares estamos realizando un desarrollo más incipiente pero aquí estamos en el modelo que denominamos factory drilling.
Los equipos de perforación que pueden ver en la filmina -hay alrededor de diecinueve o veinte en esta área- son un tercio de los equipos que tiene YPF, de modo que el nivel de actividad es realmente increíble.
Tener dos equipos de perforación en una misma locación es una operación de técnica moderna que requiere de simultaneidad y un protocolo en operaciones simultáneas que no es común en el mundo.
Actualmente estamos incorporando veinte equipos de perforación modernos, que se conocen como walking rigs. Son equipos que pueden moverse de una locación a otra sin bajar ese mástil que ven en los equipos de perforación y tener que volver a subirlo. Por supuesto eso agregará eficiencia técnica a nuestra operación.
La foto que pueden observar es un pedacito muy pequeño de lo que es Vaca Muerta. En color azul se observa el área de la formación, 30 mil kilómetros cuadrados; en verde, el petróleo y en rojo, el acuerdo con Chevron en Loma Campana, región que tiene aproximadamente 300 kilómetros cuadrados.
La primera fase de ese acuerdo -que está prácticamente completa- fue la inversión de mil doscientos millones de dólares para aproximadamente ciento veinte o ciento treinta pozos perforados. Para poner en contexto esos 30 mil kilómetros cuadrados, el acuerdo de 300 kilómetros cuadrados -una parte muy pequeña, un uno por ciento- es Loma de la Lata.
Esta primera etapa piloto de ciento veinte pozos, representó una inversión de 1.240 millones de dólares. , Si pudiéramos agrupar los pozos en un área, abarcarían unos 20 kilómetros cuadrados. Eso puede darles una pauta de la cantidad de inversión que se requerirá si somos exitosos como compañía y como industria en el desarrollo de los recursos no convencionales en el país.
Fueron mil doscientos millones de dólares en 20 kilómetros cuadrados y posiblemente este año tengamos que salir a poner otros mil ochocientos millones de dólares con nuestro socio para seguir el desarrollo.
Quiero mencionar el acuerdo con Chevron porque me parece fundamental. Tal como lo dije antes, nuestros yacimientos maduros están declinando, y sabemos que a corto plazo tenemos recursos no convencionales; hemos sido bendecidos con que ellos existan y estén en nuestro país.
La discusión fundamental que debemos dar es si queremos ser dependientes o independientes en materia energética. Esa es una pregunta que debemos hacernos todos desde el lugar que ocupemos, sea como presidente de YPF, como diputado o como ciudadano común, ya que todos vivimos de la energía.
Si queremos ser independientes energéticamente vamos a tener que desarrollar este recurso; es posible que en diez años descubramos otra cosa que sea una alternativa, pero hoy, en el corto y mediano plazo, es este recurso. Desarrollarlo no es fácil y no está dado. Requiere de inversión, tecnología, gente experta y mucha eficiencia.
En primer lugar, requiere de una inversión que no existe en el país: si bien una parte puede provenir del interior, otra vendrá de afuera. Tener a una compañía como Chevron que apuesta a asociarse con YPF en un 50 por ciento, se sienta en el asiento del acompañante, invierte en un promote que fue de 1.200 millones de dólares en este caso y suma a algunos de sus ingenieros en los lugares donde cree que pueden agregar valor, para mí es la forma de desarrollar el recurso no convencional.
Es muy importante que lo hagamos rápido porque va a ser la única manera de poder recuperar nuestra soberanía energética de verdad, ya que la soberanía energética no pasa por importar 100 barcos de GNL todos los años y tener una proyección de importar más.
La producción de gas que ustedes vieron y que tuvo un incremento muy importante, si la cuantificamos, corresponde a 27 barcos de GNL que dejamos de importar o que hubiéramos tenido que importar de más, si no hubiéramos tenido ese aumento de inversión.
Este piloto hoy está produciendo 20 mil barriles de petróleo equivalente -eso vendría a ser el petróleo más el gas- que es prácticamente el 10 por ciento de la producción de YPF en petróleo. O sea que vamos por el buen camino, y por supuesto este año va a ser importante para nosotros también en cuanto a continuar el desarrollo del no convencional.
Para redondear, me parece importante agregar que el no convencional está cambiando la dinámica de la industria petrolera en el mundo y también la dinámica de la economía.
En la Cámara de Senadores alguien mencionó correctamente la gran apuesta que está haciendo Alemania a los recursos no renovables. Escuché hace dos o tres semanas en CERAWeek al presidente de Siemens, preocupado por el valor de la energía en Alemania. Ese país tiene una gran apuesta: lograr que el 50 por ciento de de su energía provenga de recursos renovables para 2030 o 2040.
El año pasado Alemania incrementó su emisión de CO2 debido a que tuvo que importar más carbón y usar más energía que la que tenía que usar, sobre todo por el reemplazo de la energía nuclear. Sin embargo, la mayor preocupación que existe hoy en Europa en general, y en Alemania en particular, es el costo de la energía.
Estados Unidos hoy tiene costos de energía que son la mitad que en Europa, y eso va a cambiar la dinámica de la economía del mundo.
Lo que ustedes están viendo ahora en la pantalla es la producción de Eagle Ford, que es posiblemente en materia de propiedades la cuenca más análoga a Vaca Muerta en la producción de gas y de petróleo. Pueden ver que en una sola cuenca que se comenzó a desarrollar hace diez años, se está produciendo más que lo que produce YPF en su conjunto y casi la producción de la Argentina.
Cuando comparamos lo que Estados Unidos ha alcanzado en diez años con lo que hoy estamos empezando a hacer en la Argentina -es muy temprano para nosotros-, podemos observar que Estados Unidos ha perforado más de 12 mil pozos en el no convencional y nosotros 200; tienen inversiones de alrededor de 85 mil millones de dólares y nosotros 2 mil, y ha generado 2,4 millones de puestos de empleo -las cifras reales con los empleados indirectos es todavía mucho mayor-, cuando nosotros estamos en alrededor de 5 mil.
Con todo esto, no tengo dudas de que este es el camino a seguir en el corto y mediano plazo y que es fundamental para los argentinos que seamos exitosos en el desarrollo de este recurso, que requiere no solamente de YPF, sino de toda la industria, de la Nación, de las provincias, de los trabajadores y del resto de la gente que consume energía todos los días en el país. Muchas gracias. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE METAZA Habiendo finalizado el turno de los expositores, quiero reiterarles el agradecimiento de la Cámara de Diputados a los señores funcionarios que nos han visitado, que han hecho uso de la palabra y que ahora están dispuestos a contestar las preguntas que ustedes requieran.
Creo que la exposición ha sido clara, gráfica e ilustrativa, y en función de eso tal vez se puedan acotar un poco las preguntas de los señores diputados.
De acuerdo con el listado de los señores diputados que se han anotado, y según lo planteado originalmente, quiero solicitarles que se circunscriban a formular la pregunta específica. Digo esto porque tenemos una gran cantidad de señores diputados anotados para hacer uso de la palabra, por ello, les reitero la solicitud de que sean claros y concisos.
Tiene la palabra el señor diputado Giubergia.
Creo que la exposición ha sido clara, gráfica e ilustrativa, y en función de eso tal vez se puedan acotar un poco las preguntas de los señores diputados.
De acuerdo con el listado de los señores diputados que se han anotado, y según lo planteado originalmente, quiero solicitarles que se circunscriban a formular la pregunta específica. Digo esto porque tenemos una gran cantidad de señores diputados anotados para hacer uso de la palabra, por ello, les reitero la solicitud de que sean claros y concisos.
Tiene la palabra el señor diputado Giubergia.
SR. BURYAILE Solicito una interrupción al señor diputado.
SR. PRESIDENTE METAZA Señor diputado Giubergia: el señor diputado Buryaile le solicita una interrupción, ¿se la concede?
SR. GIUBERGIA Sí, señor presidente.
SR. BURYAILE Señor presidente: solicito que los señores diputados tengamos hoy la posibilidad de tener acceso a todas las proyecciones que han mostrado los distintos expositores.
SR. PRESIDENTE METAZA Los funcionarios me piden que le transmita que no hay ningún inconveniente en cumplir su petición.
SR. GIUBERGIA Señor presidente: desde la Unión Cívica Radical queremos recordarle al señor secretario Zannini, quien realizaba su racconto sobre las tácticas y estrategias, que Repsol adquirió YPF por 16 mil millones de dólares. Claro que esa YPF tenía cuatro veces más reservas de gas que hoy y producía un 50 por ciento más de petróleo que lo que se produce ahora.
Por eso, es obligatorio destacar el rol del Tribunal de Tasación, que utilizó un método rápido para valuar una empresa. Para mí fue casi una carta de aceptación de lo sugerido por el gobierno.
Entonces, vemos que la indemnización pagada por la adquisición del 51 por ciento de YPF no obedece a criterios de mercado ni a criterios obligatorios y legales del Tribunal de Tasaciones, que desconocemos. El precio fue simplemente el resultado de una negociación sobre el mínimo precio que Repsol estaba dispuesta a aceptar para permitir la vuelta de la Argentina a los mercados de capitales.
Es importante expresarle al señor ministro Kicillof los comentarios sobre su visita de mañana al exterior, con respecto a lo que piensa la Argentina y sobre el tema de las financiaciones..
Lo que nos preguntamos es qué estamos comprando. ¿Cuál es el negocio de expropiar primero y luego hacer un acuerdo amistoso? Nos preguntamos quién responde por los pasivos ambientales, el vaciamiento y la desinversión de todos estos años. ¿Las provincias petroleras serán socias en las ganancias o solamente en las pérdidas? ¿Las harán cargo en los pasivos ambientales? Todas estas son inquietudes sobre las que necesitamos hablar.
En lo relativo al argumento del Frente para la Victoria sobre la recuperación de la soberanía energética, recordaba lo que decía el doctor Zannini respecto de cómo se había dado primero la privatización y luego la estatización. Sin embargo, no nos habló de una operación escandalosa, que fue la llamada argentinización -allá por el año 2008-, cuando trajeron al dueño del Banco de Santa Cruz, que no tenía experiencia ninguna en petróleo, y lo pusieron como gerente general de la compañía. En ese acuerdo se permitía que el ingreso de Repsol repartiera el 90 por ciento de sus utilidades entre Repsol y los otros, para que Eskenazi pudiera pagar sus deudas sin poner un centavo.
Esta argentinización fue para pocos, lógicamente.
También hoy debemos recordar lo que nos decían hace dos años con lo que llamaron el Informe Mosconi referido a las políticas de Repsol en YPF, depredación, desinversión y desabastecimiento.
En la página 40 de dicho informe se habla del estado de los tanques de YPF en 2011 y se señala que de un total de 2.042, 254 están en estado crítico y 625 en estado semicrítico; entre los ductos de 2011, de 961 kilómetros totales, 412 kilómetros están en estado crítico y 340 kilómetros en estado semicrítico.
En la página 60 de ese mismo informe, respecto de la situación medioambiental, se sostiene que con el fin de evaluar la gestión ambiental de Repsol en YPF, la intervención encontró como principal escollo que recién a partir del año 2008 se encuentran disponibilidades de datos centralizados que permiten realizar un análisis de la tendencia de acumulación de tierras contaminadas con hidrocarburos repositorios y que de allí se colige que se estaría realizando una evaluación y cediendo indemnidad sin datos ciertos sobre la situación ambiental que ha generado la empresa entre 1998 y 2008.
Entonces, volviendo a los bonos, nosotros también nos preguntamos con qué pagará el Estado los intereses de esta expropiación. ¿Lo hará con las utilidades de las empresas? ¿De dónde se van a obtener, entonces, los fondos para financiar la indispensable y urgente inversión que debe realizar la empresa?
Nosotros entendemos que la producción de petróleo pasó de 100 millones de barriles antes de la expropiación a 102 millones en el último año, es decir que hubo menos del 1 por ciento anual de suba. La producción de gas pasó de 442 mil millones de pies cúbicos en 2011 a 436 mil millones de pies cúbicos, o sea que está por debajo de la cifra previa a la expropiación. En conjunto, la producción de gas y petróleo pasó de 178 millones de barriles equivalentes, a 180 millones.
El plan estratégico sostenía que para 2013 la producción iba a incrementarse en 5 millones de barriles equivalentes, es decir que se logró menos de la mitad de lo propuesto. Por eso es que nos preocupa la política financiera que está adoptando la empresa: en el rubro "Préstamos" del balance pasó de 4.435 millones de pesos al cierre de 2011, a 23.076 millones de pesos al cierre de 2013.
Este Poder Ejecutivo suele hablar de la década del 70, por eso no vaya a ser que estén tomando las mismas políticas financieras de Martínez de Hoz, que usaba a las empresas del Estado para financiar sus políticas.
Lo que queremos ver también es la valuación que realizó el Tribunal de Tasaciones de la Nación...
Varios señores diputados hablan a la vez.
Por eso, es obligatorio destacar el rol del Tribunal de Tasación, que utilizó un método rápido para valuar una empresa. Para mí fue casi una carta de aceptación de lo sugerido por el gobierno.
Entonces, vemos que la indemnización pagada por la adquisición del 51 por ciento de YPF no obedece a criterios de mercado ni a criterios obligatorios y legales del Tribunal de Tasaciones, que desconocemos. El precio fue simplemente el resultado de una negociación sobre el mínimo precio que Repsol estaba dispuesta a aceptar para permitir la vuelta de la Argentina a los mercados de capitales.
Es importante expresarle al señor ministro Kicillof los comentarios sobre su visita de mañana al exterior, con respecto a lo que piensa la Argentina y sobre el tema de las financiaciones..
Lo que nos preguntamos es qué estamos comprando. ¿Cuál es el negocio de expropiar primero y luego hacer un acuerdo amistoso? Nos preguntamos quién responde por los pasivos ambientales, el vaciamiento y la desinversión de todos estos años. ¿Las provincias petroleras serán socias en las ganancias o solamente en las pérdidas? ¿Las harán cargo en los pasivos ambientales? Todas estas son inquietudes sobre las que necesitamos hablar.
En lo relativo al argumento del Frente para la Victoria sobre la recuperación de la soberanía energética, recordaba lo que decía el doctor Zannini respecto de cómo se había dado primero la privatización y luego la estatización. Sin embargo, no nos habló de una operación escandalosa, que fue la llamada argentinización -allá por el año 2008-, cuando trajeron al dueño del Banco de Santa Cruz, que no tenía experiencia ninguna en petróleo, y lo pusieron como gerente general de la compañía. En ese acuerdo se permitía que el ingreso de Repsol repartiera el 90 por ciento de sus utilidades entre Repsol y los otros, para que Eskenazi pudiera pagar sus deudas sin poner un centavo.
Esta argentinización fue para pocos, lógicamente.
También hoy debemos recordar lo que nos decían hace dos años con lo que llamaron el Informe Mosconi referido a las políticas de Repsol en YPF, depredación, desinversión y desabastecimiento.
En la página 40 de dicho informe se habla del estado de los tanques de YPF en 2011 y se señala que de un total de 2.042, 254 están en estado crítico y 625 en estado semicrítico; entre los ductos de 2011, de 961 kilómetros totales, 412 kilómetros están en estado crítico y 340 kilómetros en estado semicrítico.
En la página 60 de ese mismo informe, respecto de la situación medioambiental, se sostiene que con el fin de evaluar la gestión ambiental de Repsol en YPF, la intervención encontró como principal escollo que recién a partir del año 2008 se encuentran disponibilidades de datos centralizados que permiten realizar un análisis de la tendencia de acumulación de tierras contaminadas con hidrocarburos repositorios y que de allí se colige que se estaría realizando una evaluación y cediendo indemnidad sin datos ciertos sobre la situación ambiental que ha generado la empresa entre 1998 y 2008.
Entonces, volviendo a los bonos, nosotros también nos preguntamos con qué pagará el Estado los intereses de esta expropiación. ¿Lo hará con las utilidades de las empresas? ¿De dónde se van a obtener, entonces, los fondos para financiar la indispensable y urgente inversión que debe realizar la empresa?
Nosotros entendemos que la producción de petróleo pasó de 100 millones de barriles antes de la expropiación a 102 millones en el último año, es decir que hubo menos del 1 por ciento anual de suba. La producción de gas pasó de 442 mil millones de pies cúbicos en 2011 a 436 mil millones de pies cúbicos, o sea que está por debajo de la cifra previa a la expropiación. En conjunto, la producción de gas y petróleo pasó de 178 millones de barriles equivalentes, a 180 millones.
El plan estratégico sostenía que para 2013 la producción iba a incrementarse en 5 millones de barriles equivalentes, es decir que se logró menos de la mitad de lo propuesto. Por eso es que nos preocupa la política financiera que está adoptando la empresa: en el rubro "Préstamos" del balance pasó de 4.435 millones de pesos al cierre de 2011, a 23.076 millones de pesos al cierre de 2013.
Este Poder Ejecutivo suele hablar de la década del 70, por eso no vaya a ser que estén tomando las mismas políticas financieras de Martínez de Hoz, que usaba a las empresas del Estado para financiar sus políticas.
Lo que queremos ver también es la valuación que realizó el Tribunal de Tasaciones de la Nación...
Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. PRESIDENTE METAZA Señor diputado: la Presidencia le solicita que sea breve. Hay más de veinte legisladores anotados para hacer uso de la palabra y tanto el señor ministro como el resto de los funcionarios deben retirarse a las 17 horas. Aclaro esto para que todos los señores diputados anotados tengan la oportunidad de hacer uso de la palabra. Si no, tendremos que cortarlos después.
SR. GIUBERGIA Se estima una valuación superior a lo que es el patrimonio neto, y es claro que no estoy de acuerdo con esta medida.
Nosotros debemos recordar también que en el Informe Mosconi nos dicen que entre los años 1997 y 2010 la empresa obtuvo utilidades por 16.000 millones de dólares y que distribuyó dividendos por 14.200 millones, es decir, más del 85 por ciento.
De manera que la capitalización de la empresa quedó fuera de toda posibilidad. Por eso formulaba la pregunta.
¿Cuál es la proyección para los próximos años en materia de inversión y de abastecimiento energético?
¿Cuál es la real situación de Vaca Muerta? ¿Cuántos son los recursos con los que verdaderamente podríamos contar en un futuro explotando esa fuente de recursos no convencionales?
¿Qué inversión estimada -más allá de la que está haciendo Chevron- se necesita para los 30 mil kilómetros cuadrados de superficie a explotar que tiene Vaca Muerta, aunque sólo 12 mil serían de YPF?
¿Por qué no se abre una licitación pública con reglas de juego claras para la explotación de uno de los yacimientos que está entre los más grandes del mundo, en lugar de hacerlo con Chevron y caso por caso?
Sabemos que por un proyecto similar a Vaca Muerta en Estados Unidos se invirtieron el año pasado cerca de 20 mil millones de dólares. ¿Cuánto lleva invertido Chevron? ¿Mil doscientos millones?
Según los dichos del ministro Kicillof hace unos días, las empresas multinacionales estaban dispuestas a asociarse con YPF. ¿Cuántas vinieron? Estas son algunas de las cuestiones que queremos que se nos respondan.
Nosotros debemos recordar también que en el Informe Mosconi nos dicen que entre los años 1997 y 2010 la empresa obtuvo utilidades por 16.000 millones de dólares y que distribuyó dividendos por 14.200 millones, es decir, más del 85 por ciento.
De manera que la capitalización de la empresa quedó fuera de toda posibilidad. Por eso formulaba la pregunta.
¿Cuál es la proyección para los próximos años en materia de inversión y de abastecimiento energético?
¿Cuál es la real situación de Vaca Muerta? ¿Cuántos son los recursos con los que verdaderamente podríamos contar en un futuro explotando esa fuente de recursos no convencionales?
¿Qué inversión estimada -más allá de la que está haciendo Chevron- se necesita para los 30 mil kilómetros cuadrados de superficie a explotar que tiene Vaca Muerta, aunque sólo 12 mil serían de YPF?
¿Por qué no se abre una licitación pública con reglas de juego claras para la explotación de uno de los yacimientos que está entre los más grandes del mundo, en lugar de hacerlo con Chevron y caso por caso?
Sabemos que por un proyecto similar a Vaca Muerta en Estados Unidos se invirtieron el año pasado cerca de 20 mil millones de dólares. ¿Cuánto lleva invertido Chevron? ¿Mil doscientos millones?
Según los dichos del ministro Kicillof hace unos días, las empresas multinacionales estaban dispuestas a asociarse con YPF. ¿Cuántas vinieron? Estas son algunas de las cuestiones que queremos que se nos respondan.
SR. PRESIDENTE METAZA Antes de dar el uso de la palabra al señor diputado que continúa en la lista de oradores, quiero recordarles lo que planteamos al principio, es decir, que sean solidarios con el resto de los diputados para que todos puedan expresarse.
Tiene la palabra el señor diputado Feletti.
Tiene la palabra el señor diputado Feletti.
SR. FELETTI Sólo por una cuestión metodológica quisiera saber si las preguntas formuladas por el señor diputado Giubergia -que son varias- abarcan a todo el bloque de la Unión Cívica Radical o si hay más oradores.
SR. GIUBERGIA Hay más oradores.
SR. FELETTI Para que puedan hablar todos los oradores, completemos...
SR. GIUBERGIA Que termine de expresarse el bloque de la UCR.
SR. PRESIDENTE METAZA En función de eso, para ordenarnos y ser prolijos, la idea es que tres diputados más de la UCR hagan uso de la palabra para que posteriormente los funcionarios puedan contestar. ¿Estamos de acuerdo?
Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. PRESIDENTE METAZA Por supuesto, los que están anotados.
Tiene la palabra el señor diputado Julio Martínez.
Tiene la palabra el señor diputado Julio Martínez.
SR. MARTÍNEZ (J.C.) Sugeriría que vayan preguntando de acuerdo con el orden en que se fueron inscribiendo para que no haya problemas de bloques ni de cartel.
Voy a encarar el tema desde el punto de vista del pasivo ambiental...
Voy a encarar el tema desde el punto de vista del pasivo ambiental...
SRA. CAMAÑO ¿Me permite una interrupción, señor diputado?
SR. PRESIDENTE METAZA ¿Le concede la interrupción, señor diputado Martínez?
SR. MARTÍNEZ (J.C.) Se la concedo.
SR. PRESIDENTE METAZA Para una interrupción, tiene la palabra la señora diputada Camaño.
SRA. CAMAÑO Señor presidente: el tema que estamos tratando es muy delicado. No es la primera vez que nos encontramos con asuntos de esta envergadura y con funcionarios que lógicamente se cansan y en algún momento plantean irse; tampoco sería la primera vez que se van sin que hablemos.
Lo importante es que todos podamos expresarnos en el marco de lo que es una comisión donde podemos exponer un debate no solamente...
Lo importante es que todos podamos expresarnos en el marco de lo que es una comisión donde podemos exponer un debate no solamente...
SR. PRESIDENTE METAZA Pídale a los diputados de la UCR, diputada...
SRA. CAAMAÑO Señor presidente: usted no puede interrumpirme porque es el presidente de la comisión. Permítame concluir con lo que quiero decir, no puede interrumpirme, le repito.
Estaba diciendo que nos atengamos a la posibilidad de que todos los bloques puedan expresarse y que los funcionarios, en la medida de lo posible, puedan contestarnos a todos.
Estaba diciendo que nos atengamos a la posibilidad de que todos los bloques puedan expresarse y que los funcionarios, en la medida de lo posible, puedan contestarnos a todos.
- Manifestaciones en la sala.
SRA. CAMAÑO No se pongan nerviosos, nosotros hemos escuchado atentamente -mucho más de lo que se imaginan- a todos los funcionarios.
SR. PRESIDENTE METAZA Tiene la palabra el señor diputado Moreno.
SR. MORENO Señor presidente: todos los años ocurre la misma historia con las cuestiones de esta naturaleza. El diputado que preside una comisión en la que se trata un tema importante se encuentra con este tipo de situaciones. Los diputados dicen "voy a formular preguntas" y en realidad desarrollan los argumentos y los alegatos que deben desarrollar en las sesiones de la Cámara...
- Varios señores diputados a hablan a la vez.
SR. MORENO Entonces, lo que corresponde -y adhiero...
- Varios señores diputados a hablan a la vez.
SR. MORENO Discúlpeme. Yo adhiero a lo que dice la señora diputada Camaño, esto es, que por una cuestión de seriedad todos los bloques tienen derecho a preguntar. Entonces, señor presidente, cuando usted le conceda el uso de la palabra a un orador y vea que la utiliza para el desarrollo de argumentos, que son los discursos que tienen preparados para el recinto, dígale "lo interrumpo, señor diputado. Haga uso de la palabra para realizar una pregunta concreta". Si no nos vamos a encontrar con que a la hora que los funcionarios se vayan de aquí, los bloques con menos miembros pero que tienen el mismo derecho que los otros, se van quedar sin posibilidad de ejercer su derecho a preguntar.
SR. PRESIDENTE METAZA Señor diputado: esto mismo que usted está planteando ya lo he dicho yo antes de que comenzara la exposición de los funcionarios invitados, antes de que comenzaran las preguntas y también se lo manifesté al señor diputado Giubergia mientras estaba haciendo uso de la palabra.
Para continuar, tiene la palabra el señor diputado Martínez.
Para continuar, tiene la palabra el señor diputado Martínez.
SR. LOZANO ¡Señor presidente!
SR. PRESIDENTE METAZA Señor diputado Lozano: usted figura anotado en la lista de oradores; está en el orden...
SR. LOZANO ¡No pueden ser tres los miembros de la Unión Cívica Radical que pregunten! Puede haber un tiempo para ese bloque, pero no tres oradores. Puede determinar el tiempo disponible para cada bloque.
SR. PRESIDENTE METAZA Señor diputado Lozano: nos estamos extendiendo en el tiempo discutiendo la metodología y ustedes están perdiendo la oportunidad de hacer uso de la palabra.
Yo le había dado la palabra al señor diputado Martínez.
Yo le había dado la palabra al señor diputado Martínez.
SRA. CAMAÑO ¡Hay que atenerse al reglamento!
SR. MARTÍNEZ (J.C.) Señor presidente: tengo entendido que me corresponde hacer uso de la palabra ahora porque fui el segundo que la solicitó. Es el orden que dice la lista, no tiene nada que ver con el bloque. En todo caso, lea la lista de oradores anotados para que se tranquilicen todos, en el orden que está.
SR. PRESIDENTE METAZA De acuerdo con el orden, el uso de la palabra corresponde a los señores diputados Julio Martínez, Aguad -que en este momento no se encuentra presente-, Torroba, Lozano, Sturzenegger, Roberti, Duclós, Asseff, Cano, Salino, Sánchez, Pitrola, Lousteau, Valinotto, Del Caño, Pastori, Bazze y a la señora diputada Villata. Están anotados además los señores diputados Vaquié Kosiner, Basterra, Depetri y Cabandié por el bloque del Frente para la Victoria. Ese es el listado.
Tiene la palabra el señor diputado Martínez.
Tiene la palabra el señor diputado Martínez.
SR. MARTÍNEZ (J. C.) Señor presidente: me voy a dedicar a hacer algunas preguntas que tienen que ver con el pasivo ambiental. Seguramente el resto de mis colegas de bloque abordarán otro tipo de temáticas y otro tipo de preguntas.
Acá el gobierno ha tenido un comportamiento bipolar en cuanto al tema de Repsol-YPF. Después de haber mirado para otro lado durante un tiempo determinado, a través de los representantes y de los organismos de control, de pronto se despierta, se da cuenta de que Repsol estaba tomando YPF, y comienza una etapa que yo llamaría de linchamiento mediático.
Fue entonces que se animaron los gobernadores de las provincias petroleras, los funcionarios del gobierno nacional y los periodistas de los medios oficialistas y de pronto, a pesar de que nunca les había interesado el medio ambiente, comenzaron a ser ambientalistas y a preocuparse por estos temas. Así fue como el gobernador Peralta, el gobernador Buzzi, el gobernador del Neuquén e intendentes de las zonas petroleras salieron a denunciar pasivos ambientales y distintos tipos de problemas, a acordarse que hay juicios por este tema y, sumando todo lo que los gobernadores han dicho en ese tiempo, daba un pasivo ambiental de aproximadamente 6 mil millones de dólares.
¿Qué ha pasado en el medio? No lo decía Clarín, nosotros o los opositores sino que lo expresaban los gobernadores kirchneristas o aliados al gobierno en medios oficiales. Ellos definían una cifra aproximada de 6 mil millones de dólares.
Voy a formular mi pregunta al presidente del Tribunal de Tasación. ¿Qué ha pasado en el medio? Por supuesto, son etapas distintas, dado que ahora vivimos una etapa amigable, definida por el gobierno, en comparación con aquella otra en la que todo estaba mal.
De los 6 mil millones de dólares, según las planillas que han mostrado aquí, el pasivo ambiental rondaría aproximadamente los 279 millones de dólares. ¿Dónde se encuentra esa semejante diferencia? ¿Qué tiene para decir en este sentido? En todo caso, no a nosotros sino a los gobernadores y a los diputados de esas provincias petroleras que salían a plantear otro tema.
En noviembre de 2012, después de que el Estado tomó el manejo y la intervención en la empresa, se realizó el Informe Mosconi. Este documento oficial, realizado por diversos funcionarios entre los cuales se encontraba el actual ministro de Economía, Axel Kicillof, efectuó denuncias importantísimas y hacía un reconocimiento sobre todo lo que habían recabado en aquel momento.
En este informe, el gobierno realizaba muchas denuncias fuertes e importantes respecto del vaciamiento, transgresiones ambientales, pasivos ambientales, además de señalar algunos abusos y delitos vinculados con la legislación vigente.
Quiero preguntarle al señor ministro de Economía, teniendo en cuenta ese marco contextual, si los términos legales del Informe Mosconi no constituyen una prueba en sede administrativa, según el artículo 33 de la ley general de ambiente. ¿Qué hicieron en este sentido? La ley plantea que los dictámenes emitidos por organismos del Estado sobre daño ambiental, agregados al proceso, tendrán la fuerza probatoria de informes periciales, sin perjuicio de que las partes lo puedan impugnar. Entonces, ¿acompañó a ese informe el inicio de acciones penales ambientales, por violación a los artículos 55, 56 y 57 de la ley 24.051, de residuos peligrosos?
Asimismo, de acuerdo con las pruebas que han denunciado en el Informe Mosconi, ¿han sido denunciados en la Justicia los funcionarios responsables evidenciados en el Informe, para su posterior investigación?
¿El señor ministro de Economía sigue sosteniendo lo que ha destacado en su momento? Me refiero a cuando señaló que Repsol no quiso hacer la recuperación ambiental porque para ellos era plata tirada, ya que el medio ambiente es nuestro. Entonces, él concluyó que teníamos una empresa que también había depredado nuestro medio ambiente. ¿Sigue sosteniendo eso en este marco actual de relaciones amistosas?
Por otro lado, quiero preguntarle al secretario Legal y Técnico, Zannini, si este acuerdo amigable de Repsol -después de habernos encontrado en un estado de linchamiento hacia la empresa- obedece a la necesidad que tiene el gobierno nacional de avanzar en endeudamientos a tasas adecuadas. ¿Esto va en la línea del ajuste, de la eliminación de subsidios, del acuerdo con el Club de París, y de tratar de normalizar el INDEC o, por lo menos, que mienta menos?
Doctor Zannini: quisiera saber si usted está en condiciones de reconocer que esta negociación está en ese marco y que por eso ocurre este cambio de humor del gobierno con respecto a Repsol. Si no, tendremos que esperar veinte años para que venga alguien como usted, que hace unos días reconoció en el Senado -dos décadas después- que fueron partícipes y apoyaron la privatización de YPF porque le convenía a Santa Cruz. No sé si en este momento están en condiciones de aceptarlo o si tendremos que esperar otros veinte años para que nos reconozcan estas cosas.
También quería preguntarle si está en conocimiento de lo que ocurre respecto del tema de Cerro Dragón y la British Petroleum, que es accionista del fondo inversor BlackRock, propietario del Bank of America y que tienen participación directa en tres empresas que están explorando y explotando hidrocarburos en las Malvinas. Me refiero a las empresas Rock Power, Desire Petroleum y Falkland Oil & Gas, que son alcanzadas por la ley 26.659 y su modificatoria, que establecen penas. Quisiera saber si han hecho algo, si han investigado, si han notificado a la empresa o si en Cerro Dragón van a tomar medidas que tengan que ver con el cumplimiento de esa normativa.
Por último, señor secretario de Legal y Técnica, quiero manifestarle que de usted se dicen muchas más cosas de las que usted habla. Usted tiene un halo de misticismo en este gobierno, y lo digo con simpatía y no con agresión. (Risas.)
Se dice de usted que ha estado en las cuestiones importantes de este gobierno, que hizo tal o cual cosa. Se habla más de usted...
Varios señores diputados hablan a la vez.
Acá el gobierno ha tenido un comportamiento bipolar en cuanto al tema de Repsol-YPF. Después de haber mirado para otro lado durante un tiempo determinado, a través de los representantes y de los organismos de control, de pronto se despierta, se da cuenta de que Repsol estaba tomando YPF, y comienza una etapa que yo llamaría de linchamiento mediático.
Fue entonces que se animaron los gobernadores de las provincias petroleras, los funcionarios del gobierno nacional y los periodistas de los medios oficialistas y de pronto, a pesar de que nunca les había interesado el medio ambiente, comenzaron a ser ambientalistas y a preocuparse por estos temas. Así fue como el gobernador Peralta, el gobernador Buzzi, el gobernador del Neuquén e intendentes de las zonas petroleras salieron a denunciar pasivos ambientales y distintos tipos de problemas, a acordarse que hay juicios por este tema y, sumando todo lo que los gobernadores han dicho en ese tiempo, daba un pasivo ambiental de aproximadamente 6 mil millones de dólares.
¿Qué ha pasado en el medio? No lo decía Clarín, nosotros o los opositores sino que lo expresaban los gobernadores kirchneristas o aliados al gobierno en medios oficiales. Ellos definían una cifra aproximada de 6 mil millones de dólares.
Voy a formular mi pregunta al presidente del Tribunal de Tasación. ¿Qué ha pasado en el medio? Por supuesto, son etapas distintas, dado que ahora vivimos una etapa amigable, definida por el gobierno, en comparación con aquella otra en la que todo estaba mal.
De los 6 mil millones de dólares, según las planillas que han mostrado aquí, el pasivo ambiental rondaría aproximadamente los 279 millones de dólares. ¿Dónde se encuentra esa semejante diferencia? ¿Qué tiene para decir en este sentido? En todo caso, no a nosotros sino a los gobernadores y a los diputados de esas provincias petroleras que salían a plantear otro tema.
En noviembre de 2012, después de que el Estado tomó el manejo y la intervención en la empresa, se realizó el Informe Mosconi. Este documento oficial, realizado por diversos funcionarios entre los cuales se encontraba el actual ministro de Economía, Axel Kicillof, efectuó denuncias importantísimas y hacía un reconocimiento sobre todo lo que habían recabado en aquel momento.
En este informe, el gobierno realizaba muchas denuncias fuertes e importantes respecto del vaciamiento, transgresiones ambientales, pasivos ambientales, además de señalar algunos abusos y delitos vinculados con la legislación vigente.
Quiero preguntarle al señor ministro de Economía, teniendo en cuenta ese marco contextual, si los términos legales del Informe Mosconi no constituyen una prueba en sede administrativa, según el artículo 33 de la ley general de ambiente. ¿Qué hicieron en este sentido? La ley plantea que los dictámenes emitidos por organismos del Estado sobre daño ambiental, agregados al proceso, tendrán la fuerza probatoria de informes periciales, sin perjuicio de que las partes lo puedan impugnar. Entonces, ¿acompañó a ese informe el inicio de acciones penales ambientales, por violación a los artículos 55, 56 y 57 de la ley 24.051, de residuos peligrosos?
Asimismo, de acuerdo con las pruebas que han denunciado en el Informe Mosconi, ¿han sido denunciados en la Justicia los funcionarios responsables evidenciados en el Informe, para su posterior investigación?
¿El señor ministro de Economía sigue sosteniendo lo que ha destacado en su momento? Me refiero a cuando señaló que Repsol no quiso hacer la recuperación ambiental porque para ellos era plata tirada, ya que el medio ambiente es nuestro. Entonces, él concluyó que teníamos una empresa que también había depredado nuestro medio ambiente. ¿Sigue sosteniendo eso en este marco actual de relaciones amistosas?
Por otro lado, quiero preguntarle al secretario Legal y Técnico, Zannini, si este acuerdo amigable de Repsol -después de habernos encontrado en un estado de linchamiento hacia la empresa- obedece a la necesidad que tiene el gobierno nacional de avanzar en endeudamientos a tasas adecuadas. ¿Esto va en la línea del ajuste, de la eliminación de subsidios, del acuerdo con el Club de París, y de tratar de normalizar el INDEC o, por lo menos, que mienta menos?
Doctor Zannini: quisiera saber si usted está en condiciones de reconocer que esta negociación está en ese marco y que por eso ocurre este cambio de humor del gobierno con respecto a Repsol. Si no, tendremos que esperar veinte años para que venga alguien como usted, que hace unos días reconoció en el Senado -dos décadas después- que fueron partícipes y apoyaron la privatización de YPF porque le convenía a Santa Cruz. No sé si en este momento están en condiciones de aceptarlo o si tendremos que esperar otros veinte años para que nos reconozcan estas cosas.
También quería preguntarle si está en conocimiento de lo que ocurre respecto del tema de Cerro Dragón y la British Petroleum, que es accionista del fondo inversor BlackRock, propietario del Bank of America y que tienen participación directa en tres empresas que están explorando y explotando hidrocarburos en las Malvinas. Me refiero a las empresas Rock Power, Desire Petroleum y Falkland Oil & Gas, que son alcanzadas por la ley 26.659 y su modificatoria, que establecen penas. Quisiera saber si han hecho algo, si han investigado, si han notificado a la empresa o si en Cerro Dragón van a tomar medidas que tengan que ver con el cumplimiento de esa normativa.
Por último, señor secretario de Legal y Técnica, quiero manifestarle que de usted se dicen muchas más cosas de las que usted habla. Usted tiene un halo de misticismo en este gobierno, y lo digo con simpatía y no con agresión. (Risas.)
Se dice de usted que ha estado en las cuestiones importantes de este gobierno, que hizo tal o cual cosa. Se habla más de usted...
Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. PRESIDENTE METAZA Señor diputado: limítese a las preguntas. No califique a los funcionarios, más allá de que lo hayan tomado en broma.
SR. MARTÍNEZ (J. C.) Estoy poniendo el marco para que el doctor Zannini no se sienta agredido por mi pregunta. Quiero confesarle que tengo cierta simpatía respecto de su forma de actuar en política, habla poco... (Risas y aplausos.)
Varios señores diputados hablan a la vez.
Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. MARTÍNEZ (J. C.) El señor secretario habló de táctica y estrategia, y quiero decirle que como diputados también tenemos tácticas y estrategias. Las tácticas consisten en querer saber en nuestro carácter de diputados, en tener la información sobre distintos temas.
Por su parte, nuestras estrategias son los pedidos de informes que quizás no son aprobados en las comisiones, o bien se aprueban pero no son respondidos, o son contestados pero nos mienten. Por eso es que la estrategia hoy me dice que teniendo acá a esta persona no debo desaprovechar la oportunidad para preguntarle lo que como riojano y como ciudadano argentino quiero saber.
La titular de la AFSCA de La Rioja fue cesanteada y quiero saber...
Por su parte, nuestras estrategias son los pedidos de informes que quizás no son aprobados en las comisiones, o bien se aprueban pero no son respondidos, o son contestados pero nos mienten. Por eso es que la estrategia hoy me dice que teniendo acá a esta persona no debo desaprovechar la oportunidad para preguntarle lo que como riojano y como ciudadano argentino quiero saber.
La titular de la AFSCA de La Rioja fue cesanteada y quiero saber...
SR. PRESIDENTE METAZA Señor diputado: limítese al tema que estamos discutiendo. La pregunta que usted quiere formular no tiene absolutamente nada que ver con la cuestión que estamos considerando.
SR. MARTÍNEZ (J. C.) Él puede contestar o no, pero yo le voy a preguntar...
Varios señores diputados hablan a la vez.
Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. MARTÍNEZ (J. C.)¡Pero no nos dan el ámbito para preguntar!
SR. PRESIDENTE METAZA Lo que usted pregunta no tiene nada que ver con el tema en consideración.
SR. MARTÍNEZ (J. C.) ¡Ustedes tienen que ser coherentes con lo que dicen y con lo que hacen, porque se llenan la boca hablando de los derechos humanos y han dejado cesante a la titular de la AFSCA de La Rioja...
-Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. PRESIDENTE METAZA Diputado: presente la cuestión en otro contexto, no en éste.
SR. MARTÍNEZ (J. C.) Eso es lo que quiero preguntar, si esa es la razón, si es porque la funcionaria es querellante en tres causas de Milani, porque es defensora de la familia de Ledo, el soldado que desapareció en Tucumán siendo asistente de Milani. Quiero saber si esa es la causa por la cual han echado a María Elena Reynoso de la AFSCA de La Rioja.
SR. PRESIDENTE METAZA En función de que dos diputados radicales han hecho muchísimas preguntas, daremos la palabra a los funcionarios para que puedan ir respondiéndolas.
SRA. HERRERA Señor presidente: solicito una interrupción ya que han aludido a la provincia a la que pertenezco y porque es justo que se escuche también la otra campana.
SR. PRESIDENTE METAZA Señora diputada: luego de que los funcionarios respondan las preguntas le daremos la palabra.
Tiene la palabra el señor ministro de Economía y Finanzas Públicas.
Tiene la palabra el señor ministro de Economía y Finanzas Públicas.
SR. PRESIDENTE METAZA Voy a tratar de responder las preguntas que considero fueron dirigidas a mi persona, que estoy en capacidad de contestar y que son pertinentes al tema.
La primera cuestión es que cuando el presidente de la sala ad hoc, dispuesta a tal efecto en el tribunal, hizo su análisis de la expropiación y su exposición, dejó en claro que muchísimas acciones que podían tener efectos sobre el medio ambiente bajo la gestión de Repsol tenían que ver -por ejemplo, para tomar las que había en concreto porque recuerdo bien el informe Mosconi- con el estado de las cañerías, las instalaciones y la potencialidad de riesgo. Lo que ha hecho desde el punto de vista económico, que es lo que compete al tribunal, es en caso de riesgo no de daños efectivamente producidos.
En el caso particular del riesgo se han hecho descuentos sobre pozos pendientes de taponación, cañerías e instalaciones en mal estado o bajo situación de riesgo ambiental. En todos esos casos, en primer lugar, se han tasado los activos al valor real; ese era un punto central porque había un enorme descuido de la situación del potencial daño ambiental.
Por otra parte, no habíamos encontrado en el informe Mosconi -por eso se prometía seguir con la investigación, fuera de lo que ya había sido denunciado por las provincias, que fue en lo que nos basamos- que hubiera habido tal o cual daño ambiental producido sino enorme riesgo por abandono de instalaciones. Esto es cierto y todavía es un problema en la actual YPF.
¿Cómo se procede en ese caso? Básicamente, tal como se ha hecho en el tribunal. Si bien no recuerdo exactamente los números, la mitad de las tuberías de YPF se ha valuado a un precio inferior al de balance y a un precio actual, dado el estado en el que se encuentran después de hacer un relevamiento mucho más pormenorizado. Dicho de otra manera, las cañerías no repuestas o no reparadas han sido tasadas al precio que corresponde, no por buenas ni nuevas.
Otro tanto ocurrió con las baterías en el caso de las refinerías y en particular con algo que se denunció especialmente, que fue actitud tomada por YPF bajo la gestión Repsol pero que en buena medida y en los mayores eventos -no la mayor cantidad- provenía de la gestión estatal.
El ingeniero Galuccio puede dar cuenta de pozos no taponados después de terminada o abandonada la explotación. En ese caso se les ha computado y penalizado cobrándoles sin juicio previo, por vía de la expropiación, el costo de la finalización del pozo. Por lo tanto, lo que falta en la instalación, ya sea en caños o en taponamiento, se les ha descontado del precio; es un poco lo que mencioné antes.
En lo que respecta al daño ambiental, se divide en dos cuestiones.
La primera cuestión es que cuando el presidente de la sala ad hoc, dispuesta a tal efecto en el tribunal, hizo su análisis de la expropiación y su exposición, dejó en claro que muchísimas acciones que podían tener efectos sobre el medio ambiente bajo la gestión de Repsol tenían que ver -por ejemplo, para tomar las que había en concreto porque recuerdo bien el informe Mosconi- con el estado de las cañerías, las instalaciones y la potencialidad de riesgo. Lo que ha hecho desde el punto de vista económico, que es lo que compete al tribunal, es en caso de riesgo no de daños efectivamente producidos.
En el caso particular del riesgo se han hecho descuentos sobre pozos pendientes de taponación, cañerías e instalaciones en mal estado o bajo situación de riesgo ambiental. En todos esos casos, en primer lugar, se han tasado los activos al valor real; ese era un punto central porque había un enorme descuido de la situación del potencial daño ambiental.
Por otra parte, no habíamos encontrado en el informe Mosconi -por eso se prometía seguir con la investigación, fuera de lo que ya había sido denunciado por las provincias, que fue en lo que nos basamos- que hubiera habido tal o cual daño ambiental producido sino enorme riesgo por abandono de instalaciones. Esto es cierto y todavía es un problema en la actual YPF.
¿Cómo se procede en ese caso? Básicamente, tal como se ha hecho en el tribunal. Si bien no recuerdo exactamente los números, la mitad de las tuberías de YPF se ha valuado a un precio inferior al de balance y a un precio actual, dado el estado en el que se encuentran después de hacer un relevamiento mucho más pormenorizado. Dicho de otra manera, las cañerías no repuestas o no reparadas han sido tasadas al precio que corresponde, no por buenas ni nuevas.
Otro tanto ocurrió con las baterías en el caso de las refinerías y en particular con algo que se denunció especialmente, que fue actitud tomada por YPF bajo la gestión Repsol pero que en buena medida y en los mayores eventos -no la mayor cantidad- provenía de la gestión estatal.
El ingeniero Galuccio puede dar cuenta de pozos no taponados después de terminada o abandonada la explotación. En ese caso se les ha computado y penalizado cobrándoles sin juicio previo, por vía de la expropiación, el costo de la finalización del pozo. Por lo tanto, lo que falta en la instalación, ya sea en caños o en taponamiento, se les ha descontado del precio; es un poco lo que mencioné antes.
En lo que respecta al daño ambiental, se divide en dos cuestiones.
SR. GIUBERGIA ¿Qué cifra era esa?
SR. MINISTRO DE ECONOMÍA Y FINANZAS PÚBLICAS No lo recuerdo exactamente, fueron mencionadas, preste atención si le interesa y ahora cuando le responda también, señor diputado...
- Manifestaciones en la sala.
SR. MINISTRO DE ECONOMÍA Y FINANZAS PÚBLICAS Era su inquietud y podría haberlo memorizado.
En el caso de los caños calculo que eran mil quinientos millones, y en el taponamiento de pozos, los números constan en las cinco mil fojas; esto con respecto a las instalaciones en mal estado y al riesgo ambiental.
En relación con problemas ambientales, el informe Mosconi no descubrió nuevos más allá de los denunciados por las provincias. Fuera de algunas fotos de válvulas que perdían o algunos piletones, que por información que constaba dentro de YPF consideramos que no estaban remediados, se inventarió pero no se tasó. Por eso aclaro que el informe Mosconi no tasó.
Después aparecen las contingencias, que es la otra cuestión.
Nosotros no encontramos en ese momento cuestiones nuevas, pero sí nos encontramos con un desprolijo tratamiento del medio ambiente, que fue lo que denunciamos. ¿Cómo se reflejaba? Con instalaciones en mal estado que fueron tasadas nuevamente descontando esa situación, y su remediación en términos de bienes. Es decir que no se le paga por un caño no mantenido, sino que se le paga el valor del caño y se le cobra la necesidad de mantenimiento.
Por otro lado, en el caso de las cuestiones ambientales ya denunciadas, lo que se ha hecho es tomar el valor de contingencia. Se trata de causas iniciadas en muchos casos por las provincias, y algunas en ocasión de la discusión que se produjo recién, por la que se utilizó una expresión que a mí no me parece de muy buen gusto, es decir, los linchamientos mediáticos y que yo llamaría una campaña de esclarecimiento sobre la situación en la que se encontraba la provincia.
¿Qué es lo que hicieron los propios gobernadores? Un inventario de las causas que estaban abiertas que constan como contingencias en los números de YPF. Cuando eso no se hizo, se constató ahora en la tasación, pero son contingencias legales. Ahí hay todo un procedimiento de evaluación de las contingencias legales. Básicamente se le descontó el valor de las contingencias porque cuando no ha fallado el tribunal que generalmente es provincial, no se puede descontar más del valor de lo que está tasado en las contingencias. Y se les descontó como parte de los pasivos, de forma tal que en ambos casos esto penalizó el precio.
Por eso, cuando usted mira, en buena medida, el valor de YPF está dado por el valor de sus bienes, que son las refinerías más importantes del país, las cañerías, el despliegue, los pozos y el acervo petrolero del que dispone. A eso vienen los descuentos: financiero, muy poco y después las contingencias jurídicas, el estado de mantenimiento de los caños, etcétera. O sea que dentro de las contingencias jurídicas están las ambientales y también las no ambientales porque había juicios de otra naturaleza. Eso también fue descontado cuando se hizo la evaluación, tal como consta e incluso tal como lo ha expuesto el ingeniero Daniel Martín.
En el caso de los caños calculo que eran mil quinientos millones, y en el taponamiento de pozos, los números constan en las cinco mil fojas; esto con respecto a las instalaciones en mal estado y al riesgo ambiental.
En relación con problemas ambientales, el informe Mosconi no descubrió nuevos más allá de los denunciados por las provincias. Fuera de algunas fotos de válvulas que perdían o algunos piletones, que por información que constaba dentro de YPF consideramos que no estaban remediados, se inventarió pero no se tasó. Por eso aclaro que el informe Mosconi no tasó.
Después aparecen las contingencias, que es la otra cuestión.
Nosotros no encontramos en ese momento cuestiones nuevas, pero sí nos encontramos con un desprolijo tratamiento del medio ambiente, que fue lo que denunciamos. ¿Cómo se reflejaba? Con instalaciones en mal estado que fueron tasadas nuevamente descontando esa situación, y su remediación en términos de bienes. Es decir que no se le paga por un caño no mantenido, sino que se le paga el valor del caño y se le cobra la necesidad de mantenimiento.
Por otro lado, en el caso de las cuestiones ambientales ya denunciadas, lo que se ha hecho es tomar el valor de contingencia. Se trata de causas iniciadas en muchos casos por las provincias, y algunas en ocasión de la discusión que se produjo recién, por la que se utilizó una expresión que a mí no me parece de muy buen gusto, es decir, los linchamientos mediáticos y que yo llamaría una campaña de esclarecimiento sobre la situación en la que se encontraba la provincia.
¿Qué es lo que hicieron los propios gobernadores? Un inventario de las causas que estaban abiertas que constan como contingencias en los números de YPF. Cuando eso no se hizo, se constató ahora en la tasación, pero son contingencias legales. Ahí hay todo un procedimiento de evaluación de las contingencias legales. Básicamente se le descontó el valor de las contingencias porque cuando no ha fallado el tribunal que generalmente es provincial, no se puede descontar más del valor de lo que está tasado en las contingencias. Y se les descontó como parte de los pasivos, de forma tal que en ambos casos esto penalizó el precio.
Por eso, cuando usted mira, en buena medida, el valor de YPF está dado por el valor de sus bienes, que son las refinerías más importantes del país, las cañerías, el despliegue, los pozos y el acervo petrolero del que dispone. A eso vienen los descuentos: financiero, muy poco y después las contingencias jurídicas, el estado de mantenimiento de los caños, etcétera. O sea que dentro de las contingencias jurídicas están las ambientales y también las no ambientales porque había juicios de otra naturaleza. Eso también fue descontado cuando se hizo la evaluación, tal como consta e incluso tal como lo ha expuesto el ingeniero Daniel Martín.
SR. PRESIDENTE METAZA Tiene la palabra el secretario Legal y Técnico de la Presidencia de la Nación, doctor Carlos Zannini.
SR. SECRETARIO LEGAL Y TÉCNICO Señor presidente: debo comenzar diciendo que yo soy más pequeño que mi reputación, como dice el Indio Solari en algunas de sus canciones.
Algunas de las cosas que he escuchado generan una cierta desilusión. Hace once años que nosotros trabajamos para emancipar la política de las corporaciones, y sin embargo nos encontramos con que todavía hay políticos que se compran el discurso de las corporaciones. (Aplausos.)
No les estoy diciendo que no lean los diarios. Lo que digo es que los lean con inteligencia; no todo lo que los diarios dicen ha pasado. Una gran parte de lo que los diarios publican son operaciones, y me consta porque generalmente advierto en cada tribuna en la que participo, que algunos debemos tener mucho cuidado con las palabras que utilizamos porque se las descontextualiza y se utiliza eso en contra. Esto ocurre con cualquier manifestación dudosa que podamos tener. A su vez, hay otros que se ven favorecidos por esa tarea.
Hace poco una señora diputada se quejó de que en algún momento la utilizaban para la denuncia y después, a la hora de la candidatura, la callaban. La verdad es que pensé que había sido un momento de lucidez, pero después de ver que fue a tres programas televisivos de la tarde y no dijo nada de eso, me di cuenta de que evidentemente no era la lucidez que yo pensaba que había tenido. Sólo se quejaba de que no le daban el tiempo suficiente. No advirtió que hay una tensión permanente entre la política y los medios para ver quién va a tomar las decisiones en la Argentina. Y yo me quedo con que esta comisión tome las decisiones y no los diarios de la República Argentina.
Por eso estamos acá, por eso tenemos respeto por los diputados y por eso les hablo de esta desilusión, porque la tarea de poner en otro contexto, de decir cosas que no se han dicho y simplemente mentir, no es la tarea más importante que los diarios llevan a cabo o que el diario dominante lleva a cabo. La más importante es la de ocultar la realidad que vive la Argentina.
Como dice la canción: "Una palabra no dice nada y al mismo tiempo, lo oculta todo." Ellos llenan de palabras desde las primeras planas de los diarios hasta la página cuarenta para no decir lo que está pasando en el país.
Tengo ejemplos acabados de todo esto, pero por respeto a la comisión no los voy a mencionar, porque conocemos la mecánica de estas reuniones. En mi caso, he sido diputado seis años en la provincia de Santa Cruz. Siempre hay que tener cuidado con el enfrentamiento personal para que con eso no se empañe la presencia del funcionario.
Además, tenemos que tener cuidado con los temas -que yo llamo, obstáculos- que quieren colocar en el camino del acuerdo con Repsol. Por eso, los llamo a que no caigamos en falacias de inatinencia. Es decir, no argumentemos desde un lugar mucho más amplio que no tiene que ver con lo que vinimos a tratar hoy.
En este sentido, aclaro que puedo hablar de muchos temas. Recién el señor diputado preopinante dijo que no hablé de una cuestión u otra; sí, es verdad, tampoco hablé del sexo de los ángeles, porque no es un tema pertinente.
Considero que para bien de todos y para mejora de la política, debemos comenzar a escucharnos, escuchar argumentos y oponerles otros. Me parece que ese es el campo en el que se enriquecerá la política y no habrá quienes lucren con el desprestigio de ella, que es el verdadero problema que tenemos para el ejercicio de la acción política.
Tengo militancia desde hace muchos tiempo, leo diarios desde los 15 años y nunca creí todo lo que escribían. Es más, prefería los diarios que traían los textos completos de los discursos para conocer todo.
Recuerdo que en esa época pasábamos mucho tiempo hablando de la deuda externa y su repudio. Este gobierno, del que formo parte, hizo que ese tema saliera de la preocupación de los argentinos, porque la reestructuramos exitosamente. De ese modo, dejó de ser un peso en la espalda de todos los argentinos.
Por otro lado, aquí se decía: "Ahora el señor ministro de Economía va a ir al Fondo Monetario". ¡Claro que va a ir al Fondo Monetario, pero no les debemos ni un peso! El Fondo Monetario Internacional también ha salido de los discursos típicos que lo tenían como el gran demonio que le pegaba a la Argentina, aunque muchas veces lo era.
Entonces, el tema del acuerdo que se firmó es muy simple y no se puede querer extraer de esta discusión otra cuestión. Este acuerdo se firmó para cumplir con la ley 26.741, que dictó este Congreso, que nos mandó a expropiar. No nos dijo: "No paguen por YPF", sino que nos mandó a expropiar. Y nosotros fuimos y expropiamos en cumplimiento de la ley, y traemos todos los antecedentes para que se analicen.
En primer lugar, espero que haya pertinencia en las preguntas, para no caer en falacias; que estén referidas al acuerdo, que es el tema que venimos a exponer aquí.
En segundo lugar, quiero poner en valor las cuestiones referidas al contexto actual. Tenemos una ley, la hemos cumplido y venimos a traer al Congreso el detalle sobre este particular, que es sobre lo que esperamos que nos pregunten.
En respuesta a lo manifestado por el señor diputado Julio Martínez -que me ha querido tratar bien, aunque mi compañero, "El Cuto" Moreno dijo que me ha tratado mal- debo decirle que yo no pongo ni saco funcionarios en este gobierno; yo trabajo. Le diría que soy un funcionario full life que, tanto con Néstor como con Cristina, he estado trabajando de la manera más honesta, aportando toda mi capacidad para hacer que la Argentina tenga buenos gobiernos. Yo estoy muy satisfecho con la tarea que he llevado adelante así como también con nuestra labor como gobierno, porque creo que esto no es un proyecto individual sino colectivo.
Muchos jóvenes hoy pueblan esta Cámara porque creyeron en lo que hicimos, es decir, emancipar la política de las corporaciones. Queremos seguir en ese camino, pero queremos hablar de esto porque cada vez que venimos a este Congreso debemos tener cierto cuidado.
Hay temas que aparecen como para que hablemos de otra cosa y no de lo que traemos aquí. En este caso en particular, es el medioambiente. La cuestión medioambiental va a ser levantada para tratar de no hablar del acuerdo y para intentar darle responsabilidades al gobierno.
El otro tema es el de los pueblos originarios, del que todavía no se ha hablado. Pero alguien va a venir a oponerse al acuerdo en nombre de los pueblos originarios.
Otra cuestión es el precio de la expropiación. Nosotros hemos traído argumentos, un trabajo, hemos logrado el acuerdo del expropiado -que es lo que nos pedía la ley-, es decir, el acuerdo o pagar en efectivo. Hemos logrado el acuerdo del expropiado.
Nosotros creemos que hemos cumplido bien la función y que esa es una oportunidad para la Patria porque además, a diferencia de otras veces, no es la aplicación del proyecto del puerto en contra de las provincias: es el proyecto de las provincias.
Digo esto porque otra de las cosas que ocurren hoy en la Argentina es que el gobierno no agrede el federalismo sino que lo respeta.
Otro tema que por ahí se quiso utilizar para obstruir es el debate respecto de cómo van a pagar las provincias las acciones que estamos adquiriendo por esta expropiación. Con el respeto que le tenemos a los gobernadores y al Congreso de la Nación, no va a haber ningún acuerdo que no sea sometido a la aprobación del Parlamento.
Si quieren un ejemplo, fíjense que el desendeudamiento provincial está ayudado porque la Nación -gracias al rescate de las cuasimonedas- le ha otorgado crédito a todas las provincias, permitiendo que tengan todavía una espera, y cuando paguen lo harán a una tasa muy favorable. Es decir, aplicó las condiciones que obtuvo en la reestructuración externa para el marco de la recuperación de las provincias.
Entonces, tenemos historia, trabajamos por la Patria y queremos que la discusión de este acuerdo no se convierta en algo que nos separe. Por el contrario, venimos con el corazón abierto para que nos acompañen, porque pensamos que esto no solo es algo bueno para el gobierno de Cristina; ella no se va a llevar YPF a El Calafate: esto es bueno para los argentinos y para la República.
Sería muy bueno que ustedes, con todas las diferencias que tengan, aporten su granito de arena para hacer más grande a YPF y para lograr el objetivo que la ley establece: la soberanía hidrocarburífera. (Aplausos.)
Algunas de las cosas que he escuchado generan una cierta desilusión. Hace once años que nosotros trabajamos para emancipar la política de las corporaciones, y sin embargo nos encontramos con que todavía hay políticos que se compran el discurso de las corporaciones. (Aplausos.)
No les estoy diciendo que no lean los diarios. Lo que digo es que los lean con inteligencia; no todo lo que los diarios dicen ha pasado. Una gran parte de lo que los diarios publican son operaciones, y me consta porque generalmente advierto en cada tribuna en la que participo, que algunos debemos tener mucho cuidado con las palabras que utilizamos porque se las descontextualiza y se utiliza eso en contra. Esto ocurre con cualquier manifestación dudosa que podamos tener. A su vez, hay otros que se ven favorecidos por esa tarea.
Hace poco una señora diputada se quejó de que en algún momento la utilizaban para la denuncia y después, a la hora de la candidatura, la callaban. La verdad es que pensé que había sido un momento de lucidez, pero después de ver que fue a tres programas televisivos de la tarde y no dijo nada de eso, me di cuenta de que evidentemente no era la lucidez que yo pensaba que había tenido. Sólo se quejaba de que no le daban el tiempo suficiente. No advirtió que hay una tensión permanente entre la política y los medios para ver quién va a tomar las decisiones en la Argentina. Y yo me quedo con que esta comisión tome las decisiones y no los diarios de la República Argentina.
Por eso estamos acá, por eso tenemos respeto por los diputados y por eso les hablo de esta desilusión, porque la tarea de poner en otro contexto, de decir cosas que no se han dicho y simplemente mentir, no es la tarea más importante que los diarios llevan a cabo o que el diario dominante lleva a cabo. La más importante es la de ocultar la realidad que vive la Argentina.
Como dice la canción: "Una palabra no dice nada y al mismo tiempo, lo oculta todo." Ellos llenan de palabras desde las primeras planas de los diarios hasta la página cuarenta para no decir lo que está pasando en el país.
Tengo ejemplos acabados de todo esto, pero por respeto a la comisión no los voy a mencionar, porque conocemos la mecánica de estas reuniones. En mi caso, he sido diputado seis años en la provincia de Santa Cruz. Siempre hay que tener cuidado con el enfrentamiento personal para que con eso no se empañe la presencia del funcionario.
Además, tenemos que tener cuidado con los temas -que yo llamo, obstáculos- que quieren colocar en el camino del acuerdo con Repsol. Por eso, los llamo a que no caigamos en falacias de inatinencia. Es decir, no argumentemos desde un lugar mucho más amplio que no tiene que ver con lo que vinimos a tratar hoy.
En este sentido, aclaro que puedo hablar de muchos temas. Recién el señor diputado preopinante dijo que no hablé de una cuestión u otra; sí, es verdad, tampoco hablé del sexo de los ángeles, porque no es un tema pertinente.
Considero que para bien de todos y para mejora de la política, debemos comenzar a escucharnos, escuchar argumentos y oponerles otros. Me parece que ese es el campo en el que se enriquecerá la política y no habrá quienes lucren con el desprestigio de ella, que es el verdadero problema que tenemos para el ejercicio de la acción política.
Tengo militancia desde hace muchos tiempo, leo diarios desde los 15 años y nunca creí todo lo que escribían. Es más, prefería los diarios que traían los textos completos de los discursos para conocer todo.
Recuerdo que en esa época pasábamos mucho tiempo hablando de la deuda externa y su repudio. Este gobierno, del que formo parte, hizo que ese tema saliera de la preocupación de los argentinos, porque la reestructuramos exitosamente. De ese modo, dejó de ser un peso en la espalda de todos los argentinos.
Por otro lado, aquí se decía: "Ahora el señor ministro de Economía va a ir al Fondo Monetario". ¡Claro que va a ir al Fondo Monetario, pero no les debemos ni un peso! El Fondo Monetario Internacional también ha salido de los discursos típicos que lo tenían como el gran demonio que le pegaba a la Argentina, aunque muchas veces lo era.
Entonces, el tema del acuerdo que se firmó es muy simple y no se puede querer extraer de esta discusión otra cuestión. Este acuerdo se firmó para cumplir con la ley 26.741, que dictó este Congreso, que nos mandó a expropiar. No nos dijo: "No paguen por YPF", sino que nos mandó a expropiar. Y nosotros fuimos y expropiamos en cumplimiento de la ley, y traemos todos los antecedentes para que se analicen.
En primer lugar, espero que haya pertinencia en las preguntas, para no caer en falacias; que estén referidas al acuerdo, que es el tema que venimos a exponer aquí.
En segundo lugar, quiero poner en valor las cuestiones referidas al contexto actual. Tenemos una ley, la hemos cumplido y venimos a traer al Congreso el detalle sobre este particular, que es sobre lo que esperamos que nos pregunten.
En respuesta a lo manifestado por el señor diputado Julio Martínez -que me ha querido tratar bien, aunque mi compañero, "El Cuto" Moreno dijo que me ha tratado mal- debo decirle que yo no pongo ni saco funcionarios en este gobierno; yo trabajo. Le diría que soy un funcionario full life que, tanto con Néstor como con Cristina, he estado trabajando de la manera más honesta, aportando toda mi capacidad para hacer que la Argentina tenga buenos gobiernos. Yo estoy muy satisfecho con la tarea que he llevado adelante así como también con nuestra labor como gobierno, porque creo que esto no es un proyecto individual sino colectivo.
Muchos jóvenes hoy pueblan esta Cámara porque creyeron en lo que hicimos, es decir, emancipar la política de las corporaciones. Queremos seguir en ese camino, pero queremos hablar de esto porque cada vez que venimos a este Congreso debemos tener cierto cuidado.
Hay temas que aparecen como para que hablemos de otra cosa y no de lo que traemos aquí. En este caso en particular, es el medioambiente. La cuestión medioambiental va a ser levantada para tratar de no hablar del acuerdo y para intentar darle responsabilidades al gobierno.
El otro tema es el de los pueblos originarios, del que todavía no se ha hablado. Pero alguien va a venir a oponerse al acuerdo en nombre de los pueblos originarios.
Otra cuestión es el precio de la expropiación. Nosotros hemos traído argumentos, un trabajo, hemos logrado el acuerdo del expropiado -que es lo que nos pedía la ley-, es decir, el acuerdo o pagar en efectivo. Hemos logrado el acuerdo del expropiado.
Nosotros creemos que hemos cumplido bien la función y que esa es una oportunidad para la Patria porque además, a diferencia de otras veces, no es la aplicación del proyecto del puerto en contra de las provincias: es el proyecto de las provincias.
Digo esto porque otra de las cosas que ocurren hoy en la Argentina es que el gobierno no agrede el federalismo sino que lo respeta.
Otro tema que por ahí se quiso utilizar para obstruir es el debate respecto de cómo van a pagar las provincias las acciones que estamos adquiriendo por esta expropiación. Con el respeto que le tenemos a los gobernadores y al Congreso de la Nación, no va a haber ningún acuerdo que no sea sometido a la aprobación del Parlamento.
Si quieren un ejemplo, fíjense que el desendeudamiento provincial está ayudado porque la Nación -gracias al rescate de las cuasimonedas- le ha otorgado crédito a todas las provincias, permitiendo que tengan todavía una espera, y cuando paguen lo harán a una tasa muy favorable. Es decir, aplicó las condiciones que obtuvo en la reestructuración externa para el marco de la recuperación de las provincias.
Entonces, tenemos historia, trabajamos por la Patria y queremos que la discusión de este acuerdo no se convierta en algo que nos separe. Por el contrario, venimos con el corazón abierto para que nos acompañen, porque pensamos que esto no solo es algo bueno para el gobierno de Cristina; ella no se va a llevar YPF a El Calafate: esto es bueno para los argentinos y para la República.
Sería muy bueno que ustedes, con todas las diferencias que tengan, aporten su granito de arena para hacer más grande a YPF y para lograr el objetivo que la ley establece: la soberanía hidrocarburífera. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE METAZA Continuando con el otorgamiento de la palabra, los diputados que siguen en la lista de oradores son Lozano, Depetri, Sturzenegger y Cabandié.
Tiene la palabra el señor diputado Lozano.
Tiene la palabra el señor diputado Lozano.
SR. LOZANO Señor presidente: en primer lugar, si fuera posible, le pediría que antes de que termine esta reunión nos diera el listado de quienes fueron aceptados como ponentes por las comisiones para el día de mañana.
En segundo término, y yendo al punto que nos convoca, la verdad es que nosotros tenemos diferencias de enfoque importantes. También tenemos una idea distinta de los verdaderos resultados que conlleva esta ingeniería financiera que nos comentaron.
Respecto de las diferencias de enfoque, nosotros no creemos que haya sido un buen objetivo plantearse una solución amigable. Nosotros creemos que no se puede tener una solución amigable con una empresa -incluso tal cual fue descripta por el señor ministro- que en el caso de Repsol se encargó de vaciar YPF y de depredar el recurso hidrocarburífero de la Argentina.
En ese sentido, estableciendo comparaciones y para dar un ejemplo, no creo que por ejemplo haya sido objetivo de Ecuador establecer una relación amigable con Chevron. Creo que no es un buen camino el haber tenido este objetivo.
Por otra parte, también tenemos diferencias de enfoque porque creo que se llega obviamente debilitada a la discusión porque la Argentina sigue manteniendo los tratados bilaterales de inversión de la década del 90, cuando este gobierno tuvo tiempo de haberlos denunciado.
Asimismo, la Argentina sigue siendo parte -como no lo son muchos otros países de América latina- del espacio del CIADI. Por lo tanto, hay un conjunto de cosas que indudablemente terminan afectando mal las condiciones para defender el interés argentino.
En función de lo que había sido la presentación hecha por el propio gobierno al momento del planteo de la expropiación, nosotros esperábamos otra solución, no ésta. Francamente creemos que esta solución tiene estos problemas porque en la práctica el gobierno está reconociendo -ya sea por acción u omisión- su responsabilidad con el proceso previo, su responsabilidad respecto del modo en que actuó Repsol depredando el recurso hidrocarburífero de la Argentina y vaciando YPF sobre la base de un proceso.
Aquí comparto los dichos del ministro en cuanto a que Repsol era una petrolera de cuarta categoría a nivel mundial y que su incorporación en la Argentina le permitió ascender como petrolera a nivel internacional. Está claro para cualquiera que lea sus balances que fue YPF quien permitió su expansión; el tipo de remisión de utilidades en todas sus etapas, pero sobre todo en la última, demuestra con claridad el proceso de vaciamiento.
Se llega a esta situación en parte por lo que mencionó el propio ingeniero Zannini. Lo dijo él, no lo digo yo: hubo una actitud que consistía en defender el precio de la acción de los inversores privados en YPF. Asimismo, se especuló con la posibilidad de transformar indemnización en asociación con una empresa que, en todo caso, vació y depredó el recurso en la Argentina.
Dicho esto, paso a una serie de preguntas concretas que remiten al tema ambiental. Respecto de los pasivos ambientales detectados, a los que hizo alusión el ingeniero Daniel Martin, ¿se realizó un informe con una auditoría completa del conjunto de las problemáticas ambientales identificadas en el proceso de evaluación de activos y pasivos de la empresa YPF durante la administración de Repsol?
¿La Auditoría General de la Nación pidió ser parte y llevar adelante una auditoría? ¿Consideraron ustedes la posibilidad de que la Auditoría General de la Nación participara de auditar la experiencia de Repsol?
¿Se identificaron los procesos de remediación ambiental efectivamente realizados? Si así fuere, ¿en qué cuenca sedimentaria se los hicieron?
¿Participaron las autoridades ambientales de las provincias en la discusión del daño ambiental? ¿Han sido consultadas en el proceso de valuación de la compañía?
Recordemos que el ministro de Energía de la provincia de Neuquén, ingeniero Guillermo Coco, manifestó que los pasivos ambientales producto de la actividad extractiva de Repsol sumarían unos mil quinientos millones de dólares, y en el caso del gobernador Peralta en la provincia de Santa Cruz, los ubicó en 3 mil millones de dólares.
¿Se tomó conocimiento de la demanda por daño ambiental realizada hasta el presente por la Asociación de Superficiarios de Petróleo de la Patagonia, que lleva adelante una demanda colectiva por daño ambiental en la cuenca neuquina ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación y cuyo fallo definitivo está pendiente?
Creo que las siguientes preguntas están más relacionadas con el secretario Zannini. ¿Podemos tener un detalle de las causas judiciales y medidas cautelares sobre las que el Estado nacional y Repsol han acordado un mutuo desistimiento como parte del convenio firmado?
En relación con las causas laborales y amparos interpuestos por los ex trabajadores de YPF, ¿cuál es la información precisa acerca de los montos de la demanda y el estado de los procesos en los estrados judiciales correspondientes?
En el Anexo 9 del convenio se enumeran juicios de ex trabajadores correspondientes al Programa de Propiedad Participada que obtuvieron medidas cautelares que impedían a Repsol vender las acciones, lo cual fue desestimado por la empresa. En ese sentido, jueces de Buenos Aires y de Tierra del Fuego entendieron que la empresa española no podía desprenderse de estas acciones porque eran de los trabajadores de YPF.
Lo que quiero saber con precisión son las razones invocadas por el Estado nacional para comprometer ante Repsol un desistimiento de las demandas en curso por este tema, lo cual implica que en concreto será el Estado nacional -a no ser que estemos entendiendo mal- el que asuma las responsabilidades patrimoniales, civiles y administrativas que resulten de los procesos mencionados.
Hay algunas otras cuestiones respecto a la ingeniería financiera de la propuesta. Les adelanto que por lo menos desde nuestra perspectiva, y obviamente no me parece que esté bien empezar descalificando, está claro que el problema no es la diferencia entre capital e interés, está claro que el tema tiene que ver con evaluar cuál es efectivamente el valor presente de la operación financiera que se está realizando. Eso implica tomar en cuenta el flujo acumulado de capital más intereses en un período de tiempo determinado y donde además se establezca un determinado tiempo para la amortización del capital, consumándose lo que se suele denominar la duration de la emisión de deuda que se está realizando, obviamente, tomando en cuenta la tasa a la cual se está llevando a cabo esta operación.
En ese sentido, teniendo en cuenta todos estos elementos, los números a nosotros nos dan muy distintos. Nos da que, si se cumpliera la hipótesis de mínima, esto es que la Argentina emitiera sólo 5 mil millones de dólares de deuda pública, en realidad estaríamos con una tasa interna de retorno de alrededor del 9 por ciento, estaríamos multiplicando prácticamente por dos o más de dos la tasa vigente a nivel internacional, y en realidad el valor presente sería equivalente a emitir una deuda de 7.300 millones de dólares a la tasa vigente hoy en el mundo. Y si se cumpliera la hipótesis de máxima estaríamos en una emisión de deuda -a valor presente- de 8.500 millones de dólares. Entre 7.300 y 8.500 millones de dólares está la deuda que estamos reconociendo que es el verdadero valor que se le está poniendo a la empresa, y coincide con los valores requeridos por Repsol.
Este es el problema y es lo que hay que discutir: más allá de enunciar que hay que tener distancia con las corporaciones, en la propuesta hay que efectivamente construir la distancia con las corporaciones.
En ese sentido las preguntas son: ¿por qué razón el monto final de la compensación depende de condiciones de mercado externas a la voluntad política del país? Es decir que nosotros vamos aprobar algo que todavía no sabemos cuánto sale. Tiene una hipótesis de mínima y otra de máxima. En el medio hay 1.500 millones de dólares, lo que no es una cifra tan menor. La verdad es que no se entiende la razón por la que nosotros estamos haciendo algo de esta naturaleza.
Para decirlo "en criollo", si Repsol anunciara hoy -no digo que lo vaya a hacer- su intención de enajenar inmediatamente los títulos, probablemente caería en deprecio en los mercados secundarios, esto impactaría en los montos de emisión y nosotros tendríamos que emitir los 6.503 millones de dólares, que es el límite máximo de emisión de deuda que tomamos. O sea que le estamos dando la posibilidad a Repsol de influir para bajar los precios y con eso cobrar más bonos. La verdad es que no percibimos lo valorable de esta estrategia.
En segundo lugar, se instrumenta un acuerdo por el que se emite un bono nuevo, el Bonar 24, el más representativo en monto, a una altísima tasa de emisión -8,75 por ciento-, asumiendo que el riesgo soberano de la Argentina más que duplique el de nuestros países vecinos y con el agravante de que tiene esa tasa, a pesar de que tiene una garantía adicional colateral, emitida por el Banco Nación, de 150 millones de dólares que cubre los tres primeros pagos.
La verdad es que si pusimos esa garantía, la tasa debería haber sido menor. Tampoco entiendo por qué razón nosotros le reconocemos una tasa de interés de esta magnitud a una compañía que depredó nuestros recursos y vació la empresa..
Una cosa es que estuvieran evaluando solamente a la Argentina, pero estamos evaluando a una empresa que no ha cumplimentado con lo más elemental, que implicaría la evaluación de lo que hicieron en nuestro país con los recursos hidrocarburíferos.
El otro elemento que me gustaría conocer es por qué se habla de 5.000 millones. A nosotros la cuenta nos da 5.500, porque en la práctica se está emitiendo un título, que es el Discount, por 1.250 millones de dólares nominales. Este bono ya ha capitalizado un 40,2 por ciento de intereses hasta diciembre de 2013, por lo cual en realidad lo que estaríamos emitiendo son 1.753 millones de dólares y no los 1.250 que se están mencionando.
Por otro lado, entiendo el tema del tope que se le ha puesto a Repsol así como también la prioridad que se le da a la Argentina para recomprar. Si Repsol enajena bonos por debajo de los 300 millones, sería muy difícil que nosotros pudiéramos recomprar algo y bajarían los precios. Al mismo tiempo, Repsol también puede acordar con alguna institución financiera asociada, eludir el tope y cobrarnos todo.
Por lo tanto, entendemos que la Argentina está mejor con el 51 por ciento de las acciones de YPF que sin ellas, porque consideramos que es un activo absolutamente estratégico. También compartimos que los métodos de cálculo no son neutrales sino que dependen de quiénes los proponen. Desde nuestro punto de vista, hubiésemos necesitado un método de cálculo que diera diferente y que valuara la empresa como la dejó Repsol y no como la valuamos nosotros, como activo estratégico de la Argentina.
De este modo concluyo con mis preguntas, y aclaro que no le voy a formular ninguna al ingeniero Galuccio, aunque me parece muy importante todo lo que dijo. Es más, considero que merecería una reunión especial organizada por la Comisión de Energía y Combustibles para debatir ese tema específicamente. Tengo muchas inquietudes sobre el tema ambiental, relacionadas con los hidrocarburos no convencionales así como también con la perspectiva concreta que este desarrollo podría implicar para la Argentina y para el objetivo de diversificación o no de nuestra matriz energética.
Entonces, sería saludable que viniéramos y lo analizáramos en igualdad de condiciones. Ello implica que no solamente él conozca la letra chica del acuerdo con Chevron sino que la conozcamos todos, tal como ocurre con este acuerdo sobre Repsol.
En segundo término, y yendo al punto que nos convoca, la verdad es que nosotros tenemos diferencias de enfoque importantes. También tenemos una idea distinta de los verdaderos resultados que conlleva esta ingeniería financiera que nos comentaron.
Respecto de las diferencias de enfoque, nosotros no creemos que haya sido un buen objetivo plantearse una solución amigable. Nosotros creemos que no se puede tener una solución amigable con una empresa -incluso tal cual fue descripta por el señor ministro- que en el caso de Repsol se encargó de vaciar YPF y de depredar el recurso hidrocarburífero de la Argentina.
En ese sentido, estableciendo comparaciones y para dar un ejemplo, no creo que por ejemplo haya sido objetivo de Ecuador establecer una relación amigable con Chevron. Creo que no es un buen camino el haber tenido este objetivo.
Por otra parte, también tenemos diferencias de enfoque porque creo que se llega obviamente debilitada a la discusión porque la Argentina sigue manteniendo los tratados bilaterales de inversión de la década del 90, cuando este gobierno tuvo tiempo de haberlos denunciado.
Asimismo, la Argentina sigue siendo parte -como no lo son muchos otros países de América latina- del espacio del CIADI. Por lo tanto, hay un conjunto de cosas que indudablemente terminan afectando mal las condiciones para defender el interés argentino.
En función de lo que había sido la presentación hecha por el propio gobierno al momento del planteo de la expropiación, nosotros esperábamos otra solución, no ésta. Francamente creemos que esta solución tiene estos problemas porque en la práctica el gobierno está reconociendo -ya sea por acción u omisión- su responsabilidad con el proceso previo, su responsabilidad respecto del modo en que actuó Repsol depredando el recurso hidrocarburífero de la Argentina y vaciando YPF sobre la base de un proceso.
Aquí comparto los dichos del ministro en cuanto a que Repsol era una petrolera de cuarta categoría a nivel mundial y que su incorporación en la Argentina le permitió ascender como petrolera a nivel internacional. Está claro para cualquiera que lea sus balances que fue YPF quien permitió su expansión; el tipo de remisión de utilidades en todas sus etapas, pero sobre todo en la última, demuestra con claridad el proceso de vaciamiento.
Se llega a esta situación en parte por lo que mencionó el propio ingeniero Zannini. Lo dijo él, no lo digo yo: hubo una actitud que consistía en defender el precio de la acción de los inversores privados en YPF. Asimismo, se especuló con la posibilidad de transformar indemnización en asociación con una empresa que, en todo caso, vació y depredó el recurso en la Argentina.
Dicho esto, paso a una serie de preguntas concretas que remiten al tema ambiental. Respecto de los pasivos ambientales detectados, a los que hizo alusión el ingeniero Daniel Martin, ¿se realizó un informe con una auditoría completa del conjunto de las problemáticas ambientales identificadas en el proceso de evaluación de activos y pasivos de la empresa YPF durante la administración de Repsol?
¿La Auditoría General de la Nación pidió ser parte y llevar adelante una auditoría? ¿Consideraron ustedes la posibilidad de que la Auditoría General de la Nación participara de auditar la experiencia de Repsol?
¿Se identificaron los procesos de remediación ambiental efectivamente realizados? Si así fuere, ¿en qué cuenca sedimentaria se los hicieron?
¿Participaron las autoridades ambientales de las provincias en la discusión del daño ambiental? ¿Han sido consultadas en el proceso de valuación de la compañía?
Recordemos que el ministro de Energía de la provincia de Neuquén, ingeniero Guillermo Coco, manifestó que los pasivos ambientales producto de la actividad extractiva de Repsol sumarían unos mil quinientos millones de dólares, y en el caso del gobernador Peralta en la provincia de Santa Cruz, los ubicó en 3 mil millones de dólares.
¿Se tomó conocimiento de la demanda por daño ambiental realizada hasta el presente por la Asociación de Superficiarios de Petróleo de la Patagonia, que lleva adelante una demanda colectiva por daño ambiental en la cuenca neuquina ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación y cuyo fallo definitivo está pendiente?
Creo que las siguientes preguntas están más relacionadas con el secretario Zannini. ¿Podemos tener un detalle de las causas judiciales y medidas cautelares sobre las que el Estado nacional y Repsol han acordado un mutuo desistimiento como parte del convenio firmado?
En relación con las causas laborales y amparos interpuestos por los ex trabajadores de YPF, ¿cuál es la información precisa acerca de los montos de la demanda y el estado de los procesos en los estrados judiciales correspondientes?
En el Anexo 9 del convenio se enumeran juicios de ex trabajadores correspondientes al Programa de Propiedad Participada que obtuvieron medidas cautelares que impedían a Repsol vender las acciones, lo cual fue desestimado por la empresa. En ese sentido, jueces de Buenos Aires y de Tierra del Fuego entendieron que la empresa española no podía desprenderse de estas acciones porque eran de los trabajadores de YPF.
Lo que quiero saber con precisión son las razones invocadas por el Estado nacional para comprometer ante Repsol un desistimiento de las demandas en curso por este tema, lo cual implica que en concreto será el Estado nacional -a no ser que estemos entendiendo mal- el que asuma las responsabilidades patrimoniales, civiles y administrativas que resulten de los procesos mencionados.
Hay algunas otras cuestiones respecto a la ingeniería financiera de la propuesta. Les adelanto que por lo menos desde nuestra perspectiva, y obviamente no me parece que esté bien empezar descalificando, está claro que el problema no es la diferencia entre capital e interés, está claro que el tema tiene que ver con evaluar cuál es efectivamente el valor presente de la operación financiera que se está realizando. Eso implica tomar en cuenta el flujo acumulado de capital más intereses en un período de tiempo determinado y donde además se establezca un determinado tiempo para la amortización del capital, consumándose lo que se suele denominar la duration de la emisión de deuda que se está realizando, obviamente, tomando en cuenta la tasa a la cual se está llevando a cabo esta operación.
En ese sentido, teniendo en cuenta todos estos elementos, los números a nosotros nos dan muy distintos. Nos da que, si se cumpliera la hipótesis de mínima, esto es que la Argentina emitiera sólo 5 mil millones de dólares de deuda pública, en realidad estaríamos con una tasa interna de retorno de alrededor del 9 por ciento, estaríamos multiplicando prácticamente por dos o más de dos la tasa vigente a nivel internacional, y en realidad el valor presente sería equivalente a emitir una deuda de 7.300 millones de dólares a la tasa vigente hoy en el mundo. Y si se cumpliera la hipótesis de máxima estaríamos en una emisión de deuda -a valor presente- de 8.500 millones de dólares. Entre 7.300 y 8.500 millones de dólares está la deuda que estamos reconociendo que es el verdadero valor que se le está poniendo a la empresa, y coincide con los valores requeridos por Repsol.
Este es el problema y es lo que hay que discutir: más allá de enunciar que hay que tener distancia con las corporaciones, en la propuesta hay que efectivamente construir la distancia con las corporaciones.
En ese sentido las preguntas son: ¿por qué razón el monto final de la compensación depende de condiciones de mercado externas a la voluntad política del país? Es decir que nosotros vamos aprobar algo que todavía no sabemos cuánto sale. Tiene una hipótesis de mínima y otra de máxima. En el medio hay 1.500 millones de dólares, lo que no es una cifra tan menor. La verdad es que no se entiende la razón por la que nosotros estamos haciendo algo de esta naturaleza.
Para decirlo "en criollo", si Repsol anunciara hoy -no digo que lo vaya a hacer- su intención de enajenar inmediatamente los títulos, probablemente caería en deprecio en los mercados secundarios, esto impactaría en los montos de emisión y nosotros tendríamos que emitir los 6.503 millones de dólares, que es el límite máximo de emisión de deuda que tomamos. O sea que le estamos dando la posibilidad a Repsol de influir para bajar los precios y con eso cobrar más bonos. La verdad es que no percibimos lo valorable de esta estrategia.
En segundo lugar, se instrumenta un acuerdo por el que se emite un bono nuevo, el Bonar 24, el más representativo en monto, a una altísima tasa de emisión -8,75 por ciento-, asumiendo que el riesgo soberano de la Argentina más que duplique el de nuestros países vecinos y con el agravante de que tiene esa tasa, a pesar de que tiene una garantía adicional colateral, emitida por el Banco Nación, de 150 millones de dólares que cubre los tres primeros pagos.
La verdad es que si pusimos esa garantía, la tasa debería haber sido menor. Tampoco entiendo por qué razón nosotros le reconocemos una tasa de interés de esta magnitud a una compañía que depredó nuestros recursos y vació la empresa..
Una cosa es que estuvieran evaluando solamente a la Argentina, pero estamos evaluando a una empresa que no ha cumplimentado con lo más elemental, que implicaría la evaluación de lo que hicieron en nuestro país con los recursos hidrocarburíferos.
El otro elemento que me gustaría conocer es por qué se habla de 5.000 millones. A nosotros la cuenta nos da 5.500, porque en la práctica se está emitiendo un título, que es el Discount, por 1.250 millones de dólares nominales. Este bono ya ha capitalizado un 40,2 por ciento de intereses hasta diciembre de 2013, por lo cual en realidad lo que estaríamos emitiendo son 1.753 millones de dólares y no los 1.250 que se están mencionando.
Por otro lado, entiendo el tema del tope que se le ha puesto a Repsol así como también la prioridad que se le da a la Argentina para recomprar. Si Repsol enajena bonos por debajo de los 300 millones, sería muy difícil que nosotros pudiéramos recomprar algo y bajarían los precios. Al mismo tiempo, Repsol también puede acordar con alguna institución financiera asociada, eludir el tope y cobrarnos todo.
Por lo tanto, entendemos que la Argentina está mejor con el 51 por ciento de las acciones de YPF que sin ellas, porque consideramos que es un activo absolutamente estratégico. También compartimos que los métodos de cálculo no son neutrales sino que dependen de quiénes los proponen. Desde nuestro punto de vista, hubiésemos necesitado un método de cálculo que diera diferente y que valuara la empresa como la dejó Repsol y no como la valuamos nosotros, como activo estratégico de la Argentina.
De este modo concluyo con mis preguntas, y aclaro que no le voy a formular ninguna al ingeniero Galuccio, aunque me parece muy importante todo lo que dijo. Es más, considero que merecería una reunión especial organizada por la Comisión de Energía y Combustibles para debatir ese tema específicamente. Tengo muchas inquietudes sobre el tema ambiental, relacionadas con los hidrocarburos no convencionales así como también con la perspectiva concreta que este desarrollo podría implicar para la Argentina y para el objetivo de diversificación o no de nuestra matriz energética.
Entonces, sería saludable que viniéramos y lo analizáramos en igualdad de condiciones. Ello implica que no solamente él conozca la letra chica del acuerdo con Chevron sino que la conozcamos todos, tal como ocurre con este acuerdo sobre Repsol.
SR. PRESIDENTE METAZA Quiero comentarle al señor diputado Lozano, en función de lo que planteó, la iniciativa del bloque del Frente para la Victoria, conjuntamente con YPF. Se vincula con la posibilidad, a corto plazo, de una visita a Vaca Muerta por parte de los señores senadores y diputados integrantes de las respectivas comisiones de Energía y Combustibles.
Tiene la palabra el señor ministro de Economía y Finanzas Públicas.
Tiene la palabra el señor ministro de Economía y Finanzas Públicas.
SR. MINISTRO DE ECONOMÍA Y FINANZAS PÚBLICAS En primer lugar quiero hacer un comentario general sobre la emisión de deuda.
La verdad es que la Argentina desde hace bastante tiempo no emite un nuevo título, como sería el Repsol 24 o el BONAR 24. De esa manera, testea fehacientemente cuál es la respuesta de los mercados en términos de la tasa de interés que convalida. Sí conocemos que títulos como el BONAR 10 -que vence en 2017- hoy cotiza en el mercado bastante lejos del valor par, cotizará en 85 centavos por dólar.
Hay otros títulos como los de pronto vencimiento que están muy cerca de la par, pero la verdad es que hoy el mercado, tal como planteaba -aunque lo desconocemos porque no hemos hecho el experimento empírico-, no parecería estar muy dispuesto a prestarle a la Argentina al mismo precio al que le presta no sólo a otros países de la región, sino particularmente a España.
Menciono el caso de España -que observaba el otro día- porque las más importantes calificadoras de riesgo -que son habitualmente observadas por los inversionistas cuando compran deuda de países- le han dado una calificación de riesgo mucho mejor que a la Argentina, pese a que España tiene una proporción deuda-PBI muchísimo más desfavorable, una tasa de desempleo y de perspectivas para el crecimiento mucho peor y una situación económica y financiera claramente menos favorable que la nuestra desde el punto de vista de los indicadores.
A este respecto, menciono simplemente el 6,6 por ciento de desempleo de nuestro país contra un 27 por ciento de España o más de ciento por ciento de deuda contra un 43 por ciento de deuda-producto. Sin embargo, los mercados -para ponerles un nombre- penalizan muchísimo más a la República Argentina, no en una emisión nueva -lo desconocemos, no lo hemos hecho y salí a decir la semana pasada que no estaba en nuestro plan de corto plazo hacerlo-, pero sí en el valor de los títulos ya existentes que se comercializan. De forma tal que la situación de tasa -y voy a dar la otra apreciación- cuando uno emite deuda tiene que ver con lo que le convalida el mercado, si alguien está dispuesto a pagarla.
Es por eso que si hoy hubiera en el Parlamento una autorización para emisión de deuda, no es que el Congreso fije una tasa, sino que faculta al Poder Ejecutivo a encontrar esa tasa a la que puede hacer una colocación determinada.
Esto quiere decir que ese valor -8,7 por ciento- está por arriba de lo que está descontando hoy el mercado de los títulos, es igual a muchos títulos de deuda que tiene en el mercado y, por otra parte, está por encima de otras colocaciones de algunos países vecinos y otros no vecinos, así como también hay países que están más castigados por los mercados. De manera que la tasa de interés -como he probado- termina siendo una cuestión de mercado, sobre todo cuando tiene que haber un tomador voluntario.
Nosotros tomamos un valor para la tasa de interés que se encuentra cercano al valor de buena parte de la deuda que tiene hoy emitida la Argentina, exceptuando los organismos multilaterales de crédito. Esa es toda la consideración que puedo hacer.
Con respecto a la otra cuestión, que es que deberíamos haber tratado a Repsol algo así como a un enemigo público por todo el daño que había hecho en YPF y no intentar un acuerdo cuyo nombre es convencional -me refiero al de "acuerdo amistoso"-, digo que el diputado debería haber participado en las discusiones muy acaloradas que hubo en torno a esto, pero que terminó siendo un acuerdo de ambas partes.
Me permito hacer una apreciación ampliando un poco lo que exponía el secretario de Legal y Técnica. Primero, que Repsol estaba reclamando fehacientemente mucho más que esto, aun con todas las cuentas que el señor diputado hace de máximo y mínimo. Estaba reclamando mucho más, y no era abstracto ni declamativo como los 18.000 millones, sino inicios que había hecho o lo que tenía marcado en balance.
Nosotros decidimos marchar por la vía de un acuerdo dado que la ley de expropiaciones, a la que remitía la ley de soberanía hidrocarburífera, mandaba pagarle a Repsol, y no a condenarla sin ningún pago o sin darle indemnización, porque no era lo que había establecido el Parlamento.
Había que indemnizar a la empresa. El tema era tasar e indemnizar, según la ley de expropiación.
Por lo tanto, la disyuntiva no era dictaminar penalmente que Repsol había hecho tal cosa o tal otra y entonces no ofrecerle ningún pago o castigarla a través de ese pago, sino tasar la compañía y pagar. Eso dice la ley de expropiaciones.
Por otra parte, en lo que respecta a los pasivos ambientales, encontramos la solución del avenimiento, por lo que expliqué y que me parece evidente, esto es, porque accedemos a un financiamiento, y porque también nos libra tanto de los procesos que había iniciado Repsol y que estaban en curso como de la discusión del precio en sede judicial, que impide perfeccionar la expropiación ante una muy probable disconformidad de Repsol con el precio fijado por el tribunal.
En la oportunidad y en haber obtenido un acuerdo -que repito, no era el deseado por Repsol, tampoco el deseado originalmente cuando toma la vía judicial ni al principio de las negociaciones-, afortunadamente tuvieron mucho que ver accionistas de la compañía, no la actual gestión, que desde el principio lo vieron como favorable aun cuando el número no conformara las aspiraciones de la empresa y el financiamiento.
También hay que tener en cuenta que Repsol toma deuda argentina a un valor más alto que el del mercado. Por lo tanto, si hubiéramos ido al mercado probablemente -y no lo sé porque es contrafáctico- no hubiéramos obtenido estas tasas. De manera que toma ese valor porque fueron las condiciones que se le propusieron.
No veo qué alternativa existe que no sea repudiar ahora lo que marca la ley y decir "no vamos a pagar" una vez que el tribunal falle; no veo qué alternativa había fuera de conseguir un acuerdo y librarnos de las causas, del pago en efectivo y además pagar lo que el tribunal considera que es el valor.
La verdad es que la Argentina desde hace bastante tiempo no emite un nuevo título, como sería el Repsol 24 o el BONAR 24. De esa manera, testea fehacientemente cuál es la respuesta de los mercados en términos de la tasa de interés que convalida. Sí conocemos que títulos como el BONAR 10 -que vence en 2017- hoy cotiza en el mercado bastante lejos del valor par, cotizará en 85 centavos por dólar.
Hay otros títulos como los de pronto vencimiento que están muy cerca de la par, pero la verdad es que hoy el mercado, tal como planteaba -aunque lo desconocemos porque no hemos hecho el experimento empírico-, no parecería estar muy dispuesto a prestarle a la Argentina al mismo precio al que le presta no sólo a otros países de la región, sino particularmente a España.
Menciono el caso de España -que observaba el otro día- porque las más importantes calificadoras de riesgo -que son habitualmente observadas por los inversionistas cuando compran deuda de países- le han dado una calificación de riesgo mucho mejor que a la Argentina, pese a que España tiene una proporción deuda-PBI muchísimo más desfavorable, una tasa de desempleo y de perspectivas para el crecimiento mucho peor y una situación económica y financiera claramente menos favorable que la nuestra desde el punto de vista de los indicadores.
A este respecto, menciono simplemente el 6,6 por ciento de desempleo de nuestro país contra un 27 por ciento de España o más de ciento por ciento de deuda contra un 43 por ciento de deuda-producto. Sin embargo, los mercados -para ponerles un nombre- penalizan muchísimo más a la República Argentina, no en una emisión nueva -lo desconocemos, no lo hemos hecho y salí a decir la semana pasada que no estaba en nuestro plan de corto plazo hacerlo-, pero sí en el valor de los títulos ya existentes que se comercializan. De forma tal que la situación de tasa -y voy a dar la otra apreciación- cuando uno emite deuda tiene que ver con lo que le convalida el mercado, si alguien está dispuesto a pagarla.
Es por eso que si hoy hubiera en el Parlamento una autorización para emisión de deuda, no es que el Congreso fije una tasa, sino que faculta al Poder Ejecutivo a encontrar esa tasa a la que puede hacer una colocación determinada.
Esto quiere decir que ese valor -8,7 por ciento- está por arriba de lo que está descontando hoy el mercado de los títulos, es igual a muchos títulos de deuda que tiene en el mercado y, por otra parte, está por encima de otras colocaciones de algunos países vecinos y otros no vecinos, así como también hay países que están más castigados por los mercados. De manera que la tasa de interés -como he probado- termina siendo una cuestión de mercado, sobre todo cuando tiene que haber un tomador voluntario.
Nosotros tomamos un valor para la tasa de interés que se encuentra cercano al valor de buena parte de la deuda que tiene hoy emitida la Argentina, exceptuando los organismos multilaterales de crédito. Esa es toda la consideración que puedo hacer.
Con respecto a la otra cuestión, que es que deberíamos haber tratado a Repsol algo así como a un enemigo público por todo el daño que había hecho en YPF y no intentar un acuerdo cuyo nombre es convencional -me refiero al de "acuerdo amistoso"-, digo que el diputado debería haber participado en las discusiones muy acaloradas que hubo en torno a esto, pero que terminó siendo un acuerdo de ambas partes.
Me permito hacer una apreciación ampliando un poco lo que exponía el secretario de Legal y Técnica. Primero, que Repsol estaba reclamando fehacientemente mucho más que esto, aun con todas las cuentas que el señor diputado hace de máximo y mínimo. Estaba reclamando mucho más, y no era abstracto ni declamativo como los 18.000 millones, sino inicios que había hecho o lo que tenía marcado en balance.
Nosotros decidimos marchar por la vía de un acuerdo dado que la ley de expropiaciones, a la que remitía la ley de soberanía hidrocarburífera, mandaba pagarle a Repsol, y no a condenarla sin ningún pago o sin darle indemnización, porque no era lo que había establecido el Parlamento.
Había que indemnizar a la empresa. El tema era tasar e indemnizar, según la ley de expropiación.
Por lo tanto, la disyuntiva no era dictaminar penalmente que Repsol había hecho tal cosa o tal otra y entonces no ofrecerle ningún pago o castigarla a través de ese pago, sino tasar la compañía y pagar. Eso dice la ley de expropiaciones.
Por otra parte, en lo que respecta a los pasivos ambientales, encontramos la solución del avenimiento, por lo que expliqué y que me parece evidente, esto es, porque accedemos a un financiamiento, y porque también nos libra tanto de los procesos que había iniciado Repsol y que estaban en curso como de la discusión del precio en sede judicial, que impide perfeccionar la expropiación ante una muy probable disconformidad de Repsol con el precio fijado por el tribunal.
En la oportunidad y en haber obtenido un acuerdo -que repito, no era el deseado por Repsol, tampoco el deseado originalmente cuando toma la vía judicial ni al principio de las negociaciones-, afortunadamente tuvieron mucho que ver accionistas de la compañía, no la actual gestión, que desde el principio lo vieron como favorable aun cuando el número no conformara las aspiraciones de la empresa y el financiamiento.
También hay que tener en cuenta que Repsol toma deuda argentina a un valor más alto que el del mercado. Por lo tanto, si hubiéramos ido al mercado probablemente -y no lo sé porque es contrafáctico- no hubiéramos obtenido estas tasas. De manera que toma ese valor porque fueron las condiciones que se le propusieron.
No veo qué alternativa existe que no sea repudiar ahora lo que marca la ley y decir "no vamos a pagar" una vez que el tribunal falle; no veo qué alternativa había fuera de conseguir un acuerdo y librarnos de las causas, del pago en efectivo y además pagar lo que el tribunal considera que es el valor.
SR. LOZANO Pido la palabra.
SR. PRESIDENTE METAZA Disculpe, diputado Lozano, habíamos dicho que no había posibilidad de repreguntar.
Tiene la palabra el señor secretario Zannini.
Tiene la palabra el señor secretario Zannini.
SR. SECRETARIO LEGAL Y TÉCNICO Seré lo más breve posible. El listado de juicios que desiste Repsol y el listado de juicios en los que están afectadas YPF y Repsol están en los anexos 5 y 6 del propio contrato, por eso nos comprometemos.
Además, hay que tener en claro que el Congreso nos mandó expropiar el 51 por ciento de las acciones de una sociedad anónima y ello influye respecto de la continuidad de la empresa y de su historia.
Si hubiera algún caso que significara la comisión de un delito por parte de quienes estuvieron conduciendo Repsol, no quedan eximidos de culpa por este convenio. Si hubiera un manejo, que pudiera probarse, que se debe al accionista por uno de sus directores, tendrían responsabilidad. Este acuerdo, al final de la cláusula 6°, deja en claro que sin perjuicio de los casos de actuación de la justicia cuando ha habido delitos. Esto arregla la cuestión comercial.
En relación con temas puntuales, que sé que son de preocupación, les comento que en cuanto al medio ambiente no hay reclamos específicos que estén fuera de este convenio que no se hayan tomado en consideración. Cuando haya que responsabilizar respecto del daño al medio ambiente habrá que determinar quiénes fueron los responsables de ese daño que se hizo de manera intencional. Si es producto de la sola operación, YPF en muchos casos ya lo está pagando porque está remediando, pero las cifras que se manejaron no están contenidas en ningún juicio vivo, no hay actuaciones que las hayan incluido.
El tema de la propiedad participada no es un problema de YPF sino del Estado nacional, que fue el que se desprendió de las acciones. Los únicos pagos que se hicieron por ese concepto fueron durante la vigencia de este gobierno, de 2003 a la fecha, y van a seguir solucionándose en la medida del derecho de cada uno de los reclamantes.
Este convenio no tiene por qué perjudicar a los ex trabajadores de YPF. Al contrario, este convenio marca la posibilidad de que reparemos los daños que la privatización defectuosa de YPF causó en aquellos años, asumiendo ante los trabajadores la responsabilidad de indemnizarlos por cualquier daño que hayan sufrido. En este sentido, el Congreso ya ha dictado dos leyes y puede llegar a sancionar alguna más porque no todos los casos están comprendidos en lo que ya se hizo.
También le sumo a esta responsabilidad la protección de los derechos de los pueblos originarios, que no tienen por qué estar afectados. Al contrario, creo que van a estar en mejores condiciones con YPF en manos del Estado nacional y de las provincias, que en las manos en las que estaban, en Repsol. No vamos a dar loas a Repsol y sabemos el daño que nos ha ocasionado, pero no podemos estar lamiéndonos la herida continuamente. Muchas de las cosas que se integran a los discursos son en realidad pretensiones teóricas.
Si estudiamos caso por caso los vaciamientos, éstos se han producido haciendo uso de las facultades que tenían quienes conducían la empresa. Si no se prueba el delito, son inconmovibles para la ley de sociedades y para la Justicia argentina.
Ojalá pudiéramos recuperar activos, pero este acuerdo no es ni un obstáculo ni es la posibilidad de hacer esa recuperación. Este es un acuerdo al que arribamos en cumplimiento de lo que la ley mandó: expropiar el 51 por ciento de las acciones, lo que logramos hacer amigablemente y sin tener que pagar en efectivo. Creo que eso ha sido ventajoso por todas las posibilidades que presenta.
Les pido disculpas si me he extendido en el uso de la palabra. Es difícil responder todo ante tantas preguntas. Uno trata de contestar lo más importante.
Además, hay que tener en claro que el Congreso nos mandó expropiar el 51 por ciento de las acciones de una sociedad anónima y ello influye respecto de la continuidad de la empresa y de su historia.
Si hubiera algún caso que significara la comisión de un delito por parte de quienes estuvieron conduciendo Repsol, no quedan eximidos de culpa por este convenio. Si hubiera un manejo, que pudiera probarse, que se debe al accionista por uno de sus directores, tendrían responsabilidad. Este acuerdo, al final de la cláusula 6°, deja en claro que sin perjuicio de los casos de actuación de la justicia cuando ha habido delitos. Esto arregla la cuestión comercial.
En relación con temas puntuales, que sé que son de preocupación, les comento que en cuanto al medio ambiente no hay reclamos específicos que estén fuera de este convenio que no se hayan tomado en consideración. Cuando haya que responsabilizar respecto del daño al medio ambiente habrá que determinar quiénes fueron los responsables de ese daño que se hizo de manera intencional. Si es producto de la sola operación, YPF en muchos casos ya lo está pagando porque está remediando, pero las cifras que se manejaron no están contenidas en ningún juicio vivo, no hay actuaciones que las hayan incluido.
El tema de la propiedad participada no es un problema de YPF sino del Estado nacional, que fue el que se desprendió de las acciones. Los únicos pagos que se hicieron por ese concepto fueron durante la vigencia de este gobierno, de 2003 a la fecha, y van a seguir solucionándose en la medida del derecho de cada uno de los reclamantes.
Este convenio no tiene por qué perjudicar a los ex trabajadores de YPF. Al contrario, este convenio marca la posibilidad de que reparemos los daños que la privatización defectuosa de YPF causó en aquellos años, asumiendo ante los trabajadores la responsabilidad de indemnizarlos por cualquier daño que hayan sufrido. En este sentido, el Congreso ya ha dictado dos leyes y puede llegar a sancionar alguna más porque no todos los casos están comprendidos en lo que ya se hizo.
También le sumo a esta responsabilidad la protección de los derechos de los pueblos originarios, que no tienen por qué estar afectados. Al contrario, creo que van a estar en mejores condiciones con YPF en manos del Estado nacional y de las provincias, que en las manos en las que estaban, en Repsol. No vamos a dar loas a Repsol y sabemos el daño que nos ha ocasionado, pero no podemos estar lamiéndonos la herida continuamente. Muchas de las cosas que se integran a los discursos son en realidad pretensiones teóricas.
Si estudiamos caso por caso los vaciamientos, éstos se han producido haciendo uso de las facultades que tenían quienes conducían la empresa. Si no se prueba el delito, son inconmovibles para la ley de sociedades y para la Justicia argentina.
Ojalá pudiéramos recuperar activos, pero este acuerdo no es ni un obstáculo ni es la posibilidad de hacer esa recuperación. Este es un acuerdo al que arribamos en cumplimiento de lo que la ley mandó: expropiar el 51 por ciento de las acciones, lo que logramos hacer amigablemente y sin tener que pagar en efectivo. Creo que eso ha sido ventajoso por todas las posibilidades que presenta.
Les pido disculpas si me he extendido en el uso de la palabra. Es difícil responder todo ante tantas preguntas. Uno trata de contestar lo más importante.
SR. LOZANO ¿Sobre la auditoría?
SR. PRESIDENTE METAZA A continuación, tiene la palabra el señor diputado...
Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. SECRETARIO LEGAL Y TÉCNICO No estaba en la ley, no impide que la Auditoría en algún momento ingrese...
SR. LOZANO La Auditoría había pedido la posibilidad de auditar la experiencia Repsol y su balance.
SR. MINISTRO DE ECONOMÍA Y FINANZAS PÚBLICAS Al Ministerio de Economía, no. Entiendo que no. ¿La Auditoría ha solicitado la actuación? No me consta pero creo que no. Por lo menos, no a mí como ministro. No lo sé.
SR. PRESIDENTE METAZA Para continuar tiene la palabra el señor diputado Depetri, quien será seguido por los señores diputados Sturzenegger y Cabandié.
SR. DEPETRI Señor presidente: creo que la presencia de los ministros del Poder Ejecutivo y del presidente de la empresa en la Comisión de Energía y Combustibles es un hecho muy importante que hay que destacar. Digo esto porque algunos -fundamentalmente, los sectores económicos más poderosos y sobre todo aquellos que intervienen en el negocio energético- quieren o intentan minimizar la discusión, ponerle sospechas, tratar de discutir solamente la cuestión instrumental del acuerdo y no se involucran en la discusión estratégica y fundamental que hoy está dando este otro paso.
La propuesta del Poder Ejecutivo nacional, de acuerdo con la ley votada por este Parlamento, de garantizar el cumplimiento de la ley 26.741 sobre hidrocarburos, declara de interés público y nacional el autoabastecimiento de hidrocarburos.
Por eso, para nosotros se trata de un tema que tenemos que ubicar en su justa disputa de intereses poderosos. El ingeniero Galuccio dijo que no somos un país petrolero sino un país con petróleo. Pero también hay que mencionar que somos un país ubicado en el marco de la discusión de una política energética internacional y latinoamericana, y todas las decisiones que se toman en otros lugares impactan en nuestra política energética. Me estoy refiriendo al precio del petróleo, las reservas, los niveles de tecnología y la capacidad de bajar la importación de los combustibles, que es uno de los problemas clave que tenemos en la economía.
Nosotros instalamos en su dimensión precisa la discusión la crisis energética a nivel mundial. Quiero mencionar a Venezuela, con 316 millones de barriles de petróleo, de reservas comprobadas, Arabia Saudita con 267.500.000, y también Irak, Libia e Irán. Pareciera que nosotros tomamos decisiones pensando solamente en la Argentina y no evaluamos la situación completa en este contexto.
La Argentina recupera una decisión estratégica fundamental, es decir, poner al Estado en un eje clave para un desarrollo nacional. Nuestro país tiene una política energética y toma la decisión de la nacionalización de la compañía. Esto no ocurre porque ayer nos levantamos y dijimos "la vamos a nacionalizar" sino que se trata de un paso fundamental en la recuperación de la Argentina, y sobre todo para el pueblo, para los trabajadores argentinos.
Mañana vamos a escuchar a la oposición, lo cual es muy importante. Hoy escuchamos a los funcionarios, a nuestros compañeros, que tienen a su cargo esta gestión y responsabilidad. Entonces, así como hoy la oposición escucha a nuestros funcionarios y les formulan preguntas, nosotros haremos lo mismo mañana, esto es, vamos a escuchar a la oposición y a hacerle preguntas. Esto es muy sano. Cabe mencionar que algunos de los que defendieron el modelo privatizador de los '90 van a venir a exponer mañana aquí.
Queremos destacar la importancia de este paso en la recuperación del Estado controlando un tema clave para el país. En este sentido, es oportuno que trabajemos algunas líneas de intervención que están en discusión.
La Argentina de la privatización no solamente implicó la privatización de YPF sino que también fue la desocupación del 40 por ciento de los trabajadores argentinos, fue la flexibilidad laboral, la privatización de la educación, de la salud ¡y del sistema previsional! ¡Fue el país donde, fruto de la desindustrialización y de un Estado garante del negocio del sector privado, apareció el hambre como perspectiva para muchos compatriotas!
Entonces, la estatización, la nacionalización, la decisión del acuerdo que hoy tiene nuestro gobierno con Repsol, se instala en esta definición. Es bueno que habilitemos la discusión sobre la política energética, porque pareciera que el gobierno no la tuviera o la subordinara al interés de las corporaciones. En este sentido, el informe del ministro y del secretario legal y técnico lo planteó con claridad.
En este acuerdo venimos a defender el interés nacional, y sobre todo a fortalecer la presencia del Estado en el control soberano de un recurso que, asociado con el sector privado, tiene que seguir profundizando la recuperación del trabajo.
En ese camino, sería beneficioso que el gobierno nacional también lance una campaña muy fuerte sobre los objetivos de este tema y no sólo venir aquí, al Parlamento.
Digo esto porque se cabalga sobre algunas definiciones de la oposición que quieren poner bajo sospecha el acuerdo.
En ese sentido, cuando se dice "acuerdo amistoso", no es un acuerdo amistoso sólo con la discusión con Repsol sino que se trata de un acuerdo amistoso con España porque los tratados también son firmados por los Estados.
Se pone duda sobre el monto de la tasación, que es un monto razonable. Es bueno que también pongamos énfasis, mucho énfasis, en los montos que nosotros acordamos pagar cuando vimos que no estaban dadas las condiciones para el reclamo de Repsol, porque sólo en ductos hemos bajado -según el informe del Tribunal de Tasaciones- más de 1.000 millones de dólares. Sólo en ductos, con lo cual hay que trabajar en esa dirección esclareciendo con una gran campaña lo referido al acuerdo.
También es bueno recordar que la demanda de YPF-Repsol en el CIADI estaba por encima de los 10.500 millones de dólares y que el acuerdo resuelve ese litigio internacional que significa para la Argentina estar hoy ahorrando miles de millones de dólares que vamos a volcar a la inversión.
La propuesta del Poder Ejecutivo nacional, de acuerdo con la ley votada por este Parlamento, de garantizar el cumplimiento de la ley 26.741 sobre hidrocarburos, declara de interés público y nacional el autoabastecimiento de hidrocarburos.
Por eso, para nosotros se trata de un tema que tenemos que ubicar en su justa disputa de intereses poderosos. El ingeniero Galuccio dijo que no somos un país petrolero sino un país con petróleo. Pero también hay que mencionar que somos un país ubicado en el marco de la discusión de una política energética internacional y latinoamericana, y todas las decisiones que se toman en otros lugares impactan en nuestra política energética. Me estoy refiriendo al precio del petróleo, las reservas, los niveles de tecnología y la capacidad de bajar la importación de los combustibles, que es uno de los problemas clave que tenemos en la economía.
Nosotros instalamos en su dimensión precisa la discusión la crisis energética a nivel mundial. Quiero mencionar a Venezuela, con 316 millones de barriles de petróleo, de reservas comprobadas, Arabia Saudita con 267.500.000, y también Irak, Libia e Irán. Pareciera que nosotros tomamos decisiones pensando solamente en la Argentina y no evaluamos la situación completa en este contexto.
La Argentina recupera una decisión estratégica fundamental, es decir, poner al Estado en un eje clave para un desarrollo nacional. Nuestro país tiene una política energética y toma la decisión de la nacionalización de la compañía. Esto no ocurre porque ayer nos levantamos y dijimos "la vamos a nacionalizar" sino que se trata de un paso fundamental en la recuperación de la Argentina, y sobre todo para el pueblo, para los trabajadores argentinos.
Mañana vamos a escuchar a la oposición, lo cual es muy importante. Hoy escuchamos a los funcionarios, a nuestros compañeros, que tienen a su cargo esta gestión y responsabilidad. Entonces, así como hoy la oposición escucha a nuestros funcionarios y les formulan preguntas, nosotros haremos lo mismo mañana, esto es, vamos a escuchar a la oposición y a hacerle preguntas. Esto es muy sano. Cabe mencionar que algunos de los que defendieron el modelo privatizador de los '90 van a venir a exponer mañana aquí.
Queremos destacar la importancia de este paso en la recuperación del Estado controlando un tema clave para el país. En este sentido, es oportuno que trabajemos algunas líneas de intervención que están en discusión.
La Argentina de la privatización no solamente implicó la privatización de YPF sino que también fue la desocupación del 40 por ciento de los trabajadores argentinos, fue la flexibilidad laboral, la privatización de la educación, de la salud ¡y del sistema previsional! ¡Fue el país donde, fruto de la desindustrialización y de un Estado garante del negocio del sector privado, apareció el hambre como perspectiva para muchos compatriotas!
Entonces, la estatización, la nacionalización, la decisión del acuerdo que hoy tiene nuestro gobierno con Repsol, se instala en esta definición. Es bueno que habilitemos la discusión sobre la política energética, porque pareciera que el gobierno no la tuviera o la subordinara al interés de las corporaciones. En este sentido, el informe del ministro y del secretario legal y técnico lo planteó con claridad.
En este acuerdo venimos a defender el interés nacional, y sobre todo a fortalecer la presencia del Estado en el control soberano de un recurso que, asociado con el sector privado, tiene que seguir profundizando la recuperación del trabajo.
En ese camino, sería beneficioso que el gobierno nacional también lance una campaña muy fuerte sobre los objetivos de este tema y no sólo venir aquí, al Parlamento.
Digo esto porque se cabalga sobre algunas definiciones de la oposición que quieren poner bajo sospecha el acuerdo.
En ese sentido, cuando se dice "acuerdo amistoso", no es un acuerdo amistoso sólo con la discusión con Repsol sino que se trata de un acuerdo amistoso con España porque los tratados también son firmados por los Estados.
Se pone duda sobre el monto de la tasación, que es un monto razonable. Es bueno que también pongamos énfasis, mucho énfasis, en los montos que nosotros acordamos pagar cuando vimos que no estaban dadas las condiciones para el reclamo de Repsol, porque sólo en ductos hemos bajado -según el informe del Tribunal de Tasaciones- más de 1.000 millones de dólares. Sólo en ductos, con lo cual hay que trabajar en esa dirección esclareciendo con una gran campaña lo referido al acuerdo.
También es bueno recordar que la demanda de YPF-Repsol en el CIADI estaba por encima de los 10.500 millones de dólares y que el acuerdo resuelve ese litigio internacional que significa para la Argentina estar hoy ahorrando miles de millones de dólares que vamos a volcar a la inversión.
SR. PRESIDENTE METAZA Vaya redondeando, señor diputado.
SR. DEPETRI Señor presidente: creo que también el gobierno argentino tiene que sentir orgullo de esta propuesta, por medio de la cual hoy nos estamos transformando en un Estado presente que respeta la soberanía nacional. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE METAZA Tiene la palabra el señor diputado Sturzenegger.
SR. STURZENEGGER Muchas gracias, señor presidente.
Antes de ir a las preguntas muy concretas sobre este acuerdo que quiero formular al ingeniero Galuccio y al ministro de Economía, haré dos reflexiones.
La primera es que es un poco extraña la discusión porque la soberanía energética se juega en el país en el momento en que se concesionan las áreas y en el que tiene que haber una puja entre empresas públicas y privadas para que la renta de esas áreas sea transferida a las provincias, como lo dice la Constitución Nacional.
En toda esta discusión no se habla de la propiedad de las reservas, y la Constitución es muy clara en este sentido: el subsuelo es del Estado, es del pueblo argentino, y el hidrocarburo particularmente pertenece a las provincias. Entonces, toda esta discusión nada tiene que ver con la soberanía.
En tanto y en cuanto no tengamos mecanismos transparentes y competitivos por los cuales esas áreas se licitan, no se va a apropiar bien la renta por parte del Estado. Voy a dar un ejemplo que quizás no nos preocupa mucho porque en este caso el beneficiario es YPF, pero cuando se unifica Loma La Lata con Loma Campana y se extienden los plazos, YPF paga 60 millones de dólares a la provincia del Neuquén. Entonces, puede ser un gran negocio para YPF y por eso digo que quizás no nos preocupa. Tendrán que explicar los neuquinos cómo es que ellos han entregado este reservorio por sólo 60 millones. Al día siguiente YPF se dio cuenta y consiguió compromisos de inversión por 1.200 millones. Imagínense si esto hubiera ocurrido con una empresa privada, por eso creo que este es el gran tema que tenemos que debatir.
Esta cuestión es verdaderamente medular en la discusión de la soberanía energética argentina, es decir, cómo licitamos, cómo concesionamos y extendemos los contratos de manera que el Estado sea el que apropie la renta. Después, si el que produce arriba es un privado o un estatal, quizás eso es lo menos importante. De hecho, en la Argentina hay muchísimas empresas que son privadas y que no están siendo cuestionadas en este momento. Entonces, esa es mi primera reflexión.
La segunda es que nosotros, como espacio político, votamos en contra de la nacionalización de YPF; entendemos que la realidad nos ha dado la razón, y déjenme explicar por qué lo digo, porque es básicamente por dos motivos.
Nuestro argumento fue de absoluto sentido común y es el siguiente: si uno confisca una empresa de la manera en que se hizo en ese momento -y recién ahora se estaría terminando el proceso...
Antes de ir a las preguntas muy concretas sobre este acuerdo que quiero formular al ingeniero Galuccio y al ministro de Economía, haré dos reflexiones.
La primera es que es un poco extraña la discusión porque la soberanía energética se juega en el país en el momento en que se concesionan las áreas y en el que tiene que haber una puja entre empresas públicas y privadas para que la renta de esas áreas sea transferida a las provincias, como lo dice la Constitución Nacional.
En toda esta discusión no se habla de la propiedad de las reservas, y la Constitución es muy clara en este sentido: el subsuelo es del Estado, es del pueblo argentino, y el hidrocarburo particularmente pertenece a las provincias. Entonces, toda esta discusión nada tiene que ver con la soberanía.
En tanto y en cuanto no tengamos mecanismos transparentes y competitivos por los cuales esas áreas se licitan, no se va a apropiar bien la renta por parte del Estado. Voy a dar un ejemplo que quizás no nos preocupa mucho porque en este caso el beneficiario es YPF, pero cuando se unifica Loma La Lata con Loma Campana y se extienden los plazos, YPF paga 60 millones de dólares a la provincia del Neuquén. Entonces, puede ser un gran negocio para YPF y por eso digo que quizás no nos preocupa. Tendrán que explicar los neuquinos cómo es que ellos han entregado este reservorio por sólo 60 millones. Al día siguiente YPF se dio cuenta y consiguió compromisos de inversión por 1.200 millones. Imagínense si esto hubiera ocurrido con una empresa privada, por eso creo que este es el gran tema que tenemos que debatir.
Esta cuestión es verdaderamente medular en la discusión de la soberanía energética argentina, es decir, cómo licitamos, cómo concesionamos y extendemos los contratos de manera que el Estado sea el que apropie la renta. Después, si el que produce arriba es un privado o un estatal, quizás eso es lo menos importante. De hecho, en la Argentina hay muchísimas empresas que son privadas y que no están siendo cuestionadas en este momento. Entonces, esa es mi primera reflexión.
La segunda es que nosotros, como espacio político, votamos en contra de la nacionalización de YPF; entendemos que la realidad nos ha dado la razón, y déjenme explicar por qué lo digo, porque es básicamente por dos motivos.
Nuestro argumento fue de absoluto sentido común y es el siguiente: si uno confisca una empresa de la manera en que se hizo en ese momento -y recién ahora se estaría terminando el proceso...
SR. KUNKEL ¡No se confisca!
SR. STURZENEGGER Pero en ese momento se ocupó una empresa sin tener terminado el proceso, tal como está estipulado en nuestros mecanismos de expropiación. Nosotros dijimos que hacerlo de esa manera iba a parar la inversión del resto del sector, y dicho y hecho: hoy la producción de gas en la Argentina es de más de 8 puntos más baja que en aquel momento y la producción de petróleo también ha caído.
Es decir que si con aquella medida se pretendía levantar la producción de gas y petróleo en la Argentina, eso no ocurrió.
Sabíamos que en 2011 YPF tenía quince preacuerdos suscriptos con empresas para explotar Vaca Muerta que fueron totalmente demorados, por lo que se ha demorado la explotación de dicho yacimiento. No sé qué opina el ingeniero Galuccio, pero en un contexto en el que pensamos que los precios de la energía van a la baja, probablemente esa demora tiene un costo importante para la Argentina.
En aquel momento el riesgo país de la Argentina subió 400 puntos básicos y creo, señor ministro, que gran parte del problema que le ha quitado el sueño en el último año es el resultado de esta decisión.
Quisiera mencionar un último punto para luego sí pasar a las preguntas. La otra cosa que temíamos era que YPF no tuviera la capacidad de financiar las inversiones del sector energético que necesitaba para revertir la producción. Entonces, la solución que encontró el gobierno para resolver ese problema fue financiarlo con el downstream de YPF. Ello, en lenguaje común, significa aumentar el precio de las naftas. Los precios de las naftas han aumentado un 120 por ciento. Ese fue el mecanismo que el gobierno encontró para suplir la falta de financiamiento que tenía YPF.
Por lo tanto, creemos que han sido validados aquellos motivos por los que pensamos que esta decisión iba a ser mala para el bolsillo de los argentinos y para los accionistas.
De todas maneras, eso no es lo que venimos a discutir hoy sino el acuerdo con Repsol. Por consiguiente, paso a formular las preguntas al respecto. La primera pregunta que quiero formular es para el señor ministro Kicillof, y tiene que ver con el costo financiero que implica que en los próximos diez años vamos a estar pagando por esta compra unos 420 millones de dólares anuales de intereses, no de capital. Sin embargo, cuando veo la utilidad que la empresa ha reportado correspondiente a ese 51 por ciento tanto en el año 2012 como en 2013, son 405 millones y 397 millones, respectivamente.
Es decir, nosotros estamos planteando a los argentinos la siguiente operación: paguen impuestos por 430 millones de dólares para una utilidad que es menor que ese valor. Me gustaría que el señor ministro hiciera algún comentario al respecto. Seguramente la respuesta será: "eso no va a ser el resultado de YPF en el futuro"; después me dirá.
Entonces, quisiera saber qué es lo que ha hecho YPF en los últimos dos años en términos de producción. El ingeniero Galuccio mostró algunos datos de producción. Existe un tema importante que seguramente todos los integrantes de la Comisión de Energía y Combustibles conocen, pero quizás algunos de la Comisión de Presupuesto y Hacienda no. Me refiero a que cualquier número que uno compare con el año 2011 está distorsionado porque todos sabemos que en abril de ese año en el Norte de Santa Cruz empezó una huelga muy complicada que afectó transitoriamente de manera significativa la producción de YPF en dicha provincia; con lo cual cualquier comparación de producción con el año 2011 de alguna manera está distorsionada.
Si tomamos los meses de enero y febrero de 2011 y los comparamos con los mismos meses de 2014, vemos que la producción de gas de YPF aumentó un 0,25 por ciento -y ya dije lo que había pasado con la del país- y la de petróleo un uno por ciento en tres años. Entonces, la tan mentada revolución productiva que íbamos a hacer en YPF, que es la que justificaría, no ha ocurrido en estos últimos tres años...
Es decir que si con aquella medida se pretendía levantar la producción de gas y petróleo en la Argentina, eso no ocurrió.
Sabíamos que en 2011 YPF tenía quince preacuerdos suscriptos con empresas para explotar Vaca Muerta que fueron totalmente demorados, por lo que se ha demorado la explotación de dicho yacimiento. No sé qué opina el ingeniero Galuccio, pero en un contexto en el que pensamos que los precios de la energía van a la baja, probablemente esa demora tiene un costo importante para la Argentina.
En aquel momento el riesgo país de la Argentina subió 400 puntos básicos y creo, señor ministro, que gran parte del problema que le ha quitado el sueño en el último año es el resultado de esta decisión.
Quisiera mencionar un último punto para luego sí pasar a las preguntas. La otra cosa que temíamos era que YPF no tuviera la capacidad de financiar las inversiones del sector energético que necesitaba para revertir la producción. Entonces, la solución que encontró el gobierno para resolver ese problema fue financiarlo con el downstream de YPF. Ello, en lenguaje común, significa aumentar el precio de las naftas. Los precios de las naftas han aumentado un 120 por ciento. Ese fue el mecanismo que el gobierno encontró para suplir la falta de financiamiento que tenía YPF.
Por lo tanto, creemos que han sido validados aquellos motivos por los que pensamos que esta decisión iba a ser mala para el bolsillo de los argentinos y para los accionistas.
De todas maneras, eso no es lo que venimos a discutir hoy sino el acuerdo con Repsol. Por consiguiente, paso a formular las preguntas al respecto. La primera pregunta que quiero formular es para el señor ministro Kicillof, y tiene que ver con el costo financiero que implica que en los próximos diez años vamos a estar pagando por esta compra unos 420 millones de dólares anuales de intereses, no de capital. Sin embargo, cuando veo la utilidad que la empresa ha reportado correspondiente a ese 51 por ciento tanto en el año 2012 como en 2013, son 405 millones y 397 millones, respectivamente.
Es decir, nosotros estamos planteando a los argentinos la siguiente operación: paguen impuestos por 430 millones de dólares para una utilidad que es menor que ese valor. Me gustaría que el señor ministro hiciera algún comentario al respecto. Seguramente la respuesta será: "eso no va a ser el resultado de YPF en el futuro"; después me dirá.
Entonces, quisiera saber qué es lo que ha hecho YPF en los últimos dos años en términos de producción. El ingeniero Galuccio mostró algunos datos de producción. Existe un tema importante que seguramente todos los integrantes de la Comisión de Energía y Combustibles conocen, pero quizás algunos de la Comisión de Presupuesto y Hacienda no. Me refiero a que cualquier número que uno compare con el año 2011 está distorsionado porque todos sabemos que en abril de ese año en el Norte de Santa Cruz empezó una huelga muy complicada que afectó transitoriamente de manera significativa la producción de YPF en dicha provincia; con lo cual cualquier comparación de producción con el año 2011 de alguna manera está distorsionada.
Si tomamos los meses de enero y febrero de 2011 y los comparamos con los mismos meses de 2014, vemos que la producción de gas de YPF aumentó un 0,25 por ciento -y ya dije lo que había pasado con la del país- y la de petróleo un uno por ciento en tres años. Entonces, la tan mentada revolución productiva que íbamos a hacer en YPF, que es la que justificaría, no ha ocurrido en estos últimos tres años...
Varios diputados hablan a la vez.
SR. PRESIDENTE METAZA Por favor, vaya a la pregunta, señor diputado.
SR. STURZENEGGER Yo he escuchado con respeto, y quisiera tener la misma consideración.
La pregunta concreta es que si en los últimos tres años la producción de gas y de petróleo ha subido 0,25 y 1 por ciento, respectivamente, siendo que las utilidades de la empresa están por debajo del costo financiero de intereses que propone la transacción, ¿por qué tengo que pensar que eso va a cambiar? Tal vez haya razones, pero no las he visto en la presentación.
Quizás una clarificación para el ingeniero Galuccio es que el aumento de las reservas -sobre lo que también hizo hincapié- es lo que en la industria se conoce como reservas que no vienen de la actividad exploratoria, sino que vienen porque el cambio en el precio del producto que vende YPF -y de hecho así está consignado en el balance de la empresa-, permite incorporar más en las reservas de yacimientos ya existentes.
Entonces, hay 2 mil millones de dólares invertidos en Vaca Muerta en los últimos años. Se producen 11 mil barriles por día, con lo cual han sido 2 mil millones que se han invertido -creo que esto es conocido en la industria como pérdida. La pregunta concreta para el ingeniero Galuccio es: ¿cuándo Vaca Muerta se torna en una actividad rentable? Comento esto porque no sé cuánto lo conocen los señores diputados.
Hace unos años, a principios de 2010, la acción de Petrobrás valía 50 dólares y hoy vale 10. ¿Qué pasó? ¿Por qué la acción de Petrobrás bajó de 50 a 10 dólares? Porque Petrobrás ha comprometido inversiones de 100 mil millones de dólares en el Presal, que son yacimientos muy complicados, que tienen un punto de corte para su rentabilidad en 80 dólares el barril. Esto quiere decir que si el precio del petróleo llega a caer por debajo de 80 dólares el barril, toda esa inversión de 100 mil millones de dólares no es rentable, y eso explica justamente la caída del valor de la acción.
La pregunta concreta para el ingeniero Galuccio es cuál precio de corte para que Vaca Muerta sea rentable en ese sentido.
La pregunta para el señor ministro de Economía es la siguiente: cuando uno mira el balance de YPF, la utilidad en 2013 subió de 3.900 millones a 5 mil millones. Sin embargo, el aumento el precio del gas, o sea, el subsidio al gas de YPF, ha generado un ingreso excedente de 4.200 millones -estos son números que figuran en el balance de la empresa-, y el aumento en el precio de los combustibles ha generado 3.600 millones de pesos adicionales.
Entonces, si por algún motivo pasa algo que no queremos que pase, que es que la cosa no ande tan bien como anticipamos, como queremos o como deseamos, ¿se van a seguir aumentando los precios de los combustibles y de la energía en la Argentina para sostener una operación que no está rindiendo los frutos?
Otra pregunta que quiero hacerle al ingeniero Galuccio es la siguiente: el costo más importante para una empresa petrolera es el costo del capital. YPF se acaba de financiar al 8,75 por ciento, cuando las empresas competidoras, por ejemplo Shell, se financia al 1,65 por ciento. Entonces, ¿cómo convertimos a una empresa que compra su insumo más importante a cinco veces el precio internacional en una empresa rentable?
Quiero hacerle una pregunta adicional al ingeniero Galuccio. Si uno mira el balance de YPF, la rentabilidad viene cayendo sistemáticamente: 19 por ciento en 2011, 14 por ciento en 2012, 12 por ciento en 2013. ¿Qué piensa al respecto?
La pregunta concreta para el ingeniero Martín es si ha visto el contrato secreto con Chevron. ¿Por qué le pregunto esto? Porque si vamos a comprometer recursos públicos para comprar una empresa que tiene cláusulas secretas, quiero saber si al menos usted tuvo la posibilidad de ver qué decían esas cláusulas y qué pasivos implicaban para YPF.
Puntualmente, cuando se presentó el contrato de Chevron en la Legislatura de la provincia del Neuquén, el precio comprometido o el precio en la planificación futura de esa asociación era de 106 dólares el barril. Entonces la pregunta puntual que le hago y que también pueden contestar los otros funcionarios es si YPF se ha comprometido en ese acuerdo a pagarle a Chevron 106 dólares el barril en el futuro.
Quiero hacerle unas últimas preguntas al ingeniero Galuccio. Hace un par de semanas hubo un grupo de inversores que fueron llevados por YPF a visitar Vaca Muerta. Se entrevistaron con las autoridades del Neuquén, quienes se mantuvieron muy firmes en afirmar que cuando vencieran los contratos existentes en Vaca Muerta iban a revertir a las provincias. Entonces, mi pregunta es ¿qué expectativa o qué implicancia tiene eso? Porque acá tenemos un financiamiento hasta el 2033 y quiero saber si estaremos pagando esta compañía cuando no tenga ya áreas, si es que efectivamente vuelven en ese momento cuando caducan las concesiones actuales.
No voy a hablar de los pasivos ambientales porque me parece que ya han sido suficientemente tratados. Muchas gracias.
La pregunta concreta es que si en los últimos tres años la producción de gas y de petróleo ha subido 0,25 y 1 por ciento, respectivamente, siendo que las utilidades de la empresa están por debajo del costo financiero de intereses que propone la transacción, ¿por qué tengo que pensar que eso va a cambiar? Tal vez haya razones, pero no las he visto en la presentación.
Quizás una clarificación para el ingeniero Galuccio es que el aumento de las reservas -sobre lo que también hizo hincapié- es lo que en la industria se conoce como reservas que no vienen de la actividad exploratoria, sino que vienen porque el cambio en el precio del producto que vende YPF -y de hecho así está consignado en el balance de la empresa-, permite incorporar más en las reservas de yacimientos ya existentes.
Entonces, hay 2 mil millones de dólares invertidos en Vaca Muerta en los últimos años. Se producen 11 mil barriles por día, con lo cual han sido 2 mil millones que se han invertido -creo que esto es conocido en la industria como pérdida. La pregunta concreta para el ingeniero Galuccio es: ¿cuándo Vaca Muerta se torna en una actividad rentable? Comento esto porque no sé cuánto lo conocen los señores diputados.
Hace unos años, a principios de 2010, la acción de Petrobrás valía 50 dólares y hoy vale 10. ¿Qué pasó? ¿Por qué la acción de Petrobrás bajó de 50 a 10 dólares? Porque Petrobrás ha comprometido inversiones de 100 mil millones de dólares en el Presal, que son yacimientos muy complicados, que tienen un punto de corte para su rentabilidad en 80 dólares el barril. Esto quiere decir que si el precio del petróleo llega a caer por debajo de 80 dólares el barril, toda esa inversión de 100 mil millones de dólares no es rentable, y eso explica justamente la caída del valor de la acción.
La pregunta concreta para el ingeniero Galuccio es cuál precio de corte para que Vaca Muerta sea rentable en ese sentido.
La pregunta para el señor ministro de Economía es la siguiente: cuando uno mira el balance de YPF, la utilidad en 2013 subió de 3.900 millones a 5 mil millones. Sin embargo, el aumento el precio del gas, o sea, el subsidio al gas de YPF, ha generado un ingreso excedente de 4.200 millones -estos son números que figuran en el balance de la empresa-, y el aumento en el precio de los combustibles ha generado 3.600 millones de pesos adicionales.
Entonces, si por algún motivo pasa algo que no queremos que pase, que es que la cosa no ande tan bien como anticipamos, como queremos o como deseamos, ¿se van a seguir aumentando los precios de los combustibles y de la energía en la Argentina para sostener una operación que no está rindiendo los frutos?
Otra pregunta que quiero hacerle al ingeniero Galuccio es la siguiente: el costo más importante para una empresa petrolera es el costo del capital. YPF se acaba de financiar al 8,75 por ciento, cuando las empresas competidoras, por ejemplo Shell, se financia al 1,65 por ciento. Entonces, ¿cómo convertimos a una empresa que compra su insumo más importante a cinco veces el precio internacional en una empresa rentable?
Quiero hacerle una pregunta adicional al ingeniero Galuccio. Si uno mira el balance de YPF, la rentabilidad viene cayendo sistemáticamente: 19 por ciento en 2011, 14 por ciento en 2012, 12 por ciento en 2013. ¿Qué piensa al respecto?
La pregunta concreta para el ingeniero Martín es si ha visto el contrato secreto con Chevron. ¿Por qué le pregunto esto? Porque si vamos a comprometer recursos públicos para comprar una empresa que tiene cláusulas secretas, quiero saber si al menos usted tuvo la posibilidad de ver qué decían esas cláusulas y qué pasivos implicaban para YPF.
Puntualmente, cuando se presentó el contrato de Chevron en la Legislatura de la provincia del Neuquén, el precio comprometido o el precio en la planificación futura de esa asociación era de 106 dólares el barril. Entonces la pregunta puntual que le hago y que también pueden contestar los otros funcionarios es si YPF se ha comprometido en ese acuerdo a pagarle a Chevron 106 dólares el barril en el futuro.
Quiero hacerle unas últimas preguntas al ingeniero Galuccio. Hace un par de semanas hubo un grupo de inversores que fueron llevados por YPF a visitar Vaca Muerta. Se entrevistaron con las autoridades del Neuquén, quienes se mantuvieron muy firmes en afirmar que cuando vencieran los contratos existentes en Vaca Muerta iban a revertir a las provincias. Entonces, mi pregunta es ¿qué expectativa o qué implicancia tiene eso? Porque acá tenemos un financiamiento hasta el 2033 y quiero saber si estaremos pagando esta compañía cuando no tenga ya áreas, si es que efectivamente vuelven en ese momento cuando caducan las concesiones actuales.
No voy a hablar de los pasivos ambientales porque me parece que ya han sido suficientemente tratados. Muchas gracias.
SR. PRESIDENTE METAZA Gracias, señor diputado.
Antes de proceder a la respuesta de los señores funcionarios, tiene la palabra para una breve exposición el señor diputado Cabandié.
Antes de proceder a la respuesta de los señores funcionarios, tiene la palabra para una breve exposición el señor diputado Cabandié.
SR. CABANDIÉ Señor presidente: el doctor Zannini se ha referido a la existencia de emancipadores de los sectores de la economía concentrada.
Como oposición a ello también existen aquellos que solamente tienen bajo sus intereses la defensa de los sectores corporativos económicos.
Aquí hemos escuchado algunas preguntas, cuestionamientos o análisis críticos en cuanto a la operatoria que están presentando nuestros compañeros del Poder Ejecutivo. Asimismo, existen cuestionamientos en relación con los pueblos originarios, con el momento en que se tomó la decisión y alguna que otra reflexión crítica respecto de lo que hizo nuestro país a partir de la iniciativa de nuestro gobierno.
Pero también tenemos un nuevo grupo, integrado por aquellos que están en contra de la nacionalización, es decir, quienes no la hubiesen querido. Nosotros -como gobierno y hoy como Estado-, a partir de la necesaria votación que llevaremos al recinto en los próximos días, ejerceremos esta tan mentada nacionalización.
Como decía, están aquellos que directamente hubiesen querido que el Estado nunca se hiciera cargo del 51 por ciento de las acciones de YPF, dado que su interés está puesto en la defensa corporativa de los intereses económicos, en este caso, extranjeros.
El diputado preopinante dijo: "Nosotros votamos en contra de la nacionalización". Es decir que no está de acuerdo con nacionalizar YPF. Ese mismo diputado es aquel que pregunta al ministro de Economía acerca de los intereses. ¡Está muy preocupado por los intereses! Es el mismo representante de un gobierno que se endeudó en 475 millones de pesos a una tasa del 12,5 por ciento, para comprar subtes. Pero como no utilizaron ese dinero, entonces, lo llevaron a una cuenta del Banco Ciudad, que paga intereses menores a lo que se endeudó. Ese es el mismo diputado que hoy está presente aquí. Ese diputado, cuando era presidente del Banco Ciudad, ¿a quién defendió y destinó los créditos?
Como oposición a ello también existen aquellos que solamente tienen bajo sus intereses la defensa de los sectores corporativos económicos.
Aquí hemos escuchado algunas preguntas, cuestionamientos o análisis críticos en cuanto a la operatoria que están presentando nuestros compañeros del Poder Ejecutivo. Asimismo, existen cuestionamientos en relación con los pueblos originarios, con el momento en que se tomó la decisión y alguna que otra reflexión crítica respecto de lo que hizo nuestro país a partir de la iniciativa de nuestro gobierno.
Pero también tenemos un nuevo grupo, integrado por aquellos que están en contra de la nacionalización, es decir, quienes no la hubiesen querido. Nosotros -como gobierno y hoy como Estado-, a partir de la necesaria votación que llevaremos al recinto en los próximos días, ejerceremos esta tan mentada nacionalización.
Como decía, están aquellos que directamente hubiesen querido que el Estado nunca se hiciera cargo del 51 por ciento de las acciones de YPF, dado que su interés está puesto en la defensa corporativa de los intereses económicos, en este caso, extranjeros.
El diputado preopinante dijo: "Nosotros votamos en contra de la nacionalización". Es decir que no está de acuerdo con nacionalizar YPF. Ese mismo diputado es aquel que pregunta al ministro de Economía acerca de los intereses. ¡Está muy preocupado por los intereses! Es el mismo representante de un gobierno que se endeudó en 475 millones de pesos a una tasa del 12,5 por ciento, para comprar subtes. Pero como no utilizaron ese dinero, entonces, lo llevaron a una cuenta del Banco Ciudad, que paga intereses menores a lo que se endeudó. Ese es el mismo diputado que hoy está presente aquí. Ese diputado, cuando era presidente del Banco Ciudad, ¿a quién defendió y destinó los créditos?
Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. CABANDIÉ ¡El 76 por ciento de los créditos otorgados por el Banco Ciudad durante la presidencia del diputado preopinante fueron destinados a las grandes empresas! Entre ellas: Cargill, Molinos, Aceitera Deheza, Adecua, Cresud, Monsanto, etcétera.
¡Ese es el mismo diputado responsable, secretario de política económica, que firmó el endeudamiento, en 2001, de los 51 mil millones de dólares que llevó a la Argentina a una destrucción social!
¡Ese es el mismo que opina y está en contra de haber nacionalizado YPF! (Aplausos.)
¡Ese es el mismo diputado responsable, secretario de política económica, que firmó el endeudamiento, en 2001, de los 51 mil millones de dólares que llevó a la Argentina a una destrucción social!
¡Ese es el mismo que opina y está en contra de haber nacionalizado YPF! (Aplausos.)
Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. PRESIDENTE METAZA Tiene la palabra el señor ministro de Economía y Finanzas Públicas.
SR. MINISTRO DE ECONOMÍA Y FINANZAS PÚBLICAS Voy a tratar de ser puntual, concreto y breve porque, tal como dijo el señor presidente de la comisión, tengo compromisos en algunos instantes.
En primer lugar, considero que la introducción que hizo el señor diputado Sturzenegger marca un poco el carácter de las preguntas y, tal como expresó el señor diputado Cabandié en su intervención, queda muy bien contestado.
Voy a ser más técnico, pero el punto es exactamente el mismo. A aquellos que no querían nacionalizar un 51 por ciento bajo la vía de expropiación les reitero que no fue una maniobra de manoteo del Congreso nacional sino una expropiación, según marca la ley.
Ahora estamos cumpliendo con la segunda parte de ese proceso, que es pagar la indemnización.
Pero aquel noventista que piensa que el sector privado hubiera funcionado mejor sin ninguna intervención del Estado -bajo un marco regulatorio que heredamos también de los 90 y con un sector energético absolutamente descuartizado y privatizado para obtener el lucro privado-, lo único que puede decir es que el gobierno no ha logrado buenas inversiones en ese sector privado, cuando todo el esquema es el enriquecimiento sin inversiones. Ese es un marco regulatorio dado por leyes, que es lo que hemos tratado de revertir con muchas medidas, entre ellas la central. Por eso es conceptual y la decisión ha sido la expropiación del 51 por ciento del paquete accionario.
Digo que esto responderá también las otras preguntas porque ahora voy a ir al eje de la cuestión. La verdad es que la cuenta, este álgebra de comparar la ganancia que dio la compañía en un período en pleno proceso de expansión y de inversiones que se han multiplicado por 1,5 en relación con lo que era la gestión privada, con lo que el Estado nacional tiene que pagar en concepto de intereses por la emisión de títulos, es una comparación que no tiene sentido. Aclaro que no quiero hacer la comparación con el Megacanje ni con ningún otro negocio menos comprensible que este que estamos haciendo con títulos para pagar un activo estratégico. La podríamos hacer, pero si me preguntan qué relación tiene esto con lo que va a ganar YPF, la respuesta es que no lo sé.
¿Qué le puedo decir al contribuyente argentino? Que el año pasado ya estuvo ganando 1.200 millones de dólares por la no compra de gas que hemos hecho debido al cambio de tendencia de YPF, lo que es mil veces más importante para el Tesoro nacional que lo que vamos a obtener en términos de remisión de utilidades de la compañía porque no es ése nuestro objetivo central. Si bien la idea es hacerla rentable, no es recuperar lo que el Tesoro paga en términos de intereses con la ganancia que obtiene la empresa. Es una cuenta que falla porque hemos recuperado una compañía para los próximos cincuenta y cien años, no para pagar estos bonos.
La hemos recuperado para otra cosa, pero falla una cuestión conceptual de para qué se hace la operación, ya que todavía eso se ve por lo que con añoranza me está diciendo el diputado: "¿Pero por qué no pensaron? Era mejor que todo siguiera siendo privado, incluso YPF, porque después los privados se van a asustar y no van a invertir". Esto es justamente lo contrario de lo que planteaba el señor diputado Lozano.
A pesar de que esto muestra concepciones diametralmente opuestas, en un sentido estoy de acuerdo con el diputado Lozano respecto de que el problema no era que un capital fuera malo, quisiera contaminar o tuviéramos hoy que lapidarlo, como decía otro diputado: el problema es que se usó una compañía para obtener lucro privado en un marco regulatorio que no da instrumentos para regir el sector energético para la conveniencia del desarrollo del país.
En este punto nosotros consideramos que hay muchos instrumentos. Están la legislación y la Comisión Nacional de Hidrocarburos, pero hay otro vital, que es una YPF bajo control del Estado y del pueblo argentino. Eso es central. No podemos prescindir de ese instrumento, y me parece que eso es lo que han entendido todos los países petroleros. Por eso no entiendo ni comparto la lógica de pensar que ha cambiado la conducta de muchos privados sobre la base de diferentes programas.
No es que todos se han aterrorizado, y me animo a decir algo: muchos de los capitales privados y multinacionales que operan en el país conocían cómo funcionaba Repsol en la Argentina, con lo cual tanto no les llamó la atención que existiera una expropiación de la mayoría accionaria.
Todos sabían lo que estaba haciendo Repsol acá y tal vez en otros lados. Eso era el resultado de la política de privatizaciones sin condicionamiento, que lamentablemente ya no era posible revertir porque habían pasado veinte años desde que eso ocurrió. Es decir, ya no era posible revertir los resultados nefastos de la política de rifar el patrimonio nacional que se aplicó durante los 90.
En lo que respecta al balance, su evolución y la cuestión de los subsidios, supongo que se están refiriendo al Plan Gas, que es un plan de estímulo a la producción excedente que tiene metas de producción.
¿Qué es lo que ocurre con esto? Como muchas de las empresas -inclusive YPF- venían con un nivel de declinación bastante elevado, se paga 7,50 por sobre el gas adicional que hubieran producido en base no al último nivel. Por eso, cuando se compara 2011 con lo que ocurre hoy dicen: "creció poquito". Ese es el punto. Puede haber crecido poquito, pero el punto central es que dejó de decrecer.
Comparto el hecho de que revertir -y el ingeniero Galuccio se va a extender en el tema- un proceso de declinación, que implica abandono de inversiones, una política de exploración inexistente y todos esos elementos que signaban la gestión de Repsol, no es fácil.
No mentimos cuando decíamos que los resultados no iban a ser inmediatos, pero el cambio de la tendencia se va a ver muy rápidamente. Y se va a ver más rápido de lo que esperábamos porque dejamos de declinar en gas y ya estamos creciendo en petróleo, con una empresa que era la que más declinaba. Otras han declinado menos y otras se han estabilizado. Yo juzgo que esa política de dar un estímulo a la producción excedente, en conjunto con la estratégica decisión de tomar el control de la compañía más importante, líder y señera de la Argentina, ha permitido que el sector tuviera otro escenario completamente distinto.
¿Cuáles son los resultados de los restantes actores privados? Están en base a los compromisos que han firmado: de producción excedente y pagos por esta última, y las penalidades. Les recuerdo que en el Plan Gas aquel que no cumpla con los compromisos, cuando llegue la hora va a tener que importar a su costo aquel combustible que no provee por su actividad productiva.
Cabe aclarar que esto no es patrimonio de los últimos dos años sino el resultado de los veinte años que lleva la privatización de YPF; es lo que le ha costado al pueblo argentino esa decisión originaria y todas las cuestiones laterales que ha producido una política que estaba muy imbricada con la cuestión del endeudamiento.
Por lo tanto, me parece que la comparación es de dos términos que no son comparables; no es una problemática del gobierno y no es lo que queremos cubrir, porque el Tesoro va a pagar por la compra y no espera recibir ese resultado en el mismo plazo que los bonos, y menos todavía año con año. Supongamos que en veintidós años YPF gana 30 mil millones de dólares para el Estado nacional; el resultado es lo que hemos hecho hoy. Pero no lo sé. Por eso no le quiero mentir.
En lo que respecta al balance, la verdad es que estamos dando un cambio sustancial que se nota sobre todo en los datos que ha mostrado el ingeniero Galuccio: que cuando Repsol tenía bajo su conducción la compañía, YPF tenía veinte equipos operando y hoy tiene más de sesenta equipos destinados a la producción.
El negocio era otro y eso ya ha cambiado. Más allá de hacer los números financieros, basta con recorrer el Sur, con recorrer las provincias petroleras para ver cómo un Estado presente, con una YPF presente, realmente le cambia la vida a la Patagonia argentina, a las provincias petroleras y a los ciudadanos de este país en su conjunto. (Aplausos.)
En primer lugar, considero que la introducción que hizo el señor diputado Sturzenegger marca un poco el carácter de las preguntas y, tal como expresó el señor diputado Cabandié en su intervención, queda muy bien contestado.
Voy a ser más técnico, pero el punto es exactamente el mismo. A aquellos que no querían nacionalizar un 51 por ciento bajo la vía de expropiación les reitero que no fue una maniobra de manoteo del Congreso nacional sino una expropiación, según marca la ley.
Ahora estamos cumpliendo con la segunda parte de ese proceso, que es pagar la indemnización.
Pero aquel noventista que piensa que el sector privado hubiera funcionado mejor sin ninguna intervención del Estado -bajo un marco regulatorio que heredamos también de los 90 y con un sector energético absolutamente descuartizado y privatizado para obtener el lucro privado-, lo único que puede decir es que el gobierno no ha logrado buenas inversiones en ese sector privado, cuando todo el esquema es el enriquecimiento sin inversiones. Ese es un marco regulatorio dado por leyes, que es lo que hemos tratado de revertir con muchas medidas, entre ellas la central. Por eso es conceptual y la decisión ha sido la expropiación del 51 por ciento del paquete accionario.
Digo que esto responderá también las otras preguntas porque ahora voy a ir al eje de la cuestión. La verdad es que la cuenta, este álgebra de comparar la ganancia que dio la compañía en un período en pleno proceso de expansión y de inversiones que se han multiplicado por 1,5 en relación con lo que era la gestión privada, con lo que el Estado nacional tiene que pagar en concepto de intereses por la emisión de títulos, es una comparación que no tiene sentido. Aclaro que no quiero hacer la comparación con el Megacanje ni con ningún otro negocio menos comprensible que este que estamos haciendo con títulos para pagar un activo estratégico. La podríamos hacer, pero si me preguntan qué relación tiene esto con lo que va a ganar YPF, la respuesta es que no lo sé.
¿Qué le puedo decir al contribuyente argentino? Que el año pasado ya estuvo ganando 1.200 millones de dólares por la no compra de gas que hemos hecho debido al cambio de tendencia de YPF, lo que es mil veces más importante para el Tesoro nacional que lo que vamos a obtener en términos de remisión de utilidades de la compañía porque no es ése nuestro objetivo central. Si bien la idea es hacerla rentable, no es recuperar lo que el Tesoro paga en términos de intereses con la ganancia que obtiene la empresa. Es una cuenta que falla porque hemos recuperado una compañía para los próximos cincuenta y cien años, no para pagar estos bonos.
La hemos recuperado para otra cosa, pero falla una cuestión conceptual de para qué se hace la operación, ya que todavía eso se ve por lo que con añoranza me está diciendo el diputado: "¿Pero por qué no pensaron? Era mejor que todo siguiera siendo privado, incluso YPF, porque después los privados se van a asustar y no van a invertir". Esto es justamente lo contrario de lo que planteaba el señor diputado Lozano.
A pesar de que esto muestra concepciones diametralmente opuestas, en un sentido estoy de acuerdo con el diputado Lozano respecto de que el problema no era que un capital fuera malo, quisiera contaminar o tuviéramos hoy que lapidarlo, como decía otro diputado: el problema es que se usó una compañía para obtener lucro privado en un marco regulatorio que no da instrumentos para regir el sector energético para la conveniencia del desarrollo del país.
En este punto nosotros consideramos que hay muchos instrumentos. Están la legislación y la Comisión Nacional de Hidrocarburos, pero hay otro vital, que es una YPF bajo control del Estado y del pueblo argentino. Eso es central. No podemos prescindir de ese instrumento, y me parece que eso es lo que han entendido todos los países petroleros. Por eso no entiendo ni comparto la lógica de pensar que ha cambiado la conducta de muchos privados sobre la base de diferentes programas.
No es que todos se han aterrorizado, y me animo a decir algo: muchos de los capitales privados y multinacionales que operan en el país conocían cómo funcionaba Repsol en la Argentina, con lo cual tanto no les llamó la atención que existiera una expropiación de la mayoría accionaria.
Todos sabían lo que estaba haciendo Repsol acá y tal vez en otros lados. Eso era el resultado de la política de privatizaciones sin condicionamiento, que lamentablemente ya no era posible revertir porque habían pasado veinte años desde que eso ocurrió. Es decir, ya no era posible revertir los resultados nefastos de la política de rifar el patrimonio nacional que se aplicó durante los 90.
En lo que respecta al balance, su evolución y la cuestión de los subsidios, supongo que se están refiriendo al Plan Gas, que es un plan de estímulo a la producción excedente que tiene metas de producción.
¿Qué es lo que ocurre con esto? Como muchas de las empresas -inclusive YPF- venían con un nivel de declinación bastante elevado, se paga 7,50 por sobre el gas adicional que hubieran producido en base no al último nivel. Por eso, cuando se compara 2011 con lo que ocurre hoy dicen: "creció poquito". Ese es el punto. Puede haber crecido poquito, pero el punto central es que dejó de decrecer.
Comparto el hecho de que revertir -y el ingeniero Galuccio se va a extender en el tema- un proceso de declinación, que implica abandono de inversiones, una política de exploración inexistente y todos esos elementos que signaban la gestión de Repsol, no es fácil.
No mentimos cuando decíamos que los resultados no iban a ser inmediatos, pero el cambio de la tendencia se va a ver muy rápidamente. Y se va a ver más rápido de lo que esperábamos porque dejamos de declinar en gas y ya estamos creciendo en petróleo, con una empresa que era la que más declinaba. Otras han declinado menos y otras se han estabilizado. Yo juzgo que esa política de dar un estímulo a la producción excedente, en conjunto con la estratégica decisión de tomar el control de la compañía más importante, líder y señera de la Argentina, ha permitido que el sector tuviera otro escenario completamente distinto.
¿Cuáles son los resultados de los restantes actores privados? Están en base a los compromisos que han firmado: de producción excedente y pagos por esta última, y las penalidades. Les recuerdo que en el Plan Gas aquel que no cumpla con los compromisos, cuando llegue la hora va a tener que importar a su costo aquel combustible que no provee por su actividad productiva.
Cabe aclarar que esto no es patrimonio de los últimos dos años sino el resultado de los veinte años que lleva la privatización de YPF; es lo que le ha costado al pueblo argentino esa decisión originaria y todas las cuestiones laterales que ha producido una política que estaba muy imbricada con la cuestión del endeudamiento.
Por lo tanto, me parece que la comparación es de dos términos que no son comparables; no es una problemática del gobierno y no es lo que queremos cubrir, porque el Tesoro va a pagar por la compra y no espera recibir ese resultado en el mismo plazo que los bonos, y menos todavía año con año. Supongamos que en veintidós años YPF gana 30 mil millones de dólares para el Estado nacional; el resultado es lo que hemos hecho hoy. Pero no lo sé. Por eso no le quiero mentir.
En lo que respecta al balance, la verdad es que estamos dando un cambio sustancial que se nota sobre todo en los datos que ha mostrado el ingeniero Galuccio: que cuando Repsol tenía bajo su conducción la compañía, YPF tenía veinte equipos operando y hoy tiene más de sesenta equipos destinados a la producción.
El negocio era otro y eso ya ha cambiado. Más allá de hacer los números financieros, basta con recorrer el Sur, con recorrer las provincias petroleras para ver cómo un Estado presente, con una YPF presente, realmente le cambia la vida a la Patagonia argentina, a las provincias petroleras y a los ciudadanos de este país en su conjunto. (Aplausos.)
SR. GALUCCIO Señor diputado: voy a tratar de contestar sus preguntas de la mejor manera posible. Pero primero quiero hacer un comentario. Respeto su opinión acerca de que no necesitamos una empresa de bandera, pero permítame disentir con usted en este aspecto. Hace veinte años que trabajo por el mundo: estuve cuatro años en México -donde trabajé mucho con Pemex-, y también en Rusia, en Saudi Arabia y en muchos otros lugares. Creo que los países que tienen un recurso estratégico como los hidrocarburos deben tener una empresa de bandera, se llame nacional o se llame mixta. Particularmente pienso que la empresa mixta combina un poco lo mejor de los dos mundos, pero no creo que hoy Argentina pueda salir de donde está sin una empresa de bandera como YPF.
Creo que hay muchas otras cosas que se pueden hacer y que las empresas privadas tienen un rol importante que jugar, pero el motor es una empresa de bandera como YPF. Hay varios ejemplos: Colombia tiene su empresa de bandera, Brasil tiene su empresa de bandera, Bolivia tiene su empresa de bandera, Estados Unidos tiene varias empresas de bandera -si Estados Unidos tiene una necesidad, me gustaría ver qué van a hacer los ExxonMobil y los Chevron de este mundo para ayudar al país-; Rusia tiene su empresa de bandera, Saudi Arabia tiene su empresa de bandera, así como Irak, Irán y muchos otros países. Hasta Francia, que no tiene mucho petróleo, tiene una empresa de bandera.
Paso ahora a contestar la pregunta sobre las reservas. El señor diputado dijo que el resultado de las reservas es producto de un cambio de precio; me imagino que se refiere al gas. El resultado del cambio del precio del gas influye en nuestras reservas en un 10 por ciento. El mayor cambio que tienen las reservas de YPF es lo que se llama EPZ, que es de alguna manera todo lo que viene de los yacimientos que hoy producimos, marginales.
Es básicamente mayor inversión, no necesariamente inversión de perforación. Es inversión de workover, inversión de pulling; es sacarle más a lo que nosotros tenemos. En ese 50 por ciento del aumento de reservas, el 10 por ciento viene del gas. Al tener mayor precio del gas, hay un 10 por ciento de reservas que vienen, porque hoy tenemos lugares donde podemos explotar gas y antes no lo podíamos hacer. Pero solamente un 10 por ciento, y no el ciento por ciento como dijo el señor diputado.
La otra pregunta estaba referida a Vaca Muerta...
Creo que hay muchas otras cosas que se pueden hacer y que las empresas privadas tienen un rol importante que jugar, pero el motor es una empresa de bandera como YPF. Hay varios ejemplos: Colombia tiene su empresa de bandera, Brasil tiene su empresa de bandera, Bolivia tiene su empresa de bandera, Estados Unidos tiene varias empresas de bandera -si Estados Unidos tiene una necesidad, me gustaría ver qué van a hacer los ExxonMobil y los Chevron de este mundo para ayudar al país-; Rusia tiene su empresa de bandera, Saudi Arabia tiene su empresa de bandera, así como Irak, Irán y muchos otros países. Hasta Francia, que no tiene mucho petróleo, tiene una empresa de bandera.
Paso ahora a contestar la pregunta sobre las reservas. El señor diputado dijo que el resultado de las reservas es producto de un cambio de precio; me imagino que se refiere al gas. El resultado del cambio del precio del gas influye en nuestras reservas en un 10 por ciento. El mayor cambio que tienen las reservas de YPF es lo que se llama EPZ, que es de alguna manera todo lo que viene de los yacimientos que hoy producimos, marginales.
Es básicamente mayor inversión, no necesariamente inversión de perforación. Es inversión de workover, inversión de pulling; es sacarle más a lo que nosotros tenemos. En ese 50 por ciento del aumento de reservas, el 10 por ciento viene del gas. Al tener mayor precio del gas, hay un 10 por ciento de reservas que vienen, porque hoy tenemos lugares donde podemos explotar gas y antes no lo podíamos hacer. Pero solamente un 10 por ciento, y no el ciento por ciento como dijo el señor diputado.
La otra pregunta estaba referida a Vaca Muerta...
SR. STURZENNEGER El precio de corte.
SR. GALUCCIO Vaca Muerta es rentable hoy con los costos que tenemos.
SR. STURZENNERGER ¿Los pozos que se han hecho son rentables?
SR. GALUCCIO Sí, son rentables. Además, no creo que una compañía americana hoy venga a enterrar plata al sur argentino sin tener una rentabilidad. En todo caso, podemos discutir cuánto es la rentabilidad y cuánto puede llegar a ser. Por supuesto, tenemos que empujar más porque no necesitamos solamente cien pozos sino muchos más.
Hace dos daños el costo de un pozo era de 11 millones de dólares. Eran exploratorios, porque no había un desarrollo en Vaca Muerta; había pozos exploratorios o delineación. Sí tenía como objetivo poner en valor Vaca Muerta para vender el área y no para explotarlo realmente. El gran desafío que tenemos como país y como empresa es explotarlo, y eso se inició hace doce o dieciocho meses.
Hoy estamos apuntando a la producción. Lo que produce Vaca Muerta no son 11 mil barriles de petróleo. Son 17 mil barriles y 3 mil barriles de petróleo equivalente que viene en gas. De modo que hoy estamos hablando de 20 mil barriles de petróleo.
El costo por pozo ha bajado de 11 millones a 7,5 millones. Le diría que a un costo de 7,5 millones por pozo tenemos un proyecto rentable; no será una rentabilidad suprema pero es rentable. La pregunta es qué tenemos que hacer para seguir bajando los costos de esos pozos, porque esto va a ser clave para la explotación en el futuro.
Con respecto al financiamiento le digo lo siguiente. A mí me gustaría tener financiamiento al 3 por ciento. Vivo en este país, trabajo aquí y juego con lo que tengo que jugar acá. Parte de ese financiamiento va a reestructurar una deuda que tenemos que, si mal no recuerdo, es el bono 2028, que fue hecho en 1998 en YPF y tenía un costo de financiamiento del 10 por ciento.
Entonces, tampoco es que hoy estamos financiándonos con algo que no hacíamos antes o que no hacíamos hace dos años. Por supuesto, queremos seguir financiándonos a mejores tasas. Por eso emitimos un primer bono de 150 millones -que era securitizado-, por eso emitimos un segundo bono de 500 millones a siete años y por eso este bono es de 10 años. Ojalá en el futuro podamos emitir un bono que nos dé mejor financiamiento y mejores condiciones.
Ahora me voy a referir al precio del combustible. Pero para desmitificar un poco el tema, quiero mencionar algunos datos. Hoy en la Argentina el precio del combustible es de 194 dólares por barril; en Chile, de 185 dólares por barril; y en Estados Unidos, de 160 dólares por barril.
En Chile le quedan al productor 140 dólares por barril, y en Estados Unidos, 141 dólares por barril. Sin embargo, en la Argentina le quedan al productor 120 dólares por barril dado que el impuesto sobre los combustibles juega un papel importantísimo: estimo que alrededor del 40 por ciento en nuestro país. Por eso, es importante saber que el precio del combustible tiene un 40 por ciento de impuesto, y hoy lo que le queda al operador argentino es menor que lo que le queda a un productor de Brasil, de Chile o de Estados Unidos.
Hace dos daños el costo de un pozo era de 11 millones de dólares. Eran exploratorios, porque no había un desarrollo en Vaca Muerta; había pozos exploratorios o delineación. Sí tenía como objetivo poner en valor Vaca Muerta para vender el área y no para explotarlo realmente. El gran desafío que tenemos como país y como empresa es explotarlo, y eso se inició hace doce o dieciocho meses.
Hoy estamos apuntando a la producción. Lo que produce Vaca Muerta no son 11 mil barriles de petróleo. Son 17 mil barriles y 3 mil barriles de petróleo equivalente que viene en gas. De modo que hoy estamos hablando de 20 mil barriles de petróleo.
El costo por pozo ha bajado de 11 millones a 7,5 millones. Le diría que a un costo de 7,5 millones por pozo tenemos un proyecto rentable; no será una rentabilidad suprema pero es rentable. La pregunta es qué tenemos que hacer para seguir bajando los costos de esos pozos, porque esto va a ser clave para la explotación en el futuro.
Con respecto al financiamiento le digo lo siguiente. A mí me gustaría tener financiamiento al 3 por ciento. Vivo en este país, trabajo aquí y juego con lo que tengo que jugar acá. Parte de ese financiamiento va a reestructurar una deuda que tenemos que, si mal no recuerdo, es el bono 2028, que fue hecho en 1998 en YPF y tenía un costo de financiamiento del 10 por ciento.
Entonces, tampoco es que hoy estamos financiándonos con algo que no hacíamos antes o que no hacíamos hace dos años. Por supuesto, queremos seguir financiándonos a mejores tasas. Por eso emitimos un primer bono de 150 millones -que era securitizado-, por eso emitimos un segundo bono de 500 millones a siete años y por eso este bono es de 10 años. Ojalá en el futuro podamos emitir un bono que nos dé mejor financiamiento y mejores condiciones.
Ahora me voy a referir al precio del combustible. Pero para desmitificar un poco el tema, quiero mencionar algunos datos. Hoy en la Argentina el precio del combustible es de 194 dólares por barril; en Chile, de 185 dólares por barril; y en Estados Unidos, de 160 dólares por barril.
En Chile le quedan al productor 140 dólares por barril, y en Estados Unidos, 141 dólares por barril. Sin embargo, en la Argentina le quedan al productor 120 dólares por barril dado que el impuesto sobre los combustibles juega un papel importantísimo: estimo que alrededor del 40 por ciento en nuestro país. Por eso, es importante saber que el precio del combustible tiene un 40 por ciento de impuesto, y hoy lo que le queda al operador argentino es menor que lo que le queda a un productor de Brasil, de Chile o de Estados Unidos.
SR. STURZENEGGER Mi comentario era sobre el crecimiento que ha tenido el precio sobre...
SR. PRESIDENTE METAZA No hay repreguntas, señor diputado.
SR. GALUCCIO Sobre el crecimiento le puedo decir que en 2011 creció un 30 por ciento, y en 2012, otro 30 por ciento. De modo que no son crecimientos completamente fuera del mercado. También le puedo decir que hoy el precio de la nafta de YPF está un 10 por ciento por debajo del precio del mercado, es decir, de esas empresas a las que usted dice que tenemos que darles todo el sector energético para que produzcan. Como dije, el precio está un 10 por ciento por debajo. Ojalá lo pudiéramos subir un poquito más.
Con esto, creo que contestamos todas las preguntas del señor diputado. (Aplausos.)
Con esto, creo que contestamos todas las preguntas del señor diputado. (Aplausos.)
SR. STURZENEGGER Muchas gracias.
SR. PRESIDENTE METAZA Dado que los funcionarios se están por retirar -como habíamos dicho al principio-, voy a dar la palabra al diputado Roberti, así tiene oportunidad de hacer los cuestionamientos pertinentes de forma tal que los funcionarios puedan responderle.
Luego de que se retiren los funcionarios, los diputados que quieran hacer uso de la palabra lo podrán hacer, y las preguntas que tengan en carpeta las podrán presentar por escrito. Nosotros desde la Presidencia se las vamos a hacer llegar a los funcionarios para que las puedan contestar.
Tiene la palabra el señor diputado Roberti.
Luego de que se retiren los funcionarios, los diputados que quieran hacer uso de la palabra lo podrán hacer, y las preguntas que tengan en carpeta las podrán presentar por escrito. Nosotros desde la Presidencia se las vamos a hacer llegar a los funcionarios para que las puedan contestar.
Tiene la palabra el señor diputado Roberti.
SR. LOUSTEAU Señor presidente: ¿no hay funcionarios subalternos que se puedan quedar para responder las preguntas?
SR. PRESIDENTE METAZA Tiene la palabra el diputado Roberti.
SR. ROBERTI Seré breve. Quiero dividir mi exposición desde mi condición de un hombre que quizás no manejó la economía, como se planteó hoy al principio de la reunión. Pero claramente tengo dos particularidades a las que me quiero referir y desde las cuales quiero hablar.
Una es la que naturalmente me otorga mi condición de dirigente gremial, además de pertenecer al sector, lo cual es absolutamente vinculante. La otra situación es la que tiene que ver con que en mayo de 2012, aun no siendo integrante de la fuerza del oficialismo, voté a favor de la nacionalización de YPF, absolutamente convencido de las bondades de ese proyecto.
Tengo algunos comentarios que hacer en relación con lo que hoy estamos tratando. Particularmente quisiera hacerlo desde esta perspectiva. Me parece que cuando planteamos la nacionalización de YPF los actores éramos los mismos: por un lado, los diputados que estábamos recibiendo el proyecto del Poder Ejecutivo y, por otra parte, los funcionarios -algunos están aquí presentes-, contándonos la situación para que nosotros tuviéramos la mayor cantidad de conocimiento posible.
Por allí escuchamos, como también se describió hoy, que estos convenios o certificaciones que se hacen con España fundamentalmente vienen a terminar toda esta suerte de enemistad pública con el Estado español y con la empresa Repsol, en función de lo que fue el trámite de la expropiación.
También escuchamos en ese entonces definiciones públicas en las cuales se decía: "No vamos a pagar. Y no sólo no vamos a pagar porque tenemos razón sino porque además está por verse si no es Repsol la que nos debe a nosotros. Además, no vamos a pagar porque los daños ambientales que ha provocado la compañía evidentemente tienen un costo altísimo." Escuchamos esto en boca de funcionarios públicos y también de algunos gobernadores.
En línea con estos dichos, quiero hacer algunas consideraciones, dejando planteado, antes que nada, no sólo que voté a favor de la nacionalización de YPF -repito- sino que creo que Argentina tiene que resolver el diferendo -y obviamente hablo como dirigente del sector- como una cuestión de Estado. Eso es, efectivamente, lo que se está tomando como una decisión base, y creo que es lo correcto.
Por otra parte, es imposible pretender que nosotros hagamos una asociación de carácter multifacético en el mundo del petróleo, donde todo está involucrado, si no tenemos arreglada una cuestión de esta naturaleza.
Pero el meollo de la cuestión es específicamente el acuerdo, o el convenio. En nuestro análisis tenemos las siguientes dudas. ¿Los 5 mil millones de dólares son un precio justo? ¿Dónde quedaron los tan pregonados daños ambientales por los que Repsol debía indemnizar a la Argentina?
En la cláusula 1a dice: "...la REPÚBLICA ARGENTINA reconoce a REPSOL y le ofrece la suma de DÓLARES CINCO MIL MILLONES (US$ 5.000.000.000,00) a título de indemnización por la expropiación de 200.589.525 acciones clase 'D' de YPF y 89.755.383 clase 'A' de YPF GAS (en adelante y en conjunto, las 'ACCIONES')".
Y en la cláusula 2a dice que Repsol acepta la compensación ofrecida por la Argentina por la expropiación de las acciones.
El artículo 12 de la ley 26.741 ordena que el precio de los bienes sujeto a expropiación se determine a través del Tribunal de Tasaciones, conforme lo previsto en el artículo 10 y concordantes.
La ley 21.499, de expropiaciones, sancionada el 17 de enero de 1977, establece en su artículo 10 que la indemnización sólo comprenderá el valor objetivo del bien y los daños que sean una consecuencia directa e inmediata de la expropiación.
No se tomaron en cuenta las circunstancias de carácter personal, valores afectivos, ganancias hipotéticas ni el mayor valor que pueda conferir al bien de la obra a ejecutarse. No se pagará lucro cesante ni integrará la indemnización el importe que correspondiera por depreciación de la moneda y de los respectivos intereses.
Y además, a la vista de lo antedicho, esa sala ad hoc del Tribunal considera que el valor a acordarse es justo y razonable.
Entonces, preguntamos dónde está el valor sustantivo patrimonial de los bienes sujetos a expropiación.
Como en verdad este fue el único documento al que tuvimos acceso hasta que apareció esta reunión en la Cámara de Diputados -porque en el Senado no estaban estas informaciones, naturalmente-, como soporte a este dictamen y dada la magnitud de los valores en juego y la trascendencia política y económica de la transacción, los profesionales e ingenieros -como los firmantes contadores que se encuentran en esta sala- debieran presentar a quien encomendó esta tasación un detalle totalizado por rubro valuado.
Esta mañana escuchamos que eso formaba parte de un detalle secreto. En verdad nos parece que esa es una información complementaria que necesitamos tener todos a fin de poder proceder en consecuencia a una votación tan importante.
Quiero hacer referencia también a que en la cláusula 3a Repsol presta conformidad a todos los efectos para que el pago de la compensación se efectúe mediante la entrega de los títulos de deuda pública interna, bonos de la República Argentina en dólares.
También quiero comentar que a diferencia de lo que suele ocurrir en grandes emisiones de deuda pública respaldada con títulos públicos soberanos, en el convenio no hay cláusula de indisponibilidad, por lo que se le permite a Repsol vender en el mercado desde el primer momento con los títulos que reciba como pago.
Quiero decir también que la entrega de los títulos públicos no producirá por sí misma los efectos del pago de la compensación. La cláusula 4a asigna a la entrega de los títulos públicos dados en pago la modalidad jurídica pro solvendo, que significa que el efecto liberatorio del pago sólo se producirá en el momento en que Repsol ingrese en su caja los 5 mil millones de dólares, por amortización de capital o venta anticipada de los títulos públicos.
Asimismo, quiero decir que surge de la nota -que no se puede llamar dictamen- del Tribunal de Tasaciones que las tasas de interés que se pagarán por los dos títulos públicos a emitir -Discount 33 y BONAR 24- son más del doble de lo que pagaron Bolivia, Perú y Uruguay, que creo que quedó dicho recién en la exposición del ministro.
En relación con las cláusulas subsiguientes, quiero decir que de acuerdo al tema de cláusulas ambientales -recién se habló sobre ello y fue contestado muy por encima- quisiéramos tener una respuesta directa respecto de lo que ya está vinculado en la Corte Suprema de Justicia de la Nación con algún caso específico, y también quisiéramos que se nos hable con un grado de mayor precisión por lo menos -más allá del valor afectivo- con relación a la clase "D" de acción programada de programa participado. Esto porque debiera haber una actitud de contemplación directa en función de lo que fue el costo social producto de la privatización de YPF.
Además, si no dudáramos de la calidad efectiva del cumplimiento de esa acción solidaria debiéramos tener una forma efectiva y clara de cumplimiento; ello a fin de que esta gente no quede comprendida en lo que pareciera ser una liquidación final en la cual la firma de este convenio termina con todas esas situaciones, incluida ésta, ante lo cual la posición de los trabajadores ex ypefianos queda claramente en la cuerda floja o cuanto menos sin claridad respecto a cómo es su futuro.
Quiero hablar de la situación que se plantea en relación con la empresa desde el 31 de mayo en adelante. Todo lo que planteé recién lo hice en función de este convenio con España, específicamente con Repsol, y aclaré cuál ha sido mi posición en torno al debate del 16 de mayo de hace dos años.
Respecto del accionar de la compañía desde el 31 de mayo en adelante -o sea, desde que el ingeniero Galuccio asumió en la empresa-, quiero decir que si bien notamos un protagonismo manifiesto en cuanto a intentar dar a las actividades un protagonismo más fuerte y que la empresa recupere importancia, y que intentemos como Argentina elevar el horizonte hidrocarburífero, no es menos cierto que todavía no está saldado.
Este es un principio que probablemente no pueda estar suscripto a este convenio con Repsol pero sí debe estar en la mentalidad de cada uno de nosotros que hablamos siempre del efecto de la Patagonia y de la cuestión de lo vinculante en el Sur. No es menos cierto que en el Sur tenemos deudas que no pueden prescribir, deudas sociales que están latentes, que no se pueden circunscribir solamente a lo que pueda remedar una empresa en torno al suelo -que sí es importante porque allí vive gente- sino que tiene que ver con la calidad social de pueblos enteros que están degradados, que no tienen hospitales, que poseen una calidad sanitaria no es de la mejor. Como ustedes mencionaban, la vieja YPF daba marco y contenido solidario, y a su alrededor se formaban los pueblos.
Esta situación, que tal vez el doctor Zannini describió con absoluto sentimentalismo o emoción en el Senado, es la que yo intento describir. Me parece que sobre eso no es que no estemos haciendo nada; directamente no estoy viendo que haya previsiones, y me gustaría que las hubiera.
Descuento que particularmente el ingeniero Galuccio y toda la conducción de la empresa junto con el gobierno estarán planteando que debemos recuperar toda la actividad social en el lugar. Para que quede claro, estoy hablando específicamente de Caleta Olivia, Pico Truncado, y especialmente Las Heras, que es un pueblo petrolero donde tenemos -lo digo para que todos lo sepan- el más alto índice de suicidios juveniles en la República Argentina. Es un pueblo en el que pareciera que nuestros jóvenes no tienen expectativa, y en los últimos setenta años YPF ha estado allí en forma ininterrumpida, bajo distintas formas: como YPF, como YPF-Repsol o como YPF Sociedad Anónima.
Para finalizar, respecto de este convenio nos gustaría que se explique específicamente la cuestión dineraria -ya lo dijimos recién-, en cuanto a los 5.000 millones, que para nosotros son 6.000 millones.
También quisiera hablar muy brevemente del tema de los biocombustibles, aprovechando que está el ministro de Economía. Tuve una expresión pública con el ministro de Economía respecto a la dilación que tuvimos para arreglar la cuestión de los biocombustibles.
Los biocombustibles fueron un sueño que llevaron adelante el doctor Néstor Kirchner y el arquitecto De Vido; ambos, como cabeza de gobierno, pusieron en marcha una actividad que dio forma y vida a 4.000 trabajadores y a muchas regiones del país, tornando al aceite vegetal en hidrocarburo posibles, y además siendo exportable y metiéndose como corte dentro de las destilerías de petróleo.
Nos pareció que en esta etapa del gobierno eso se estaba olvidando, que estábamos dejando a la gente en la calle y que estábamos olvidando a la industria, pero veo que han corregido los precios. Ojalá que esto siga y que aquello que fue un sueño no se torne en algo que se murió y que después no se va a hacer más, para que este gobierno, que ustedes dicen que es nacional y popular, sea efectivamente consuetudinario con los actos del pasado.
Una es la que naturalmente me otorga mi condición de dirigente gremial, además de pertenecer al sector, lo cual es absolutamente vinculante. La otra situación es la que tiene que ver con que en mayo de 2012, aun no siendo integrante de la fuerza del oficialismo, voté a favor de la nacionalización de YPF, absolutamente convencido de las bondades de ese proyecto.
Tengo algunos comentarios que hacer en relación con lo que hoy estamos tratando. Particularmente quisiera hacerlo desde esta perspectiva. Me parece que cuando planteamos la nacionalización de YPF los actores éramos los mismos: por un lado, los diputados que estábamos recibiendo el proyecto del Poder Ejecutivo y, por otra parte, los funcionarios -algunos están aquí presentes-, contándonos la situación para que nosotros tuviéramos la mayor cantidad de conocimiento posible.
Por allí escuchamos, como también se describió hoy, que estos convenios o certificaciones que se hacen con España fundamentalmente vienen a terminar toda esta suerte de enemistad pública con el Estado español y con la empresa Repsol, en función de lo que fue el trámite de la expropiación.
También escuchamos en ese entonces definiciones públicas en las cuales se decía: "No vamos a pagar. Y no sólo no vamos a pagar porque tenemos razón sino porque además está por verse si no es Repsol la que nos debe a nosotros. Además, no vamos a pagar porque los daños ambientales que ha provocado la compañía evidentemente tienen un costo altísimo." Escuchamos esto en boca de funcionarios públicos y también de algunos gobernadores.
En línea con estos dichos, quiero hacer algunas consideraciones, dejando planteado, antes que nada, no sólo que voté a favor de la nacionalización de YPF -repito- sino que creo que Argentina tiene que resolver el diferendo -y obviamente hablo como dirigente del sector- como una cuestión de Estado. Eso es, efectivamente, lo que se está tomando como una decisión base, y creo que es lo correcto.
Por otra parte, es imposible pretender que nosotros hagamos una asociación de carácter multifacético en el mundo del petróleo, donde todo está involucrado, si no tenemos arreglada una cuestión de esta naturaleza.
Pero el meollo de la cuestión es específicamente el acuerdo, o el convenio. En nuestro análisis tenemos las siguientes dudas. ¿Los 5 mil millones de dólares son un precio justo? ¿Dónde quedaron los tan pregonados daños ambientales por los que Repsol debía indemnizar a la Argentina?
En la cláusula 1a dice: "...la REPÚBLICA ARGENTINA reconoce a REPSOL y le ofrece la suma de DÓLARES CINCO MIL MILLONES (US$ 5.000.000.000,00) a título de indemnización por la expropiación de 200.589.525 acciones clase 'D' de YPF y 89.755.383 clase 'A' de YPF GAS (en adelante y en conjunto, las 'ACCIONES')".
Y en la cláusula 2a dice que Repsol acepta la compensación ofrecida por la Argentina por la expropiación de las acciones.
El artículo 12 de la ley 26.741 ordena que el precio de los bienes sujeto a expropiación se determine a través del Tribunal de Tasaciones, conforme lo previsto en el artículo 10 y concordantes.
La ley 21.499, de expropiaciones, sancionada el 17 de enero de 1977, establece en su artículo 10 que la indemnización sólo comprenderá el valor objetivo del bien y los daños que sean una consecuencia directa e inmediata de la expropiación.
No se tomaron en cuenta las circunstancias de carácter personal, valores afectivos, ganancias hipotéticas ni el mayor valor que pueda conferir al bien de la obra a ejecutarse. No se pagará lucro cesante ni integrará la indemnización el importe que correspondiera por depreciación de la moneda y de los respectivos intereses.
Y además, a la vista de lo antedicho, esa sala ad hoc del Tribunal considera que el valor a acordarse es justo y razonable.
Entonces, preguntamos dónde está el valor sustantivo patrimonial de los bienes sujetos a expropiación.
Como en verdad este fue el único documento al que tuvimos acceso hasta que apareció esta reunión en la Cámara de Diputados -porque en el Senado no estaban estas informaciones, naturalmente-, como soporte a este dictamen y dada la magnitud de los valores en juego y la trascendencia política y económica de la transacción, los profesionales e ingenieros -como los firmantes contadores que se encuentran en esta sala- debieran presentar a quien encomendó esta tasación un detalle totalizado por rubro valuado.
Esta mañana escuchamos que eso formaba parte de un detalle secreto. En verdad nos parece que esa es una información complementaria que necesitamos tener todos a fin de poder proceder en consecuencia a una votación tan importante.
Quiero hacer referencia también a que en la cláusula 3a Repsol presta conformidad a todos los efectos para que el pago de la compensación se efectúe mediante la entrega de los títulos de deuda pública interna, bonos de la República Argentina en dólares.
También quiero comentar que a diferencia de lo que suele ocurrir en grandes emisiones de deuda pública respaldada con títulos públicos soberanos, en el convenio no hay cláusula de indisponibilidad, por lo que se le permite a Repsol vender en el mercado desde el primer momento con los títulos que reciba como pago.
Quiero decir también que la entrega de los títulos públicos no producirá por sí misma los efectos del pago de la compensación. La cláusula 4a asigna a la entrega de los títulos públicos dados en pago la modalidad jurídica pro solvendo, que significa que el efecto liberatorio del pago sólo se producirá en el momento en que Repsol ingrese en su caja los 5 mil millones de dólares, por amortización de capital o venta anticipada de los títulos públicos.
Asimismo, quiero decir que surge de la nota -que no se puede llamar dictamen- del Tribunal de Tasaciones que las tasas de interés que se pagarán por los dos títulos públicos a emitir -Discount 33 y BONAR 24- son más del doble de lo que pagaron Bolivia, Perú y Uruguay, que creo que quedó dicho recién en la exposición del ministro.
En relación con las cláusulas subsiguientes, quiero decir que de acuerdo al tema de cláusulas ambientales -recién se habló sobre ello y fue contestado muy por encima- quisiéramos tener una respuesta directa respecto de lo que ya está vinculado en la Corte Suprema de Justicia de la Nación con algún caso específico, y también quisiéramos que se nos hable con un grado de mayor precisión por lo menos -más allá del valor afectivo- con relación a la clase "D" de acción programada de programa participado. Esto porque debiera haber una actitud de contemplación directa en función de lo que fue el costo social producto de la privatización de YPF.
Además, si no dudáramos de la calidad efectiva del cumplimiento de esa acción solidaria debiéramos tener una forma efectiva y clara de cumplimiento; ello a fin de que esta gente no quede comprendida en lo que pareciera ser una liquidación final en la cual la firma de este convenio termina con todas esas situaciones, incluida ésta, ante lo cual la posición de los trabajadores ex ypefianos queda claramente en la cuerda floja o cuanto menos sin claridad respecto a cómo es su futuro.
Quiero hablar de la situación que se plantea en relación con la empresa desde el 31 de mayo en adelante. Todo lo que planteé recién lo hice en función de este convenio con España, específicamente con Repsol, y aclaré cuál ha sido mi posición en torno al debate del 16 de mayo de hace dos años.
Respecto del accionar de la compañía desde el 31 de mayo en adelante -o sea, desde que el ingeniero Galuccio asumió en la empresa-, quiero decir que si bien notamos un protagonismo manifiesto en cuanto a intentar dar a las actividades un protagonismo más fuerte y que la empresa recupere importancia, y que intentemos como Argentina elevar el horizonte hidrocarburífero, no es menos cierto que todavía no está saldado.
Este es un principio que probablemente no pueda estar suscripto a este convenio con Repsol pero sí debe estar en la mentalidad de cada uno de nosotros que hablamos siempre del efecto de la Patagonia y de la cuestión de lo vinculante en el Sur. No es menos cierto que en el Sur tenemos deudas que no pueden prescribir, deudas sociales que están latentes, que no se pueden circunscribir solamente a lo que pueda remedar una empresa en torno al suelo -que sí es importante porque allí vive gente- sino que tiene que ver con la calidad social de pueblos enteros que están degradados, que no tienen hospitales, que poseen una calidad sanitaria no es de la mejor. Como ustedes mencionaban, la vieja YPF daba marco y contenido solidario, y a su alrededor se formaban los pueblos.
Esta situación, que tal vez el doctor Zannini describió con absoluto sentimentalismo o emoción en el Senado, es la que yo intento describir. Me parece que sobre eso no es que no estemos haciendo nada; directamente no estoy viendo que haya previsiones, y me gustaría que las hubiera.
Descuento que particularmente el ingeniero Galuccio y toda la conducción de la empresa junto con el gobierno estarán planteando que debemos recuperar toda la actividad social en el lugar. Para que quede claro, estoy hablando específicamente de Caleta Olivia, Pico Truncado, y especialmente Las Heras, que es un pueblo petrolero donde tenemos -lo digo para que todos lo sepan- el más alto índice de suicidios juveniles en la República Argentina. Es un pueblo en el que pareciera que nuestros jóvenes no tienen expectativa, y en los últimos setenta años YPF ha estado allí en forma ininterrumpida, bajo distintas formas: como YPF, como YPF-Repsol o como YPF Sociedad Anónima.
Para finalizar, respecto de este convenio nos gustaría que se explique específicamente la cuestión dineraria -ya lo dijimos recién-, en cuanto a los 5.000 millones, que para nosotros son 6.000 millones.
También quisiera hablar muy brevemente del tema de los biocombustibles, aprovechando que está el ministro de Economía. Tuve una expresión pública con el ministro de Economía respecto a la dilación que tuvimos para arreglar la cuestión de los biocombustibles.
Los biocombustibles fueron un sueño que llevaron adelante el doctor Néstor Kirchner y el arquitecto De Vido; ambos, como cabeza de gobierno, pusieron en marcha una actividad que dio forma y vida a 4.000 trabajadores y a muchas regiones del país, tornando al aceite vegetal en hidrocarburo posibles, y además siendo exportable y metiéndose como corte dentro de las destilerías de petróleo.
Nos pareció que en esta etapa del gobierno eso se estaba olvidando, que estábamos dejando a la gente en la calle y que estábamos olvidando a la industria, pero veo que han corregido los precios. Ojalá que esto siga y que aquello que fue un sueño no se torne en algo que se murió y que después no se va a hacer más, para que este gobierno, que ustedes dicen que es nacional y popular, sea efectivamente consuetudinario con los actos del pasado.
SR. PRESIDENTE METAZA Va a contestar primero el señor ministro y luego el ingeniero Galuccio.
SR. MINISTRO DE ECONOMÍA Y FINANZAS PÚBLICAS Intento rescatar lo que son preguntas concretas. Pero antes de eso quiero repetir por enésima vez, diputado Roberti, que nadie del gobierno dijo que no le íbamos a pagar a Repsol.
Me parece que esto remite a lo que inicialmente había puesto un poco como marco -interpreté yo- el doctor Zannini, que es que si nos dejamos guiar por los diarios para decir y debatir lo que éstos quieren, y peor aún, repetir las mentiras que dicen los diarios... Porque en este caso ya es lamentable. Lo dije en el Senado, mostré mi declaración textual, pero que ahora usted lo repita ya me resulta muy decepcionante.
Nadie dijo, y en particular yo no lo dije, que no le vamos a pagar a Repsol. Yo dije "no le vamos a pagar a Repsol lo que Repsol quiere", y es lo que efectivamente está ocurriendo. Por otro lado, sería ilegal, porque justo estábamos tratando una ley de expropiación que decía que había que pagarle. De modo que sería raro que fuéramos justo ahí a defender la ley que pedía expropiar con indemnización para decir que no íbamos a indemnizar.
En lo que respecta al valor sustantivo patrimonial, me parece que anda un poco atrasada la declaración, porque justamente lo que acaba de exponer con detalle Daniel Martín es justamente la valuación de la empresa, que da 5.049. Ese es el valor sustantivo. Después, los elementos son múltiples y las cuestiones metodológicas han sido referidas. No se puede hacer un análisis exhaustivo de los miles y miles de bienes que ha tenido que tasar el tribunal pero ha explicado el método y ha dicho el cómo.
Aunque escapa un poco al tema, voy a tomar como positivo lo que usted acaba de decir, porque me criticó por no actualizar el precio del biocombustible, que había actualizado...
Me parece que esto remite a lo que inicialmente había puesto un poco como marco -interpreté yo- el doctor Zannini, que es que si nos dejamos guiar por los diarios para decir y debatir lo que éstos quieren, y peor aún, repetir las mentiras que dicen los diarios... Porque en este caso ya es lamentable. Lo dije en el Senado, mostré mi declaración textual, pero que ahora usted lo repita ya me resulta muy decepcionante.
Nadie dijo, y en particular yo no lo dije, que no le vamos a pagar a Repsol. Yo dije "no le vamos a pagar a Repsol lo que Repsol quiere", y es lo que efectivamente está ocurriendo. Por otro lado, sería ilegal, porque justo estábamos tratando una ley de expropiación que decía que había que pagarle. De modo que sería raro que fuéramos justo ahí a defender la ley que pedía expropiar con indemnización para decir que no íbamos a indemnizar.
En lo que respecta al valor sustantivo patrimonial, me parece que anda un poco atrasada la declaración, porque justamente lo que acaba de exponer con detalle Daniel Martín es justamente la valuación de la empresa, que da 5.049. Ese es el valor sustantivo. Después, los elementos son múltiples y las cuestiones metodológicas han sido referidas. No se puede hacer un análisis exhaustivo de los miles y miles de bienes que ha tenido que tasar el tribunal pero ha explicado el método y ha dicho el cómo.
Aunque escapa un poco al tema, voy a tomar como positivo lo que usted acaba de decir, porque me criticó por no actualizar el precio del biocombustible, que había actualizado...
SR. ROBERTI Y se lo reconocí recién.
SR. MINISTRO DE ECONOMÍA Y FINANZAS PÚBLICAS Entonces, después dice que lo sigamos actualizando. Todo eso se reduce a la cuestión práctica de que efectivamente hubo una actualización del valor del precio interno del biocombustible, con una serie de consideraciones que simplemente quisiera hacer, que es que las medidas tendientes a incentivar la industria del biocombustible tienen un efecto negativo sobre el balance de las petroleras, tal vez porque como es más caro que otros refinados afecta al precio de los combustibles; concretamente, crece. Desde el punto de vista del balance de divisas, depende del valor de lo que importamos contra lo que dejamos de exportar, que vendría a ser aceite y soja. Es decir que a veces conviene y a veces no conviene desde el punto de vista de las divisas. Y desde el punto de vista del presupuesto, tiene un efecto distinto y recíproco el de las petroleras, porque básicamente somos nosotros los que importamos combustible a precio internacional cuando falta.
Todo ese paquete de análisis es el que no representa un cambio de política sino un cambio en la situación internacional, que se va reflejando en diversas medidas. Es una industria que yo mismo anuncié que había sido incentivada, que nos habíamos convertido en el primer exportador mundial y que ya estaba en condiciones de madurez para competir. También hay que tener en cuenta, para que lo usen como un elemento, que la Unión Europea -estamos en un reclamo muy fuerte en un panel ante la OMC- puso medidas proteccionistas contra el biodiesel de origen local. Eso tiene que ver con diversas barreras que se han presentado en el marco de la crisis comercial que está atravesando el mundo, particularmente el mundo europeo.
Todo ese paquete de análisis es el que no representa un cambio de política sino un cambio en la situación internacional, que se va reflejando en diversas medidas. Es una industria que yo mismo anuncié que había sido incentivada, que nos habíamos convertido en el primer exportador mundial y que ya estaba en condiciones de madurez para competir. También hay que tener en cuenta, para que lo usen como un elemento, que la Unión Europea -estamos en un reclamo muy fuerte en un panel ante la OMC- puso medidas proteccionistas contra el biodiesel de origen local. Eso tiene que ver con diversas barreras que se han presentado en el marco de la crisis comercial que está atravesando el mundo, particularmente el mundo europeo.
SR. GALUCCIO Primero que nada me gustaría agradecerle su comentario, señor diputado Roberti; viniendo de un petrolero, lo tomo de una manera personal. También quiero mencionar el tema de la responsabilidad social de YPF en los lugares donde trabajamos. Soy presidente de la fundación YPF y es un tema que me toca muy de cerca en el día a día.
La empresa YPF, desde que retomó la fundación, que particularmente estaba dedicada al arte, la música, los jardines -aclaro que a mí me gustan las plantas y demás-, tuvo un giro en su objetivo y se refocalizó en cosas que nosotros pensábamos que eran muy importantes para recuperar aquello que usted menciona, que era el rol fundamental que jugaba YPF.
Las dos cosas en las cuales nos estamos focalizando hoy y sobre las que hemos trabajado mucho durante los últimos dos años -que posiblemente con el espíritu de una fundación no publicitamos lo suficiente porque realmente son cosas que hacemos para adentro- son educar para la energía y, de alguna manera, tratar de dejar algo en las comunidades en las cuales trabajamos.
La consigna "educar para la energía" ha tenido un impacto impresionante en la creación de tecnicaturas, becas de grado y becas de posgrado. Es más, la última tecnicatura que se acaba de inaugurar es en la ciudad de Las Heras. Para los que conocen y para los que hemos vivido en Las Heras -que no somos muchos-, pensar que allí hay una escuela técnica es un gran mérito y un gran logro.
En Las Heras también hemos empezado a construir casas, porque lo primero que tenemos que hacer en Las Heras, si queremos cambiar el pueblo, es lograr que nuestros empleados puedan vivir allí. Asimismo, debemos recuperar lo que tiene que ver con educación y salud. Estamos trabajando en eso desde el Estado nacional, junto con la provincia. También estamos recuperando la función social. Nuestra gente, junto con los ciudadanos de Las Heras, ha pintado Las Heras de color.
Es verdad que en algún momento -cuando yo vivía allí-, Las Heras tuvo el índice más importante de suicidios en jóvenes. Creo que hoy no sucede eso. Hemos llevado a Choque Urbano, hemos hecho escuelas de fútbol y estamos haciendo un montón de cosas que tienen que ver con la vida social de Las Heras, principalmente para integrarnos más con la sociedad.
Añelo es el otro foco fundamental en cuanto a relacionarnos con las comunidades. Se trata de un pueblo muy pequeño que está debajo de esa meseta de Vaca Muerta que mostraban las fotos. Es un pueblo de entre 3 mil y 4 mil trabajadores.
Con el incremento de actividad que hay en la zona no hay hoteles que alcancen. Si uno quiere dormir en Añelo tiene que alquilar una cama por 12 horas.
Hemos firmado un convenio con el BID para planificar la urbanización de Añelo. Allí tenemos una oportunidad única, porque no estamos yendo a un lugar donde llegamos tarde. Allí estamos comenzando. Entonces, tenemos la responsabilidad, junto con la provincia -que posiblemente tiene más responsabilidad que nosotros-, de planificar mejor el crecimiento.
Hay un montón de planes pero hay tres fundamentales. Se trata de tres edificios icónicos que queremos hacer en Añelo, diseñados por los mismos arquitectos que urbanizaron Puerto Madero. Y hay un objetivo un poco mayor, aunque todavía no hemos tomado la decisión de hacerlo, que también podría cambiar el panorama de Añelo.
Así que, como petrolero, como persona que vivió en campamentos petroleros, quiero decirle que posiblemente YPF nunca vuelva a tener el rol que tenía la YPF estatal de la administración donde teníamos cine, supermercado y otro tipo de cosas, pero sí hoy hay un compromiso de YPF hacia la comunidad, que se traduce en relacionarnos particularmente con las comunidades donde trabajamos, que no son todas, y en "educar para la energía".
Le agradezco su comentario porque me dio la oportunidad de hacer un update de lo que estamos haciendo en materia social.
La empresa YPF, desde que retomó la fundación, que particularmente estaba dedicada al arte, la música, los jardines -aclaro que a mí me gustan las plantas y demás-, tuvo un giro en su objetivo y se refocalizó en cosas que nosotros pensábamos que eran muy importantes para recuperar aquello que usted menciona, que era el rol fundamental que jugaba YPF.
Las dos cosas en las cuales nos estamos focalizando hoy y sobre las que hemos trabajado mucho durante los últimos dos años -que posiblemente con el espíritu de una fundación no publicitamos lo suficiente porque realmente son cosas que hacemos para adentro- son educar para la energía y, de alguna manera, tratar de dejar algo en las comunidades en las cuales trabajamos.
La consigna "educar para la energía" ha tenido un impacto impresionante en la creación de tecnicaturas, becas de grado y becas de posgrado. Es más, la última tecnicatura que se acaba de inaugurar es en la ciudad de Las Heras. Para los que conocen y para los que hemos vivido en Las Heras -que no somos muchos-, pensar que allí hay una escuela técnica es un gran mérito y un gran logro.
En Las Heras también hemos empezado a construir casas, porque lo primero que tenemos que hacer en Las Heras, si queremos cambiar el pueblo, es lograr que nuestros empleados puedan vivir allí. Asimismo, debemos recuperar lo que tiene que ver con educación y salud. Estamos trabajando en eso desde el Estado nacional, junto con la provincia. También estamos recuperando la función social. Nuestra gente, junto con los ciudadanos de Las Heras, ha pintado Las Heras de color.
Es verdad que en algún momento -cuando yo vivía allí-, Las Heras tuvo el índice más importante de suicidios en jóvenes. Creo que hoy no sucede eso. Hemos llevado a Choque Urbano, hemos hecho escuelas de fútbol y estamos haciendo un montón de cosas que tienen que ver con la vida social de Las Heras, principalmente para integrarnos más con la sociedad.
Añelo es el otro foco fundamental en cuanto a relacionarnos con las comunidades. Se trata de un pueblo muy pequeño que está debajo de esa meseta de Vaca Muerta que mostraban las fotos. Es un pueblo de entre 3 mil y 4 mil trabajadores.
Con el incremento de actividad que hay en la zona no hay hoteles que alcancen. Si uno quiere dormir en Añelo tiene que alquilar una cama por 12 horas.
Hemos firmado un convenio con el BID para planificar la urbanización de Añelo. Allí tenemos una oportunidad única, porque no estamos yendo a un lugar donde llegamos tarde. Allí estamos comenzando. Entonces, tenemos la responsabilidad, junto con la provincia -que posiblemente tiene más responsabilidad que nosotros-, de planificar mejor el crecimiento.
Hay un montón de planes pero hay tres fundamentales. Se trata de tres edificios icónicos que queremos hacer en Añelo, diseñados por los mismos arquitectos que urbanizaron Puerto Madero. Y hay un objetivo un poco mayor, aunque todavía no hemos tomado la decisión de hacerlo, que también podría cambiar el panorama de Añelo.
Así que, como petrolero, como persona que vivió en campamentos petroleros, quiero decirle que posiblemente YPF nunca vuelva a tener el rol que tenía la YPF estatal de la administración donde teníamos cine, supermercado y otro tipo de cosas, pero sí hoy hay un compromiso de YPF hacia la comunidad, que se traduce en relacionarnos particularmente con las comunidades donde trabajamos, que no son todas, y en "educar para la energía".
Le agradezco su comentario porque me dio la oportunidad de hacer un update de lo que estamos haciendo en materia social.
SR. PRESIDENTE METAZA Señores diputados: quiero comentarles que todavía quedan dieciséis diputados anotados para exponer o hacer consultas. También es cierto que ya hemos superado el límite horario que los funcionarios habían establecido para retirarse.
Quiero agradecer a los funcionarios que han venido a acompañarnos y a participar (Aplausos.), independientemente de que no estaban obligados a venir sino que lo han hecho para ayudar en esta tarea que estamos llevando adelante desde este Congreso de la Nación.
Me dice el ministro que las preguntas que quedan pendientes las formulen por escrito y las presenten en la Presidencia de la comisión. Prontamente serán respondidas.
Por otro lado, quiero decirles que hay una propuesta del señor diputado Bazze de pasar a un cuarto intermedio para el día de mañana, cuando escucharemos a los invitados de la oposición.
A pedido del señor diputado Lozano mencionaré quiénes están invitados.
Precisamente a propuesta del señor diputado Lozano, de Unidad Popular, está invitado el señor Gustavo Calleja, presidente del Movimiento para la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora.
También están invitados el señor José Rigane, presidente de FeTERA, Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina; el señor Gabriel Martínez, secretario de la organización de FeTERA; el licenciado Alieto Guadagni, ex secretario de Energía de la Nación, a propuesta de la UCR; integrantes de la sala ad hoc del Tribunal de Tasaciones de la Nación; el doctor Eduardo Mertehikian y el señor Enrique Viale, presidente de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas; el señor Sebastián Scheimberg, especialista en energía, de la Fundación Pensar, a propuesta del señor diputado Sturzenegger; y a propuesta del diputado Zavalza, del partido socialista, está invitado Andrés Napoli, director ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales.
Quiero agradecer a los funcionarios que han venido a acompañarnos y a participar (Aplausos.), independientemente de que no estaban obligados a venir sino que lo han hecho para ayudar en esta tarea que estamos llevando adelante desde este Congreso de la Nación.
Me dice el ministro que las preguntas que quedan pendientes las formulen por escrito y las presenten en la Presidencia de la comisión. Prontamente serán respondidas.
Por otro lado, quiero decirles que hay una propuesta del señor diputado Bazze de pasar a un cuarto intermedio para el día de mañana, cuando escucharemos a los invitados de la oposición.
A pedido del señor diputado Lozano mencionaré quiénes están invitados.
Precisamente a propuesta del señor diputado Lozano, de Unidad Popular, está invitado el señor Gustavo Calleja, presidente del Movimiento para la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora.
También están invitados el señor José Rigane, presidente de FeTERA, Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina; el señor Gabriel Martínez, secretario de la organización de FeTERA; el licenciado Alieto Guadagni, ex secretario de Energía de la Nación, a propuesta de la UCR; integrantes de la sala ad hoc del Tribunal de Tasaciones de la Nación; el doctor Eduardo Mertehikian y el señor Enrique Viale, presidente de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas; el señor Sebastián Scheimberg, especialista en energía, de la Fundación Pensar, a propuesta del señor diputado Sturzenegger; y a propuesta del diputado Zavalza, del partido socialista, está invitado Andrés Napoli, director ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales.
SR. ROGEL Que conste que el contador Calleja, además de haber sido invitado por el señor diputado Lozano, también ha sido invitado por el bloque de la Unión Cívica Radical.
SR. PRESIDENTE METAZA Queda constancia, señor diputado.
SR. PITROLA Que conste que hemos presentado una exposición por escrito.
SR. PRESIDENTE METAZA Si me permite, señor diputado, hay una moción de la Unión Cívica Radical de pasar a un cuarto intermedio para continuar mañana a las 10. Los diputados anotados y que no han podido hacer uso de la palabra en el día de hoy lo harán mañana en el mismo orden. Si hay asentimiento de parte de los diputados, pasamos a un cuarto intermedio para mañana a las 10.
SR. LOUSTEAU Agradezco que para aquellos que no pudimos preguntar, las respuestas de los funcionarios nos lleguen antes de emitir dictamen. Nosotros podemos hacer las preguntas hoy o mañana, pero las repuestas deben estar antes de emitir dictamen.
SR. PRESIDENTE METAZA Aprobado. Tiene la palabra el señor diputado Feletti.
SR. FELETTI Quiero hacer una aclaración porque este fue un planteo del diputado Lousteau y creo que lo hizo el diputado Sánchez, que no está presente.
El tratamiento de un proyecto de ley es resorte exclusivo de los plenarios de las comisiones y de los diputados. La presencia de los funcionarios es volitiva de los presidentes de la comisión en acuerdo con la oposición. Por eso no sólo hoy hubo presencia de los funcionarios del oficialismo sino que mañana habrá un conjunto de expositores de la oposición, pero el rol no depende de la respuesta de los funcionarios sino del tratamiento y el debate que los propios diputados demos en la comisión al tema.
Me enorgullezco de los funcionarios que han concurrido, que estuvieron seis horas trabajando y que han expuesto por demás y brindado todo tipo de información. Han respondido más de treinta preguntas, por lo que creo que se ha sobrecumplido el rol de esclarecimiento en este plenario. Gracias.
El tratamiento de un proyecto de ley es resorte exclusivo de los plenarios de las comisiones y de los diputados. La presencia de los funcionarios es volitiva de los presidentes de la comisión en acuerdo con la oposición. Por eso no sólo hoy hubo presencia de los funcionarios del oficialismo sino que mañana habrá un conjunto de expositores de la oposición, pero el rol no depende de la respuesta de los funcionarios sino del tratamiento y el debate que los propios diputados demos en la comisión al tema.
Me enorgullezco de los funcionarios que han concurrido, que estuvieron seis horas trabajando y que han expuesto por demás y brindado todo tipo de información. Han respondido más de treinta preguntas, por lo que creo que se ha sobrecumplido el rol de esclarecimiento en este plenario. Gracias.