ENERGIA Y COMBUSTIBLES
Comisión PermanenteOf. Administrativa: Piso P01 Oficina 131
Secretario Administrativo DRA. FERREIRO MARÍA CECILIA
Martes 17.00hs
Of. Administrativa: (054-11) 6075-2119 Internos 2119/18
ceycombust@hcdn.gob.ar
- RELACIONES EXTERIORES Y CULTO
- ENERGIA Y COMBUSTIBLES
Reunión del día 23/05/2002
- REUNIÓN DE COMISIÓN CONJUNTA CON ENERGÍA Y COMB ACUERDO FIRMADO POR ARGENTINA Y AUSTRALIA SOBRE COOPERACIÓN EN USOS PACÍFICOS DE LA ENERGÍA NUCLEAR ORG ECOLOGISTAS
EXPEDIENTES
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Queda abierta la reunión conjunta de las comisiones de Relaciones Exteriores y Culto y de Energía y Combustibles del día de la fecha.
A medida que nuestros invitados hagan uso de la palabra, solicitamos que se identifiquen para su correcto registro. Al igual que ha ocurrido anteriormente, escuchamos las ponencias sin generar un debate. Luego los miembros de las comisiones harán las preguntas pertinentes.
A medida que nuestros invitados hagan uso de la palabra, solicitamos que se identifiquen para su correcto registro. Al igual que ha ocurrido anteriormente, escuchamos las ponencias sin generar un debate. Luego los miembros de las comisiones harán las preguntas pertinentes.
SR. STIGLITZ Pertenecemos a la Asociación contra la Contaminación Ambiental de Esteban Echeverría y Ezeiza, que son los lugares a los cuales irían a parar estos residuos en el caso de ser aprobados.
Solicitamos que no se apruebe el tratado de intercambio técnico y científico de materiales nucleares entre Argentina y Australia.
Respecto de nuestra salud, quisiera saber en quién debemos confiar. ¿En el INVAP, en la CONEA o en las federaciones médicas -compuestas por 24 mil miembros- que ya se han expedido? Considero que ni el INVAP ni la CONEA tienen la seriedad y la responsabilidad necesarias para garantizar la salud. ¿Por qué decimos esto? El INVAP ha dicho una media verdad: el accidente de Chernobyl ha provocado 31 muertes.
Solicitamos que no se apruebe el tratado de intercambio técnico y científico de materiales nucleares entre Argentina y Australia.
Respecto de nuestra salud, quisiera saber en quién debemos confiar. ¿En el INVAP, en la CONEA o en las federaciones médicas -compuestas por 24 mil miembros- que ya se han expedido? Considero que ni el INVAP ni la CONEA tienen la seriedad y la responsabilidad necesarias para garantizar la salud. ¿Por qué decimos esto? El INVAP ha dicho una media verdad: el accidente de Chernobyl ha provocado 31 muertes.
SR. STUBRIN ¿Cuándo salió esa información?
SR. STIGLITZ INVAP lo manifiesta en todas sus presentaciones.
SR. STUBRIN Nunca leí eso.
SR. STIGLITZ La otra media verdad es que, desde esa época, han muerto miles de personas por cáncer de tiroides. Repito: han muerto miles de personas -sobre todo niños- a raíz del cáncer de tiroides. Lamentablemente miles de personas más van a morir en los próximos 50 años. Si mi afirmación fuera exacta podríamos dudar de la responsabilidad de INVAP en materia de salud.
La CONEA ha depositado durante años residuos nucleares en su predio de Ezeiza. Al Consejo Profesional de Geología les explicaron que esa era una metodología totalmente inaceptable y que podía llegar a contaminar radiactivamente las aguas.
Respecto del tema de los residuos nucleares, podemos decir que en los años 80 el senador Benitez presentó un proyecto de resolución al Senado de la Nación solicitando se investigue esta situación con fundamentos de gran profundidad. Sin embargo, no tuvo éxito.
En el 2000 nuestra institución efectuó una denuncia a los periódicos que fue leída por el fiscal federal general de la provincia de Buenos Aires, doctor Julio Piaggio, quien lo elevó a las instancias jurídicas llegando a la Corte Suprema que, definitivamente, autorizó el estudio. Por ende, estamos autorizados a perforar en el predio de la Comisión Nacional de Energía Atómica con el propósito de ver si existe contaminación radiactiva de las aguas subterráneas. Esto lo afirmo porque considero que la contaminación de las aguas es fatal. Tardará mucho tiempo en ser solucionado, pero esto irá aumentando. Lamentablemente, en la zona donde vivimos, la presencia de enfermedades tales como el cáncer y la leucemia son muy frecuentes.
Sin embargo, no existe un estudio epidemiológico que lo defina. Si alguno de ustedes alguna vez tiene algún familiar enfermo de cáncer en el Hospital Ramos Mejía seguramente le preguntarán de dónde viene. Si les dicen que vienen de la zona de Esteban Echeverría les van a contestar lo siguiente: "¡Cuántos casos que hemos tenido de ese lugar!".
En este momento estamos autorizados por la Corte Suprema para hacer esa perforación. Lo único que nos falta son los 300 mil dólares para hacerla. Si los señores diputados piensan en lo que se puede perder en materia de salud, de vida y de horas de trabajo quizás nos apoyen para que podamos hacer ese estudio.
Por lo tanto, hemos intentado definir que la CONEA no es quizás la más responsable en materia de salud; tampoco lo es el INVAP. En cambio sí lo son las federaciones médicas. Aquí traemos sus afirmaciones. Y ellos se niegan totalmente a aceptar el ingreso de este tipo de residuos radioactivos.
Además debemos informar que la CONEA es la única institución que dentro de esa envergadura se controla a sí misma. Entonces, veamos cuáles son los argumentos fundamentales que tienen estas instituciones para definir que somos adversarios o pensamos en forma distinta sin razones.
Uno de ellos es que no queremos la tecnología de punta y que no respetamos a los científicos. Eso es absolutamente incorrecto; tenemos el máximo respeto por nuestros Premios Nobel de Medicina. El doctor Milstein, con sus investigaciones sobre los anticuerpos monoclonales, ha llevado el nombre de la Argentina mucho más allá que cualquier otra cosa. Inclusive respetamos absolutamente a los miembros de la CONEA. Esperamos que ellos logren fabricar diariamente un reactor para vender al exterior, porque eso nos dará divisas y trabajo, al tiempo que hará que se respete la condición de nuestros científicos. Pero por favor, no lo hagamos a cambio de la importación de basura radioactiva. Nosotros tenemos los mejores científicos, pero quizás no sean los mejores del mundo sino que estarán al mismo nivel que los otros. Sin embargo, ganamos una licitación internacional frente a gente también capacitada. ¿Lo hacemos únicamente porque somos más capaces, porque vendemos más barato o porque nos comprometemos a traer los residuos que provocan esos reactores?
Es interesante destacar que en este momento se está hablando con mucha seriedad -y se ha expresado en este ámbito- que en la Unión Europea se está debatiendo si no corresponde que cada país gestione sus propios residuos. Si eso fuera así Australia, en algún momento se verá obligada a no seguir enviando sus residuos a Francia como lo está haciendo hasta el momento. Entonces, necesitarán enviarlos a algún lado porque los australianos no quieren en su territorio este tipo de residuos. Las instituciones médicas australianas se rehusan a que eso suceda.
Por lo tanto, tengamos presente que tenemos el máximo respeto por nuestros científicos y por nuestra tecnología, pero no a ese precio.
Otro de los argumentos que se utilizan es que vamos a arruinar exportaciones por miles de millones de dólares. Quizás sea un poco exagerado hablar de miles de millones, pero for except of discussion, aceptémoslo. No obstante, vamos a perder otros tantos miles de millones en horas de trabajo en muertes si de alguna manera estos residuos nos enferman.
Dicen que vamos a perder puestos de trabajo; es cierto, vamos a perder los puestos de trabajo de algunos técnicos, científicos y obreros especializados. ¿Y qué vamos a ganar? Vamos a ganar puestos en hospitales y cementerios.
También vamos a perder miles de puestos en materia de turismo. ¿Quién va a querer visitar una nación que es un basurero nuclear?
Se podría argüir algo más, pero no deseo cansarlos. Lo único que quiero decir a modo de síntesis es lo siguiente: estamos debatiendo quienes nos preocupamos por la salud y la vida -presente y futura-, y quienes pretenden aumentar nuestras exportaciones a costa de nuestro desprestigio y de nuestra salud.
La CONEA ha depositado durante años residuos nucleares en su predio de Ezeiza. Al Consejo Profesional de Geología les explicaron que esa era una metodología totalmente inaceptable y que podía llegar a contaminar radiactivamente las aguas.
Respecto del tema de los residuos nucleares, podemos decir que en los años 80 el senador Benitez presentó un proyecto de resolución al Senado de la Nación solicitando se investigue esta situación con fundamentos de gran profundidad. Sin embargo, no tuvo éxito.
En el 2000 nuestra institución efectuó una denuncia a los periódicos que fue leída por el fiscal federal general de la provincia de Buenos Aires, doctor Julio Piaggio, quien lo elevó a las instancias jurídicas llegando a la Corte Suprema que, definitivamente, autorizó el estudio. Por ende, estamos autorizados a perforar en el predio de la Comisión Nacional de Energía Atómica con el propósito de ver si existe contaminación radiactiva de las aguas subterráneas. Esto lo afirmo porque considero que la contaminación de las aguas es fatal. Tardará mucho tiempo en ser solucionado, pero esto irá aumentando. Lamentablemente, en la zona donde vivimos, la presencia de enfermedades tales como el cáncer y la leucemia son muy frecuentes.
Sin embargo, no existe un estudio epidemiológico que lo defina. Si alguno de ustedes alguna vez tiene algún familiar enfermo de cáncer en el Hospital Ramos Mejía seguramente le preguntarán de dónde viene. Si les dicen que vienen de la zona de Esteban Echeverría les van a contestar lo siguiente: "¡Cuántos casos que hemos tenido de ese lugar!".
En este momento estamos autorizados por la Corte Suprema para hacer esa perforación. Lo único que nos falta son los 300 mil dólares para hacerla. Si los señores diputados piensan en lo que se puede perder en materia de salud, de vida y de horas de trabajo quizás nos apoyen para que podamos hacer ese estudio.
Por lo tanto, hemos intentado definir que la CONEA no es quizás la más responsable en materia de salud; tampoco lo es el INVAP. En cambio sí lo son las federaciones médicas. Aquí traemos sus afirmaciones. Y ellos se niegan totalmente a aceptar el ingreso de este tipo de residuos radioactivos.
Además debemos informar que la CONEA es la única institución que dentro de esa envergadura se controla a sí misma. Entonces, veamos cuáles son los argumentos fundamentales que tienen estas instituciones para definir que somos adversarios o pensamos en forma distinta sin razones.
Uno de ellos es que no queremos la tecnología de punta y que no respetamos a los científicos. Eso es absolutamente incorrecto; tenemos el máximo respeto por nuestros Premios Nobel de Medicina. El doctor Milstein, con sus investigaciones sobre los anticuerpos monoclonales, ha llevado el nombre de la Argentina mucho más allá que cualquier otra cosa. Inclusive respetamos absolutamente a los miembros de la CONEA. Esperamos que ellos logren fabricar diariamente un reactor para vender al exterior, porque eso nos dará divisas y trabajo, al tiempo que hará que se respete la condición de nuestros científicos. Pero por favor, no lo hagamos a cambio de la importación de basura radioactiva. Nosotros tenemos los mejores científicos, pero quizás no sean los mejores del mundo sino que estarán al mismo nivel que los otros. Sin embargo, ganamos una licitación internacional frente a gente también capacitada. ¿Lo hacemos únicamente porque somos más capaces, porque vendemos más barato o porque nos comprometemos a traer los residuos que provocan esos reactores?
Es interesante destacar que en este momento se está hablando con mucha seriedad -y se ha expresado en este ámbito- que en la Unión Europea se está debatiendo si no corresponde que cada país gestione sus propios residuos. Si eso fuera así Australia, en algún momento se verá obligada a no seguir enviando sus residuos a Francia como lo está haciendo hasta el momento. Entonces, necesitarán enviarlos a algún lado porque los australianos no quieren en su territorio este tipo de residuos. Las instituciones médicas australianas se rehusan a que eso suceda.
Por lo tanto, tengamos presente que tenemos el máximo respeto por nuestros científicos y por nuestra tecnología, pero no a ese precio.
Otro de los argumentos que se utilizan es que vamos a arruinar exportaciones por miles de millones de dólares. Quizás sea un poco exagerado hablar de miles de millones, pero for except of discussion, aceptémoslo. No obstante, vamos a perder otros tantos miles de millones en horas de trabajo en muertes si de alguna manera estos residuos nos enferman.
Dicen que vamos a perder puestos de trabajo; es cierto, vamos a perder los puestos de trabajo de algunos técnicos, científicos y obreros especializados. ¿Y qué vamos a ganar? Vamos a ganar puestos en hospitales y cementerios.
También vamos a perder miles de puestos en materia de turismo. ¿Quién va a querer visitar una nación que es un basurero nuclear?
Se podría argüir algo más, pero no deseo cansarlos. Lo único que quiero decir a modo de síntesis es lo siguiente: estamos debatiendo quienes nos preocupamos por la salud y la vida -presente y futura-, y quienes pretenden aumentar nuestras exportaciones a costa de nuestro desprestigio y de nuestra salud.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR A continuación hará uso de la palabra el señor Walter Basualdo, quien también ha concurrido en representación de la Asociación contra la Contaminación Ambiental de Esteban Echeverría y Ezeiza.
SR. BASUALDO Señor presidente: quisiera referirme a dos aspectos con la mayor brevedad posible. Por un lado, al tema de los residuos; por el otro, tal vez con algún grado de detalle, a que se nos acuse de no respetar o no tomar en cuenta la excelencia de nuestros científicos y tecnólogos.
En cuanto a los residuos, me parece importante señalar que INVAP y sus socios australianos -así como sus defensores locales- pretenden imponer una interpretación sui generis del término "residuo radiactivo", tratando de diferenciarlo de lo que significa combustible nuclear quemado, gastado o irradiado. El objetivo consiste simplemente en lograr un salto interpretativo, lo cual significaría burlar la letra y el espíritu del artículo 41 in fine de nuestra Constitución. El principal justificativo formal consiste en invocar la Convención de Viena de 1997 de la IAEA, la institución que a nivel internacional se ocupa de la problemática nuclear.
Los textos jurídicos, cualquiera sea el idioma, emplean vocablos que representan conceptos válidos para todos los que hablan determinada lengua. Por lo tanto, no es lícito adjudicar sentidos especiales a términos que son de interpretación general. La Convención de Viena puede haber definido muchos términos, pero siempre dentro de un sistema cerrado de alta especialización. Entonces, no se puede pretender imponer una validez general a sus decisiones.
Sobre la base de una lógica elemental, que se remonta a la época del nacimiento del pensamiento universal, quisiera proponer a los presentes que presten atención al siguiente razonamiento.
Supongamos que tenemos un cuerpo o un objeto de cualquier forma, color y consistencia. Ese cuerpo u objeto debe tener una característica común a todas esas propiedades: ser heterogéneo en su composición y el resultado de un proceso transformador.
Supongamos luego que ese cuerpo u objeto está compuesto por una parte útil y por otra inservible pero a su vez peligrosa, molesta o gravosa por determinada razón. Es decir, lo que en buen español conocemos como residuo o desecho.
Supongamos, por último, que las macrocualidades de ese cuerpo u objeto -esto es, las que tiene en su conjunto- están dadas principalmente por esa parte inservible.
En nuestro caso, lo que caracteriza al cuerpo u objeto que se presenta a nuestra consideración -que son los elementos combustibles de reactores nucleares irradiados o gastados- es la altísima radiactividad, que llega a ser mil veces mayor a la de los materiales que constituyen esos elementos combustibles.
Hechas estas consideraciones me gustaría hacer las siguientes preguntas. ¿Puede pretenderse que ese cuerpo u objeto no es un residuo? ¿Puede pretenderse que ese cuerpo u objeto de altísima radiactividad y sumamente dañino en su manipulación sea exonerado de esa peligrosa condición con un simple cambio de nombre? ¿En virtud de qué magia ello ocurrirá cuando no esté acompañado de la, entre comillas, parte útil?
¿No está claro que ese forzamiento semántico sólo puede significar un empleo convencional o condicionado por intereses espurios?
El otro punto al que me quería referir es nuestra consideración sobre lo que se pretende anular desde el punto de vista de los que están frente nuestro. Por supuesto que admiramos y respetamos a la tecnología lograda en el país y especialmente en el INVAP y la CNEA.
También quisiera destacar que existen otros ámbitos donde se ha logrado tecnología de punta, incluso con apoyo de INVAP, como en el área espacial.
Hemos asistido con ganas y satisfacción a la demostración que se hizo en el Planetario sobre el meritorio éxito tenido por esa comisión de actividades espaciales. Después de seis años, la NASA aceptó que la República Argentina enviara un aparataje que de aspecto era un simple tanque, que podía someter a estudios en ausencia de gravedad a no menos de cinco o seis experimentos de diversos ámbitos, desde lo biológico a la alta tecnología mecánica, la eficiencia de lubricantes, etcétera. Esto se logró en grupos que pertenecían a la Universidad de Buenos Aires, el INTI, la Universidad del Comahue. Fue un rotundo éxito ya que se cumplieron todos los aspectos de altísima exigencia que puso la NASA para aceptar el proyecto y para luego lograr un producto que tuviera algún resultado, que debía ser registrado y pudo ser demostrado por hechos bien objetivos como son las grabaciones de diverso tipo que se hicieron durante el experimento.
Entonces, hay un enorme ámbito para dedicar toda esa excelencia técnica, tecnológica y científica del país más allá de lo nuclear. Por eso propondría que la CNEA se dedicara intensamente como lo viene haciendo en estos aspectos. Hace mucho que no tenemos noticias sobre hasta qué punto entusiasma el estudio de energías alternativas. Sabemos el trabajo realizado sobre la energía solar. Hay muchos otros costados desde los que se puede abordar el tema. Son aspectos sobre los cuales desde la aprobación de este acuerdo pusieron mayor énfasis y creo que según nuestro punto de vista con nuestra posición estamos tratando de que se vea mucho más claro en este panorama.
En cuanto a los residuos, me parece importante señalar que INVAP y sus socios australianos -así como sus defensores locales- pretenden imponer una interpretación sui generis del término "residuo radiactivo", tratando de diferenciarlo de lo que significa combustible nuclear quemado, gastado o irradiado. El objetivo consiste simplemente en lograr un salto interpretativo, lo cual significaría burlar la letra y el espíritu del artículo 41 in fine de nuestra Constitución. El principal justificativo formal consiste en invocar la Convención de Viena de 1997 de la IAEA, la institución que a nivel internacional se ocupa de la problemática nuclear.
Los textos jurídicos, cualquiera sea el idioma, emplean vocablos que representan conceptos válidos para todos los que hablan determinada lengua. Por lo tanto, no es lícito adjudicar sentidos especiales a términos que son de interpretación general. La Convención de Viena puede haber definido muchos términos, pero siempre dentro de un sistema cerrado de alta especialización. Entonces, no se puede pretender imponer una validez general a sus decisiones.
Sobre la base de una lógica elemental, que se remonta a la época del nacimiento del pensamiento universal, quisiera proponer a los presentes que presten atención al siguiente razonamiento.
Supongamos que tenemos un cuerpo o un objeto de cualquier forma, color y consistencia. Ese cuerpo u objeto debe tener una característica común a todas esas propiedades: ser heterogéneo en su composición y el resultado de un proceso transformador.
Supongamos luego que ese cuerpo u objeto está compuesto por una parte útil y por otra inservible pero a su vez peligrosa, molesta o gravosa por determinada razón. Es decir, lo que en buen español conocemos como residuo o desecho.
Supongamos, por último, que las macrocualidades de ese cuerpo u objeto -esto es, las que tiene en su conjunto- están dadas principalmente por esa parte inservible.
En nuestro caso, lo que caracteriza al cuerpo u objeto que se presenta a nuestra consideración -que son los elementos combustibles de reactores nucleares irradiados o gastados- es la altísima radiactividad, que llega a ser mil veces mayor a la de los materiales que constituyen esos elementos combustibles.
Hechas estas consideraciones me gustaría hacer las siguientes preguntas. ¿Puede pretenderse que ese cuerpo u objeto no es un residuo? ¿Puede pretenderse que ese cuerpo u objeto de altísima radiactividad y sumamente dañino en su manipulación sea exonerado de esa peligrosa condición con un simple cambio de nombre? ¿En virtud de qué magia ello ocurrirá cuando no esté acompañado de la, entre comillas, parte útil?
¿No está claro que ese forzamiento semántico sólo puede significar un empleo convencional o condicionado por intereses espurios?
El otro punto al que me quería referir es nuestra consideración sobre lo que se pretende anular desde el punto de vista de los que están frente nuestro. Por supuesto que admiramos y respetamos a la tecnología lograda en el país y especialmente en el INVAP y la CNEA.
También quisiera destacar que existen otros ámbitos donde se ha logrado tecnología de punta, incluso con apoyo de INVAP, como en el área espacial.
Hemos asistido con ganas y satisfacción a la demostración que se hizo en el Planetario sobre el meritorio éxito tenido por esa comisión de actividades espaciales. Después de seis años, la NASA aceptó que la República Argentina enviara un aparataje que de aspecto era un simple tanque, que podía someter a estudios en ausencia de gravedad a no menos de cinco o seis experimentos de diversos ámbitos, desde lo biológico a la alta tecnología mecánica, la eficiencia de lubricantes, etcétera. Esto se logró en grupos que pertenecían a la Universidad de Buenos Aires, el INTI, la Universidad del Comahue. Fue un rotundo éxito ya que se cumplieron todos los aspectos de altísima exigencia que puso la NASA para aceptar el proyecto y para luego lograr un producto que tuviera algún resultado, que debía ser registrado y pudo ser demostrado por hechos bien objetivos como son las grabaciones de diverso tipo que se hicieron durante el experimento.
Entonces, hay un enorme ámbito para dedicar toda esa excelencia técnica, tecnológica y científica del país más allá de lo nuclear. Por eso propondría que la CNEA se dedicara intensamente como lo viene haciendo en estos aspectos. Hace mucho que no tenemos noticias sobre hasta qué punto entusiasma el estudio de energías alternativas. Sabemos el trabajo realizado sobre la energía solar. Hay muchos otros costados desde los que se puede abordar el tema. Son aspectos sobre los cuales desde la aprobación de este acuerdo pusieron mayor énfasis y creo que según nuestro punto de vista con nuestra posición estamos tratando de que se vea mucho más claro en este panorama.
SR. EGUIGUREN Como abogado voy a hacer un abordaje jurídico de esta cuestión que nos preocupa.
Estamos en un estado de derecho. La Constitución Nacional y nuestro sistema jurídico y legal, en caso de prosperar el proyecto de ley del que nos estamos ocupando, no serían respetados.
Tanto el contrato secreto del cual sólo tenemos referencia -porque es secreto y los secretos, por definición, no sugieren nada bueno- y el acuerdo que blanquea y avala ese contrato secreto, permitirán el ingreso de sustancias de residuos radiactivos. Sin embargo, están contraviniendo expresamente la letra y el espíritu del artículo 41 in fine de la Constitución Nacional y el artículo 28 de la Constitución de la provincia de Buenos Aires.
Estamos en un Estado de derecho donde las leyes no pueden ser meras sugerencias o recomendaciones sino mandatos que no pueden ser soslayados por intereses de ninguna índole, y mucho menos de carácter comercial como este contrato entre INVAP y ANSTO de Australia.
El artículo 41 in fine de la Constitución Nacional es absolutamente implícito y taxativo y no precisa de ninguna interpretación. Afirma que está prohibido el ingreso de residuos radiactivos al territorio nacional. Esto no requiere de reglamentaciones ni declaraciones y mucho menos de interpretaciones antojadizas y subjetivas de los sectores interesados.
Algunos juristas conocidos y de renombre, entre ellos el ex Procurador del Tesoro de la Nación y el actual ministro de Justicia de la Nación, han tenido interpretaciones menos complacientes con el punto de vista de quienes sostienen este negocio jurídico entre Argentina y Australia a través de la cláusula del ingreso de residuos radiactivos.
Se ha dicho que lo que se van a importar no son residuos radiactivos sino otros elementos. A eso se ha referido la Comisión Nacional de Energía Atómica diciendo que se trata de elementos irradiados, gastados y que no son residuos radiactivos. Por lo tanto, afirman que no habría una violación a la cláusula constitucional.
Luego de lo que hemos escuchado, obviamente queda descartado el primero de los argumentos: son residuos radiactivos. El convenio de Viena y la ley 25.018 son terminantes en cuanto a lo que debe entenderse por residuos radiactivos.
Existe una interpretación errónea que sostiene que cuando el artículo 41 de la Constitución Nacional habla de prohibición del ingreso de residuos radiactivos, se refiere a un ingreso definitivo y no provisorio. Y esto lo digo más allá de que esta transitoriedad pueda llegar a durar muchos años.
Esto no está contemplado en la Constitución pues ésta no hace una distinción. Existe un viejo aforismo romano que dice que donde la ley no distingue, nadie debe distinguir. La lectura del artículo 41 debe ser estricta, lineal, rigurosa y, fundamentalmente, hay que respetarla. Si dice que al país no pueden ingresar residuos radiactivos, esto debe ser comprendido de esa manera y no de ninguna otra.
No tengo referencias acerca de si alguno de los señores diputados tiene en su poder el contrato original. En tal caso, puedo decirles que se trata de un contrato secreto. La importación de este material radiactivo vendría al país para ser acondicionado y depositado hasta tanto transcurra un cierto período luego del cual podrían ser reexportados a Australia.
Es cierto que también se dice de una manera muy poco feliz o clara -quizás no casualmente opaca- que esos residuos también podrían ser tratados o reprocesados, en cuyo caso podría decirse que serán reutilizados. Según lo que hemos podido saber a través de los científicos y técnicos esa reutilización del material ingresado al territorio nacional no sería del ciento por ciento. Una parte de ese retratramiento podría ser procesada, convertida y reportada en términos de plutonio, por ejemplo. Después cabría referirse a la peligrosidad que representa el plutonio y sus propiedades letales. Pero por ahora limitémonos a decir que estaríamos hablando de que una parte de esos residuos traídos a la Argentina serían susceptibles de retratamiento o reprocesamiento, mientras que otra sería simplemente de residuos en estado puro.
Por lo tanto, aún en el caso de que no se tratara de meros depósitos sino de reprocesamiento la violación de lo dispuesto por el artículo 41 de la Constitución Nacional y el artículo 28 de la Constitución Provincial sería absolutamente manifiesta.
De manera tal que debemos tener en cuenta que el derecho ambiental y el ambientalismo en general lograron una gran victoria en esta batalla en salvaguarda de la salud ambiental cuando se pudo consagrar la norma del artículo 41 de la Constitución Nacional. Ahora, al cabo de tantos años, no se puede entrar en extrañas interpretaciones diciendo que en realidad lo que nuestra Carta Magna quiere decir no es eso, sino otra cosa. Esa no es una interpretación que deba ser emitida como seria, la diga quien la diga. Y en aval de esto que vengo sosteniendo tengamos en cuenta que el doctor Sabsay, que no es un jurista de menor prestigio que los que opinaron de otra manera, se expidió en este mismo sentido.
Estamos en un estado de derecho. La Constitución Nacional y nuestro sistema jurídico y legal, en caso de prosperar el proyecto de ley del que nos estamos ocupando, no serían respetados.
Tanto el contrato secreto del cual sólo tenemos referencia -porque es secreto y los secretos, por definición, no sugieren nada bueno- y el acuerdo que blanquea y avala ese contrato secreto, permitirán el ingreso de sustancias de residuos radiactivos. Sin embargo, están contraviniendo expresamente la letra y el espíritu del artículo 41 in fine de la Constitución Nacional y el artículo 28 de la Constitución de la provincia de Buenos Aires.
Estamos en un Estado de derecho donde las leyes no pueden ser meras sugerencias o recomendaciones sino mandatos que no pueden ser soslayados por intereses de ninguna índole, y mucho menos de carácter comercial como este contrato entre INVAP y ANSTO de Australia.
El artículo 41 in fine de la Constitución Nacional es absolutamente implícito y taxativo y no precisa de ninguna interpretación. Afirma que está prohibido el ingreso de residuos radiactivos al territorio nacional. Esto no requiere de reglamentaciones ni declaraciones y mucho menos de interpretaciones antojadizas y subjetivas de los sectores interesados.
Algunos juristas conocidos y de renombre, entre ellos el ex Procurador del Tesoro de la Nación y el actual ministro de Justicia de la Nación, han tenido interpretaciones menos complacientes con el punto de vista de quienes sostienen este negocio jurídico entre Argentina y Australia a través de la cláusula del ingreso de residuos radiactivos.
Se ha dicho que lo que se van a importar no son residuos radiactivos sino otros elementos. A eso se ha referido la Comisión Nacional de Energía Atómica diciendo que se trata de elementos irradiados, gastados y que no son residuos radiactivos. Por lo tanto, afirman que no habría una violación a la cláusula constitucional.
Luego de lo que hemos escuchado, obviamente queda descartado el primero de los argumentos: son residuos radiactivos. El convenio de Viena y la ley 25.018 son terminantes en cuanto a lo que debe entenderse por residuos radiactivos.
Existe una interpretación errónea que sostiene que cuando el artículo 41 de la Constitución Nacional habla de prohibición del ingreso de residuos radiactivos, se refiere a un ingreso definitivo y no provisorio. Y esto lo digo más allá de que esta transitoriedad pueda llegar a durar muchos años.
Esto no está contemplado en la Constitución pues ésta no hace una distinción. Existe un viejo aforismo romano que dice que donde la ley no distingue, nadie debe distinguir. La lectura del artículo 41 debe ser estricta, lineal, rigurosa y, fundamentalmente, hay que respetarla. Si dice que al país no pueden ingresar residuos radiactivos, esto debe ser comprendido de esa manera y no de ninguna otra.
No tengo referencias acerca de si alguno de los señores diputados tiene en su poder el contrato original. En tal caso, puedo decirles que se trata de un contrato secreto. La importación de este material radiactivo vendría al país para ser acondicionado y depositado hasta tanto transcurra un cierto período luego del cual podrían ser reexportados a Australia.
Es cierto que también se dice de una manera muy poco feliz o clara -quizás no casualmente opaca- que esos residuos también podrían ser tratados o reprocesados, en cuyo caso podría decirse que serán reutilizados. Según lo que hemos podido saber a través de los científicos y técnicos esa reutilización del material ingresado al territorio nacional no sería del ciento por ciento. Una parte de ese retratramiento podría ser procesada, convertida y reportada en términos de plutonio, por ejemplo. Después cabría referirse a la peligrosidad que representa el plutonio y sus propiedades letales. Pero por ahora limitémonos a decir que estaríamos hablando de que una parte de esos residuos traídos a la Argentina serían susceptibles de retratamiento o reprocesamiento, mientras que otra sería simplemente de residuos en estado puro.
Por lo tanto, aún en el caso de que no se tratara de meros depósitos sino de reprocesamiento la violación de lo dispuesto por el artículo 41 de la Constitución Nacional y el artículo 28 de la Constitución Provincial sería absolutamente manifiesta.
De manera tal que debemos tener en cuenta que el derecho ambiental y el ambientalismo en general lograron una gran victoria en esta batalla en salvaguarda de la salud ambiental cuando se pudo consagrar la norma del artículo 41 de la Constitución Nacional. Ahora, al cabo de tantos años, no se puede entrar en extrañas interpretaciones diciendo que en realidad lo que nuestra Carta Magna quiere decir no es eso, sino otra cosa. Esa no es una interpretación que deba ser emitida como seria, la diga quien la diga. Y en aval de esto que vengo sosteniendo tengamos en cuenta que el doctor Sabsay, que no es un jurista de menor prestigio que los que opinaron de otra manera, se expidió en este mismo sentido.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Tiene la palabra el señor Antonio Brailovsky.
SR. BRAILOVSKY Señor presidente: soy el defensor adjunto del pueblo de la Ciudad de Buenos Aires. Quiero reflexionar sobre los aspectos políticamente sensibles de este convenio, es decir, qué es lo que hace que este convenio sea conflictivo desde lo político. Y lo que lo hace extremadamente conflictivo es la existencia de implícitos que no están en él, que no han sido discutidos y que tal vez merecerían un tratamiento legislativo previo.
Lo que este convenio da por supuesto es una estrategia de relación energética con el exterior, una estrategia de política energética y de política nuclear que el Congreso Nacional aún no ha discutido.
Lo que este convenio da por supuesto es una estrategia de relación energética con el exterior, una estrategia de política energética y de política nuclear que el Congreso Nacional aún no ha discutido.
SR. STUBRIN ¿Por qué energética?
SR. BRAILOVSKY Energética en el sentido de la política nuclear, de la producción energética.
SR. STUBRIN El entorno no es energético. Ese reactor no es para producir energía. El reactor que es materia de este contrato va a ser como el de Ezeiza, es decir, nucleoeléctrico. Es un reactor para producir radioisótopos en cuestiones de investigación. Es como los de Bariloche y Ezeiza y no como los de Embalse y Atucha. No tiene que
ver con la producción de energía por medios nucleares.
ver con la producción de energía por medios nucleares.
SR. BASUALDO No olvide, señor diputado, que la Comisión Nacional de Energía Atómica tiene en carpeta el proyecto de los reactores que, con modelos desarrollados por ella misma, iban a ser construidos con destino a pequeñas localidades pero con la aspiración de que sean vendidos al resto del mundo.
Es decir que todo progreso en el ámbito nuclear tal vez desemboca, como gran objetivo final, en ese punto. Es el concepto de energía limpia, ya que ofrecía hacerse cargo de los residuos.
Es decir que todo progreso en el ámbito nuclear tal vez desemboca, como gran objetivo final, en ese punto. Es el concepto de energía limpia, ya que ofrecía hacerse cargo de los residuos.
SR. STUBRIN Me parece importante dejar en claro que no estamos debatiendo sobre energía nuclear sino acerca de las consecuencias derivadas de la venta de un reactor de baja potencia destinado a otro tipo de actividades.
SR. BRAILOVSKY Agradezco sus comentarios, señor diputado.
SR. STUBRIN Me parece importante hacer la aclaración porque en materia de generación de residuos, la diferencia entre una central nucleoeléctrica y un reactor con este nivel de potencia es abismal. Sé que cuando resolvimos hacer Atucha y Embalse nos metimos en un lío de vastas proporciones en materia de producción de desechos, que cualitativamente -ya que esto no es un problema de cantidad- son superiores a los producidos por los reactores de baja potencia.
SR. BRAILOVSKY La pregunta de fondo que nos debemos hacer es qué puertas quedan abiertas.
Creo que esto, de alguna manera, incidirá en la cuestión energética por lo siguiente. Antes de aprobar un contrato, al margen de que ello sea bueno o malo, maravilloso u horrible, el Congreso debería discutir y tomar una decisión acerca de la estrategia adoptada por INVAP de vender al exterior productos tecnológicos cuando esa venta está vinculada con el posterior ingreso y procesamiento de residuos radiactivos a nuestro país.
Se trata de una estrategia global que no tiene nada que ver con este reactor en particular. Lo que torna conflictiva la venta de este reactor es que se va a discutir algo sin haber hecho antes un debate sobre el tema de fondo. Entonces, si se discute algo sin haber hecho antes un debate sobre el tema de fondo ello significa que el Congreso ha efectuado una delegación de facultades. En otras palabras, temas que se deberían debatir en el Congreso no se debaten en ese ámbito. Recordemos que el año pasado se delegaron facultades legislativas en un ministro de Economía y hoy todo el país se arrepiente de ello.
Por todo lo expuesto me parece importante que el Congreso asuma sus funciones, no delegue facultades que le son propias, discuta qué se debe hacer con la política nuclear y determine si es razonable la estrategia de ganar dinero vendiendo productos tecnológicos y recibiendo residuos radiactivos. Debe definir si esto es bueno para el país, si es constitucional y racional, y luego abocarse a discutir cada contrato en particular pero dentro de un marco que hoy no existe.
Creo que esto, de alguna manera, incidirá en la cuestión energética por lo siguiente. Antes de aprobar un contrato, al margen de que ello sea bueno o malo, maravilloso u horrible, el Congreso debería discutir y tomar una decisión acerca de la estrategia adoptada por INVAP de vender al exterior productos tecnológicos cuando esa venta está vinculada con el posterior ingreso y procesamiento de residuos radiactivos a nuestro país.
Se trata de una estrategia global que no tiene nada que ver con este reactor en particular. Lo que torna conflictiva la venta de este reactor es que se va a discutir algo sin haber hecho antes un debate sobre el tema de fondo. Entonces, si se discute algo sin haber hecho antes un debate sobre el tema de fondo ello significa que el Congreso ha efectuado una delegación de facultades. En otras palabras, temas que se deberían debatir en el Congreso no se debaten en ese ámbito. Recordemos que el año pasado se delegaron facultades legislativas en un ministro de Economía y hoy todo el país se arrepiente de ello.
Por todo lo expuesto me parece importante que el Congreso asuma sus funciones, no delegue facultades que le son propias, discuta qué se debe hacer con la política nuclear y determine si es razonable la estrategia de ganar dinero vendiendo productos tecnológicos y recibiendo residuos radiactivos. Debe definir si esto es bueno para el país, si es constitucional y racional, y luego abocarse a discutir cada contrato en particular pero dentro de un marco que hoy no existe.
SR. STIGLITZ ¿Me autoriza, señor presidente, a dar una modesta respuesta al señor diputado Stubrin?
SR. PRESIDENTE ESCOBAR La Presidencia solicita a quienes participan de esta reunión que traten de no debatir entre sí y que no hagan una especie de careo luego de cada observación.
El señor diputado Stubrin hizo una correcta apreciación para que nos ubicáramos en el punto en que estamos trabajando. Estamos abocados al análisis de un tema puntual que va a traer consecuencias también puntuales. Entonces, más que hablar de política nuclear en general, deberíamos circunscribirnos al problema específico que hoy nos corresponde abordar.
El señor diputado Stubrin hizo una correcta apreciación para que nos ubicáramos en el punto en que estamos trabajando. Estamos abocados al análisis de un tema puntual que va a traer consecuencias también puntuales. Entonces, más que hablar de política nuclear en general, deberíamos circunscribirnos al problema específico que hoy nos corresponde abordar.
SR. STIGLITZ Quería hacer una aclaración al diputado Stubrin. No es un debate sólo quería dar una información. Según entendí el diputado Stubrin habló de un problema de cantidad.
SR. STUBRIN No es así.
SR. STIGLITZ Si bien este es un reactor pequeño, no hay una dosis mínima como no dañina.
- Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. GIUSTINIANI No comparto lo que ha hecho el señor diputado Stubrin. Si abrimos el debate, comenzamos con el tema. Tomemos nota de todo lo que se dice y luego hacemos las observaciones del caso.
SR. STUBRIN Lo hice amigablemente para que se circunscriba al tema.
SR. GIUSTINIANI No estoy diciendo que se hagan comentarios en forma de confrontación.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Tiene la palabra el señor Montenegro.
SR. MONTENEGRO Soy biólogo y presido la Fundación de Respeto del Ambiente, pero también estoy aquí como ciudadano. Soy profesor de Biología Evolutiva en la Universidad de Córdoba y dirijo una maestría de Gestión. Por lo tanto no es solamente una presencia emotiva o activista sino profundamente técnica y sobre todo ciudadana.
Quiero agradecer la invitación e indicar muy particularmente que para quienes viven en el interior del país es tremendamente difícil estar aquí presentes. Para quienes viven en Buenos Aires es muy fácil ya que toman un subte o un colectivo. Nosotros tenemos que recorrer muchos kilómetros con recursos escasos y hay gente que está en total desacuerdo con esto y es de diferentes partes del país y no pueden estar acá. No puedo representarlos, pero quiero transmitir la tremenda sensación de angustia y desagrado para quienes vivimos lejos de Capital Federal el hecho de que solamente podamos estar de casualidad.
Quiero indicar tres o cuatro puntos importantísimos. Este acuerdo está ligado a un contrato secreto; surge de una ligazón con un contrato secreto. Esto es absolutamente irregular en la vida institucional del país. El primer punto, creo que es el fundamental, es lo que podemos llamar la inseguridad jurídica. Este contrato introduce una noción de inseguridad jurídica no sólo hacia adentro sino también hacia fuera del país. No hace falta decir que viola el artículo 4º de la Constitución Nacional. Esto lo sabe todo el mundo y la ciudadanía. La ciudadanía sabe que esto es una aberración y no va a dejar entrar esa basura. Tratamos de que las vías legales no se transformen en vías ilegales. Esto genera un mensaje de inseguridad jurídica porque viola la Constitución. Es importante saber que en este momento el juez Urso tiene en su escritorio una presentación penal por todos los procedimientos que ha llevado el contrato, como la firma del acuerdo. No sólo tiene la presentación del fiscal el juez Urso, sino también la presentación que hicimos nosotros ante el doctor Mazoni en la fiscalía anticorrupción donde pedimos que se investigue particularmente un acto administrativo en el que estarían involucrados el gerente general de INVAP y el entonces presidente de la RN, señor Amato. En el mismo momento en que la Cámara de Diputados se está estudiando si se aprueba este acuerdo, que -insisto- establece absoluta inseguridad jurídica y una falta de respeto contra el pueblo y los constituyentes que aprobaron el artículo 41 de la reforma de 1994, el tema forma parte de una causa judicial que se encuentra radicada en el juzgado del doctor Urso. Es uno de los poquísimos antecedentes en la República Argentina donde un tratado absolutamente viciado de ilegalidad está siendo investigado por la Justicia, pero la Cámara de diputados está viendo si se aprueba. Tiene el dudoso privilegio de ser precedido por una aprobación sobre tablas.
Solamente en una republiqueta bananera se puede aprobar sobre tablas un acuerdo como el que estamos analizando acá. Como ciudadano me siento absolutamente estafado.
Se ha establecido una altísima política de la Nación. ¿Qué quiere decir? No estamos estableciendo un Bonex o algo que rija para una determinada cantidad de años; establecemos algo que va a regir para toda la vida institucional del país. Se trata de una alta política de la Nación.
¿Cómo se establece esto? A través de un acuerdo firmado por dos ministros de los cuales, uno de ellos, nosotros no hemos elegido. Yo no elegí al ministro que tenía De la Rúa en su momento y que firmó esta declaración. Esta alta política de la Nación es fijada por un acuerdo firmado por dos ministros. Uno de ellos es australiano
-que no representa mis intereses- y el restante es de acá que tampoco los representa.
Por ello, todos pasamos a ser elementos de adorno, incluido los legisladores. Considero que el tema del procesado y el reprocesado es muy importante. Durante los gobiernos militares -30 mil desaparecidos, años de plomo- se trató de hacer esto sin mayores resultados. Lo que no lograron los gobiernos militares sí pudieron hacerlo dos mediocres gobiernos civiles.
Muchos de nosotros tuvimos participación en el famoso proceso que rodeó toda la cuestión de Gastre. Me refiero al renacimiento de Gastre. En la letra de ese acuerdo técnico hay dos cosas que se establecen. En primer término, se viola el artículo 41 con hermosas palabras técnicas donde todos sabemos que lo que se contempla es ilegal. ¿Qué significa este acuerdo? Este acuerdo habilita a la Argentina para hacer un procesado y reprocesado. En el procesado, tomamos la basura nuclear de Australia, la diluimos, la vitrificamos, le damos un chirlo en la cola y la mandamos de vuelta a ese país.
Técnicamente, esto es un truchaje nuclear. ¿Por qué digo esto? En Australia, por ley, está prohibido tener residuos radiactivos. Ese residuo se llama HLW. Se lo manda a nuestro país para que nosotros -si llega a fallar lo de COGEMA en Francia- lo diluyamos y lo vitrifiquemos. Se transforma en LLIL. Se trata de un residuo que nos mandan de allá pero que nosotros lo "truchamos" a través del diluido. Eso es legal en Australia. Existe una alta conexión argentina. Me refiero a una alta radiactividad concentrada que se "trucha" en Ezeiza -con todos los riesgos que existen allí- y se lo devuelve como LLIL. Y eso sí es legal.
Por otro lado, se habilitó en Argentina un procesado. El acuerdo incluye el reprocesado, algo que los gobiernos militares quisieron hacer constantemente pero que no tuvieron éxito. El reprocesado es mucho más peligroso.
Viene la basura de Australia, le sacamos Uranio 235 y Plutonio 239, lo separamos, lo diluimos, lo vitrificamos y lo enviamos.
Tanto el procesado cuanto el reprocesado son dos altísimas políticas de la Nación que los militares no lograron instalar. Una vez que Argentina comience con el procesado y reprocesado, su historia cambiará completamente. Eso es lo que no se percibe. ¿Por qué? ¿Cuántos países en el mundo hacen procesado y reprocesado?
¿Cuántos países hay? Tres: los Estados Unidos -que comparativamente no lo hacen en una forma comercial importante-, Francia y Gran Bretaña. ¿Por qué no lo hacen otros países? ¿Por qué no lo hacen Australia, Dinamarca, Suiza e Italia? Porque sus políticos y ciudadanos han sido más conscientes que nosotros. Ellos decidieron que no van a hacer procesado ni reprocesado. Fíjense que esto que ha sido descartado por esos países y que está en cuestión en Francia. Por eso Australia nos pone a nosotros; sabe que va a tener problemas con COGEMA en los próximos años y que Francia se va a cerrar a los residuos australianos justamente por lo que dijo el doctor Stiglitz. Entonces, buscaron un tonto útil. Y de los muchos tontos útiles, a los que hacen la conexión argentina.
Por lo tanto, esta alta política de la Nación no ha sido fijada a través de un trámite de discusión pública y abierta, de un trámite parlamentario absolutamente federal. Porque esto de federal no tiene nada; yo estoy aquí de casualidad, pero hay gente que se opone en otras partes de las provincias y no todos pueden juntarse con sus legisladores. Quiero rescatar la excelente llegada que hemos tenido con nuestros legisladores. Pero no es lo mismo el contacto con los legisladores que el hecho de estar aquí. Y esa alta política de la Nación va a ser fijada a través de un acuerdo. Es vergonzoso que se fije una alta política de la Nación que compromete a mis hijos y a mis nietos a través de un acuerdo y que éste tenga ya media sanción.
El tercer punto es el de la seguridad ambiental y sanitaria, que no es un tema menor. Wise Paris es una organización liderada por Michael Schneider, que recibió el Premio Nobel Alternativo. Yo estuve reunido con él. Ellos hicieron un estudio por el cual en este momento ningún reactor nuclear y ninguna planta de procesamiento o de reprocesamiento en el mundo pueden resistir el choque de un Boeing 747 -tengo aquí algunos datos- o 767, o de un Airbus 320 o 380. Como ustedes saben, lo más interesante de esto es que la tecnología para hacer el procesado y el reprocesado no está a punto. No hay ningún reactor nuclear o planta que resista el choque de un avión. Un Boeing 747 a una velocidad de 250 metros por segundo y con 210 mil litros de combustible equivale a 1.700 aviones Cessna golpeando contra un punto. Y no hay central nuclear en la Tierra que resista ese impacto: ni la de Embalse, ni la de Atucha, ni la planta que se va a construir en Ezeiza.
Ese es un riesgo, a punto tal que cuando Wise Paris distribuyó ese estudio en Europa, Francia -en ese momento yo en ese país, invitado por las Naciones Unidas- decidió desplegar sus misiles alrededor de la planta donde justamente opera la empresa que le trata los residuos a Australia.
En esto, señores diputados, nos está introduciendo este acuerdo, en un juego para el cual, tras los atentados perpetrados contra la embajada de Israel y la sede de la AMIA en nuestro país, no estamos preparados. Quisiera saber quién va a ser responsable de lo que llegue a pasar con un avión mediano, un Boeing 737, cayendo sobre una planta de procesado.
El otro aspecto es el de la seguridad sanitaria. Recuerden que el mundo cambió a partir del 11 de septiembre. Porque todos los temas de los que estamos hablando no se pueden disociar de esa fecha. Aquí no estamos hablando de fábricas de galletitas ni de líquidos cloacales. En el caso de los residuos -y en esto disiento totalmente con el señor diputado Stubrin-, hay que tener en claro que una planta como la que va a construir el INVAP es de 20 megavatios térmicos. No sé si el señor diputado sabe lo que significan 20 megavatios térmicos. No es ninguna pavada; no son residuos de poca cantidad. Los residuos que van a venir de Australia -y no va a venir una barrita sino muchos- son verdaderos chernobyles flotantes; van a llegar a Bahía Blanca, van a ir por ruta y van a llegar a Ezeiza. Es ofensivo que esto se esté tratando a este nivel. Realmente necesitamos un debate absolutamente más amplio. Me parece increíble que uno esté pensando que en 10 días habrá una decisión, cuando ni siquiera hemos podido debatir sobre la gravedad institucional que representa esto.
Y quiero decir que en el caso de que caiga un avión de gran envergadura sobre un reactor nuclear o una planta de procesamiento o de reprocesamiento -que es la aberración que pretende construirse en Ezeiza a partir del año 2015- no habrá un tipo de accidente determinado.
El peor accidente es el que alcanza el grado siete en la escala INES, que es al que se llegó en Chernobyl o al que se llegaría si sobre una planta nuclear cayera un avión.
No se sabe qué es lo que puede pasar. Es posible determinar si hay mucho yodo 131 o cesio 137, pero no se puede predecir qué va a pasar o cuál será la magnitud del hecho. Pero sí se sabe que si llegara a caer un avión sobre esa planta llegaría a su fin, en términos económicos, no sólo la provincia de Buenos Aires sino prácticamente todo el centro del país.
Lo mismo ocurriría si cayera un avión sobre la central Embalse, y por eso me parece muy atinado lo que aquí se dijo en cuanto a que había sido una metida de pata construir las centrales nucleares. Ya creo que se metió la pata. ¿Pero cómo puede ser que si se metió la pata se vuelva a cometer una y otra vez el mismo error? La Argentina debe ser el único país donde se mete dos veces la pata y más tarde se la vuelve a meter mediante la firma de un acuerdo.
Por último, me parece importante decir qué hay detrás de todo este proceso. Hay un pequeño grupúsculo de gente, que no está formado precisamente por nuestros técnicos y científicos -quienes en su momento se opusieron a que los recursos de la Nación fueran destinados a muchos de los divagues de INVAP en lugar de ir a la verdadera gestión e investigación legítima y de menor riesgo-, cuyo propósito se resume en una nota.
En efecto, la discusión que hoy estamos llevando adelante tiene su origen en un memorando enviado por el licenciado Otheguy al director de la Autoridad Regulatoria Nuclear. Todo lo que se generó se resume en la siguiente frase: "Pongo a vuestra consideración..." -dice Otheguy a la autoridad que lo fiscaliza- "...lo que debería incluir el dictamen técnico."
Luego la nota continúa así: "El combustible usado a ser introducido al país en forma transitoria no debe ser considerado como residuo radiactivo..." Fíjense ustedes que la seriedad es de republiqueta bananera, ya que nada menos que la autoridad ejecutiva de INVAP dice a quien lo controla lo que debe expresar su informe.
Más adelante manifiesta: "Dado que el método de acondicionamiento propuesto no modifica la componente nuclear del combustible, no se trata de un proceso de reprocesamiento." Esto, ya está incluido en el acuerdo.
La nota continúa diciendo: "El proceso no ocasiona daño ecológico." Yo me pregunto qué autoridad moral, técnica y profesional tiene Héctor Otheguy -yo soy especialista en ecología, pero él no- para decir que el proceso no ocasiona daño ecológico.
Luego podemos leer lo siguiente: "Al reenviarse al país de origen todos los componentes originales del combustible, no quedaría en Argentina material radiactivo proveniente de esta operación.
"El doctor Vanossi considera conveniente si pudiéramos poner una estimación de la duración máxima de estadía en el país del material importado en forma transitoria." ¿Cómo creen ustedes que se pueden sentir los argentinos cuando el acuerdo al que nos estamos refiriendo es resultado de un contrato secreto, parte de una hojuela de tercera categoría? Este tema, que ha motivado un pedido de investigación ante la Oficina Anticorrupción, hoy se encuentra en el juzgado del doctor Jorge Urso.
A esto debemos agregar las declaraciones realizadas por el señor Ordóñez, un técnico de INVAP. Lo que dice esta persona, que es muy interesante y se puede leer en el diario "Río Negro" del 28 de noviembre, nos muestra quiénes son los que están triunfando. Nosotros, los pequeños ciudadanos, no estamos triunfando. Quienes están triunfando son los pequeños negociantes tecnológicos oscuros que nada tienen que ver con nuestros investigadores y nuestra ciencia.
El señor Ordóñez, como una manera de apoyar la continuidad del proyecto, dice que se trata de un negocio con una tremenda capacidad. Luego de manifestar que es un negocio abierto afirma que hay cien reactores experimentales en el mundo que están esperando que nuestro país ofrezca tratar sus residuos.
Esto es lo que está detrás del acuerdo: abrir la Argentina al pequeño, sucio, peligroso e ilegal negocio de la basura nuclear.
He querido hacer estos comentarios porque sé que la gente, en nuestro país, no apoya este tipo de cosas. Se apruebe o no el acuerdo, estoy seguro de que los residuos radiactivos no entrarán a la Argentina porque la ciudadanía ha cambiado en estos últimos tiempos. El "cacerolazo" es anecdótico; estamos ante una ciudadanía que ya no deja que se cercenen sus derechos y sabe que el artículo 41 de la Constitución está vigente.
Lo más lógico es que el acuerdo sea rechazado. Pero lo más interesante de todo esto es que a INVAP le conviene que el acuerdo sea rechazado. En caso de que sea aprobado, al día siguiente estaremos reclamando su inconstitucionalidad; entonces, cada vez que INVAP entre en negociaciones con un país seremos los primeros en decir que en el juzgado del doctor Jorge Urso se ha radicado una causa respecto del tema y que hay un pedido de inconstitucionalidad que seguramente terminará en la Corte.
Por lo tanto, lo más sano en este caso para el INVAP es que puede vender el reactor nuclear sin este acuerdo. ¿Para qué necesita el acuerdo si puede vender el reactor nuclear? Si se llega a aprobar el acuerdo nos vamos a encargar, como lo sabe la ciudadanía, de demostrar que es absolutamente blando el terreno legal en el que se mueven estos acuerdos.
Quiero agradecer la invitación e indicar muy particularmente que para quienes viven en el interior del país es tremendamente difícil estar aquí presentes. Para quienes viven en Buenos Aires es muy fácil ya que toman un subte o un colectivo. Nosotros tenemos que recorrer muchos kilómetros con recursos escasos y hay gente que está en total desacuerdo con esto y es de diferentes partes del país y no pueden estar acá. No puedo representarlos, pero quiero transmitir la tremenda sensación de angustia y desagrado para quienes vivimos lejos de Capital Federal el hecho de que solamente podamos estar de casualidad.
Quiero indicar tres o cuatro puntos importantísimos. Este acuerdo está ligado a un contrato secreto; surge de una ligazón con un contrato secreto. Esto es absolutamente irregular en la vida institucional del país. El primer punto, creo que es el fundamental, es lo que podemos llamar la inseguridad jurídica. Este contrato introduce una noción de inseguridad jurídica no sólo hacia adentro sino también hacia fuera del país. No hace falta decir que viola el artículo 4º de la Constitución Nacional. Esto lo sabe todo el mundo y la ciudadanía. La ciudadanía sabe que esto es una aberración y no va a dejar entrar esa basura. Tratamos de que las vías legales no se transformen en vías ilegales. Esto genera un mensaje de inseguridad jurídica porque viola la Constitución. Es importante saber que en este momento el juez Urso tiene en su escritorio una presentación penal por todos los procedimientos que ha llevado el contrato, como la firma del acuerdo. No sólo tiene la presentación del fiscal el juez Urso, sino también la presentación que hicimos nosotros ante el doctor Mazoni en la fiscalía anticorrupción donde pedimos que se investigue particularmente un acto administrativo en el que estarían involucrados el gerente general de INVAP y el entonces presidente de la RN, señor Amato. En el mismo momento en que la Cámara de Diputados se está estudiando si se aprueba este acuerdo, que -insisto- establece absoluta inseguridad jurídica y una falta de respeto contra el pueblo y los constituyentes que aprobaron el artículo 41 de la reforma de 1994, el tema forma parte de una causa judicial que se encuentra radicada en el juzgado del doctor Urso. Es uno de los poquísimos antecedentes en la República Argentina donde un tratado absolutamente viciado de ilegalidad está siendo investigado por la Justicia, pero la Cámara de diputados está viendo si se aprueba. Tiene el dudoso privilegio de ser precedido por una aprobación sobre tablas.
Solamente en una republiqueta bananera se puede aprobar sobre tablas un acuerdo como el que estamos analizando acá. Como ciudadano me siento absolutamente estafado.
Se ha establecido una altísima política de la Nación. ¿Qué quiere decir? No estamos estableciendo un Bonex o algo que rija para una determinada cantidad de años; establecemos algo que va a regir para toda la vida institucional del país. Se trata de una alta política de la Nación.
¿Cómo se establece esto? A través de un acuerdo firmado por dos ministros de los cuales, uno de ellos, nosotros no hemos elegido. Yo no elegí al ministro que tenía De la Rúa en su momento y que firmó esta declaración. Esta alta política de la Nación es fijada por un acuerdo firmado por dos ministros. Uno de ellos es australiano
-que no representa mis intereses- y el restante es de acá que tampoco los representa.
Por ello, todos pasamos a ser elementos de adorno, incluido los legisladores. Considero que el tema del procesado y el reprocesado es muy importante. Durante los gobiernos militares -30 mil desaparecidos, años de plomo- se trató de hacer esto sin mayores resultados. Lo que no lograron los gobiernos militares sí pudieron hacerlo dos mediocres gobiernos civiles.
Muchos de nosotros tuvimos participación en el famoso proceso que rodeó toda la cuestión de Gastre. Me refiero al renacimiento de Gastre. En la letra de ese acuerdo técnico hay dos cosas que se establecen. En primer término, se viola el artículo 41 con hermosas palabras técnicas donde todos sabemos que lo que se contempla es ilegal. ¿Qué significa este acuerdo? Este acuerdo habilita a la Argentina para hacer un procesado y reprocesado. En el procesado, tomamos la basura nuclear de Australia, la diluimos, la vitrificamos, le damos un chirlo en la cola y la mandamos de vuelta a ese país.
Técnicamente, esto es un truchaje nuclear. ¿Por qué digo esto? En Australia, por ley, está prohibido tener residuos radiactivos. Ese residuo se llama HLW. Se lo manda a nuestro país para que nosotros -si llega a fallar lo de COGEMA en Francia- lo diluyamos y lo vitrifiquemos. Se transforma en LLIL. Se trata de un residuo que nos mandan de allá pero que nosotros lo "truchamos" a través del diluido. Eso es legal en Australia. Existe una alta conexión argentina. Me refiero a una alta radiactividad concentrada que se "trucha" en Ezeiza -con todos los riesgos que existen allí- y se lo devuelve como LLIL. Y eso sí es legal.
Por otro lado, se habilitó en Argentina un procesado. El acuerdo incluye el reprocesado, algo que los gobiernos militares quisieron hacer constantemente pero que no tuvieron éxito. El reprocesado es mucho más peligroso.
Viene la basura de Australia, le sacamos Uranio 235 y Plutonio 239, lo separamos, lo diluimos, lo vitrificamos y lo enviamos.
Tanto el procesado cuanto el reprocesado son dos altísimas políticas de la Nación que los militares no lograron instalar. Una vez que Argentina comience con el procesado y reprocesado, su historia cambiará completamente. Eso es lo que no se percibe. ¿Por qué? ¿Cuántos países en el mundo hacen procesado y reprocesado?
¿Cuántos países hay? Tres: los Estados Unidos -que comparativamente no lo hacen en una forma comercial importante-, Francia y Gran Bretaña. ¿Por qué no lo hacen otros países? ¿Por qué no lo hacen Australia, Dinamarca, Suiza e Italia? Porque sus políticos y ciudadanos han sido más conscientes que nosotros. Ellos decidieron que no van a hacer procesado ni reprocesado. Fíjense que esto que ha sido descartado por esos países y que está en cuestión en Francia. Por eso Australia nos pone a nosotros; sabe que va a tener problemas con COGEMA en los próximos años y que Francia se va a cerrar a los residuos australianos justamente por lo que dijo el doctor Stiglitz. Entonces, buscaron un tonto útil. Y de los muchos tontos útiles, a los que hacen la conexión argentina.
Por lo tanto, esta alta política de la Nación no ha sido fijada a través de un trámite de discusión pública y abierta, de un trámite parlamentario absolutamente federal. Porque esto de federal no tiene nada; yo estoy aquí de casualidad, pero hay gente que se opone en otras partes de las provincias y no todos pueden juntarse con sus legisladores. Quiero rescatar la excelente llegada que hemos tenido con nuestros legisladores. Pero no es lo mismo el contacto con los legisladores que el hecho de estar aquí. Y esa alta política de la Nación va a ser fijada a través de un acuerdo. Es vergonzoso que se fije una alta política de la Nación que compromete a mis hijos y a mis nietos a través de un acuerdo y que éste tenga ya media sanción.
El tercer punto es el de la seguridad ambiental y sanitaria, que no es un tema menor. Wise Paris es una organización liderada por Michael Schneider, que recibió el Premio Nobel Alternativo. Yo estuve reunido con él. Ellos hicieron un estudio por el cual en este momento ningún reactor nuclear y ninguna planta de procesamiento o de reprocesamiento en el mundo pueden resistir el choque de un Boeing 747 -tengo aquí algunos datos- o 767, o de un Airbus 320 o 380. Como ustedes saben, lo más interesante de esto es que la tecnología para hacer el procesado y el reprocesado no está a punto. No hay ningún reactor nuclear o planta que resista el choque de un avión. Un Boeing 747 a una velocidad de 250 metros por segundo y con 210 mil litros de combustible equivale a 1.700 aviones Cessna golpeando contra un punto. Y no hay central nuclear en la Tierra que resista ese impacto: ni la de Embalse, ni la de Atucha, ni la planta que se va a construir en Ezeiza.
Ese es un riesgo, a punto tal que cuando Wise Paris distribuyó ese estudio en Europa, Francia -en ese momento yo en ese país, invitado por las Naciones Unidas- decidió desplegar sus misiles alrededor de la planta donde justamente opera la empresa que le trata los residuos a Australia.
En esto, señores diputados, nos está introduciendo este acuerdo, en un juego para el cual, tras los atentados perpetrados contra la embajada de Israel y la sede de la AMIA en nuestro país, no estamos preparados. Quisiera saber quién va a ser responsable de lo que llegue a pasar con un avión mediano, un Boeing 737, cayendo sobre una planta de procesado.
El otro aspecto es el de la seguridad sanitaria. Recuerden que el mundo cambió a partir del 11 de septiembre. Porque todos los temas de los que estamos hablando no se pueden disociar de esa fecha. Aquí no estamos hablando de fábricas de galletitas ni de líquidos cloacales. En el caso de los residuos -y en esto disiento totalmente con el señor diputado Stubrin-, hay que tener en claro que una planta como la que va a construir el INVAP es de 20 megavatios térmicos. No sé si el señor diputado sabe lo que significan 20 megavatios térmicos. No es ninguna pavada; no son residuos de poca cantidad. Los residuos que van a venir de Australia -y no va a venir una barrita sino muchos- son verdaderos chernobyles flotantes; van a llegar a Bahía Blanca, van a ir por ruta y van a llegar a Ezeiza. Es ofensivo que esto se esté tratando a este nivel. Realmente necesitamos un debate absolutamente más amplio. Me parece increíble que uno esté pensando que en 10 días habrá una decisión, cuando ni siquiera hemos podido debatir sobre la gravedad institucional que representa esto.
Y quiero decir que en el caso de que caiga un avión de gran envergadura sobre un reactor nuclear o una planta de procesamiento o de reprocesamiento -que es la aberración que pretende construirse en Ezeiza a partir del año 2015- no habrá un tipo de accidente determinado.
El peor accidente es el que alcanza el grado siete en la escala INES, que es al que se llegó en Chernobyl o al que se llegaría si sobre una planta nuclear cayera un avión.
No se sabe qué es lo que puede pasar. Es posible determinar si hay mucho yodo 131 o cesio 137, pero no se puede predecir qué va a pasar o cuál será la magnitud del hecho. Pero sí se sabe que si llegara a caer un avión sobre esa planta llegaría a su fin, en términos económicos, no sólo la provincia de Buenos Aires sino prácticamente todo el centro del país.
Lo mismo ocurriría si cayera un avión sobre la central Embalse, y por eso me parece muy atinado lo que aquí se dijo en cuanto a que había sido una metida de pata construir las centrales nucleares. Ya creo que se metió la pata. ¿Pero cómo puede ser que si se metió la pata se vuelva a cometer una y otra vez el mismo error? La Argentina debe ser el único país donde se mete dos veces la pata y más tarde se la vuelve a meter mediante la firma de un acuerdo.
Por último, me parece importante decir qué hay detrás de todo este proceso. Hay un pequeño grupúsculo de gente, que no está formado precisamente por nuestros técnicos y científicos -quienes en su momento se opusieron a que los recursos de la Nación fueran destinados a muchos de los divagues de INVAP en lugar de ir a la verdadera gestión e investigación legítima y de menor riesgo-, cuyo propósito se resume en una nota.
En efecto, la discusión que hoy estamos llevando adelante tiene su origen en un memorando enviado por el licenciado Otheguy al director de la Autoridad Regulatoria Nuclear. Todo lo que se generó se resume en la siguiente frase: "Pongo a vuestra consideración..." -dice Otheguy a la autoridad que lo fiscaliza- "...lo que debería incluir el dictamen técnico."
Luego la nota continúa así: "El combustible usado a ser introducido al país en forma transitoria no debe ser considerado como residuo radiactivo..." Fíjense ustedes que la seriedad es de republiqueta bananera, ya que nada menos que la autoridad ejecutiva de INVAP dice a quien lo controla lo que debe expresar su informe.
Más adelante manifiesta: "Dado que el método de acondicionamiento propuesto no modifica la componente nuclear del combustible, no se trata de un proceso de reprocesamiento." Esto, ya está incluido en el acuerdo.
La nota continúa diciendo: "El proceso no ocasiona daño ecológico." Yo me pregunto qué autoridad moral, técnica y profesional tiene Héctor Otheguy -yo soy especialista en ecología, pero él no- para decir que el proceso no ocasiona daño ecológico.
Luego podemos leer lo siguiente: "Al reenviarse al país de origen todos los componentes originales del combustible, no quedaría en Argentina material radiactivo proveniente de esta operación.
"El doctor Vanossi considera conveniente si pudiéramos poner una estimación de la duración máxima de estadía en el país del material importado en forma transitoria." ¿Cómo creen ustedes que se pueden sentir los argentinos cuando el acuerdo al que nos estamos refiriendo es resultado de un contrato secreto, parte de una hojuela de tercera categoría? Este tema, que ha motivado un pedido de investigación ante la Oficina Anticorrupción, hoy se encuentra en el juzgado del doctor Jorge Urso.
A esto debemos agregar las declaraciones realizadas por el señor Ordóñez, un técnico de INVAP. Lo que dice esta persona, que es muy interesante y se puede leer en el diario "Río Negro" del 28 de noviembre, nos muestra quiénes son los que están triunfando. Nosotros, los pequeños ciudadanos, no estamos triunfando. Quienes están triunfando son los pequeños negociantes tecnológicos oscuros que nada tienen que ver con nuestros investigadores y nuestra ciencia.
El señor Ordóñez, como una manera de apoyar la continuidad del proyecto, dice que se trata de un negocio con una tremenda capacidad. Luego de manifestar que es un negocio abierto afirma que hay cien reactores experimentales en el mundo que están esperando que nuestro país ofrezca tratar sus residuos.
Esto es lo que está detrás del acuerdo: abrir la Argentina al pequeño, sucio, peligroso e ilegal negocio de la basura nuclear.
He querido hacer estos comentarios porque sé que la gente, en nuestro país, no apoya este tipo de cosas. Se apruebe o no el acuerdo, estoy seguro de que los residuos radiactivos no entrarán a la Argentina porque la ciudadanía ha cambiado en estos últimos tiempos. El "cacerolazo" es anecdótico; estamos ante una ciudadanía que ya no deja que se cercenen sus derechos y sabe que el artículo 41 de la Constitución está vigente.
Lo más lógico es que el acuerdo sea rechazado. Pero lo más interesante de todo esto es que a INVAP le conviene que el acuerdo sea rechazado. En caso de que sea aprobado, al día siguiente estaremos reclamando su inconstitucionalidad; entonces, cada vez que INVAP entre en negociaciones con un país seremos los primeros en decir que en el juzgado del doctor Jorge Urso se ha radicado una causa respecto del tema y que hay un pedido de inconstitucionalidad que seguramente terminará en la Corte.
Por lo tanto, lo más sano en este caso para el INVAP es que puede vender el reactor nuclear sin este acuerdo. ¿Para qué necesita el acuerdo si puede vender el reactor nuclear? Si se llega a aprobar el acuerdo nos vamos a encargar, como lo sabe la ciudadanía, de demostrar que es absolutamente blando el terreno legal en el que se mueven estos acuerdos.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Tiene la palabra el señor Napoli.
SR. NAPOLI Pertenezco a la Fundación Ambiente y Recursos Naturales. Quiero hacer una pequeña reflexión sobre el tema legal dado que ya se han explayado lo suficiente.
El tema es harto conocido en todo el mundo. Una de las cuestiones que vale preguntarse y muchos diputados fueron constituyentes en 1994, es en qué pensábamos en ese momento, particularmente los constituyentes, cuando decidieron incluir el artículo 41 sobre nuevos derechos y garantías y la idea del desarrollo sustentable, o sea que las actividades del presente no vulneren las posibilidades de generaciones futuras. Este es un tema que encuadra en esa situación.
Los tres primeros párrafos del artículo 41 hablan de derecho, de daño ambiental y son casi declarativos. En la parte primera, establece el derecho a gozar de un ambiente sano y en la segunda la posibilidad de la declaración de daño ambiental que debe surgir del Congreso. Pero en el 4º párrafo se establece una prohibición taxativa. No hay lugar a interpretación alguna.
Si revisamos lo que ha ocurrido en otros procesos de reforma constitucional como el de la provincia de Buenos Aires, encontraremos que una cantidad de municipios se han declarado no nucleares. ¿No hay llegado la hora de hacernos cargo de lo que hemos puesto en la Constitución? Hagámonos cargo de que no queríamos el ingreso de residuos radiactivos, de que la provincia de Buenos Aires prohibe el ingreso de residuos tóxicos a su territorio y de que las ciudades que tiene carta orgánica se han declarado no nucleares. Ahora estamos agujereando como un queso esa cláusula como hemos hecho con otros institutos de la Constitución. Todos lo sabemos, hablemos de la consulta popular, de la rereelección y otros tantos institutos que hemos empezado a agujerear, a estirar para tratar de meter adentro acuerdos o políticas. Me parece que ha llegado la hora de hacerse cargo de esto. Hemos dicho que no tenemos que dejar abierta la posibilidad al ingreso de residuos radiactivos en el país. No podemos constituirnos en los cartoneros nucleares del mundo. La inseguridad jurídica es clarísima. Al otro día de que se apruebe este tratado, se van a plantear recursos de amparo en todo el país pidiendo la inconstitucionalidad del tratado; hay muy buenos fundamentos para firmarlo. Creo que es interesante que este debate lo tengamos y nos demos el tiempo necesario para estudiar las políticas y hacernos cargo de lo que pusimos en la Constitución.
El tema es harto conocido en todo el mundo. Una de las cuestiones que vale preguntarse y muchos diputados fueron constituyentes en 1994, es en qué pensábamos en ese momento, particularmente los constituyentes, cuando decidieron incluir el artículo 41 sobre nuevos derechos y garantías y la idea del desarrollo sustentable, o sea que las actividades del presente no vulneren las posibilidades de generaciones futuras. Este es un tema que encuadra en esa situación.
Los tres primeros párrafos del artículo 41 hablan de derecho, de daño ambiental y son casi declarativos. En la parte primera, establece el derecho a gozar de un ambiente sano y en la segunda la posibilidad de la declaración de daño ambiental que debe surgir del Congreso. Pero en el 4º párrafo se establece una prohibición taxativa. No hay lugar a interpretación alguna.
Si revisamos lo que ha ocurrido en otros procesos de reforma constitucional como el de la provincia de Buenos Aires, encontraremos que una cantidad de municipios se han declarado no nucleares. ¿No hay llegado la hora de hacernos cargo de lo que hemos puesto en la Constitución? Hagámonos cargo de que no queríamos el ingreso de residuos radiactivos, de que la provincia de Buenos Aires prohibe el ingreso de residuos tóxicos a su territorio y de que las ciudades que tiene carta orgánica se han declarado no nucleares. Ahora estamos agujereando como un queso esa cláusula como hemos hecho con otros institutos de la Constitución. Todos lo sabemos, hablemos de la consulta popular, de la rereelección y otros tantos institutos que hemos empezado a agujerear, a estirar para tratar de meter adentro acuerdos o políticas. Me parece que ha llegado la hora de hacerse cargo de esto. Hemos dicho que no tenemos que dejar abierta la posibilidad al ingreso de residuos radiactivos en el país. No podemos constituirnos en los cartoneros nucleares del mundo. La inseguridad jurídica es clarísima. Al otro día de que se apruebe este tratado, se van a plantear recursos de amparo en todo el país pidiendo la inconstitucionalidad del tratado; hay muy buenos fundamentos para firmarlo. Creo que es interesante que este debate lo tengamos y nos demos el tiempo necesario para estudiar las políticas y hacernos cargo de lo que pusimos en la Constitución.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Tiene la palabra el señor Corcuera.
SR. CORCUERA Soy director general de la Fundación Vida Silvestre Argentina y miembro del Programa del Comité Internacional del Fondo Mundial para la Naturaleza.
La Fundación Vida Silvestre ha visitado las
instalaciones de Ezeiza. Invitamos a los señores representantes a que concurran allí y se coloquen la tarjeta que mide el nivel de radiactividad al que son expuestos. Los invitamos a que lo hagan para que tengan en cuenta que en las condiciones actuales esas instalaciones en Ezeiza sólo están habilitadas para tratar residuos de baja actividad.
Los invitamos a que se pongan a pensar qué va a ocurrir potencialmente el día que tengan que asumir dicha responsabilidad en esas instalaciones con el objeto de tratar residuos de media o alta radiactividad, algo que es impensable en estos momentos de parte de los técnicos de Seguridad de la Comisión Nacional de Energía Atómica.
Estamos hablando de residuos que pueden ser letales en gran masa y durante períodos de hasta 500 mil años. La Comisión Nacional de Energía Atómica es la única que tiene que lidiar con una escala temporal de 500 mil años. Ni ustedes ni nosotros estamos acostumbrados a manejar estos tiempos. Con mucha razón plantean que, para algunos temas, los residuos radiactivos tienen que tener control institucional y, para otras cuestiones, no existe una institución que pueda controlarlo.
Obviamente, queda claro que nadie sabe lo que sucederá en la Argentina en los próximos 500 mil años, apenas tenemos idea de lo que ocurrirá en los próximos meses. Considero que para ese tipo de escala temporal no puede imaginarse la existencia de instituciones en este país. Hay mecanismos que sí pueden depender de las instituciones y otros que no.
La Fundación Vida Silvestre Argentina ha organizado cursos y talleres de trabajo con las Fuerzas Armadas y de seguridad, con la presencia de la Comisión Nacional de Energía Atómica, con el fin de coordinar acciones en escenarios de derrame o liberación de residuos radiactivos en nuestro país. El último de esos talleres fue realizado en el año 1998.
Con mucha autoridad podemos decir que existen un sinnúmero de problemas a resolver aún en períodos en los que las instituciones de nuestro país están relativamente capacitadas y tienen medios técnicos y recursos humanos para resolver este tipo de problemas. Dichos problemas no siempre se resuelven. De esa discusión, con las fuerzas de seguridad, hemos sido testigos desde nuestra fundación.
Obviamente, tenemos una relación con otras organizaciones no gubernamentales respecto de este tema. Esto me lleva a tratar de ser creíble ante ustedes en términos de lo que significa acuerdo.
El acuerdo es inconstitucional, pero no voy a extenderme sobre ello. Asimismo, el acuerdo es peligroso para la seguridad nacional, máxime en el contexto actual relacionado con el debilitamiento de nuestras instituciones, incluyendo las Fuerzas Armadas y de seguridad. Seguramente, habrá que explicarle a los argentinos cuáles son los planes de seguridad que acompañarán el transporte de estos residuos. Dicha explicación tendrá que estar en consonancia con todos aquellos acuerdos del Estado que participan de ese sistema de control.
No existe un plan de seguridad que acompañe este acuerdo. En esta etapa de debilitamiento institucional que vemos día a día y hora tras hora, el acuerdo es poco creíble. Es inconsistente con la tendencia internacional a reducir y no a aumentar el transporte de residuos radiactivos. El concepto de que es un negocio bueno se basa en que hay un mercado para dicho negocio. El INVAP tiene que demostrar que existe ese negocio.
Todos sabemos que un residuo radiactivo depende, en gran medida, de su capacidad media o alta y del reactor
que lo produce. Y también depende de cuáles son las minas de los que fueron extraídos.
Por lo tanto, la composición de los residuos que importemos potencialmente no tiene por qué ser la misma que la de los que actualmente producimos.
Un pequeño problema a tener en cuenta es que ni siquiera para los residuos que nosotros producimos actualmente estamos cumpliendo con las disposiciones de la ley que establece que debemos tener aprobado un plan de gestión de residuos. En otras palabras, todavía no tenemos formalizado el plan de tratamiento o gestión de nuestros propios residuos. Y a través de un acuerdo internacional ya queremos gestionar residuos de composición potencialmente diferente. Consecuentemente, las dificultades técnicas van a ser mayores y, sin embargo, no vamos a tener otra opción que tratar de responder a ellas.
El acuerdo abre la puerta al posicionamiento de la Argentina como gestor de residuos, no solamente de baja, sino también de mediana y alta actividad. Señores, que esta gestión no ocurra en los jardines de sus casas. Quiero tener la lista de los diputados y senadores que sancionen oportunamente esta ley. Y personalmente voy a transmitir a mis hijos la idea de que vayan a las casas de sus hijos a pedirles que sean ustedes los que carguen con esa gestión de los residuos. En algunos casos los residuos tienen una alta actividad por 500 mil años.
Señores, ustedes están lidiando como si se tratara de un país fuerte con un plan de gestión también fuerte y ya instalado para sus propios residuos; están lidiando con un acuerdo en el cual hay una carencia de toda esa capacidad institucional. Y esto sin desmedro de la gran capacidad técnica que tiene la gente de la CONEA y del INVAP. Lo que aquí está ocurriendo es una gran contradicción entre el acuerdo y la realidad del país. Cuando la Argentina exportó reactores a Perú o a Argelia nuestras organizaciones no se opusieron. Lo hacemos solamente ahora, en el caso de este acuerdo, debido a que está planteando condiciones a los ciudadanos argentinos a los que ustedes representan.
La Fundación Vida Silvestre ha visitado las
instalaciones de Ezeiza. Invitamos a los señores representantes a que concurran allí y se coloquen la tarjeta que mide el nivel de radiactividad al que son expuestos. Los invitamos a que lo hagan para que tengan en cuenta que en las condiciones actuales esas instalaciones en Ezeiza sólo están habilitadas para tratar residuos de baja actividad.
Los invitamos a que se pongan a pensar qué va a ocurrir potencialmente el día que tengan que asumir dicha responsabilidad en esas instalaciones con el objeto de tratar residuos de media o alta radiactividad, algo que es impensable en estos momentos de parte de los técnicos de Seguridad de la Comisión Nacional de Energía Atómica.
Estamos hablando de residuos que pueden ser letales en gran masa y durante períodos de hasta 500 mil años. La Comisión Nacional de Energía Atómica es la única que tiene que lidiar con una escala temporal de 500 mil años. Ni ustedes ni nosotros estamos acostumbrados a manejar estos tiempos. Con mucha razón plantean que, para algunos temas, los residuos radiactivos tienen que tener control institucional y, para otras cuestiones, no existe una institución que pueda controlarlo.
Obviamente, queda claro que nadie sabe lo que sucederá en la Argentina en los próximos 500 mil años, apenas tenemos idea de lo que ocurrirá en los próximos meses. Considero que para ese tipo de escala temporal no puede imaginarse la existencia de instituciones en este país. Hay mecanismos que sí pueden depender de las instituciones y otros que no.
La Fundación Vida Silvestre Argentina ha organizado cursos y talleres de trabajo con las Fuerzas Armadas y de seguridad, con la presencia de la Comisión Nacional de Energía Atómica, con el fin de coordinar acciones en escenarios de derrame o liberación de residuos radiactivos en nuestro país. El último de esos talleres fue realizado en el año 1998.
Con mucha autoridad podemos decir que existen un sinnúmero de problemas a resolver aún en períodos en los que las instituciones de nuestro país están relativamente capacitadas y tienen medios técnicos y recursos humanos para resolver este tipo de problemas. Dichos problemas no siempre se resuelven. De esa discusión, con las fuerzas de seguridad, hemos sido testigos desde nuestra fundación.
Obviamente, tenemos una relación con otras organizaciones no gubernamentales respecto de este tema. Esto me lleva a tratar de ser creíble ante ustedes en términos de lo que significa acuerdo.
El acuerdo es inconstitucional, pero no voy a extenderme sobre ello. Asimismo, el acuerdo es peligroso para la seguridad nacional, máxime en el contexto actual relacionado con el debilitamiento de nuestras instituciones, incluyendo las Fuerzas Armadas y de seguridad. Seguramente, habrá que explicarle a los argentinos cuáles son los planes de seguridad que acompañarán el transporte de estos residuos. Dicha explicación tendrá que estar en consonancia con todos aquellos acuerdos del Estado que participan de ese sistema de control.
No existe un plan de seguridad que acompañe este acuerdo. En esta etapa de debilitamiento institucional que vemos día a día y hora tras hora, el acuerdo es poco creíble. Es inconsistente con la tendencia internacional a reducir y no a aumentar el transporte de residuos radiactivos. El concepto de que es un negocio bueno se basa en que hay un mercado para dicho negocio. El INVAP tiene que demostrar que existe ese negocio.
Todos sabemos que un residuo radiactivo depende, en gran medida, de su capacidad media o alta y del reactor
que lo produce. Y también depende de cuáles son las minas de los que fueron extraídos.
Por lo tanto, la composición de los residuos que importemos potencialmente no tiene por qué ser la misma que la de los que actualmente producimos.
Un pequeño problema a tener en cuenta es que ni siquiera para los residuos que nosotros producimos actualmente estamos cumpliendo con las disposiciones de la ley que establece que debemos tener aprobado un plan de gestión de residuos. En otras palabras, todavía no tenemos formalizado el plan de tratamiento o gestión de nuestros propios residuos. Y a través de un acuerdo internacional ya queremos gestionar residuos de composición potencialmente diferente. Consecuentemente, las dificultades técnicas van a ser mayores y, sin embargo, no vamos a tener otra opción que tratar de responder a ellas.
El acuerdo abre la puerta al posicionamiento de la Argentina como gestor de residuos, no solamente de baja, sino también de mediana y alta actividad. Señores, que esta gestión no ocurra en los jardines de sus casas. Quiero tener la lista de los diputados y senadores que sancionen oportunamente esta ley. Y personalmente voy a transmitir a mis hijos la idea de que vayan a las casas de sus hijos a pedirles que sean ustedes los que carguen con esa gestión de los residuos. En algunos casos los residuos tienen una alta actividad por 500 mil años.
Señores, ustedes están lidiando como si se tratara de un país fuerte con un plan de gestión también fuerte y ya instalado para sus propios residuos; están lidiando con un acuerdo en el cual hay una carencia de toda esa capacidad institucional. Y esto sin desmedro de la gran capacidad técnica que tiene la gente de la CONEA y del INVAP. Lo que aquí está ocurriendo es una gran contradicción entre el acuerdo y la realidad del país. Cuando la Argentina exportó reactores a Perú o a Argelia nuestras organizaciones no se opusieron. Lo hacemos solamente ahora, en el caso de este acuerdo, debido a que está planteando condiciones a los ciudadanos argentinos a los que ustedes representan.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Tiene la palabra el señor Roque Pedace, de la Asociación Amigos de la Tierra.
SR. PEDACE Señor presidente: antes de referirme a la transparencia que se encuentra proyectada sobre la pared quisiera comentar, en relación con lo que dijo el señor Javier Corcuera, de la Fundación Vida Silvestre, y con la pregunta del señor diputado Stubrin, que efectivamente existe una relación entre la gestión de los elementos combustibles irradiados que serían importados de Australia y el plan de gestión de residuos radioactivos que prevé la ley 25.018.
Esto es así porque en anteriores reuniones hemos escuchado decir a funcionarios de la CONEA y al presidente del INVAP, señor Otheguy, que cuando debían exponer tanto aquí como en Australia la fundamentación de la opción técnica dada a ANSTO se decía que la Argentina tenía la necesidad de gestionar los elementos combustibles irradiados de sus propios reactores de experimentación y producción de radioisótopos. Por ende, tenía una decisión
tomada y la capacidad técnica para hacerlo.
El punto es que una vez que se tiene la decisión tomada y que se la ha concretado en la forma propuesta -es decir, con la vitrificación-, se debe continuar necesariamente con un determinado tipo de repositorio. En otras palabras, existe una dependencia tal entre los distintos pasos que componen la gestión de residuos, que la gestión a largo plazo depende del tipo de residuo, de su composición, de la vida media de los radioisótopos, etcétera.
Lo que estaría ocurriendo en el caso que nos ocupa es que la Argentina habría tomado una decisión acerca del ciclo del combustible antes del año 2017. Para explicar mejor la cuestión, proyectaré una serie de transparencias.
Esto es así porque en anteriores reuniones hemos escuchado decir a funcionarios de la CONEA y al presidente del INVAP, señor Otheguy, que cuando debían exponer tanto aquí como en Australia la fundamentación de la opción técnica dada a ANSTO se decía que la Argentina tenía la necesidad de gestionar los elementos combustibles irradiados de sus propios reactores de experimentación y producción de radioisótopos. Por ende, tenía una decisión
tomada y la capacidad técnica para hacerlo.
El punto es que una vez que se tiene la decisión tomada y que se la ha concretado en la forma propuesta -es decir, con la vitrificación-, se debe continuar necesariamente con un determinado tipo de repositorio. En otras palabras, existe una dependencia tal entre los distintos pasos que componen la gestión de residuos, que la gestión a largo plazo depende del tipo de residuo, de su composición, de la vida media de los radioisótopos, etcétera.
Lo que estaría ocurriendo en el caso que nos ocupa es que la Argentina habría tomado una decisión acerca del ciclo del combustible antes del año 2017. Para explicar mejor la cuestión, proyectaré una serie de transparencias.
Comienza la proyección de las transparencias.
SR. PEDACE Como podemos ver, el año en el que se tomaría la decisión es 2030. Ese momento, en el que habría que hacer una inversión bastante cara, es posterior a la decisión acerca del ciclo. El repositorio, por su parte, estaría abierto en el año 2045.
Este cronograma depende de la ley 25.018, ya que en ella se establece la posibilidad de revisar las fechas cada tres años. Es decir que se podrían extender hacia adelante indefinidamente con las capacidades técnicas que tenemos en la actualidad. En otras palabras, con las técnicas de que se dispone en estos momentos es posible mantener los elementos combustibles no sólo de los reactores de investigación sino también de los reactores de potencia por períodos de más de cincuenta años y probablemente de más de cien.
Como se podrá ver, la decisión de mantener este cronograma está dada por otros criterios; por ejemplo, el hecho de tener resuelto el problema dentro de una generación, u otro que aún no se ha explicitado.
A continuación podemos ver una copia de la primera versión del programa de gestión del año 1999. La decisión, en este caso, se adelantaría por lo menos quince años.
Ahora bien; si lo que se toma es una decisión política en el sentido expuesto por algunos señores diputados y también por INVAP y la CNEA -de que esto es un negocio y que resulta conveniente adelantar la decisión-, dentro de la misma década podríamos tener en funcionamiento una planta en Ezeiza para acondicionar elementos combustibles de terceros países.
La importancia de toda esta cuestión reside en que una vez efectuada la vitrificación, la decisión acerca del repositorio se torna irreversible. Esto es así porque con los elementos de que disponemos en la actualidad es técnicamente muy difícil pasar de un residuo vitrificado a una forma que pueda ser tratada para disminuir su vida media. Por ende, también resulta muy difícil cambiar el tipo de repositorio; por ejemplo, uno geológico profundo por otro que presenta requerimientos diferentes en términos de espacios temporales, de economía, de gestión administrativa, etcétera.
La consecuencia que trae en la práctica la decisión de importar residuos y gestionarlos de la manera en que se lo ha propuesto -es decir, mediante la vitrificación-, implica modificar algo que si bien fue sugerido todavía no ha sido analizado por los señores diputados: el plan de gestión de residuos.
En la página 17 del plan de gestión de residuos dice que los reactores de experimentación y producción de radioisótopos podrán o deberán continuar con la operación de depósito vía húmeda existente en el área de gestión Ezeiza y su posterior conversión a vía seca. Quiere decir que anteriormente a 1999 no se preveía su acondicionamiento. Esta es la propuesta de la CNEA. En el mismo material, pero en la página 16, la propuesta que envió el Poder Ejecutivo a la comisión, dice que hay alternativas que la comisión está estudiando como la de separar y convertir, permutar los mononucleídos en otros de períodos más corto o estable; esa separación permitiría reducir el radiotóxico y por tanto los requerimientos de repositorios biológicos. Esto quiere decir que los repositorios biológicos dependen de esa tecnología ya que sería menor el tiempo necesario para el decaimiento de la radioactividad allí depositada. También se explica lo que se hace en otros países como Francia, Japón, Estados Unidos, etcétera.
Si Argentina usara el acondicionamiento temprano y vitrificación temprana, perdería el interés de manera relativa en estas opciones tecnológicas que implicarían la reducción de la necesidad de repositorios geológicos o por lo menos su modificación en el sentido de hacerlos de menores requerimientos en tiempo y probablemente más económicos.
Este cronograma depende de la ley 25.018, ya que en ella se establece la posibilidad de revisar las fechas cada tres años. Es decir que se podrían extender hacia adelante indefinidamente con las capacidades técnicas que tenemos en la actualidad. En otras palabras, con las técnicas de que se dispone en estos momentos es posible mantener los elementos combustibles no sólo de los reactores de investigación sino también de los reactores de potencia por períodos de más de cincuenta años y probablemente de más de cien.
Como se podrá ver, la decisión de mantener este cronograma está dada por otros criterios; por ejemplo, el hecho de tener resuelto el problema dentro de una generación, u otro que aún no se ha explicitado.
A continuación podemos ver una copia de la primera versión del programa de gestión del año 1999. La decisión, en este caso, se adelantaría por lo menos quince años.
Ahora bien; si lo que se toma es una decisión política en el sentido expuesto por algunos señores diputados y también por INVAP y la CNEA -de que esto es un negocio y que resulta conveniente adelantar la decisión-, dentro de la misma década podríamos tener en funcionamiento una planta en Ezeiza para acondicionar elementos combustibles de terceros países.
La importancia de toda esta cuestión reside en que una vez efectuada la vitrificación, la decisión acerca del repositorio se torna irreversible. Esto es así porque con los elementos de que disponemos en la actualidad es técnicamente muy difícil pasar de un residuo vitrificado a una forma que pueda ser tratada para disminuir su vida media. Por ende, también resulta muy difícil cambiar el tipo de repositorio; por ejemplo, uno geológico profundo por otro que presenta requerimientos diferentes en términos de espacios temporales, de economía, de gestión administrativa, etcétera.
La consecuencia que trae en la práctica la decisión de importar residuos y gestionarlos de la manera en que se lo ha propuesto -es decir, mediante la vitrificación-, implica modificar algo que si bien fue sugerido todavía no ha sido analizado por los señores diputados: el plan de gestión de residuos.
En la página 17 del plan de gestión de residuos dice que los reactores de experimentación y producción de radioisótopos podrán o deberán continuar con la operación de depósito vía húmeda existente en el área de gestión Ezeiza y su posterior conversión a vía seca. Quiere decir que anteriormente a 1999 no se preveía su acondicionamiento. Esta es la propuesta de la CNEA. En el mismo material, pero en la página 16, la propuesta que envió el Poder Ejecutivo a la comisión, dice que hay alternativas que la comisión está estudiando como la de separar y convertir, permutar los mononucleídos en otros de períodos más corto o estable; esa separación permitiría reducir el radiotóxico y por tanto los requerimientos de repositorios biológicos. Esto quiere decir que los repositorios biológicos dependen de esa tecnología ya que sería menor el tiempo necesario para el decaimiento de la radioactividad allí depositada. También se explica lo que se hace en otros países como Francia, Japón, Estados Unidos, etcétera.
Si Argentina usara el acondicionamiento temprano y vitrificación temprana, perdería el interés de manera relativa en estas opciones tecnológicas que implicarían la reducción de la necesidad de repositorios geológicos o por lo menos su modificación en el sentido de hacerlos de menores requerimientos en tiempo y probablemente más económicos.
SR. STUBRIN Si me permite el señor diputado Giustiniani, quiero hacer una pregunta ya que luego no tendrá pertinencia.
Quiero preguntar si podría usted emitir juicio sobre los métodos. Si la Argentina tiene los tiempos que están en ese cronograma, olvidándonos de Australia, tenemos un problema en el país, el adelantamiento de estos tiempos desde el punto de vista de la salud se debe ver como algo positivo. ¿Vamos a tener menor riesgo ya que luego de tratados los residuos almacenados en las costas del Paraná, Embalse Río Tercero y Nahuel Huapi serán menos peligrosos? Nos puede hacer comentarios más puntuales sobre la vitrificación.
Quiero preguntar si podría usted emitir juicio sobre los métodos. Si la Argentina tiene los tiempos que están en ese cronograma, olvidándonos de Australia, tenemos un problema en el país, el adelantamiento de estos tiempos desde el punto de vista de la salud se debe ver como algo positivo. ¿Vamos a tener menor riesgo ya que luego de tratados los residuos almacenados en las costas del Paraná, Embalse Río Tercero y Nahuel Huapi serán menos peligrosos? Nos puede hacer comentarios más puntuales sobre la vitrificación.
SR. PEDACE La gestión actual en las centrales de potencia es aceptable en los términos de la tecnología nuclear disponible a nivel mundial.
Si es buena o mala como se dijo antes, es una decisión que se debió haber pensado anteriormente. Se puede mantener los residuos por períodos muy largos -en Atucha I en piletas y en Embalse en silos en seco- de más de 50 años. En la propuesta de la CNEA las de Atucha pasarían a silos como ocurre en Embalse y habría otros 50 años.
Lo que solicita el señor diputado es que compare esos riesgos asociados a los de la vitrificación. En realidad, uno puede decir que la vitrificación establece un elemento más estable, pero introduce un nuevo riesgo. Todo nuevo paso que se agrega produce un riesgo, y más aún cuando existe transporte. El riesgo ya existe. Si me pregunta si los silos y las piletas están bien gestionados, debo contestar que sí, que considero que están bien gestionados porque pueden seguir así por largo tiempo, hasta que exista una solución que tenga los requerimientos ingenieriles, no sólo de los grupos no guberamentales ambientalistas. Cualquier ingeniero cuando se recibe sabe que el óptimo está en reducir los riesgos.
Tenemos una propuesta que implica gestiones por cientos o miles de años. La vitrificación introduce una dificultad ulterior para el tratamiento de estas cuestiones. Me refiero a los reactores incineradores. Quizás en el futuro encontraremos alguna dificultad en el caso de que algún reactor -en el quemado de estos residuos radiactivos- logre reducirle la vida media.
Dado que estamos frente al hecho de que la inseguridad no se mide para esta generación sino para miles de generaciones, considero que no sería adecuado tomar una decisión en estos momentos. Sería buen negocio tomar esa decisión cuando tengamos la mejor tecnología disponible.
Obviamente, existen muchos países que se toman el trabajo de realizar una investigación en forma alternativa tendiente a reducir el tiempo, o sea, la transmutación o separación. Debemos llegar al momento óptimo y para que eso sea así considero que la vitrificación no añade seguridad. Los tiempos que tenemos en consideración son muy buenos.
Existe otro tema relacionado con los ataques terroristas. Creo que ese problema siempre va a surgir.
Si es buena o mala como se dijo antes, es una decisión que se debió haber pensado anteriormente. Se puede mantener los residuos por períodos muy largos -en Atucha I en piletas y en Embalse en silos en seco- de más de 50 años. En la propuesta de la CNEA las de Atucha pasarían a silos como ocurre en Embalse y habría otros 50 años.
Lo que solicita el señor diputado es que compare esos riesgos asociados a los de la vitrificación. En realidad, uno puede decir que la vitrificación establece un elemento más estable, pero introduce un nuevo riesgo. Todo nuevo paso que se agrega produce un riesgo, y más aún cuando existe transporte. El riesgo ya existe. Si me pregunta si los silos y las piletas están bien gestionados, debo contestar que sí, que considero que están bien gestionados porque pueden seguir así por largo tiempo, hasta que exista una solución que tenga los requerimientos ingenieriles, no sólo de los grupos no guberamentales ambientalistas. Cualquier ingeniero cuando se recibe sabe que el óptimo está en reducir los riesgos.
Tenemos una propuesta que implica gestiones por cientos o miles de años. La vitrificación introduce una dificultad ulterior para el tratamiento de estas cuestiones. Me refiero a los reactores incineradores. Quizás en el futuro encontraremos alguna dificultad en el caso de que algún reactor -en el quemado de estos residuos radiactivos- logre reducirle la vida media.
Dado que estamos frente al hecho de que la inseguridad no se mide para esta generación sino para miles de generaciones, considero que no sería adecuado tomar una decisión en estos momentos. Sería buen negocio tomar esa decisión cuando tengamos la mejor tecnología disponible.
Obviamente, existen muchos países que se toman el trabajo de realizar una investigación en forma alternativa tendiente a reducir el tiempo, o sea, la transmutación o separación. Debemos llegar al momento óptimo y para que eso sea así considero que la vitrificación no añade seguridad. Los tiempos que tenemos en consideración son muy buenos.
Existe otro tema relacionado con los ataques terroristas. Creo que ese problema siempre va a surgir.
SR. STUBRIN Eso no cambia.
SR. PEDACE Aumenta con el transporte. Estos riesgos son, en gran medida, cualitativos. Uno no puede llevar adelante una estadística respecto de los ataques terroristas.
SR. CORCUERA Argentina eliminó la excepción. Dentro de la comisión se comenzó a analizar la transmutación, es decir, el bombardeo de partículas radiactivas. Se trataba de un estudio que estaba en Francia e Inglaterra y del cual se desprende que los desarrollos todavía están muy lentos.
Lamentablemente, Argentina optó por eliminar ese laboratorio y por eso en este momento no tenemos esa opción. A través de esto se están tomando decisiones respecto de qué forma se puede avanzar o no en relación a cómo tratar estos residuos.
Lamentablemente, Argentina optó por eliminar ese laboratorio y por eso en este momento no tenemos esa opción. A través de esto se están tomando decisiones respecto de qué forma se puede avanzar o no en relación a cómo tratar estos residuos.
SR. MONTENEGRO Es importante que no comencemos a ver una especie de cuento de hadas. Quiero decir que no empecemos a hablar sobre mecanismos de transmutación que en estos momentos no son viables. Creo que es irresponsable hablar en estos momentos acerca de lo que podría ser. Considero que el acuerdo podría llegar a firmarse hoy y no hay tecnología operativa que vaya más allá de lo que conocemos. Lo único que conocemos son los acuerdos que ha firmado el INVAP con ANSTO y aquellos que figuran en el propio acuerdo.
En la Argentina no existe una buena gestión de residuos radiactivos. En realidad, en Ezeiza es pésima. Creemos que cuando logremos tener los recursos suficientes para hacer los análisis, eso va a quedar demostrado.
Cabe destacar que los residuos que lleguen a nuestro país procedentes de Australia representarán, sí o sí, un riesgo de más de mil siglos. No existe tecnología en nuestro país para ese tipo de combustible. O sea, estamos firmando un acuerdo para un segundo cuento de hadas.
Estamos inmersos en una especie de cuento de hadas donde los ciudadanos somos tontos útiles y los cuerpos legislativos nunca tienen tiempo para analizar estas cuestiones. Así, nos están metiendo en un berenjenal. Si a los residuos se los golpea, enfría o calienta creemos que la vida media de 300 ó 400 radioisótopos responde a ciertas leyes físicas que en este momento no se pueden cambiar.
Por lo tanto, ustedes están al frente de un acuerdo en el que se está estableciendo una política, entre comillas, para mil siglos. Y en este caso no hay tecnología de cuento de hadas que valga. Lo real es que se trata de basura radioactiva, que no tenemos ningún método distinto y conocido para abordarla y que la Argentina no desarrolló ni siquiera el método para tratar los residuos que van a venir. Es importante tener eso en claro.
En la Argentina no existe una buena gestión de residuos radiactivos. En realidad, en Ezeiza es pésima. Creemos que cuando logremos tener los recursos suficientes para hacer los análisis, eso va a quedar demostrado.
Cabe destacar que los residuos que lleguen a nuestro país procedentes de Australia representarán, sí o sí, un riesgo de más de mil siglos. No existe tecnología en nuestro país para ese tipo de combustible. O sea, estamos firmando un acuerdo para un segundo cuento de hadas.
Estamos inmersos en una especie de cuento de hadas donde los ciudadanos somos tontos útiles y los cuerpos legislativos nunca tienen tiempo para analizar estas cuestiones. Así, nos están metiendo en un berenjenal. Si a los residuos se los golpea, enfría o calienta creemos que la vida media de 300 ó 400 radioisótopos responde a ciertas leyes físicas que en este momento no se pueden cambiar.
Por lo tanto, ustedes están al frente de un acuerdo en el que se está estableciendo una política, entre comillas, para mil siglos. Y en este caso no hay tecnología de cuento de hadas que valga. Lo real es que se trata de basura radioactiva, que no tenemos ningún método distinto y conocido para abordarla y que la Argentina no desarrolló ni siquiera el método para tratar los residuos que van a venir. Es importante tener eso en claro.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Tiene la palabra el señor Juan Carlos Villalonga, de Greenpeace Argentina.
SR. VILLALONGA Señor presidente: quiero efectuar un comentario respecto del último tema. Lo que el cuadro anterior mostraba era uno de los impactos que tiene este acuerdo sobre la política doméstica nuclear. Es decir, trastroca absolutamente las decisiones y los tiempos en materia de gestión de residuos nucleares no agregando seguridad, sino sumando riesgos y actividades que como bien se ha dicho añaden situaciones de compromiso que no estaba previsto adoptar en el corto plazo.
Quiero referirme a un aspecto bastante puntual que ha sido objeto de una consulta recurrente por parte de muchos legisladores y asesores y que tiene que ver con el modo en que se interpreta la Constitución Nacional. Hoy se hizo referencia al tema de la constitucionalidad. Ustedes saben que nuestra posición es considerar este acuerdo como absolutamente inconstitucional. Pero aparece una interpretación de nuestra Carta Magna que dice que el ingreso de este material no estaría violando sus disposiciones porque lo que ingresa no sería materia de la prohibición, ya que no se trataría de residuos nucleares.
Quiero referirme brevemente a esto mostrando la documentación que surge de los propios organismos nucleares, tanto nacionales como internacionales, que demuestra que esto no es así. En primer término, la distinción entre el combustible nuclear gastado y los residuos nucleares es prácticamente imposible desde el punto de vista técnico-descriptivo, más aún si ese combustible nuclear gastado no va a ser sometido a un trabajo de reprocesamiento -eso es, por lo menos, lo que se ha dicho hasta ahora en el marco de lo que ha propuesto el INVAP a Australia-, es decir, a una extracción de material útil. En el caso de que hubiera un reprocesamiento la polémica continuaría porque los residuos nucleares efectivamente estarían ahí, e incluso en el propio combustible nuclear cuando ingresa al país.
Para el caso específico quiero mostrar, por ejemplo, un documento de la CONEA que todos pueden leer en el propio site de ese organismo. Es un documento al que podríamos calificar como de divulgación y que hace una descripción bastante extensa de lo que es la energía nucleoeléctrica. Y cuando describe el tema de los residuos nucleares y hace la distinción entre los de alta, media y baja actividad claramente dice que los de alta actividad están compuestos principalmente por los combustibles nucleares irradiados. Y esto es así en cualquier literatura de carácter técnico sobre la que uno investigue o averigue.
Cuando se habla en términos generales del problema de los residuos nucleares a nivel internacional, de su volumen y de la controversia que esto genera claramente se está haciendo referencia al volumen de combustible nuclear gastado. No estamos hablando de guantes contaminados o de tanques en desuso, sino de combustible nuclear gastado. Digo esto para marcar una aproximación al tema desde el punto de vista técnico. Pero además la Argentina ya ha legislado sobre esta materia, y la distinción en cuanto a qué es un residuo radioactivo desde el punto de vista legal y de los organismos de regulación es muy importante, porque cuando uno define con exactitud qué es un residuo radioactivo define también un mecanismo administrativo acerca de quién se hace cargo de esa gestión de residuos y quién invierte dinero para hacer esa tarea.
Por eso la ley 25.018, que ya fue mencionada y que establece el régimen de gestión de residuos radioactivos que tiene la Argentina, determina en su artículo 3° una definición muy clara, precisa y restrictiva de dichos residuos, que comprende a los combustibles nucleares irradiados en la Argentina. Allí se establece claramente; "Todo material -por supuesto que en cualquiera de sus formas, es decir, gaseosa, líquida o sólida- que tenga elementos reactivos que no sean susceptibles de ser liberados al medio ambiente para los cuales no se provean usos inmediatos posteriores en la misma instalación."
Resulta claro que son susceptibles de esta definición los combustibles nucleares gastados.
Luego, en su artículo 8°, la ley 25.018 se refiere claramente a la transferencia de los residuos radiactivos a la CNEA; es decir que se relaciona con lo que dije antes acerca de la gestión administrativa de los residuos nucleares. El mencionado artículo comienza así: "La transferencia a la Comisión Nacional de Energía Atómica de los residuos radiactivos, en particular los elementos combustibles irradiados..." Como podemos ver, está claramente explicitado que para la Argentina los combustibles irradiados son una clase particular de residuos radiactivos.
Esto es, en suma, lo que tenemos en materia técnica, legislativa y regulatoria.
Por otra parte quiero señalar que ha comenzado a hablarse de una convención, cuyo nombre es bastante largo -Convención Conjunta sobre la Seguridad en la Gestión de los Combustibles Gastados y sobre la Seguridad en la Gestión de los Desechos Radiactivos-, que en la jerga diplomática es conocida como una convención de incentivos, ya que no establece ningún tipo de obligación a las partes. Esta convención, firmada en 1997, fija pautas para mejorar progresivamente el manejo de los residuos radiactivos a nivel internacional y tiene una sola disposición que podríamos considerar obligatoria: cada país debe presentar periódicamente un informe acerca de su política nacional de gestión de residuos para que, en todo caso, técnicos de otros países la revisen y aporten sugerencias tendientes a mejorarla. Fuera de esto, la convención no incluye ninguna pauta que deba ser cumplida por los países intervinientes.
Tampoco observamos que exista obligatoriedad en las definiciones contenidas en la convención. Entonces, citarlas como si fueran de carácter obligatorio es un error.
Por otro lado, la citada convención contiene dos disposiciones muy importantes que podrían ser aplicadas al caso que nos ocupa. Primero, en uno de sus considerandos respeta el derecho de los Estados de prohibir el ingreso de residuos radiactivos a sus territorios. O sea que la convención es respetuosa de la prohibición existente en la Argentina. Segundo, en el apartado referido a los desechos radiactivos utiliza una definición bastante similar a la de nuestra legislación nacional, ya que dice que está en la potestad de cada parte definir qué se entiende por desechos radiactivos. Como es sabido, los desechos radiactivos son materiales con las características que ya señalé, para los que no hay previsto un uso ulterior y que el órgano regulatorio controla como tales según el marco legislativo de cada una de las partes involucradas. En este caso, ese marco legislativo está dado por la ley 25.018.
A continuación me gustaría hacer algunos comentarios acerca de cómo ve esta cuestión la Agencia Internacional de Energía Atómica. El ingeniero Abel González, un argentino que ha sido colega de la gente de la CNEA y hoy pertenece a la Agencia Internacional de Energía Atómica, ha ratificado claramente la idea de que la definición de desecho radiactivo es competencia de cada parte. Obviamente lo hace sobre la base de una explicación técnica, ya que dice que mientras los combustibles gastados no vayan a un proceso de reprocesamiento deben ser considerados desechos radiactivos.
Si visitamos la página que tiene la Agencia Internacional de Energía Atómica en Internet nos encontraremos con un glosario que no contiene definiciones taxativas para ninguno de los conceptos pero que sí abre una gama de posibilidades. Por ejemplo, cuando define qué es un desecho de alto nivel de radiactividad dice con total claridad que el combustible gastado es un desecho de alto nivel de radiactividad en la medida que así sea declarado por las partes. Esto es muy importante, ya que tiene que ver con la forma en que podrá impactar este acuerdo en la política nacional.
Hace unos instantes, el señor Roque Pedace se refirió al plan de gestión de residuos radiactivos aprobado el 16 de noviembre de 1999 por el directorio de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Este plan nunca llegó a ser considerado por el Congreso porque se trabó el envío del Poder Ejecutivo; de todas maneras, existe como documento aprobado por la CNEA.
Allí emerge un plan de gestión no contaminado por el contrato de INVAP. En este plan de gestión hay un respeto por la ley nacional. Incluso se abren todas las posibilidades a futuro en cuanto a gestión de combustible irradiado y la CNEA lo dice claramente. En el caso que el combustible no fuera a reprocesamiento es considerado un residuo. En el nuevo plan de gestión de residuos radiactivos -que seguramente van a recibir en los próximos meses- esto cambia abruptamente. De hecho ya podemos notar cómo cambia la definición de la CNEA para dar fuerza a la existencia del contrato con Australia. Es un documento emitido este año y no hay posibilidad de confundir un combustible irradiado con un radiactivo. Tanto en el plan de gestión de 1999 como en este documento se dice que se tienen en cuenta la letra de la Convención Conjunta. Esta al principio no impedía considerar un combustible irradiado como residuo, pero ahora sí lo hace. Esto no es un simple juego de definiciones sino la trampa que se quiere establecer para evadir la Constitución. Más allá de esto, el tema tiene todas las implicancias que se mencionaron y por supuesto impacta en la política nuclear doméstica.
La Comisión de Relaciones Exteriores y Culto también debería analizar con sumo cuidado y detalle que esto modifica la inserción de la Argentina en materia de gestión de residuos nucleares a nivel internacional. Esto rompe inmediatamente la posición que Argentina sostuvo en la década del 90 conjuntamente con Brasil, Uruguay y Chile de oponerse al transporte nuclear marítimo en el Atlántico Sur. Hay una cantidad de documentación firmada por los cancilleres de los cuatro países que se oponían al transporte de materiales altamente radiactivos en el Atlántico sur, en particular en el Cabo de Hornos. Esto se ha repetido sistemáticamente en los años en que ha habido episodios de este tipo, básicamente en el 1995 y 2001 cuando se dio el paso del Pacific Swam. De esta manera la Argentina deja de oponerse al transporte de estos residuos vía marítima. Nuestro país pasa a considerar razonable este tipo de transporte, convirtiéndonos en socio de Francia, Inglaterra y Japón de esta aventura que está siendo resistida por la comunidad internacional. Es un tema sumamente delicado para las relaciones internacionales en la región y con el resto de América latina ya que los países del Caribe se oponen al uso del Canal de Panamá para transporte de este material.
Quiero referirme a un aspecto bastante puntual que ha sido objeto de una consulta recurrente por parte de muchos legisladores y asesores y que tiene que ver con el modo en que se interpreta la Constitución Nacional. Hoy se hizo referencia al tema de la constitucionalidad. Ustedes saben que nuestra posición es considerar este acuerdo como absolutamente inconstitucional. Pero aparece una interpretación de nuestra Carta Magna que dice que el ingreso de este material no estaría violando sus disposiciones porque lo que ingresa no sería materia de la prohibición, ya que no se trataría de residuos nucleares.
Quiero referirme brevemente a esto mostrando la documentación que surge de los propios organismos nucleares, tanto nacionales como internacionales, que demuestra que esto no es así. En primer término, la distinción entre el combustible nuclear gastado y los residuos nucleares es prácticamente imposible desde el punto de vista técnico-descriptivo, más aún si ese combustible nuclear gastado no va a ser sometido a un trabajo de reprocesamiento -eso es, por lo menos, lo que se ha dicho hasta ahora en el marco de lo que ha propuesto el INVAP a Australia-, es decir, a una extracción de material útil. En el caso de que hubiera un reprocesamiento la polémica continuaría porque los residuos nucleares efectivamente estarían ahí, e incluso en el propio combustible nuclear cuando ingresa al país.
Para el caso específico quiero mostrar, por ejemplo, un documento de la CONEA que todos pueden leer en el propio site de ese organismo. Es un documento al que podríamos calificar como de divulgación y que hace una descripción bastante extensa de lo que es la energía nucleoeléctrica. Y cuando describe el tema de los residuos nucleares y hace la distinción entre los de alta, media y baja actividad claramente dice que los de alta actividad están compuestos principalmente por los combustibles nucleares irradiados. Y esto es así en cualquier literatura de carácter técnico sobre la que uno investigue o averigue.
Cuando se habla en términos generales del problema de los residuos nucleares a nivel internacional, de su volumen y de la controversia que esto genera claramente se está haciendo referencia al volumen de combustible nuclear gastado. No estamos hablando de guantes contaminados o de tanques en desuso, sino de combustible nuclear gastado. Digo esto para marcar una aproximación al tema desde el punto de vista técnico. Pero además la Argentina ya ha legislado sobre esta materia, y la distinción en cuanto a qué es un residuo radioactivo desde el punto de vista legal y de los organismos de regulación es muy importante, porque cuando uno define con exactitud qué es un residuo radioactivo define también un mecanismo administrativo acerca de quién se hace cargo de esa gestión de residuos y quién invierte dinero para hacer esa tarea.
Por eso la ley 25.018, que ya fue mencionada y que establece el régimen de gestión de residuos radioactivos que tiene la Argentina, determina en su artículo 3° una definición muy clara, precisa y restrictiva de dichos residuos, que comprende a los combustibles nucleares irradiados en la Argentina. Allí se establece claramente; "Todo material -por supuesto que en cualquiera de sus formas, es decir, gaseosa, líquida o sólida- que tenga elementos reactivos que no sean susceptibles de ser liberados al medio ambiente para los cuales no se provean usos inmediatos posteriores en la misma instalación."
Resulta claro que son susceptibles de esta definición los combustibles nucleares gastados.
Luego, en su artículo 8°, la ley 25.018 se refiere claramente a la transferencia de los residuos radiactivos a la CNEA; es decir que se relaciona con lo que dije antes acerca de la gestión administrativa de los residuos nucleares. El mencionado artículo comienza así: "La transferencia a la Comisión Nacional de Energía Atómica de los residuos radiactivos, en particular los elementos combustibles irradiados..." Como podemos ver, está claramente explicitado que para la Argentina los combustibles irradiados son una clase particular de residuos radiactivos.
Esto es, en suma, lo que tenemos en materia técnica, legislativa y regulatoria.
Por otra parte quiero señalar que ha comenzado a hablarse de una convención, cuyo nombre es bastante largo -Convención Conjunta sobre la Seguridad en la Gestión de los Combustibles Gastados y sobre la Seguridad en la Gestión de los Desechos Radiactivos-, que en la jerga diplomática es conocida como una convención de incentivos, ya que no establece ningún tipo de obligación a las partes. Esta convención, firmada en 1997, fija pautas para mejorar progresivamente el manejo de los residuos radiactivos a nivel internacional y tiene una sola disposición que podríamos considerar obligatoria: cada país debe presentar periódicamente un informe acerca de su política nacional de gestión de residuos para que, en todo caso, técnicos de otros países la revisen y aporten sugerencias tendientes a mejorarla. Fuera de esto, la convención no incluye ninguna pauta que deba ser cumplida por los países intervinientes.
Tampoco observamos que exista obligatoriedad en las definiciones contenidas en la convención. Entonces, citarlas como si fueran de carácter obligatorio es un error.
Por otro lado, la citada convención contiene dos disposiciones muy importantes que podrían ser aplicadas al caso que nos ocupa. Primero, en uno de sus considerandos respeta el derecho de los Estados de prohibir el ingreso de residuos radiactivos a sus territorios. O sea que la convención es respetuosa de la prohibición existente en la Argentina. Segundo, en el apartado referido a los desechos radiactivos utiliza una definición bastante similar a la de nuestra legislación nacional, ya que dice que está en la potestad de cada parte definir qué se entiende por desechos radiactivos. Como es sabido, los desechos radiactivos son materiales con las características que ya señalé, para los que no hay previsto un uso ulterior y que el órgano regulatorio controla como tales según el marco legislativo de cada una de las partes involucradas. En este caso, ese marco legislativo está dado por la ley 25.018.
A continuación me gustaría hacer algunos comentarios acerca de cómo ve esta cuestión la Agencia Internacional de Energía Atómica. El ingeniero Abel González, un argentino que ha sido colega de la gente de la CNEA y hoy pertenece a la Agencia Internacional de Energía Atómica, ha ratificado claramente la idea de que la definición de desecho radiactivo es competencia de cada parte. Obviamente lo hace sobre la base de una explicación técnica, ya que dice que mientras los combustibles gastados no vayan a un proceso de reprocesamiento deben ser considerados desechos radiactivos.
Si visitamos la página que tiene la Agencia Internacional de Energía Atómica en Internet nos encontraremos con un glosario que no contiene definiciones taxativas para ninguno de los conceptos pero que sí abre una gama de posibilidades. Por ejemplo, cuando define qué es un desecho de alto nivel de radiactividad dice con total claridad que el combustible gastado es un desecho de alto nivel de radiactividad en la medida que así sea declarado por las partes. Esto es muy importante, ya que tiene que ver con la forma en que podrá impactar este acuerdo en la política nacional.
Hace unos instantes, el señor Roque Pedace se refirió al plan de gestión de residuos radiactivos aprobado el 16 de noviembre de 1999 por el directorio de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Este plan nunca llegó a ser considerado por el Congreso porque se trabó el envío del Poder Ejecutivo; de todas maneras, existe como documento aprobado por la CNEA.
Allí emerge un plan de gestión no contaminado por el contrato de INVAP. En este plan de gestión hay un respeto por la ley nacional. Incluso se abren todas las posibilidades a futuro en cuanto a gestión de combustible irradiado y la CNEA lo dice claramente. En el caso que el combustible no fuera a reprocesamiento es considerado un residuo. En el nuevo plan de gestión de residuos radiactivos -que seguramente van a recibir en los próximos meses- esto cambia abruptamente. De hecho ya podemos notar cómo cambia la definición de la CNEA para dar fuerza a la existencia del contrato con Australia. Es un documento emitido este año y no hay posibilidad de confundir un combustible irradiado con un radiactivo. Tanto en el plan de gestión de 1999 como en este documento se dice que se tienen en cuenta la letra de la Convención Conjunta. Esta al principio no impedía considerar un combustible irradiado como residuo, pero ahora sí lo hace. Esto no es un simple juego de definiciones sino la trampa que se quiere establecer para evadir la Constitución. Más allá de esto, el tema tiene todas las implicancias que se mencionaron y por supuesto impacta en la política nuclear doméstica.
La Comisión de Relaciones Exteriores y Culto también debería analizar con sumo cuidado y detalle que esto modifica la inserción de la Argentina en materia de gestión de residuos nucleares a nivel internacional. Esto rompe inmediatamente la posición que Argentina sostuvo en la década del 90 conjuntamente con Brasil, Uruguay y Chile de oponerse al transporte nuclear marítimo en el Atlántico Sur. Hay una cantidad de documentación firmada por los cancilleres de los cuatro países que se oponían al transporte de materiales altamente radiactivos en el Atlántico sur, en particular en el Cabo de Hornos. Esto se ha repetido sistemáticamente en los años en que ha habido episodios de este tipo, básicamente en el 1995 y 2001 cuando se dio el paso del Pacific Swam. De esta manera la Argentina deja de oponerse al transporte de estos residuos vía marítima. Nuestro país pasa a considerar razonable este tipo de transporte, convirtiéndonos en socio de Francia, Inglaterra y Japón de esta aventura que está siendo resistida por la comunidad internacional. Es un tema sumamente delicado para las relaciones internacionales en la región y con el resto de América latina ya que los países del Caribe se oponen al uso del Canal de Panamá para transporte de este material.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Tiene la palabra el señor Nunciata.
SR. NUNCIATA Soy presidente de una organización socio ambiental no gubernamental llamada PRODELTA. Nuestra localización es en el Delta.
El jueves pasado fuimos invitados para lo que creímos era una audiencia pública que se postergó. Nos volvieron a invitar para el día de hoy. Una vez que llegamos al Congreso, a pesar de que somos conocedores de la geografía, tardamos casi 45 minutos en llegar al recinto porque nadie estaba informado de esta reunión. Fuimos al Palacio ya que originalmente se iba a realizar este encuentro en el Salón de Conferencias, pero no se conocía. Luego nos enviaron hasta cualquier otro salón. Deambulamos por los pasillos hasta que un señor muy amablemente nos trajo hasta aquí. Pareciera que es mejor que no participen muchas organizaciones. También lamento muchísimo que haya tenido que anunciarme en un listado en el que había sido invitado oficialmente, ya que se me dijo que esa invitación era para una audiencia pública que tampoco se produjo.
Toda la política que se viene planteando en la Argentina es la política de los hechos consumados. Quiero ser solidario con la emoción que tiene Raúl Montenegro, que actúa desde una soledad prácticamente espantosa. Concuerdo con él en lo que dijo respecto a buena parte de la gente que tiene intereses en el país. Traigo un antecedente que tiene que ver con una oposición que se ha hecho a que hubiera en Gastre un repositorio nuclear.
El texto expresa lo siguiente: "El apuro no hace sino confirmar que el basurero nuclear en Chubut es un proyecto donde se mezclan minoritarios intereses nacionales delirantes e internacionales siniestros. El Poder Legislativo Nacional sancionó la ley 23.387 y dio media sanción a un proyecto aprobado por la Cámara de Diputados el 28 de septiembre de 1988 donde se contemplaría la gestión y eliminación de desechos radiactivos provenientes de China Popular y de Australia".
Esto demuestra, no en vano, la crisis institucional en la que estamos inmersos todos los argentinos. Quiero felicitar a los invitados por el altísimo nivel en lo que se refiere a sus expresiones en este recinto. Yo no soy un científico que pueda contradecir los dichos de la Comisión Nacional de Energía Atómica.
Somos una entidad ambientalista muy preocupada por esta especie de discontinuidad, además de estar corridos por la urgencia de nuestros gobiernos. Tengo un profundo conocimiento acerca del tema de los desechos nucleares pero les voy a comentar por qué uno se opone a determinadas cuestiones. Me refiero a la discontinuidad que se expresa en todas las políticas, más aún en estos días.
¿Cómo podremos confiar en una política de largo aliento donde se habla de aquí a muchos años en lo que respecta a una determinada estabilidad y a la toma de decisiones? Esto no lo puedo creer. Y lo digo porque me protege la ley y para eso está la Constitución Nacional y la Constitución provincial. Incluso, en las leyes orgánicas de los municipios figura un párrafo que se refiere al traslado y depósito de materiales radiactivos y peligrosos.
Estamos frente a un atropello a nuestra propia Carta Magna, a la ley máxima de nuestro país. Yo hablo por mis derechos ya adquiridos.
Nuestra organización se ha expresado en forma reiterada respecto de la contaminación de uno de los ríos más importantes de la Argentina, es decir, el río Reconquista. Existía un proyecto llamado UNIREC que prometía el saneamiento de dicho río. El Japan Bank aportó cerca de 400 millones de pesos junto al BID y a la provincia de Buenos Aires. Lamentablemente, eso quedó inconcluso. Me refiero a las cuatro plantas de saneamiento. De esa forma la contaminación se dispersó rápidamente. Nadie se hizo cargo de eso.
En el mes de octubre se llevó a cabo una campaña, a través de UNIREC, que fuera promocionada por quien es hoy el presidente de la Nación, para obtener un cargo como senador.
Es decir, si somos vulnerables en aspectos mucho menos peligrosos que la energía atómica, calculen ustedes la desconfianza terrible que puedo tener frente a una política que todavía no se ha discutido. Concretamente, no se ha discutido cuál es la energía que queremos los argentinos.
Argentina conserva recursos naturales que muchos ambicionan tener en otros países. Sin embargo, todos fuimos testigos de que, con el pretexto de ayudarnos, nos enviaron containers llenos de basura hospitalaria proveniente de los Estados Unidos. Y esto no es la primera vez que sucede porque en este mismo Parlamento estuve reunido con la Asamblea Ecológica Permanente de los años 90 y 91 que finalizó cuando se importaron basuras de barrido desde Francia y Alemania. En esa ocasión tuvimos la visita de un agregado comercial alemán muy disgustado con nosotros diciéndonos que ellos eran líderes mundiales en el tema de saneamiento ambiental. Nosotros le dijimos: "Ustedes son líderes en saneamiento ambiental porque antes lo hicieron bolsa".
Nosotros tenemos energías alternativas y esto debe debatirse dentro del marco de la futura política energética del país. Me refiero a la posibilidad de incluir energías alternativas que otros países no tienen. Simplemente, podemos mencionar la energía eólica. Si la
ley llega tarde no vamos a tener territorio donde colocar los molinos.
En todo caso creo que nos debemos un debate acerca de qué tipo de energía o qué combinación de energía queremos para nuestro país.
Pido que se actúe, más que por el conocimiento, por el sentido común. Australia, que es un país más adelantado que el nuestro, no quiere. Nosotros aceptamos que aquí se venda tecnología, como por ejemplo un reactor nuclear a Australia, pero lo que no queremos es que venga lo que resulta del aprovechamiento de esa energía. Es decir que no estamos en contra de nuestros técnicos, sino en favor de que no nos manden la basura; ya tenemos bastante con lo que vamos a tener que tratar aquí.
Por lo tanto, ¿qué nos dice el sentido común? Si los australianos no lo quieren hacer -porque ellos podrían tener tecnología-, ¿por qué deberíamos hacerlo nosotros? Y esto ya sucedió con los barros franceses y con la porquería que nos mandaron de Alemania. Esa basura vino de Alemania bajo el rótulo de "materia prima reciclable". ¿Si es reciclable, ¿por qué no la reciclan ellos?
De manera tal que lo que creo que debemos hacer es escuchar un poco más. Digo esto como el último paso que tal vez les queda a nuestros representantes dentro de esta crisis institucional. Toda esta gente que está aquí está muy capacitada; quizás durante 20 años estuvo trayendo proyectos a distintas comisiones de este Congreso para proyectar algunas cosas que, dadas las sentencias, nunca escucharon. Por favor, esta es la gente que de alguna manera va a tener que ir reemplazando a esta dirigencia.
El jueves pasado fuimos invitados para lo que creímos era una audiencia pública que se postergó. Nos volvieron a invitar para el día de hoy. Una vez que llegamos al Congreso, a pesar de que somos conocedores de la geografía, tardamos casi 45 minutos en llegar al recinto porque nadie estaba informado de esta reunión. Fuimos al Palacio ya que originalmente se iba a realizar este encuentro en el Salón de Conferencias, pero no se conocía. Luego nos enviaron hasta cualquier otro salón. Deambulamos por los pasillos hasta que un señor muy amablemente nos trajo hasta aquí. Pareciera que es mejor que no participen muchas organizaciones. También lamento muchísimo que haya tenido que anunciarme en un listado en el que había sido invitado oficialmente, ya que se me dijo que esa invitación era para una audiencia pública que tampoco se produjo.
Toda la política que se viene planteando en la Argentina es la política de los hechos consumados. Quiero ser solidario con la emoción que tiene Raúl Montenegro, que actúa desde una soledad prácticamente espantosa. Concuerdo con él en lo que dijo respecto a buena parte de la gente que tiene intereses en el país. Traigo un antecedente que tiene que ver con una oposición que se ha hecho a que hubiera en Gastre un repositorio nuclear.
El texto expresa lo siguiente: "El apuro no hace sino confirmar que el basurero nuclear en Chubut es un proyecto donde se mezclan minoritarios intereses nacionales delirantes e internacionales siniestros. El Poder Legislativo Nacional sancionó la ley 23.387 y dio media sanción a un proyecto aprobado por la Cámara de Diputados el 28 de septiembre de 1988 donde se contemplaría la gestión y eliminación de desechos radiactivos provenientes de China Popular y de Australia".
Esto demuestra, no en vano, la crisis institucional en la que estamos inmersos todos los argentinos. Quiero felicitar a los invitados por el altísimo nivel en lo que se refiere a sus expresiones en este recinto. Yo no soy un científico que pueda contradecir los dichos de la Comisión Nacional de Energía Atómica.
Somos una entidad ambientalista muy preocupada por esta especie de discontinuidad, además de estar corridos por la urgencia de nuestros gobiernos. Tengo un profundo conocimiento acerca del tema de los desechos nucleares pero les voy a comentar por qué uno se opone a determinadas cuestiones. Me refiero a la discontinuidad que se expresa en todas las políticas, más aún en estos días.
¿Cómo podremos confiar en una política de largo aliento donde se habla de aquí a muchos años en lo que respecta a una determinada estabilidad y a la toma de decisiones? Esto no lo puedo creer. Y lo digo porque me protege la ley y para eso está la Constitución Nacional y la Constitución provincial. Incluso, en las leyes orgánicas de los municipios figura un párrafo que se refiere al traslado y depósito de materiales radiactivos y peligrosos.
Estamos frente a un atropello a nuestra propia Carta Magna, a la ley máxima de nuestro país. Yo hablo por mis derechos ya adquiridos.
Nuestra organización se ha expresado en forma reiterada respecto de la contaminación de uno de los ríos más importantes de la Argentina, es decir, el río Reconquista. Existía un proyecto llamado UNIREC que prometía el saneamiento de dicho río. El Japan Bank aportó cerca de 400 millones de pesos junto al BID y a la provincia de Buenos Aires. Lamentablemente, eso quedó inconcluso. Me refiero a las cuatro plantas de saneamiento. De esa forma la contaminación se dispersó rápidamente. Nadie se hizo cargo de eso.
En el mes de octubre se llevó a cabo una campaña, a través de UNIREC, que fuera promocionada por quien es hoy el presidente de la Nación, para obtener un cargo como senador.
Es decir, si somos vulnerables en aspectos mucho menos peligrosos que la energía atómica, calculen ustedes la desconfianza terrible que puedo tener frente a una política que todavía no se ha discutido. Concretamente, no se ha discutido cuál es la energía que queremos los argentinos.
Argentina conserva recursos naturales que muchos ambicionan tener en otros países. Sin embargo, todos fuimos testigos de que, con el pretexto de ayudarnos, nos enviaron containers llenos de basura hospitalaria proveniente de los Estados Unidos. Y esto no es la primera vez que sucede porque en este mismo Parlamento estuve reunido con la Asamblea Ecológica Permanente de los años 90 y 91 que finalizó cuando se importaron basuras de barrido desde Francia y Alemania. En esa ocasión tuvimos la visita de un agregado comercial alemán muy disgustado con nosotros diciéndonos que ellos eran líderes mundiales en el tema de saneamiento ambiental. Nosotros le dijimos: "Ustedes son líderes en saneamiento ambiental porque antes lo hicieron bolsa".
Nosotros tenemos energías alternativas y esto debe debatirse dentro del marco de la futura política energética del país. Me refiero a la posibilidad de incluir energías alternativas que otros países no tienen. Simplemente, podemos mencionar la energía eólica. Si la
ley llega tarde no vamos a tener territorio donde colocar los molinos.
En todo caso creo que nos debemos un debate acerca de qué tipo de energía o qué combinación de energía queremos para nuestro país.
Pido que se actúe, más que por el conocimiento, por el sentido común. Australia, que es un país más adelantado que el nuestro, no quiere. Nosotros aceptamos que aquí se venda tecnología, como por ejemplo un reactor nuclear a Australia, pero lo que no queremos es que venga lo que resulta del aprovechamiento de esa energía. Es decir que no estamos en contra de nuestros técnicos, sino en favor de que no nos manden la basura; ya tenemos bastante con lo que vamos a tener que tratar aquí.
Por lo tanto, ¿qué nos dice el sentido común? Si los australianos no lo quieren hacer -porque ellos podrían tener tecnología-, ¿por qué deberíamos hacerlo nosotros? Y esto ya sucedió con los barros franceses y con la porquería que nos mandaron de Alemania. Esa basura vino de Alemania bajo el rótulo de "materia prima reciclable". ¿Si es reciclable, ¿por qué no la reciclan ellos?
De manera tal que lo que creo que debemos hacer es escuchar un poco más. Digo esto como el último paso que tal vez les queda a nuestros representantes dentro de esta crisis institucional. Toda esta gente que está aquí está muy capacitada; quizás durante 20 años estuvo trayendo proyectos a distintas comisiones de este Congreso para proyectar algunas cosas que, dadas las sentencias, nunca escucharon. Por favor, esta es la gente que de alguna manera va a tener que ir reemplazando a esta dirigencia.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Pasamos a la ronda de formulación de preguntas por parte de los señores diputados, a fin de que podamos tener una mayor claridad en relación con este tema luego de haber escuchado atentamente las exposiciones de nuestros invitados.
SR. STUBRIN Si me permite, señor presidente, quisiera plantear un aspecto operativo. Deseo solicitar al personal administrativo de la comisión que recabe los nombres, números de teléfono y direcciones de e-mail de los representantes de las distintas organizaciones que nos acompañan porque aquí habrá un debate y es probable que posteriormente haya alguien que desee formular a nuestros invitados alguna pregunta puntual. Entonces, habría que establecer un mecanismo para eso, ya que los debates no se agotan en una reunión.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Tiene la palabra el señor diputado Giustiniani.
SR. GIUSTINIANI Señor presidente: creo que las exposiciones han sido muy ricas, profundas y de un alto nivel técnico y científico. Pienso que sería importante que esta comisión ponga en consideración la versión taquigráfica de esta reunión e informe a todos los señores diputados que se encuentra a disposición de todos aquellos que quieran consultarla. Esta es una propuesta concreta que formulo a la Presidencia de esta comisión, ya que es posible que otros señores diputados que no pertenecen a ella no tengan la posibilidad de participar de esta reunión.
Pasando a la formulación de las preguntas, quiero señalar que comparto las consideraciones realizadas en el sentido de que este convenio es inconstitucional y políticamente inconveniente para el interés nacional, al tiempo que representa riesgos ciertos potenciales para el país desde el punto de vista ambiental. Como se dijo en un principio, el debate sobre este convenio lo haremos entre los diputados. Por eso, quienes aquella noche nos opusimos al tratamiento sobre tablas de este tema creemos que en este momento se está haciendo lo correcto.
La primera pregunta que deseo formular está dirigida al doctor Montenegro. En ese sentido me gustaría saber si estuvo presente en el debate llevado a cabo en el Senado de Australia.
Pasando a la formulación de las preguntas, quiero señalar que comparto las consideraciones realizadas en el sentido de que este convenio es inconstitucional y políticamente inconveniente para el interés nacional, al tiempo que representa riesgos ciertos potenciales para el país desde el punto de vista ambiental. Como se dijo en un principio, el debate sobre este convenio lo haremos entre los diputados. Por eso, quienes aquella noche nos opusimos al tratamiento sobre tablas de este tema creemos que en este momento se está haciendo lo correcto.
La primera pregunta que deseo formular está dirigida al doctor Montenegro. En ese sentido me gustaría saber si estuvo presente en el debate llevado a cabo en el Senado de Australia.
SR. MONTENEGRO Estuve en Australia en el mes de junio del año 2000 porque nuestra fundación recibió el premio Global 500 de las Naciones Unidas. En esa oportunidad me enteré de las negociaciones que se estaban llevando adelante; incluso fuimos nosotros quienes averiguamos que en el contrato estaba previsto traer basura nuclear.
Me parece importante señalar lo siguiente: la ciudadanía toma conocimiento de estos hechos gracias a la tarea conjunta realizada desde Greenpeace y nuestra fundación. Si nosotros no informábamos a la opinión pública, nadie se habría enterado de que en virtud de este contrato secreto se traería basura nuclear a nuestro país.
Así fue como comenzamos a trabajar en el tema. El Senado de Australia constituyó un comité de investigación que tuvo un gesto que yo valoro mucho, como también valoro la posibilidad de participar en esta reunión. Ese gesto es que el Senado de Australia tomó la decisión de convocarme para dar testimonio ante el comité de investigación. Lo hice pero a distancia, a través de una llamada múltiple. Mientras algunos legisladores estaban a favor del contrato -en ese momento no estaba en discusión el acuerdo y por eso se trataba sólo de un contrato-, otros querían que en Australia no tuviera viabilidad. El testimonio que brindé en aquella oportunidad está contenido en el documento oficial elaborado por el Senado de Australia.
Pero hay un hecho bastante triste que me gustaría remarcar. Luego de declarar en Australia comencé a recibir cartas documento de INVAP en las que se me pedía que dejara de tener la posición que había tenido hasta ese momento. Mi reacción fue muy simple: hice un comunicado de prensa, que circuló por todo el mundo, para tratar de defender nuestros derechos y dar a conocer las presiones que estaba sufriendo por parte de INVAP. Obviamente, INVAP dio marcha atrás con sus cartas documento.
Luego de este episodio recibí una carta muy linda del presidente del comité de investigación del Senado de Australia, en la que me decía que ellos podían protegerme en su país pero no en la Argentina. Fue bastante subjetivo y curioso que la voz que no podíamos tener aquí pudiéramos tenerla allá.
Después de participar como testimoniante en el comité de investigación del Senado de Australia fui invitado, también como testimoniante, por la comisión que tenía a su cargo el análisis del tratado. O sea que participé en los dos casos -las opiniones que vertí en ambas oportunidades se encuentran publicadas-, y hoy siento una gran alegría por haber sido invitado a la Cámara de Diputados.
Por último, para que nos riamos un poco, me gustaría comentar lo que me dijo la gente de la ACF -una organización de Australia muy fuerte que trabaja junto a Greenpeace en ese país-, para mostrarnos que habían tenido bastantes problemas con sus estructuras legislativas. Nos dijeron: ojalá ustedes tengan un poco más de democracia que nosotros.
Me parece importante señalar lo siguiente: la ciudadanía toma conocimiento de estos hechos gracias a la tarea conjunta realizada desde Greenpeace y nuestra fundación. Si nosotros no informábamos a la opinión pública, nadie se habría enterado de que en virtud de este contrato secreto se traería basura nuclear a nuestro país.
Así fue como comenzamos a trabajar en el tema. El Senado de Australia constituyó un comité de investigación que tuvo un gesto que yo valoro mucho, como también valoro la posibilidad de participar en esta reunión. Ese gesto es que el Senado de Australia tomó la decisión de convocarme para dar testimonio ante el comité de investigación. Lo hice pero a distancia, a través de una llamada múltiple. Mientras algunos legisladores estaban a favor del contrato -en ese momento no estaba en discusión el acuerdo y por eso se trataba sólo de un contrato-, otros querían que en Australia no tuviera viabilidad. El testimonio que brindé en aquella oportunidad está contenido en el documento oficial elaborado por el Senado de Australia.
Pero hay un hecho bastante triste que me gustaría remarcar. Luego de declarar en Australia comencé a recibir cartas documento de INVAP en las que se me pedía que dejara de tener la posición que había tenido hasta ese momento. Mi reacción fue muy simple: hice un comunicado de prensa, que circuló por todo el mundo, para tratar de defender nuestros derechos y dar a conocer las presiones que estaba sufriendo por parte de INVAP. Obviamente, INVAP dio marcha atrás con sus cartas documento.
Luego de este episodio recibí una carta muy linda del presidente del comité de investigación del Senado de Australia, en la que me decía que ellos podían protegerme en su país pero no en la Argentina. Fue bastante subjetivo y curioso que la voz que no podíamos tener aquí pudiéramos tenerla allá.
Después de participar como testimoniante en el comité de investigación del Senado de Australia fui invitado, también como testimoniante, por la comisión que tenía a su cargo el análisis del tratado. O sea que participé en los dos casos -las opiniones que vertí en ambas oportunidades se encuentran publicadas-, y hoy siento una gran alegría por haber sido invitado a la Cámara de Diputados.
Por último, para que nos riamos un poco, me gustaría comentar lo que me dijo la gente de la ACF -una organización de Australia muy fuerte que trabaja junto a Greenpeace en ese país-, para mostrarnos que habían tenido bastantes problemas con sus estructuras legislativas. Nos dijeron: ojalá ustedes tengan un poco más de democracia que nosotros.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Tiene la palabra el señor diputado Giustiniani.
SR. GIUSTINIANI Señor presidente: la reunión pasada contamos con la presencia de la embajadora de Australia. Si bien la respeto mucho y no es mi intención comenzar una polémica, quiero recordar que en aquella oportunidad dijo que en Australia estaban dispuestos a que el contrato comience a operar.
La resolución dictada por el comité del Senado de Australia dispone que a la luz de la creciente oposición del extranjero, ANSTO -la empresa australiana- prepare y estime los costos de un plan de contingencia para el tratamiento del combustible gastado, su acondicionamiento y almacenamiento final dentro de ese país. También manifiesta que ese plan debería describir las tecnologías a utilizar si Australia tuviera que dar tratamiento al combustible gastado dentro de su propio territorio. Finalmente dice que entre las variables propuestas, la que más afecta a la Argentina es la posible entrada al país de residuos radiactivos, dado que las leyes y la Constitución de nuestro país no permiten el ingreso de ese tipo de material.
Si el señor presidente me permite quisiera hacer una pregunta al representante de Greenpeace, el señor Villalonga, sobre un aspecto que él mencionó.
Hace diez años existió un conflicto internacional muy serio entre Japón y Francia por el traslado en los océanos de material radiactivo.
Respecto al tema del traslado de material radioactivo entre países y vecinos, Villalonga hizo mención a acuerdos entre Argentina, Chile, Brasil y Uruguay. Quiero traer a referencia un conflicto internacional muy serio entre Francia y Suiza. Francia, cuando completó el ciclo de reprocesamiento nuclear, llegó a la tecnología del reactor llamado Super Fénix, cuyo insumo era el plutonio y no el uranio 35. Hubo serios cuestionamiento hacia este tipo de reactor, entonces Francia tuvo que descartar su utilización.
En la reunión pasada tuvimos expositores que se manifestaban asustados al hablar de organizaciones multinacionales que luchan por la preservación del medio ambiente. Si bien ya adelantaron su posición, quiero preguntarles concretamente cómo impacta el acuerdo en relación con el transporte nuclear de Inglaterra, Francia y Japón por el Cabo de Hornos de acuerdo a la experiencia internacional.
La resolución dictada por el comité del Senado de Australia dispone que a la luz de la creciente oposición del extranjero, ANSTO -la empresa australiana- prepare y estime los costos de un plan de contingencia para el tratamiento del combustible gastado, su acondicionamiento y almacenamiento final dentro de ese país. También manifiesta que ese plan debería describir las tecnologías a utilizar si Australia tuviera que dar tratamiento al combustible gastado dentro de su propio territorio. Finalmente dice que entre las variables propuestas, la que más afecta a la Argentina es la posible entrada al país de residuos radiactivos, dado que las leyes y la Constitución de nuestro país no permiten el ingreso de ese tipo de material.
Si el señor presidente me permite quisiera hacer una pregunta al representante de Greenpeace, el señor Villalonga, sobre un aspecto que él mencionó.
Hace diez años existió un conflicto internacional muy serio entre Japón y Francia por el traslado en los océanos de material radiactivo.
Respecto al tema del traslado de material radioactivo entre países y vecinos, Villalonga hizo mención a acuerdos entre Argentina, Chile, Brasil y Uruguay. Quiero traer a referencia un conflicto internacional muy serio entre Francia y Suiza. Francia, cuando completó el ciclo de reprocesamiento nuclear, llegó a la tecnología del reactor llamado Super Fénix, cuyo insumo era el plutonio y no el uranio 35. Hubo serios cuestionamiento hacia este tipo de reactor, entonces Francia tuvo que descartar su utilización.
En la reunión pasada tuvimos expositores que se manifestaban asustados al hablar de organizaciones multinacionales que luchan por la preservación del medio ambiente. Si bien ya adelantaron su posición, quiero preguntarles concretamente cómo impacta el acuerdo en relación con el transporte nuclear de Inglaterra, Francia y Japón por el Cabo de Hornos de acuerdo a la experiencia internacional.
SR. VILLALONGA Traje dos declaraciones conjuntas una realizada en enero de 1997 bajo la Presidencia del doctor Menem y otra hecha en diciembre de 2000 cuando era presidente el doctor de la Rúa, pero existen otras más. Allí Brasil, Uruguay, Argentina y Chile, manifiestan su grave preocupación por los riesgos asociados al tránsito por la región de buques transportando desechos radiactivos. Entre otras cosas, dice que considerando el marco jurídico actual, la realización de este tipo de transporte es absolutamente poco satisfactorio desde el punto de vista de que no hay claridad en las responsabilidad civil si un accidente ocurre. Si se da un accidente con uno de estos barcos en el Atlántico Sur que signifique el colapso económico de la pesca en la Argentina, no hay quien responda económicamente ante el daño. En el caso de hundimiento, hay sólo una responsabilidad o garantía de recuperación de carga hasta 200 metros de profundidad. Todos sabemos que el tránsito por el Cabo de Hornos se hace generalmente por zonas de mayor profundidad. A esto se suman otros puntos como el secreto de las rutas.
El marco jurídico en el que se está desarrollando el transporte de materiales altamente radiactivos, basura nuclear altamente radiactiva y plutonio, es insatisfactorio para la Argentina. Así lo han manifestado conjuntamente y en organismos internacionales como en la Organización Marítima Internacional.
Esta exposición de política se ha sostenido a lo largo de varios gobiernos y durante la década del 90. Se manifestó con contundencia en 1995 y mayormente por parte de Chile cuando el buque Pacific Bintel intentó ingresar en aguas jurisdiccionales chilenas. Allí fue obligado por la armada chilena a retirarse hasta la milla 200 haciendo uso del principio precautorio. Chile tiene claramente una declamación y una política en ese sentido.
En el caso del buque Pacific Swan, en enero de 2001, para la Argentina fue un hecho destacable. Este tuvo una trayectoria casi provocativa porque ingresó en aguas jurisdiccionales a la altura de la provincia de Santa Cruz y la Justicia emitió un dictamen por el cual obligaba al gobierno a que retirara el buque fuera de las 200 millas.
Paradójicamente, se basaba en el artículo 41 de la Constitución Nacional. Tenemos un ingreso transitorio de residuos radiactivos a aguas jurisdiccionales. Es un tema en el cual Argentina se ha visto inserta junto a los países del Caribe y de Centroamérica.
La letra del acuerdo expresa que se está avalando el transporte de material altamente radiactivo. Al aprobarse este acuerdo se daría el caso de que Argentina pasaría a ser un país que ve como algo razonable el transporte de este tipo de material.
Seguramente, en el mes de julio saldrá un barco cargado de plutonio desde Japón hacia Inglaterra. Las dos rutas posibles son las siguientes. Una, por el sur del Cabo Buena Esperanza y la otra a través del Cabo de Hornos.
Todo esto significará una prueba de fuego respecto de si la Argentina ha cambiado en algo o no respecto de este asunto.
El marco jurídico en el que se está desarrollando el transporte de materiales altamente radiactivos, basura nuclear altamente radiactiva y plutonio, es insatisfactorio para la Argentina. Así lo han manifestado conjuntamente y en organismos internacionales como en la Organización Marítima Internacional.
Esta exposición de política se ha sostenido a lo largo de varios gobiernos y durante la década del 90. Se manifestó con contundencia en 1995 y mayormente por parte de Chile cuando el buque Pacific Bintel intentó ingresar en aguas jurisdiccionales chilenas. Allí fue obligado por la armada chilena a retirarse hasta la milla 200 haciendo uso del principio precautorio. Chile tiene claramente una declamación y una política en ese sentido.
En el caso del buque Pacific Swan, en enero de 2001, para la Argentina fue un hecho destacable. Este tuvo una trayectoria casi provocativa porque ingresó en aguas jurisdiccionales a la altura de la provincia de Santa Cruz y la Justicia emitió un dictamen por el cual obligaba al gobierno a que retirara el buque fuera de las 200 millas.
Paradójicamente, se basaba en el artículo 41 de la Constitución Nacional. Tenemos un ingreso transitorio de residuos radiactivos a aguas jurisdiccionales. Es un tema en el cual Argentina se ha visto inserta junto a los países del Caribe y de Centroamérica.
La letra del acuerdo expresa que se está avalando el transporte de material altamente radiactivo. Al aprobarse este acuerdo se daría el caso de que Argentina pasaría a ser un país que ve como algo razonable el transporte de este tipo de material.
Seguramente, en el mes de julio saldrá un barco cargado de plutonio desde Japón hacia Inglaterra. Las dos rutas posibles son las siguientes. Una, por el sur del Cabo Buena Esperanza y la otra a través del Cabo de Hornos.
Todo esto significará una prueba de fuego respecto de si la Argentina ha cambiado en algo o no respecto de este asunto.
SR. CORCUERA Por otra parte, hay que tener en cuenta de que al hablarse del procesamiento de residuos a base de gestión esto puede tener implicancias con el Tratado Internacional de no Proliferación Nuclear.
SR. MOLINARI ROMERO Agradezco, en primer término, la participación de todos los que han participado de esta jornada, la cual considero que ha sido muy fructífera.
Reconozco mi ignorancia y mi necesidad de aprender sobre determinadas cuestiones. Escuchaba atentamente al señor Pedace y me provocaba una especie de colapso intelectual poder entender alguno de los temas que estaba planteando.
Me preocupa sobremanera todo lo relativo a este tratado y creo que estamos inmersos en una aventura. Quisiera que el señor Montenegro me ratifique o rectifique el contenido del documento que exhibió relacionado con el hecho de que el INVAP sugirió el dictamen que debía emitir la autoridad regulatoria en la Argentina. Esto se lo pido porque estimo que es de una gravedad que hay que tener muy en cuenta.
Reconozco mi ignorancia y mi necesidad de aprender sobre determinadas cuestiones. Escuchaba atentamente al señor Pedace y me provocaba una especie de colapso intelectual poder entender alguno de los temas que estaba planteando.
Me preocupa sobremanera todo lo relativo a este tratado y creo que estamos inmersos en una aventura. Quisiera que el señor Montenegro me ratifique o rectifique el contenido del documento que exhibió relacionado con el hecho de que el INVAP sugirió el dictamen que debía emitir la autoridad regulatoria en la Argentina. Esto se lo pido porque estimo que es de una gravedad que hay que tener muy en cuenta.
SR. MONTENEGRO Lo ratifico y lo incorporo como documento formal. Para seguir los carriles comunes este trámite lo efectuaremos por Mesa de Entradas. De hecho, esto forma parte de lo que incluimos en el expediente presentado en la Fiscalía Nacional Anticorrupción y que ha sido girado al juez Jorge Urso. Se trata de un memorandum enviado por el señor Héctor Othegy al entonces presidente de la autoridad regulatoria nuclear en el cual le sugiere -en términos amicales- diversas cuestiones.
No sólo existe el memorandum sino que también encontramos el informe producido por la autoridad regulatoria nuclear. Forma parte del documento que hemos distribuido a los señores diputados pertenecientes a las comisiones de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano y de Relaciones Exteriores y Culto. Tras este pedido, la autoridad regulatoria se expide en un plazo de tres días. En total, se trata de tan sólo dos páginas. O sea, el futuro de la Argentina se resolvió en el año 99, en tan sólo tres días y con este breve intercambio de notas. Aquí estamos analizando y buscando una solución, pero en cambio, todo esto se resolvió en tres días. Por eso es
que no había relación entre la magnitud de lo que se decidía en el contrato con el trámite y la irregularidad del trámite administrativo. Y por ese motivo en su momento pedimos al doctor Massoni, en su carácter de titular de la Oficina Anticorrupción, que gire esto al doctor Jorge Urso para que se investigue este hecho administrativo independientemente de las otras instancias judiciales que en este momento están en el juzgado a su cargo, porque insisto en que fueron nada más que tres días y este documento no llegó a Australia. Pero lo que llegó a ese país fue el informe presentado por la autoridad regulatoria nuclear y que es lamentable por su brevedad e inconsistencia. Y fue gracias a esa fojita, a esa hojuela, a ese papelito, que pudo hacerse la presentación de la Argentina en Australia.
No sólo existe el memorandum sino que también encontramos el informe producido por la autoridad regulatoria nuclear. Forma parte del documento que hemos distribuido a los señores diputados pertenecientes a las comisiones de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano y de Relaciones Exteriores y Culto. Tras este pedido, la autoridad regulatoria se expide en un plazo de tres días. En total, se trata de tan sólo dos páginas. O sea, el futuro de la Argentina se resolvió en el año 99, en tan sólo tres días y con este breve intercambio de notas. Aquí estamos analizando y buscando una solución, pero en cambio, todo esto se resolvió en tres días. Por eso es
que no había relación entre la magnitud de lo que se decidía en el contrato con el trámite y la irregularidad del trámite administrativo. Y por ese motivo en su momento pedimos al doctor Massoni, en su carácter de titular de la Oficina Anticorrupción, que gire esto al doctor Jorge Urso para que se investigue este hecho administrativo independientemente de las otras instancias judiciales que en este momento están en el juzgado a su cargo, porque insisto en que fueron nada más que tres días y este documento no llegó a Australia. Pero lo que llegó a ese país fue el informe presentado por la autoridad regulatoria nuclear y que es lamentable por su brevedad e inconsistencia. Y fue gracias a esa fojita, a esa hojuela, a ese papelito, que pudo hacerse la presentación de la Argentina en Australia.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Tiene la palabra la señora diputada Zuccardi.
SRA. ZUCCARDI Señor presidente: quiero efectuar una consulta en relación con este tema. Concretamente, me gustaría saber -no sé si nuestros invitados conocen el tema- si la licitación pública internacional por la cual la Argentina va a hacer esta provisión en Australia contenía en su pliego la obligatoriedad de procesar los residuos.
SR. MONTENEGRO Sí. Era forzoso porque Australia, por ley, no puede tener residuos radioactivos de alta actividad, es decir, los HLW. Entonces, su convocatoria tenía que ser respetuosa de la ley australiana. Consecuentemente, al hacer la convocatoria internacional quienes se presentasen no solamente tenían que construir un reactor nuclear, sino que además tenían que dar una opción en el sentido de que los residuos iban a ser procesados o reprocesados.
SR. STUBRIN Quisiera formular una pregunta técnica. Entiendo que el combustible, una vez utilizado, se deposita en una pileta durante diez años y no se puede mover. ¿Australia tiene alguna prohibición? ¿Cuándo manda Australia o Francia a COGEMA? ¿Manda diez años después de su uso? No manda en el acto.
SR. MONTENEGRO Justamente tiene un período de permanencia que está previsto en su propia legislación. En realidad lo que tiene prohibido es mantenerlo indefinidamente dentro del propio territorio. Entonces, lo que hace Australia -y necesita hacerlo para cumplir con su propia ley- es tratar lo que produce como residuo de alta actividad. Y hay un procedimiento que entra dentro de su marco legal.
SR. STUBRIN Pero diez años después de su uso.
SR. MONTENEGRO Eso varía porque depende de que sea húmedo o seco.
SR. STUBRIN Pueden ser ocho, diez, doce o catorce años. Es decir, no es inmediato, no es que el reactor se pone en marcha y el combustible tiene que salir de Australia.
SR. MONTENEGRO No, y por eso esto de hecho tiene fechas. Está previsto a partir del año 2015. De todos modos, lo grave, sobre la base de lo que usted dice, es que dos ministros no electos por la voluntad popular -uno australiano y otro argentino- establecieron una alta política de la Nación que comenzará a tener vigencia práctica en el año 2015. Esto es prácticamente ciencia ficción.
SR. GIUSTINIANI Respecto de lo que ha dicho el señor diputado Stubrin, la pileta enfría el combustible y disminuye un poco su radioactividad. Consecuentemente, el tema de que Australia pueda depositar el combustible en piletas -como se hace, en el caso de nuestro país, en Atucha- no determina que después no se haga el acondicionamiento final que en este momento realiza COGEMA en Francia.
SR. STUBRIN Está claro. Mi intervención anterior obedeció a decir que el acondicionamiento final es algo bueno y no malo, que es algo mejor que tener una pila caliente. Y en cuanto a la otra intervención, con las salvedades planteadas por el señor Pedace en cuanto a cuál es la tecnología o el momento de decidir el tipo de tecnología, creo que es bueno bajar el nivel de peligrosidad del elemento. Y lo segundo es que no se trata de que cada pila usada sale de Australia, sino de que queda en ese país durante el tiempo necesario para poder ser transportada o hacerse otras cosas.
SR. MONTENEGRO Lo que acaba de decir no es correcto, señor diputado. Bajo ningún punto de vista el enfriamiento reduce el carácter de residuo radiactivo de alta actividad.
SR. STUBRIN Yo no digo que lo reduce, pero es evidente que por alguna razón los diez años de enfriamiento son indispensables.
SR. MONTENEGRO Creo que es importante hacer una diferenciación técnica.
Con diez años de enfriamiento, lo que se puede lograr es una disminución en residuos de baja actividad que tienen períodos de vida relativamente breves. Pero éste es un tema subsidiario que para nosotros no tiene mayor importancia, ya que en la práctica la riesgosidad de un HLW es de aproximadamente mil siglos, es decir, cien mil años. Entonces, hablar de diez e incluso de cincuenta años es realmente un cuento de hadas porque el residuo continuará siendo peligroso luego de mil, cinco mil o veinte mil años.
Con diez años de enfriamiento, lo que se puede lograr es una disminución en residuos de baja actividad que tienen períodos de vida relativamente breves. Pero éste es un tema subsidiario que para nosotros no tiene mayor importancia, ya que en la práctica la riesgosidad de un HLW es de aproximadamente mil siglos, es decir, cien mil años. Entonces, hablar de diez e incluso de cincuenta años es realmente un cuento de hadas porque el residuo continuará siendo peligroso luego de mil, cinco mil o veinte mil años.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Continúa en el uso de la palabra la señora diputada Zuccardi.
SRA. ZUCCARDI Señor presidente: otra consulta que quiero hacer tiene que ver no con este tema puntual sino con otro de carácter general, ya que me parece determinante la visión estratégica de cómo se construye el país en relación con estas cuestiones.
De acuerdo con lo que hemos analizado en la Comisión de Minería, en la que también se estudian problemas vinculados con el medio ambiente -problemas que es preciso resolver a nivel mundial y no sólo en la Argentina-, tengo entendido que es casi imposible lograr un desarrollo nuclear importante si no hay un tratamiento adecuado para los desechos y una tecnología suficientemente avanzada. Yo vivo en la provincia de Mendoza, lugar donde también se disfrutan los beneficios que el avance científico proporciona al hombre. Digo esto porque la escuela de medicina nuclear es para la región un centro de referencia realmente insustituible.
Varias veces hemos dialogado con muchos técnicos que están preocupados porque en el sur de la provincia han quedado restos de uranio en lo que era el lugar de explotación de la Comisión Nacional de Energía Atómica. O sea que el debate se reitera una y otra vez.
Creo que por un momento debemos dejar a un costado la crisis actual y tratar de ver hacia dónde se encamina nuestro país. Tenemos que preguntarnos si es posible lograr un desarrollo científico-tecnológico importante en materia nuclear -todos sabemos lo que significa la exportación de turbinas y los avances en el campo de la medicina- y, paralelamente, un desarrollo tecnológico en materia de repositorios.
Ambos aspectos no están disociados. La Argentina no hubiera podido decir a Australia que nosotros le vendíamos el reactor pero que ellos debían hacerse cargo de todo. En el mundo hay condiciones, imposiciones y reglas de juego; y esto hoy, más que nunca, lo sabemos.
Si queremos tener un desarrollo tecnológico nuclear, la pregunta que nos debemos hacer es hacia dónde orientar las políticas públicas para lograr ese objetivo.
Como se verá, mi inquietud es muy abarcativa. Tiene que ver no con aprobar o rechazar un acuerdo sino que es mucho más trascendente porque apunta a saber cómo potenciamos los instrumentos de que disponemos. La Argentina tiene un desarrollo mucho mayor que otros países e incluso podría haber experimentado avances aún más grandes de no haber mediado decisiones políticas erróneas.
De acuerdo con lo que hemos analizado en la Comisión de Minería, en la que también se estudian problemas vinculados con el medio ambiente -problemas que es preciso resolver a nivel mundial y no sólo en la Argentina-, tengo entendido que es casi imposible lograr un desarrollo nuclear importante si no hay un tratamiento adecuado para los desechos y una tecnología suficientemente avanzada. Yo vivo en la provincia de Mendoza, lugar donde también se disfrutan los beneficios que el avance científico proporciona al hombre. Digo esto porque la escuela de medicina nuclear es para la región un centro de referencia realmente insustituible.
Varias veces hemos dialogado con muchos técnicos que están preocupados porque en el sur de la provincia han quedado restos de uranio en lo que era el lugar de explotación de la Comisión Nacional de Energía Atómica. O sea que el debate se reitera una y otra vez.
Creo que por un momento debemos dejar a un costado la crisis actual y tratar de ver hacia dónde se encamina nuestro país. Tenemos que preguntarnos si es posible lograr un desarrollo científico-tecnológico importante en materia nuclear -todos sabemos lo que significa la exportación de turbinas y los avances en el campo de la medicina- y, paralelamente, un desarrollo tecnológico en materia de repositorios.
Ambos aspectos no están disociados. La Argentina no hubiera podido decir a Australia que nosotros le vendíamos el reactor pero que ellos debían hacerse cargo de todo. En el mundo hay condiciones, imposiciones y reglas de juego; y esto hoy, más que nunca, lo sabemos.
Si queremos tener un desarrollo tecnológico nuclear, la pregunta que nos debemos hacer es hacia dónde orientar las políticas públicas para lograr ese objetivo.
Como se verá, mi inquietud es muy abarcativa. Tiene que ver no con aprobar o rechazar un acuerdo sino que es mucho más trascendente porque apunta a saber cómo potenciamos los instrumentos de que disponemos. La Argentina tiene un desarrollo mucho mayor que otros países e incluso podría haber experimentado avances aún más grandes de no haber mediado decisiones políticas erróneas.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Tiene la palabra el señor Corcuera.
SR. CORCUERA Señor presidente: creo que la pregunta de la señora diputada contiene dos aspectos.
Primero, coincido en que la política nuclear no se puede disociar de la gestión de residuos radiactivos. No olvidemos que hablamos de un tipo de energía especial que por sus características genera residuos que pueden estar quinientos mil años emitiendo radiaciones letales para la humanidad.
Entonces cada vez que se adopta esta opción no se puede disociar la gestión de la política. En ambos casos se están tomando decisiones. No coincido con la posibilidad de que la Argentina pueda tener como perspectiva el desarrollo nuclear como negocio, que en realidad fue una realidad como complemento energético. Luego descubrimos que nuestros científicos de gran nivel desarrollaban otras líneas de trabajo, como la medicina nuclear y que había cada vez más subproductos interesantes. Ningún país ha planteado su política nuclear como una sumatoria de este tipo de negocios. Vender tecnología nuclear no puede ser el objetivo de la política nuclear argentina, por lo menos desde la perspectiva de quienes vemos los riesgos asociados. La pregunta de fondo es si la Argentina cree indispensable continuar expandiendo su actividad nuclear.
Disiento enormemente porque nuestro país tiene una serie de beneficios que le provee la naturaleza que le permite tener otro tipo de energía. No es Francia, donde el partido comunista y Chirac coinciden en que el 80 por ciento de su energía proviene de la tecnología nuclear y por lo tanto están atados. Incluso están diciendo que van a reducir esa proporción. Quieren que se incremente la proporción de energías más limpias en relación con la nuclear en el futuro. En este momento están atados porque no tienen otra solución. La Argentina no puede disociar esa realidad y plantear el tema como negocio.
Primero, coincido en que la política nuclear no se puede disociar de la gestión de residuos radiactivos. No olvidemos que hablamos de un tipo de energía especial que por sus características genera residuos que pueden estar quinientos mil años emitiendo radiaciones letales para la humanidad.
Entonces cada vez que se adopta esta opción no se puede disociar la gestión de la política. En ambos casos se están tomando decisiones. No coincido con la posibilidad de que la Argentina pueda tener como perspectiva el desarrollo nuclear como negocio, que en realidad fue una realidad como complemento energético. Luego descubrimos que nuestros científicos de gran nivel desarrollaban otras líneas de trabajo, como la medicina nuclear y que había cada vez más subproductos interesantes. Ningún país ha planteado su política nuclear como una sumatoria de este tipo de negocios. Vender tecnología nuclear no puede ser el objetivo de la política nuclear argentina, por lo menos desde la perspectiva de quienes vemos los riesgos asociados. La pregunta de fondo es si la Argentina cree indispensable continuar expandiendo su actividad nuclear.
Disiento enormemente porque nuestro país tiene una serie de beneficios que le provee la naturaleza que le permite tener otro tipo de energía. No es Francia, donde el partido comunista y Chirac coinciden en que el 80 por ciento de su energía proviene de la tecnología nuclear y por lo tanto están atados. Incluso están diciendo que van a reducir esa proporción. Quieren que se incremente la proporción de energías más limpias en relación con la nuclear en el futuro. En este momento están atados porque no tienen otra solución. La Argentina no puede disociar esa realidad y plantear el tema como negocio.
SRA. ZUCCARDI Quiero hacer una aclaración porque parece que me expliqué muy mal. Realmente no quise significar que esto era un negocio para el país. Lo que se ha sugerido es que el país debe tomar una decisión política de no contar con desarrollo nuclear, lo cual puede darse y se puede debatir. Lo que ha sugerido el señor preopinante es la prohibición del país de participar de licitaciones internacionales sobre todo con un ente oficial.
SR. CORCUERA Me refería a este tipo de acuerdo y no a toda la tecnología nuclear argentina. Hay otros aspectos que son extremadamente interesantes.
SRA. ZUCCARDI Mi pregunta iba dirigida en ese sentido, sobre todo teniendo en cuenta el conocimiento que tienen sobre la temática y mi desconocimiento al respecto, ya que soy ingeniera agrónoma.
Quiero hacer una pregunta de carácter científico y técnico. ¿Es posible tener un desarrollo de tecnología nuclear que seleccione y elija lo atractivo, dejando de lado lo negativo como el tratamiento de residuos? ¿Existe esa capacidad de selección?
Quiero hacer una pregunta de carácter científico y técnico. ¿Es posible tener un desarrollo de tecnología nuclear que seleccione y elija lo atractivo, dejando de lado lo negativo como el tratamiento de residuos? ¿Existe esa capacidad de selección?
SR. VILLALONGA Creo que es posible. Tanto el INVAP como la CNEA lo han hecho. Han exportado dispositivos y desarrollos en materia de medicina nuclear que han ido a países de América latina por ejemplo. Allí hay posibilidades sin dudas. No soy especialista en esa cuestión. Pero eso no tienen nada que ver con las implicancias del acuerdo lo que es el ciclo del combustible nuclear como lo estamos tratando aquí. Es un paquete que se coloca todo junto pero es algo que no es cierto.
SRA. ZUCCARDI El tema tiene que ver con el desarrollo integral nuclear y sus implicancias.
SR. VILLALONGA Creo que en el ámbito de acción de la CNEA se pueden encontrar determinados nichos de negocio que pueden ser legítimos y no van a plantear ninguna de las objeciones que hemos planteado acá.
El mercado en el que podremos participar internacionalmente en la industria nuclear en el contexto que estamos hablando en este acuerdo es el de los residuos nucleares. No hay un mercado que demande mayores inversiones y un mercado creciente de reactores nucleares ni de potencia ni de investigación. Se trata de unb
mercado vegetativo que está en un crecimiento muy bajo. El caso de Australia es muy paradójico: reemplaza un reactor y, luego de una discusión prolongada, intentan saber si lo quieren seguir o no.
Muchas veces se confunde el hecho de que el desarrollo tecnológico implica, necesariamente, un desarrollo nuclear. Gracias a esta deformación, lamentablemente, Argentina pierde la perspectiva de lo que ocurre en el mundo.
En la actualidad existen mercados a nivel de desarrollo tecnológico y energético que son mucho más atractivos porque crecen y están en una etapa de expansión. Es importante participar en este momento porque, cuando el mercado está maduro, las cartas ya están repartidas.
El mercado nuclear, en lo que hace a reactores, ha crecido en la década del 90 un 0,4 por ciento. Eso se llama estancamiento. Nadie, ni siquiera algún representante de la Comisión Nacional de Energía Atómica, puede decirnos que dentro de diez o veinte años esa tendencia podrá cambiar.
La única duda que queda es que todas las tecnologías fracasen y el tema del cambio climático nos ponga a todos de rodillas y tengamos que buscar energía nuclear sin otra opción. En cambio, existen tecnologías que crecen a niveles cercanos al 20 ó 30 por ciento anual que se refiere a mercados en expansión donde uno puede insertarse y formar parte de ese mercado.
Lamentablemente, seguimos reducidos e insistimos en negocios nucleares en el marco de un mercado absolutamente restringido y que, lo único que nos va a proporcionar, es basura nuclear.
El mercado en el que podremos participar internacionalmente en la industria nuclear en el contexto que estamos hablando en este acuerdo es el de los residuos nucleares. No hay un mercado que demande mayores inversiones y un mercado creciente de reactores nucleares ni de potencia ni de investigación. Se trata de unb
mercado vegetativo que está en un crecimiento muy bajo. El caso de Australia es muy paradójico: reemplaza un reactor y, luego de una discusión prolongada, intentan saber si lo quieren seguir o no.
Muchas veces se confunde el hecho de que el desarrollo tecnológico implica, necesariamente, un desarrollo nuclear. Gracias a esta deformación, lamentablemente, Argentina pierde la perspectiva de lo que ocurre en el mundo.
En la actualidad existen mercados a nivel de desarrollo tecnológico y energético que son mucho más atractivos porque crecen y están en una etapa de expansión. Es importante participar en este momento porque, cuando el mercado está maduro, las cartas ya están repartidas.
El mercado nuclear, en lo que hace a reactores, ha crecido en la década del 90 un 0,4 por ciento. Eso se llama estancamiento. Nadie, ni siquiera algún representante de la Comisión Nacional de Energía Atómica, puede decirnos que dentro de diez o veinte años esa tendencia podrá cambiar.
La única duda que queda es que todas las tecnologías fracasen y el tema del cambio climático nos ponga a todos de rodillas y tengamos que buscar energía nuclear sin otra opción. En cambio, existen tecnologías que crecen a niveles cercanos al 20 ó 30 por ciento anual que se refiere a mercados en expansión donde uno puede insertarse y formar parte de ese mercado.
Lamentablemente, seguimos reducidos e insistimos en negocios nucleares en el marco de un mercado absolutamente restringido y que, lo único que nos va a proporcionar, es basura nuclear.
SR. STIGLITZ Quiero responderle a la señora diputada Zuccardi respecto de alguna cuestión planteada hace algún momento. Aprovechando su condición de legisladora, mujer y conocedora de las colas de uranio de Malargue, quisiera que indague acerca de la cantidad de mogólicos que existen en esa ciudad y luego saque conclusiones.
SR. MONTENEGRO Todo lo que hace al manejo de uranio y de radioisótopos derivados del uranio es un problema totalmente distinto al que plantean los residuos que se generan en un reactor nuclear.
Cabe destacar que los materiales relacionados con la industria del uranio son absolutamente naturales. Me refiero al Uranio 238 y Radón 222. En la actualidad están distribuidos y la actividad nuclear los ha concentrado. En un reactor se generan materiales radiactivos de varios centenares de radioisótopos distintos que no están en la naturaleza. Me refiero al Plutonio 239, al Cesio 137 o el Yodo 131. Se trata de universos distintos que están manejados por la CONEA.
Es decir, los materiales radiactivos que estaban dispersos ahora están concentrados y, por el otro lado, tenemos los materiales que generan los reactores nucleares.
En el caso del contrato nosotros lidiamos con los residuos del reactor y, en el caso del acuerdo, ponemos la mira en el tema del reactor y en el intercambio de uranio.
Lamentablemente, en nuestro país no existe una gestión de residuos radiactivos en el sentido de una gestión responsable. No existe la gestión de los residuos radiactivos; existe una gestión irresponsable.
Los mejores ejemplos se sitúan en el área de los materiales naturales, como por ejemplo en el caso del uranio. En la ciudad de Córdoba existe una empresa cuyo nombre es Dioxitek, originaria de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Existen 36 mil toneladas de residuos radiactivos de baja actividad localizados.
He visitado muchos países y he podido ver lo que es la industria nuclear. No hay lugar del mundo donde en una ciudad de un millón de habitantes haya 36 toneladas de residuos radioactivos de baja actividad que han sido colocados sin membrana. Este lugar se encuentra en Córdoba y se conoce popularmente como "El chichón". Y en este momento ni siquiera se sabe qué está pasando con los radioisótopos naturales, que están migrando hacia la parte subterránea.
¿Qué quiere decir esto? Que la CONEA, que en realidad es la propietaria mayoritaria del INVAP -tampoco andemos con cuentos de hadas en esto; el INVAP tiene un directorio cuya mayoría corresponde a la CONEA-, celebra un acuerdo y un contrato cuando dentro del territorio existe una mala gestión de residuos radioactivos.
En la Argentina la gestión no es buena; es pésima. Y si no, invito a los señores diputados -creo que pueden acordar esto perfectamente con el señor diputado Molinari Romero- para que vayan a Córdoba y vean cómo ha sido la gestión de estas 36 mil toneladas de residuos radioactivos.
Lo mismo se puede decir en el caso de Mendoza. De hecho, estamos en contacto con la gente de Malargüe y de Sierra Pintada, que justamente están llevando nuestra experiencia para ver lo que ha pasado allí.
Entonces, también es importante que quien firma este acuerdo forma parte de una estructura que no ha sabido manejar los residuos propios. Consecuentemente, quiero decir lo siguiente: este acuerdo no es para residuos radioactivos de uranio, sino para residuos de alta actividad. Y si no han logrado manejar esos residuos de alta actividad, esos residuos que hubo en Córdoba o en Malargüe, nuestra duda es totalmente razonable. ¿Cómo se avanza en un acuerdo que además de ser violatorio de la Constitución Nacional nos pone a manejar residuos radioactivos cuando en el país nunca hemos tenido un buen plan de gestión?
La respuesta a la pregunta esencial es que se puede hacer. Creo que un país puede ser serio y que la Argentina pudo serlo, pero no lo fue. Y este papelito sobre el que recién me preguntaron demuestra que nuestro país no es serio. Les puedo asegurar que esto en Francia no pasa. Y conste que para mí ese es un país que se equivocó terriblemente en cuanto a su política al depender totalmente de la energía nuclear. No obstante, aún en ese lugar nuclearizado esto no pasaría. Pero pasó aquí.
Por lo tanto, ¿con qué autoridad vamos a aprobar un acuerdo? Y digo "aprobar" porque ustedes son nuestros representantes; yo me siento representado y quiero que escuchen mi opinión. ¿Con qué autoridad vamos a aprobar un acuerdo cuando en nuestro propio país se manejan pésimamente los residuos de uranio y existe un plan como el PRAMU? Al respecto, les pido que visiten la página de la CONEA para que se enteren de lo que es el PRAMU. Hay una línea de crédito gestionada con el Banco Mundial para la remediación de las minas. ¿Por qué? Porque los lugares en los que trabajó la CONEA siguen sin ser remediados. Un ejemplo de esto es el de la mina Los Gigantes, que funcionaba en Córdoba, que estuvo contaminando dos arroyos y el río San Antonio de esa provincia y que sigue sin tener un tratamiento adecuado. Fíjense que esa misma estructura que ahora quiere que se firme un acuerdo no ha logrado solucionar el problema de las 36 mil toneladas de residuos en Córdoba, el de Malargüe, el de Sierra Pintada y el de la mina Los Gigantes.
Por lo tanto, quiero que entiendan que a veces uno pone vehemencia en esto porque está cansado de que grupúsculos como estos, que con esta falta de seriedad sientan la base de acuerdos, pretendan comprometer el futuro de mis hijos, quedando en manos nada menos que de la gente que en la ciudad de Córdoba, en un barrio en el que hace muy poquito estuve con mi contador geiger para medir cómo estaba la situación, ha dejado 36 mil toneladas de residuos radioactivos, sin que a nadie se le ocurra en este momento cómo van a ser tratados.
Por eso me parece muy oportuna la pregunta porque demuestra que esto avanza sobre un país en el que internamente no hubo una verdadera política de gestión de residuos radioactivos.
Cabe destacar que los materiales relacionados con la industria del uranio son absolutamente naturales. Me refiero al Uranio 238 y Radón 222. En la actualidad están distribuidos y la actividad nuclear los ha concentrado. En un reactor se generan materiales radiactivos de varios centenares de radioisótopos distintos que no están en la naturaleza. Me refiero al Plutonio 239, al Cesio 137 o el Yodo 131. Se trata de universos distintos que están manejados por la CONEA.
Es decir, los materiales radiactivos que estaban dispersos ahora están concentrados y, por el otro lado, tenemos los materiales que generan los reactores nucleares.
En el caso del contrato nosotros lidiamos con los residuos del reactor y, en el caso del acuerdo, ponemos la mira en el tema del reactor y en el intercambio de uranio.
Lamentablemente, en nuestro país no existe una gestión de residuos radiactivos en el sentido de una gestión responsable. No existe la gestión de los residuos radiactivos; existe una gestión irresponsable.
Los mejores ejemplos se sitúan en el área de los materiales naturales, como por ejemplo en el caso del uranio. En la ciudad de Córdoba existe una empresa cuyo nombre es Dioxitek, originaria de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Existen 36 mil toneladas de residuos radiactivos de baja actividad localizados.
He visitado muchos países y he podido ver lo que es la industria nuclear. No hay lugar del mundo donde en una ciudad de un millón de habitantes haya 36 toneladas de residuos radioactivos de baja actividad que han sido colocados sin membrana. Este lugar se encuentra en Córdoba y se conoce popularmente como "El chichón". Y en este momento ni siquiera se sabe qué está pasando con los radioisótopos naturales, que están migrando hacia la parte subterránea.
¿Qué quiere decir esto? Que la CONEA, que en realidad es la propietaria mayoritaria del INVAP -tampoco andemos con cuentos de hadas en esto; el INVAP tiene un directorio cuya mayoría corresponde a la CONEA-, celebra un acuerdo y un contrato cuando dentro del territorio existe una mala gestión de residuos radioactivos.
En la Argentina la gestión no es buena; es pésima. Y si no, invito a los señores diputados -creo que pueden acordar esto perfectamente con el señor diputado Molinari Romero- para que vayan a Córdoba y vean cómo ha sido la gestión de estas 36 mil toneladas de residuos radioactivos.
Lo mismo se puede decir en el caso de Mendoza. De hecho, estamos en contacto con la gente de Malargüe y de Sierra Pintada, que justamente están llevando nuestra experiencia para ver lo que ha pasado allí.
Entonces, también es importante que quien firma este acuerdo forma parte de una estructura que no ha sabido manejar los residuos propios. Consecuentemente, quiero decir lo siguiente: este acuerdo no es para residuos radioactivos de uranio, sino para residuos de alta actividad. Y si no han logrado manejar esos residuos de alta actividad, esos residuos que hubo en Córdoba o en Malargüe, nuestra duda es totalmente razonable. ¿Cómo se avanza en un acuerdo que además de ser violatorio de la Constitución Nacional nos pone a manejar residuos radioactivos cuando en el país nunca hemos tenido un buen plan de gestión?
La respuesta a la pregunta esencial es que se puede hacer. Creo que un país puede ser serio y que la Argentina pudo serlo, pero no lo fue. Y este papelito sobre el que recién me preguntaron demuestra que nuestro país no es serio. Les puedo asegurar que esto en Francia no pasa. Y conste que para mí ese es un país que se equivocó terriblemente en cuanto a su política al depender totalmente de la energía nuclear. No obstante, aún en ese lugar nuclearizado esto no pasaría. Pero pasó aquí.
Por lo tanto, ¿con qué autoridad vamos a aprobar un acuerdo? Y digo "aprobar" porque ustedes son nuestros representantes; yo me siento representado y quiero que escuchen mi opinión. ¿Con qué autoridad vamos a aprobar un acuerdo cuando en nuestro propio país se manejan pésimamente los residuos de uranio y existe un plan como el PRAMU? Al respecto, les pido que visiten la página de la CONEA para que se enteren de lo que es el PRAMU. Hay una línea de crédito gestionada con el Banco Mundial para la remediación de las minas. ¿Por qué? Porque los lugares en los que trabajó la CONEA siguen sin ser remediados. Un ejemplo de esto es el de la mina Los Gigantes, que funcionaba en Córdoba, que estuvo contaminando dos arroyos y el río San Antonio de esa provincia y que sigue sin tener un tratamiento adecuado. Fíjense que esa misma estructura que ahora quiere que se firme un acuerdo no ha logrado solucionar el problema de las 36 mil toneladas de residuos en Córdoba, el de Malargüe, el de Sierra Pintada y el de la mina Los Gigantes.
Por lo tanto, quiero que entiendan que a veces uno pone vehemencia en esto porque está cansado de que grupúsculos como estos, que con esta falta de seriedad sientan la base de acuerdos, pretendan comprometer el futuro de mis hijos, quedando en manos nada menos que de la gente que en la ciudad de Córdoba, en un barrio en el que hace muy poquito estuve con mi contador geiger para medir cómo estaba la situación, ha dejado 36 mil toneladas de residuos radioactivos, sin que a nadie se le ocurra en este momento cómo van a ser tratados.
Por eso me parece muy oportuna la pregunta porque demuestra que esto avanza sobre un país en el que internamente no hubo una verdadera política de gestión de residuos radioactivos.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Tiene la palabra el señor diputado Stubrin.
SR. STUBRIN Señor presidente: el país atraviesa por una crisis muy grande, abismal, desde el punto de vista de la representatividad. Por eso me gustaría destacar la existencia de un grupo de diputados que con gran interés y seriedad estamos intentando hacer bien aquello que nos compete. La historia y la opinión pública juzgarán en su momento si acertamos o erramos, pero reitero que estamos trabajando en forma intensa.
Hechas estas consideraciones quisiera formular algunos comentarios. En primer lugar, agradezco a quienes hoy nos visitan por sus intervenciones y por haber volcado en esta reunión todo lo que podían aportar. Aún debemos analizar algunos elementos, pero los vamos a requerir antes de tomar una decisión.
Quiero aprovechar esta oportunidad para decir a quienes hoy nos visitan que quedo a su entera disposición para hacerles conocer, antes de la firma del dictamen, las conclusiones a las que hayamos arribado. Y al señor presidente de la comisión le propongo que antes de tomar una decisión celebremos una reunión reservada con la Autoridad Regulatoria Nuclear. A mi juicio, ello es absolutamente necesario.
En segundo término, quiero destacar que el señor Brailovsky tenía razón. Las cuestiones están demasiado integradas, más allá del acuerdo que hoy está en consideración, y a partir de aquí se abren otras ramas, otros capítulos.
Por último, no corresponde que respondamos a los comentarios que puedan hacerse en la reunión porque ello implicaría entrar en una polémica. Como ésta es una etapa de estudio, estamos en una instancia en la que debemos recibir información.
Hechas estas consideraciones quisiera formular algunos comentarios. En primer lugar, agradezco a quienes hoy nos visitan por sus intervenciones y por haber volcado en esta reunión todo lo que podían aportar. Aún debemos analizar algunos elementos, pero los vamos a requerir antes de tomar una decisión.
Quiero aprovechar esta oportunidad para decir a quienes hoy nos visitan que quedo a su entera disposición para hacerles conocer, antes de la firma del dictamen, las conclusiones a las que hayamos arribado. Y al señor presidente de la comisión le propongo que antes de tomar una decisión celebremos una reunión reservada con la Autoridad Regulatoria Nuclear. A mi juicio, ello es absolutamente necesario.
En segundo término, quiero destacar que el señor Brailovsky tenía razón. Las cuestiones están demasiado integradas, más allá del acuerdo que hoy está en consideración, y a partir de aquí se abren otras ramas, otros capítulos.
Por último, no corresponde que respondamos a los comentarios que puedan hacerse en la reunión porque ello implicaría entrar en una polémica. Como ésta es una etapa de estudio, estamos en una instancia en la que debemos recibir información.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Continúa en el uso de la palabra el señor diputado Cigogna.
SR. CIGOGNA Señor presidente: me gustaría saber si hay información acerca de los accidentes provocados a raíz del desarrollo de la energía atómica en territorio argentino durante los últimos cincuenta años.
SR. PENACE La respuesta es sí. ¿Cuál es la pregunta que sigue?
SR. CIGOGNA ¿Cuántos?
SR. VILLALONGA Accidentes e incidentes hubo y de distintas categorías. En este momento hablamos de las plantas nucleares en particular. Quiero destacar que lo que ha descrito el señor Montenegro es no un accidente sino una política gravísima.
SR. CIGOGNA Escuché lo que se dijo, señor Villalonga. Pero mi pregunta concreta es cuántos accidentes hubo.
SR. VILLALONGA Ocurre, señor diputado, que lo que se acaba de describir es un accidente permanente derivado de un desmanejo absoluto en la minería del uranio y en la fábrica de dióxido de uranio. También podría comentar algunas situaciones escandalosas...
SR. CIGOGNA Quiero saber cuántos accidentes hubo, por favor.
SR. VILLALONGA Uno fue con tritio, en Embalse. La gente terminó bañándose con agua que tenía tritio. ¿Usted no conocía este hecho, señor diputado?
SR. CIGOGNA Por eso estoy preguntando.
SR. VILLALONGA Lo que acabo de describir ocurrió en Embalse. Un accidente frecuente que sufren los reactores Candú es la pinchadura de los tubos de presión.
SR. CIGOGNA ¿Cuáles fueron las consecuencias para los seres humanos y para la naturaleza?
SR. VILLALONGA Eso no se puede determinar porque guarda relación con datos epidemiológicos. El cáncer, al igual que cualquier patología vinculada con radiación, no lleva etiqueta. Distinto es el caso de las patologías producidas por mercurio o plomo, que se pueden vincular claramente con el elemento causante de la contaminación.
En este caso hablamos de patologías que también pueden ser generadas por muchos otros factores ambientales. Si una persona sufre leucemia, no necesariamente se va a concluir que la causa fue un elemento radiactivo.
Para que veamos cómo funcionan los organismos de control, permítaseme decir que luego de aquel accidente en Embalse la planta siguió operando. El agua pesada contaminada con tritio -elemento radiactivo producto de que el agua pasa por el núcleo del reactor- contaminó otro circuito de agua, que era nada más ni nada menos que el agua destinada a consumo en la planta. No tenía absolutamente nada que ver con el otro circuito, pero como compartían los intercambiadores de calor se contaminó con el tritio. Cuando la gente se bañaba sonaban las alarmas, pero se llegó a decir que debían estar funcionando mal porque la gente seguía bañándose y supuestamente estaba contaminada. Pero lo cierto es que el agua y el vapor del agua de las duchas estaban contaminados con tritio.
A esto debemos agregar que cuando sacaron toda el agua contaminada con tritio lo hicieron no por donde tenían que hacerlo sino por otro sitio, con lo cual el tritio volvió a entrar al ducto por el que circula el agua potable.
Estos hechos hablan de un escándalo en la gestión de Embalse, de un fin de semana en el que la planta no se quiso cerrar y de la complacencia de la autoridad regulatoria nuclear, que en aquel entonces -si mal no recuerdo fue en el año 1997- se llamaba Ente Nacional Regulatorio Nuclear.
Esto habla de una situación verdaderamente escandalosa. Con un tema de esta índole, en otro país se le quita la licencia al operador por varios años.
Les voy a contar un problema relacionado con la central de Atucha relativo al sistema de emergencia de frenado. Por casualidad se descubrió que el sistema de frenado no funcionaba en su totalidad. Sin embargo, con el poco funcionamiento podría haber parado una situación de emergencia en dicha planta.
Considero que hablar de accidentes vinculados a fenómenos que afectan la salud requiere de un análisis que la Argentina no lleva a cabo.
En este caso hablamos de patologías que también pueden ser generadas por muchos otros factores ambientales. Si una persona sufre leucemia, no necesariamente se va a concluir que la causa fue un elemento radiactivo.
Para que veamos cómo funcionan los organismos de control, permítaseme decir que luego de aquel accidente en Embalse la planta siguió operando. El agua pesada contaminada con tritio -elemento radiactivo producto de que el agua pasa por el núcleo del reactor- contaminó otro circuito de agua, que era nada más ni nada menos que el agua destinada a consumo en la planta. No tenía absolutamente nada que ver con el otro circuito, pero como compartían los intercambiadores de calor se contaminó con el tritio. Cuando la gente se bañaba sonaban las alarmas, pero se llegó a decir que debían estar funcionando mal porque la gente seguía bañándose y supuestamente estaba contaminada. Pero lo cierto es que el agua y el vapor del agua de las duchas estaban contaminados con tritio.
A esto debemos agregar que cuando sacaron toda el agua contaminada con tritio lo hicieron no por donde tenían que hacerlo sino por otro sitio, con lo cual el tritio volvió a entrar al ducto por el que circula el agua potable.
Estos hechos hablan de un escándalo en la gestión de Embalse, de un fin de semana en el que la planta no se quiso cerrar y de la complacencia de la autoridad regulatoria nuclear, que en aquel entonces -si mal no recuerdo fue en el año 1997- se llamaba Ente Nacional Regulatorio Nuclear.
Esto habla de una situación verdaderamente escandalosa. Con un tema de esta índole, en otro país se le quita la licencia al operador por varios años.
Les voy a contar un problema relacionado con la central de Atucha relativo al sistema de emergencia de frenado. Por casualidad se descubrió que el sistema de frenado no funcionaba en su totalidad. Sin embargo, con el poco funcionamiento podría haber parado una situación de emergencia en dicha planta.
Considero que hablar de accidentes vinculados a fenómenos que afectan la salud requiere de un análisis que la Argentina no lleva a cabo.
SR. CIGOGNA ¿Tienen información acerca de los accidentes que haya provocado el traslado de estos materiales?
SR. VILLALONGA La única vez que Argentina hizo una operación medianamente similar a la que se propone aquí fue en diciembre de 2000. En las décadas del 50 y del 60 Estados Unidos proveyó a la Argentina de combustible nuclear enriquecido en un 90 por ciento. Ese material puede ser utilizado para fabricar una bomba nuclear. Por ello, Estados Unidos comenzó desde hace 15 años atrás a tratar de recuperar todo ese material que dispersó en el mundo por razones de proliferación.
Precisamente, nuestro país tiene ese material y firmó un acuerdo con Estados Unidos para la devolución del mismo. En diciembre del año 2000 -totalmente en secreto- la Comisión Nacional de Energía Atómica hizo el traslado, desde el Centro Atómico de Ezeiza al puerto de Bahía Blanca pero a la altura de Cañuelas el camión volcó...
Precisamente, nuestro país tiene ese material y firmó un acuerdo con Estados Unidos para la devolución del mismo. En diciembre del año 2000 -totalmente en secreto- la Comisión Nacional de Energía Atómica hizo el traslado, desde el Centro Atómico de Ezeiza al puerto de Bahía Blanca pero a la altura de Cañuelas el camión volcó...
SR. CIGOGNA ¿Tiene información acerca de si se produjo algún daño...?
SR. VILLALONGA Esto demuestra que las cosas que tienen que salir mal, saldrán mal, con todos los riesgos que ello implica.
SR. CIGOGNA ¿Tiene información respecto de accidentes producidos en el transporte internacional en lo relativo a esta materia?
SR. CORCUERA Puedo recordarles el caso de Constituyentes donde una persona, manipulando algunos materiales dentro del centro atómico, falleció en menos de 24 horas por exposición.
SR. CIGOGNA ¿Y en lo relativo al traslado internacional de este material?
SR. MONTENEGRO La lista es demasiado larga y para empezar se puede consultar la página web de la OIEA. Allí están contemplados todos los accidentes e incidentes pues existe una distinción respecto al carácter de cada uno de ellos.
SR. CIGOGNA Yo le pregunto por accidentes...
SR. MONTENEGRO La lista es muy larga y pasaríamos toda la mañana...
SR. CIGOGNA ¿Cuál es el número de traslados producidos en el mundo hasta el día de la fecha?
SR. MONTENEGRO En este momento es muy difícil...
SR. CIGOGNA ¿Más de 2.500 traslados?
SR. VILLALONGA Es muy confusa la pregunta. Generalmente se suele poner como ejemplo la planta de reprocesamiento de Cogema, sin dejar de mencionar las plantas de Sellafield y Dounreay. Son los peores ejemplos de la industria nuclear.
SR. CIGOGNA Concretamente, le pregunto si conoce la existencia de accidentes que se hayan producido en el traslado de este tipo de materiales en el plano internacional. La pregunta que formulé acerca del ámbito nacional ya fue contestada.
SR. VILLALONGA En Alemania se descubrió que los contenedores no cumplían con determinados requisitos. Allí se produjo una falla.
Varios asistentes a la reunión hablan a la vez.
SR. CIGOGNA Quisiera saber si hubo un accidente del que fuera víctima alguna persona, animal o...
SR. STINGLITZ.- Con todo respeto, quiero decirle al señor diputado que lo que está preguntando es irrelevante dado que existe el principio de precaución.
SR. STINGLITZ.- Con todo respeto, quiero decirle al señor diputado que lo que está preguntando es irrelevante dado que existe el principio de precaución.
SR. CIGOGNA Con el debido respeto, la relevancia de mi pregunta la juzga quien le habla y, si usted quiere, responde o no.
SR. MOLINARI ROMERO Descuento la buena voluntad del señor diputado, pero si vengo a una reunión de este tipo creo que tampoco tendría en el bolsillo toda la información que se me pide respecto de los incidentes que ocurren en el país.
T.34
Pero me comprometo a pedir los puntos con usted. Porque si no parece que esto fuera una absolución de posiciones.
T.34
Pero me comprometo a pedir los puntos con usted. Porque si no parece que esto fuera una absolución de posiciones.
SR. VILLALONGA Quiero ser respetuoso. Si hablamos del plano de los transportes debemos decir que aquí hubo un vuelco de uranio en el aeropuerto de Ezeiza, en uno de los pocos transportes que la Argentina hizo por vía aérea. Prometo traerle todo ese material, que se publicó en los diarios.
SR. CORCUERA De todos modos, señor diputado, responder a esa pregunta es una responsabilidad de la autoridad de aplicación y no nuestra.
SR. CIGOGNA Pero ustedes son los que están hoy aquí.
SR. CORCUERA Nosotros podemos tratar de darle toda la información, que siempre va a ser mucho menor que aquella sobre la que tienen responsabilidad la CONEA y la autoridad de regulación nuclear en relación con el tema de la accidentología. Ahora, yo no estaría tan seguro de que estén dispuestos a darle esa información y con las historias completas de lo que ha ocurrido a lo largo de la historia del organismo.
SR. MONTENEGRO Si me permiten, quiero agregar algo. Coincido en que es imposible traer todos los datos, pero con todo gusto vamos a tratar de hacerlo. No obstante, quiero destacar algo que estuve explicando en una audiencia de vecinos. Ustedes saben que en el país hay audiencias públicas y que la gente quiere saber. Y nosotros también vamos aprendiendo en esas audiencias públicas, como probablemente lo estamos haciendo también hoy aquí. Debe tenerse en cuenta que los efectos de los materiales radioactivos sobre la salud difieren totalmente de los de los materiales estables. O sea que no podemos usar los mismos patrones.
Y básicamente uno de los efectos característicos es lo que se llama efectos demorados. El caso paradigmático de esto es el de las leucemias demoradas. Es decir, se produce el efecto del material radioactivo a nivel del material genético. Ustedes saben que en nuestro material genético tenemos un freno y un acelerador; esa es la parte clave a partir de la cual surge el cáncer. Entonces, cuando el material radioactivo iniciala y afecta, por ejemplo, al freno y al acelerador, no necesariamente se produce un cáncer en las próximas tres horas, sino que causa leucemias demoradas.
Esto lo investigó muy bien una gran amiga que es una médica inglesa y que a partir de sus investigaciones prohibió el uso de radiación X en mujeres embarazadas. Ella demostró que la mujer irradiada con un rayo X -que es lo mismo gamma con material radioactivo- se iniciaba el cáncer, por ejemplo, en el feto o en el embrión que tenía dentro del útero. Y recién se manifestaba como leucemia en la etapa de la pubertad, o sea, 12 o 14 años más tarde.
Entonces, es importante tener en cuenta que cuando hablamos de materiales radioactivos no estamos hablando de una cosa que podamos detectar como material radioactivo, sino de algo que tiene un efecto demorado. y es lo que está produciendo toda esa alta incidencia de morbilidad y de mortalidad en Chernobyl, por ejemplo.
Por lo tanto, esto agrega un gran signo de interrogación, mucho más preocupante por el tema de la demora. Y por eso esta casuística tan alta de la leucemia. Por ejemplo, las leucemias se producen porque al armarse los cromosomas un pedacito se pega a otro -se produce un fenómeno de traslocación- y a lo mejor una persona desarrolla esa enfermedad por material radioactivo. Lamentablemente la radiación no tiene efectos inmediatos.Va a ser un gusto alcanzar a esta comisión los trabajos que se han hecho sobre este tema en distintos congresos, De hecho, nosotros organizamos la Conferencia Internacional de Víctimas de la Radiación en Berlín, en 1992, en la que estuvieron presentes representantes de los principales países en los que se registraron accidentes.
Entonces, una de las características generales es que a partir de la década del cincuenta hubo un cambio muy importante. Es fundamental tener en cuenta esto. Antes de esa década se consideraba que la radiación era un problema a niveles altos. Desde 1950 hasta el presente se considera que no hay un nivel seguro de radioactividad. Destaco esto especialmente: no hay un nivel seguro de radioactividad; técnica y científicamente no hay ningún valor seguro, sino que cualquier valor distinto de cero es de riesgo para la salud.
De manera tal que ese nuevo escenario se agrega a este otro de los efectos demorados. Señalo esto para tener en cuenta que no estamos lidiando con algo convencional.
Y básicamente uno de los efectos característicos es lo que se llama efectos demorados. El caso paradigmático de esto es el de las leucemias demoradas. Es decir, se produce el efecto del material radioactivo a nivel del material genético. Ustedes saben que en nuestro material genético tenemos un freno y un acelerador; esa es la parte clave a partir de la cual surge el cáncer. Entonces, cuando el material radioactivo iniciala y afecta, por ejemplo, al freno y al acelerador, no necesariamente se produce un cáncer en las próximas tres horas, sino que causa leucemias demoradas.
Esto lo investigó muy bien una gran amiga que es una médica inglesa y que a partir de sus investigaciones prohibió el uso de radiación X en mujeres embarazadas. Ella demostró que la mujer irradiada con un rayo X -que es lo mismo gamma con material radioactivo- se iniciaba el cáncer, por ejemplo, en el feto o en el embrión que tenía dentro del útero. Y recién se manifestaba como leucemia en la etapa de la pubertad, o sea, 12 o 14 años más tarde.
Entonces, es importante tener en cuenta que cuando hablamos de materiales radioactivos no estamos hablando de una cosa que podamos detectar como material radioactivo, sino de algo que tiene un efecto demorado. y es lo que está produciendo toda esa alta incidencia de morbilidad y de mortalidad en Chernobyl, por ejemplo.
Por lo tanto, esto agrega un gran signo de interrogación, mucho más preocupante por el tema de la demora. Y por eso esta casuística tan alta de la leucemia. Por ejemplo, las leucemias se producen porque al armarse los cromosomas un pedacito se pega a otro -se produce un fenómeno de traslocación- y a lo mejor una persona desarrolla esa enfermedad por material radioactivo. Lamentablemente la radiación no tiene efectos inmediatos.Va a ser un gusto alcanzar a esta comisión los trabajos que se han hecho sobre este tema en distintos congresos, De hecho, nosotros organizamos la Conferencia Internacional de Víctimas de la Radiación en Berlín, en 1992, en la que estuvieron presentes representantes de los principales países en los que se registraron accidentes.
Entonces, una de las características generales es que a partir de la década del cincuenta hubo un cambio muy importante. Es fundamental tener en cuenta esto. Antes de esa década se consideraba que la radiación era un problema a niveles altos. Desde 1950 hasta el presente se considera que no hay un nivel seguro de radioactividad. Destaco esto especialmente: no hay un nivel seguro de radioactividad; técnica y científicamente no hay ningún valor seguro, sino que cualquier valor distinto de cero es de riesgo para la salud.
De manera tal que ese nuevo escenario se agrega a este otro de los efectos demorados. Señalo esto para tener en cuenta que no estamos lidiando con algo convencional.
SR. CORCUERA Si el doctor Montenegro me permite, quisiera hacer el siguiente comentario.
Uno de los problemas psicológicos que presentan los operadores del centro de Ezeiza es que continuamente sienten que pueden tener diarrea. Como tal vez muchos sepan, uno de los primeros signos que aparece como consecuencia de la acumulación de radiactividad en el cuerpo es la diarrea. En el centro de Ezeiza los empleados piden constantemente pastillas para la diarrea. Aclaro que hablamos de un centro donde se trabaja exclusivamente con baja radiactividad.
Uno de los problemas psicológicos que presentan los operadores del centro de Ezeiza es que continuamente sienten que pueden tener diarrea. Como tal vez muchos sepan, uno de los primeros signos que aparece como consecuencia de la acumulación de radiactividad en el cuerpo es la diarrea. En el centro de Ezeiza los empleados piden constantemente pastillas para la diarrea. Aclaro que hablamos de un centro donde se trabaja exclusivamente con baja radiactividad.
SR. MONTENEGRO Quienes trabajamos en este campo sabemos de qué estamos hablando porque algunos experimentos han sido terribles.
Fue en Chernobyl donde los cuerpos médicos se encontraron por primera vez con efectos no conocidos. Por ejemplo, pudo verse que personas afectadas por el accidente presentaban senescencia; al parecer, la radiación acelera el proceso de envejecimiento y produce progeria.
Para nosotros aquí se debe aplicar el principio de precaución; los efectos son tan fuertes y tan dramáticos que es preciso tener mucha precaución.
En cuanto a los accidentes propiamente dichos, quiero recordar que en la Argentina hubo un Chernobyl silencioso que paradójicamente tuvo lugar en Córdoba en el año 1983. Fue en la central nuclear de Embalse, a raíz de una falla operacional. No hubo emisión de material radiactivo, pero fue el accidente más grave de toda la casuística nuclear argentina.
Respecto de esto hay un dato sumamente dramático. ¿Saben cómo nos enteramos del accidente? Por un artículo publicado en la revista "Der Spiegel", de Alemania, que tuvo acceso al informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica. No nos enteramos cuando tuvo lugar el accidente y ni siquiera a los dos años; tomamos conocimiento de lo que había ocurrido prácticamente luego de seis años y por una revista alemana.
Para nosotros será un gusto proporcionar a la comisión un listado de accidentes. Pero también le vamos a alcanzar información sobre las consecuencias derivadas de la firma del acuerdo. Mucha gente morirá por culpa de este acuerdo. Lo remarco nuevamente: mucha gente morirá en caso de que este acuerdo se apruebe. No lo hará en forma inmediata, pero quedarán habilitadas líneas de riesgo que traerán como consecuencia mayor morbimortalidad en nuestro país.
Es importante tener esto en cuenta. No es un acuerdo inofensivo. Aquí no se trata de los 90 millones de dólares -y no 180 millones como dice INVAP- que recibirá la Argentina. Se trata de que con estos acuerdos se pone en riesgo la vida de la gente. Estoy hablando como biólogo, no como activista de una organización no gubernamental. Quien habla es una persona que en su cátedra de la facultad enseña todos los miércoles a sus alumnos cómo funciona el organismo humano y cuáles son los efectos de la radiación.
Es fundamental que los señores diputados consideren lo que acabo de explicar. Ténganlo en cuenta porque es parte de un apéndice no escrito de un libro blanco que tiene este acuerdo. Hay gente que se va a enfermar y que morirá como consecuencia de él. Por supuesto que en su momento diremos quiénes son los responsables de todo esto, porque si calláramos seríamos sus cómplices.
Fue en Chernobyl donde los cuerpos médicos se encontraron por primera vez con efectos no conocidos. Por ejemplo, pudo verse que personas afectadas por el accidente presentaban senescencia; al parecer, la radiación acelera el proceso de envejecimiento y produce progeria.
Para nosotros aquí se debe aplicar el principio de precaución; los efectos son tan fuertes y tan dramáticos que es preciso tener mucha precaución.
En cuanto a los accidentes propiamente dichos, quiero recordar que en la Argentina hubo un Chernobyl silencioso que paradójicamente tuvo lugar en Córdoba en el año 1983. Fue en la central nuclear de Embalse, a raíz de una falla operacional. No hubo emisión de material radiactivo, pero fue el accidente más grave de toda la casuística nuclear argentina.
Respecto de esto hay un dato sumamente dramático. ¿Saben cómo nos enteramos del accidente? Por un artículo publicado en la revista "Der Spiegel", de Alemania, que tuvo acceso al informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica. No nos enteramos cuando tuvo lugar el accidente y ni siquiera a los dos años; tomamos conocimiento de lo que había ocurrido prácticamente luego de seis años y por una revista alemana.
Para nosotros será un gusto proporcionar a la comisión un listado de accidentes. Pero también le vamos a alcanzar información sobre las consecuencias derivadas de la firma del acuerdo. Mucha gente morirá por culpa de este acuerdo. Lo remarco nuevamente: mucha gente morirá en caso de que este acuerdo se apruebe. No lo hará en forma inmediata, pero quedarán habilitadas líneas de riesgo que traerán como consecuencia mayor morbimortalidad en nuestro país.
Es importante tener esto en cuenta. No es un acuerdo inofensivo. Aquí no se trata de los 90 millones de dólares -y no 180 millones como dice INVAP- que recibirá la Argentina. Se trata de que con estos acuerdos se pone en riesgo la vida de la gente. Estoy hablando como biólogo, no como activista de una organización no gubernamental. Quien habla es una persona que en su cátedra de la facultad enseña todos los miércoles a sus alumnos cómo funciona el organismo humano y cuáles son los efectos de la radiación.
Es fundamental que los señores diputados consideren lo que acabo de explicar. Ténganlo en cuenta porque es parte de un apéndice no escrito de un libro blanco que tiene este acuerdo. Hay gente que se va a enfermar y que morirá como consecuencia de él. Por supuesto que en su momento diremos quiénes son los responsables de todo esto, porque si calláramos seríamos sus cómplices.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Tiene la palabra el señor Nunziata.
SR. NUNZIATA Señor presidente: ante todo quiero decir que sentí que el diputado que hizo la pregunta sobre los accidentes estaba, de alguna forma, tomando una posición y preguntando, como muchos jueces, si habíamos traído un muerto. Un muerto con un sellito que diga de qué murió.
Pienso que las políticas se formulan -como cosa ideal- como una cuestión preventiva basándose principalmente en experiencias tan tristes como las de Hiroshima, Chernobyl y los tantos accidentes ocurridos en todos los países del mundo e incluso en el tecnológicamente más desarrollado, que es Estados Unidos.
A mi entender, éste no es el momento adecuado para hacer esa clase de interrogatorios porque a estas reuniones uno no trae ese tipo de registro. La formulación de políticas no se tiene que basar en los muertos que uno pueda traer junto con la comprobación de la causa de la muerte.
Y lo digo precisamente porque desde hace algún tiempo estamos intentando probar que el río Reconquista está contaminado. Es obvio, puesto que no hay una estadística y la gente no sabe por qué se enfermó o tuvo hepatitis. Es muy simple: no se lo dicen en el hospital. Sí podemos prevenir porque está más que comprobado que el río está contaminado.
Nuestro país necesita una política relacionada con la energía atómica. De una buena vez hay que definir qué rumbo se tomará respecto de este tema. La ley previene y no actúa cuando le traemos al "muerto" porque este país está cansado de que le traigan "muertos".
Pienso que las políticas se formulan -como cosa ideal- como una cuestión preventiva basándose principalmente en experiencias tan tristes como las de Hiroshima, Chernobyl y los tantos accidentes ocurridos en todos los países del mundo e incluso en el tecnológicamente más desarrollado, que es Estados Unidos.
A mi entender, éste no es el momento adecuado para hacer esa clase de interrogatorios porque a estas reuniones uno no trae ese tipo de registro. La formulación de políticas no se tiene que basar en los muertos que uno pueda traer junto con la comprobación de la causa de la muerte.
Y lo digo precisamente porque desde hace algún tiempo estamos intentando probar que el río Reconquista está contaminado. Es obvio, puesto que no hay una estadística y la gente no sabe por qué se enfermó o tuvo hepatitis. Es muy simple: no se lo dicen en el hospital. Sí podemos prevenir porque está más que comprobado que el río está contaminado.
Nuestro país necesita una política relacionada con la energía atómica. De una buena vez hay que definir qué rumbo se tomará respecto de este tema. La ley previene y no actúa cuando le traemos al "muerto" porque este país está cansado de que le traigan "muertos".
SR. PEDACE El señor diputado preopinante ha hecho referencia al riesgo en lo relativo a transportes. El problema que tenemos se basa en que la estadística accidentológica que tenemos se modifica momento a momento dado que las condiciones de contorno que la generan también se modifican.
La estadística global no se modificó demasiado a raíz de los muertos ocasionados por el accidente de las torres. Sin embargo, eso sí se produjo respecto de la aviación y los respectivos controles. El hecho de que hasta el momento no haya habido una liberación masiva por causas naturales o accidentes comunes en el transporte no invalida que por intrusión antrópica la tengamos. Y eso no puede ser analizado con la estadística del transporte que tenemos hasta ahora.
La estadística global no se modificó demasiado a raíz de los muertos ocasionados por el accidente de las torres. Sin embargo, eso sí se produjo respecto de la aviación y los respectivos controles. El hecho de que hasta el momento no haya habido una liberación masiva por causas naturales o accidentes comunes en el transporte no invalida que por intrusión antrópica la tengamos. Y eso no puede ser analizado con la estadística del transporte que tenemos hasta ahora.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Hemos escuchado todas las opiniones y considero que son muy valiosas. Me deja preocupado un tema relacionado con el hecho de que hay puntos de vista técnicos disímiles y creo que esto no debería ofrecer puntos tan extremos.
Me han quedado muchas dudas que seguramente volcaré a los representantes de CONEA y del INVAP que sé que tenían intenciones de hacer uso de la palabra en el día de la fecha. Lógicamente, esta reunión no ha tenido el sentido de transformarse en un careo. Hemos tratado de ponerle respeto y racionalidad y creo que eso se ha logrado.
Repito: me preocupa que existan puntos de vista técnicos muy distanciados uno del otro. Creo que es algo que luego tendremos que rediscutir.
Me han quedado muchas dudas que seguramente volcaré a los representantes de CONEA y del INVAP que sé que tenían intenciones de hacer uso de la palabra en el día de la fecha. Lógicamente, esta reunión no ha tenido el sentido de transformarse en un careo. Hemos tratado de ponerle respeto y racionalidad y creo que eso se ha logrado.
Repito: me preocupa que existan puntos de vista técnicos muy distanciados uno del otro. Creo que es algo que luego tendremos que rediscutir.
SR. VILLALONGA ¿Cuáles son los puntos disímiles a los que hace referencia, señor presidente?
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Me refiero al tema de los combustibles gastados y su reprocesamiento. El tema de
qué significa y por qué se dejan los diez años. No soy un experto, pero he escuchado la cuestión del enfriamiento para bajar la radioactividad porque si no, según algunos técnicos, esto revienta, mientras que según otros, esto no cambia nada.
Lo mismo ocurre con el tema del transporte. He visto medidas extremas de seguridad en algunas posturas y he escuchado aquí esto otro, que es alarmante y que se contradice completamente.
qué significa y por qué se dejan los diez años. No soy un experto, pero he escuchado la cuestión del enfriamiento para bajar la radioactividad porque si no, según algunos técnicos, esto revienta, mientras que según otros, esto no cambia nada.
Lo mismo ocurre con el tema del transporte. He visto medidas extremas de seguridad en algunas posturas y he escuchado aquí esto otro, que es alarmante y que se contradice completamente.
SR. CORCUERA Hubo ataques a centrales nucleares, por ejemplo, en Australia.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Reitero que no pretendo hacer de esto una polémica porque probablemente alguien que tiene la capacidad, el conocimiento y el estudio estaría discutiendo con alguien que tiene solamente la capacidad auditiva para tratar de discernir ciertas cosas. Me preocupa, nada más.
Lo que sí nos ha quedado en claro -por lo menos a mí- es el objetivo final de la exposición de nuestros invitados sobre la cuestión de fondo. Pero me queda una gran confusión acerca de las cuestiones de orden técnico, que indudablemente creo que es lo que no debería presentar problemas y parecería que son posiciones encontradas.
Lo que sí nos ha quedado en claro -por lo menos a mí- es el objetivo final de la exposición de nuestros invitados sobre la cuestión de fondo. Pero me queda una gran confusión acerca de las cuestiones de orden técnico, que indudablemente creo que es lo que no debería presentar problemas y parecería que son posiciones encontradas.
SR. STIGLITZ Señor presidente, ¿no valdría la pena llevar a cabo un debate entre técnicos de la comisión y los de las entidades que nos oponemos a esto?
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Sobre esto vamos a conversar en algún momento los diputados, porque en realidad el apuro que hay en cuanto a la emisión del dictamen final es solamente después de haber escuchado todas las posiciones.
Quiero que se queden con la tranquilidad de que este no es un dictamen que va a emitirse el martes o el jueves próximo, sino que simplemente se lo va a hacer luego de haber escuchado medulosamente a las partes. Y probablemente pueda haber una reunión de técnicos; esto lo resolveremos aquí. Pero quiero decirles solamente cuál es el punto sobre el cual me quedó una luz roja.
Quiero que se queden con la tranquilidad de que este no es un dictamen que va a emitirse el martes o el jueves próximo, sino que simplemente se lo va a hacer luego de haber escuchado medulosamente a las partes. Y probablemente pueda haber una reunión de técnicos; esto lo resolveremos aquí. Pero quiero decirles solamente cuál es el punto sobre el cual me quedó una luz roja.
SR. MOLINARI ROMERO Si me permite, señor presidente, quisiera plantear una cuestión operativa de la comisión. En primer término creo que tanto en la reunión pasada, en que contamos con la presencia de la gente de la CONEA y del INVAP, como en la de hoy con los invitados que nos acompañan, hemos recibido un bombardeo de información. No tengo ninguna duda de que necesitamos -sobre todo en el caso de los que no tenemos una formación técnica sobre estos temas- procesar esto.
Por lo tanto, creo que en el seno de la comisión, donde necesitamos entender esto, los miembros de los distintos bloques vamos a discutir acerca de cuál es la mecánica para poder procesar toda esa información y agotar las vías que hagan falta. Pero no quisiera que se levantara esta reunión sin sugerir algo sobre lo que ya hemos conversado: que para la reunión del próximo jueves se cite, a propuesta de la propia Presidencia y de las distintas bancadas, a constitucionalistas que tengan una opinión, un interés o un estudio sobre este tema, porque ese es el otro capítulo que tiene que ver con esa cuestión. Aquí hubo posiciones públicas, dictámenes y demás. Entonces, por una cuestión de ordenamiento quisiera pedir que esto en cierta forma quede establecido.
Por lo tanto, creo que en el seno de la comisión, donde necesitamos entender esto, los miembros de los distintos bloques vamos a discutir acerca de cuál es la mecánica para poder procesar toda esa información y agotar las vías que hagan falta. Pero no quisiera que se levantara esta reunión sin sugerir algo sobre lo que ya hemos conversado: que para la reunión del próximo jueves se cite, a propuesta de la propia Presidencia y de las distintas bancadas, a constitucionalistas que tengan una opinión, un interés o un estudio sobre este tema, porque ese es el otro capítulo que tiene que ver con esa cuestión. Aquí hubo posiciones públicas, dictámenes y demás. Entonces, por una cuestión de ordenamiento quisiera pedir que esto en cierta forma quede establecido.
SR. BASUALDO Nos queda la preocupación de que si los señores diputados reconocen que no son expertos en el tema cómo pueden llegar a una conclusión, eligiendo en un sentido u otro, sin la realización de una discusión, sin ser testigos de un debate donde cada una de estas instancias técnicas puedan defender sus puntos de vista y sus argumentos.
SR. MOLINARI ROMERO A mí no me eligieron por ser profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Córdoba durante muchos años, sino para representar al pueblo y por tratar de tener una visión general, saber escuchar y confrontar opiniones.
Yo no le quiero dar ninguna tranquilidad de ningún tipo; además le cuento cuál es el pensamiento del señor presidente.
Muchas de las cuestiones que discutimos a lo largo de esta reunión seguramente surgirán en otra oportunidad. Sería muy interesante encontrar a representantes de organizaciones ambientalistas, de la Comisión Nacional de Energía Atómica y del INVAP sentados a una mesa y manteniendo un diálogo fructífero. No estamos buscando, por lo menos de nuestra parte, shows mediáticos. Por el contrario, queremos seriedad.
A quienes hoy nos visitan quiero pedirles que sepan entender que en este momento no digamos, por lo menos desde el bloque radical, que mañana nos vamos a reunir con la CNEA, con INVAP o nuevamente con ustedes. Todos tenemos una gran preocupación. Nosotros no fuimos elegidos por ser especialistas en tal o cual materia sino para representar al conjunto de la sociedad.
Yo no le quiero dar ninguna tranquilidad de ningún tipo; además le cuento cuál es el pensamiento del señor presidente.
Muchas de las cuestiones que discutimos a lo largo de esta reunión seguramente surgirán en otra oportunidad. Sería muy interesante encontrar a representantes de organizaciones ambientalistas, de la Comisión Nacional de Energía Atómica y del INVAP sentados a una mesa y manteniendo un diálogo fructífero. No estamos buscando, por lo menos de nuestra parte, shows mediáticos. Por el contrario, queremos seriedad.
A quienes hoy nos visitan quiero pedirles que sepan entender que en este momento no digamos, por lo menos desde el bloque radical, que mañana nos vamos a reunir con la CNEA, con INVAP o nuevamente con ustedes. Todos tenemos una gran preocupación. Nosotros no fuimos elegidos por ser especialistas en tal o cual materia sino para representar al conjunto de la sociedad.
SR. STIGLITZ Si el señor presidente me permite, quisiera hacer un último comentario.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR No hagamos más polémicas, señor Stiglitz.
SR. STIGLITZ No es una polémica.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR La Presidencia entiende que todos han sido escuchados atentamente y que puede considerarse agotada la discusión sobre el tema. Además le pide disculpas al doctor Stiglitz por si lo ha cercenado en el uso de la palabra.
Quiero agradecer en nombre de la comisión la presencia de todos quienes han participado en esta reunión. Hemos sido ilustrados sobre varios aspectos con gran conocimiento y apasionamiento.
Ha quedado en claro cuáles son los puntos en los que existe alguna contradicción. Entonces, tendremos que ver la mecánica de trabajo a adoptar de aquí en más.
Estamos frente a un problema que no es exclusivamente constitucional.
Quiero agradecer en nombre de la comisión la presencia de todos quienes han participado en esta reunión. Hemos sido ilustrados sobre varios aspectos con gran conocimiento y apasionamiento.
Ha quedado en claro cuáles son los puntos en los que existe alguna contradicción. Entonces, tendremos que ver la mecánica de trabajo a adoptar de aquí en más.
Estamos frente a un problema que no es exclusivamente constitucional.
SR. STIGLITZ Exactamente.
SR. PRESIDENTE ESCOBAR Es por ello que me parecen correctas las palabras del señor diputado Molinari Romero.
Aquí hay tres cuestiones. La primera es constitucional; pero, como dije antes, no es la única, porque si así fuera habríamos invitado a la Comisión de Asuntos Constitucionales y hubiéramos dejado de lado muchas cuestiones que hoy analizamos. La segunda tiene que ver con la política nuclear de la Argentina. Y la tercera se relaciona con la determinación de las implicancias, consecuencias y riesgos de la política nuclear que se adopte.
A esto debemos sumar los siguientes problemas: primero, el problema de crecimiento de nuestro país en el orden comercial y productivo; segundo, los riesgos y temores que aquí se han manifestado sobre la base de distintas argumentaciones; y tercero, la cuestión vinculada con el artículo 41 de nuestra Constitución.
Como estamos ante un mosaico de aspectos diversos, la idea es recoger las distintas opiniones para tratar de llegar a una conclusión. Probablemente, cuando tengamos discusiones de orden técnico convoquemos a representantes de distintos sectores que se especializan en el tema. Por supuesto que no lo haremos en el marco de una asamblea; esta comisión no realiza audiencias públicas sino que escucha las diferentes ponencias y luego las analiza.
Por último quiero destacar que la decisión final no estará a cargo solamente de esta comisión, ya que el tema también fue girado a las comisiones de Energía y Combustibles y de Ciencia y Tecnología. Y por lo señalado hace instantes, tal vez también deba ser analizado por la Comisión de Asuntos Constitucionales.
En nombre de la comisión agradezco nuevamente la presencia de todos quienes han participado en esta reunión y, de esta manera, la doy por finalizada.
Aquí hay tres cuestiones. La primera es constitucional; pero, como dije antes, no es la única, porque si así fuera habríamos invitado a la Comisión de Asuntos Constitucionales y hubiéramos dejado de lado muchas cuestiones que hoy analizamos. La segunda tiene que ver con la política nuclear de la Argentina. Y la tercera se relaciona con la determinación de las implicancias, consecuencias y riesgos de la política nuclear que se adopte.
A esto debemos sumar los siguientes problemas: primero, el problema de crecimiento de nuestro país en el orden comercial y productivo; segundo, los riesgos y temores que aquí se han manifestado sobre la base de distintas argumentaciones; y tercero, la cuestión vinculada con el artículo 41 de nuestra Constitución.
Como estamos ante un mosaico de aspectos diversos, la idea es recoger las distintas opiniones para tratar de llegar a una conclusión. Probablemente, cuando tengamos discusiones de orden técnico convoquemos a representantes de distintos sectores que se especializan en el tema. Por supuesto que no lo haremos en el marco de una asamblea; esta comisión no realiza audiencias públicas sino que escucha las diferentes ponencias y luego las analiza.
Por último quiero destacar que la decisión final no estará a cargo solamente de esta comisión, ya que el tema también fue girado a las comisiones de Energía y Combustibles y de Ciencia y Tecnología. Y por lo señalado hace instantes, tal vez también deba ser analizado por la Comisión de Asuntos Constitucionales.
En nombre de la comisión agradezco nuevamente la presencia de todos quienes han participado en esta reunión y, de esta manera, la doy por finalizada.
- Es la hora 12 y 34.