Expresar preocupación ante una obra en la Provincia de Santa Cruz en la cual existe un desmedido aumento de precio en la construcción de dos represas en dicha provincia.

Señor presidente:

El Gobierno tiene que explicar el desusado aumento del precio de dos represas que se construirán en la provincia patagónica.

En el avasallante marketing del kirchnerismo, que hace que una misma obra se anuncie o se inaugure varias veces, ocupa un lugar destacado la futura construcción de dos centrales hidroeléctricas en la provincia de Santa Cruz, sobre el río del mismo nombre. Cuatro veces durante cinco años se anunció el llamado a licitación de este emprendimiento que plantea fundadas sospechas.

En el último anuncio, realizado por la Presidenta hace pocos días, el nuevo presupuesto supera en 5200 millones de pesos al anterior, que databa de hace dos años y sumaba 16.400 millones de pesos. Además, las dos represas proyectadas, antes conocidas como Condor Clif y La Barrancosa, han cambiado de nombre y ahora se llaman Presidente Néstor Kirchner y Gobernador Jorge Cepernic.

El precio actual para la construcción de este complejo hidroeléctrico, que sería el tercer generador de energía más importante, después de Yacyretá y de Salto Grande, asciende a 21.600 millones de pesos. Anunciado en 2007, cuando su presupuesto era de sólo 8000 millones de pesos, en un primer momento el emprendimiento iba a ser privado, pero luego se optó por la obra pública. Sin embargo, luego de adjudicar las obras tras una licitación y firmar el contrato con un consorcio conformado por Corporación América (Eurnekian), Impsa (Pescarmona) y el grupo brasileño Camargo Correa, el gobierno nacional no aportó los fondos para comenzar las obras. Ahora, con nuevo precio, se realizará una nueva licitación.

Ante las numerosas incógnitas planteadas, la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) presentó tres pedidos de información a organismos públicos para conocer los motivos para la nueva licitación abierta este año y las dificultades que llevaron a rescindir el contrato del proyecto anteriormente adjudicado. También pidió información sobre el papel que tendrán las inversiones extranjeras y la posibilidad de realizar una evaluación de impacto ambiental.

Antes de nacer, la obra parece predestinada al escándalo. Años atrás, el empresario Lázaro Báez, hombre de confianza de Néstor Kirchner, compró varias estancias en Santa Cruz por una suma que rondaba los 28 millones de dólares. Se trataba de más de 180 mil hectáreas y, en todos los casos, tenían una característica en común: las tierras se encontraban en las proximidades del río Santa Cruz o directamente lindaban con este curso de agua.

Fundamentalmente se sospechó que, debido a su muy estrecha relación con el ex presidente, Báez poseía información privilegiada referida a las tierras que quedarían sumergidas luego de construirse las represas y cuyo dueño, por lo tanto, recibiría las correspondientes indemnizaciones estatales. Las sospechas quedaron confirmadas y, tras admitir la compra de tierras que antes había negado, Báez dijo que donará las indemnizaciones al Ministerio de Educación de la provincia para la construcción de escuelas rurales y el fortalecimiento y desarrollo de la educación provincial.

Al amparo de Néstor Kirchner, Báez dejó de ser cadete de banco en Río Gallegos para convertirse en un fuerte empresario de la construcción, ganador de licitaciones de áreas petroleras, dueño de un grupo de medios y, junto con Néstor Kirchner, titular de un fideicomiso para financiar la construcción de viviendas en Río Gallegos.

El secreto de su éxito no encerraba mayores misterios: su cercanía con el poder político redundó en que fuera beneficiado con numerosas obras públicas, unas de las principales "industrias" de Santa Cruz. Esta característica es la que, precisamente, obliga a seguir con mayor detenimiento todo lo referido al proyecto de estas represas, signado por las marchas y contramarchas permanentes.

Recordemos que, años atrás, el enorme incremento de las partidas nacionales para obras públicas en Santa Cruz conformó lo que la oposición local llamó "un presupuesto duplicado" y que se tradujo en una reducción del margen de maniobra del gobierno provincial. Por este motivo renunció Sergio Acevedo a la gobernación, en medio de versiones que indicaban que se había negado a convalidar un presunto negociado vinculado con una obra pública.

Algo similar ocurriría en el plano nacional, donde el cierre de la causa Skanska por el presunto pago de coimas y sobreprecios en la ampliación de los gasoductos no hizo más que alimentar sospechas, en vez de despejarlas, y donde el fiscal federal Carlos Stornelli denunció al ministro de Planificación, Julio de Vido y otros funcionarios, por la contratación con supuestos sobreprecios de las obras para restaurar el edificio del Ministerio de Acción Social.

Dado este historial de obras públicas salpicado de presuntos sobreprecios, el Gobierno tiene la obligación de brindar toda la información necesaria para comprender las idas y venidas del proyecto para Santa Cruz y su exorbitante incremento presupuestario..

Diario La Nación 29 de Agosto de 2012

Por todo lo expuesto es que vengo a solicitar de mis pares la aprobación del presente proyecto.