ENERGIA Y COMBUSTIBLES
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PROYECTO DE LEY
Expediente: 5033-D-2017
Sumario: CONVOCATORIA A UNA CONSULTA POPULAR NO VINCULANTE PARA LA INSTALACION DE CENTRALES DE GENERACION DE ENERGIA NUCLEOELECTRICA DE POTENCIA EN EL TERRITORIO NACIONAL.
Fecha: 18/09/2017
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 128
Consulta Popular. Instalación de una planta de energía nuclear
ARTÍCULO 1°.- Convocase a una consulta popular no vinculante la prohibición de la instalación de centrales de generación de energía nucleoeléctrica de potencia en el territorio nacional.-
ARTÍCULO 2º.- Para la realización de la consulta será impreso y puesto a disposición de los votantes en el cuarto oscuro, el texto íntegro de la decisión política objeto de consulta y señalando claramente la pregunta a contestar por el cuerpo electoral, cuya respuesta no admitirá más alternativa que la del sí o el no, en los siguientes términos:
“Está usted de acuerdo con la prohibición de la instalación de centrales de generación de energía nucleoeléctrica de potencia en el territorio nacional”: 1) SI, 2) NO”
ARTICULO 3°.- La presente ley de convocatoria deberá ser publicada en el Boletín Oficial, en el diario de mayor circulación de cada una de las provincias y en los dos diarios de mayor circulación del país.
ARTICULO 4º - Dictada la convocatoria, el tema sometido a consulta popular deberá difundirse en forma clara y objetiva, por medios gráficos, radiales y televisivos.
ARTICULO 5°. - Los partidos políticos reconocidos, estarán facultados para realizar campañas de propaganda exponiendo su posición con relación al asunto de la consulta, a través de espacios gratuitos en los medios de comunicación masiva, y conforme a las normas que regulan la concesión de estos espacios en ocasión de las elecciones nacionales.
ARTICULO 6°. - La consulta popular deberá realizarse el día 18 de diciembre de 2017.
ARTICULO 7°.- Para determinar el resultado de la consulta popular no serán computados los votos en blanco.
ARTICULO 8°.- El día fijado para la realización de la consulta popular, no podrá coincidir con otro acto eleccionario.
ARTICULO 9°. - Serán de aplicación a las consultas convocadas conforme a los procedimientos previstos, las disposiciones del Código Nacional Electoral (Ley 19.945 y sus modificatorias), en cuanto no se opongan a la presente Ley. La Justicia Electoral Nacional será competente en todo lo relativo al comicio.
ARTICULO 10º - De forma.-
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El motivo del presente proyecto de ley es convocar a los ciudadanos de la República Argentina para que se expresen a favor o en contra de la instalación de una nueva planta de energía nuclear de potencia en el territorio nacional
El motivo del presente proyecto es la proyectada instalación de una planta de energía nucleoeléctrica de potencia en la zona de la Patagonia Argentina.
En efecto, en el marco de un acuerdo general celebrado con China se instalaría una planta productora de energía nuclear en la Patagonia.
Si bien aún no hay definiciones certeras, dicha planta se podría instalar en la provincia de Chubut por sus yacimientos de uranio en la zona de Cerro Solo, o en la provincia de Rio Negro, sobre la zona de la costa atlántica provincial. Algunos de los posibles lugares de instalación serían las zonas de Sierra Grande, General Conesa o Rio Colorado.
La propuesta de instalación de la denominada 5ta. Central Nuclear generó polémica de distinta índole y deberá obtener la necesaria "licencia social" de la comunidad para poder llevarse a cabo.
El tema se discutió mucho y muy intensamente en estos meses, con diferentes formas, manifestaciones públicas, en los medios de prensa, en las redes sociales, escuelas, clubes y en cada evento social o encuentro familiar.
La gran mayoría de las opiniones fueron en contra de la instalación de la planta nuclear. Ello con base fundamentalmente en los temores sobre su funcionamiento y el legado para las próximas generaciones.
Miles de patagónicos se involucraron y mayoritariamente expresaron el rechazo, hubo muy pocas voces a favor, ni siquiera de aquellos sectores que se verían beneficiados con el impacto económico de la misma, como es el caso de los comerciantes, empresarios y gremialistas.
La Iglesia Católica, a través de los obispos de toda la Patagonia, señalaron el sentir de las mayorías "Consideramos que hoy no están dadas las condiciones para realizar este emprendimiento".
La extraordinaria velocidad de los cambios en nuestra sociedad, ya sean de tipo tecnológico, sociopolítico o cultural, hace que los gobernantes deban adecuarse a estos tiempos, atentos a las diferentes manifestaciones y con la capacidad para escuchar y en base a ello decidir.
De avanzar con la instalación de la 5ta. central nuclear seguramente se va a producir una grave alteración de la paz social en la región patagónica y una división que alcanzaría a la mayor parte de la población del país.
Es en este marco que debemos actuar de acuerdo al sentir de nuestro pueblo, nadie individualmente, ni siquiera un sector de la comunidad, se desarrolla y crece, ni alcanza su realización. Solo el conjunto pleno de la comunidad en forma organizada lo hace.
Esto nos ha motivado a elaborar esta norma que consideramos coincide con el sentir de la población.
El rol de la energía nuclear en el mercado energético global ha decaído. La tecnología nuclear ya no es una opción viable para la mayoría de los países que buscan nuevas fuentes de energía
La energía nuclear se ve enfrentada a grandes desafíos, aún en los países considerados como "casos exitosos" -Francia y Japón-
En numerosos países existe una vinculación directa o indirecta entre la energía nuclear civil y los programas de armas nucleares.
La energía nuclear no es una opción válida para mitigar el cambio climático ni para asegurar el suministro de energía en el futuro.
La energía nuclear presenta serios riesgos para la salud de la población del planeta.
La energía nuclear nos lleva a enfrentarnos a la posibilidad de accidentes de consecuencias impredecibles sin necesidad alguna.
Es por ello que pretendemos mediante la consulta popular, que la ciudadanía se exprese.
Esa expresión seguramente será el abandono de los intentos de reactivar la industria de la energía nucleoeléctrica y la planificación del cierre de las centrales existentes en un plazo perentorio.
La utilización de los recursos tanto humanos como económicos disponibles en la implementación de planes serios de incorporación de energías renovables sustentablemente y planes de eficiencia energética.
La Patagonia es una de las pocas zonas geográficas de todo el planeta que aún mantiene un medio ambiente natural conservado y armónico. Donde aún, la muchas veces devastadora, mano del hombre no alteró la armonía ambiental.
La inmensa belleza natural de la Patagonia debe ser conservada y cuidada. No podemos alterar el medio ambiente. Es esta zona una de las principales reserva de vida natural que posee la humanidad.
Los dirigentes políticos de la Patagonia, los especialistas en medio ambiente y todos aquellos que vienen ocupándose de la defensa del medio ambiente han expresado su preocupación y su rechazo a la instalación de una planta nuclear en la Patagonia. Ello en virtud de los serios perjuicios al medio ambiente, que dicha instalación podría ocasionar.
Se han realizado muchas reuniones en la zona de la Patagonia y una cumbre ambiental donde se ha expresado la preocupación por la instalación de la planta de energía nuclear. Dirigentes políticos como gobernadores, diputados nacionales, senadores nacionales, legisladores provinciales, intendentes y concejales han manifestado su preocupación y su rechazo a la posible afectación al medio ambiente y la calidad de vida de la población, que la planta de energía nuclear podría producir.
En síntesis la inmensa mayoría de los habitantes de la Patagonia no quieren la instalación de una planta productora de energía nuclear en su territorio.
La Comisión de Industria y Comercio del Senado de la Nación ha realizado reuniones para considerar la eventual instalación de la planta productora de energía nuclear en la Patagonia, donde se han oído muchas voces que se oponen a la instalación de la referida planta nuclear.
La eventual instalación de la planta productora de energía nuclear en la zona de Sierra Grande, se daría en un área muy próxima a Península Valdez, a Puerto Madryn. Debemos destacar especialmente que la zona de Península Valdez ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por las Naciones Unidas.
Otra preocupación importante es la utilización del agua y el eventual perjuicio a dicho fundamental recurso natural. Esto por cuanto la instalación de la planta productora de energía nuclear requiere la utilización de agua como refrigerante.
En la Argentina ya hemos tenido varios y muy graves, (aunque poco conocidos), accidentes referidos a las plantas nucleares. Siendo los más importantes los ocurrido en el año 1983 en el Centro Atómico Constituyentes, en el Partido de General San Martín, Pcia de Bs As, en abril de 2016 en el Centro Nuclear Embalse con una fuga de agua pesada. Estos accidentes han ocasionado la muerte y graves daños en la salud de trabajadores de los centros atómicos.
Debemos destacar y recordar que la Patagonia tiene una importante tradición de de lucha en defensa del medio ambiente y la calidad de vida de la población y en muchas ocasiones se expresó con claridad y mayoritariamente en tal sentido tal como sucedió en la década del 80, con el rechazo popular que evitó la instalación de un basurero nuclear en la localidad de Gastre en la Provincia de Chubut.
Y no debemos olvidar el expreso texto de la Constitución Nacional, que en su artículo 41 “in fine” establece: “Se prohíbe el ingreso nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos y de los radioactivos”.
Otro tema que no se pude obviar, especialmente tratándose de la zona de la Patagonia y la energía, es la inmensa posibilidad de explotación de energías limpias que tiene la región; tales como la solar, la eólica y aún la hidroeléctrica, con economía de costos y limpieza ambiental Con una inversión similar en energía eólica, se obtiene la misma producción de energía, con la ventaja de la limpieza y lo inagotable del recurso viento. Siendo lo mejor la combinación de la utilización de la energía eólica con la energía solar, fotovoltaica.
Otros riesgos conexos a la producción de energía nuclear, son la gestión de los residuos y la amenaza siempre latente del terrorismo, o la industria militar.
Desde que la humanidad tiene acceso a la tecnología nuclear ha entrado en una nueva era de avances y de peligros, y como con cualquier otro avance está sujeto a un largo proceso de aprendizaje plagado de desastres que nos ayudan a mejorar. Sin embargo, la energía nuclear tiene la cualidad especial de que los desastres tienen consecuencias globales y pueden marcarnos durante siglos.
Un desastre nuclear implica la contaminación del terreno inmediato durante siglos y la contaminación ambiental es arrastrada por los vientos, contaminando las inmediaciones durante años. Las precipitaciones arrastrarán hasta el suelo las partículas contaminadas, acumulándolas allí donde va el agua, como márgenes de carreteras, acequias, aguas subterráneas y ríos.
Los seres vivos que no sufran una radiación directa la irán absorbiendo a lo largo del tiempo, ya sea por las emisiones del ambiente o por ingestión de alimentos, provocando diferentes enfermedades y lesiones que pueden ser transmitidas de generación en generación. Los materiales inertes también sufren por la radiación, produciendo un envejecimiento prematuro y acelerando su desgaste y volviéndolos quebradizos.
La radiactividad tiene efectos caprichosos y se reparte por el entorno de forma aparentemente aleatoria, de tal forma que en cuestión de metros pueden observarse grandes fluctuaciones; de igual forma la contaminación en áreas de varios kilómetros se presentará en forma de manchas con más o menos radiación. Esto es debido a la diferente absorción de los materiales, el viento, temperatura, reflejo de superficies y una multitud de factores que lo hacen poco predecible. Igualmente, un mismo foco de radiación afecta de forma diferente a unos individuos que a otros, y dentro del organismo afecta a unos órganos más que a otros. No obstante, grados bajos y constantes de radiación favorecen el crecimiento de organismos vivos.
Por otro lado, los isótopos radiactivos influyen de forma decisiva en el grado de contaminación del entorno, ya que mientras unos tienen una vida de pocos segundos (los liberados en forma de gas en las centrales nucleares en caso de emergencia), varios días (en el yodo es de unos 30 días) o años (cesio 137 unos 30 años), hay otros que permanecen miles de años (plutonio unos 20.000 años). Pese a conocer todos los riesgos los accidentes ocurren, ya sea por causas naturales, desconocimiento o incluso por descuido, y parece que no siempre se aprende de los errores o que son escondidos y silenciados, lo que conlleva irremediablemente a repetirlos.
Por los riegos señalados en la actualidad los países más desarrollados del mundo están planificando el futuro cierre de las centrales nucleares existentes en sus territorios.
Varios países, en su mayoría europeos, se plantearon el abandono del uso de la energía nuclear a partir de 1987. Austria (1978), Suecia (1980) e Italia (1987) votaron en referéndum la oposición o el abandono de la energía nuclear. Entre los países que no tienen plantas nucleares y han prohibido la construcción de nuevas plantas se incluyen Australia, Austria, Dinamarca, Grecia, Irlanda y Noruega. Polonia detuvo la construcción de un reactor.
Bélgica, Alemania, Holanda, España y Suecia decidieron no construir nuevos reactores o tienen intenciones de abandonar la energía nuclear, aunque en su mayoría todavía dependen en mayor o menor medida de ella. Suiza tuvo una moratoria para el cese de construcción de plantas nucleares durante 10 años, pero en referéndum en 2003 se decidió no renovarla.
Para la fabricación de una bomba nuclear se requiere material fisible (uranio 235 o plutonio 239). La mayoría de los reactores nucleares utilizan uranio como combustible y producen plutonio durante su operación. Es imposible evitar el desvío de plutonio para su uso en armamento nuclear. Una central de separación de plutonio pequeña puede ser construida en un periodo de cuatro a seis meses, por lo que cualquier país con un reactor ordinario puede producir con relativa facilidad y rapidez armas nucleares. Como resultado de ello, la energía nuclear ha crecido pareja a la creación de armamento nuclear, como dos hermanos siameses. Desde que se iniciaron los controles internacionales sobre la proliferación nuclear, Israel, India, Pakistán y Corea del Norte han fabricado armas nucleares, lo cual es una prueba del vínculo entre la energía nuclear para fines civiles y militares. Tanto la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA) como el Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT) contemplan una contradicción inherente: buscan promover el desarrollo de la energía nuclear para fines ‘pacíficos’ intentando, a la vez, frenar la proliferación del armamento nuclear.
Israel, India y Pakistán emplearon sus operaciones nucleares civiles para el desarrollo de su capacidad armamentística, actuando al margen de las garantías internacionales. Corea del Norte desarrolló un arma nuclear aún siendo país firmante del NPT. Uno de los retos más importantes a los controles de proliferación nuclear ha sido la propagación de la tecnología de enriquecimiento de uranio en Irán, Libia y Corea del Norte.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas ha advertido también que la amenaza a la seguridad que supone atajar el cambio climático con un programa global de reactores rápidos (utilizando combustible de plutonio) “sería colosal”.
La restricción en la producción de material fisible a unos cuantos países ‘fiables’ no es la solución, ya que esta medida engendraría recelos y crearía una gran amenaza para la seguridad. Es necesario crear una nueva agencia de la ONU capaz de atajar las amenazas que conllevan el cambio climático y la proliferación nuclear con un desmantelamiento de las centrales nucleares y la promoción de energías sostenibles, promoviendo con ello la paz mundial en lugar de ponerla en peligro.
La industria nuclear afirma que puede ‘desechar’ sus residuos confinándolos en cementerios nucleares, una solución que no aislará para siempre el material radiactivo del medio ambiente. Un confinamiento bajo tierra sólo consigue ralentizar el escape de radiactividad a la atmósfera. La industria intenta predecir el tiempo que tardará en producirse algún escape para poder afirmar que las dosis radiactivas a los habitantes de las zonas cercanas en el futuro serán “aceptablemente bajas”. Pero no hay que olvidar que los avances científicos en este campo no son suficientes para determinar con certidumbre estas predicciones.
El residuo más peligroso es el combustible altamente radiactivo (usado y gastado) extraído de los reactores nucleares, con emisión de radiaciones durante cientos de miles de años. En algunos países la situación se ve exacerbada por el ‘reprocesado’ de este combustible gastado – que implica su disolución en ácido cítrico para separar el plutonio para uso armamentístico, un proceso que produce un residuo líquido altamente radiactivo. Hasta ahora, ningún país del mundo tiene la solución para tratar estos residuos altamente radiactivos.
Se podría decir que no hay nivel seguro y que todo incremento, por pequeño que sea, en las dosis de radiación recibidas incrementan los riesgos de cáncer, daños genéticos, desajustes nerviosos, etcétera.
Las pretendidas dosis aceptables son algo meramente convencional, que, se va variando según avanzan los conocimientos, y cuyo único fundamento es evitar que se llegue a niveles de contaminación para los cuales los daños a corto plazo estén ya por encima de cualquier duda. Ello puede ser ejemplificado por la constatación de que esos niveles -hoy establecidos por los organismos internacionales creados al efecto en 0,5 rems/año para la población en general y 5 rems/ año para los trabajadores de la industria nuclear- eran hace pocas décadas de hasta más de 50 rems/año, mientras que en la actualidad, ha sido ya recomendada su reducción a 0,05 reinsi/año en varios Estados y, en particular, en el propio Estados Unidos.
Si damos, pues, por sentado, como parece de total evidencia, que los límites,de seguridad son simplemente aproximativos, nos queda por averiguar cuáles son los riesgos a los que se nos somete al sufrir efectos de radiaciones inferiores a esos límites -como ocurre en el caso actual-, no olvidando su capacidad acumulativa en el organismo y la larga vida de muchos de los elementos liberados a la atmósfera por accidentes o explosiones nucleares deliberadas.
Ateniéndonos a estudios norteamericanos y británicos dirigidos a la población circundante a plantas nucleares que no han sufrido accidentes graves, se constatan aumentos de cáncer y leucemia respecto a la media de la población de entre un 30% y un 40%.
Un estudio ya histórico fue el llevado a cabo por el doctor Mancuso, de la universidad de Pittsburg, sobre una población laboral de 25.000 personas sometidas a dosis inferiores a los famosos 5 rems/año, y en las cuales el riesgo de cáncer de médula ósea se doblaba respecto al normal, siendo aún mayor el referido a cáncer de pulmón.
Éstos y otros muchos ejemplos que se podrían citar conducen a concluir que los efectos de un accidente de estas característica s, al igual que los ya famosos de Harrisburg o de Windscale, son menos graves a corto plazo que a medio y largo, siendo de esperar una notable multiplicación de los enfermos y fallecidos a lo largo de los próximos meses y años a consecuencia de las dosis sufridas.
Como es lógico, dichos afectados graves se localizarán fundamentalmente en un radio de algunas decenas de kilómetros en torno a la central, pero no es descartable que se produzcan también a mayores distancias, incluso en Europa occidenlal, por la ingestión de productos contaminados y por su efecto acumulativo con radiacíones ionizantes procedentes de otras fuentes.
Todo lo anterior cuestiona seriamente la pretendida inocuidad de las radiaciones sufridas por millares de europeos a lo largo de las últimas semanas y, como consecuencia, el pretendido derecho. a la libre utilización de la energía nuclear dentro de las fronteras de cada Estado nacional.
Parece evidente que, al igual que otros contaminantes persistentes transfronterizos, la utilización de la energía nuclear coloca ante riesgos no asumidos, tanto a los ciudadanos del propio territorio, como a los de otros países cercanos y, en última instancia, del conjunto dé nuestro planeta, variando la gravedad de los daños causados con factores tan poco precisos y previsibles como las condiciones atmosféricas o la voluntad política de unos u otros Gobiernos y no, desde luego, con la existencia de fronteras administrativas.
Por las razones expuestas solicito a los señores y señoras legisladores que me acompañen en el presente Proyecto de Ley.
Firmante | Distrito | Bloque |
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CAVIGLIA, FRANCO AGUSTIN | BUENOS AIRES | JUNTOS POR ARGENTINA |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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ASUNTOS CONSTITUCIONALES (Primera Competencia) |
ENERGIA Y COMBUSTIBLES |
PRESUPUESTO Y HACIENDA |