Declarar de interés de ésta H. Cámara el desarrollo argentino del proceso para obtener energía de los efluentes cloacales o que posean sustancias orgánicas en general -"tecnologías electroquímicas microbianas” MET-, que lleva a cabo el Instituto de Energía y Desarrollo Sustentable (IEDS) de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

Señor presidente:

Cualquier tipo de efluente que tenga carga orgánica, es decir desechos cloacales o de la industria alimenticia, tiene valor energético que es aplicable para el ambicioso proyecto que lleva adelante el Instituto de Energía y Desarrollo Sustentable (IEDS) de la Comisión Nacional de Energía Atómica.

El proceso para extraer energía de estas fuentes se hace a través de bacterias que se alimentan de sustancias orgánicas. Durante el proceso fisicoquímico, se liberan electrones que generan energía en forma de electricidad. La electricidad es captada por medio de electrodos que se colocan en los lodos o sedimentos de una planta de tratamientos, donde haya sistemas anaeróbicos de bacterias.

Al respecto, el director del IEDS Daniel Pasquevich expresó que: “Con esto hablamos de microcorrientes, pero cuando son muchas, esas microcorrientes se pueden transformar en corrientes importantes y se pueden almacenar como hidrógeno”.

La energía que se puede obtener depende del tamaño de planta de tratamientos, aunque el objetivo es producir lo suficiente para que las plantas sean autosustentables. Aportarían a la matriz energética en una cantidad baja, pero cuando se observa la cantidad que se invierte en el funcionamiento de estas plantas, representa un aporte de magnitud.

Aún el consumo de estas plantas a nivel país es desconocido, pero si se tienen en cuenta datos de países como Estados Unidos para tratar aguas, el consumo alcanza el 5% del total del país. Estos proyectos hoy están a nivel piloto en el mundo, no es una tecnología madura, pero se está avanzando para poder tener un desarrollo argentino.

En este sentido, debemos señalar que la iniciativa en nuestro país nació hace cinco años como un tratamiento ambiental y sustentable de la contaminación. Hace cuatro años se creó el laboratorio de Bioenergía y se integró con un grupo de biólogos, bioquímicos e ingenieros - actualmente cuenta con 15 profesionales- en el Instituto de Energía y Desarrollo Sustentable de la Comisión Nacional de Energía Atómica.

Se cree que en diez años se podría aplicar lo que a nivel de desarrollo de tecnología no es mucho tiempo. Si bien en Argentina no está cuantificada la energía que consumen las plantas cloacales, a nivel mundial se estima que se trata del 5% del total de un país.

Técnicamente el estudio que origina le presente proyecto se denomina biorremediación de efluentes y producción simultánea de hidrógeno. Desde el Instituto de Energía y Desarrollo Sustentable se especifica que la producción biológica de hidrógeno a partir de fuentes renovables constituye una estrategia conforme con las políticas y necesidades actuales de desarrollo sustentable. Los microorganismos ofrecen una variedad de formas de generar hidrógeno. La mayoría de ellas, tiene la gran ventaja de utilizar aguas residuales como fuente de energía, lo que produce el saneamiento de las mismas.

En este proyecto se propone contribuir al desarrollo de las "tecnologías electroquímicas microbianas (MET, por su sigla en ingles)" aplicadas a la producción de hidrógeno. Las METs surgieron gracias a la capacidad de algunos microorganismos de oxidar compuestos orgánicos y transferir los electrones a un aceptor extra-celular, resultando un electrodo polarizado un posible aceptor. Estos microorganismos son conocidos como "electrogénicos". En el caso de la MET conocida como "celda de combustible microbiana (MFC)", los microorganismos crecen en contacto con el ánodo y la corriente eléctrica generada por ellos fluye hacia el cátodo, donde los protones se combinan con electrones y oxígeno para formar agua. La reacción es termodinámicamente favorable y el voltaje generado es aproximadamente 0,5V.

Las "celdas de electrólisis microbianas (MEC)" son MFC modificadas, donde en condiciones anóxicas en el cátodo es posible producir hidrógeno por reducción de protones. Esta reacción requiere la adición de una pequeña corriente eléctrica (un mínimo de 0,14V), que puede provenir de cualquier fuente sustentable, incluida una MFC.

Las METs constituyen un enfoque prometedor para capturar y almacenar la energía de diversos efluentes. Estas tecnologías han demostrado su competitividad en el tratamiento de aguas residuales, disminuyendo la carga ambiental y los costos de los tratamientos. Los esfuerzos actuales están dirigidos a convertir estas tecnologías en aplicaciones prácticas, llevándolas a escalas mayores.

Así, el objetivo general del desarrollo argentino del proyecto descripto es contribuir al desarrollo de las "tecnologías electroquímicas microbianas” - MET, aplicadas a la producción de hidrógeno.

Considero importante que se reconozca el esfuerzo y el desarrollo de proyectos energéticos por parte de científicos argentinos desde un ámbito de representación política institucional como ésta H. Cámara por lo que agradezco el voto positivo de los señores diputados para con esta iniciativa.