Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que disponga las medidas necesarias para garantizar la provisión de energía eléctrica en los organismos e instituciones públicas que conforman el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación cuyo normal funcionamiento se ve afectado por el imprevisto aumento de tarifas de este servicio.

Señor presidente:

La naturaleza de la actividad de los organismos e instituciones públicas que conforman el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Centros científicos tecnológicos, unidades ejecutoras, centros de investigación y transferencia, Institutos y centros de investigación de doble dependencia con universidades nacionales) requiere de máxima planificación y previsibilidad considerando que las restricciones presupuestarias pueden llevar a la pérdida de continuidad en estudios y análisis sostenidos durante años. Esto redunda en pérdida de inversión de recursos públicos y el desaprovechamiento del conocimiento y la innovación como motor del desarrollo nacional.

Es por este motivo que resulta necesario que el poder ejecutivo -a través del organismo pertinente- disponga las medidas necesarias para garantizar la provisión de energía eléctrica de los organismos e instituciones públicas que conforman el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. El servicio de energía eléctrica es uno de los gastos corrientes que fueron previstos en el presupuesto aprobado para el ejercicio 2016. Sin embargo, tal cual se desprende de la Resolución nro. 6/2016 del Ministerio de Energía y Minería de la nación los nuevos valores de la energía eléctrica se encuentran en un rango muy por encima de lo estimado.

Iniciamos en el 2003 un proceso que buscó revalorizar y fortalecer las políticas públicas de ciencia y tecnología con un carácter estratégico y federal. Por primera vez en la historia nacional, se estabilizó durante más de una década la tendencia creciente en la inversión del estado en el sistema científico-tecnológico.

En los períodos anteriores al 2003, las oscilaciones en la inversión en la función Ciencia y Técnica del presupuesto nacional afectaron negativamente al conjunto del sistema científico: imposibilitaron el desenvolvimiento de proyectos y desarrollos científicos; afectaron la proyección de las carreras profesionales y el estímulo vocacional de las generaciones jóvenes, debilitando así la totalidad del sistema.

Cuando en el 2007, la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner creó el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva jerarquizó la labor y el reconocimiento social de científicos e investigadores y trazó una línea de acción en el largo plazo: propiciar la transferencia de conocimiento para consolidar un modelo nacional con innovación productiva e inclusión social.

Ejemplo de esto es la situación de CONICET -el organismo más importante en la formación de profesionales altamente calificados- que en la actualidad cuenta con más de 8250 investigadores y más de 9237 becarios (representando un aumento respecto del año 2003 del 223 y 393% respectivamente) e incrementó su presupuesto en un 1700% lo que implica un fortalecimiento de la red de científicos y tecnólogos en todo el país y genera transferencias al sector productivo.

En la actualidad, los organismos e instituciones públicas que conforman el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación dependientes de CONICET son merecedores de un alto reconocimiento nacional e internacional por la calidad de las investigaciones y desarrollos que se generan en este ámbito.

Si bien desde el año 2003 hasta la actualidad existe un enorme compromiso en la ejecución de políticas públicas de Ciencia y Tecnología, es imperativo sostener estos avances y cambios en el tiempo, consignándolos como políticas de estado a largo plazo. Evitar que los bruscos cambios en los servicios esenciales afecten al Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación es una medida en esa dirección, es por esto que solicito a mis pares acompañen esta iniciativa.