Dirigirse al Poder Ejecutivo Nacional para que informe a este Congreso, y entregue toda la documentación que posea para avalar su informe, sobre la operación de compra que podría realizar YPF a la empresa Shell, según información publicada en el Diario La Nación del día 10 de abril del corriente.

Señor presidente:

En primera plana del diario La Nación de la fecha 10.4.17 se informa que YPF quiere comprar la red de Shell en el país, como si se tratara de cualquier operación importante del sector privado.

En el extenso artículo desarrollado en las páginas 12 y 13 se mencionan “detalles” de la posible operación que dan lugar a graves interrogantes. En primer lugar se aclara que Shell no se retira del país sino que quiere vender la red de estaciones de servicio y la destilería de Dock Sud, pero manteniendo la exploración y producción de hidrocarburos, incluído Vaca Muerta. Además menciona una rara condición de la eventual venta: el comprador deberá mantener la marca en los establecimientos de expendio de combustibles, lo que hace posible suponer la intención de un negocio de recompra, es decir, vender con el dólar subvaluado por un precio alto y recomprar posteriormente con dólar revaluado y precio inferior. Además sería difícil que un comprador relevante aceptase operar con las marcas y símbolos de un competidor en el mercado global.

Otro aspecto llamativo es la mención de que la Comisión de Defensa de la Competencia podría poner obstáculos a la compra por parte de YPF, que tiene actualmente mas del 50 % del mercado y pasaría a tener una “posición dominante” en el mismo. Como se solucionaría esa valla:

Desinvirtiendo parte de los activos actuales de YPF, lo que algunas opiniones denominan PRIVATIZACIÓN PERIFERICA. Esta argumentación peca por considerar a YPF un actor más del mercado energético nacional, sin ponderar su recobrada característica económica de patrimonio mayoritariamente estatal.

Al respecto es necesario recordar que por el carácter estatal de YPF, según la Suprema Corte de Justicia, la participación de las provincias en el capital accionario y su carácter de interés público que le da la ley, debiera considerarse el tema en el Congreso de la Nación, si no es como autorización de la operación por lo menos como información previa.

Pero los interrogantes no terminan aquí. No se menciona con qué fondos ni modalidad se efectuaría el pago, si se emitirían títulos nacionales o de YPF para financiar la operación, las cláusulas y restricciones que pudiera conllevar una operación financiera de ese tipo y la cuestión principal es preguntarnos si no estamos asistiendo al primer paso de un viejo objetivo de los principales jugadores del club del petróleo como es la PRIVATIZACIÓN TOTAL Y DEFINITIVA DE YPF, que sería facilitada por el incremento de un pasivo financiero que pudiera ser difícil de afrontar a su vencimiento o que, al menos, se pudiera alegar ese argumento.

Con respecto a la refinería incluida en el “paquete” a ofrecer: le conviene a YPF adquirir Dock Sud – que cuenta con cerca de 100 años - o es mejor construir una nueva refinería? Por lo menos merece explorarse la segunda opción. Es que no se trata solamente de la edad de la refinería o de los pasivos que pueda tener (en particular los ambientales). Que SHELL se desprenda de la única refinería propia (100 %) en América Latina, que uno de los compradores sea YPF y teniendo como Ministro de Energía a un ex – CEO de SHELL nos resulta, como mínimo, intrigante. Y vinculado a esto, lo que sigue.

La política de SHELL en el país resulta sumamente ambigua y contradictoria, por no decir perjudicial para los intereses de la ciudadanía. Más aún cuando hasta hace poco estuvieron de visita en el país los inversores extranjeros que el gobierno procura traccionar con todas sus ansias. Por un lado, observamos que SHELL tiene intenciones de desprenderse de activos en la comercialización y refinación, y por el otro, que se posiciona fuertemente con el GNL (con el gas importado en general) a la vez que se concentra en producción de gas y petróleo desde Vaca Muerta, donde incluso está asociada con….¡YPF! Por supuesto que a esto hay que agregar que quien fue CEO de la empresa durante una década y además su accionista, es desde diciembre 2015 Ministro de Energía. No es, creemos, un detalle menor.

Teniendo en cuenta que lo principal para el país es aumentar la producción de gas, destinar ese dinero a estaciones de servicio que no tendrán la marca YPF cuando ésta ya tiene la mayoría del mercado de distribución, no parece tener sentido. Por otra parte adquirir una refinería, aunque esté a punto, pero con pasivos ambientales, cuando quizás no incremente los ingresos de YPF, tampoco parece tener sentido.

El endeudamiento adicional de YPF para la compra la debilita como empresa que ya está fuertemente endeudada, sin agregarle ingresos ni poder en el mercado. La proyectada adquisición le da beneficios momentáneos a SHELL, que usa a YPF para mejorar su liquidez global y opciones de mayor rentabilidad. Sin desprenderse de lo esencial: la producción y la venta de gas licuado.

Pero, básicamente, una vez más nos encontramos con una operación gubernamental sin que se brinden las aclaraciones correspondientes, que permitan a la opinión pública formar una cabal idea de las motivaciones y objetivos de la misma. Sin mencionar hasta aquí los eventuales nuevos conflictos de intereses que es fácil suponer que habrán de presentarse.

No hace falta demasiada suspicacia para vincular este eventual “negocio” con la reciente visita del Presidente de la Nación al Reino de Holanda y los Países Bajos y las distintas manifestaciones de nuestra Cancillería con respecto a las relaciones con el Reino Unido. Es reconocido que se trata de una de las principales empresas petroleras del mundo, de origen anglo-holandés.

En consecuencia desde el Parlamento Nacional exigimos toda la información documental que corresponda y las aclaraciones de los responsables del diseño, regulación y ejecución de la política energética que el gobierno pretende desarrollar.

Por los motivos expuestos solicito el acompañamiento a la presente iniciativa.