ENERGIA Y COMBUSTIBLES
Comisión PermanenteOf. Administrativa: Piso P01 Oficina 131
Secretario Administrativo DRA. FERREIRO MARÍA CECILIA
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PROYECTO DE RESOLUCION
Expediente: 0554-D-2015
Sumario: PEDIDO DE INFORMES AL PODER EJECUTIVO SOBRE DIVERSAS CUESTIONES RELACIONADAS CON LA PROMOCION DEL CONSUMO DE BIOMASA Y SU USO EFICIENTE COMO FUENTE DE ENERGIA.
Fecha: 09/03/2015
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 6
Dirigirse al Poder Ejecutivo Nacional
en los términos del art. 100 inciso 11 de la C.N. para que por intermedio del
Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios; Secretaría de
Energía; Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable y demás organismos
competentes en la materia, informen a esta H. Cámara de Diputados respecto de
las siguientes cuestiones vinculadas a las medidas concretas que hubiere adoptado
tendientes a la promoción del consumo de biomasa, su uso eficiente como fuente
de energía y otras cuestiones conexas.
1. Especificar de qué manera se
propicia el consumo o uso eficiente de la biomasa como fuente de energía, tanto
para el sector doméstico rural como para atender las demandas de las industrias
rurales y urbanas.
2. Establecer cuál es el programa de
desarrollo implementado por el gobierno destinado a la sustitución de
combustibles, a efectos de reducir la contaminación ambiental.
3. Referir las estrategias aplicadas
con el objeto de generar el suministro sostenible de biomasa.
4. Puntualizar los mecanismos
financieros vigentes destinados al desarrollo de proyectos de aplicación de medidas
de eficiencia energética y energías renovables y si se dispuso flexibilizar las
condiciones de acceso al crédito por parte de usuarios portadores de proyectos de
uso energético racional de biomasa en las industrias rurales y urbanas.
5.- Precisar cuáles son los programas
vigentes de promoción de la generación y uso de energía eólica y solar, a tenor de
lo normado por la ley 25.019.
6.- Determinar cómo el Estado
promueve la investigación y el uso de las siguientes energías no convencionales o
renovables:
a) La producida hidráulicamente en
tanto la usina tenga una capacidad instalada potencial igual o inferior a los 15
MW;
b) Las energías geotérmicas;
c) La energía solar;
d) La energía eólica;
e) La energía biomásica;
f) La energía mareomotriz;
g) Los gases de vertedero y de
plantas de depuración; y
h) Toda otra fuente energética que
según criterios técnicos, científicos y ambientales quepan en el concepto de
renovable.
7.- Acreditar si desde el gobierno se
fomenta en las empresas proveedoras de energía, como así también en las
dedicadas a la explotación minera, la contemplación y observación en los
respectivos procesos de provisión de energía y de explotación de yacimientos y
minerales, los beneficios energéticos y descontaminantes que resultan de la
actividad olivícola, específicamente los surgidos de los desechos de las aceitunas
(carozos) y los de su aplicación a las actividades propias de los mismos, en cuanto
a la producción de energía biomasa, como así también al riego y otras actividades
industriales, teniendo como fin primordial la protección del medio ambiente.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El uso de la energía es un tema que
viene ganando cada vez más prioridad en las discusiones relacionadas con el
desarrollo energético y su impacto sobre el medio ambiente.
Se denominan energías renovables a
aquellas fuentes energéticas basadas en la utilización del sol, el viento, el agua o la
biomasa vegetal o animal. No utilizan, como las convencionales, combustibles
fósiles, sino recursos capaces de renovarse ilimitadamente. Su impacto ambiental
es de menor magnitud dado que además de no emplear recursos finitos, no
generan contaminantes. El uso extendido de fuentes de energía renovable puede
contribuir a mejorar la calidad de vida sin interferir en el equilibrio del medio
ambiente sistema climático.
En este sentido, en septiembre de
1998, se sancionó la ley 25.019, régimen nacional de energía eólica y solar, que
declara de interés nacional la generación de energía eléctrica de origen eólico y
solar en todo el territorio nacional, y promueve la investigación y el uso de
energías no convencionales o renovables.
Esta misma ley estableció incentivos
impositivos a toda actividad de generación eólica y solar destinada a la prestación
de servicios públicos. No obstante, nunca pudo ser una herramienta efectiva ya
que durante el año 1999 estuvo retardada su reglamentación y durante todo el
año 2000 se demoraron las resoluciones técnicas y burocráticas que la pondrían en
vigencia. Cuando comenzó a tener vigencia plena, en el 2001, en el país se
profundizó una fuerte crisis y se decretó hasta hoy la ininterrumpida emergencia
económica. Desde entonces las condiciones para nuevas inversiones en materia de
generación energética son adversas.
Para tener un panorama más acabado
de la situación energética argentina, podemos señalar que la misma se distribuye
de la siguiente manera: 42 % petróleo, 47 % gas, y el restante 15 o 10 % energía
hidroeléctrica y las energías alternativas que ha desarrollado nuestro país. (Cfr.
Instituto Argentino del Petróleo y del Gas - IAPG.)
La cuestión energética, como lo
advirtiera el presidente Frondizi en los años 50, es clave en materia de desarrollo
sustentable para el crecimiento socioeconómico del país y la superación y
erradicación de la pobreza, para ello resulta de vital importancia elaborar proyectos
o acciones que promuevan la investigación, el desarrollo y la transferencia de
tecnología en el campo energético con una cara política ambiental.
Es así que puede aplicarse a la
producción de Energía de Biomasa, la cual se basa en un sistema que se sostiene
en el aprovechamiento justamente de residuos naturales para producir una energía
más natural. Biomasa o "masa biológica" se designa a la materia viva que ha
producido un determinado organismo en la naturaleza. Hoy ese término se
traslada al combustible que se obtiene a partir de esa materia.
La biomasa es la energía solar
convertida por la vegetación (fotosíntesis) en materia orgánica; esa energía la
podemos recuperar por combustión directa o transformando la materia orgánica en
otros combustibles.
Se calcula que la energía total
contenida en la biomasa en estado de crecimiento equivale a un 70 por ciento de
las reservas conocidas de carbón en el mundo y casi cuatro veces más que las de
petróleo.
Desde el punto de vista energético, la
biomasa se puede aprovechar de dos maneras; quemándola para producir calor o
transformándola en combustible para su mejor transporte y almacenamiento. A
partir de material biológico fresco (estiércol y demás residuos orgánicos) y
manteniendo adecuadas condiciones de temperatura se puede conseguir, en
ausencia de oxígeno, su digestión anaeróbica, una reacción bioquímica que
produce el llamado biogás, que se compone principalmente de metano.
Los procesos de fermentación se
utilizan para producir combustibles líquidos (alcoholes) a partir de biomasa, bien
sea residual o expresamente cultivada con ese fin. Ya sabemos que existen
automóviles que funcionan con etanol, que se obtiene por la fermentación de la
caña de azúcar, pero existen otros cultivos que poseen alto rendimiento energético
tales como el cardo, el maíz, el sorgo, el girasol, la coliflor, la remolacha y la
papa.
Bosques: Es la única biomasa
realmente explotada en la actualidad. Para fines energéticos, los bosques sólo
pueden cubrir la demanda energética en países donde la densidad territorial de
dicha demanda es muy baja. La posibilidad que abrió el Protocolo de Kioto para un
nuevo tipo de inversiones en el sector forestal requiere por parte de los
organismos nacionales el desarrollo de indicadores de biomasa y contenido de
carbono, además de los parámetros clásicos necesarios para la ordenación de
bosques como es el volumen. Los estudios de biomasa son importantes para
comprender el ecosistema forestal porque permiten evaluar los efectos de una
intervención con respecto al equilibrio del ecosistema (Teller, 1988).
La extensa superficie de bosques con
que cuenta la Argentina podría contribuir en gran medida a la mitigación de las
emisiones de CO2 que se producen especialmente por la utilización de,
combustibles fósiles y que junto con otras emisiones, son las causantes del cambio
climático. A su vez, el cambio de uso de la tierra (deforestación) también
representa una importante fuente de emisión de CO2 que podría ser revertida
mediante un adecuado manejo de los bosques para aumentar su capacidad de
captación del CO2 de la atmósfera.
Residuos agrícolas y deyecciones y
camas del ganado: Estos constituyen otra fuente importante de bioenergía,
aunque no siempre sea razonable darles este tipo de utilidad. Una aplicación de
este tipo es la paja de los cereales, en casos en los que al retirarla del campo no
afecte apreciablemente la fertilidad del suelo, o las deyecciones y camas del
ganado, siempre que no perjudiquen las productividades agrícolas.
Cultivos energéticos: Consiste en
cultivar vegetales para aprovechamiento energético. Esta opción no es muy
rentable. Es muy discutida la conveniencia de los cultivos o plantaciones con fines
energéticos, no sólo por su rentabilidad en sí mismos, sino también por la
competencia que ejercerían con la producción de alimentos y otros productos
necesarios (madera, etcétera.) Las dudas aumentan en el caso de las regiones
templadas, donde la asimilación fotosintética es inferior a la que se produce en
zonas tropicales.
El problema de la competencia entre
los cultivos clásicos y los cultivos energéticos no se plantearía en el caso de otro
tipo de cultivo energético: los cultivos acuáticos Una planta acuática
particularmente interesante desde el punto de vista energético seria el jacinto de
agua, que posee una de las productividades de biomasa más elevadas de¡ reino
vegetal. También podría recurrirse a ciertas algas microscópicas (microfitos), que
tendrían la ventaja de permitir un cultivo continuo.
La energía de la biomasa es utilizada
principalmente para la producción de biogás, la generación de energía térmica
para el secado de productos, agrícolas y madera, y de electricidad mediante la
quema de residuos.
En nuestro país existe una gran
cantidad de viviendas que consumen biogás, especialmente en las zonas aledañas
a los pantanos, no se tiene una estimación de su número ni del volumen
producido. Actualmente, puede observarse que su uso se extiende a escuelas y
centros comunitarios.
A título ilustrativo, en la provincia de
Tucumán, existen 16 industrias con equipos de autoproducción industrial, de
producción estacional que, en base a bagazo de caña de azúcar y desechos de
cosechas, generan 80 MW eléctricos.
Más allá del valor nutritivo de la
aceituna y de sus derivados, especialmente el aceite de oliva, cuyas propiedades
son por demás conocidas, en la actualidad se puede aprovechar otro elemento: el
carozo de la aceituna. Estudios científicos desarrollados en el Departamento de
Ingeniería Química de la Universidad de Granada, España, han demostrado que los
carozos de las aceitunas que comúnmente son descartados y desechados pueden
ser utilizadas en procesos industriales varios, con la ventaja de que tienden
siempre al resguardo del medio ambiente al transformar estos residuos en energía
renovable y también como elemento bioabsorbente utilizado para eliminar los
metales pesado existentes en aguas residuales de diferentes industrias.
Los carozos de las aceitunas
constituyen excelentes fuentes de biomasa. La biomasa se trata de un combustible
de origen biológico, natural, totalmente respetuoso con el medio ambiente y con
un coste muy inferior al de cualquier tipo de energía de origen fósil que se obtiene
directa o indirectamente de recursos biológicos. De modo tal que los carozos de
aceitunas pueden convertirse en bioetanol, un combustible renovable, limpio que
al arder produce dióxido de carbono, el mismo compuesto que absorben las
distintas materias orgánicas durante su crecimiento en la naturaleza.
Así pues, la biomasa utilizable como
fuente de energía es un recurso renovable ya que se produce a la misma velocidad
del consumo, siempre y cuando el consumo sea controlado y se evite la
sobreexplotación de los recursos naturales. A diferencia de los combustibles
fósiles, la biomasa es respetuosa con el medio ambiente, ya que no emite gases de
efecto invernadero de forma incontrolada. En Argentina disponemos de gran
variedad de biomasas para uso energético como, por ejemplo, los carozos de
aceitunas, ya que nuestro país es un gran productor en materia olivícola.
En este sentido, es plausible sumar el
uso del desecho de la aceituna, como fuente energética para múltiples fines, a los
que ya existen en nuestro país, como la fabricación de carbón vegetal del cual se
hace uso casi exclusivo en la industria siderúrgica, que se obtiene a partir de
plantaciones de eucaliptos realizadas con ese fin o como el aprovechamiento
significativo que se realiza del bagazo de caña de azúcar como combustible para
las calderas de los ingenios azucareros, permitiendo en muchos casos la
autosuficiencia energética de estas industrias
Un consumo sostenible garantizaría
una emisión limitada de gases a la atmósfera que cerraría el ciclo natural sin
agresiones al ecosistema. Además de esto, los carozos de las aceitunas pueden
utilizarse para descontaminar aguas que contienen restos de metales pesados, lo
que los hace altamente benéficas para su aplicación en la actividad minera. Esto se
basa en un proceso de bioabsorción centrado en la depuración de las aguas
residuales procedentes de industrias. El carozo absorbe los metales pesados por su
capacidad para retener iones metálicos en su superficie merced a la diferencia de
cargas electrónicas, obteniendo así agua limpia de contaminantes, pudiendo
aplicarse en afluentes de explotaciones mineras para evitar la contaminación de
fuentes de agua.
Las ventajas de este proceso de
descontaminación son múltiples, dado que se aprovecha el residuo resultante del
procesamiento de la aceituna y el metal retenido junto al carozo de la aceituna se
puede aprovechar perfectamente como biomasa en la obtención de energía. Las
aguas residuales que provengan de la explotación minera, por ejemplo, podrán ser
depuradas con un coste mucho más económico y a través de un proceso más en
equilibrio con el medio ambiente. Este nuevo sistema de descontaminación se
puede utilizar como forma preventiva en afluentes de determinadas explotaciones
mineras para evitar una posible contaminación de las fuentes de aguas
subterráneas, por lo que el olivo y su fruto podrían ser catalogados como uno de
los mejores productos al servicio de la humanidad.
Por otra parte, el recurso
hidrocarburífero constituye el esqueleto del desarrollo contemporáneo, el cual se
vería seriamente coartado si los pozos de petróleo se secaran repentinamente. Es
imposible indicar el año en que el petróleo convencional dejará de ser asequible,
pero hay certeza de que será en este siglo, probablemente antes del año
2070.
Sin embargo, lo relevante serán los
efectos económicos como consecuencia del descenso de la producción.
Las Naciones Unidas han promovido
varias conferencias mundiales sobre este tema y la mayoría de los países
miembros de esta organización han firmado convenios para impulsar medidas de
ahorro energético y de preservación ambiental. Nuestro país ha suscrito la mayoría
de estos convenios y se ha comprometido a realizar acciones que le permitan
alcanzar los objetivos fijados.
El Foro Mundial sobre Energías
Renovables realizado en Alemania hace ya diez años reafirmó estos principios y
estableció los lineamientos para que los países desarrollados y en vías de
desarrollo multipliquen sus esfuerzos en el financiamiento, desarrollo y utilización
de las energías limpias, como las energías eólicas, solar, biomasa y geotérmica,
entre otras. En dicha cumbre se indagó en las consecuencias de no adoptar
acciones que cambien la matriz energética basada en recursos energéticos fósiles
no renovables, como encarecimiento del petróleo, incremento cambio climático y
un horizonte cada vez más cercano de agotamiento de los yacimientos fósiles;
acompañado de fuertes tensiones por la posesión de los mismos.
Según nuestra Constitución Nacional
es competencia del Estado nacional definir las políticas de preservación y el uso
sostenible del patrimonio de los recursos naturales del país. Para que esto sea
viable, el gobierno nacional deberá dictar los lineamientos de una política
energética sustitutiva, así como estrategias e instrumentos necesarios para el
fomento y la generación de energía a partir de fuentes renovables.
Otro de los aspectos del presente, es
activar los mecanismos necesarios para que las energías renovables puedan entrar
en el mercado eléctrico mayorista, y en este sentido se le hacen extensivos los
beneficios que en su momento se otorgaron a la generación de energía eólica con
la ley 25.019, de régimen nacional de energía eólica y solar.
Ante la necesidad de instrumentar
herramientas que posibiliten el despliegue del potencial de las energías renovables
de nuestro país, es necesario que prevalezca un nuevo posicionamiento del Estado
en relación a las políticas energéticas más amplias, garantizando hacia adelante
tanto la seguridad jurídica indispensable para los inversores como los beneficios
para toda la comunidad, teniendo en cuanta que en nuestro país, casi dos millones
de personas carecen de energía eléctrica. Esta demanda podría ser cubierta por
energía proveniente de fuentes de energía renovable, como por ejemplo la
generada por la biomasa.
El gran desafío radica en elaborar
políticas que contemplen el sector de las energías renovables como una alternativa
válida para su inserción tanto en las redes de distribución como en la concepción
de sistemas descentralizados de abastecimiento energético, y no como opciones
para el mercado marginal o disperso.
La estructura de la generación
eléctrica ha tenido pocas variantes en lo referente a su formación a lo largo de los
últimos años. En el 2010, presentó en primer término un 53 % de componente
térmico (en la mayoría de los casos producto de la utilización de gas natural), un
40 % hidráulico y un 7 % nuclear. (Cfr. taller de energía y sustentabilidad,
Programa "Argentina Sustentable".)
Pero una de las características del
sistema eléctrico es la necesidad de transmitir grandes flujos de potencia entre
distintas zonas, por ejemplo de zonas generadoras (por ejemplo, Comahue) a
zonas consumidoras (como el centro del país), trayendo aparejados importantes
pérdidas de energía y altos costos de transmisión.
Para realizar un desarrollo sostenible
equitativo es preciso garantizar un suministro energético sin que ocurran sucesos
no programados que alteren los planes previstos, para lo cual es fundamental
asegurar la disponibilidad de forma continua de energía.
Esta sustentabilidad energética sólo
depende de que arbitren las medidas adecuadas desde los ámbitos
correspondientes. Esto quiere decir que el cambio hacia una matriz energética
limpia y renovable es perfectamente viable desde el punto de vista económico,
tecnológico y de la disponibilidad de los recursos naturales.
Es importante destacar que el
potencial de aprovechamiento energético de la biomasa en la Argentina es
muchísimo mayor a su actual utilización y para su desarrollo futuro es menester
realizar una importante tarea de difusión de las posibilidades existentes y de las
tecnologías para su uso, a través de los organismos competentes.
Por las razones expuestas, solicito de
mis pares la aprobación del presente pedido de informes.
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