Dirigirse al Poder Ejecutivo de la Nación, para que a través de los organismos que corresponda, se sirva informar sobre las medidas que está adoptando respecto de la caída del precio del petróleo que afectará los volúmenes producidos, el nivel de actividad, pero en especial la mano de obra del sector hidrocarburífero y los ingresos rentísticos federales y provinciales y en especial indique:

a) Qué análisis de situación está poniendo en consideración respecto de la baja del precio del petróleo que afecta el mercado mundial en general y al de energía en particular;

b) Qué medidas está adoptando o previendo adoptar con las Provincias productoras para revertir la baja de la actividad; y

c) En caso afirmativo si considera para garantizar la sustentabilidad del abastecimiento interno, adoptar precios internos de referencia como se denominó al Barril Criollo en otro momento. En ese caso, cuál sería la afectación de la competitividad sistémica de los productos nacionales o los diferentes niveles de precio de referencia.

Señor presidente:

El derrumbe del precio del petróleo, la expansión del coronavirus hacia las principales economías del mundo afectó el valor del crudo, que en 2019/20 se mantuvo en torno a los 60 dólares, salvo ese aumento abrupto impulsado por la crisis de Irak de principios de año.

Este escenario pone en guardia a las provincias hidrocarburíferas de nuestro país, dado que el nuevo piso de la última quincena para el Brent (precio de referencia Internacional para la Argentina), los 50 dólares por barril , podrían ser una mala noticia para los ingresos públicos de las mismas, en muchas de ellas hasta el 35% del presupuesto provincial proviene de las regalías petroleras y gasíferas .

La baja del Brent, el crudo de referencia para Argentina, por ahora descomprime ese cuadro de situación respecto a la discusión del precio de las naftas en un escenario de precios internacionales que las empresas productoras no podían trasladar al mercado interno. En la foto del momento, acaso el principal efecto a seguir se relaciona con los recursos que podrían dejar de percibir las provincias productoras por la caída de precios, si es que el actual cuadro de situación continúa.

Las provincias productoras proyectan sus ingresos por regalías en base a un barril de 50 a 57 dólares en promedio para el año 2020, estiman caídas del 8% respecto del precio promedio de 2019. En base a esto proyectan los totales a percibir en millones de pesos en este concepto. Son cifras que podrían necesitar recalcular, si el contexto mundial se extiende, en un escenario en el que de todos modos ya registra caídas de recaudación por la baja en la actividad petrolera.

Los 50 dólares del precio de hoy no son la regla general. En el país existen varios tipos de crudo. Cada uno de ellos tiene una característica particular, que lo hace más o menos requerido en el mercado, por el rendimiento que puede obtenerse en las refinerías. Así, al precio internacional se le aplican descuentos relacionados a ese rendimiento, pero también por el transporte y la logística.

Al mismo tiempo, el precio, en rigor, es precio a futuro: las operaciones de venta se hacen en buena medida para próximos aprovisionamientos. Por eso la imagen más real para saber cómo impacta el valor del crudo en la economía de una empresa o una provincia es la de un lapso de

varios meses/años. Al final del día, el que manda es el valor promedio y no la foto de un momento acotado. Queda por ver en este sentido que tipo de fluctuación impondrá el virus originado en china al mercado mundial.

Para las grandes empresas, las que apuestan a 30 años en áreas de Vaca Muerta, el precio puede ser un problema relativo, los 50 dólares por barril, para algunas compañías, son un desafío a la hora de evaluar sus costos de desarrollo. Pero también en este caso todo radica en una ecuación que se mide en años. Hoy esperan por las señales de la macroeconomía y mayores certezas para la política energética, esta última es la resolución que más incertidumbre genera, por fuera del valor al que puedan vender su producción.

“Los hidrocarburos serán una palanca para el desarrollo productivo de nuestro país (…)” dijo el Presidente Alberto Fernández en la Asamblea Legislativa, transcurrido casi el 5% de su mandato, hubo pocas definiciones concretas respecto de la política energética y sobre todo de la hidrocarburífera, no están los equipos técnicos designados, no están claras las ideas o por lo menos no se conocen. En fin, no hay plan al menos puesto en consideración de la sociedad.

Por otro lado, debemos llamar la atención en relación con la inexistencia de una política pública energética, que asocie productividad con precio y renta, estrategia que todos los Estados productores han desarrollado a partir de los años 80 con resultados muy importantes en países como Colombia, Ecuador y la misma Brasil, por citar algunos. Lamentablemente la conducción energética parece apuntar a estrategias de corto plazo, por un lado, pensando en atraer inversiones y por otro congelando tarifas y quitando renta.

El presente proyecto no busca un efecto mediático, sino llamar la atención del responsable político energético, para que analice efectos de los escenarios futuros. Hacia fines de la década del 1990 el precio de referencia de los hidrocarburos era tan bajo que la actividad hidrocarburífera se detuvo en las Cuencas NOA y San Jorge. El resultado de la falta de política y análisis deviene que, mientras un día las Provincias tenían producción, empleo y regalías, al día siguiente no había producción, ni regalía y un desempleo creciente en las cuencas donde, en general, los hidrocarburos son la fuente principal directa e indirecta de las actividades económicas.

En ese momento no se evaluaron los costos socioeconómicos y, de hecho, fue imposible aprender de los dolorosos hechos. No podemos repetir la historia. La autoridad energética es quien cuenta con la información (o debería contar con ella) para evaluar y diseñar los mecanismos para

paliar esos escenarios, minimizando los costos sociales. Solo un esquema de productividad, relacionado con precio y renta nos deposita en una política pública virtuosa.

Por lo motivos expuestos, solicito a mis pares la aprobación de este pedido de informes.