Expresar beneplácito por las actividades de formación que desarrolla la FAUBA en su Curso de Derechos Humanos, como requisito obligatorio para las carreras Agronomía, Ciencias Ambientales y la Licenciatura en Economía y Administración Agraria, en el marco de la Resolución 5547/09 del Consejo Superior de la UBA.

Solicitar al Poder Ejecutivo que, através de los organismos pertinentes, instrumente las acciones necesarias para la puesta en práctica de la Res 5547/09 de UBA en todas sus unidades académicas, y promueva y gestione similar decisión en todas la Universidades Nacionales.

Señor presidente:

A través de la Resolución de su C.S. Nº 5547/09, la UBA impulsó que cada Facultad ponga en marcha ofertas educativas que aborden la cuestión de los Derechos Humanos. La misma se asienta en las Bases del Estatuto Universitario vinculadas con la formación integral, la responsabilidad cívica y la atención a los problemas sociales, políticos e ideológicos que persigue la Universidad de Buenos Aires, y en el Programa de Derechos Humanos de dicha Universidad, impulsado en el año 2007.

A partir del 2009 la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) ofrece un programa con cursos que abordan distintos aspectos de los derechos humanos, orientados hacia las incumbencias profesionales de las carreras de la Facultad.

Es obligatorio para los alumnos y alumnas de la carrera Agronomía, de la Licenciatura en Ciencias Ambientales y de la Licenciatura en Economía y Administración Agraria que se encuentran cursando materias de 3er año de la carrera. Y optativo para los estudiantes de las otras carreras de la Facultad. Entre variadas actividades, incluye seminarios, jornadas, conferencias y foros, así como actividades de investigación, extensión y generación de vínculos con instituciones externas a la FAUBA.

Destacamos, entre los objetivos que persigue: Promover la conciencia de los derechos humanos como un aspecto de responsabilidad profesional, ética y social en todos los campos de la investigación, el estudio, la enseñanza y el trabajo.

Entendemos que la formación de profesionales sensibles a los derechos humanos en las distintas incumbencias, articula los contenidos -propuestos en la Resolución citada como Contenidos Básicos para una oferta Académica en Derechos Humanos-, con los contenidos disciplinares enfocados al tratamiento de problemáticas especificas de los saberes disciplinares.

Propuestas de éste tipo, involucran transversalmente a todas las instancias de formación y al tiempo que forman parte del nuevo concepto de las formaciones en áreas de trabajo y profesionales útiles para que la sociedad se desarrolle, que incorpora el paradigma de la complejidad y demanda transdiciplinariedad en el abordaje de los contenidos, superando la clásica fragmentación de de las ciencias de la Modernidad, que todo ha compartimentado.

Al imponerse la Razón como fundamento de la ciencia y el conocimiento a partir del siglo XVI (por los aportes de Descartes, Galileo, Kepler, Newton) y el avance científico impulsado hasta los albores del siglo XX, la inteligencia fue degradada al uso mecánico y lineal de la razón.

La racionalidad instrumental, el individualismo competitivo de la modernidad, coincidente con el principio de fragmentación o disyunción del paradigma hegemónico, y el interés práctico, las perspectivas meramente utilitarias, guiadas por la lógica del beneficio y el cortoplacismo, que son el alma de la cultura occidental y de la lógica de mercado, encuentran su fundamento en los principios que han cristalizado en el pensamiento científico de fragmentación, reduccionismo, mecanicismo, determinismo, visión absoluta, y que se ha derramado sobre el conocimiento y las disciplinas, para hacernos ver un mundo con esas perspectivas.

Esa concepción ha suplantado a la racionalidad ética fundada en valores, el interés común y la solidaridad. Es por ello necesario restablecer la conexión con la vida, recuperar el tiempo de pensar y el tiempo de sentir. Reinvidicar el derecho a disentir y alcanzar el bien común reafirmando las diferencias.

Afirmar una educación al servicio de la descolonización del conocimiento como vía democrática rumbo a la emancipación, consolida la perspectiva del dialogo

de saberes, que destacará el valor de la vida, de toda la vida, por encima del interés económico, político y financiero.

Como dice Carlos Galano en el Manifiesto por la Vida: "reorientar la educación en la perspectiva del diálogo de saberes, plantea la construcción de otra racionalidad desde una visión holística, integradora, incluyente. Ello implica una nueva pedagogía para reaprender, para reconocer y para actuar con y ante la otredad. Es una educación para la participación, la autodeterminación y la transformación; una educación que permita recuperar el valor de los sencillo en la complejidad, de lo local ante lo global, de lo diverso ante lo único, de lo singular ante lo universal".

Hacia un ideal, las instancias de formación que pretenden reconocer estos procesos de transformación en la práctica, acercando a los futuros al hoy a la vez que a los formadores al mañana, es que busco reconocer con mis pares este Ejemplo.