Declarar de interés de esta Honorable Cámara la muestra “Pincelar Sonrisas”, iniciativa de los docentes de la escuela domiciliaria y hospitalaria de la Provincia del Neuquén, que reúne obras pictóricas de niños de entre 5 y 12 años que por razones de salud no pueden concurrir a los establecimientos educativos.

Señor presidente:

En base a una iniciativa de maestras hospitalarias para que el arte sane el dolor, se realiza en Neuquén la muestra “Pincelar Sonrisas” que reúne obras de niños de entre 5 y 12 años de la escuela domiciliaria y hospitalaria de Neuquén. El evento, que surgió con la idea de resaltar y potenciar las virtudes de los chicos, se puede ver durante todo el mes de septiembre.

Cabe señalar que la escuela es itinerante. Las docentes dictan sus clases en las casas de los estudiantes que por razones de salud no pueden concurrir a los establecimientos educativos. También se dictan clases en las camas del hospital Castro Rendón de la ciudad capital de la provincia dónde los niños reciben tratamiento. Para ellos la muestra es inmensamente valiosa, ya que a diferencia de un establecimiento tradicional aquí no hay un salón de actos o un pasillo dónde exhibir sus trabajos.

De esta manera en la actualidad la escuela garantiza el derecho a la educación de 220 alumnos en domicilio y 50 en el hospital. Las circunstancias que los llevan allí son diversas: hay desde chicos con yeso por treinta días hasta quienes tienen leucemia.

“Se nos ocurrió fortalecer la parte positiva de los chicos, que descubran eso que tienen de bueno y potenciarlo a través del arte. Por eso le pusimos superhéroes. Le leíamos cuentos e historias. Primero lo plasmaban en un bosquejo y después pasábamos al cuadro”, señaló la docente Mónica Acuña a medios periodísticos de la región.

“Nunca pinto sueños o pesadillas. Pinto mi propia realidad” había expresado la artista mexicana Frida Kahlo, cuya obra nació tras sufrir un siniestro vial que la obligó a un largo reposo. Las maestras de la escuela domiciliaria y hospitalaria de Neuquén tuvieron la misma idea: les llevaron acrílicos a sus estudiantes en situación de enfermedad para que pudieran romper la barrera del dolor con color.

Tal y como a Frida, la obra los revela. “Hay una de las chicas que a su heroína le pintó limones, porque son los que le quitan las náuseas que le produce la quimioterapia”, cuenta Marcela Álvarez, otra de las docentes que participó en la iniciativa junto a Patricia Lizama.

El colegio no tiene cargos cubiertos en el área de plástica, por lo que el equipo contó con el asesoramiento del artista local Martín Villalba, en cuya sala se puede visitar la exposición. Él les enviaba audios por WhatsApp a los chicos haciéndoles devoluciones a medida que avanzaban. Las 24 obras de los estudiantes de la escuela domiciliaria y hospitalaria de Neuquén están expuestas en la sala que el artista Martín Villalba tiene en el hipermercado La Anónima.

Dana Salazar, trabajadora social de la escuela, sostiene: “Los niños hablan de la muerte. Preguntan “¿yo me voy a morir?, ¿vos te vas a morir?”. Los adultos damos vueltas, los niños tienen una simpleza que hace que las cosas más difíciles se transformen en algo bueno. En el hospital el ánimo de los chicos ronda el desgano, la tristeza, entonces el arte es un puente muy importante porque rompe con todo eso”

Entendemos que lo expuesto describe en forma cabal esta iniciativa docente digna de resaltar y reconocer, así como también la muestra de las obras que han realizado los estudiantes neuquinos que por inconvenientes en su salud no pueden concurrir a las escuelas, por lo que agradezco el apoyo de mis pares para aprobar el presente proyecto.