Expresar su beneplácito a los jóvenes argentinos Julián Maslíah, Carlos Soto, Emiliano Liwski y Bruno Di Sanzo por haber obtenido tres medallas de oro y una de plata, de entre 26 delegaciones participantes en las “XXXIII Olimpiada Iberoamericana de Matemáticas”, que tuvo lugar en España y Portugal desde el 23 al 28 de septiembre de 2018.

Señor presidente:

Es dable poner de manifiesto que en diciembre del 85, en el siglo pasado, se celebró en Paipa y Villa de Leyva (Colombia) la primera edición de este querido ibero, con la participación de siete países. Entre ellos solamente cuatro – y eso era en aquel momento lo habitual – habían participado en julio del mismo año en la Olimpiada Internacional de Matemáticas, que en aquella ocasión tuvo lugar en Finlandia.

En 2018, comenzará en breve en Rumanía la 59 Olimpiada Internacional de Matemáticas (IMO). Entre los 116 países inscritos figuran veintidós de los veintiséis que esperamos acudan a la Ibero de este año.

Pero además, desde 1987, la IMO se ha organizado en siete ocasiones en países iberoamericanos. Inspiradas por la Ibero, otras olimpiadas – la Ríoplatense, la del Cono Sur, la Centroamericana y del Caribe, la Olimpiada de Mayo, la de los Países Lusófonos – fueron surgiendo en nuestras regiones y cobrando fuerza. A los buenos resultados de nuestros jóvenes en IMO se une la Medalla Fields de Artur Avila, el primer latino en conseguir ese preciado galardón. ¡Y le seguirán otros, seguro!

Sin duda, la propia Olimpiada Iberoamericana, que es tanto como decir su gente, estudiantes, jefes, tutores, coordinadores, han constituido y siguen constituyendo un elemento esencial de “agitación matemática”, en el buen sentido de la palabra, en cada uno de nuestros países.

Pero en realidad esto último es lo verdaderamente importante: las Olimpiadas, y la Ibero no es una excepción, no son un fin en sí mismas. Si entre los objetivos de la Iberoamericana recogidos en su Reglamento permanente figura en primer lugar el estímulo del estudio de las matemáticas entre nuestros jóvenes, descubriendo y estimulando a aquellos con un don especial para las matemáticas, está claro que marchamos por el buen camino. Sin olvidar el otro objetivo prioritario: la creación del marco adecuado para el intercambio de experiencias entre cuantos en ella participan, también cumplido, así lo creemos, con creces.

Porque los participantes en la Olimpiada Iberoamericana establecen estrechas, duraderas y fructíferas relaciones de amistad.

En 2018, la Olimpiada Iberoamericana cumplió 33 años. Y lo hizo de forma especial, pues por primera vez en su ya no tan corta historia, estuvo organizada conjuntamente por España y Portugal.

La Olimpiada Iberoamericana de 2018 tuvieron dos sedes: La Rábida, Huelva (España) y Monte Gordo, Algarve (Portugal). Estos sitios se encuentran próximos entre sí, a menos de una hora de carretera.

El seleccionado argentino ganó este sábado la XXXIII Olimpíada Iberoamericana de Matemáticas, que tuvo lugar en España y Portugal desde el 23 al 28 de septiembre.

En tal sentido, los argentinos que representaron al país fueron Julián Maslíah, Carlos Soto, Emiliano Liwski y Bruno Di Sanzo. Los jóvenes ganaron tres medallas de oro y una de plata, de entre 26 delegaciones participantes.

Con un total de 140 puntos sobre 168 los argentinos se impusieron sobre Brasil, que quedó segundo, y España que obtuvo el tercer puesto.

Uno de los chicos, Julián Maslíah, fue galardonado además con el premio Blutab, por la originalidad con la que resolvió el problema más difícil de la prueba.

Por todo lo expuesto, invito a mis pares que me acompañen en la aprobación del presente proyecto.