Expresar profunda preocupación y dolor por la reciente tragedia que ha conmovido rutas argentinas, con el accidente que produjera el fallecimiento de 9 estudiantes y una docente que realizaban tareas solidarias en el norte del país y que ocurriera en la ruta nacional Nº 11 el domingo 8 de octubre.

Señor presidente:

Nuestras rutas son nuevamente motivo de enlutamiento, en este caso a través de un accidente ocurrido en la ruta nacional Nº 11, en las proximidades de la localidad de Margarita en el noreste de la provincia de Santa Fe, sucedido el domingo 8 de octubre, en horas de la noche.

Son varias las conclusiones que se desprenden del luctuoso suceso. En primer lugar por tratarse de vidas jóvenes -en su mayoría- que retornaban de una loable actividad solidaria, realizada en una escuela rural de Quitilipi, provincia de Chaco, de la cual la escuela de los jóvenes, ubicada en el barrio de Villa Crespo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ejercía el madrinazgo. Interpretando el elevado altruismo que practicaban los jóvenes escolares esta Cámara no puede menos que compungirse y expresar su profunda tristeza frente a tamaña pérdida y ante el dolor inconmensurable de familiares y miembros de la comunidad educativa. Pero esta Cámara al mismo tiempo no debe eludir la necesaria reflexión sobre otras implicaciones del triste evento, como es la responsabilidad de las autoridades competentes en la falta de control y previsiones en nuestras rutas.

Es sabido que no existen controles severos de velocidad, como tampoco sobre la posible ingesta de alcohol y psicofármacos en los conductores de vehículos, así como el debido control de implemento de sus descansos. A la falta de señalización adecuada se le agrega el estrecho margen de las trochas de circulación y la carencia de banquinas adecuadas. Además varias de nuestras rutas han sido diseñadas para tránsito cuyas velocidades no excedían los 80 - 90 km/hora y esto repercute en radios de giro muy exiguos y peraltados inadecuados.

Pero tal vez el principal problema es el agregado de tránsito pesado, que utilizan rutas ya de por sí sobrecargadas y que las frecuentan para trasladar productos primarios de tonelaje masivo de nuestras economías regionales, casi excluyentemente por camiones de gran porte, dado que los sistemas de transporte más idóneos para el traslado de grandes volúmenes de carga -el fluvial y el ferroviario- hoy están prácticamente inactivos. En el caso de la hidrovía la falta de la utilización aguas arriba de los puertos del Gran Rosario en la provincia de Santa Fe, hace que exista la elevada saturación en el sur de la provincia y que dado sus rutas troncales ubicadas al norte de este sitio -nacionales 34 y 11 entre otras- se encuentran fuertemente congestionadas y provocan numerosos accidentes, como el que ahora lamentamos.

Es por ello, señor Presidente que solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto de declaración.