Expresar profundo pesar por el fallecimiento de Sandra Calamano y Rubén Rodríguez, trabajadores de la Escuela n°49 “Nicolas Avellaneda” del partido de Moreno, que murieron por un escape de gas mientras trabajaban en el establecimiento.

Señor presidente:

Sandra Calamano era la vicedirectora de la escuela n°49 Nicolás Avellaneda del partido de Moreno, en la Provincia de Buenos Aires. Como todas las mañanas, el jueves 2 de agosto llegó temprano junto a su compañero Rubén Rodríguez, el portero de la institución, para preparar el desayuno de los alumnos.

Sabían que había un escape de gas, porque lo habían denunciado ocho veces ante el Consejo Escolar, el organismo de garantizar las condiciones edilicias de los establecimientos educativos del municipio. Sin embargo, su responsabilidad como docentes hizo que una vez más pongan en riesgo su vida para que los niños y niñas desayunen.

Sin embargo, esa mañana fría de principios de agosto, la negligencia de las autoridades se cobró dos víctimas. Sandra y Rubén fallecieron por una explosión en la cocina de la escuela.

Las compañeras de Sandra contaron las razones por las que no quería suspender las clases: "Se murió por los chicos. Fue a la escuela porque no quería que los pibes se quedaran sin comer, les estaba por preparar el desayuno".

Tanto las autoridades municipales como provinciales deben asegurar las condiciones de seguridad de los estudiantes y los trabajadores educativos. Estas muertes fueron producto de la negligencia y la corrupción.

Con profundo pesar por el fallecimiento de estos dos trabajadores de la educación, solicito a mis pares la aprobación de este proyecto.