Instar al Poder Ejecutivo Nacional y a los Gobiernos Provinciales a anular los convenios firmados con la Fundación CONIN y suspender inmediatamente las transferencias de fondos a dicha institución.

Señor presidente:

El pasado 25 de julio, en el marco del debate en el Senado de la Nación sobre la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, el presidente de la Fundación CONIN, Abel Albino, hizo una presentación que causó estupor, rechazo y una profunda preocupación.

Su exposición, prevista para justificar la prohibición de la práctica del aborto, estuvo plagada de aseveraciones falsas, pero alcanzó un límite inaceptable cuando postuló que “Los chicos tienen que entender que el profiláctico no la protege de nada. El virus del SIDA atraviesa la porcelana. Es 500 veces más chico que el espermatozoide. Entonces, el profiláctico no sirve absolutamente porque falla el 30% de las veces en el embarazo, imagínense lo que puede pasar con el SIDA”1.

Estas declaraciones son, como hemos dicho, inaceptables, pues representan un mensaje pernicioso que atenta contra los principios más elementales de la salud pública.

No se trata aquí de opiniones personales; si algo nos da dejado el extenso y rico proceso de discusión sobre la interrupción voluntaria del embarazo en esta Cámara de Diputados, es la multiplicidad de opiniones y paradigmas que hemos escuchado, de un lado y del otro, en un marco de respeto democrático y abierto pluralismo.

Pero una afirmación como la del señor Albino es un peligro pues difunde un mensaje que impugna las prácticas más reconocidas, estudiadas y difundidas para combatir las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados.

La crítica a la exposición de Albino ha sido unánime no sólo en la política sino también y especialmente en los sectores científicos y de la salud. El propio Ministro de Salud de la Nación, Adolfo Rubinstein, sostuvo que “es un disparate, me resulta bastante penoso que una persona del prestigio de Albino emita este tipo de declaraciones y conceptos que lo único que hacen es obstaculizar lo que está haciendo la sociedad entera para la prevención del embarazo no intencional y las enfermedades”2.

En el mismo sentido se expresaron, mediante un comunicado conjunto, distintas organizaciones científicas: “la totalidad de la literatura científica especializada y las buenas prácticas médicas aconsejan fuertemente el empleo del preservativo como uno de los medios de mayor eficacia a fin de prevenir la transmisión sexual del virus de la inmunodeficiencia humana (HIV) y otros agentes infecciosos”3.

Por eso, Señor Presidente, entenemos que el sostenimiento por parte del Estado Nacional de las actividades de la Fundación CONIN, que preside Albino y responde a sus lineamientos conceptuales, es insostenible y debe ser interrumpido inmediatamente.

Insistimos en el punto neuráligo de la argumentación: no se trata de la opinión de Albino respecto de la interrupción voluntaria del embarazo, sino de la promoción de ideas contrarias al saber científico, a los estándares internacionales y a la experiencia en materia de salud pública, cuyas consecuencias negativas son impredecibles.

No podemos permitir que desde el Estado Nacional y con fondos públicos se promueva un mensaje que atentaría directamente contra miles de vidas, especialmente de los más jóvenes, haciendo retroceder décadas a nuestro país en materia de salud pública y reabriendo debates que la sociedad -y la ciencia- han saldado hace mucho.

Por todos estos motivos, Señor Presidente, solicito a mis pares la aprobación de este proyecto de Resolución.