Exigir al Poder Ejecutivo Nacional y el Ministro de Educación de la Nación, la anulación del Convenio Marco CONVENIO MARCO EX-2017-34156828-APN-SECGE#ME - FUNDACIÓN CONIN firmado por el Ministerio de Educación de la Nación, a través de su titular, Alejandro Finocchiaro, y Abel Pascual Albino por la Fundación CONIN (Cooperadora para la Nutrición Infantil) en diciembre de 2017 y todas las Actas Complementarias del mismo, así como el inmediato cese de todo tipo de financiamiento estatal a dicha Fundación.

Repudiar e instar a la anulación de los convenios que distintos gobiernos provinciales -como Salta, Misiones y Mendoza- mantienen con la Fundación CONIN y rechazar toda tercerización de programas del Estado Nacional o los Estados provinciales en organismos o instituciones que se asientan en principios oscurantistas y carecen de toda evidencia científica.

Denunciar que detrás de una pretendida asistencia a pobres, con fondos estatales y empresariales gestionados por Albino y su fundación, se imparten prácticas y principios que agudizan los problemas sociales más acuciantes como el embarazo adolescente y las enfermedades de transmisión sexual, en crecimiento en nuestro país.

Señor presidente:

La exposición del médico Abel Albino en el Senado de la Nación, en el marco del debate en torno a la media sanción de Diputados por el Aborto Legal, para postular su enemistad profunda contra los derechos de las mujeres y hacer gala de un virulento oscurantismo en materia de salud sexual y anticoncepción, generó conmoción de inmediato. Fue la exposición más radical de los argumentos de fondo que –aunque no todos se atrevan a decirlos- subyacen detrás del campo de los defensores del aborto clandestino. Pero las posiciones fascistizantes de Albino no son novedosas, mucho menos para quienes detentan el poder en nuestro país y, en la Nación o las provincias, lo han incorporado a programas de asistencia del Estado para que predique y eduque en base a las barbaridades que lo hemos escuchado postular en el Senado. Los que han llevado a Albino a esta posición de poder son los mismos que dicen rasgarse las vestiduras por la prevención y educación sexual en contraposición al derecho al aborto legal, pero también quienes hoy apoyan la legalización, sin abandonar el campo político del Vaticano y que gobiernan o gobernaron de la mano de Albino y la Iglesia Católica.

Pero Albino es un militante contra la anticoncepción. Sus dichos en la cámara alta –donde sostuvo que “los chicos tienen que entender que el profiláctico no la protege de nada. El virus del SIDA atraviesa la porcelana. Es 500 veces más chico que el espermatozoide. Entonces, el profiláctico no sirve absolutamente porque falla el 30% de las veces en el embarazo, imagínense lo que puede pasar con el SIDA” no son una novedad para los partidos que le han derivado la “asistencia” precisamente en esta área tan sensible. Escribió libros con esta tesis y ya en el pasado había manifestado su oposición a la distribución de anticonceptivos por considerarlo “un plan de fornicación asistida”. (http://www.pagina12.com.ar/diario/ajedrez/35-285816-2015-11-10.html; http://www.perfil.com/protagonistas/albino-el-pediatra-polemico-que-combate-la-desnutricion-1114-0034.phtml).

El nivel de entrelazamiento del Estado con lo más rancio del aparato clerical se manifiesta en los múltiples convenios que los gobiernos provinciales y el propio Poder Ejecutivo Nacional han suscripto con la fundación que preside Albino. Los partidos patronales han mantenido con él estrechos lazos políticos y económicos, incluidos muchos de sus personeros que hoy se muestran indignados por sus asertos.

Además de convenios con distintas provincias, el Poder Ejecutivo Nacional desde 2016 vienen suscribiendo convenios con la Fundación CONIN. La fundación creada por Albino, la Cooperadora para la Nutrición Infantil (Conin), en los años 2015 y 2016, recibió fortunas por parte del Ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Carolina Stanley, para la apertura de centros de atención primaria, tercerizando en esta corporación retrógrada la salud de los sectores de la población más golpeados por las políticas de gobierno. De acuerdo con informe de la Jefatura de Gabinete ante este Congreso, actualmente la fundación que preside Albino, tiene convenios vigentes con el Estado. Durante 2016, la entidad recibió $9.520.720; en 2017 la cifra subió a $52.656.187 y para este año está estimado que el número supere los 120 millones de pesos.

En diciembre de 2017, el Ministro de Educación Nacional, Alejandro Finocchiaro, firmó con Albino el Convenio Marco que este proyecto anula. Se trata de un “convenio de cooperación institucional y asistencia técnica para el desarrollo de acciones conjuntas tendientes a fortalecer y mejorar las condiciones de educabilidad de niños escolarizados entre 3 y 5 años”. Entre esas actividades, se destaca la “formación para supervisores, docentes y equipos de orientación escolar” en materia de desnutrición y malnutrición infantil. ¿En base a qué criterios brinda CONIN esa capacitación? En palabras de su titular Abel Albino: “La desnutrición infantil es una enfermedad cultural propia de sitios en los que el acto sexual (...) se lo suele llevar a cabo compulsivamente, bajo los efectos de una vehemencia descontrolada e irracional que pretende la mera satisfacción de un placer instintivo por parte del varón.” ¡El Estado deriva esta tarea a una ONG clerical que tiene como doctrina prejuicios completamente reñidos con el saber científico!

Tenemos entonces que el hombre designado para combatir la mal nutrición infantil postula que la desnutrición se debe a la promiscuidad de las familias. Es decir, que no es un problema social y económico, sino moral y “cultural”. “La desnutrición infantil es una enfermedad cultural propia de sitios en los que el acto sexual (...) se lo suele llevar a cabo compulsivamente, bajo los efectos de una vehemencia descontrolada e irracional que pretende la mera satisfacción de un placer instintivo por parte del varón.” Albino sostiene que “en relación con las familias con niños víctimas de desnutrición hay una serie de conductas que inexorablemente deben ser combatidas” y enumera: “impudor, promiscuidad, pornografía, autoerotismo, incesto, sexo contra natura, violación, pedofilia, anticoncepción, aborto, infidelidad, concubinato”.

El jefe de gabinete Marcos Peña informó el año pasado que “se han alcanzado 2100 niños y niñas” a través de este convenio. Y hace un mes, Peña agregó que “se han realizado capacitaciones a cargo de profesionales de CONIN en temas de nutrición y desarrollo infantil destinadas a coordinadores/directores de espacios de primera infancia y personal de cocina. Las mismas se realizaron en Misiones, Jujuy, Salta, Tucumán y Corrientes”.

El Convenio tiene una vigencia de dos años y habilita a término su prórroga por otros dos años más con el acuerdo de ambas partes. Y establece como mecanismo de aplicación la elaboración de “Actas complementarias” entre el Ministerio y la Fundación para instrumentar “tareas concretas a desarrollar, su financiamiento, los responsables a cargo de su implementación, cronogramas a cumplir, recursos humanos y materiales necesarios”. Por esta vía, se han destinado cuantiosos recursos presupuestarios a financiar la prédica anti-científica y oscurantista del Dr. Albino.

Albino fue distinguido en numerosas oportunidades por el Senado nacional, mientras que en 2014 la Legislatura porteña aprobó la propuesta de María Eugenia Vidal (en ese entonces vicejefa de gobierno porteña) de declarar al médico como “personalidad destacada de la ciencia”.

El vínculo de Conin-Albino con el Estado no es una novedad política: desde hace años que los gobiernos de Salta, Misiones y Mendoza, así como el kirchnerismo a través de programas nacionales, mantienen una “colaboración” con este hombre del Opus Dei. Hasta 2011, su fundación mantenía sedes “a lo largo y ancho del país (el área metropolitana de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco, Tucumán, Santiago del Estero, Salta y Córdoba), dos en Paraguay, uno en Perú y otro en Gambia” (La Nación, 28/08/11). En esa época, pleno gobierno K, Albino aseguraba que el Ministerio de Trabajo de la Nación pagaba los sueldos de algunas enfermeras, y el de Acción Social, por su parte, facilitaba alimentos. Actualmente, las sedes de Conin superan el centenar. En Salta, Albino firmó recientemente con el gobernador Juan Manuel Urtubey un acuerdo para construir 50 centros más en la provincia –donde los índices de mortalidad infantil baten récords (en 2017 los ministros de Salud y el de Primera Infancia de dicha provincia reconocieron ante la legislatura salteña que tenían un registro de 2000 niños en riesgo nutricional).

CONIN es una ONG clerical que se asienta en principios oscurantistas y anticientíficos respecto de la desnutrición y la salud sexual y reproductiva –como quedó expuesto una vez ante la intervención de su titular en el Senado. Su plan no es solo un recetario reaccionario de regimentación de la sexualidad (y en particular de represión y control sobre las mujeres), sino que además es completamente incompetente para dar solución a un problema urgente. Es claro que nuestros niños no pueden esperar ni un día más y que necesitan un plan integral y científico que resuelva el problema y esté libre de prejuicios y posiciones oscurantistas.

Es por ello menester la urgente anulación de todo tipo de convenios entre el Estado nacional y los Estados provinciales que dejen a nuestros niños y las familias a merced de este adoctrinamiento reaccionario.

Por estos motivos, solicitamos a los y las diputadas nacionales el acompañamiento del presente proyecto de resolución.