Artículo 1º: Incorporase como materia curricular en todos los niveles del sistema educativo, tanto en los establecimientos públicos o privados, en todo el territorio de la República Argentina, la materia de “Prevención y concientización de la violencia”.

Artículo 2º: Crease un espacio dentro de dichos establecimientos denominado “AUDITORIA” el cual estará a cargo de un docente formado y especializado en la prevención y concientización de la violencia, cuya función será llevar el control del desempeño de los docentes encargados en esa materia y de asistir a los alumnos derivados por el docente con problemática de la violencia.

Artículo 3º: La autoridad de aplicación de la presente ley será el Ministerio de Educación de la Nación, conjuntamente con el Consejo Federal de Educación, los cuales definirán los contenidos generales del plan de estudio de dicha materia.

Artículo 4º: De forma.

Señor presidente:

La presente iniciativa tiene su razón de ser en que consideramos que una de las formas de comenzar a prevenir y erradicar la violencia es concientizando a los futuros adultos. Prevenir y concientizar es educar.

Una tarea efectiva de prevención se sustenta en un proyecto de transformación social que tenga en cuenta que la violencia es una conducta aprendida, y no se cambia espontáneamente por la voluntad de cada uno. Sino que requiere de un trabajo de modificación orientado por especialistas formados en la materia.

La prevención de la violencia es un proceso histórico que se va construyendo con esfuerzo, porque tiene muchos obstáculos tanto ambientales, como históricos y sociales.

Es un problema social que debe ser reconocido por toda la población, por lo tanto, entre todos deberíamos ir construyendo la historia de sensibilización y concientización acerca de la extensión, la gravedad y los costos que los malos tratos dentro de la familia ocasionan a toda la sociedad y sus instituciones. Además de la asistencia a las personas afectadas que reciben o ejercen violencia, es necesario poner el acento en la prevención del daño que la violencia genera.

Como bien lo señala la Lic. Graciela V. Ferreira, los trabajos realizados, tanto en nuestro país como en otros lugares del mundo, prueban que se pueden lograr muchos cambios, sobre todo cuanto más temprano se empiezan a enseñar a las niñas y a los niños, otros modelos de relación y comunicación para resolver los conflictos naturales que se plantean entre todos los seres humanos. Ocuparse de la violencia es darle la debida importancia publica a uno de los problemas que más se ha mantenido oculto a lo largo de la historia social.

De aquí la importancia de romper con la idea de lo privado y hacer públicas estas situaciones que dañan la salud de millones de personas. La violencia es un delito porque afecta el orden y la convivencia social, sus efectos repercuten en los sistemas de salud, de seguridad, de justicia, de educación, etcétera, recargándolos con una demanda muy costosa de servicios o esfuerzos para atender a las personas afectadas, teniendo en cuenta que el rendimiento, la productividad, la concentración, el aprendizaje, etcétera, tanto en el plano laboral como de la formación educativa, se deterioran causando trastornos que no siempre son comprendidos porque se desconoce su origen.

Incorporar esta materia es sumamente importante porque los alumnos comenzaran a relacionarse con el docente y la asignatura, ahí surgirán situaciones donde los mismos niños relataran en un ámbito de confianza con el docente, situaciones personales que transcurren en sus vidas. Los que prestan ayuda, en este caso los docentes formados en el tema, tratan de proteger al alumno y ayudar a las familias a aprender la manera de vivir unos con otros y hacer frente a la crisis. La clase de ayuda dependerá de los problemas y necesidades particulares de cada alumno.

Solo un esfuerzo concentrado de las autoridades responsables, los grupos profesionalizados, las distintas instituciones, es decir todo el conjunto de la sociedad, podrá resolver los problemas que atentan contra la comunidad.

La acción preventiva tiene que desarrollarse en el marco de una política integral de educación para la salud y el bienestar.

Por los motivos expuestos, es que solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto de ley.