Expresar pesar por el fallecimiento de Inés Izaguirre.

Señor presidente:

Inés Izaguirre perteneció a la primera camada de sociólogos de la Universidad de Buenos Aires, recibiéndose en 1963. Desde ese momento dedicó su vida a la docencia, a la investigación y a la defensa de los derechos humanos en nuestro país.

Fue docente titular y Directora de la carrera de Sociología de la UBA y directora del instituto “Gino Germani” de la Facultad de Ciencias Sociales.

Como investigadora realizó una enorme tarea ligada al compromiso con la historia reciente de nuestro país, siendo una referente fundamental en los estudios de memoria y derechos humanos. En su rol de directora del Programa de Investigaciones en Conflicto Social del Instituto Gino Germani llevó adelante investigaciones que permiten comprender los procesos históricos de las dictaduras militares en Latinoamérica en general y Argentina en particular. “Lucha de clases, guerra civil y genocidio en Argentina. 1973-1983. Antecedentes, desarrollo, complicidades” es quizás uno de los estudios más importantes que se haya producido sobre este período de la historia argentina. Su obra representa un enorme aporte en tanto permite un análisis de las características sociodemográficas de las víctimas, identificando edad, nivel de estudios alcanzados y nivel socioeconómico; una verdadera radiografía que colaboró a la comprensión profunda de los motivos históricos, políticos y económicos por los que se intentó destruir a una generación entera comprometida con una realidad más igualitaria y solidaria.

Para Inés la tarea de investigadora no estaba escindida de su compromiso militante. Ejerció la vicepresidencia de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos desde donde impulsó la federalización y el crecimiento del organismo en todo el país.

Inés dedicó su vida académica al estudio riguroso de los principales conflictos sociales en nuestro país. Ejerció la sociología desde un fuerte compromiso contra las injuticias del pasado reciente y del presente en nuestro país. Nadie que la haya conocido podrá olvidarla.

La despedimos a sus 84 años, convencidos de que su labor seguirá siendo una herramienta fundamental para el análisis de la historia reciente de nuestro país y un ejemplo de compromiso por la defensa de los derechos humanos.

Por lo expuesto, solicito a mis pares que me acompañen el presente proyecto.