Art. 1: A partir de la promulgación de la presente Ley, no se aplicarán Derechos de Exportación a los siguientes productos:

Carnes porcinas, ovinas, caprinas, aves y caballar, frescas o congeladas. Posiciones arancelarias de la Nomenclatura Común del Mercosur: 0203.11.00, 0203.12.00, 0203.19.00, 0203.21.00, 0203.22.00, 0203.29.00, 0204.4, 0204.10.00, 0204.2, 0204.21.00, 0204.22.00, 0204.23.00, 0204.30.00, 0204.41.00, 0204.42.00, 0204.43.00, 0204.50.00, 0205 00.00, 0206.01.00, 0206.21.00, 0206.22.00, 0206 22.10, 0206 29.90, 0206. 30.00, 0206 41.00, 0206 49.00 0206 80.00, 0206 90.00, 0207.11.00, 0207.12.00, 0207.13.00, 0207.14.00, 0207.24.00, 0207.25.00, 0207.26.00, 0207.27.00, 0207.32.00, 0207.33.00, 0207.34.00, 0207.35.00, 0207.36.00, 0208.10.00, 02.08, 0208.30.00, 0208.40.00, 0208.50.00 y 0208.90.00.

Carne bovina, fresca, congelada o procesada. Posiciones arancelarias de la Nomenclatura Común del Mercosur: 02.01, 0201.10.00, 0201.20.10, 0201.20.20, 0201.20.90, 0201.30.00, 02.02, 0202.10.00, 0202.20.10, 0202.20.20, 0202.20.90 y 0202.30.00.

Tocinos, grasas, carnes saladas y ahumadas. Posiciones arancelarias de la Nomenclatura Común del Mercosur: 0209 00.11 0209 00.19, 0209 00.21, 0209 00.29 0209 00.90, 0210.11.00, 0210.12.00, 0210.19.00, 0210.20.00,

0210.91.00, 0210.92.00, 0210.93.00 0210.99.00 2301.10.10

Art. 2: Deróguese toda norma que se oponga a la presente Ley.

Art. 3: Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Señor presidente:

Bajo el falso concepto de despegar los precios internos de los internacionales y afirmando que con ello se "cuidaba la mesa de los argentinos", el Poder Ejecutivo Nacional impuso Derechos de Exportaciones, no solamente a los cereales y oleaginosas, sino también a las carnes. Tal como llamamos la atención hace un lustro acerca de tan errada política, hoy podemos afirmar sin cortapisas el resultado nefasto: la (des)administración de la pareja gobernante quitó, lisa y llanamente, 20 (veinte) kilogramos de carne, per cápita, a la "mesa de los argentinos" que, únicamente en el "relato", pretendía salvaguardar.

Obvio, mientras arreciaba una liquidación de vientres sin precedentes, los precios de la carne en las góndolas estaban de remate. Pero en determinado punto del frenesí, con un consumo extremadamente elevado, nos terminamos "comiendo a las fábricas de terneros". Resultado: la población aumenta y el rodeo nacional decrece. Casi calcadas las políticas ganaderas y de energía: nos estamos quedando sin vacas, sin gas y sin petróleo. El desatino puede verse comparando a la Argentina con Brasil. Nuestros vecinos iniciando exploraciones off-shore a gran escala y el presidente Lula anunciando exultante que su país será en breve el nuevo granero del mundo, amén de ser hace rato el principal exportador mundial de carne. Si renacieran los argentinos del primer Centenario, no podrían creer lo que está ocurriendo en los segundos cien años. Tal como afirmó el Premio Nobel de Economía Simon Kusnetz de 1971, ("Quantitative Aspects of the Economic Growth of Nations", 1963 y Economic Growth and Structure: Selected essays, 1965), existen cuatro tipos de países: los ricos, los pobres, Japón y la Argentina. Es simple de explicar por qué los ricos son ricos y los pobres son pobres. Resulta harto dificultoso explicar por qué los nipones son ricos y es absolutamente imposible explicar por qué los argentinos son pobres. Si Kusnetz todavía viviera y pudiera haber apreciado la política económica argentina de los últimos años, quizás podría haber entendido cabalmente las causas de nuestra brutal decadencia económica.

Señor Presidente, el objetivo claro del presente proyecto apunta a darle transparencia al mercado ganadero, creando, a su vez, importantes incentivos a los productores para que crezca el stock. Si seguimos por el camino actual, la liquidación de hembras se convertirá en un exterminio. Con lo cual, en pocos años terminaremos importando carne de Uruguay o de Brasil. Huelga destacar que hasta no hace muchos años, Brasil era importador neto de carne argentina. Sin comentarios.

Señor Presidente. Urge enviar señales prístinas al mercado a efectos de recuperar hembras y con ello los terneros. Como hemos planteado en otros Proyectos de Ley, hay que incentivar el consumo de las carnes alternativas a la bovina, a efectos de moderar la "presión" sobre la oferta ganadera vacuna. Recomponer el rodeo nacional llevará varios años. Pero mientras más se tarde en poner en marcha una política ganadera coherente, más dificultoso se hará el camino para la solución de este gran drama creado exclusivamente por políticas por demás erradas y en exceso demagógicas. El populismo vigente ha originado siderales costos, oblados primero por los productores y luego por el conjunto de los habitantes. Es hora de imponer racionalidad a la política económica, antes que sea demasiado tarde.

Por estas razones y las que oportunamente ampliaremos en el recinto de la H. Cámara, es que solicito a mis pares la aprobación del presente Proyecto de Ley.