Dirigirse al Poder Ejecutivo de la Nación para que, a través de los organismos correspondientes, informe sobre:

1.- Cuáles son las políticas y medidas correspondientes que el Poder Ejecutivo está implementando y/o tiene previstas a los efectos de promover y efectivizar la imprescindible redistribución del ingreso.

Señor presidente:

Según las cifras aportadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la desigualdad en la distribución del ingreso se agrandó en el primer trimestre de este año. La brecha entre el ingreso medio del 10 por ciento más rico es 36 veces mayor al ingreso del 10 por ciento más pobre de la sociedad argentina.

Si bien el INDEC interpreta que este aumento está influenciado por el aguinaldo en tanto sólo mejora el ingreso de los estratos de ingresos más altos (en blanco, formales) a comienzos y a fines de año. Es sabido que, como los datos proyectados para el primer trimestre 2006 incluyen por primera vez a la "población perteneciente a hogares sin ingresos monetarios", sin tomar en cuenta las ayudas que reciben por parte del Estado (medicamentos y alimentos), es imposible compararlo con trimestres de años anteriores.

Lo preocupante de este hecho es que, si bien se ha registrado un avance de la economía nacional en los últimos años, donde los datos oficiales arrojan un crecimiento del PBI de un 8% anual y donde se prevé que durante el presente período la riqueza se expanda siete puntos y medio; los datos del INDEC nos dicen que 7.700.000 personas, es decir, el 20 por ciento de los argentinos, o la quinta parte de la población nacional sobreviven con 2,75 pesos diarios.

Y esto no es un dato menor cuando el órgano autárquico, a través de sus estadísticas nos dejan ver que en ocho de cada diez hogares pobres de Argentina el principal ingreso mensual de cada familia es aportado por un trabajador ocupado. Si tenemos en cuenta que ese ingreso debe dividirse entre cada uno de los integrantes de la familia, arribaríamos a la conclusión de que el origen más importante de la pobreza es la falta de políticas destinadas no solo a la recuperación del salario, sino a una clara y justa redistribución del ingreso. En este aspecto no hay diferencias entre trabajadores en negro y trabajadores en blanco. Siguiendo al INDEC casi el 25 por ciento de los hogares del país es pobre.

Como dijeran algunos funcionarios del gobierno, "la desigualdad es un problema estructural y las políticas para solucionarlo tiene impacto en el mediano y largo plazo". Sin embargo, a pesar de que el Gobierno Nacional ha mostrado -al menos desde lo discursivo- cierta preocupación por llevar adelante una política económico social orientada a la redistribución del ingreso, dichas políticas no han asumido un rol protagónico en la agenda pública nacional de los últimos tres años.

Si así no fuera, desde nuestro lugar, no tenemos conocimiento de aquellos programas o políticas nacionales que estén expresamente orientadas a una mejora del sistema de distribución económico social.

Por todo lo expuesto solicitamos la aprobación del presente proyecto.