Solicitar al Poder Ejecutivo que, a través de los organismos que corresponda, se informe a esta Honorable Cámara de Diputados acerca de los siguientes temas:

1) Sobre la existencia de estudios referidos al consumo de alcohol y tabaco en los adolescentes y niños, como así también sobre la baja en las edades de inicio en el consumo de este tipo de sustancias.

2) Cuales son las medidas adoptadas por el Ministerio de Salud de la Nación tendientes a la prevención primaria y secundaria de dicho problema.

Señor presidente:

El presente pedido de informes es el reflejo de una inquietud constante de la sociedad reflejada en artículos periodísticos surgidos en diversos medios de comunicación. En una reciente publicación, médicos especialistas en patología oral del Instituto Oncológico de la Fundación Maissa, hacen saber sobre un incremento de casos de cáncer bucal en la población inferior a los 50 años. En opinión de los médicos, uno de los motivos podría ser el consumo continuo de alcohol y tabaco a edades cada vez más tempranas.

Esta demostrado por gran cantidad de investigaciones que dichas sustancias tienen repercusión a largo plazo en el cuerpo del consumidor, apareciendo los síntomas o signos físicos luego de 10 o 20 años. Dificultades respiratorias, disminución del rendimiento en la actividad física, disminución de la concentración, cáncer pulmonar, de garganta, de estomago, repercusión en funciones cerebrales y alteración en la conciencia son algunos de los ya conocidos efectos sobre la salud humana.

Ya en el año 2004, la creciente ingesta de alcohol y tabaco en jóvenes y niños era preocupante para la Organización Mundial de la Salud (OMS), fijándose como prioridad, en la cumbre de Ginebra, establecer acciones sanitarias para reducir el consumo de alcohol en los jóvenes. Por su parte, el presidente de la Unión Antitabaquica Argentina y médico oncólogo -Diego Perrazo- manifestaba ya en ese mismo año, que cerca de 300 jóvenes comienzan a fumar por día y que la edad de inicio de este tipo de hábitos habría descendido notablemente.

La edad cronológica de inicio en el consumo es un factor de suma importancia y preocupación, teniendo en cuenta que los cuerpos de niños y jóvenes de corta edad están en vías de desarrollo y las sustancias toxicas provenientes de este tipo de sustancias afectan al desarrollo y precipitan un sin fin de enfermedades y patologías, cardiovasculares, coronarias, presión arterial, cirrosis, problemas de vesícula, páncreas, riñón, alucinaciones, delirum tremens, etc.

Investigaciones realizadas en otros países como Estados Unidos y España llegan a la conclusión de que este tipo de drogas perjudica al desarrollo físico de quien las consume, y provoca también alteraciones en las funciones cerebrales como ser pérdida de memoria, disminución de la concentración, trastornos de personalidad, conductas antisociales y enfermedades psiquiátricas en la vida adulta.

Los tempranos consumidores asocian al alcohol y el tabaco como elementos indispensables para obtener placer y diversión escapando muchas veces, a través de esa ingesta, de inhibiciones e inseguridades o algún otro conflicto que por su etapa evolutiva poseen. El inicio del consumo ocurre como una forma de pertenencia, o como una de las tantas maneras que tienen los niños y jóvenes de desafiar los limites. Pero esa experiencia, en un principio inocente, puede conducir al pequeño a adoptar una conducta de dependencia psicofísica a este tipo de sustancias nocivas. El grupo de pares y la publicidad juegan un papel

importantísimo ya que estos cumplen un rol identificatorio y determinante para el inicio en esas conductas de consumo.

Otro factor a tener en cuenta es que, al no aparecer los síntomas físicos de manera inmediata, es difícil que el joven advierta el daño que se provoca al fumar o tomar alcohol. Este tipo de sustancias no solo afectan a quien consume y a su núcleo más directo, sino también pone en riesgo a toda la sociedad. Por ejemplo, al tener el alcohol un poder desinhibitorio, es utilizado para llevar adelante actos que quizás de otra manera no realizarían. Estos pueden ir desde riñas callejeras, hasta hechos mas graves como actos delictivos con o sin arma de fuego.

Es importante tomar conciencia y a actuar en post de la salud de las nuevas generaciones a fin de mejorar su calidad de vida, tanto física, psíquica como social, razón por la cual solicito a mis pares acompañen la aprobación del presente proyecto de resolución.