Expresar su extrema preocupación por el aumento constante del consumo de alcohol en adolescentes entre 12 y 30 años.

Señor presidente:

Los jóvenes y los adolescentes -en una franja que abarca desde los 12 a los 30 años- toman cada vez más alcohol. Son muchos los que toman y, cuando toman, toman mucho. Eso dicen las autoridades en problemas de adicciones y los especialistas. Y lo sostienen también las estadísticas.

De acuerdo con los expertos, lo más habitual es que los jóvenes no tomen o tomen poco durante la semana. Y que consuman "todo junto" los viernes y los sábados a la noche.

En la "previa", los tragos se suceden hasta perder la cuenta. Entonarse es el objetivo: así, la noche será pura diversión. Eso es, al menos, lo que piensa la mayoría de los jóvenes que, horas antes de la salida del fin de semana, consume cantidades excesivas de alcohol mientras sus padres duermen. Es que en el mundo de los jóvenes, el alcohol y la diversión, con frecuencia, van de la mano. Contra eso luchan los especialistas, que desestiman las borracheras "típicas" de los adolescentes y enfatizan en la importancia del control de los padres sobre sus hijos.

Cuando tratan de explicar por qué los jóvenes toman mucho, los expertos coinciden en algunos puntos. Dicen que la conducta está asociada a "la falta de proyectos colectivos", en el marco de la fragmentación social. Pero aseguran que también pesa "la fuerte creencia social que relaciona la diversión con el alcohol". Sostienen que prácticamente no existen los jóvenes que no tomen aunque sea unos sorbos de alcohol cuando salen de noche. Hay algo más: el peso de las campañas publicitarias, sobre todo de la cerveza, la bebida que más consumen los jóvenes.

El alcohol siempre estuvo asociado con la desinhibición. Ahora, en cambio, la forma en que muchos jóvenes lo consumen se acerca más, aseguran los especialistas, a una carrera peligrosa en donde prima el desprecio por la vida humana.

Los expertos advierten que además el alcohol perjudica, entre otros, al hígado, el aparato circulatorio y el cerebro. Interfiere en el desarrollo y reduce la tasa de crecimiento entre los preadolescentes ya que la toxicidad directa limita el desarrollo de las neuronas. También influye en la coordinación psicomotriz (en la participación de deportes en forma grupal) y afecta a la integración normal de los grupos sociales. De prolongarse el consumo en el tiempo y en cantidad puede derivar en una intoxicación aguda, coma y muerte.

Con la intoxicación alcohólica surgen otros riesgos, coinciden los especialistas, como las "celotipias" (cuando los hombres reaccionan pensando en que un rival quiere robarse a su novia) que terminan en peleas; contactos sexuales sin protección o accidentes en la vía pública (dado que, como los reflejos están bajos, cualquier caída suele representar una lesión importante), entre otros.

Por todo lo expuesto es que solicito a mis pares el acompañamiento con su firma de este proyecto de resolución.