Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo Nacional, a través de los Organismos Competentes, arbitre las medidas necesarias para la regulación, el control y la prohibición de la publicidad considerada perjudicial en los hábitos y consumos alimentarios.

Señor presidente:

La publicidad engañosa sobre los hábitos y consumos alimentarios, constituye un grave problema, que de no abordarlo a tiempo, tendrá graves consecuencias no sólo para la salud de la población sino para la calidad de vida de los ciudadanos.

Tensión arterial, colesterol, índice de masa corporal, dieta inadecuada, inactividad física y consumo excesivo de alcohol están relacionados con la forma de comer y con el ejercicio físico.

Son los factores de riesgo que junto con el tabaco constituyen las causas de más muertes prematuras.

La incidencia del sobrepeso y la obesidad aumentan progresivamente en nuestra sociedad actual, especialmente entre niños y escolares y en personas con menor nivel educativo y menores ingresos.

Para Rodríguez Sendín está demostrado que "la incidencia del sobrepeso y la obesidad está aumentando progresivamente entre niños y adolescentes". Los últimos datos de la Unión Europea sitúan en 2 millones el número de personas con obesidad y sobrepeso, pero lo más alarmante es que "al año 400.000 niños pasan a formar parte de esta lista", ha afirmado el secretario de la OMC. (La OMC propone la regulación de la publicidad engañosa en hábitos y consumos alimentarios, http://www.cgcom.org/noticias/2007/01/07_01_11_obesidad).

Nuestro país no está ajeno a esta problemática.

La obesidad aumenta el riesgo de padecer un buen número de enfermedades crónicas graves, que a su vez determinan la mayor parte de las defunciones anuales y de la carga mundial de morbilidad con unos costos que se sitúan en el 8% total del gasto de los sistemas sanitarios de los países en desarrollo o en vías de desarrollo.

Por lo expuesto, solicito a mis pares la aprobación del presente.