PREVENCION DE ADICCIONES Y CONTROL DEL NARCOTRAFICO
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PROYECTO DE DECLARACION
Expediente: 0645-D-2007
Sumario: EXPRESAR PREOCUPACION POR LA DISTRIBUCION Y VENTA EN QUIOSCOS DE LA CIUDAD Y DEL GRAN BUENOS AIRES DE LA PRIMER REVISTA SOBRE CULTURA CANNABICA EN NUESTRO PAIS.
Fecha: 15/03/2007
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 11
Expresar preocupación
por la distribución y venta en quioscos de la ciudad y del Gran Buenos
Aires de la primer revista sobre cultura cannábica en nuestro
país.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
La revista en sí tiene 66
páginas y un precio de $ 9,80 en los quioscos de Capital Federal y el
Gran Buenos Aires desde diciembre ultimo.
"Cogollos argentinos",
"San Canuto", "Plantate" y "Consumo cuidado" -que trata sobre "qué
hacer si te agarran con faso [sic], sin morir en el intento"-, son algunas
de las notas que se pueden encontrar en el segundo número de la
revista THC, la primera publicación sobre cultura cannábica y otras
drogas ilegales que se distribuye en quioscos y revistas de la Capital y
el Gran Buenos Aires desde diciembre último, y que ya ha suscitado
polémica.
Según sus editores, la finalidad de THC (sigla que significa
tetrahidrocannabinol, que es el principio activo de la planta de
marihuana) es brindar información real y objetiva sobre la cultura
cannábica, y está dirigida sólo a mayores de edad. Sin embargo, la
Asociación Antidrogas de la República Argentina presentó una
denuncia en la fiscalía antidrogas contra dicha publicación, por
infracción a los artículos 12 y 28 de la ley 23.737 sobre tenencia,
suministro y tráfico de estupefacientes, que establecen que será
reprimido con prisión de dos a ocho años quien difunda públicamente
el uso de estupefacientes, induzca a otro a consumirlos o imparta
instrucciones acerca de la elaboración de drogas.
"Esa revista es una forma más de introducir a los jóvenes en las
drogas. ¿Qué es la cultura cannábica, sino la destrucción del ser
humano?", sostuvo Claudio Izaguirre, presidente de la Asociación
Antidrogas de la República Argentina.
En su primera página, la revista señala que tanto el derecho a acceder
como el de difundir información constituyen garantías fundamentales
amparadas constitucionalmente, por lo que de ninguna manera el
ejercicio de ellas puede construir delito penal alguno. "Si sólo tenemos
en cuenta ese criterio, ¿por qué no sacamos una revista sobre cómo
pegarles a las mujeres?", cuestionaron duramente desde la Asociación
Antidrogas de la República Argentina.
Según el abogado Hernán Gullco, director del área jurídica de la
Asociación por los Derechos Civiles, nadie puede prohibir la publicación
de la revista de antemano, porque eso sería censura previa. "Pero, una
vez publicada, entonces sí sus editores corren el riesgo de enfrentar un
proceso penal por apología de drogas, siempre y cuando se pueda
probar un peligro claro y actual de dicha revista, lo que equivale a
decir que se pueda comprobar que representa una apología de la
droga que va a causar daños a terceros", explicó al diario LA NACION
Gullco.
La realidad de
nuestro país:
Según datos de la
Secretaría de Programación para la Prevención de Drogadicción y
Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR), un 1,9% de la población
ha consumido marihuana, mucho más que el 0,3 que probó la cocaína
y el 0,1 que hizo lo mismo con el éxtasis (datos de 2004). En 1999
ocupaba un escalón anterior a la cocaína, pero el consumo se
incrementó. El último relevamiento oficial sobre los centros de
rehabilitación argentinos dio por resultado que el 25% se trata por
adicción al cannabis.
En la Argentina como en el resto del mundo se ha instalado y crecido
al amparo de discursos que aseguran que la marihuana es inocua. La
marihuana, repiten desde diversos sectores, no genera adicción, es
menos tóxica que el tabaco y hasta puede resultar beneficiosa en
algunas circunstancias. Tres "mitos" que gozan de una peligrosa
aceptación social y que los expertos refutan a rajatabla. "Nada más
alejado de la realidad", advierten desde la Secretaría de Programación
para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico
(SEDRONAR). Y lo respaldan con estadísticas contundentes: uno de
cada cuatro pacientes en tratamiento en centros dependientes del
organismo está siendo rehabilitado por adicción a la marihuana.
Así lo refleja el último
Registro Continuo de Pacientes en Tratamiento del organismo. Según
datos recién horneados, en 2005 la marihuana motivó el tratamiento
del 25% de los 2.369 pacientes que estaban siendo rehabilitados en 53
centros de todo el país. "Este alto porcentaje desmiente los discursos
habituales sobre la marihuana, que insisten en instalarla como una
droga que no genera mayores daños sobre la salud. Es mucha la gente
que no puede dejarla ni manejarla y que está padeciendo las
consecuencias de su consumo", destaca Diego Alvarez, al frente del
Observatorio de Drogas de Sedronar.
"Es un mito que la
marihuana no tiene toxicidad. Es una droga con sustancias psicoactivas
muy potentes, que impactan sobre el sistema nervioso central y
el aparato cardiovascular", advierte la toxicóloga Norma Vallejo,
subsecretaria de Planificación, Prevención y Asistencia del organismo.
La marihuana tiene propiedades psicoestimulantes, psicodepresoras y
produce alucinaciones.
"El uso
crónico genera pérdida de interés y del deseo, fatiga, alteraciones de
humor, disminución de la capacidad de concentración y depresión del
sistema inmunológico. Además, afecta la fertilidad y aumenta las
probabilidades de sufrir cáncer, enfermedades pulmonares y
psicosis", dice Vallejo, y arremete contra otro mito: "Muchos
aseguran que el porro es menos dañino que el tabaco, y no es así. Su
toxicidad es mayor porque se fuma distinto: se retiene más en
las vías respiratorias y, en el proceso de fumado, desprende más
monóxido de carbono que un cigarrillo", revela.
Los daños que puede
generar la marihuana son múltiples y difieren mucho según la persona:
como dicen en la jerga, "a cada uno le pega distinto". Pero hay algo
que afecta a todos los consumidores por igual: la adicción. "La
marihuana genera dependencia física y, sobre todo, psicológica.
Como otras drogas, excita y provoca un aparente estado de bienestar
porque actúa sobre el sistema de recompensa del cerebro. El mismo, al
ser estimulado, pide más", explica Vallejo.
No sólo es adictiva. La
marihuana es, además, la droga ilegal más consumida como droga de
inicio. Las estadísticas confirman su condición de puerta de entrada a
sustancias más duras: excluyendo a los que arrancaron con el alcohol
y el tabaco, el 58% de los pacientes inició su camino hacia la adicción
con la marihuana. "Es una puerta peligrosa -subraya la socióloga
Graciela Ahumada, investigadora de Sedronar-. Los pasos siguientes
en muchos casos son la cocaína, la pasta base y los tranquilizantes".
En el caso de la
marihuana la adicción no está asociada necesariamente a la frecuencia
de consumo. "Tiene que ver con las particularidades de cada persona",
explican. Para evaluar si hay dependencia se observa si el consumidor
desarrolló tolerancia (si el organismo se habituó y debe fumar más
para lograr el mismo efecto), si su cotidianidad sufrió cambios (rutinas,
hábitos, manejo del tiempo) y si hay manifestaciones que indiquen
síndrome de abstinencia: "Si no puede dejar de fumar, si se pone
irritable, transpira frío o no puede socializarse ni disfrutar cuando no
fuma", ejemplifican.
El
momento del primer contacto con la marihuana también preocupa: en
promedio, los pacientes fumaron un porro por primera vez a los 15
años, una edad de inicio similar a la del alcohol. "El mayor problema
es que es una droga de fácil acceso y barata y está instalado que no
hace nada, que se maneja. Hay gente que hasta discute que sea una
droga. Una barbaridad", dispara Ahumada. Y sabe por qué lo dice: un
estudio entre universitarios reveló que la marihuana es la droga que
menor percepción de riesgo tiene, una opinión que contrasta con la
experiencia de los adictos en tratamiento: "El 38% de los que se
iniciaron en el consumo con la marihuana dicen que es la droga que le
produjo mayor daño", dice Ahumada.
El
consumo de marihuana atraviesa todos los sectores sociales y
edades de lo más diversas. Datos de la Sedronar advierten que
entre el 2001 y el 2005 la cantidad de gente que fuma porros creció un
60%, un incremento apuntalado sobre todo por la incorporación de la
mujer.
Por lo expuesto
precedentemente, y por el daño irreparable en la salud que produce el
consumo de esta droga, es que expreso mi preocupación por la venta
de esta revista en nuestro país y solicito a mis pares la aprobación de
la presente Declaración.
Firmante | Distrito | Bloque |
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CAMAÑO, DANTE ALBERTO | BUENOS AIRES | NACIONAL SINDICAL |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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