Expresar su más enérgico repudio a la participación en los desfiles de conmemoración del Bi-centenario de la Independencia de ex militares agrupados en la “Asociación Civil Excombatien-tes Sanjuaninos del Operativo Independencia” y del ex militar Aldo Rico procesado por sedi-ción.

Señor presidente:

En la Argentina, se abrió una etapa donde debemos estar alertas para no retroceder en los pasos firmes que hemos dado colectivamente como sociedad y desde las instituciones democráticas en políticas públicas de derechos humanos. Y no nos referimos al sesgo militarista que tuvieron los festejos, algo que a muchos argentinos les agrada por lo pintoresco y tradicional que contienen desfiles y bandas militares, sino a la reaparición de ciertos personajes.

Es triste ver otra vez a aquellos que hieren profundamente el espíritu democrático, que a esta altura nuestra sociedad ha abrazado definitivamente luego de experiencias autoritarias que tuvieron costos altísimos en todo sentido (políticos, económicos y sociales) para nuestro pueblo.

Nos preocupa que los desfiles del bicentenario hayan sido el escenario de regreso de militares conde-nados y acusados por delitos de lesa humanidad, como los que participaron del tristemente recordado Operativo Independencia, o de figuras como el ex carapintada Aldo Rico, quien puso en jaque el por entonces frágil orden constitucional durante los primeros años de la recuperación democrática.

Ya fueron un anticipo de estos movimientos la reciente decisión vía decreto de devolver facultades a las Fuerzas Armadas que habían sido destinadas a autoridades civiles por el Gobierno de Raúl Alfonsín, o el recibimiento de familiares de represores por el ministro de Justicia hace unos meses. Por acción u omisión, las autoridades del actual Gobierno están dando lugar a la reaparición pública de personajes que le hacen mucho daño a nuestra democracia.

Es responsabilidad total del Estado Nacional que, a través de sus funcionarios ministeriales superiores, haya admitido sin más la participación, como cualquier militar común, de "ex combatientes del Opera-tivo Independencia" (por el cual se asesinó a muchos jóvenes tucumanos y se inició la sangrienta dicta-dura cívico militar de 1976), entre los que desfilaron en Tucumán; así como la del responsable del fusi-lamiento de 14 personas en la Masacre de Capilla del Rosario, en Catamarca, Carrizo Salvadores; la de Emilio Nani, quien actuó en las torturas y ejecuciones a las que fueron sometidos los militantes del MTP, capturados después de rendirse en La Tablada en 1989; y la más destacable de todas, la del ex carapintada Aldo Rico, quien se rebeló contra la democracia, dos veces.

En todos esos hechos, las graves violaciones a los derechos humanos fueron denunciadas, probadas, y en casi todos los casos, condenadas (aunque lamentablemente algunos fueron “indultados”).

No alcanzan las paupérrimas explicaciones que dieron los funcionarios de primer nivel acerca de que no estaban enterados o se les pasó. La reaparición de golpistas y violadores de derechos humanos, muy campantes en las calles del bicentenario, es un llamado de atención para todos los argentinos sobre la posición que va tomando el Gobierno de Mauricio Macri en cuanto a políticas de memoria y derechos humanos que son claves a la hora de defender nuestras instituciones.

Por lo expuesto invito a mis colegas a que me acompañen en este proyecto.