Expresar el beneplácito de esta Honorable Cámara por los festejos del Día del Granadero Puntano, que se llevan a cabo en la Provincia de San Luis el día 17 de mayo, y sumarse a ellos en atención a la destacada actuación de esos patriotas en la gesta independientista.

Señor presidente:

El 17 de mayo se conmemora en San Luis el Día del Granadero Puntano, en coincidencia con un nuevo aniversario del natalicio del Coronel Juan Pascual Pringles. Es el homenaje que el pueblo de la Provincia de San Luis brinda a los hombres que, integrando ese glorioso cuerpo, acompañaron al general José de San Martín en su gesta independientista, y a uno de sus miembros destacados, el Coronel Juan Pascual Pringles.

Cuando el General San Martín creó el Regimiento de Granaderos a Caballo para enfrentar a las fuerzas realistas, solicitó a todas las Intendencias el envío de hombres “de a caballo”. El pedido a San Luis fue de 100 hombres, que debían ser enviados a Buenos Aires prontamente y con todo lo necesario para incorporarse y recibir la correspondiente instrucción. De ello da cuenta la nota del Teniente Gobernador puntano don José Lucas Ortiz : “…He recibido la superior orden de V.E. de 27 de marzo último, en que me dice ha resuelto la formación de un Escuadrón de Granaderos de a Caballo y que ha conferido sus primeros empleos a sujetos recientemente llegados de Europa, y que a este fin ha determinado se extraigan de esta ciudad 100 hombres de regular estatura y de a caballo. A cuyo efecto y para darle más puntual desempeño, acordé como de primera necesidad saber qué dinero existía en estas Cajas Reales y Temporalidades.” Continúa dando cuenta de la falta de fondos, razón por la cual no realizaría el envío hasta que los obtuviera.

A una serie de notas, en las que se evidenciaba el fastidio de Buenos Aires por no obtener una respuesta acorde a las circunstancias, dio fin la presentación de un patriota, Tomás Baras, que así se dirigió al Gobernador: “… a todos estos gravísimos obstáculos -alude a problemas físicos y familiares- para seguir la carrera militar, se anteponen mis ardientes deseos de servir a mi amada Patria, aunque pierda hijos, subsistencia y la vida.” Y sigue: “Y así, no teniendo mi persona por ahora otra cosa en que le pueda ser útil, la ofrezco gustoso y de buena voluntad, para que si usted la hallase apta en el servicio militar, en mi clase de Capitán, podré ayudar a la conducción de los cien Granaderos voluntarios que de éste mi pueblo remite usted a la Capital, sin que se me asigne prestación ninguna; y me conduciré hasta mi regreso a ésta, con caballos y peones a mi costa, a fin de ahorrarle al Estado siquiera este oficial subalterno …”

Tomás Baras fue nombrado Comandante Militar de la marcha de los voluntarios que además, hospedó en su casa. En setiembre de 1812 San Martín certificó la recepción de 111 reclutas de la Punta de San Luis.

“A fines del mismo año se enviaron 93 más. San Luis aportó 204 hombres sobre un total de 476 que tenía la primera formación. Fue la Provincia con mayor presencia en el Regimiento de Granaderos …”

En la batalla de San Lorenzo, bautismo de fuego del Regimiento el 3 de febrero de 1813, perdieron la vida varios de ellos, y tuvo destacada actuación otro puntano, Juan Bautista Baigorria. En el episodio en el que pierde la vida el Sargento Cabral, es aquel quien, mientras el sargento se ocupa de liberar a San Martín del peso de su caballo, reacciona contra el atacante lanza en mano. Baigorria acompañó al General San Martín por muchos años más.

Así lo cuenta el historiador Juan W. Gez: “Los puntanos conquistaron también allí un justo renombre como pueblo bravo y abnegado. San Martín había recibido en el combate una descarga de fusilería que, al derribar su caballo, le lanzó con él al suelo. Los enemigos corrieron a ultimarle y en el preciso momento en que uno de ellos, el atlético sargento español Almada, iba a atravesarlo de un bayonetazo, el sargento puntano Juan Bautista Baigorria, que estaba a la cabeza de un pelotón de granaderos, clavó las espuelas a su caballo y arremetió como un rayo, lanza en mano, al primero que se acercó a ultimar a su jefe; mientras tanto, pudo, el correntino Cabral, librar a San Martín de aquella mortal situación. La justicia póstuma ha inmortalizado en el bronce al valiente y abnegado Cabral, y, para ser ecuánime, debió perpetuar, en el mismo bronce, la gallarda figura de Baigorria que dio el ejemplo, con su impulso inicial, oportuno y certero, sin lo cual San Martín no hubiera salvado su preciosa vida. En esta temeraria acción, en la cual los patriotas no usaron otras armas que la lanza y el sable, contra la formidable infantería y artillería española, también se distinguieron los puntanos Pedro Gatica, hombre de toda confianza de San Martín, y los soldados Díaz y Fernández; quedando en el campo del honor, con la aureola del martirio y de la gloria, los cadáveres de Juanario Luna, del Morro, Basilio Bustos y José Gregorio Fredes, de Renca. Ninguna otra provincia argentina, no obstante que en ese lance memorable estuvieron representadas todas, rindió como la de San Luis, mayor sacrificio a la patria en el esfuerzo y en la vida preciosa de sus esbeltos granaderos.”

Decimos que la fecha coincide con el natalicio del Coronel Juan Pascual Pringles, en San Luis, el 17 de mayo de 1795. Este destacado patriota se incorporó al Regimiento de Milicias de Caballería de San Luis, como alférez, el 10 de octubre de 1815, y con este mismo grado fue dado de alta en el Regimiento de Granaderos a Caballo el 8 de noviembre de 1819.

Hizo la campaña del sur de Chile y en el Perú con el Ejército de los Andes y en la playa de los pescadores, durante el combate de Chancay, tomó una valiente decisión. “Cuando estaba Pringles con muy pocos soldados a su mando y arrinconado contra los acantilados de Chancay y frente a un enemigo con fuerzas muy superiores en números, el jefe realista le pedía su rendición. El héroe, antes de rendirse o ser prisionero se lanzó a caballo hacia el precipicio cayendo al mar” para que la bandera argentina no fuera tomada por los realistas.

Su gesto fue reconocido por los vencedores, que le permitieron retornar a su tierra con honores, y le valió el escudo de honor con la leyenda que decía “Gloria a los Vencidos de Chancay” entregada por el General San Martín, único caso en que el Libertador de América condecoró a un oficial después de haber perdido una batalla.

De regreso a la Argentina, participó en la guerra del Brasil y tuvo una actuación destacada en la batalla de Ituzaingó a las órdenes de José María Paz.

En su momento se unió a la revolución del general unitario Juan Lavalle, y en esas luchas internas encontró la muerte, el 19 de marzo de 1831, en las cercanías del Río Quinto.

Todo lo expuesto muestra la importancia que tiene, no ya para la Provincia de San Luis, sino para todo el país, la gesta de los granaderos puntanos, por lo que solicito a los Señores Legisladores que acompañen este proyecto declarando el beneplácito de la Cámara por estas celebraciones.