Su beneplácito por la profesionalidad puesta de manifiesto por el Comandante del Rompehielos Almirante Irizar, Capitán de Fragata Guillermo Alejandro Nelson Tarapow, quien al ponderar riesgoso para la vida de la tripulación el incendio producido en la Sala de Máquinas de la nave, ordenó a todos el abandono de la misma, continuando él en su puesto de mando

Señor presidente:

Si bien constituye una Ley del Mar no escrita que el Comandante de una nave debe custodiar por ella hasta el final, no existe ninguna norma en el derecho positivo que así lo exija. De ahí la profesionalidad del Comandante del Rompehielos Almirante Irizar Capitán de Fragata Guillermo Alejandro Nelson Tarapow que al ponderar riesgoso para la vida de la tripulación el incendio producido en la Sala de Máquinas el pasado martes 10 de abril, ordenó a todos el abandono de la misma.

Consideró Tarapow que era su deber comandar y supervisar las operaciones de rescate del barco a su cargo. Decidió arriesgar su vida para salvar su buque, convencido que a un Comandante de una unidad naval el Estado le entrega un patrimonio para que lo preserve como su propia existencia.

Tarapow, hijo y hermano de marinos lleva por nombre de pila el del padre de la Patria en el Mar y fue consecuente con el ideario de los hombres de mar.

La conducta del capitán Tarapow honra también a nuestra Marina de Guerra donde incorporó los valores que supo demostrar en las horas críticas que le tocaron vivir.

He viajado en el Rompehielos Almirante Irizar, invitado en mi carácter de Presidente de la Comisión de Defensa Nacional de esta Honorable Cámara de Diputados de la Nación, para asistir a los actos conmemorativos de los "100 años de Presencia ininterrumpida de Argentina en la Antártica".

Pude comprobar personalmente la alta tecnología que este rompehielos posee, como así también la importante misión que el mismo tiene en el reaprovisionamiento de nuestras bases antárticas.

Asimismo, pude ver in situ, los trabajos que se realizan en su laboratorio en materia biológica, oceanográfica y climática. En el mencionado viaje los legisladores vivimos la rica experiencia de la vida en el mar en donde sobresalen valores y virtudes tales como la solidaridad, profesionalidad, responsabilidad, trabajo en equipo, más allá de las jerarquías de cada uno de sus tripulantes.

Es de destacar que en esos días de navegación los representantes del pueblo y los hombres de las Fuerzas Armadas abrimos un nuevo camino para afianzar las relaciones civiles-militares como un aporte en materia de Defensa Nacional que contribuya al fortalecimiento de la democracia.

En esos días tuve el honor de empuñar el timón de ese Buque Insignia y me embargó un sentir muy especial. Al conocer lo ocurrido días pasados se mezclaron en mi interior aquel inolvidable recuerdo con el profundo dolor de esta tragedia.

Por lo expuesto solicito a mis colegas la aprobación del presente proyecto.