El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina, reunidos en Congreso, etc. sancionan con fuerza de ley:

ARTÍCULO 1º- Reconózcase la actuación de los ciudadanos argentinos que se mencionan en el Artículo 2°, en razón de sus relevantes méritos, valor y heroísmo manifestados durante la Guerra del Atlántico Sur.

ARTÍCULO 2°- Concédase la condecoración Medalla "La Nación Argentina al Valor en Combate" a los siguientes ciudadanos:

- Capitán de Navío (RE) Julio Pérez Roca

- Capitán de Fragata (RE) Luis Guillermo Arbini

- Capitán de Fragata (RE) Jose Alberto Andersen

- Suboficial Mayor (RE) Oscar Rodriguez

- Suboficial Mayor (RE) Miguel Noell

- Suboficial Mayor (RE) Jose Ledesma

- Suboficial Mayor (RE) Juan Carlos Olivera

- Suboficial Principal (RE) Selso Omar Fossarelli

- Suboficial Principal (RE) Ramon Leiva

- Suboficial Primero (RE) Carlos Alberto Soria

ARTÍCULO 3°- El Poder Ejecutivo por intermedio del Ministerio de Defensa confeccionará las condecoraciones y los diplomas de honor correspondientes.

ARTÍCULO 4°- Los ciudadanos indicados en el artículo 2° adquieren el derecho establecido en el artículo 10 de la ley Nº 24.020.

ARTÍCULO 5°- Los gastos que demande la aplicación de la presente ley serán atendidos con las partidas que el presupuesto de la Administración Nacional asigne a la Jurisdicción 45 - Ministerio de Defensa.

ARTÍCULO 6°- Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

Señor presidente:

El día 2 de mayo del año 1982, el Crucero ARA General Belgrano, fue alcanzado por dos torpedos ingleses que provocaron su hundimiento, la muerte de 323 marineros y obligaron al resto de su tripulación a abandonarlo. Tan solo 21 horas más tarde los náufragos fueron avistados por un avión de nuestra armada argentina.

En las primeras horas del día 3 de mayo diez hombres, tripulando la aeronave Neptune 2- P-111, despegaron del aeropuerto de Río Grande con rumbo al área del hundimiento del Crucero y la misión y el anhelo de encontrar a los sobrevivientes del naufragio. A las 12 horas de ese mismo día la aeronave llegaba al limite de su autonomía de combustible, por lo que frente a la falla de uno de sus motores, no quedaría a su tripulación otra opción que amerizar en las aguas del Océano Atlántico. El comandante de la aeronave, consciente que una nueva noche en el mar podría cobrar mayor cantidad de vidas entre los náufragos y que la esperanza de hallarlos comenzaría a diluirse con el paso de las horas, puso a consideración de su tripulación la decisión de continuar la búsqueda, quienes no dudaron en aprobar la propuesta, aún sabiendo que de continuar con la búsqueda corrían verdadero riesgo de no poder retornar a tierra, y a costa de sus propias vidas, tomaron la heroica decisión de continuar buscando a sus camaradas.

Poco tiempo más tarde de esa decisión, el radio-operador pudo captar el primer enlace radioeléctrico con una de las balsas, y a las 13:20 horas avistaron las primeras 15 de ellas y un bote con náufragos. Inmediatamente lanzaron las marcas humosas y regresaron, habiendo transmitido el punto dato para que los buques más cercanos pudieran ejecutar el rescate de los sobrevivientes.

El Esfuerzo, la abnegación, la valentía y el espíritu de sacrificio que guió a esta Tripulación permitió salvar 770 vidas. En merecido reconocimiento a estos hombres que no dudaron en arriesgar sus propias vidas para salvar a otros es que solicito a mis pares me acompañen en la aprobación del Presente Proyecto de Ley.