Declarar de interés de esta H. Cámara el Programa Sordas Sin Violencia impulsado por la asociación civil Enlaces Territoriales para la Equidad de Género y por la Fundación de Padres y Familiares de Personas Sordas para su Integración (FundaSor), que promueve acciones de asistencia, acompañamiento y acceso a la información para mujeres sordas e hipoacúsicas víctimas de violencia de género.

Señor presidente:

La violencia contra las mujeres en nuestro país se cobra decenas de vidas todos los años. Según datos del Observatorio de Femicidios de Argentina “Adriana Marisel Zambrano”, de La Casa del Encuentro, en el año 2016 fueron víctimas de femicidio 290 mujeres; cada 30 horas muere una mujer víctima de violencia de género.

La violencia contra las mujeres es una violación de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; es una ofensa a la dignidad humana y una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre varones y mujeres.

Para las mujeres con discapacidad, la violencia de género adquiere otras dimensiones, las que se complejizan por la misma situación de discapacidad, revictimizándolas. Se suma el hecho de que la violencia contra ellas aún no forma parte de la agenda pública de la misma manera que para el resto de las mujeres.

“La problemática de la violencia machista hacia mujeres sordas es un tema del que no se habla. Hay poca conciencia de las necesidades que pueden tener quienes atraviesan esas circunstancias”, refiere León Bani, intérprete de lengua de señas, capacitada en violencia, y acompañante terapéutica. “No podemos llamar por teléfono. Es una doble opresión. Nos sentimos más vulnerables por no poder expresarnos en nuestra propia lengua. En las oficinas públicas no hay personal capacitado”, señala Mariana Reuter, sorda de nacimiento, consultora psicológica especializada en población sorda y miembro de la Fundación de Padres y Familiares de Personas Sordas para su Integración (FundaSor) .

Haciéndose eco de las demandas y necesidades de mujeres con discapacidad auditiva, en setiembre de 2015, a partir de una jornada dirigida a personas sordas organizada por la asociación civil Enlaces Territoriales para la Equidad de Género en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se gestó la idea de crear un programa para atender las situaciones de violencia de género en mujeres sordas e hipoacúsicas. Luego de distintas acciones, se crea el Programa Sordas Sin Violencia , sumándose a la iniciativa la Fundación de Padres y Familiares de Personas Sordas para su Integración (FundaSor).

El Programa es el primer equipo interdisciplinario en el país que brinda asistencia, acompañamiento y acceso a la información para mujeres sordas e hipoacúsicas víctimas de violencia de género. En su accionar, las acompaña en todo el proceso desde que toma contacto (vía Whatsapp, Skype –con lengua de señas, a través del chat de Facebook), durante la denuncia ante una instancia judicial, y el posterior sostén durante el procedimiento. Las organizaciones crearon una página web accesible, con videos en Lengua de Señas Argentina, y textos en castellano de fácil comprensión.

El equipo está integrado por la Lic. Ester Mancera (Psicóloga, Psicóloga Social, Docente Universitaria y Capacitadora), Mariana Reuter (Sorda, Consultora psicológica, Asesora en Fundasor), Mariela F. León Bani (Acompañante Terapéutica, Intérprete de LSA, Estudiante de la carrera de Abogacía Universidad de Avellaneda) y por la Lic. Elisa Mottini (Trabajadora Social, Especialista en Violencia Familiar, Especialista en Violencia y Trauma Psicológico, Docente de posgrado CODEI).

Desde su creación, el Servicio de Acompañamiento y Asesoramiento a Mujeres Sordas Víctimas de Violencia brindó ayuda a DOCE (12) mujeres, que hasta ese momento no tenían a dónde recurrir para denunciar una situación de violencia.

Las crueldades bajo las cuales se manifiesta la violencia de género, con su extremo, el femicidio, ha despertado una mayor concientización y visibilización de la problemática sin precedentes en nuestro país. Las numerosas manifestaciones del movimiento #NiUnaMenos y el reciente Paro Internacional de Mujeres, ha generado debates y la necesidad de abordar la violencia contra las mujeres desde otras perspectivas más inclusivas.

La ausencia de un abordaje específico dirigido a esta población, generaba una mayor revictimización y vulneración de derechos; en definitiva, mayores condiciones para que la violencia contra las mujeres con discapacidad se perpetúe.

El Programa Sordas sin Violencia es, en este sentido, una valiosa herramienta para revertir prácticas institucionales y romper con el círculo de la violencia.

Por los motivos expuestos, solicito a mis pares me acompañen en el tratamiento y en la aprobación de esta iniciativa.