Expresar su más enérgico repudio y preocupación por el asesinato del joven Franco Casco, quien estuvo desaparecido durante 24 días después de haber sido detenido y trasladado a la Comisaría 7ma de la ciudad de Rosario y quien fue hallado muerto el pasado 31 de octubre en las aguas del Río Paraná y esperando la pronta resolución de la justicia para que los hechos sean investigados por la justicia federal, dado que las circunstancias indican que se habría configurado el delito de desaparición forzada de personas.

Señor presidente:

La ciudad de Rosario se constituyó en el último mes en el centro de un escenario donde múltiples voces se aúnan en el pedido de esclarecimiento y justicia por la muerte de Franco Casco. A 31 años del retorno a la vida democrática tenemos que lamentar en la ciudad de Rosario la muerte de otro joven en confusas circunstancias que implican a personal policial.

Según publican medios locales, Franco vivía junto a su familia en Florencio Varela, en el conurbano bonaerense. La primera semana de octubre llegó al barrio Empalme Graneros para visitar a sus tíos y el día 6 decidió volver a su casa pero al no conseguir pasajes retornó a la casa de su tía. Poco después la mujer salió y ya no volvió a ver a su sobrino.

En los libros de la seccional 7ª quedó registrado que el joven Franco Casco ingresó por desacato y resistencia a la autoridad el martes 7 de octubre al mediodía y liberado esa misma noche después de que una médica policial lo revisara y comprobara que "no se encontraba ubicado en tiempo y espacio" y que en un patrullero, tras la orden de un fiscal, trataran de llevarlo hasta la casa de sus familiares sin poder localizarla.

En esas horas y en los días posteriores, lo único concreto para la familia y el Defensor General de la provincia, Gabriel Ganón, es que "se cometieron varias irregularidades". Fue su padre, Ramón quien expresó: "Me dijeron que hubo un tipo que denunció a mi hijo y a un amigo porque estaban en la calle haciendo lío. Pero esa denuncia de un tal Daniel nunca apareció y tampoco el pibe que estaba con mi hijo. Tenía partido el labio y le faltaban cuatro dientes, pero Franco tenía una buena dentadura. Lo mataron ellos".

Cada día, las prácticas represivas e intimidatorias de la policía de la provincia de Santa Fe tienen como sus víctimas directas o indirectas a jóvenes de los barrios más pobres de la ciudad. El desgobierno de la policía provincial no es una casualidad ni una circunstancia, sino una situación que se viene registrando en los últimos años.

El gobierno de la provincia de Santa Fe sigue sin asumir el control político de las fuerzas de seguridad, permitiendo, avalando y ocultando sus nefastas prácticas de violencia institucional y corrupción.

Estamos convencidos de que este tipo de hechos no deben quedar impunes, y es por esto que presentamos este Proyecto para en conjunto exigir una investigación rápida, regular y democrática para que la familia Casco encuentre justicia en la condena de los responsables de la muerte de Franco. Condenamos las expresiones de violencia institucional con las muertes, detenciones indebidas, torturas y extorsiones que conllevan, que se registran periódicamente en diversas jurisdicciones.

Acompañamos el reclamo popular de Justicia para Franco Casco y para todas las víctimas de la violencia institucional.