Un enérgico repudio y una profun- da preocupación por los graves incidentes que se produjeron el 20 de octubre de 2010 en el cruce de la avenida Vélez Sarfield y Luján, Capital Federal, en un enfrentamiento que arrojó como consecuencias un muerto y dos heridos de bala.

Señor presidente:

El joven Mariano Ferreyra, militan- te de la FUBA y del Partido Obrero, murió como consecuencia de un disparo de arma de fuego, mientras que Elsa Rodríguez, de 61 años, sigue internada en el Hospital Argerich después de haber sido operada y se encuentra fuera de peli- gro. Nelson Aguirre, de 30 años, tiene dos disparos, uno en la pierna y otro en el glúteo.

Estos incidentes se produjeron en el marco de una protesta en la que un grupo de trabajadores tercerizados re- clamaban el pase a planta permanente en la línea Roca. Los trabajadores esta- ban acompañados por militantes de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), del Partido Obrero (PO), del Movimiento Teresa Rodríguez y del Movi- miento Socialista de los Trabajadores (MST) fueron agredidos por gremialistas, quienes quisieron impedir el corte de las vías, y allí comenzó una refriega a pa- lazos y piedrazos, que se trasladó hacia la Capital Federal. En el barrio de Ba- rracas, fueron agredidos por gremialistas que se encontraban armados durante la protesta, evidentemente con la intención de agredir de muerte, como ocurrió con Ferreyra.

El Gobierno ha expresado de in- mediato su consternación y una enérgica condena por la muerte ocurrida y, en boca del jefe de Gabinete de Ministros, Aníbal Fernández, ha comprometido una investigación hasta llegar "a los responsables políticos de la agresión". Además, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner agregó que este asesinato la afec- taba doblemente pues "el Gobierno ha sido muy criticado por no reprimir".

Todo el movimiento obrero conde- na este lamentable hecho en el que no hay atenuantes ni explicaciones válidas, es un hecho repudiable y el Gobierno no va a permitir la impunidad. Estos gru- pos violentos e intolerantes que tratan de instalar nuevamente la violencia de- ben ser encontrados con la mayor celeridad y ser sancionados con la mayor dureza. Sin embargo, esto no termina allí, deben ser encontrados los responsa- bles políticos de la balacera.

Todos los sectores deben acompa- ñar este repudio, sin intentar obtener un rédito político, por lo que solicito a mis pares que me acompañen en el presente proyecto de declaración.