Su más enérgico repudio a la presencia de símbolos Nazis en la demostración pública que tuvo lugar el día jueves 13 de septiembre de 2012 en las inmediaciones de la Plaza de Mayo.

Señor presidente:

El ejercicio de los derechos civiles y políticos reconocidos en nuestra Constitución Nacional y en los instrumentos de derechos humanos con jerarquía constitucional se encuentran plenamente garantizado en la Argentina. En ese marco fue que se desarrollaron sin ningún tipo de limitación las demostraciones públicas del día 13 de septiembre de 2012, particularmente en las inmediaciones de la conocida Plaza de Mayo en la Capital Federal del país.

De esa demostración pública participaron numerosas personas, con distinto tipo de consignas o reclamos mayormente direccionados contra el Poder Ejecutivo Nacional y contra otras autoridades públicas identificadas política y partidariamente con el Gobierno Nacional. Esas consignas y reclamos fueron expresados de diferentes formas, ya sea verbalmente, a través de pancartas, disfraces, etc. etc., en fin, de formas que es imposible enumerar taxativamente porque igual de imposible es delimitar los márgenes de creatividad en la expresión humana.

Conviene, en este sentido, recordar que el ejercicio de la libertad de expresión se ejerce precisamente en los términos señalados, en donde el uso de la palabra no tiene reservada una exclusividad. Distintos sectores sociales han impreso a su derecho a expresarse improntas originales y novedosas, y en ocasiones controversiales e incluso reactivas. Tomemos a modo de ejemplo ciertos sectores denominados sociablemente como "piquiteros", o ciertos grupos políticos o ideológicos de doctrinas combativas, que para hacer más visible y explícitos sus reclamos, han ocultado su rostro con cubre montañas a la vez que sostenían palos o barrotes en claro efecto simbólico de lucha y resistencia.

Este tipo de expresiones, por más que genere rechazo o aparezca como ofensiva, se encuentra claramente cubierto por la esfera de protección del derecho constitucional a la libre expresión. Así lo ha reconocido el Poder Judicial, intérprete institucional de las garantías ciudadanas.

Ahora bien, en la demostración pública del 13 de septiembre, se ha conocido, a través de los medios masivos de comunicación, la presencia manifiestamente visible de símbolos Nazis en toda su expresión. Sr. Presidente, este es un alcance de la libertad de expresión que no podemos aceptar, y en consecuencia debemos repudiar.

Estos símbolos Nazis presentes en la demostración pública contenían en letras mucho más pequeñas una breve referencia que indicaba "este gobierno es Nazi". Sin embargo, aparece evidente en las imágenes que los símbolos Nazis, en su exposición abierta en una demostración pública, brillaban en su esplendor como insignia de la cultura Nazi, siendo secundario o indistinto para la atención la referencia a "este gobierno". Esto, Sr. Presidente, es una afrenta claramente repudiable.

Huelga desarrollar los motivos que a las sociedades del planeta, y a una sociedad como la argentina especialmente, obligan a despreciar, repudiar y tomar todas las medidas necesarias para evitar el uso, la defensa o la promoción de símbolos o ideologías vinculadas al régimen Nazi, que han producido una herida tan profunda en la conciencia y en la historia de la humanidad. Y digo especialmente la sociedad argentina, porque nuestro pueblo también ha sufrido un régimen autoritario similar al Nacista que en forma masiva y sistemática barrió con la vida y la integridad de miles de personas y que produjo también profundas heridas en el tejido social y económico, dejando como triste legado la política siniestra de la desaparición forzada de personas.

Que en la demostración pública del 13 de septiembre compatriotas argentinos hayan manipulado abiertamente símbolos Nazis, aún en la forma pretendida según lo descripto más arriba, no deja de sorprendernos, y demuestra en todo caso que todavía existen sectores sociales que, en el mejor de los casos, necesitan recorrer un camino que permita hacerles comprender aquello con lo que no se jugar y aquello a lo que no se puede volver.

Diversas instituciones de la sociedad, como la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), han reaccionado en el mismo sentido que este Proyecto.

Por todo lo expuesto, Sr. Presidente, estoy convencida que esta Honorable Cámara de Diputados de la Nación, comprometida con la defensa y promoción de los derechos humanos, tiene el deber de repudiar públicamente el uso de esos símbolos Nazis durante la demostración en cuestión.