Su profunda preocupación por cumplirse seis años de la desaparición de Jorge Julio López, testigo clave para la condena de Miguel Etchecolazt, condenado a cadena perpetua por crímenes cometidos durante la última dictadura.

Señor presidente:

Trascurridos treinta años de la última de una larga serie de interrupciones al orden constitucional que ha sufrido Argentina a lo largo de su historia, y luego de la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, Miguel Etchecolatz, ex Jefe de Investigaciones de la Policía Bonaerense, fue acusado por violaciones a los derechos humanos y condenado a reclusión perpetua, en cárcel común. En dicha causa por la que Etchecolatz fue inculpado, Jorge Julio López participó como querellante y se erigió como un testigo clave. López identificó a Etchecolatz como la persona que le había infringido castigos físicos y psicológicos durante el periodo en el cual estuvo secuestrado en la ciudad de La Plata en el año 1976.

Tristemente, Jorge Julio López está desaparecido desde el día 18 de septiembre de 2006, en as vísperas de conocerse la sentencia contra el mencionado ex Jefe de Investigaciones de la Policía Bonaerense.

En los pasados 6 años, que median desde la desaparición de Jorge Julio López, ni el gobierno nacional ni el gobierno de la Provincia de Buenos Aires han logrado avanzar en las investigaciones del caso.

Ha transcurrido mucho tiempo sin poder esclarecer lo que sucedió, sin que haya un responsable. Esto es un golpe, un retroceso en cuanto a la defensa y protección de los derechos humanos.

Pero lo que no debemos dejar que suceda es el acostumbramiento, la naturalización de un hecho preocupante para toda la sociedad. La impunidad en que se amparan los responsables incrementa el dolor de los familiares y la angustia de los testigos en otras causas por violaciones a los derechos humanos. La impunidad socava la democracia.

Debemos continuar exigiendo una respuesta a la pregunta ¿dónde está Julio López? Sólo cuando podamos responderla, sólo cuando aparezcan los culpables, comenzaremos a saldar nuestra deuda con la Democracia.

Por lo antes expuesto, es que solicito a mis colegas legisladores y legisladoras que me acompañen con el presente proyecto