DERECHOS HUMANOS Y GARANTIAS
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PROYECTO DE RESOLUCION
Expediente: 5559-D-2011
Sumario: EXPRESAR PESAR POR EL FALLECIMIENTO DE ESPERANZA PEREZ LABRADOR, MADRE DE PLAZA DE MAYO DE ROSARIO, OCURRIDO EL DIA 13 DE NOVIEMBRE DE 2011.
Fecha: 15/11/2011
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 173
Expresar su pesar
por el fallecimiento de Esperanza Pérez Labrador, Madre de Plaza de Mayo de
Rosario, ocurrido el pasado 13 de Noviembre del corriente año.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
La madre de Plaza de Mayo de
Rosario Esperanza Pérez Labrador falleció el domingo por la noche en Madrid, a
los 89 años. Dice el diario La Capital de Rosario que la noticia la dio su hija
Manolí Labrador, única sobreviviente, junto a su madre, de una familia
destrozada por el terrorismo de Estado. En 1976 desapareció Miguel Labrador,
hijo de Esperanza, y luego fueron torturados y asesinados su esposo Víctor
Labrador, su otro hijo Palmiro y la esposa de éste Edith Graciela Koatz. El caso
cobró trascendencia internacional ya que fue investigado por el juez español
Baltasar Garzón, mientras en el país aún regían las leyes de impunidad.
Esperanza Pérez nació en 1922 en
Camagüey (Cuba), hija de españoles, su madre murió en el parto, y su padre,
incapaz de hacerse cargo de ella, la entregó a una familia cubana de apellido
Mestril. Siete años después, el padre de Esperanza consiguió que le devolvieran
a su hija para trasladarla a España, desde donde en 1950, partió hacia
Argentina.
En Rosario, formó familia con
Víctor Labrador con quien tuvo cuatro hijos: Miguel Angel, Palmiro, Manolí y
Tomás (muerto en un accidente). El 13 de septiembre de 1976 fue el último día
en que vieron a Miguel Angel, el hijo menor, de 25 años. Dos meses más tarde,
el 10 de noviembre, fueron asesinados Víctor, su hijo Palmiro, de 28 años, y la
compañera de este, Edith Graciela Koatz, de 25.
Miguel fue detenido
presumiblemente en Paraná y luego trasladado al Servicio de Informaciones de
la Jefatura de policía de Rosario. A partir de su desaparición, la familia comenzó
una incesante búsqueda logrando que el comisario Antonio Avila les admitiera
que el joven estuvo detenido en la Jefatura hasta el 3 de octubre.
Sin embargo, todo iría peor. El 10
de noviembre de 1976, una patota integrada por militares y policías, entre los
cuales se identificó a José Rubén Lofiego -hoy sometido a juicio oral-
irrumpió en la casa de los Labrador diciéndoles: "No se asusten, sabemos que
son gente decente. Venimos de matar a su hijo". Entre los miembros de la
patota también identificaron al ex policía Alberto Vitantonio que había sido
compañero de estudios de Palmiro.
Un comunicado del II Cuerpo del
Ejército dijo al día siguiente escuetamente que "fueron abatidos a las 5.45 tres
elementos extremistas pertenecientes a la organización declarada ilegal en
1975 Montoneros". Los "extremistas" asesinados eran Víctor (de 56 años),
Palmiro y su nuera Edith.
Al reconocer los cadáveres de sus
familiares, Manolí Labrador pudo ver que habían sido atormentados cruelmente.
En apenas una semana, Esperanza y Manoli huyeron con lo puesto y lo que
quedaba de la familia, al amparo del consulado de España en Rosario,
acompañadas por el embajador de ese país, a quien el entonces comandante
del II Cuerpo de Ejército, Leopoldo Galtieri, le dijo que la muerte de Víctor
"había sido un error", pero no así las de sus hijos. El embajador ibérico les
recomendó refugiarse en España "para evitar que toda la familia fuese
exterminada". Allí se radicó su hija Manolí con su esposo, pero Esperanza volvió
a buscar a su hijo Miguel, y junto a Nelma Jalil comenzó a viajar a Buenos Aires
para las rondas de Madres en Plaza de Mayo. Nunca más se sacó el pañuelo, el
mismo que llevó orgullosa hasta sus 89 años.
Esperanza se armó de valor y
afrontó con valentía la búsqueda y la reivindicación de su hijo ante la dictadura.
Afirmaba que nunca tuvo miedo: "Si ya han matado a mi marido y a mis hijos,
qué importa que me maten a mí", solía decir. Todos los días se plantaba ante
las oficinas de Galtieri, hasta que un día el militar la recibió para decirle que la
muerte de su esposo fue "un error", pero que "sus hijos eran
montoneros".
El recuerdo de Garzón.
La historia de los Labrador es tomada en 1996 por el juez español Baltasar
Garzón al abrir un proceso contra los genocidas argentinos. El magistrado
escribió sobre Esperanza: "Al recordarla no puedo evitar que las lágrimas me
enturbien la vista y el recuerdo. No es posible sufrir tanto dolor y mantener la
dignidad. Perder a su marido, tres hijos y una nuera, y presentarse firme
exigiendo justicia es algo que te reconforta y te hace avergonzarte por todas las
veces que has tenido dudas o desinterés por la justicia".
En mayo pasado, y antes de viajar
a España, Esperanza junto a organismos de derechos humanos colocaron una
placa en la Plaza 25 de Mayo que dice: "Acá descansan los restos de Palmiro
Labrador, Víctor Labrador, Tomás Labrador y Elida de López", en homenaje a la
familia masacrada y a una de las primeras Madres de Plaza de Mayo que tuvo
Rosario.
"Su vida fue ejemplo de amor,
dignidad y coraje", expresó ayer su hija Manolí al anunciar el fallecimiento de su
madre.
Homenaje a una
luchadora. Norma Vermeulen, de Madres de Plaza de Mayo de Rosario,
recordó a su compañera de lucha de tantos años. "Nos conocimos en 1977,
todas teníamos el mismo dolor, aunque lo de ella fue aumentado por todo lo
que había pasado en su vida. No tenía miedo a nada, ni a nadie, y si tenía que
enfrentarse a cualquier milico lo enfrentaba y le decía de todo. Luchadora hasta
el final porque aún después desde España siguió luchando hasta ahora con las
fuerzas que le quedaban".
"La conocí por medio de Nelma
Jalil, cuando no sabía dónde buscar a mi hijo. Fui a su casa, me contó toda la
historia, incluso me regaló cinturones, de los pocos que le habían quedado de
su fábrica devastada, porque se llevaron todo después de matar a su marido y
su hijo", recordó Vermeulen.
"Ella señalaba a quienes están
siendo juzgados ahora, uno de ellos había simulado ser amigo de Palmiro, y lo
vio ella, por eso hacen hincapié tanto en esos que están juzgados ahora porque
ellos los conocieron, fueron a su casa, torturaron a su esposo, y después de ahí
fueron a buscar a Palmiro y los mataron a todos. Por eso nos duele que todo
esto sea tan lento, y siguen por la calle, como (el ex teniente coronel) Víctor
Hugo Rodríguez, la Justicia ha sido tan lenta, las Madres somos hoy muy
poquitas, pero por suerte tenemos un grupo de apoyo que nos dan fuerzas
para seguir adelante como para que no se pierda la memoria".
Desde distintas organizaciones de
derechos humanos se expresó el pesar por la muerte de Esperanza Labrador, y
adelantaron que hoy, a las 18, en la Plaza 25 de Mayo harán un homenaje en
su memoria.
Por todo lo antes dicho, solicito me
acompañen en este proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
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DONDA PEREZ, VICTORIA ANALIA | BUENOS AIRES | LIBRES DEL SUR |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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