Declarar de Interés de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación el encuentro Juicio por la masacre de Trelew, bajo el lema "40 años: solidaridad, justicia y futuro de un pueblo", a desarrollarse el día 15 de agosto del corriente año en el auditorio de la Casa del Chubut, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Señor presidente:

La masacre de Trelew o los fusilamientos de Trelew consistió en el asesinato de 16 miembros de distintas organizaciones armadas peronistas y de izquierda, presos en el penal de Rawson, Capital de la Provincia del Chubut, capturados tras un intento de fuga y ametrallados posteriormente por marinos dirigidos por el capitán de corbeta Luis Emilio Sosa. Los sucesos tuvieron lugar en la madrugada del 22 de agosto de 1972, en la Base Aeronaval Almirante Zar, una dependencia de la Armada Argentina próxima a la ciudad de Trelew, en la Patagonia austral.

El 15 de agosto a las 18:30 horas comenzó un masivo intento de fuga de la cárcel de Rawson. Durante la fuga Marcos Osatinsky mató al guardia cárcel Juan Gregorio Valenzuela que se resistió.[] Lograron su objetivo solamente dos grupos, uno de 6 y otro de 19 de los más de cien reclusos miembros de las organizaciones armadas Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y Montoneros.

Al ver frustradas sus posibilidades, luego de ofrecer una conferencia de prensa este contingente depuso sus armas sin oponer resistencia ante los efectivos militares de la Armada que mantenían rodeada la zona, solicitando y recibiendo públicas garantías para sus vidas en presencia de periodistas y autoridades judiciales.

Una patrulla militar bajo las órdenes del capitán de corbeta Luis Emilio Sosa, segundo jefe de la Base Aeronaval Almirante Zar, condujo a los prisioneros recapturados dentro de una unidad de transporte colectivo hacia dicha dependencia militar. Ante la oposición de éstos y el pedido de ser trasladados de regreso nuevamente a la cárcel de Rawson, el capitán Sosa adujo que el nuevo sitio de reclusión era transitorio, pues dentro del penal continuaba el motín y no estaban dadas las condiciones de seguridad. El sentimiento generalizado era que se tomarían cruentas represalias a manera de escarmiento a los protagonistas de la fuga.

Debido a esta percepción, en la mañana del 17 de agosto el Partido Justicialista envió un telegrama al ministro del interior Arturo Mor Roig (parte de la mesa directiva del Partido Radical) con el siguiente texto: "Reclamamos respeto derechos humanos presos políticos unidad carcelaria Rawson responsabilizándolo por su integridad física amenazada por medidas de represión".

La propia Base Aeronaval de Trelew mantenía una numerosa dotación de tres mil efectivos de la Armada. Regía en toda la zona un estado de máxima alerta, todo lo cual hacía impensable reintentar otra operación de evasión.

En un clima de absoluto hermetismo y gran tensión, la noche del 21 de agosto permanecían reunidos en la Casa de Gobierno los miembros de la Junta de Comandantes en Jefe de las tres fuerzas armadas, colaboradores y ministros. No se brindó ninguna información a los periodistas que aguardaban noticias.

Esa misma noche, a las 03:30 horas del 22 de agosto, en la Base Naval Almirante Zar, los 19 detenidos fueron sorpresivamente despertados y sacados de sus celdas y mientras estaban formados y obligados a mirar hacia el piso fueron ametrallados indefensos por una patrulla a cargo del capitán de corbeta Luis Emilio Sosa y del teniente Roberto Bravo, falleciendo la mayoría en el acto, y algunos heridos fueron rematados con armas cortas en el piso. Luego, al terminar los disparos (según testimonios) los siete sobrevivientes son llevados a la enfermería, pero no se les presta ningún tipo de asistencia médica. De esta manera sólo sobreviven tres.[]

La versión oficial del suceso indicaba que se había producido un nuevo intento de fuga, con 16 muertos y tres heridos entre los prisioneros, pero sin bajas en las filas de la Marina.

La misma noche del 22 el gobierno sancionó la ley 19.797 que prohibía toda difusión de informaciones sobre organizaciones guerrilleras. En los días sucesivos, hubo manifestaciones en las principales ciudades de la Argentina, y numerosas bombas fueron colocadas en dependencias oficiales como protesta.

En líneas generales, la explicación del gobierno mencionaba que al realizar el jefe de turno una recorrida de control en el alojamiento de los presos, mientras éstos se encontraban en un pasillo, uno de ellos habría logrado sustraerle su pistola ametralladora. Escudándose en el oficial los presos intentaron evadirse, pero el jefe logró liberarse y fue atacado a tiros, resultando herido. En tal circunstancia la guardia contestó el fuego contra los reclusos y se inicia así un intenso tiroteo.

Las versiones más documentadas de los confusos episodios que derivaron en esta tragedia coinciden en que la decisión de ejecutar a los prisioneros fue tomada por las autoridades de la Armada, sin el consentimiento expreso del gobierno del presidente Lanusse, quien luego no tuvo más alternativa que asumir la responsabilidad por los hechos.

En torno a este hostil episodio a días de cumplirse los "40 años de la masacre de Trelew", la Casa del Chubut en Buenos Aires y el Grupo Los Altares, invitan a participar de un panel el día 15 de agosto a las 19 horas en Sarmiento 1172.

Participan del panel Raquel Camps y Luis Lea Place (Familiares), Rafael Bielsa (Secretario del SEDRONAR. Ex canciller), Eduardo Anguita (Periodista. Director de Miradas al Sur), Horacio Pietragalla (Diputado Nacional. Secretario General de Derechos Humanos de La Cámpora) y Germán Kexel (Abogado querellante en el Juicio Masacre de Trelew por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación). Moderará el encuentro la Directora de la Casa del Chubut, Silvia Giusti; con unas palabras finales a cargo del Secretario General de la Gobernación, Guillermo Almirón.

El objetivo es poner en común experiencias y relatos que ayuden a comprender los hechos en el marco de movilización popular y en el contexto represivo de aquellos años. Trelew no es solamente la masacre: es el ensayo del terrorismo de Estado, pero también el valor de un pueblo del sur que combatiendo la imagen del aislamiento de la Patagonia, se organiza para ayudar a los presos y presas y sus familias y resistir los embates de la dictadura.

Por todo lo expuesto solicito a mis pares, como generación democrática, creer que este tiempo de cambio nos exige mirar hacia atrás para comprender el pasado y conducir el futuro. Como argentinos, y chubutenses en este caso, necesitamos despertar las tradiciones de organización y solidaridad de nuestros pueblos y como testigos de la justicia abierta, con el fin de las leyes de impunidad, es necesario ser protagonistas de la memoria y la verdad.