Expresar repudio por el atentado que sufriera la “Baldosa de la Memoria”, conmemorativa por la desaparición durante la última dictadura cívico-militar de Enrique Horacio “Ique” Sapag, que fuera colocada el pasado 24 de marzo en la vereda del Colegio San Martín, ubicada en Av. Argentina 935 de la ciudad de Neuquén.

Señor presidente:

La dictadura cívico-militar que se inició el 24 de marzo de 1976 tuvo un objetivo principal: disciplinar a la sociedad mediante la aplicación del terrorismo de estado para poder aplicar un modelo neoliberal de concentración económica, endeudamiento externo, destrucción de la industria nacional, reducción de los ingresos de los trabajadores, desocupación y exclusión social. Se trataba de volver al viejo país añorado por los sectores conservadores, con ricos cada vez más ricos, pobres cada vez más pobres, sindicatos débiles, trabajadores sometidos, artistas silenciados y jóvenes sumisos.

Ese 24 de marzo comenzó en nuestro país el terrorismo de estado, un plan criminal contra la sociedad argentina. La región patagónica no estuvo al margen. Las provincias de Neuquén y Río Negro fueron clasificadas como la “Subzona 5.2” por los represores y sus consecuencias están a la vista: 43 desaparecidos, cientos de presos políticos y exiliados dan cuenta de su accionar. A ello se suman 71 compañeros que nacieron o vivieron en la región y que fueron desaparecidos o asesinados fuera de ella. Son 114 compañeras y compañeros de nuestras provincias que están desaparecidos o fueron asesinados. Ellas y ellos eran estudiantes universitarios y secundarios, trabajadores, gremialistas, maestros, científicos, mapuches, abogados, ypefianos, contadores, productores, médicos, escritores, artistas, ingenieros, asistentes sociales, soldados que estaban haciendo la conscripción, extranjeros, presos políticos y militantes barriales.

Para recordarlos y mantener viva su Memoria en la ciudad de Neuquén, por mi iniciativa cuando fuera concejal, se aprobó la Ordenanza Nº 11281 para colocar “Baldosas por la Memoria” con los nombres de las personas desaparecidas o asesinadas durante la última dictadura cívico-militar.

En ese marco, el 24 de marzo de este año fueron colocadas dos baldosas con los nombres de dos jóvenes que vivieron en nuestra ciudad y que fueron asesinados por la dictadura genocida: Ricardo Omar “Caíto” Sapag y Enrique Horacio “Ique” Sapag, hijos menores de Felipe Sapag, cinco veces gobernador de Neuquén.

La colocación de las “Baldosas por la Memoria” con sus nombres fue realizada en la vereda del colegio secundario donde ambos estudiaron en Neuquén, donde participaron también su hermana, la Senadora Nacional (MC) Silvia Sapag, y su hermano, el actual Diputado Provincial Luis Sapag, acompañados por gran cantidad de amigos y compañeros. Al mismo tiempo, es de destacar que la colocación de esas baldosas fue declarada de interés legislativo por la Legislatura de Neuquén.

Ricardo fue asesinado el 1 de julio de 1977 en Florencio Varela; tenía 24 años. Enrique fue asesinado el 17 de octubre de 1977 en Berazategui; tenía 19 años.

Ricardo nació en 1953 en Cutral Có (Neuquén) y estudió en Neuquén Capital en la escuela San Martín. Estudió en Buenos Aires Contaduría. Abandonó y volvió a Neuquén, donde trabajó como chofer en el diario Sur Argentino. Luego volvió a Buenos Aires a estudiar Arquitectura, pero su gran interés era la militancia. “Virulana”, por sus rulos negros, “Manuel” o “Tata” era un gran tipo y así piden que lo recuerden sus hermanos: “No vio el triunfo del pueblo, pero ha contribuido a construirlo con su simplicidad y entrega, su humildad, el despojo personal y su amor por los demás”. Fue Montonero: Luchador incansable, batallador, gladiador de la Justicia. Los que lo conocieron lo imaginan avasallante y despierto hasta en su momento último. (Libro “Memoria” Víctimas del terrorismo de Estado en la subzona 5.2)

Enrique nació en 1958 en Plaza Huincul, provincia de Neuquén y estudió la primaria y la secundaria también en la Escuela San Martín de Neuquén. Se fue a Buenos Aires a estudiar en la UBA pero su gran anhelo era ser director de cine. Le gustaba pintar y hacer esculturas con papel maché que cocinaba en el horno de la cocina. Fue militante montonero. Alegre y tranquilo y aunque silencioso, su generosidad, su ternura y su entereza resaltaban siempre. “La carta que envió a su familia tras el asesinato de su hermano Ricardo, da cuenta de ello. Leer esa carta sabiendo que tenía 19 años cuando la escribió nos enfrenta con la inconmensurable magnitud de su pérdida” afirma su hermana Silvia. Tres meses después, la dictadura lo asesina a él. (Libro “Memoria” Víctimas del terrorismo de Estado en la subzona 5.2)

Hace pocos días la “Baldosa de la Memoria” que recuerda a Enrique Horacio “Ique” Sapag, colocada en la vereda de la Escuela San Martín fue rota de manera deliberadamente intencional con una barreta, perforándola, queriendo quebrarla, eliminarla…

El terrorismo de Estado y sus cómplices de la dictadura cívico-militar no sólo los asesinaron y desaparecieron sino que pretendieron aniquilar su memoria, y esa fue su derrota: una cadena formada por viejos y jóvenes, trasmite esa memoria de generación en generación. Esa cadena los ha rescatado de la muerte, y siguen presentes en la memoria de nuestro Pueblo.

Es por ello que frente a un acto que atenta con la preservación de la memoria de uno de los períodos más oscuros y trágicos de nuestro país, es necesaria la expresión de repudio por parte de la Cámara, por lo que pido el acompañamiento y la aprobación del presente proyecto.