Su beneplácito por la recuperación del joven Martín Amarilla Molfino, por parte de las Abuelas de Plaza de Mayo, señalando el tenaz trabajo que desarrolla dicha organización, por la defensa de los derechos humanos, fortaleciendo las instituciones democráticas, en la defensa y consagración a los hijos de los detenidos desaparecidos, otorgándoles la oportunidad de reconstruir sus identidades.

Señor presidente:

En el día de ayer las Abuelas de Plaza de Mayo, anunciaron la recuperación de Martín Amarilla Molfino de 29 años de edad, nacido en una maternidad clandestina instalada en el Hospital de Campo de Mayo.

Martín es hijo de Marcela Molfino y Guillermo Amarilla, militantes de Montoneros e integrantes de la dirección de la Juventud Peronista en la regional IV. Marcela nació el 15 de noviembre de 1952 en Buenos Aires, luego sus padres se instalaron en Resistencia, y en los 60 empezó Filosofía y Letras, militó en el peronismo de base y luego de en la JP. Guillermo, su padre, era el Negro Amarilla, de Chaco, hijo de un dirigente peronista, que estudiaba la carrera de contador y ocupó la secretaria general de la región IV de la JP con jurisdicción en Chaco, Formosa, Corrientes y Misiones y antes de fundar Montoneros en el Chaco integró la JP Regional de la Resistencia.

El joven Martín comenzó a dudar de su identidad tras la muerte de la persona que decía ser su padre. Y es posible que a partir de ese momento haya prestado atención a su partida de nacimiento, más el pasado de su supuesto padre militar. Según ese documento, él nació el 17 de mayo de 1980 en el hospital militar de Campo de Mayo, uno de los edificios de la unidad militar que funcionaba como maternidad clandestina para muchas detenidas políticas.

Asistió por su cuenta a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad CONADI, donde el 13 de diciembre de 2007 se abrió un expediente. El primer resultado fue negativo al confrontar sus datos genéticos con los del banco, pero se continuó con la investigación.

Con los informes que otorgó un "arrepentido", más testimonios provenientes de España, brindados por una persona secuestrada en Campo de Mayo, finalizaron por confirmar los datos correspondientes, para que las Abuelas convocaran a los familiares Amarilla y Molfino a realizar los estudios pertinentes.

Señor Presidente, la identidad es un derecho constitutivo de todo ser humano, que se ejerce a partir del conocimiento de su historia. Este derecho, que se asienta en lo biológico pero lo trasciende, se fundamenta en la necesidad de responder preguntas existenciales a la luz de un pasado que, conocido, define una historia única e irrepetible, y como ciudadanos hemos decidido con firmeza y convicción vivir en una sociedad democrática basada en el respeto a la ley y a los derechos humanos, y esta nueva recuperación de identidad e historia, nos refuerza en el compromiso asumido. Es por este contexto, que desde esta Honorable Cámara de Diputados de la Nación solicito la aprobación del presente proyecto de Declaración.