Expresar su repudio frente a las agresiones físicas sufridas por los adolecentes Vladimir BAEZ y Natanael VELOSO, hijo y sobrino respectivamente del Secretario General del Consejo Indígena Nacional e integrante del Movimiento de Trabajadores Indígenas LUIS BAEZ, quienes resultaron heridos por un ataque de arma blanca producido por un extraño, motivado por el sólo hecho de ser familiares del dirigente indígena.

Señor presidente:

Las Comunidades Indígenas de nuestro país, se encuentran en un grave estado de indefensión. Además de los negados derechos que la Constitución Nacional y el Derecho Internacional les reconoce, deben soportar todo tipo de ataques en su contra, ya sea ataques directos hacia sus bienes y pertenencias, como a la propia integridad física.

La sociedad ha tomado conocimiento a través de la prensa de los ataques directos que sufrieron los integrantes de la comunidad Qom, la salvaje represión que sufrieron cuando se operó el corte de la ruta 86 y que tuviera como destinatarios a integrantes de la familia del dirigente Felix Díaz, en situaciones que jamás fueron aclaradas. Asimismo también se ha tomado conocimiento sobre la intención de bandas armadas que perseguían no solamente la detención de este dirigente, sino con la de eliminarlo, y así sacarlo de circulación. También al poco tiempo se supo de distintos episodios de violencia que involucraron directamente a grupos violentos atacando a familiares del dirigente, situaciones que tampoco fueron aclaradas.

La semanas pasada el dirigente Luis Baez, mientras se dirigía desde la provincia de Santa Fe a la Capital Federal, donde era esperado por dirigentes políticos de distintos sectores para sostener una reunión previamente concertada, fue interrumpido en su trayecto a la altura de San Pedro en la provincia de Buenos Aires, por parte de Gendarmería Nacional y luego de sufrir una detención que nadie supo explicar la causal fue obligado de desistir del viaje y retornar a su provincia sin poder concurrir a la reunión fijada.

En la fecha nos enteramos que en la víspera, el hijo de Luis Baez de 16 años, de nombre Vladimir, fue sorprendido por un extraño quien al preguntarle: "Vos sos Baez?", y ante la respuesta positiva, sufrió un ataque con un arma blanca que por fortuna pudo salvar su vida, ya que la agresión iba dirigida directamente al cuello del adolecente. En la misma situación resultó herido de consideración un primo del menor de nombre Natanael Veloso quien sufrió la perforación del pulmón y lucha por su vida en el hospital Álvarez de Rosario.

Este tipo de situaciones se vienen registrando sistemáticamente en torno a los dirigentes de las Comunidades Indígenas, quienes son permanentemente hostilizados por el acoso judicial, que se encuentra ligado a la promoción de falsas denuncias de delitos inexistentes, por el ataque sorpresivo que se cometen por parte de grupos violentos, provocadores profesionales, de los que resultan heridos los miembros de las comunidades, todo en la medida de hacer parecer como que las causas que defienden los miembros de las comunidades resultan episodios vinculados con la violencia y con el delito.

Esta manera de presentar en sociedad hechos infundados relacionados con episodios de violencia que se intenta atribuir a las comunidades indígenas, no solamente se orientan hacia la peregrina idea de negar sus derechos a la identidad, al respeto a su cultura, al acceso a la vivienda digna, al goce y disfrute de los derechos sociales, civiles y humanos como el ya inveterado esfuerzo a que se les reconozca el acceso a las tierras que han ocupado desde tiempos inmemoriales, sino que colocan a los agresores frente al abismo de la intolerancia y al genocidio sistemático, que repugna a toda organización social y que el Estado de Derecho, no solamente debe condenar sino que debe realizar los esfuerzos necesarios para que este tipo de hechos no vuelvan a ocurrir jamás.

Por todas estas consideraciones es que propongo se apruebe el presente Proyecto de Declaración.